El comienzo de los años 20 estuvo dominado por los problemas derivados de las debilidades de la paz y la difícil reconstrucción de la postguerra.

Los Tratados de París dejaron una paz inestable: una Alemania resentida, una Francia a la defensiva y una Italia decepcionada.

La Sociedad de Naciones, además de sus deficiencias de partida, estaba todavía consolidándose. Estados Unidos, volvió a su tradicional aislamiento. Mientras, la URSS, emprendía el camino hacia la construcción del socialismo.

El problema más grave era la cuestión de las “reparaciones” que Alemania debía pagar. Desde el principio, Alemania se resistió cuanto pudo, a parte de que sus posibilidades de hacerlo eran muy escasas por la ruina en la que se encontraba.

Francia por su parte, empeñada en aniquilar a Alemania, insistía en cobrar las cantidades previstas pensando con ellas levantar su economí.

El gibierno alemán terminó por declarar que no podía pagar, Francia respondió con un acto de fuerza, la ocupación militar del Rhur en 1923. Los alemanes respondieron con la resistencia pasiva. El resultado fue el caos financiero. Finalmente, suspendieron la resistencia y se avinieron a negociar.

Los govierons de los vencedores se dieron cuenta de que las economías de las distintas naciones estaban tan relacionadas que el hundimiento de una de ellas afectaba a las demás. El resultado fue el llamado “Plan Dawes” de 1924 que sirvió para renegociar el plan de pagos reduciendo las cantidades y facilitando préstamos para que se recuperara la economía alemana. También se hizo para evitar la expansión de la revolución bolchevique.

A partir de 1924, el clima de discuordia fue sustituido por una relativa calma internacional.

Los ministros de exteriores de las principales potencias eran hombres moderados, amantes de la paz, se inclinaban por una política de reconciliación y estaban dispuestos a revisar el Tratado de Versalles.

Dentro de este espíritu y como medida de seguridad, las potencias firmaron el “Pacto de Locarno” en 1925, Alemania aceptaba la situación de las fronteras occidentales. En las fronteras orientales no quedó zanjada la cuestión. Aunque Alemania se comprometía a que cualquier cambio se hiciera por la vía de la negociación y se sometiera al arbitraje internacional.

Otro momento importante de la política de seguridad coletiva lo representa el pacto “Briand-Kellog” (1928). Era un tanto idealista, pues confiaba en que las naciones renunciarían al uso de la guerra para resolver las disputas internacionales. Se adhirieron 70 naciones, pero no era jurídicamente vinculante y además no establecía sanciones en caso de incumplimiento.

Dentro del mismo ambiente de conciliación, en 1929, aparecen los primeros movimientos que propugnan la unificación europea. Finalmente, ese mismo año, se aprueba un nuevo plan, el “Plan Young” para rebajar y aplazar las reparaciones alemanas y evacuar la Renania ocupada por británicos y franceses 5 años antes de lo previsto.

Por un momento parecía que la estabilidad y la confianza a la política mundial fue un espejismo, los elementos de incertidumbre y tensión permanecían y no hicieron más que acrecentarse en los años 30.

La crisis de 1929, rompió la colaboración y aumentó los nacionalismos económicos. La crisis económica a su vez, sirvió como campo de cultivo de los fascismos.

Entre 1933 y 1939, las potencias democráticas claudicaron ante la política exterior expansionista de Japón, Italia y Alemania.

Primero empezó Japón, sus apetencias sobre China desembocaron en la invasión de Manchuria en 1931, que fue declarada poco más tarde independiente con el nombre de Manchukuo, transformado en protectorado japonés.

Las sanciones de la Sociedad de Naciones fueron mínimas y nadie se atreve a intervenir.

En Alemania, la subida de Hitler al poder en 1933 cambió el panorama internacional. Desde el principio, sus objetivos fueron agrupar en el Reich a los alemanes que vivían fuera de sus fronteras y dotar al nuevo imperio de unas poderosas fuerzas armadas para, por último, emprender la conquista del “espacio vital”. Estos planes suponían la ruptura del sistema internacional salido de Versalles.

Nada más tomar el pder en 1933, retiró a Alemania de la Sociedad de Naciones y de la Conferencia de desarme. En 1934, intentó realizar la unión con Austria de acuerdo con los nazis austríacos, pero la oposición de Mussolini consiguió de momento parar esa unión aunque no por mucho tiempo.

En 1935, mediante un pleniscito favorable logró incorporar la región del Sarre al Reich. Ese mismo año, proclamoó abiertamente la reconstrucción de una zona de fortificaciones (“línea Sigfrido”). Ninguna reacción enérgica se produjo por parte de los demás Estados.

Una política semejante estaba preacticando la Italia fascista, que muy pronto se convertirá en la aliada de Hitler. Entre finales de 1935 y primeros de 1936, Mussolini llevó a cabo la conquista de Etiopía.

La Sociedad de Naciones a instancias de Inglaterra, condenó esta intervención italiana con sanciones económicas y financieras que apenas tuvieron efecto. Este hecho aproximó a Italia y Alemania frente a las democracias.

En 1936, Hitler rechazó los acuerdos de Locarno y ocupó militarmente la Renania, que desde el Tratado de Versalles estaba demilitarizada como zona de seguridad, tampoco ahora dieron una respuesta contundente ni Francia, ni Inglaterra.

La Guerra Civil Española, iniciada en julio de 1936, fue una nueva ocasión para la actuación conjunta de las potencias fascistas. A pesar del acuerdo internacional de no-intervención, Italia y Alemania enviaron material de guerra y tropas en apoyo de los militares sublevados, mientras las democracias abandonaban la República a su suerte que sólo pudo contar con el apoyo siviétcio.

La solidaridad de las dos potencias fascistas se consolidó con la firma de un Tratado de amistad en 1936 que constituyó el “Eje Roma-Berlín”.

En noviembre de ese mismo año, Alemania firmaba con Japón el “Pacto anti-komintern” dirigido contra la URSS al que un año más tarde se adhería Italia.

En 1938, Alemania consideró llegado el momento de la conquista para lograr la Gran Alemania.

Empezó por Austria, en marzo de 1938, el ejército alemán entró en Austrial y Hitler proclamó el “Anschluss” o incorporación de Austrial al Reich. Esta nueva vulneración de Versalles sólo tuvo una tibia protesta internacional.

A continuación, la agresividad alemana se volvió contra Checoslovaquia. En la región de los Sudetes vivía una minoría alemana que la propaganda nazi presentaba como perseguida por las autoridades checas. Hitler exigió la incorporación de esa regió a Alemania. Checoslovaquia se opuso a esta pretensión con el apoyo francés. Parecía que la guerra era inminente.

A instancias de Mussolini se reunió en septiembre de 1938 la Conferencia de Munich, que fue un triunfo total para Hitler, ya que los firmantes aceptaban la incorporación de los Sudetes al Reich.

Las verdaderas intenciones alemanas se pusieron de manifiesto pocos meses después. En marzo de 1939, Alemania invadía Checoslovaquia dividiendo el país: Bohemia y Moravia se convertían en Protectorado alemán, mientras Eslovaquia alcanzaba la independencia pero cmo país satélite alemán.

Con este hecho Hitler demostraba que no se conformaba con la creación de la Gran Alemania. Al anexionarse territorios con población no alemana, comenzaba la conquista del “espacio vital”.

Animado por esta situación Mussolini reanudó su política expansionista. En abril de 1939, las tropas italianas desembarcaban en Albania y la incrporaban al Reino de Italia. El 22 de mayo, Alemania e Italia reforzaban sus alianzas firmando el “Pacto de Acero” por el que se comprometían a ayudarse en caso de guerra.

El siguiente objetivo de Hitler era el “Pasillo Polaco” (corredor de Danzig). Francia y Gran Bretaña advirtieron que no tolerarían una agresión más y ofrecieron garantías a Polonia, Rumanía y Grecia; y trataron de formar un frente contra la agresión que incluyese a la Unión Soviética.

Pero de manera sorprendente, en agosto de 1939, la Alemania hitleriana y la Rusia soviética firmaron un Tratado de no-agresión y amistad, el “Pacto germano-soviético”.

Un Protocolo secreto del Tratado preveía un reparto de Polonia entre las dos potencias. Acambio, los soviéticos no intervendrían en caso de una guerra alemana.

Todos se dieron cuenta de que este pacto significaba la guerra. Todas las negociaciones de última hora fracasaron. El día 1 de septiembre el ejército alemán entraba en Polonia. El día 3 Francia e Inglaterra declaraban la guerra a Alemania.

Una generación de europeos iba a vivir una segunda guerra, que pronto se convertiría en mundial.

La guerra comenzó el 1 de septiembre de 1939 cuando Alemania invadió Polonia mediante la táctica “Blitzkrieg”. A los pocos días cumpliendo lo acordado en el pacto secreto germano.soviético, la URSS invadía la parte oriental de Polonia. Los soviéticos aprovechaban además ocuapar extensos territorios; Finlandia, Los Estados Bálticos y territorios más al sur.

Las operaciones se paralizaron hasta la primavera de 1940. En abril, Alemania ocupó Dinamarca que apenas pudo ofrecer resistencia y Noruega. De esta forma se aseguraba el suministro del hierro sueco.

En mayo, los ejércitos blindados germanos, lanzaron el ataque contra Francia. Los franceses esperaban que la línea de fortificaciones que habían construido (“Línea Maginot”) haría resistir a Hitler, pero igual que en 1914, los alemanes atacaron la retaguardia francesa a través de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo.

Las fuerzas francesas y británoicas sorprendidas, fueron incapaces de hacer frente a la invasión y de forma desorganizada emprendieron la retirada. En menos de un mes Francia fue vencida. París cayó el 14 de junio y Francia solicitó el almisticio que se firmó el 22 de junio. Las tropas británicas a duras penas pudieron reembarcar en Dunquerque al precio de abandonar todo el material pesado.

Francia quedó dividida en 2 zonas: la ocupada en la parte noroccidental y la llamada “Libre” con capital en Vichy, donde se instauró un gobierno presidido por Pètain dispuesto a colaborar con Alemania. Contrario a esta política de colaboración con los nazis, el general De Gaulle huyó a Londes desde donde hizo un llamamiento a los franceses para organizar la resistencia entorno al movimiento Francia Libre.

En junio de 1940, el Eje controlaba la mayor parte de Europa. Sólo un país se interponía en su camino, el Reino Unido. Para asegurar la invasión de las islas británicas por mar, los alemanes intentaron atnes destruir su capacidad defensia desde el aire.

A partir del verano, la aviación alemana la “Luftwaffe” lanzó oleadas constantes de bombas contra objetivos militares, económicos y civiles.

Comenzaba así la llamada “Batalla de Inglaterra”, pero para sorpresa general, la defensa antiaérea británica y la agilidad de sus kazas, junto con el monopolio de la técnica del radar, fueron extraordinariamente efectivas y acabaron derrotando a la “Luftwaffe”, con lo que se frustó la invasión de Inglaterra. Esto suponía el primer duro golpe para el expansionismo alemán.

Durante 1941, la guerra amplió sus espacios en Europa a la vez que se hacía en mundial por el estallido del conflicto en el Pacífico entre Estados Unidos y Japón.

En Europa, la estrategia alemana estuvo dirigida a consolidar su posición en los Balcanes y Centro Europa para asegurar la operatividad del futuro ataque a la Unión soviética. Se firmaron pactos con Hungría, Rumanía, Eslovaquia, Bulgaria y se llevó a cabo la ocupación de Yugoslavia y Grecia.

Otro escenario era África, para ayudar a las tropas de su aliado italiano, Hitler envió el “Africa Korps” al mando de Rommel. Sus ataques obligaron a los ingleses a ceder terreno. Comenzaba así la guerra del desierto.

En junio de 1941, sin previa declaración de guerra e incumpliendo el pacto de no-agresión germano-soviético de 1939, las fuerzas alemanas atacaron la Unión Soviéticda (“Operación Barbarroja”). De esta forma, Hitler intentaba alcanzar dos de sus objetivos políticos: la derrota del comunismo y la conquista del “espacio vital”.

Durante 6 meses los ejércitos alemanes obtuvieron grandes victorias; alcanzaron Leningrado por el norte, ocuparon Ucrania y llegaron a las puertas de Moscú. Pero a medida que los alemanes penetraban en el interior de Rusia, encontraban más dificultades en el abastecimieto y en las comunicaciones. Moscú logró resistir y a principios de diciembre, los rusos comenzaban en contraataque. Era la primera derrota terrestre comparable a la sufrida en la batalla de Inglaterra.

Japón, que ya tenía desde principios de siglo una política de expansión imperialista, y que durante los años 30 hab´ria conquistado gran parte de China, ocupó como aliado de Alemania e Italia las colonias francesas de Asia.

Estados Unidos vio en el expansionsmo japonés una amenaza a su posición de dominio en el Pacífico. El 7 de diciembre de 1941, la aviación japonesa atacó sin previo aviso “Pearl Harbor”; p rincipal base de Estados Unidos en el Pacífico, destruyendo una parte de la flota americana. Este hecho provocó la entrada de Estados Unidos en la Guerra Mundial contra el Eje.

A partir de ahora, Roosevelt (Estados Unidos), Churchill (Reino Unido)y Stalin (URSS) decidieron coordinar sus actuaciones frente al enemigo común. En los meses siguientes a Pearl Harbor, los japoneses se apoderaron de todo el sudeste asiático.

A lo largo del año, las potencias del Eje parecían imponerse en todos los frentes. Al finalizar ese año, una serie de hechos militares van a suponer el cambio de signo de la guerra:

En el Pacífico, los japoneses en su afán de imponer su dominio, van a sufrir las primeras derrotas importantes ante los americanos: Midway, Guadalcanal, Nueva Guinea.

En África, cuando las fuerzas de Rommel parecía dominar la situación y se preparaba para hacer su entrada triunfal en el Cairo, comienza la respuesta aliada al tiempo que a los alemanes les fallaban los abastecimientos. La batalla de “El-Alamein”, era la primera victoria importante de los aliados que les va a permitir controlar el norte de África y preparar el desembarco en Italia.

En Europa, Hitler cosechará el mayor fracaso en Rusia. En su avance hacia el Caucaso, con el fin de controlar los pozos petrolíferos, Hitler consideró prioritaria la conquista de Stalingrado. El sexto ejército alemán al mando del general Von Paulus, conquistó algunos barrios de la ciudad, pero una ofensiva soviética rodeó a ese ejército alemán. La negativa de Hitler a que sus tropas se retiraran de Stalingrado, propició la derrota y el aniquilamiento del sexto ejército. La “Wehmatch” nunca se recuperó de este desastre que marcó la retirada germana de la URSS.

En el verano de 1943 los alemanes lanzaron su último ataque contra la URSS en la batalla de “Kursk”, la mayor batalla de carros de combate de la historia.

La derrota alemana favoreció la contraofensiva soviética que en pocos meses logró expulsar a los alemanes de todo su territorio.

En el verano de 1943, una vez controlado el norte de Italia, los aliados invaden el sur de Italia; lo que provocó la caída del régimen fascista, la detención de Mussolini y la firma de un almisticio con los aliados.

No obstante, la encarnizada resistencia alemana, logró durante un tiempo la liberación total del norte de Italia.

Con el fin de abrir un gran frente occidental, los aliados planearon un gran desembarco en el norte de Francia. A partir de este momento, los alemanes tenían que defenderse en tres grandes frentes.

En agosto de 1944, estaba liberada la mayor parte de Francia. En abril de 1945, se produjo el encuentro de las tropas angloamericanas y rusas (Hitler se suicida el 30 de abril). Sólo quedaba Berlín. La terrible batalla de la ciudad, acabó con la resistencia nazi.

El día 7 de mayo, el gobierno del almirante “Doenitz”, que había sustituido a Hitler, capitulaba. Pocos días antes, Mussolini había sido ejecutado en Italia.

Finalmente, en septiembre de 1945, los japoneses eran derrotados en Okinawa, y el 6 y 9 de agosto, eran lanzadas dos bombas atómicas sobre Hirosima y Nagasaki, que provocaban la rencidión de Japón.

La guerra había terminado.

Demográficamente la Segunda Guerra Mundial fue mucho más mortífera que la Primera. Murieron alrededor de 50 millones de personas, de los que más de la mitad eran civiles y hubo unos 65 millones de heridos.

Se produjeron además enormes traslados de población, especialmente en las zonas de Europa Central: alemanes, ucranianos, polacos...

No en todos los países las pérdidas tuvieron la misma importancia. Fueron especialmente graves en: la URSS, Polonia, Alemania, Francia, Reino Unido...

La economía de grnan parte del mundo, pero sobre todo de Europa, estaba arruinada al finalizar la guerra. Las pérdidas materiales en la industria, los transportes... fueron cuantiosas.

Europa al igual que en 1919, se encontraba en una situación de caos económico y con dificultades paraabastecer a su población.

La zona más perjudicada fue la Europa oriental juntamente con Alemania e Italia. La menos perjudicada, Estados Unidos, Canadá y Australia.

La reconstrucción del viejo continente se convirtió en un objetivo básico. En la parte ocupada por los aliados occidentales, Estados Unidos se encargó de reorganizar la economía capitalista. Por su parte, la URSS impuso el modelo socialista en la Europa Centroriental.

Semejante drama humano y económico no podía dejar de conmover a un mundo que había puesto como un de sus más altos valores el del progreso social.

Una oleada de consternación y pesimismo, mucho más profunda que la de la Primera Guerra, invadió la cultura occidental.

Una de las paradojas de la guerra, fue que junto a las destrucciones, la investigación científica dio un salto gigantescom la ciencia fue movilizada para la causa bélica con unos recursos sin precedentes.

Se desarrolló el radar, la electrónica, la aeronáutica, las primeras computadoras, en medicina se extendieron las transfusiones, penicilina, cirugía...

Estos avances serán vitales en la siguente etapa de la reconstrucción. Todos los avances científicos fueron ensombrecidos por la transcendencia del proyecto atómico.

Conferencias de Paz

Poco después de que estallara el conflicto, las potencias anglosajonas se pusieron de acuerdo para diseñar el nuevo orden internacional de postguerra.

El primer resultado de los contactos entre Churchill y Roosevelt fue un documento llamado “Carta de Atlántico” (1941) que planteaba el futuro sobre unos principios universalistas de democracia, paz sin anexiones, autodeterminación de los pueblos y colaboración de las naciones basada en el derecho internacional.

También proponía una ordenación internacional de la economía basada en el libre comercio que restableciía el liberalismo económico.

Además de estas declaraciones de principios, los aliados tuvieron que hacer frente a las aspiraciones de unos y otros, las reparaciones de guerra y los camibos de fronteras y desplazamientos de poblaciones.

Se sucedieron una serie de conferencias entre los “Tres Grandes” con la finalidad de establecer una paz duradera.

Teherán (1943); en ella quedó claro que se proyectaba un mundo entre dos colosos, Estados Unidos y URSS.

Yalta (1945); se intentó mantener la organización de Europa sobre la base de la cooperación y la libertad. Pero era un frágil equilibrio que dependía de conciliar los intereses anglosajones y las aspiraciones soviéticas. En última instancia el futuro de Europa ddependería de lo que decidieran las grandes potencias.

Postdam (1945); se celebró en un clima de abierta tirantez entre los occidentales y los soviéticos. Se había producido una renovación de líderes en Estados Unidos (Truman) y en Inglaterra (Attlee), Se confirma una especie de dominio mundial de las dos superpotencias. De los acuerdos entre ambos, dependió la solución de todos los problemas pendientes: el destino de Alemania, el problema de Polonia, la ordenación de Europa Central... El futuro de los imperios coloniales, las decisiones sobre Japón y la organización de una nueva sociedad de naciones. También se acordó el juicio a los responsables de la guerra.

La Organización de las Naciones Unidas.

El mundo de posguerra intentó organizarse a escala mundial en torno a la ONU.

En la Conferencia de San Francisco (1945), 52 naciones adoptaron la Carta de Organización de las Naciones Unidas. El objetivo de la institución era el mantenimieto de la paz y de la seguridad internacional mediante la cooperación sobre el principio de igualdad soberana de todos sus miembros y del respeto a los Derechos Humanos.

De sus numerosos organismos, dos era fundamentales: la Asamblea General, organismo deliberante en el que todos los estados estaban en pie de igualdad; y el Consejo de Seguridad, con cinco miembros permanentes con derecho a veto (Estados Unidos, URSS, Gran Bretaña, Francia y China), y otros elegidos por la Asamblea cada dos años.

El mecanimo de veto, implicaba la colaboración de ls grandes potencias en las crisis internas. En la práctica, la dinámica de bloques enfrentados después de la guerra, llevó al Consejo a la parálisis.

Una serie de organismos especializados se encargarían de gestionar las ambiciosas metas propuestas en otros terrenos. (OMS, FAO, UNESCO...)

Aunque en el Consejo de la ONU había 5 miembros permanentes, sólo había 2 potencias verdaderamente fuertes: Estados Unidos y URSS, que poseían enormes recursos y fuerza militar, y desde el principio dejaron claro que tenían proyectos distintos para la época de paz.

Un concepto nuevo se creó para la nueva situación: la Guerra Fría que condicionó toda la evolución europea y mundial hasta los años 80.

El vacío de poder que se produjo en Europa, dio paso a una nueva faz geopolítica. Quedó dividida en dos zonas de influencia de los grandes. Los estados que quedaron bajo la órbita de la Unión Soviética establecieron regímenes de democracias populares.

En la Europa occidental bajo la órbita de Estados Unidos, se revitalizó la democracia liberal burguesa. Siguiendo los postulados del Keynesianismo se consolidó la democracia socialque garantizaba unas prestaciones básicas a todos los ciudadanos.

Igual que los aliados se habían preocupado durante la guerra de organizar el mundo político de posguerra, también se realizaron esfuerzos para establecer un ordenamiento económico postbélico que se extendiera a la mayor parte de la economía occidental y cuya influencia se deja sentir hasta la actualidad.

Estaba muy presente el caos económico de la época de entreguerras y por otra parte, las urgentes necesidades de la recostrucción hacían necesario evitar previsibles desórdenes comerciales, financieros y monetarios.

Se trataba de establecer unos principios generales a los que se atuvieran las transacciones económicas internacionales.

Fue Estados Unidos quien asumió el liderazgo económico de tres maneras:

Creando un plan de ayuda a Europa para la reconstrucción (Plan Marshall).

En la Conferencia Bretton Woods se pusieron las bases del nuevo sistema monetario internacional. De esta conferencia salieron dos instituciones claves: Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Trató de conseguir una cooperación comercial internacional a través del GATT, encargado de eliminar las restricciones del libre comercio.

Por segunda vez, una guerra contribuía al descrédito de las potencias coloniales. Las metrópolis europeas sólo podían dominar sus imperios afroasiáticos a costa de unos presupuestos militares de los que ahora no disponían.

Además, se habían comprometido a defender el autogobierno de los pueblos, lo cual resultaba una contradicción con el matenimiento de las colonias.

En los territorios coloniales creció la agitación nacionalista inspirada en los principios políticos occidentales y potenciada por un odio creciente a los bancos europeos y a la denuncia del imperialismo y el capitalismo.

Además, las dos neuvas superpotencias, eran contrarias a esta forma de dominación, por lo menos en teoría. En breve comenzará el proceso de descolonización.