Turismo, Hostelería, Gastronomía y Restauración


Segovia


PATRIMONI CULTURAL

SEGOVIA

Índice

Introducción………………………………………………….3

Ficha técnica de los monumentos más importantes………….5

Alcázar……………………………………………………….7

La Catedral………………………………………………….18

El Acueducto………………………………………………..23

La Iglesia de San Martín…………………………………….25

La Iglesia de la Trinidad……………………………………..26

La casa de los Picos………………………………………….27

Las Murallas………………………………………………....29

Ciudades Patrimonio Histórico………………………………31

Importancia Turística de Segovia……………………………32

Conclusión……………………………………………………34

Bibliografía…………………………………………………...36

INTRODUCCIÓN

La bonita ciudad castellano-leonesa de Segovia, histórica villa castellana, situada en un montículo rocoso, entre los ríos Eresma y Clamores y con la sierra de Guadarrama a su espalda, poblada desde los tiempos de los celtiberos fue conquistada por los romanos en año 80 a.C., siendo convertida en una importante base militar y ya desde ese momento Segovia se irguió como un gran centro económico, administrativo y militar de la zona, siendo uno de los principales asentamientos romanos en la Península Ibérica como lo demuestra el imponente acueducto que aun hoy vemos en pie y que se ha convertido en el gran símbolo y recurso turístico de Segovia, ciudad que ha ido manteniendo este gran poder e importancia a lo largo de los tiempos, así como manteniendo su gran tradición militar ya desde tiempos de la denominación romana como lo demuestra el hecho de que en Segovia encontremos la Academia General de Artillería y el Archivo General Militar.

Segovia tubo gran esplendor en la dominación romana, esplendor que no cesó en ningún momento a pesar que durante la dominación visigoda inició un periodo de decadencia que se acentuó en época árabe, pero Segovia resurgió de sus cenizas y regreso a su glorioso pasado a partir de su conquista e integración dentro del Reino de Castilla, cuando volvió a cobrar importancia y alcanzó su máximo esplendor a finales de la Edad Media gracias a la casa de Trastamara, en su alcázar fue proclamada reina Isabel I de Castilla y el rey Fernando V de Aragón juró allí los Fueros de Castilla, dos pinceladas de la importancia histórica de Segovia, villa que como consecuencia de la guerra de las Comunidades contra Carlos I volvió a decrecer en importancia, hasta que en siglo XVIII el rey Carlos III instaló la Academia General de Artillería.

Cada época ha dejado una huella en Segovia, fruto del cual podemos afirmar que hoy Segovia posee un extraordinario patrimonio cultural, siendo una de las mas ricas ciudades monumentales de España, heredera de la grandeza del imperio romano y del Reino de Castilla. La capital cuenta con más de una veintena de iglesias románicas de los siglos XII y XIII, lo que supone, tras Zamora, la mayor cantidad de edificios de este estilo en cualquier ciudad española, la provincia es de una riqueza románica apenas conocida y que será un verdadero descubrimiento para cualquier viajero que se aleje de las principales rutas y se adentre en el ámbito rural segoviano.

En Segovia podemos descubrir la mayor colección de galerías porticadas de toda Europa, pequeños espacios cerrados por arquerías sobre columnas con capiteles tallados con los más diversos motivos: escenas bíblicas, monstruos fabulosos, etc. fruto de la enigmática mentalidad medieval. Estas galerías o pórticos fueron construidos generalizadamente en la mayoría de las iglesias románicas de Segovia y amplias comarcas de Soria, Burgos, Ávila y Guadalajara para albergar reuniones, donde se discutían los asuntos concernientes a la vida de la población. Este hecho le confiere un privilegiado valor histórico independientemente del artístico y no podemos olvidar las elegantes torres segovianas decoradas con varios pisos de arcos que se alzan orgullosos en las iglesias rurales.

Esto nos muestra la grandeza la Segovia artística, ya que habría muchos puntos que nombrar y relatar, nosotros abarcaremos los más importantes de esta bonita ciudad castellano-leonesa en este trabajo.

  • FICHA TÉCNICA DE LOS MONUMENTOS MÁS IMPORTANTES

  • 'Segovia'
    El Alcázar de Segovia: Está ubicado en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, la primera referencia que existe por escrito de su existencia es cristiana y data de principios del siglo XII. Fue construido sobre una roca, que indica su original empleo militar. Sirvió de residencia para Alfonso VIII y aquí se proclamó reina de Castilla a Isabel la Católica. En 1764, Carlos II establece aquí el real Colegio de Artillería. En el siglo XIII el edificio adquirió aspecto gótico con la intervención de los arquitectos de Juan II y Enrique IV. La última fase arquitectónica la sufre en el año 1587, de la mano del arquitecto Francisco de Mora, posiblemente en colaboración con Juan de Herrera, que realiza el Patio Principal y la escuela de Honor. El edificio posee numerosos pasadizos secretos que bajan hasta el río y comunican con algunos palacios de la ciudad.

    La Catedral de Segovia: Está edificada en el punto más alto de la ciudad, la catedral de Segovia comenzó a edificarse en el año 1525, siendo rey Carlos V. es de estilo gótico tardío y se levantó tras el incendio de la catedral vieja románica en el año 1520. Posee planta de tres naves, con capillas laterales y cabecera semicircular con girola. El templo, erigido siguiendo los planos de Juan Gil de Hontañón, posee tres entradas: en su fachada principal está la Puerta del Perdón, toda ella obra de Juan Guas, en la fachada sur está la Puerta de San Geroteo y la Puerta de San Frutos. Posee 105 metros de largo por 50 de ancho y 33 metros de altura en la nave mayor. El retablo mayor está elaborado con mármol, jaspe y bronce. Fue consagrada en el año 1768.

    El Acueducto de Segovia: Fue construido probablemente en la época de los flavios, entre la segunda mitad del siglo I y comienzos del siglo II, siendo emperadores Vespasiano y Trajano, con el fin de transportar el agua del rió Acebeda hasta la ciudad. Esta impresionante obra de ingeniería, en excelente estado de conservación, comienza cerca del Palacio de la Granja con arcos sencillos que conducen el agua hasta la cisterna conocida como el Caserón. Posteriormente, un canal de sillares la transporta hasta una segunda torre y, al llegar a la plaza de Díaz Sanz, comienzan a formarse dos monumentales filas de arcos superpuestos. Sus 20.400 bloques de piedra no están unidos por masa ni cemento alguno, y se mantiene en un perfecto y sólido equilibrio de fuerzas. La altura máxima de la construcción se alcanza en la Plaza de Azoguejo con 28.10 metros de altura y un total de 166 arcos.

    La Iglesia de San Martín: La estructura actual es románica, consta de ábsides con decoración románica y portada a los pies de la iglesia con arquivoltas muy decoradas. En el centro de la nave está la torre de la iglesia de tres cuerpos. El atrio tiene arcos de medio punto que descansan sobre columnas con capiteles románicos.

    La Iglesia de la Trinidad: Es un templo románico con una nave, torre y ábside de tambor con ventanales. Tiene además una galería fortificada. Sus portadas combinan arquivoltas planas y baquetón sobre columnas. Dentro de la iglesia sobresale el conjunto de ventanas y la arquería sobre columnas pareadas de los muros.

    La Casa de los Picos: La portada tiene un arco de medio punto con grandes dovelas. Sobre los balcones está situado el escudo de armas de los de Hoz, propietarios de la casa. El zaguán y el patio están decorados con azulejos de Talavera que tienen pintados diferentes edificios de Segovia.

    Las Murallas: Se reedificaron en el siglo XI, su fábrica es de mampostería caliza con grandes sillares de granito y cubos y arquerías ciegas. Se conserva la puerta de San Andrés, que está entre dos robustas torres, y las puertas de San Cebrián y Santiago, ambas con arcos de herradura y cuerpo bajo de sillería almohadillada. En su origen tenía dos puertas más, hoy desaparecidas.

    ALCÁZAR

    La situación del Alcázar de Segovia, sobre una roca labrada por los ríos Eresma y Clamores, indica el origen militar de esta fortaleza durante inexpugnables siglos.

    El testimonio más antiguo de la existencia del Alcázar de Segovia es un documento de principios del siglo XII, datado en 1122, poco después de la reconquista de la ciudad por Alfonso VI, que menciona la fortaleza como un castro sobre el Eresma. En una carta algo posterior (1155) ya se le da el nombre de Alcázar. No obstante, es muy probable que la fortificación existiese en tiempos más remotos, quizá desde la dominación romana, pues en recientes excavaciones se ha encontrado sillares de granito similares a los del Acueducto. En la Edad Media, el Alcázar, tanto por la belleza de su situación y su indiscutible seguridad militar, como por la proximidad a famosos cazaderos en los bosques serranos, se convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de Castilla.

    No se han encontrado vestigios arquitectónicos notables de este Palacio Real anteriores a la época de Alfonso VIII "el de Las Navas", aproximadamente a finales del siglo XII y principios del siglo XIII. Sin embargo, lo cierto es que se consolida el proceso que de forma progresiva va convirtiendo la fortaleza en residencia cortesana. La reforma se hizo cuando se iniciaba la transición del románico al gótico, con la sobriedad elegante del estilo del Cister. Sin duda pertenece a este tiempo la gran grujía del lado norte, compuesta por una gran estancia, flanqueada en los extremos por gabinetes, al estilo oriental, llamada "sala del Palacio Mayor". Al mismo impulso constructivo, que constituye el núcleo del Alcázar, corresponde la gran torre del poniente, llamada "Del Homenaje", con su estancia cubierta de cañón apuntado, que sirvió de sala de armas, y sus ventanales germinados. A pesar del tono cisterciense de estas construcciones, lo morisco aparece en la decoración pictórica, con zócalos de lacerías pintadas de rojo sobre el fondo claro del estuco.

    Alfonso X El Sabio demostró hacia Segovia una extrema predilección e hizo del Alcázar una de sus residencias favoritas, hasta los últimos años de su vida, en los que celebró Cortes en esta ciudad que le había permanecido fiel.

    En el siglo XIV, Segovia fue testigo de combates entre bandos nobiliarios a los que no fue ajeno el Alcázar, obligando el nuevo empleo de la artillería a reforzar sus murallas y ampliar su sistema defensivo.

    Los reyes de la dinastía de Trastámara aprovecharon la nueva crujía, construida paralelamente a la primitiva, para convertirla en un suntuoso conjunto de salones al estilo de los alcázares andaluces. La decoración gótico- mudéjar de estas salas se inicia con la reina Catalina de Lancaster, regente de su hijo Juan II. Durante el reinado de este último tuvieron lugar en el Alcázar las grandes fiestas cortesanas evocadas por Jorge Manrique en sus célebres "Coplas".

    Enrique IV, tan amante de Segovia, continuó embelleciéndolo y en su reinado debió terminarse la gran torre que lleva el nombre de su padre. Fue el Alcázar fortaleza clave para el dominio de Castilla y de él salió Isabel la Católica para ser proclamada reina en la Plaza Mayor. También tuvo importancia este castillo en las luchas civiles de todas las épocas sucesivas, desde el reinado de Juana la Loca y la Guerra de las comunidades hasta la Guerra de Sucesión en el siglo XVIII y las guerras Carlista en el XIX.

    Los reyes de la Casa de Austria lo visitaron frecuentemente y Felipe II celebró en él la boda de velaciones con su cuarta esposa, Ana de Austria. Este rey realizó importantes obras en el Alcázar, como el patio herreriano o cubrir las techumbres con agudos chapiteles de pizarra al estilo de los castillos centroeuropeos.

    Más tarde comienza a utilizarse la fortaleza como prisión de Estado, donde estuvieron confinados importantes personajes. Así permaneció hasta que en 1762 Carlos III fundó en Segovia el Real Colegio de Artillería, cuyo primer Director fue el conde Félix Gazola, quedando instalado en el Alcázar en 1764. Este centro permaneció aquí, con leves paréntesis hasta el 6 de mazo de 1862, día en el que un incendio destruyó las techumbres. A partir de esta fecha el Colegio, luego la Academia de Artillería, pasó al Convento de San Francisco de Segovia, El Alcázar fue restaurado, en 1898 se instaló en la primera plante del edificio el Archivo General Militar y en 1953 se creó el Patronato del Alcázar de Segovia, responsable del actual Museo.

    Museo

    Podemos clasificar el museo del Alcázar en 14 puntos importantes.

    1. Sala del Palacio Viejo: Su construcción corresponde al reinado de Alfonso VIII. Es una sala rectangular en la que se conservan los ventanales románicos geminados que hasta la construcción de la segunda crujía daban luz al “Palacio Mayor”. Estas ventanas pertenecen a la última época del estilo orománico, cuando se inicia la transición al gótico, caracterizada por el periodo cisterciense. Los zócalos son de estuco mudéjar, de lacerías y motivos florales estilizados, pintados en rojo oscuro sobre fondo blanco de estuco.

    En el centro se encuentran colocadas dos grandes armaduras ecuestres de tipo alemán del siglo XV, así como un grupo de armaduras de a pie del mismo estilo.

    2. Sala de la Chimenea: Corresponde a la ordenación del Alcázar en tiempos de Felipe II. Recibe el nombre por la chimenea en cuya placa interior figura un escudo de España de los primeros Borbones. Sobre ella, el muro está cubierto por un tapiz flamenco del siglo XVI que representa los desposorios de Nuestra Señora.

    El mobiliario de esta sala es del siglo XVI: mesa con gran tablero de nogal, sillones fraileros, una mesa tallada con decoración renacentista que soporta una pequeña arqueta mudéjar de madera clara e incrustaciones de marfil, una colección de cinco espejos y un escritorio de columnillas dorado y policromado.

    En las paredes se encuentran: el retrato de Felipe II, tres paisajes de Reales sitios imaginarios y una pintura del Alcázar y el Valle de la Fuencisla en la Edad Media, composición imaginaria del sigo XVII.

    La puerta que comunica con la Sala del Trono conserva intacta la decoración mudéjar, con sus yeserías de fina labor, enmarcadas en un sencillo alfiz.

    3. Sala del Trono o del Solio: La cúpula es de estilo mudéjar. El friso de yeserías gótico-mudéjar tiene una inscripción conmemorativa en la que se recoge el nombre del artesano que la realizó, Maestro Xadel Alcalde, y cómo la sala fue mandada construir y ornamentar en 1456 por Enrique IV representado en la vidriera, para conmemorar la batalla de Jimena.

    El trono bajo dosel de terciopelo, ostenta el blasón de los Reyes Católicos y la divisa de la conocida Concordia de Segovia "Tanto Monta". Los muros están cubiertos con brocateles y terciopelos, según el uso del siglo XVI, y de ellos penden los retratos de los Reyes Católicos correspondientes al serio iconográfico de los Reyes de España. El de Isabel firmado por Madrazo y el de Fernando por Montañés.

    4. Sala de la Galera: Esta estancia fue construida por la reina Catalina de Lancaster durante la minoría de edad de su hijo Juan II. El nombre de la sala se debe a la primitiva forma de su artesonado, de casco de nave invertida, que se perdió en el incendio de 1862. En la actualidad el techo es más sencillo, y está formado por vigas y zapatas de estilo renacimiento.

    El friso de yeserías mudéjares, con los escudos de Castilla y León, tiene una doble inscripción: la superior es la oración eucarística "Anima Cristi", y la inferior informa que la obra fue mandada realizar por la reina Catalina en 1412.

    Uno de los muros está cubierto por la pintura que representa la proclamación en Segovia de Isabel la Católica como reina de Castilla y León, el 13 de diciembre de 1474, obra de Carlos Muñoz de Pablos. Las dos vidrieras en forma de tríptico, del mismo artista, reproducen la imagen de Enrique III y su familia, así como al Rey Enrique II con escenas de las muertes de Pedro I y Juan II.

    En el interior de esta estancia también se encuentran armaduras de estimo alemán de los siglos XV y XVI.

    5. Sala de las Piñas: El nombre de la estancia se debe al motivo decorativo del artesonado, semejante a las piñas, El friso gótico-mudéjar, tiene como elemento central ángeles con pavesinas que ostentan las armas de Castilla y León. En la parte inferior lleva una inscripción y la fecha en que se labró, año 1452, cuando aún era Príncipe el futuro Enrique IV.

    De las paredes, cubiertas con damascos, penden dos tapices flamencos de los siglos XV y XVI. El mobiliario está compuesto por un escritorio dorado y policromado del siglo XVII, con su taquillón, y varias sillas de tijera, "jamugas", una de ellas con incrustaciones de marfil. La vidriera representa a Alfonso VII con su hija doña Berenguela.

    6. Cámara Regia: La ornamentación de las puertas reproduce la del antiguo palacio de Enrique IV en el centro de Segovia. Los muros están cubiertos por sargas pintadas con escenas de la vida familiar de los Reyes Católicos, y de torneos.

    Entre los muebles hay que señalar la cama de nogal gótica, con cielo de brocatel tejido en oro. La heráldica contiene castillos y leones, manteniendo aún la granada por fuera del escudo.

    7. Sala de Reyes: A través de los ventanales se ve la Iglesia de la Veracruz, el Monasterio de El Parral, el Santuario de La Fuencisla y el convento de El Carmen. En su momento fue la sala más importante del Alcázar. En el friso están representados los reyes de Asturias, Castilla y León. Su ordenación y construcción como homenaje a los monarcas desaparecidos, se vincula en el pasado a los reinados de Alfonso X y Enrique IV.

    La ornamentación actual del friso compuesto por 52 estatuas sedentes de monarcas castellano-leoneses, corresponden al proyecto que realizó por orden de Felipe II su pintor de cámara, Hernando de Ávila, autor del Libro de los Reyes. En los carteles situados por debajo de las mismas, también según la aprobación del mismo soberano, la numeración de los reyes queda alterada en lo que concierne a los Alfonsos, al atribuir el número VII al marido de la reina Doña Urraca, Alfonso de Aragón, con lo que en el friso, Alfonso el Sabio, resulta ser Alfonso XI.

    En cuanto a las pinturas, se encuentran los retratos de Felipe II y las reinas Isabel de Borbón y Ana de Austria, así como el cuadro titulado "La conquista de Cádiz por Alfonso X el Sabio", de E. Vejarano.

    8. Sala del Cordón: Recibe el nombre por un cordón franciscano que en las leyendas segovianas, se relaciona con Alfonso X el Sabio, quien lo mandó colocar en señal de penitencia por su desmedido orgullo.

    En los muros se suspende un tapiz que reproduce la batalla de Arcila, Asimismo, se pueden contemplar una tabla de la Anunciación, del siglo XV, una con cuatro santos, otra de Santa Bárbara y Santa Lucía, y una predela de altar en madera tallada y dorada, representando a diferentes santos y mártires.

    La pequeña estancia llamada "Tocador de la Reina", contigua a la Sala del Cordón, tiene un artesonado de estilo renacentista. En las paredes encontramos dos cuadros de santos y el cuadro de la "Virgen de los Reyes Católicos".

    9. Capilla: En ella se celebró la misa de velaciones de Felipe II con Ana de Austria. El artesonado es de estilo mudéjar.

    El retablo mayor, de la escuela castellana del siglo XVI, consta de diecisiete tablas con escenas bíblicas del Nuevo Testamento, y una talla de Santa Bárbara sedente.

    El otro retablo gótico, también de la escuela castellana del siglo XV, está compuesto por siete tablas representando a Santiago Matamoros, San Sebastián, Santa Águeda, San Vicente y Santa Brígida. Por debajo, se encuentran dos sitiales de coro en cuyos respaldos están tallados los bustos d Isabel y Fernando. En la pared de enfrente, el cuadro pintado por Bartolomé Carducho, "La adoración de los Magos" (1600).

    Una verja de hierro forjado del sigo XVI que da acceso a la antecapilla, Sus muros están decorados con zócalos de azulejos de Talavera. Por la antecapilla, salimos al patio del reloj, así llamado porque en uno de los muros hay un reloj de sol, y por otra puerta se accede a la terraza de reyes, también llamada terraza del pozo.

    10. Sala de Armas: La puerta de entrada por el patio del reloj está flanqueada por dos armaduras de jinete de los siglos XV y XI. A la derecha una armadura infantil, alabardas de los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII. A continuación, cinco piezas de artillería primitivas, una bombarda del siglo XIV, un "verso", una cerbatana del siglo XV, un pasavolante y un mortero de gran calibre. Detrás de esto, dos recámaras de bombarda, granadas y bolaños.

    Adosadas al muro encontramos alabardas, partesanas y cuchillos de brecha, junto a cuatro armaduras, dos de ellas infantiles y una coracina. Sobre todo ello, hay paveses con las armas de algunas casas feudales.

    En la pared frontera se exponen cinco armaduras incompletas, cuatro capacetes, cuatro armaduras de jinete, petos, rodelas y siete ballestas. Tras una pequeña puerta, magnífico exponente de la artesanía del hierro forjado en Segovia, se encuentra una reducida estancia con la prensa de acuñar moneda de los primero Borbones y dos curiosas cajas de caudales. A continuación, seis estoques y un puñal de "misericordia" de los siglos XVI Y XVII. En una vitrina se expone una ballesta de caza en madera con incrustaciones, de origen alemán, muy similar a la que utilizaba el emperador Carlos V, según aparece en el cuadro de Lucas Cranach.

    En el siguiente muro se exponen seis espadas de caballería del siglo XVIII, una caña de bombarda del siglo XVI, dos lanzones, un peto, un pavés y un arcabuz de llave de rueda del siglo XVI, bajo el cual hay seis estoques y una espada de hoja calada. Ante el ventanal se halla una bombarda y un mortero pedrero, y en la pared, partesanas y paveses.

    El centro de la sala está ocupado por una armadura ecuestre, un gran brasero, un mortero pedrero, y en una vitrina un magnífico mosquete de llave de rueda del siglo XVII.

    11. Patio de Armas: Se inicia el recorrido por el MUSEO al desembocar a través del Pasadizo, proveniente del Puente Levadizo, en el PATIO DE ARMAS, de estilo herreriano, construido durante el reinado de Felipe II.

    12. Colegio de Artillería:

    1ª Etapa, Fundacional (1764-790) Sala 1

    En estos primeros años se definieron los pilares básicos de la excepcional formación de los artilleros y de su posterior trayectoria profesional.

    Desde el punto de vista expositivo se explica el acceso del Cuerpo de Artillería a la dirección de las fundiciones y los avances en los sistemas de puntería incorporando alzas y miras a las piezas. En sus vitrinas se exponen un busto en broce de Tomás de Morla, alumno y profesor en el Alcázar, la reproducción de un uniforme de cadete de los años fundacionales e importantes fondos bibliográficos de Galileo, Newton, Vauban, Euclides, etc.

    2ª Etapa, El esplendor de la ciencia (1790-1808). Sala 2

    Gira en torno a la llegada del químico Luis Proust a Segovia para dirigir, enseñar e investigar en el Laboratorio de Química que el mismo fundó en el edificio neoclásico anejo al Alcázar. En este gabinete se realizaron importantes experiencias, entre ellas, las que servirían de base a la definición de su "Ley de las Proporciones Definidas".

    Merecen ser destacados, un espléndido cañón de bronce, el "Loygorri", piezas de aparato de laboratorio y frasquería de vidrio de fin del siglo XVIII y principios del XIX, un diorama de Laboratorio de Química de la época de Proust, una maqueta de máquina de barrenar horizontal el ánima de cañones, y las miniaturas que, junto a las habituales en las cuatro etapas, en esta fase están acompañadas por un tren de artillería volante.

    Sobre uno de los vértices de la macla se encuentra un globo aerostático que evoca la elevación de los artilleros dirigidos por Proust en 1792 ante la Familia Real en el Escorial, y que fue la primera elevación de globo cautivo con fines de observación militar que se realizó en Europa.

    La segunda y tercera etapa está enlazada por un espacio central dedicado onográficamente a la Guerra de la Independencia y a sus Héroes, los Capitanes Daoíz y Velarde, alumnos en el Alcázar.

    Destacan las alusiones, en textos e iconografía, al 2 de Mayo de 1808, una pieza de artillería francesa, la maqueta de una batería de mortero de bronce; y un cañón, el "Galopo", que representa la artillería española que se enfrentó a la francesa en la invasión napoleónica.

    3ª Etapa, Artillería, Química e Historia Natural (1814-1823). Sala 2

    Se inicia entre 1814 y 1816, cuando el Colegio vuelve a Segovia después de la invasión francesa, y finaliza en 1923 con la entrada de España de los Cine mil hijos de San Luis.

    Esta etapa está marcada por la instalación de un nuevo Laboratorio de Química y su ampliación con el Gabinete de Ciencias Naturales y Mineralógico y su extraordinaria colección de minerales adquiridos al Naturalista Gómez Ortega, y que constituye un de las más completas y antiguas que se conocen en España. En esta zona se exponen diez ejemplares de esta valiosa colección, espléndidas piezas de aparataje de laboratorio, el cañón "Lapersio", y una maqueta de los dos primeros altos hornos levantados en Trubia por Elorza, el "Daoíz" y el "Velarde" protagonistas del despegue industrial de esa fábrica y de la Siderurgia española.

    4ª Etapa, Regreso definitivo del Colegio al Alcázar (1823-1862). Sala 3

    En 1839 el Colegio regresó al Alcázar hasta que el incendio de 1862 destruyó la fortaleza, instalándose en el Convento de San Francisco, sede actual de la Academia de Artillería.

    En la sala se exhiben un cañón de bronce con cierre de cuña, magníficas balanzas de precisión, un modelo de máquina de vapor, armas blancas y portátiles fabricadas en las industrias artilleras, municiones, modelos de piezas de artillería, etc.

    Proyectos e informes sobre la modificación de cauce del Río Eresma que amenazaba los cimientos del Santuario de la Virgen de la Fuencisla, y el trazado del ferrocarril o de los caminos de la provincia, fueron algunas de las aportaciones artilleras que se destacan en esta etapa.

    Torreón Semicircular

    Como colofón, se accede a un torreón semicircular con una vitrina don de se exponen diversos fondos de carácter personal relacionados con el Colegio y sus alumnos. Entre ellos debemos resaltar un Juego de Plata de Capilla regalado por Fernando VII, un cartucherín y un baúl de cadete, loza del Colegio, un busto de Isabel II fundido en Trubia, y, finalmente, una escribanía de cadete junto a uno de los pocos expedientes que se conservan de Pruebas de Nobleza para ingreso en el Colegio. El Museo del Real Colegio de Artillería en el Alcázar es, en definitiva, una buena muestra de lo que representó la Artillería y el Ejército en el pasado y un recuerdo del paso de los artilleros por la regia estancia de nuestra fortaleza.

    13. Torre de Juan II:

    A través de un pasadizo, se sale del Alcázar, teniendo la posibilidad de subir a la TORRE DE JUAN II, espléndido ejemplar de la arquitectura gótica civil, finalizada en el reinado de su hijo Enrique IV, desde donde se puede observar una magnifica vista de la ciudad de Segovia.

    Desde esta incomparable atalaya, también se ve una excepcional vista de los Parques y Plazuela del Alcázar, cerrada por una verja de hierro, coronada en la puerta principal por un medallón de Fernando VII. Este rey la donó en 1817, tras la Guerra de la Independencia, con motivo del regreso del Colegio de Artillería, de nuevo al Alcázar.

    14. Jardines:

    Dentro del recinto, anejo al Alcázar se encuentra un edificio neoclásico conocido popularmente como "Casa de la Química". Se construyó como ampliación de los gabinetes para la enseñanza en la Academia de Artillería. Inaugurado el Laboratorio de Química del Real Colegio de Artillería en 1792, fue dirigido por el prestigioso químico francés Luis Proust. En este lugar desarrolló la conocida Ley de las proporciones definidas que lleva su nombre, así como sus relevantes investigaciones científicas publicadas en Segovia.

    En el centro de la Plazuela, cercado también por una verja de hierro fundida en Trubia, se halla el monumento a los héroes del 2 de mayo, presidido por la figura femenina de Clio, diosa de la Historia, del segoviano Aniceto Marinas. Con motivo de la celebración del I Centenario de los sucesos del 2 de mayo de 1808, el rey Alfonso XIII, acudió a Segovia a poner la primera piedra de este grupo escultórico, rindiendo público homenaje a la figura de los Capitanes de Artillería Daoiz y Velarde, antiguos alumnos en el Alcázar, que desencadenaron la sublevación y resistencia ante la invasión napoleónica.

    LA CATEDRAL

    En Segovia han existido tres catedrales:

    1. La “Primitiva”: estuvo enclavada en la Alameda del Parral, orilla del Eresma. Fue destruida por una persecución arriana en el 516.

    2. La “Antigua”: fue construida en tiempos de Alfonso VII y era de estilo románico. Estaba situada en lo que hoy es la plaza del Alcázar: el puente levadizo distaba a pocos metros de la puerta de la Catedral. Pero, precisamente por esta  cercanía, se destruyó en la Guerra de las Comunidades: los Comuneros se hicieron fuertes en la Catedral mientras que en el Alcázar hacían frente los soldados del emperador Carlos I. 3. La Catedral actual.

    Muchos reyes ya se habían dado cuenta del peligro que suponía tener la catedral (sobre todo la torre) junto al Alcázar y en algunas ocasiones habían tratado de convencer al cabildo de desplazar el templo a otro sitio, pero tuvo que haber una guerra para convencerlos.

    Decidieron construirla cerca de la iglesia de San Miguel, donde estaba el convento de Santa Clara, cuyas monjas habían sido trasladadas, hacía años, por orden de Isabel la Católica a San Antonio el Real. También se derruyeron muchas casas de los judíos, que habían sido expulsados en época de los Reyes Católicos. (Todo esto es para explicar que el territorio donde se quería construir la catedral no suponía muchos problemas).

    El cabildo de la Catedral nombró fabriquero al canónigo Juan Rodríguez de Noreña,  y decidió que la nueva catedral sería de estilo gótico, algo raro porque en aquellos años ya era antiguo y la novedad era el arte renacentista. Finalmente, tras varias visitas del canónigo fabriquero a las catedrales de Castilla, se contrató al arquitecto Juan Gil de Hontañón, que estaba dirigiendo las obras de la Catedral Nueva de Salamanca.

    El 8 de junio de 1525 se colocó la primera piedra de una catedral que se construyó “con el sudor y sustancia de toda la ciudad: fue obra de todo el pueblo.” En cada fiesta determinada, una parroquia (o una cofradía o un gremio) acudía a las obras de la Catedral y ofrecía todo lo que podía: unos cavaban zanjas, otros trasladaban piedras, otros subían arena, algunos donaban dinero... era lo que se denomina las procesiones de “echar piedra”.

    En la construcción de la Catedral se diferencian tres etapas:

    • Primera etapa: se coloca la primera piedra (8-6-1525) y Juan Gil de Hontañón traza los planos: tres naves (central y laterales) y capillas.

    • Segunda etapa: a la muerte de Juan Gil de Hontañón (15-9-1526), su hijo, Rodrigo Gil de Hontañón, le releva en las obras.
      En 1567 se pone la primera piedra del crucero y se termina la nave central, abriéndose así al culto.

    • Tercera etapa: al morir Rodrigo Gil de Hontañón (1577), toma el relevo Juan de Mugaguren, quien cierra el crucero con cúpula escurialense, termina los brazos y se hace la puerta de San Frutos (norte) de estilo herreriano. En los detalles secundarios se siguió trabajando durante el siglo XVII.

    Es por esto que en la catedral de Segovia se mezcla el estilo gótico con el renacentista, el barroco y el neoclásico.

    Hay 3 puertas: la del Perdón, flanqueada por dos puertas laterales, mirando al poniente; la de San Frutos, que da acceso desde la Plaza Mayor y la de San Geroteo, al lado sur.

    El altar mayor fue costeado, en su mayor parte, por Carlos III. Se inició en 1768 y se terminó en 1775. Se colocó un retablo revestido de mármol negro veteado de blanco flanqueado por dos grandes imágenes en blanco que representan a San Frutos y a San Geroteo. En la hornacina central, presidiendo el retablo, se encuentra la Virgen de la Paz del s. XIII, donada por Enrique IV.

    El coro, de gótico flamígero, fue construido a finales del s. XV en el pontificado de don Juan Arias Dávila para la antigua Catedral. Fue trasladado, como el claustro, a la actual Catedral. A ambos lados del Coro se elevan las dos cajas de estilo churrigueresco que encierran los dos magníficos órganos que posee la Catedral: el  más moderno, al que le salen los tubos por detrás, es obra de don José y don Pedro Chavarría; el otro es más antiguo pero se halla en perfecto estado de mantenimiento.

    En el trascoro hay un retablo  neoclásico, de mármoles y bronce, que estaba destinado a la Capilla del Palacio de Riofrío, pero fue regalado a la Catedral por Carlos III. En la urna central hay una caja de bronce y plata que contiene los restos de San Frutos.

    Según se entra por la puerta de San Frutos a la derecha, nos encontramos con las capillas de la Piedad, San Andrés, San Cosme y San Damián, San Gregorio, y la Concepción. Debemos resaltar la capilla de la Piedad, que tiene tres cosas importantes:

    • La reja: es la que cerraba la Capilla Mayor de la Catedral Antigua.

    • El Retablo de la Piedad: obra maestra de Juan de Juni fechada en 1571.

    • El Tríptico del Descendimiento: obra maestra de Ambrosio Benson, discípulo de Gerard  David. En el centro está el Descendimiento de Jesús de la cruz y a los lados están San Miguel y San Antonio; en el reverso hay una Anunciación.

    También es importante la capilla de la Concepción, cuya  reja es de caoba maciza, de las primeras maderas traídas de América. Los muros están cubiertos por cuadros, obras del sevillano Ignacio de Ries, discípulo de Zurbarán. Frente a estas capillas, en el lateral sur se encuentran las capillas de San Blas, la del Sepulcro de Cristo (Cristo Yacente), Santa Bárbara, Santiago y la del Cristo del Consuelo.

    En la del Cristo del Consuelo se encuentra la entrada al Claustro y al museo capitular. La reja que la cierra es la que cerraba el coro de la antigua catedral. En la capilla de Santa Bárbara  hay una pila bautismal gótica, del s. XV, con las armas de Enrique IV que procede de la Catedral Antigua. En la capilla del Sepulcro de Cristo se encuentra una de las joyas más preciadas de la catedral: el Cristo Yacente de Gregorio Hernández. Cuando mejor se contempla esta imagen es en Semana Santa, ya que sale en procesión el día de Viernes Santo con la parroquia de San Andrés y está expuesto junto a la puerta de San Geroteo todo el día de Jueves Santo y Viernes Santo, lo que permite apreciar los detalles del Cristo por cualquier lado de la imagen.

    En la capilla de San Blas está la entrada a la torre de la catedral que mide 88 m. de altura. En su origen era toda de estilo gótico, terminando en capitel de madera. En su tiempo fue la torre más alta de España, más que la Giralda de Sevilla, pero un rayo destruyó el capitel y el arquitecto Mugaguren le puso una cúpula herreriana y la rebajó 22 pies.

    El claustro fue construido a finales del s. XV (se acabó en 1470) por Juan Guas por encargo de Arias Dávila. Es de estilo gótico flamígero. Pertenecía a la antigua catedral.

    En el museo capitular se pueden admirar pinturas, esculturas, orfebrería y las colecciones de tapices. Puede que lo que más llame la atención sea el sepulcro del niño don Pedro de Castilla, muerto trágicamente al precipitarse por una ventana del Alcázar en 1366.

    En el museo capitular se pueden admirar pinturas, esculturas, orfebrería y las colecciones de tapices. Puede que lo que más llame la atención sea el sepulcro del niño don Pedro de Castilla, muerto trágicamente al precipitarse por una ventana del Alcázar en 1366.

    El archivo capitular contiene uno de los fondos más importantes del país:

    - 350 códices de mucha antigüedad, valor e interés.

    - 519 incunables, entre los que se encuentran los impresos por Juan Parix en Segovia en 1471 y 1472, quizá los más antiguos de España (el más famoso es el “Sinodal de Aguilafuente”). También hay uno, tal vez único en el mundo, que contiene el retrato de Isabel la Católica.

    - 402 libros raros.    

    - Cantorales y obras de música: un códice musical del s. XV, un cancionero de música flamenca, que es de los más solicitados y estudiados de todo el mundo.

    En el lado sur, está la capilla del Santísimo Sacramento que se compone, a su vez, de dos capillas: la del Cristo de la Agonía (obra del s. XVII de Manuel Pereira que perteneció a los Marqueses de Lozoya y se colocó en la Catedral en un retablo de cerámica hecho por Daniel Zuloaga) y la de los Ayala (los mecenas que la hicieron construir), donde está el retablo de José de Churriguera y Juan de Ferraras. Resaltan dos grandes columnas salomónicas y una esfera, algo ovoidal, que representa el Mundo. En los laterales se guardan reliquias. Esta capilla está cubierta por una cúpula que mide 12 m. de alto (hasta la cornisa) y otros 12 m. de largo. Sobre la cornisa se abren las pechinas adornadas por los santos segovianos (San Frutos, San Valentín, Santa Engracia y San Geroteo), en alto relieve.

    Las capillas del ábside u ochavo son las de San Pedro, San Ildefonso, San Geroteo, San Frutos, San Antonio de Padua, Nuestra Señora del Rosario, San José y San Antón.

    EL ACUEDUCTO

    Esta obra arquitectónica fue levantada por los romanos en la segunda mitad del siglo I d.C. o principios del siglo II, posiblemente durante el mandato del emperador Claudio, en Secovia, hoy Segovia, para suministrar de agua potable a esta ciudad a partir del cauce del río Frío, situado a unos 18 Km., sea el acueducto romano mejor conservado del Imperio.

    Supuso la creación de una obra ciclópea urbana que se integra en su marco natural adaptándose rítmicamente al terreno, y que confiere al paisaje urbano una grandiosidad y monumentalidad indescriptible. Respecto de la cronología de su construcción no hay una unidad de criterios, pues para algunos historiadores, entre ellos Menéndez Pidal, creen que su ejecución se efectuó en tiempos de Augusto, en tanto que otros lo asocian a la época de Claudio, en la segunda mitad del siglo I, e incluso otros apuntan la idea de incluirlo dentro de las obras realizadas en Hispania por mandato del emperador Trajano.

    Tiene una longitud de unos 728 m. y una altura máxima de 28,50 m., a los que hay que añadir cerca de 6 m. de cimientos en el tramo principal. Consta de una doble arquería, la inferior formada por 119 arcos de medio punto de diferente luz, dependiendo del tramo y las adaptaciones al perfil del terreno, y la superior de 44 arcos, que constituyen el núcleo central del Acueducto.

    En su estructura longitudinal se distinguen cuatro tramos a partir del desarenador o decantador de las aguas: la primera alineación está formada por 6 arcos de medio punto de tosca factura y una altura creciente de 2,40 m., en la parte superior, sobre una cornisa que se apoya en las claves de los arcos, aparece el ático de mampostería que contiene el canal conductor del agua, que se mantiene en toda la obra con una sección en forma de U de 180 x 150 cm.; la segunda alineación está formada por 25 arcadas que, en gran parte, fue reconstruida probablemente en época de los Reyes Católicos; la tercera, tiene un total de 44 arcadas de ellas están reformadas las dieciséis primeras; y el último tramo, corresponde a la zona principal del Acueducto y está formado, también, por 44 arcadas superpuestas en dos pisos, salvo las dos de los extremos.

    En el piso superior los arcos tienen una luz de 5,10 m., algo mayor que en los arcos inferiores, y los pilares son de menor altura y grosor; se remata con el ático por donde discurre el canal, adaptándose el piso inferior a los desniveles del terreno. En el piso inferior los arcos tienen una luz que oscila alrededor de los 4,50 m. y los pilares disminuyen su grosor de manera escalonada, de abajo a arriba: en la coronación tiene una sección de 1,80 x 2,50 m, mientras que en la base llegan a alcanzar 2,40 x 3 m. Para su construcción se utilizó piedra berroqueña, granito de grano gordo y color cárdeno, para los sillares, muchos de ellos tallados ex profeso para el lugar que ocupan. Los sillares están labrados de forma tosca, unidos sin ningún tipo de argamasa y colocados a hueso.

    Desde el punto de vista estético los romanos crearon una estética particular a partir de la combinación del muro con el hueco. Esta asociación crea una imagen, fundamento de la estética utilizada en puentes y otras construcciones del imperio, en la que se equilibran el arco y el dintel, lo dinámico con lo estático, la idea de macizo y vano, de claro y oscuro que tan fructífera será para el futuro.

    El magnífico monumento se ha mantenido en buen estado de conservación, sin grandes transformaciones, debido, en cierto modo, a la sobrecogedora y misteriosa grandeza de estructura que impone respeto y al hecho de que, aún en el siglo XX, continúa ejerciendo su función original. La primera gran obra de reconstrucción debió realizarse en tiempos de los Reyes Católicos: el prior del monasterio de los Jerónimos del Parral, don Pedro de Mesa, fue el encargado de administrar las obras de reconstrucción entre los años 1484 al 1489, cuando se reedificaron 36 arcos respetando al máximo la obra original, aunque algunos arcos tienen una leve tendencia a la forma apuntada y una labra menos tosca que la de los sillares romanos. En el siglo XVI se reponen en los nichos del pilar central las estatuas de la patrona de Segovia, la Virgen de la Fuencisla, y de San Sebastián. En la actualidad, el estado de deterioro de la piedra por la contaminación atmosférica ha sido tan alarmante que el Estado, con la ayuda de otros organismos nacionales e internacionales, ha tenido que protegerlo mediante un minucioso proceso de restauración.

    IGLESIA DE SAN MARTÍN

    Se encuentra en la calle Real presidiendo la escalonada plaza de las Sirenas, una de las más bellas de Segovia. Este templo románico del siglo XII, posee tres soberbios atrios y magnificas portadas, siendo el exterior ejemplar interesantísimo, con esculturas sirviendo de columnas. En su interior guarda imágenes muy bellas entre las que destacan un Cristo yaciente de Gregorio Fernández, un San Francisco de Asís de Pedro de Mena, un tríptico flamenco. También existen notables capillas con enterramientos, particularmente interesante es el de los Herrera que guarda un bello retablo.

    Fue construida sobre un templo mozárabe del siglo X y tres de sus lados están rodeados por galerías porticadas sobre columnas pareadas con capiteles esculpidos, elemento distintivo de las construcciones románicas en esta provincia.

    La portada principal se adorna con cuatro grandes estatuas de profetas a modo de cariátides, mientras que en la zona de la cabecera, de triple ábside, destaca el relieve de San martín incrustado en el reformado cuerpo central. El interior, de tres naves, fue trasformado en el siglo XVII, y en el son especialmente notables la capilla gótico flamígera del siglo XV construida para algunos enterramientos de los nobles de la época.

    LA IGLESIA DE LA TRINIDAD

    Esta iglesia de la Santísima Trinidad, no demasiado conocida, es un ejemplo típico y hermoso de iglesia románica segoviana. Tiene una nave, con torre y ábside de tambor, además de galería porticada. La portada occidental y meridional son de buenas proporciones con la clásica combinación de arquivoltas planas y de baquetón sobre columnas. La galería es un poco sosa al contar con capiteles de temática vegetal poco expresivos. Sin embargo, el ábside es magnífico y sigue los cánones clásicos románicos, con ventanales, columnas entregas y canecillos figurados. En el interior lo más destacable es el juego de ventanales y las arquerías murales sobre columnas pareadas, creándose un ambiente plenamente románico.

    Esta iglesia es del siglo XII con galería porticada, torre sobre el crucero y una sola nave. Posee valiosas capillas y obras artísticas.




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    Enviado por:Empordaneta
    Idioma: castellano
    País: España

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