Agronomía, Recursos Forestales y Montes
Sector agrario en la Región de Murcia
A. INTRODUCCIÓN.
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN.
Nuestro objetivo, es ver lo que ha supuesto para la agricultura de Murcia la integración de España a la U.E la cual originó grandes cambios y unas expectativas para la agricultura. Con esta investigación comprobaremos si se ha llevado a cabo o no. Intentamos dar una visión de lo que se dijo que ocurriría y ocurrió así como lo que no sucedió. Por tanto no expondremos todos los datos que corresponden al tema en cuestión debido al gran número de factores que influyen en él.
Expondremos la situación actual que marcarán las nuevas expectativas hacia un futuro, normalmente esperanzadoras, que solo con el tiempo se resolverán.
Centraremos nuestra investigación en los problemas a los que se enfrenta la agricultura en la actualidad respecto a la política agraria de la Comunidad Económica Europea.
METODO Y FUENTES DE LA INVESTIGACION.
Partimos de los antecedentes de la agricultura de Murcia antes de la integración de España a la U.E, después veremos como ha influido dicha integración con el objetivo de comparar el antes y el después.
Todo ello, a partir de datos económicos, históricos y artículos periodísticos elaborando una síntesis de las características actuales de la agricultura.
A continuación resumimos las características principales que engloban el contexto de la adhesión de España a la CEE.
Para reforzar los datos aportados en el proceso evolutivo agrario, y dado el grado de actualidad que queremos conseguir en nuestro trabajo, incluiremos un análisis de los artículos periodísticos más relevantes.
Finalmente se compararán los datos obtenidos dando una visión objetiva
y concluiremos de una manera subjetiva aportando las perspectivas sobre el sector agrario de la región de Murcia.
Para realizar la investigación hemos consultado con los distintos
documentos que nos informaban sobre el tema a tratar, de los cuales utilizamos aquellos que explican mejor el acontecimiento.
Por otra parte hemos recogido los periódicos más actuales que nos aportaban información concreta sobre este tema.
Hemos intentado dar una visión objetiva y tratarlo desde distintos puntos, para ello aportaremos datos no solo históricos y periodísticos, como ya hemos señalado anteriormente, sino que además ofreceremos datos económicos basándonos en conferencias.
Además de las fuentes ya mencionadas, debemos incluir los datos facilitados por la Cámara de Comercio, la Dirección General de Desarrollo Agrario y el Ayuntamiento de la región de Murcia.
B. AGRICULTURA DE LA REGIÓN DE MURCIA.
La agricultura es la principal actividad económica de la región. En la década de los sesenta se inició un proceso de tecnificación y de abandono de tierras de baja productividad, que ocasionó, además, una fuerte disminución de mano de obra agrícola. La explotación de las tierras de secano, que están en retroceso, destaca por la producción de cereales (especialmente cebada), almendros, olivos y vid. La política de trasvase de agua del Tajo al Segura ha hecho que las tierras de regadío aumentes y representen el 30% de la superficie cultivada. Estas tierras se dedican principalmente a la producción de cítricos (naranjas, limones), hortalizas (tomates, pimientos, alcachofas) y frutales (albaricoques, melocotones, ciruelas y manzanas), que tienen una doble salida: la exportación hacia Europa y la transformación en las industrias conserveras. En la explotación de la tierra conviven una muy numerosa cantidad de pequeñísimas propiedades trabajadas por sus dueños y grandes superficies ( a veces superiores a 100 ha), que están en manos de importantes empresas agroalimentarias o de grupos financieros.
C. INCORPORACION DE ESPAÑA A LA CEE.
Al finalizar la segunda Guerra Mundial, el gobierno español mantuvo una postura indecisa con respecto a las asociaciones que se estaban llevando a cabo: Francia y Alemania acordaron la CECA y Gran Bretaña propiciaba la EFTA. España estudiaba la posibilidad de unirse a los seis, a los siete o esperar que estos se unieran. Pero por otra parte ni los seis ni los siete consideraban la posibilidad de incorporar a España en sus acuerdos, y no solo por el régimen dictatorial bajo el que se encontraba, sino también por razones económicas como su baja renta per cápita.
La creación de la PAC (política agraria comunitaria) en 1962, restringió aun más nuestras exportaciones a los seis, mientras que las importaciones realizadas por ellos a nuestro país aumentaban considerablemente ya que el desarrollo español exigía equipamientos industriales. Nuestro déficit con Europa aumentó de 200 millones de dólares a 800 millones de dólares en tan solo tres años.
Al implantarse en España la monarquía parlamentaria, tanto los gobiernos de la transición como los de la democracia manifestaban su deseo de pertenencia a Europa. Por su parte la CEE consideraba la necesidad de la ampliación ibérica. Todos coincidían en las ventajas de la incorporación de España y Portugal aun conociendo los problemas que esta ampliación supondría.
Los problemas que más preocupaban a la CEE ante la incorporación de los países Ibéricos eran dos. En primer lugar no resultaba fácil la incorporación de dos países de intensa y variada producción agrícola a la PAC, que ya suponía casi un 75% del presupuesto comunitario. Por otra parte estos nuevos países aportarían a la CEE unas regiones con una resta muy por debajo de la media comunitaria, lo que obligaría a los otros Estados miembros a aumentar la capacidad financiera del FEDER (fondo europeo de desarrollo regional) sino querían provocar una situación diferencial norte-sur dentro de la comunidad.
Las negociaciones para la aceptación de España en al Unión Europea fueron las más largas y complicadas llevadas a cabo para el ingreso de un Estado. La Comunidad pasaba en esos años momentos difíciles que alentizaron las negociaciones, además se intuía que la ampliación a los países “meridionales” agudizaría los problemas ya existentes. Alemania era partidaria desde el principio de aceptar el reto de las nuevas incorporaciones. Más tarde se le unió Francia e Italia en su postura. Los demás países no se mostraban del todo entusiasmados pero acabaron por aceptar la necesidad de las nuevas adhesiones. El uno de enero de 1986 fue aprobada la incorporación de España y Portugal a la Unión Europea.
Desde esa fecha España pasó a ser a todos los efectos uno de los doce Estados miembros integrado en igualdad de condiciones a todas las instituciones comunitarias, pero la incorporación completa se realizará de manera paulatina, es decir, España deberá pasar por unos períodos de adaptación o transitorios en algunos aspectos: comerciales, industriales, aduaneros y legales. Esta incorporación se estableció en el Acta de Adhesión que pretendía la adecuación y la adaptación de las legislaciones y los mercados productivos, especialmente en el área agrícola.
El último gran paso dado en el sentido de la integración total económica que conduzca a la integración política se dio el 7 de febrero de 1992 en la ciudad holandesa de Maastricht, al firmarse el Tratado de la Unión Europea. En este tratado se acuerda poner en marcha el Acta Unica y, sobre todo, la incorporación de todos los países comunitarios a la Unión Económ ica y Monetaria para 1999. Para conseguir esto, los países deberán ir armonizando sus políticas financieras, monetarias y fiscales mediante duros Planes de Convergencia.
Los países que logren alcanzar los criterios exigidos se unirán en 1996, los que no lo hagan esperarán a 1999.
También se acordaron medidas económicas para corregir, en lo posible, la desigualdad del desarrollo existente entre los países más ricos y los menos, existentes dentro de la Comunidad, a través de la creación de los Fondos de Cohesión.
Entre las medidas políticas adoptadas en esta reunión está la creación de una defensa común y el cambio del nombre al de Unión Europea.
D. SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA MURCIANA ANTES DE SU INCORPORACIÓN AL MERCADO COMÚN.
La agricultura tradicional perdió a mediados de los setenta el lugar central en el que se encontraba en la década de los sesenta. Dio paso a una agricultura intensiva e industrializada, con un peso menos importante en la economía del país.
Entre 1975 y 1985 la agricultura sufrió importantes alteraciones que aceleraron los cambios internos, tanto en su estructura productiva, como en los factores productivos, provocando variaciones en la producción, en las rentas y en la situación financiera.
Los cambios que experimentó el sector agrario murciano se debieron a distintos factores externos:
1º. La evolución que experimentó la demanda.
2º. El descenso del componente alimentario en la estructura del gasto familiar. (bajó cinco puntos entre 1975 y 1985, pasando del 38% al 33%)
3º. La composición de la dieta.
4º. El mayor grado de elaboración de los alimentos.
Los cambios producidos por la evolución de la demanda fueron generando en la mayor parte de los agricultores la posibilidad de transformar tierras de secano en regadío. Estas expectativas indujeron a la llegada de aguas del trasvase Tajo- Segura (cuyas obras se iniciaron en 1968). Los agricultores también barajaban la posibilidad de aplicar nuevas tecnologías agrarias, dado las condiciones excepcionales del microclima de las zonas litorales, lo que les permitiría adelantar las cosechas e incrementar sus rendimientos en las producciones hortofrutícolas realizadas fuera de temporada.
Respecto a la composición de la dieta, disminuyeron los productos de baja elasticidad renta como: cereales, tubérculos y legumbres. Aumentaron los productos de origen animal, las frutas y las hortalizas, debido a su mayor elasticidad, y sufrieron un incremento los productos con un alto nivel de calorías.
Todos estos cambios se tradujeron en que a comienzos de la década de los ochenta, España se encontraba en un nivel de saturación del consumo alimenticio y de desequilibrio de excedentes. La región de Murcia en 1975 era la quinta provincia según la producción final española agraria (PFA) con el 29% y en 1985 se situó en el primer lugar con un 45% de la PFA española.
Esta nueva etapa de desarrollo agrario supuso una perturbación política que ocasionó la intensificación de la crisis de dos sistemas agrarios: el de los regadíos tradicionales y el de los secanos tradicionales, consolidándose a partir de ahí los dos más recientes: el de los nuevos regadíos y el de la agricultura del litoral.
Otro cambio significativo que sufrió la agricultura murciana fue el salto territorial que experimentó, de modo que la agricultura de la región consolidó sus posiciones definitivamente hacia el sur, hacia la costa, un triángulo imaginario que forman Aguilas- Corvera- San Javier. Este salto territorial se hizo posible gracias a tres factores:
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La disponibilidad de agua.
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Las nuevas tecnologías.
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Las características del clima.
Como hemos señalado antes, la agricultura murciana no se vio muy afectada por la crisis económica que se sufrió en este período, es más, la agricultura jugó un papel activo frente a la crisis. En Murcia la participación de la agricultura en el PIB (producto interior bruto) se encontraba entre el 12,7% y el 11,9%, creció a un ritmo del 1,4% frente al descenso que experimentó la agricultura española del 2,5%.
Evolución de las principales macromagnitudes del sector agrario en la región de Murcia (1980 - 1991)(
E. SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA MURCIANA TRAS LA INTEGRACIÓN A LA UE
Nuestra adhesión a la Unión Europea en junio de 1985 significó el inicio de un nuevo proceso histórico. La disminución paulatina de los aranceles en los intercambios con el resto de Europa en el sector de frutas y hortalizas, hasta la total liberalización en enero de 1993, supuso un aumento de las exportaciones de productos agroalimentarios en algo más de un 70% de incremento.
- INTRODUCCIÓN.
La entrada española en la Comunidad Económica Europea se efectuó a partir de un conjunto de limitaciones y condiciones puestas por los países miembros para defender sus producciones en el sector primario de la competencia de los productos españoles, lo que obligó a España a modificar su estructura tradicional: sobraban olivos, vides, vacas ...
Es fácil entender los problemas que supuso para la CEE la incorporación de España y la necesidad de modificar la PAC si pensamos que nuestra integración supuso un aumento del 26,98% de la superficie agraria útil, un 24,20% de población activa y un 40% en el número de explotaciones. También hay que tener en cuenta que la incorporación de España generaba mayores desequilibrios entre producción- consumo, aumentando en algunos casos los excedentes (vino y trigo), y en otros aumentando el déficit ( maiz y alimentos ganaderos).
Parece claro que la adhesión de España a la CEE tuvo lugar en momentos difíciles para la misma, quizás de ahí la dureza de algunas de las condiciones del Tratado de Adhesión, en el que diferenciaron distintos periodos transitorios para nuestros productos agrarios, más largos cuanto mayor era la competencia con los productos europeos. De este modo los períodos transitorios se constituirían más o menos así:
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Período de siete años para productos como tabaco, azúcar, cereales y vino
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Período de diez años para frutas, hortalizas y aceites.
La modalidad de los períodos transitorios de diez años era una novedad en los acuerdos comunitarios, lo que provocó duras críticas en el sector, teniendo en cuenta además que en este período transitorio específico se podrían aplicar restricciones cuantitativas.
Con la integración a la UE y la aplicación de la PAC a la agricultura española se produjo la transformación de muchos paisajes agrarios hasta entonces clásicos en nuestra geografía como es el caso de los olivareros andaluces o los viñedos murcianos, que sufrieron profundos cambios para ajustarse a la normativa comunitaria.
Pero además de la entrada española en la Comunidad Europea se van a producir un conjunto de sucesos externos al sector agrario que irán condicionando las oscilaciones de la agricultura española y murciana. Algunos de estos factores externos más importantes son:
La desintegración de los países del Este iniciada a finales de 1989, como consecuencia de la caída del muro de Berlín
El giro en la política económica dado por el gobierno socialista a mediados de 1986 con un refuerzo de las medidas monetaristas y la apreciación de la peseta, lo que restaría competitividad a las exportaciones agroalimentarias de forma particular hasta finales de 1992..
Tres grandes acontecimientos que se concentran a lo largo de 1992:
- la aprobación en mayo por la Comunidad Europea de la Política Agraria Común (PAC)
- la firma en diciembre de un preacuerdo del GATT en materia agrícola entre la CE y EEUU.
- la finalización del período transitorio tres años antes de lo previsto para las frutas y las hortalizas españolas el 1 de enero de 1993, fecha operativa de la entrada en vigor del Mercado Unico Europeo.
Este conjunto de elementos estructurales ha ido condicionando la dinámica del sector agrario, el cual ha continuado perdiendo peso económico y social en el conjunto de la actividad económica. Los cambios cualitativos generados en la distribución agroalimentaria provocaron una pérdida generalizada de competitividad del sector por la abundancia de los recursos naturales, la abundancia del factor trabajo, los precios relativamente bajos del factor agua y del capital.
Desde mediados de los ochenta, las disfuncionalidades por las que pasaba la agricultura mediterránea agudizaron el proceso de crisis de un modo basado en un fuerte minifundismo y parcelación excesiva, el elevado envejecimiento de la población activa, el gran número de agricultores a tiempo parcial y un excesivo nivel de asalarización agraria.
En cuanto a los factores productivos, en este período se produce una disminución del saldo migratorio positivo en las comunidades mediterráneas, por lo que es trabajo que era abundante empieza a ser escaso y caro.
El resultado desde 1986 ha sido la progresión irresistible del recurso de la inmigración de mano de obra norteafricana legal o ilegal, que se ha extendido rápidamente por el Arco Mediterráneo.
La fragilidad del modelo productivo murciano, el empleo intensivo del factor trabajo y de medios de producción agresivos con lo ecosistemas, han agudizado de forma significativa en Murcia la contaminación de las aguas superficiales, el agotamiento por sobreexplotación de las aguas subterráneas y el empobrecimiento de los suelos.
Por otro lado se produjeron alteraciones a las cuales fue preciso adaptarse, tanto en la demanda, como en las técnicas y sistemas de distribución comercial en los países europeos, a los cuales destina Murcia más del 80% de sus exportaciones agroalimentarias.
Esta pérdida de competitividad en el sector hortofrutícola murciano y mediterráneo, se manifiesta especialmente desde 1989 en excesos de oferta y reducciones de precios cada vez más recurrentes, y por tanto, en caídas de las rentas agrarias, así como en un estancamiento en la evolución del regadío, este último provocado además por un creciente déficit hídrico de la Cuenca del Segura.
- 1986
Entre 1986, ( corrresponde al inicio de la incorporación) la región de Murcia presenta un período de grandes ventajas. La participación del PIB regional en el total nacional ha ido creciendo a lo largo del período pasando del 2,21% en 1986 al 2,28% en 1990, por encima de comunidades autónomas como Navarra, Cantabria, Extremadura y la Rioja.
Destaca un fuerte crecimiento en el período por la demanda y la actividad productiva, corresponde a un período de moderación en el crecimiento de la actividad regional por una demanda interna forzada y adoptada por el gobierno.
El apoyo que la UE presta a la agricultura a través de la PAC se realiza a través de una serie de mecanismos entre los que se incluyen determinadas medidas de intervención en el mercado y subsidios directos. El Consejo de Ministros de Agricultura decide, con una periodicidad anual, el grado de ayuda a los precios, basándose en propuestas emitidas por la Comisión Europea. Se imponen aranceles a los productos importados de terceros países, para que no puedan tener una ventaja comparativa respecto a los producidos en la UE. La exportación se facilita pagando a los exportadores europeos la diferencia existente con los precios de mercado, para que puedan competir con garantías en los mercados internacionales.
Las ayudas comerciales son financiadas por el Fondo de Garantía y Asesoramiento Agrícola Europeo.
Pese a que la PAC tuvo como consecuencia el incremento de la producción agrícola (reflejo del progreso tecnológico, la mayor eficacia productiva y el alto grado de apoyo económico), el consumo en Europa permaneció estático. A principios de la década de 1980 existían enormes partidas de determinados productos no vendidos, lo que atenazaba cada vez más el presupuesto de la UE (dos tercios de éste estuvieron dedicados al gasto agrícola en aquella década). En 1984, 1988 y, de forma más radical, en 1992, se introdujeron reformas en la PAC para solventar estos problemas de sobreproducción. Entre ellas, se volvió a aplicar una estrategia de precios orientada al mercado (amortiguando la caída de beneficios agrícolas con una ayuda específica a las cosechas más rentables); controles cuantitativos y cualitativos de producción a través de cuotas y pagos compensatorios; promoción del abandono de tierras (ayudando a los campesinos que dejaban sin roturar sus tierras más improductivas) y diversificación de la producción para atender mejor a la demanda. También se promovieron técnicas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente.
La PAC estuvo siempre vinculada al conjunto de las relaciones comerciales internacionales. Tras la denominada Ronda de Uruguay y el establecimiento de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la UE se comprometió, en un plazo de seis años a partir de 1995, a reducir de manera sustancial sus aranceles agrícolas a la importación y los subsidios internos a la exportación y a reducir el volumen de sus exportaciones alimentarias protegidas.
En cuanto al sector productivo murciano, se caracteriza por una gran expansión en comparación con las otras regiones españolas. La adhesión de España a la CEE a favorecido en Murcia a la agricultura con exportaciones agrícolas que han ido aumentando y se han concentrado en el mercado comunitario.
Las producciones agrícolas crecen la mayoría de ellas, destacando la alcachofa, el melocotón y el tomate. Sin embargo el limón y a almendra han registrado problemas importantes por el exceso de oferta y la fuerte competencia, respecto de la almendra con Norte América que produce una fuerte caída de precios.
La política agrícola es un elemento primordial para garantizar el alimento de la nación. A la firma del tratado de Roma, que fue en marzo de 1957, la agricultura comunitaria presentaba un aspecto heterogéneo y contradictorio ya que las estructuras agrícolas, distintas al igual que las políticas nacionales. Por todo esto se creo el mercado común agrícola que necesitaba una política agrícola común (ya mencionado anteriormente) entre los estados miembros para su funcionamiento y desarrollo.
Los objetivos principales de la P.A.C incluidos en el tratado de Roma y adoptados por la Comunidad Económica Europea son los siguientes:
Incrementar la productividad agrícola.
Asegurar un mayor nivel de vida a la población agrícola.
Estabilizar los mercados.
Garantizar el autoabastecimiento de los productos agrícolas.
Garantizar precios razonables a los consumidores.
(Estos objetivos se han logrado pero han ocasionado problemas por lo que la P.A.C se ha reformado en cuanto a estabilizar la producción y con una disminución de precios.)
Los instrumentos fundamentales para el desarrollo de la PAC fueron entre otros, una política común de precios y mercados una organización común de los mercados agrícolas y la creación de fondos comunitarios para financiar esta política.
Todo esto con el objetivo de estimular la libre iniciativa de los productores agrícolas para la disminución de costes de producción y los cultivos más rentables. Para todo esto se recurre a las Organizaciones Comunes del Mercado (O.C.M).
Existen distintos tipos de O.C.M , se diferencian en 4 grupos:
- Precios de sostenimiento e intervención
- Protección exterior
- Ayudas integrales
- Otras ayudas
F. PROBLEMAS Y ESPECTATIVAS EN CUANTO AL SECTOR AGRARIO
El futuro de la Región de Murcia no solo podían contar con la modificación de su política regional europea sino que se debe afrontar con decisión los procesos de adaptación para corregir los principales problemas que sufría la economía murciana como lo era la escasez del agua;
un deficit hidráulico que se cubría con las aportaciones del Trasvase Tajo- Segura y por una sobreexplotación de los acuíferos, hacia el año 2000 ese déficit iría creciendo, habría que corregirlo con economías de agua y nuevas aportaciones en el Trasvase. Otro problema era el de que la incorporación de la tecnología era muy reducida. También el clima era un factor negativo, escasas precipitaciones anuales. Las espectativas eran, poner en movimiento su potencial de desarrollo endógeno y fomentar la capacidad de atraer capitales extrangeros que apostasen por el futuro de la Región.
G. FUTURO PREVISTO TRAS LA INCORPORACIÓN A LA U.E
El futuro del sector agrario murciano se va a desarrollar en tres elementos estructurales: el incremento en la competitividad en los mercados internacionales, la generalización de excedentes agrarios y el reforzacimiento del papel del mercado en la asignación de los recursos.
La mayor complejidad en los mercados internacionales se va a derivar, de cambios decisivos en las relaciones políticas y económicas internacionales.
Extracomunitariamente, el aumento de la competencia que se va a generar está relacionada con las repercusiones que se van a desarrollar en el comercio mundial de productos agrarios y no agrarios, como consecuencia de la aprobación de la ronda Uruguay del GATT, pese a las diferencias que subsisten entre la Comunidad Europea, Estados Unidos y Japón.
La comunidad Europea tiene que hacer frente al derrumbamiento de los denominados países del Este o bloque comunista. La Europa comunitaria ha tenido que absorber a al antigua RDA e impulsar desde 1990 acuerdos preferenciales y de asociación con los diversos países del frente y del Este europeo, que afectan al comercio agroalimentario
El creciente y seguramente imparable proceso de apertura de los mercados internacionales en un contexto de profundos cambios políticos, donde no cabe ignorar el acuerdo de poner en marcha el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Canadá, Estados Unidos y Mexico, va a condicionar decisivamente la finalización de la reforma de la P.A.C y por tanto el futuro a medio plazo de la agricultura española y murciana.
La producción cada vez más recurrente de excedentes agrarios, como consecuencia del estancamiento de la demanda y el incremento de paises competidores en los mercados no sólo europeos sino también internacionales, constituyen un segundo elemento a considerar en las perspectivas de futuro, ya que dichos excedentes tenderán previsiblemente a su agravamiento.
A lo largo de la década de los ochenta han ido emergiendo con mayor recurrencia excedentes en productos mediterráneos como el limón, almendra, melocotón y albaricoque, algunas hortalizas e incluso en porcino.
Este afloramiento en excesos de oferta con una inmediata translación a la caída de precios, pese a la amortiguación que suponen las ayudas comunitarias, son señales inequívocas que lanza el mercado y que requieren adaptaciones adecuadas por el lado de los agricultores y ganaderos.
Tres son los argumentos que reflejan el previsible agraviamiento de los excedentes agrarios a medio plazo: el avance tecnológico, los cambios políticos en la periferia de la Europa Comunitaria y los cambios en la demanda.
En relación con el primero, ha hecho su aparición la biotecnología una revolución tecnológica de alcances todavía imprevisibles, tanto cualitativa como cuantitativamente.
Si la Unión Europea quiere reforzar su papel central en el futuro europeo, deberá abrir sus mercados agrarios para apoyar a los países del antiguo bloque del Este, los del Magreb y al resto de la cuenca mediterránea.
Los cambios que están ocurriendo en la demanda son también decisivos para visualizar e futuro de la agricultura. Por un lado la demanda global de productos agrarios en la Europa Comunitaria está proxima a su estancamiento, debido tanto a los bajísimos niveles que regitra el crecimiento vegetativo, como por la baja elasticidad de la demanda en relación con la renta. Parece que la demanda es cada vez menos sensible añ precio y exige cada vez más una adecuada organización productiva y comercial, no solo en los productos hortifruticolas sino también en los ganaderos.
Estudios, muestran la insuficiencia del enfoque económico para analizar los factores y variables que influyen en el consumo agroalimentario. Así y en relación a las frutas y hortalizas, su consumo depende cada vez más del capital cultural de las sociedades, del conocimiento de las recomendaciones nutricionales y de la calidad de los productos.
De ahí, que la demanda futura de las frutas y hortalizas vaya a ser muy desigual. La evolución presenta manifiesta una serie de rasgos muy significativos:
Un incremento mayor de las hortalizas que se pueden consumir crudas, (tomate, pepino, lechuga y zanahorias)
Una disminución en el consumo de las hortalizas más tradicionales como las coles o el repollo.
Un aumento en el consumo de hortalizas envueltas en un significado de status social como el espárrago y el salchichón.
Una disminución en el consumo de hortalizas en conserva excepto el vinagre.
Un aumento en el consumo de hortalizas congeladas
Un estancamiento en el consumo de frutas y cítricos en fresco.
Una disminución del consumo de variedades tradicionalmente producidas y consumidas en el país como las manzanas las peras y las ciruelas.
Un aumento de las variedades que conllevan cierto prestigio (frutas tropicales) y un aumento de las frutas fáciles de ingerir en cualquier situación (plátanos, clementinas y frutos secos)
Un rápido incremento del consumo de zumos de frutas.
El tercer elemento estructural de cara al futuro va a ser el reforzamiento del papel del mercado frente al intervencionismo de las administraciones políticas. La agricultura se convertirá progresivamente en un sector de demanda, en el cual lo difícil no va a ser producir, sino comercializar. La oferta deberá ajustarse a la demanda, tanto en calidad y cantidad como en características, y el sector agrario tendrá que mejorar la busqueda de nuevos usos y demandas para sus productos, como el resto de sectores económicos.
Por tanto, todo indica que los agricultores y ganaderos de los próximos años para seguir en el mercado tendrán que ser eficientes y dinámicos y deberán producir aquello que se demande y ser eficaces en las redes de comercialización y venta que empleen. Los agricultores y las agriculturas que no sean capaces de adecuarse a los nuevos escenarios que se avecinan verán más complicada su existencia y se convertirán en marginales, y necesitarán tanto nuevas políticas agrarias como que amortigüen los previsibles impactos negativos a través se procesos de ajuste y reconversión.
En el caso murciano, la estrategia de futuro debe ser dual. Por un lado debe e abordar específicamente la agricultura que hemos denominado de los secanos tradicionales a través de una política de desarrollo rural.
Por otro lado deben instrumentarse políticas concretas en lo que convencionalmente se denominan agriculturas competitivas, es decir, la agricultura se los nuevos regadíos y la agricultura el litoral.
La nueva política de desarrollo rural se dirige en el caso murciano hacia el sistema agrario murciano más frágil y al mismo tiempo más significativo, en términos de superficie afectada, erosión, bajas densidades de población y bajos niveles de renta agraria, se enmarca en la nueva filosofía comunitaria que impregna la reforma de la P.A.C, aprobada por la CEE en 1992.
Las nueva medidas aprobadas se dirigen a la protección del medio ambiente, a la forestación de las tierras agrícolas y a la jubilación anticipada. Estas nuevas actuaciones suponen un cambio de estratégia y una nueva visión en el futuro del sector. Con ellas, la Comunidad Europea pretende armonizar la política de precios y mercados, la política medioambiental y la mejora de la competitividad de las exportaciones agrarias pequeñas y medianas. El objetivo que se persigue es reforzar el equilíbrio de los mercados y la estabilidad de la renta de los agricultores, a la vez que se aborda la conservación de los recursos naturales y medioambientales. Además, La Comunidad cofinanciará, junto con los Estados miembros las ayudas de las medidas de acompañamiento, que es el caso de las regiones del objetivo nº 1, como la región de Murcia alcanzarán el 75%.
El giro dado por la Europa Comunitaria en relación con el desarrollo rural, pretende superar la tradicional política socioestructural al introducir un enfoque más amplio, más integral y planificador y por otro lado, porque en muchas zonas rurales que afectan en extensión a la mayor parte del territorio murciano, va a resultar casi imposible que lo agrario, en sistemas dominados por secanos de bajísimos rendimientos y fuertes rigideces en las estructuras, desempeñe un papel clave en el desarrollo de esa zonas, desde hace años marginales en términos agrarios.
En este nuevo contexto de desarrollo rural integrado se acciones e iniciativas que convienen potenciar e intensificar como el Programa LEADER, más cercano a las estrategias de desarrollo rural, que en el caso de la Región de Murcia está posibilitando un programa plurianual desde inversiones de 1992.
El futuro de los regadíos tradicionales va a ser sin duda más complicado, además de su heterogeneidad, complejidad y localización en las zonas periurbanas de los pueblos y ciudades del río Segura y sus principales afluentes, por que su resolución requiere actuaciones que desbordan el ámbito de desarrollo rural y requieren estratégias de mayor alcance, vinculadas a la planificación territorial y regional. Algunas iniciativas dentro de las infraestructuras de regadío se han diseñado ya aunque parcialmente, con el objetivo de ahorro de agua, mejora de calidad del agua, reutilización de aguas residuales y ahorro energético.
En relación con los dos sistemas agrarios murcianos, más competitivos que hemos denominado de los nuevos regadíos y de la agricultura del litoral, su futuro a medio plazo, su competitividad en un contexto de economías abiertas y de internacionalización de la economía, va a depender de un complejo e interactivo conjunto de variables.
Esas variables son el análisis de los cambios en la demanda, los cambios en la dotación de los factores productivos, las estructuras agrarias, la organización la estrategia de sectores , el desarrollo de los sectores de apoyo, la investigación y el desarrollo. En este último caso, se hace preciso definir un plan regional de investigación Agroalimenteria que delimite y priorice objetivos y recursos humano y financieros.
El complicado mercado del agua para el riego en Murcia, donde conviven los regantes tradicionales , los del acueducto Tajo-Segura y los que emplean aguas subterráneas, conforman un plan que es necesario ordenar en el contexto del Plan Hidrológico Nacional.
La practica gratuita del recurso del agua supone un despilfarro, constituye una barrera estructural a la introducción y difusión de métodos eficientes de regadío.
La profundización de las reformas en las estructuras agrarias, y por lo tanto en una mayor racionalidad en la dotación de los factores de trabajo, capital y tierra, constituye otra variable de alta significación en el caso murciano, por las rigideces que ofrecen sus estructuras, que impiden avanzar en la modernización y mejora de la competitividad de las explotaciones.
La organización y estrategia de los sectores conforma otra variable esencial en el futuro del sector agrario murciano más abierto a la competencia. Las disfuncionalidades de las rígidas estructuras productivas y lo inadecuado de gran parte de las estructuras comerciales condicionan fuertemente la elasticidad necesaria para adaptarse con el dinamismo suficiente a los cambios en los factores productivos y en la demanda. De ahí la necesidad de potenciar las organizaciones de frutas y hortalizas (OPFH) y otras formas asociativas e integradoras, que aborden y profundicen con nuevos elementos en las estrategias de futuro en comercialización y estructuras productivas.
Los sectores de apoyo resultan también fundamentales en la mejora de la competitividad de la agricultura de los nuevos regadíos y de la agricultura del litoral. Entre esos sectores destacan el sistema de investigación y desarrollo, infraestructuras, orientación a los agricultores...que convendría impulsar y articular con la realidad agraria murciana y sus posibilidades de desarrollo a medio plazo.
Finalmente, las perspectivas a medio plazo del sector agrario murciano, como las del conjunto de la agricultura española, están inmersas en una etapa de fuerte convulsión y cambio en el nuevo escenario de la Unión Europea, en un contexto de economías abiertas y de internacionalización del comercio exterior.
El futuro de sus sistemas agrarios más competitivos dependerá de la capacidad de todos los agentes implicados en hacer frente a las debilidades que presentan y apostar al mismo tiempo por las grandes oportunidades que ofrecen.
H. ACTUALIDAD: ESTADÍSTICAS DE TABLAS Y ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS
Los datos climatológicos de los últimos años, especialmente los relativos a la publiometría anual, han sido en Murcia de 314 y 379´5mm respectivamente, un poco superiores a los años anteriores; por otra parte el aumento experimentado en toda la geografía nacional ha permitido una mayor disponibilidad de agua para el riego.
En el secano, se ha reflejado en una recuperación de los cultivos leñosos, almendros y vides que han sobrevivido a la sequía de los cinco años anteriores. En el regadío, el incremento de lluvia y agua de superficie disponible ha permitido, por una parte, el aumento de superficie de los cultivos herbáceos y, por otra la mejora generalizada de frutales y cítricos.
La financiación de obras para mejora y modernización de los regadíos tradicionales que la Administración está subvencionando, la expansión de los riegos localizados que en la actualidad superan las 50.000ha.,y las ayudas a inversiones para uso más eficiente del agua de riego. Todo ello, unido a las investigaciones y experiencias en el uso del agua repercute en la optimización de los recursos hídricos.
Dentro del subsector agrícola cabe destacar el incremento de algunas hortalizas concretamente el melón, la lechuga y el bróculi y permanecen estabilizadas las superficies dedicadas a tomate y alcachofa.
No podemos olvidar los daños ocasionados por accidentes meteorológicos entre los que destaca las heladas del albaricoque sufridas en el noroeste en la primavera del 97 y, las pérdidas de la uva de mesa ocasionadas por los pedriscos en el 98.
ESTADISTICAS
CONCLUSIONES:
ANÁLISIS COMPARATIVO
Antes de la incorporación de España en la U.E supone grandes cambios, Murcia y toda España tiene que amoldarse a las exigencias de la UE por lo que España tiene que modificar todas sus estructuras y paisajes tradicionales ya que al ser excedentarios en gran parte de su producción, España se ve obligada a disminuir el números de cultivos para rebajar la producción.
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Idioma: | castellano |
País: | España |