Sociología y Trabajo Social


Sectas


Introducción

Las sectas son hoy en día parte de nuestra sociedad, queramos o no. Nos parece algo alejado a nosotros, pero son bastantes las instituciones que bajo una buena fachada (tanto en lo material como en sus propósitos) encubren una congregación de personas capaces de arruinar muchas vidas. El hecho de realizar un trabajo sobre este tema, del que cada vez se conocen nuevos y mayores escándalos, propicia la entrada en un mundo cada vez más diversificado, del que ocuparía bastantes hojas realizar un trabajo en profundidad. Con este trabajo sólo se pretende indagar un poco en el fenómeno llamado “sectarismo”, sus consecuencias para la sociedad y tocar puntualmente la multitud de sectas que hay. Es normal al adentrarse en campos oscuros como éste, que aparezcan datos y sucesos difícilmente demostrables, bien porque sean fruto de la imaginación y palabrería popular, o bien porque las propias sectas se empeñan en ocultarlo y no dejar que se filtre información. En todo caso, los datos y hechos que aquí se reflejan tratan de ser lo más verídicos posible.

No vamos a entrar, del mismo modo, a juzgar actitudes ni comportamientos de sectas, aunque muchos son verdaderamente reprobables, no por parte del individuo que entra y al que le borran prácticamente la identidad sino los dirigentes que simplemente buscan su bienestar y lucro.

¿Qué es una secta?

Secta

“Un grupo de personas aglutinadas por el hecho de seguir determinada doctrina y/o líder y que, con frecuencia, se han apartado previamente de algún grupo doctrinal mayor respecto del cual, generalmente, se muestra crítico”

Definición Histórico- Lingüística- Cultural

"Doctrina religiosa (y sus adeptos), que se aparta de la tradicional u oficial". (María Moliner 1988: 1121).

Definición Teológica

"Una secta es un grupo de personas polarizadas alrededor de la interpretación particular que una persona hace de la Biblia, que incurre en grandes desviaciones con respecto a las doctrinas primordiales de la fe cristiana...”: Dr. Walter Martín, Teólogo.

Definición Sociológica

Pepe Rodríguez, periodista y asesor sobre sectas destructivas para Gobiernos Europeos, en su libro "El Poder de las Sectas" define así el concepto: " Una Secta destructiva (SD) será todo aquel grupo que en su dinámica de captación y/o adoctrinamiento, utilice técnicas de persuasión coercitiva que propicien:

  • La destrucción de la personalidad previa del adepto o la dañen severamente.

  • El que, por su dinámica vital, ocasione la destrucción total o severa de los lazos afectivos y de comunicación afectiva del sectario con su entorno social habitual y consigo mismo.

  • Y por último el que su dinámica de funcionamiento le lleve a destruir, o quebrantar, derechos jurídicos inalienables en un estado de derecho (Rodríguez 1989:45).

Esta definición toma como punto de referencia para su clasificación la conducta social. Hace énfasis muy particularmente en aquellos comportamientos grupales que dañan a la sociedad, que violan los derechos humanos y que destruyen al individuo. Una secta es según la definición sociológica de Pepe Rodríguez, cualquier organización que propicie esto, independientemente de su ideología.

Esta definición tiene la ventaja de que no se circunscribe al ámbito religioso, pues abarca incluso a subgrupos políticos, psicoterapeúticos, pseudocientíficos, culturales, etc.

La distinción "Destructivas”, añadida al término de "Sectas”, puede ayudar a diferenciar a aquellos grupos que encuadran en las definiciones teológicas o de uso cultural pero que no muestran una conducta antisocial o peligrosa, de aquellas organizaciones que si lo hacen.

Objetivos de una Secta.

Hay que ser realistas: estamos a finales del siglo XX, inmersos en una sociedad capitalista que sólo piensa en beneficios, intereses, dinero, poder. Cada día se hace más difícil pensar en los demás, cuando a veces no tenemos tiempo ni para nosotros mismos. Por eso hay que desvirtuar siempre la imagen que se nos quiere dar, ya no sólo de una secta sino de cualquier cosa y buscar, indagar o examinar sus propósitos. A poco que nos fijemos los intereses materiales predominan en el 90% de las veces sobre los demás, y esto nos atañe a todos; en el trabajo, los estudios como en la vida misma. Resulta casi imposible creer que existan personas a estas alturas que siguen buscando desinteresadamente el karma de los demás, el encuentro con un ser superior o en casos más extremos con el Maligno. Ante las crisis económicas y sociales que se nos presentan hay muchas salidas posibles: la evasión mediante algún hobbie (hay miles), la reflexión personal, la reclusión en las diferentes religiones o la alimentación de la esperanza mediante falsas expectativas que se nos proponen y que nosotros creemos. Aprovechándose de esta última opción surgen grupos de personas, con un mandatario, guía espiritual, gurú, llámese como se quiera, que ofrece al individuo destrozado por la sociedad la posibilidad de encontrar otro mundo. Y de hecho lo encuentra: es otra forma de vida en la que las personas tienen éstas totalmente programadas. Y mientras tanto, sus cuentas bancarias quedan en números rojos. La espiritualidad que profesan se resume en un amor desmedido hacia el dinero. Aunque el que entra también puede ir buscando otras cosas “mundanas”, como puede ser poder (tras un cierto tiempo se puede ir escalando en la jerarquía del grupo), sexo (hay muchas sectas que dan riendas sueltas a las relaciones sexuales) o simplemente escape de este mundo.

Es curioso observar que la mayoría de las sectas sienten una necesidad enorme de reclutar neófitos, es decir, nuevos miembros (y de aumentar sus ingresos). Los medios a utilizar son múltiples: desde los incansables Testigos de Jehová que van puerta por puerta intentando convencernos, hasta las sectas que crean asociaciones a modo de tapadera, para que las personas que se acerquen a éstas se vayan iniciando lentamente.

Entonces está claro que los objetivos de una persona que entra en una secta son diversos, pero siempre lo hace bastante motivado (los reclutadores se encargan de ir moldeando poco a poco al individuo mediante tácticas seriamente estudiadas). Entre las principales motivaciones que una secta puede ofrecer se encuentran:

  • Progresar tanto interior como exteriormente, preparándose para “luchar” con el sistema.

  • Superar un periodo de crisis para comenzar algo totalmente diferente.

  • Integrarse en un ambiente que lo acoge plenamente con un líder que ya ha superado todos sus obstáculos y es un ejemplo a seguir.

  • La misma imagen que le van dando del grupo antes de entrar en él, haciéndole ver que le dará todo lo que la sociedad le niega: progreso, importancia, un nuevo enfoque de la vida.

Pero no hay que dejarse llevar por las apariencias, ya que tras el aspecto de ayuda que dan, se esconde el verdadero objetivo, que muchas veces los que están dentro no aprecian, que es el ansia de poder y dinero de sus dirigentes. Suelen recurrir con distintos matices a decir que todos los bienes de la sociedad están controlados por Satán (Testigos de Jehová), son “dinero caído” (secta Moon), dinero contaminado o pecaminoso (Hare Krishna), etc. Lo curioso es que el mismo dinero, por el simple hecho de pasar de manos “impuras” a las suyas se convierte en la cosa más perfecta de la Creación.

Dentro de la jerarquía de una secta se distinguen dos tipos de adeptos: los que consagran su vida exclusivamente a vivir dentro de ella, y los que de una forma u otra realizan actividades sociolaborales para la secta, que van desde los trabajos manuales hasta la venta de cassettes, pasando incluso por la prostitución. Dependiendo de la que se realice, las posibilidades de captación son mayores o menores. Estas acciones se intentan regular por la Justicia, pero en todos los países las sectas consiguen bordear los límites legales de una manera u otra. También se ve mucho el reclutamiento de “nuevos valores” que en un futuro cercano les permita extender sus ramas en diferentes campos. Hasta tal punto llegan, que incluso la secta Moon tiene establecidas dos universidades en EE.UU., una en Los Ángeles y otra en Connecticut (su dirigente, Sun Myung Moon tiene una de las 50 mayores fortunas del mundo).

Es de un tiempo a esta parte cuando los estados comienzan a indagar en la economía de las sectas, dándose casos en que sectas como Moon o AICK tuvieron que pagar en Francia o EE.UU. fuertes sumas de dinero. A pesar de esto siguen a flote ya que tienen un gran negocio en sus adeptos que trabajan de forma “desinteresada” (hay que aclarar que todas estas actividades aunque no remuneradas, nunca se realizan de manera forzada), que los mismos están construyendo un lujoso chalet para sus dirigentes que realizan revistas con millonarias tiradas, como es el caso de ¡Despertad!, Publicación bimensual de los Testigos de Jehová con 12 millones de ejemplares en 55 lenguas.

Otra poderosa fuente de ingresos son los milagrosos cursillos, como los que imparte la Iglesia de la Cienciología, en los que se consigue la Salvación tras numerosos cursos y unos $43.900 dolares americanos desembolsados. Los ingresos de esta sociedad varían de un país a otro. Las personas encargadas de vender estos cursos son normalmente presionadas para que aumenten sus ventas, ya que las cifras de estos ingresos no deben pasar de unos mínimos.

Aunque no menos despreciable son las cantidades que la secta Maharishi Mahesh Yogi que ingresa con sus meditaciones trascendentales, consistente únicamente en proporcionarle al adepto una serie de ritos destinados a diferentes deidades, dependiendo de su nivel de iniciación y edad. O las de la secta internacional Bhagwan Rajneesh, que tiene una gigantesca red de hoteles, discotecas, restaurantes vegetarianos, salones de masaje y como mayor fuente de ingresos la cadena de discotecas “Zorba the Bouddha”. Esto le ha llevado a tener a su dirigente 36 Rolls Royce (que tuvo que dejar al ser expulsado de EE.UU.), todos ellos con la inscripción de: “Jesús ahorra, Moisés invierte y el Gurú gasta”, o de que las acciones de la Cámara de Rajneesh Services Internacional Ltd, en Londres, donde pagan en el mercado internacional un 10% de interés al capital invertido en ellas.

¿Cómo se entra en una Secta?

La mayoría de las veces la gente no va de primera hora a entrar en una secta, así por que sí (aunque hay excepciones). Hace falta entonces un reclamo. Algo o alguien que les induzca a entrar en el grupo, poco a poco, casi sin darse cuenta de lo que está haciendo. Cuando se descuide se verá envuelto completamente en el ambiente sectario, aceptándolo como bueno y despreciando lo demás. Se habrá convertido entonces en un ser cuya única meta es trabajar por y para el grupo, dentro y fuera de él.

Las sectas captan, es decir, inducen involuntariamente a las personas a entrar en ellas, mediante temas seductores (todos tenemos algunos sin cumplir) u otras formas, incluso el hecho de acudir a algunas conferencias o cursos implica tomar contacto con este mundo (como en el caso de Nueva Acrópolis). En estos eventos, de manera aparentemente inocente se le va sacando a la gente sus inquietudes, sus fracasos, sus deseos, para en posteriores encuentros, éstos ya más reducidos, hacerles ver que su grupo tiene todo lo que él necesita. Es la fase de captación. Pero la gente no es tonta, y siempre busca mejorar, y curiosamente al entrar en la secta consiguen un equilibrio en sus vidas que nunca antes habían tenido. Este equilibrio se asienta en las falsas soluciones mágicas-religiosas-sociales que les infunden dentro del grupo. El que llega a darse cuenta algún día de lo que son en realidad se sentirá mucho peor que antes de que le hablaran de ellas. Podría considerarse, viéndolo así las sectas como una droga, existiendo incluso síndrome de abstinencia en personas que abandonan éstas.

Suele ser en el ámbito de la persona reclutada (se utiliza mucho a los amigos, a los educadores o simplemente a empresas o sociedades que no se sospeche que estén vinculadas con la secta, pero todo esto de manera encubierta, en secreto) en el que se van introduciendo factores que propicien un interés cada vez mayor por las actividades del grupo. Al entrar suele haber algún rito o acto de bienvenida más o menos “espiritual” (se rumorea que un rito de entrada de neófitos en algunas sectas satánicas consiste en una misa negra acompañada del asesinato de una persona para posteriormente ¿Comerse su corazón?).

Una vez dentro, la personalidad del individuo irá cambiando hasta desaparecer casi por completo. Todos los dirigentes utilizan técnicas psicológicas que desgraciadamente están al alcance de todos. El hacerle ver a una chica que es guapa, a una persona muy religiosa que tiene delante a Jesucristo, etc., sólo con observar sus fijaciones y reflejarlas. En la siguiente fase a la captación, la integración, el individuo se desconectará del mundo exterior, a veces físicamente y siempre psíquicamente, creándole conflictos con su familia y amigos, para que rompa sus lazos afectivos y sociales (trabajo, estudios, etc.). Otra vuelta de tuerca es la completa manipulación de todas las noticias que les llegan “del exterior”: todo lo que vaya contra sus intereses es suprimido. Mediante ritos y meditaciones impiden su esparcimiento y tiempo de ocio. Su comportamiento se diferencia del resto de la sociedad, tanto físicamente como intelectualmente (formas de pensar, palabras nuevas para designar las mismas cosas). Todo lo exterior a la secta es malo. Esta situación va degenerando la salud del individuo, que a veces abandona la medicación que estaba tomando por indicación de sus superiores.

En definitiva el que está dentro de una secta cree y hace todo lo que sus superiores le pidan por imposible que parezca, y lo que nosotros vemos como una tontería o algo inadmisible, desde el punto de vista de un sectario puede significar alcanzar casi la perfección, ya que su mente está tan llena de mentiras que puede llegar a ver algo sobrenatural que en realidad no pasa de ser una insignificancia.

Efectos en la Familia

De los hermanos de los miembros de las sectas rara vez se habla, sin embargo, se deben tener en mente cuando un doctor o cualquier otro consultor trabaja con una familia. A menudo los hermanos se ven involucrados en una representación tipo "hijo pródigo". Los hijos les quieren decir a los padres, "¿Por qué no me haces caso? ¿Por qué todo el tiempo y el cariño son para el que está en la secta?".


Muchas veces los hermanos están enojados y desilusionados con el miembro de la secta. Por lo general no se dan cuenta de los engaños que se asocian con el reclutamiento de la secta, la fuerte presión social y psicológica que tienen que soportar los miembros mientras están en la secta, ni el temor que se les inculca concerniente a abandonar el grupo. Los hermanos traen a la memoria recuerdos de infancia, de desilusiones y enojos hacia el individuo e internamente viven la injusticia que parece estar emanando. Están en la escuela, en el trabajo, ayudando a la familia y, sin embargo, los padres casi centran toda su atención al haber perdido un hijo en una secta. Mucho bien se podría hacer si los padres pudieran ser aconsejados para que entendieran los resentimientos ocultos que abrigan los hermanos por la atención excesiva que recibe el miembro ausente que está en la secta.

Sectas Destructivas

Características comunes a las sectas destructivas

1º Ambigua relación con el mundo:

Crean barreras que aíslan al grupo.

La sociedad sólo puede ser reformada por el líder, que mantiene una expectativa que nunca desvela del todo.

Ofrece la secta la única salida posible.

2º Visión catastrófica de la sociedad y la cultura:

Se ofrece la única vida de salvación, para la sanación o para una catástrofe inminente, a través de soluciones ficticias. Suelen reescribir la historia si es necesario.

3º Organización piramidal:

Se caracterizan por una sumisión incondicional al dirigente, anulando todo tipo de crítica interna. Nunca mantienen relación con otra organización superior que la controle.

4º Instituciones totales:

Abarcan todas las facetas de la persona, rompiendo sus relaciones con el exterior. Muchas veces exigen la ruptura con la familia y amigos, resultando que toda la afectividad, trabajo y horizontes se limitan al grupo.

5º Persecución de fines económicos y/o políticos enmascarados, instrumentalizando a los fieles para ello.

Causas psicológicas del ingreso en una secta

  • Satisfacción de una necesidad, sentida o presentida:

  • Necesidad de amor.

  • Necesidad de identidad.

  • Necesidad de sentirse útil.

  • Necesidad de amistad y consuelo.

  • Necesidad de respuesta ante determinados interrogantes transcendentales.

  • Lugar de compensación de las frustraciones:

  • Rebeldía contra el entorno.

  • La venganza contra el entorno.

  • La superación de las frustraciones.

  • Sectas Contemporáneas
    Imagen Utópica, Realidad Infernal

    Dos diferentes tipos de imágenes públicas encajan con las organizaciones religiosas que llamamos sectas. Una imagen muy común es la utópica. La imagen utópica sugiere la aparición de un sectarismo espiritual nuevo y saludable. Masas de peregrinos, que después de una búsqueda de significado, verdad y autorrealización, han encontrado un grupo de espíritus afines. Bajo la benigna guianza de algún profeta, gurú, maestro o patriarca divinamente inspirado, se ocupan en vivir felices para siempre. Esta felicidad es ocasionalmente perturbada sólo por los recuerdos de una sociedad condenada que han dejado atrás, que generalmente incluye a la mayoría de sus familiares (aunque en algunas sectas, como la del Templo del Pueblo, familias enteras son engañadas). Pueden también ser perturbados por intromisiones injustificadas de familiares ignorantes y mal intencionados y por sus monstruosos agentes llamados desprogramadores.

    Afortunadamente, bajo este punto de vista, la riqueza y la fuerza de las sectas son suficientes para anular los planes de estos intrusos. En contra de los esfuerzos de las familias y de los desprogramadores, pueden entrar en batalla los talentos de costosos abogados, el compañerismo de grupos afines, otras sectas, los medios de comunicación, las cortes, la Unión Americana de Libertades Civiles, las leyes de la tierra, la mayor parte de la comunidad académica, y el frente común de la mayoría de las religiones organizadas quienes, sin tomar en cuenta las diferencias que puedan tener con una u otra de las sectas, hacen causa común con ellas cuando se dicta alguna ley, por ejemplo, en el estado de California.

    La imagen opuesta de las sectas, la imagen infernal, invoca el espíritu de Dante Alighieri y su visión del infierno del siglo XIV. Vemos un lugar donde hombres, mujeres y niños están ligados a un amo satánico. Confiaron en él en los momentos de mayor felicidad, creyendo en sus promesas, después se hundieron más y más por etapas imperceptibles en la profundidad de su poder, entregando sus posesiones, sus niños y aún sus mismas almas a su propósito misterioso. Con Dante seguimos a estas víctimas a un lugar distante donde, como él mismo lo describe, quejas, lamentos y gemidos estrepitosos resuenan a través del ambiente sin estrellas, de tal manera que nos hacen llorar. Escuchamos palabras de dolor, tonos de ira, voces altas y enronquecidas y con éstos los sonidos de manos realizando un alboroto, lo cual gira en ese ambiente para siempre como la arena en un torbellino. Sobre los susurros de los condenados se escucha la voz de un niño que dice: "Yo moriré por ti, papá". Es una grabación del suicidio colectivo en Jonestown.

    Se ha estimado que existen cerca de 2,500 sectas en los Estado Unidos. La mayoría de ellas podrían llamarse religiosas, no obstante también existen sectas psicoterapeutas, sectas de adoradores de Satanás, sectas de platillos voladores, sectas políticas, y otras. Las sectas por lo general tienen: (1) un líder fuerte o carismático con una estructura de poder de algún tipo; (2) un manifiesto, libro, doctrina, o código que, como lo interpreta el liderazgo, gobierna el comportamiento de los miembros a través de varias reglas y disposiciones; y (3) una fuerte frontera que define claramente quien está adentro, quien está afuera, y quien puede pasar en cualquiera de las dos direcciones.

    Las comunas difieren de las sectas en cada una de estas consideraciones. Son simplemente la continuación de la contracultura. Pero las sectas representan una reacción cíclica, vista de tiempo en tiempo a través de la historia, en las sociedades en gran turbulencia. Existieron muchas sectas durante la decadencia y la caída del Imperio Romano y muchas otras en Europa durante la Revolución Industrial. También existieron muchas sectas en América durante la expansión hacia el oeste - cincuenta sociedades utópicas bien estudiadas tan sólo en California de 1850 a 1950. La mayoría de las sectas contemporáneas son lo mismo de antes, sólo que con tecnología moderna añadida. Como tal, son tan parecidas a las sectas religiosas de la era medieval, como lo sería la guerra atómica a las batallas con arcos y flechas.

    La postura de muchas sectas, amenaza significativamente la libertad personal y el bienestar de sus miembros. A pesar del incremento en la evidencia de una variedad de delitos cometidos en el nombre de la religión o de otras creencias, estas amenazas son en un grado considerable, encubiertas, minimizadas y obscurecidas, y la sociedad ha dado la espalda al problema. La información se ha ido acumulando sobre algunos escándalos relacionados con sectas, sobre refugiados de sectas, familiares y amigos de víctimas de las sectas y algunas pocas investigaciones directas. Es difícil obtener datos porque las sectas sistemáticamente engañan al público, ocultan información, hostigan a los críticos, e intimidan y dominan a sus miembros - todo con el fin de impedir el libre flujo de la información.

    A pesar de tales hostigamientos, los datos actuales son suficientes para convencer a cualquier persona razonable que las sectas son un importante tema social. Un buen número de personas están muertas, moribundas, enfermas, inválidas, discapacitadas o se desarrollan indebidamente como personas, como consecuencia de estar envueltos con sectas religiosas en el mundo. Son explotados, sus vidas han sido engullidas; y, prácticamente, nadie está haciendo nada al respecto. En los últimos quince años personas relacionadas con varias sectas en el mundo han hostigado a ex-miembros e investigadores; intentado extorsionar a familiares; acumulado depósitos de armas; representado falsamente los verdaderos propósitos de su grupo; recibido pagos ilegales de desempleo por aseguradoras; infiltrado oficinas gubernamentales y robado documentos; golpeado, violado, asesinado, matado de hambre y torturado a miembros, incluyendo niños; obligado a los miembros a ejercer la prostitución y alentado el juego sexual entre adultos y niños; enviado a un niño de nueve años incomunicado al desierto por varios meses; negado ayuda médica a miembros en diversas condiciones, incluyendo el parto; hostigado e intimidado a miembros que intentaron dejar el grupo; creado en los miembros sentimientos de repudio en contra de sus familias; impuesto restricciones dietéticas impropias y tensión en los miembros; inducido a miembros a cometer abortos, casarse con extraños, e inclusive, claro, a cometer suicidio.

    Con todo, encontramos muchos apologistas de las sectas. Estos apologistas, cuyas motivaciones son diversas o mezcladas, indudablemente contribuyen a poner una capa de respetabilidad detrás de la cual suceden cosas extrañas y horribles. Algunos de estos apologistas parecen ser románticos, proyectando hacia las sectas algunas de sus propias esperanzas de una reforma religiosa, de un renacimiento espiritual, un rechazo al materialismo, e inclusive escapar de los peligros de la era termonuclear. Otros apologistas toman una postura de mayor apariencia pragmática, encogiéndose de hombros ante cualquier abuso que las sectas hayan realizado sobre la base de que cualquier medida en contra podría violar la libertad religiosa.

    Otros apologistas aún parecen haber sido engañados con éxito por los líderes carismáticos de algunas sectas o por sus representantes. Unos declaran que han visitado alguna secta y han quedado impresionados por lo que observaron. Otros conocen a alguien que era un desastre antes de volverse miembro de una secta y ahora parece transformado a punto de beatitud.

    Un buen número de profesionales de la salud mental y científicos del comportamiento sirven en las filas de los apologistas. La mayoría tienen poco conocimiento directo del fenómeno. Su tendencia es la de asumir que aquellos que entran a las sectas han sido arrastrados hacia ellas, quizás como escape de una mala situación familiar, en una búsqueda para encontrar descanso de los síntomas de su propia psicopatología, o inclusive para encontrar un oasis de paz en las violentas tierras echadas a perder y de la tensión emocional de nuestras ciudades y de la era termonuclear.

    La doctora que ha visto el mayor número de refugiados de las sectas es la Dra. Margaret Thales Singer de la Universidad de California en Barkeley y San Francisco, una psicóloga clínica que ha tratado más de seiscientos ex-miembros de sectas. Recientemente expuso un análisis meticuloso y matemático de algunos de los estudios realizados por profesionales de la salud mental, que simpatizan con ella, para mostrar que la gran mayoría de ellos son probablemente invalidados por los sesgos inherentes en la orientación psiquiátrica tradicional. Al examinar a los miembros de las sectas o a sus familias para observar que está mal en ellos, tal investigación pasa por alto las poderosas técnicas que las sectas aplican para asegurar una buena provisión de fuerza humana para la máquina de su poder: la persuasión coercitiva, las dinámicas de grupo, las demandas circunstanciales, la hipnosis y la tensión como herramientas para inducir a la sumisión.

    La cobertura de los medios de comunicación sobre las sectas es por demás sucia. Existen unas pocas excepciones: el exposé de Synanon por Point Reyes Light, el cual ganó el premio Pulitzer para los editores; un fragmento por "Sixty Minutes" y dos fragmentos por el Reader's Digest en Cienciología. Salvo que sean encarados con una tragedia o escándalo mayor, los periódicos rara vez se aventuran dentro de este campo de combate. Las razones son claras. Los medios de comunicación son en gran parte aventuras comerciales y su negocio es amenazado fácilmente por pérdidas en la publicidad, boicots o demandas legales. Aún más importante, los editores tienden a sacar las manos de temas como la religión a menos que haya algo que sea realmente noticia. Una matanza de 913 personas, eso si es noticia. Poner una serpiente de cascabel en el buzón de alguien, esto es una nota menos importante.

    Las sectas se protegen brillantemente del poder de la prensa. Si una nota sobre religión no se encuentra en la página sobre religión, no aparece en el periódico de otra manera. Y, ¿quién lee la página sobre religión? La página sobre religión en la mayoría de los periódicos tiene la intención de aumentar y estimular el interés en la religión, y para satisfacer a los religiosos de que la versión de sus actividades tendrá cobertura. Los editores de la religión no hacen investigación periodística, no tienen la intención de ofender a nadie, y como una regla no lo hacen. Por lo que respecta a la televisión y la radio, no hay cobertura sobre noticias religiosas de que hablar a menos que alguien dispare en contra del Papa, o que la Catedral de Cristal sea ofrecida.

    Los legisladores y las cortes también han fallado en relación a las sectas. La gente en la justicia criminal ha tratado de investigar a las sectas, pero frecuentemente se frustran por los obstáculos legales.

    En 1974, se realizó una investigación completa de los Niños de Dios por el ilustre Louis J. Lefkowitz, Procurador General del estado de Nueva York. Una gran cantidad de pruebas fueron descubiertas de las técnicas coercitivas utilizadas por el grupo para intimidar y virtualmente esclavizar a sus miembros. Sin embargo, el reporte concluyó que no se podía tomar ninguna acción directa debido a la protección constitucional de la Primera Reforma.

    Quizás una explicación parcial del rol de las leyes como compañeras pasivas de las sectas se pueda encontrar en los esfuerzos organizados de las sectas para intimidar y desacreditar a los legisladores que tratan de actuar. Por ejemplo, la Iglesia de la Cienciología organizó una operación secreta en contra del ex-Procurador General de California. También aplastó un proyecto de ley de Florida diseñado para regular las prácticas psicológicas.

    Unos pocos grupos religiosos se han dado cuenta de la naturaleza nefasta de las sectas. El Concilio de Iglesias de Nueva York denegó la admisión de la Iglesia de la Unificación a su grupo y algunos grupos judíos han tratado de promover la educación pública sobre sectas. Pero en su mayoría las religiones establecidas respetables se han unido en una causa común con las sectas en relación con los grandes temas que conciernen a la sociedad. Para el observador externo parece que las iglesias han sido singularmente pusilánimes en el tema de las sectas. Han estado más a favor de ellas que de estorbarlas por lo que son (son una perversión del significado de la religión, tanto como la charlatanería es una perversión en el significado del juramento médico).

    La diferencia entre las religiones establecidas y los nuevos grupos religiosos no es difícil de hacerse, sin embargo, este es un argumento común para evadir el tema. Presumiblemente, las religiones son creadas para el bien de sus miembros. Las sectas, por otro lado, parece que existen para el beneficio de sus líderes. El principal motivo para que las organizaciones religiosas respetables estén del lado de las sectas parece ser el dinero.

    Sectas Religiosas

    Sectas cristianas o pseudocristianas

    (Testigos de Jehová, Mormones, Luz del Mundo, Adventistas, Asambleas de Dios, Bautistas, Nazarenos, Amistad Cristiana, Iglesia del Buen Pastor, etc.) Propiamente dicho Las Asambleas de Dios no son un a secta sino una red de comunidades pentecosteses independientes que responden a las directivas de un consejo central. Por ejemplo, en México estas comunidades asumen muchas características de una secta en la práctica y suelen ser radicalmente adheridas a su pastor.

  • Se adhieren a una interpretación particular de la Biblia como única norma de vida. Su texto se convierte en arma de ataque y de defensa frente a extraños. Aprenden citas claves de memoria y se contradicen a menudo. No se preocupan mucho por el contexto de las citas ni por la verdad histórica de sus afirmaciones.

  • Suelen fomentar una mentalidad de corte fundamentalista. Su fervor religioso nace como reacción a un mundo complejo y hostil que amenaza ciertos principios calificados como 'intocables'. Excluyen el uso de la razón de su comprensión bíblica y caen fácilmente en la irracionalidad total. Su argumentación frecuentemente refleja miedo e incertidumbre ya que desconocen el diálogo y su apego a lo dictado por la secta raya en lo absurdo.

  • Propician un ambiente de 'fiel resto del pueblo escogido' entre los suyos. Según eso, el mundo les persigue porque sólo ellos han permanecido fieles a lo que Dios quiere. Esto provoca una profunda sospecha frente al mundo externo a la secta, corta relaciones entre miembros y no-miembros y crea la idea en los miembros de que su salvación será posible sólo dentro de los confines de la secta. Excluyen rutinariamente de la 'salvación' a los que no pertenecen a la secta.

  • El líder o fundador de la secta es normalmente elevado al nivel de 'profeta', o de 'ungido por Dios' o de visionario. Fácilmente ejerce un poder absoluto sobre las conciencias de los miembros que ven en él un lazo directo con Dios. El 'Hermano Samuel', Apóstol de la Luz del Mundo, y Gordon Hinkley, Profeta de los Mormones son buenos ejemplos.

  • La existencia de la secta se plantea como una cruzada en contra del poder religioso o sociocultural dominante.

  • La secta hace lo posible por ocupar todo el tiempo libre de sus miembros. Los repleta de reuniones, servicios, estudios y otras actividades que hacen que la vida diaria del adepto gire en torno a la secta. Suele prohibir categóricamente cualquier contacto con literatura o programas no generados por la misma secta.

  • Sin excepción, las sectas cristianas y pseudocristianas dictan un código moral estricto que afecta todos los aspectos de la vida de sus miembros. La forma de vestir, la elección de esposos, la abstención de fumar, bailar, escuchar música... Todo eso sirve para apartar del mundo a los miembros, darles una identidad externa inconfundible, crear en ellos una mentalidad de superioridad moral y reforzar en sus mentes la legitimidad de la secta ya que les quita muchos de sus malos hábitos anteriores. Los Testigos y la Luz del Mundo son ejemplos exagerados de eso.

  • Muchas sectas crean una fuerte expectativa en sus miembros del fin del mundo y de la segunda venida de Cristo. Esta postura de milenarismo o adventismo resulta en un fanatismo difícilmente comprensible por aquellos que no comparten la visión del fin inminente.

  • En los grupos de espiritualidad pentecostal (las Asambleas de Dios, la Luz del Mundo, los Nazarenos, etc...) se da mucha importancia a los signos externos del 'poder del Espíritu' como son las sanaciones milagrosas, el hablar en lenguas, el trance místico, las visiones, los lloriqueos, los vómitos, etc... La secta ejerce una sugestión poderosa sobre los suyos para que se produzcan estas manifestaciones de forma continua en las sesiones masivas de adeptos.

  • La secta obliga a sus miembros a una acción directa de propaganda de puerta en puerta, en las estaciones del metro, por las calles, etc... como forma de ganar nuevos adeptos y de fortalecer la convicción de los miembros. Frecuentemente controla los resultados de la propaganda directa de la forma pública dentro de la comunidad, lo cual sirve de presión a los miembros menos inclinados a estar molestando a extraños con sus creencias particulares.

  • Sectas de espiritualidad oriental

    (los Hare Krishna, la Meditación Transcendental, el Brahma Kumaris, la Misión de la Luz Divina, los seguidores de Osho, los practicantes de zen, de yoga y de tai-chi, etc...)

  • Estas sectas promueven en los suyos una adhesión religiosa a la figura del gurú o mensajero divino que se presenta como único camino a la realización.

  • Marcan un riguroso ascetismo y recetan largas horas de meditación o ejercicios tipo yoga que propician un estado alterado de conciencia en los suyos. Son estos estados, combinados con la debilidad emocional y psicológica del adepto, que hacen palpable y aceptable la idea de un estado espiritual superior.

  • La dependencia psicológica total de los adeptos en la persona del gurú hace que entregan sus bienes materiales a la secta en un gesto de abandono poco sano. Se han dado casos escandalosos de abuso sexual y ruina psicológica y emocional en algunos grupos ( los seguidores de Osho).

  • Hay una insistencia en ideas como la reencarnación, la proyección astral, la lectura de los auras corporales, etc...que hace al adepto creer que posee dotes espirituales sobrenaturales que en realidad no existen.

  • Algunas de estas sectas obligan a sus miembros a pedir limosna o a vender triques en la calle para aportar a la secta. Normalmente los obligan a romper todo lazo de comunicación con sus familias y su estilo anterior de vida.

  • Sectas gnósticas y ocultistas

    (la Gran Fraternidad Universal, la Sociedad Teosófica, el Nuevo Acrópolis, etc...)

  • El enganche de estos grupos suele ser a través de conferencias y publicaciones sobre temas esotéricos. Sus conferencistas siempre se presentan con credenciales de científico, experto, doctor, etc... cuando normalmente son unos estafadores profesionales.

  • Se fundan sobre la idea de que un grupo selecto de individuos posee la clave secreta del conocimiento universal. Estos 'privilegiados' se revisten de títulos, de símbolos, de palabras extrañas y de ritos de iniciación que presuponen un entendimiento superior. En el fondo, lo absurdo y lo irracional de sus pretensiones se encubren de un ambiente deliberadamente misterioso y oscuro para dar la impresión de algo sobrehumano.

  • Se mezclan elementos masónicos, orientales y ocultistas en estos grupos. Sus adeptos suelen ser soberbios y raros.

  • Sectas utópicas

    (la Iglesia de Cienciología, Danamhur, los Niños de Dios, la Iglesia Universal y Triunfante, Findhorn, Esalen, etc...)

  • Lo único que estas sectas tienen en común es la convicción de que han encontrado el camino a una vida perfecta, sea por medio de la libertad absoluta, del amor perfecto, de la superación personal, o de lo que sea. Suelen ser los grupos más extraños y menos penetrables por gente de afuera. Protegen sus comunidades celosamente y controlan internamente por una red de espías y de pruebas de lealtad que pesan fuertemente en las conciencias de los adeptos.

  • Son muy proselitistas y suelen proyectar una imagen muy favorable de su fundador o líder. Promueven sus escritos como tesoro para la liberación definitiva de la humanidad.

  • Gran parte de estas sectas se mueven exclusivamente por el deseo del lucro personal sin que les importe mucho la veracidad de sus afirmaciones ni el daño que ocasionan en sus miembros.

  • Los adeptos a estos grupos suelen ser extraños, obsesionados por una o dos ideas claves de sus sectas, extremadamente defensivas frente a ataques o críticas y sumamente ambiciosos. Los miembros de la Cienciología, por ejemplo, andan con una mirada perdida, una sonrisa de plástico, una visión muy superficial de la realidad, reaccionan violentamente frente a cualquier crítica, que provocan el desequilibrio mental y emocional.

  • Conclusión

    Nos preguntamos qué es lo que realmente falla en esta sociedad para que en las alturas del siglo en que estamos, en la que se intenta demostrar todo científicamente, haya gente capaz de creer que un loco cualquiera sea un Dios, o un médium, o tenga poderes sobrenaturales. No nos explicamos cómo esa gente puede aceptar unos principios a todos nos parecen descabellados, impuestos por unos fantasiosos.

    Meditándolo fríamente, nos encontramos que en la sociedad actual, por mucho que nos empeñemos, no todos son aceptados y siempre habrá discriminados, de una u otra manera y en mayor o menor medida. Mucha gente se encuentra vagando sin sentido por este mundo y de repente topan con un grupo de personas que lo acogen y le hacen sentirse alguien importante. No importa que sea una secta. Lo que importa es que viven aislados, física o psíquicamente. El resultado final no es demasiado malo, si nos fijamos en que intentan cambiar, a su manera, el mundo. Pero los dirigentes de estas sectas consiguen todo lo que quieren de unos adeptos convertidos en esclavos. No encontramos, hasta cierto punto, mal que una persona entre en una secta (otra cosa es como entre y de que manera) si dentro de ella va a encontrar una felicidad que de otra manera le sería imposible obtener. E incluso no vemos mal que para ello su cuenta corriente se quede sin fondos, ya que cada uno es libre de hacer lo que quiera con sus pertenencias. Lo que sí vemos mal es la situación en la que se encuentra el individuo cuando se da cuenta de que las expectativas que tenía no se han visto cumplidas. En ese momento se encuentra totalmente solo, y sin embargo, necesita a la secta para seguir viviendo, ya que lo es todo para él. Esta situación si nos parece claramente reprobable.

    Además no nos dejó de sorprender la cantidad de sectas, como pueden ser los Hare Krishna, los Mormones, los Testigos de Jehová, la Hermandad de Satán, Nueva Acrópolis, y muchas más que se ocultan bajo nombres que les sirven de encubrimiento. Lo que nos sorprendió fue que vemos este fenómeno como algo alejado de nosotros, cuando en realidad estamos diariamente, y desde hace bastantes años, conviviendo con estas sectas.




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    Enviado por:Viper
    Idioma: castellano
    País: Chile

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