Astronomía y Astrología
Satélites artificiales
En primer lugar, ¿qué son satélites artificiales? Entre las muchas definiciones podemos decir que se trata de unos artefactos que, inventados por el hombre y que con la ayuda de potentes cohetes, son puestos en órbita alrededor de nuestro planeta o en busca de otros mundos más lejanos.
Hagamos un poco de historia ya que no sería justo hablar de satélites artificiales sin mencionar el primero de ellos. Fue el 4 de octubre del año 1957 cuando la URSS puso en órbita el "SPUTNIK 1". Este pequeño artefacto, básicamente consistía en una esfera con unas antenas, su peso era de 83,6 Kg. Y su diámetro de 58 cm, siguiendo una trayectoria elíptica a una distancia aproximada de 900 Km.
Sputnik 1
Estaba provisto de un transmisor el cual empezó a emitir sus primeras señales captadas por numerosos radios, consistentes en unos bip, bip, bip. La noticia de que ya nuestro satélite natural, la Luna, tenía un compañero puesto por el hombre, conmocionó al mundo.
Después del "SPUTNIK 1", el 31 de enero de 1958, fue lanzado el satélite norteamericano "EXPLORER 1", con una longitud de 2,3 metros y un peso de 13,97 Kg, el cual estuvo operativo durante unos 12 años aproximadamente.
Explorer 1
Es aquí cuando comenzó la verdadera rivalidad entre las dos potencias que poseían la tecnología para poner estos ingenios en órbita alrededor de nuestro plantea. Se inicia, pues, la gran carrera espacial, con multitud de lanzamientos.
Sólo quiero mencionar que desde el "SPUTNIK 1" hasta la fecha, alrededor de la tierra, hay orbitando miles de satélites en funcionamiento y también inoperativos, con multitud de fragmentos que pueden poner en peligro misiones espaciales si alguno de ellos hiciera impacto sobre algún satélite; es lo que se le llama hoy "basura espacial".
Los países ya tienen que estar pensando en desarrollar programas para ir retirando esta basura que constituye un peligro potencial.
También quisiera mencionar la poco conocida contribución española a la carrera espacial. El 15 de noviembre de 1974, con la ayuda de un cohete norteamericano "DELTA", se puso en órbita el primer satélite español desde la base de Vanderberg (California). Era el "INTASAT", desarrollado y construido en nuestro país por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
Era un pequeño satélite que tuvo una vida útil de unos dos años. La noticia por aquellos años no se difundió, y durante el tiempo que se encontró funcionando, estudió la ionosfera, la parte más exterior de nuestra atmósfera.
Por desgracia, este primer lanzamiento, no tuvo continuidad con otro posterior. Pese a que el INTA continuó experimentando con algunos cohetes, tuvimos que esperar hasta 1992, la puesta en órbita del primer sistema de satélites de comunicaciones HISPASAT, con el primero de una serie, denominado HISPASAT A. En julio de 1993 fue puesto en órbita el HISPASAT B, y aunque no fueron construidos en España, constituyó un gran avance para nuestro país.
También, cómo no, es digno de mencionar el lanzamiento del MINISAT-01, el primer minisatélite construido íntegramente en nuestro país, y que fue lanzado el 21 de abril de 1997 a las 14:00 horas (hora peninsular) desde las Islas Canarias, a bordo de un avión Lockeed Tristar, y sujeto en su panza a un cohete PEGASUS.
Minisat 0, minisat 1, minisat 2
A 11.000 metros de altitud, soltó el satélite en caída libre, y durante 5 minutos, el cohete inició su marcha hasta alcanzar su órbita a una distancia de unos 600 Km. Su vida útil se calcula en unos dos años, y dará 14,9 vueltas diarias a la tierra. En su estructura van alojados cuatro experimentos.
Esperemos que con el lanzamiento del MINISAT 01 y el sistema de satélites HISPASAT, España se sitúe en el grupo de países con tecnología propia para proseguir con otros lanzamientos.
Podemos encontrar satélites destinados a multitud de usos como pueden ser: de comunicaciones, Televisión, radio, telefonía, militares, de observación, meteorológicos, científicos, astronómicos, ayuda a la navegación, etc.
En cuanto a sus formas estructurales, los podemos encontrar con diversas formas geométricas, adaptadas para su misión.
Dependiendo de la altitud a la que orbitan alrededor de la tierra, los podemos clasificar en los de órbita baja o media, situados entre 500 y 800 Km, siendo los polares y los ecuatoriales. Los geoestacionarios, que son de comunicación geosíncronos, orbitan en círculo alrededor de la tierra sobre el ecuador, girando a la misma velocidad y sentido de la tierra en su rotación, a un 36.000 Km de altitud.
Satélite de comunicaciones
Tras esta introducción, pasamos a lo que más nos interesa a los aficionados a la astronomía, ¿Cómo podemos observarlos?, ¿Cómo distinguirlos entre las miles de estrellas de la bóveda celeste?
Quién no se ha preguntado, qué es esa tenue lucecita que se mueve entre las estrellas. Pues bien, para no inducirnos a pensar "otras cosas", se pueden ver algunas veces por pura casualidad, otras sabiendo dónde mirar.
Vista de radar por satélite.
Se pueden observar algunas horas tras la puesta de sol y unas horas antes del amanecer. Es fácil verlos a simple vista o con prismáticos, generalmente los situados entre los 500 y 800 Km. El aspecto que presentan es el de unas luces a velocidades lentas o moderadas con más o menos intensidad, dependiendo de su tamaño y sus paneles solares. En general, son lucecitas más bien débiles de un color blanco-amarillento.
Sabemos que no poseen luz propia, por lo tanto, el fenómeno de su brillo, se produce al reflejarse la luz del sol sobre sus paneles solares. Al estar fuera de la estratosfera, aunque el sol se encuentre bajo el horizonte, cuando la luz solar ya no se refleja en los paneles solares, observaremos que su luz va disminuyendo en intensidad hasta su desaparición.
Hay algunos de ellos que por su forma, al mismo tiempo que siguen orbitando alrededor de la tierra, van rotando sobre sí mismos, dando lugar a una luz destelleante hasta su desaparición.
Por último, hablaremos de los geoestacionarios, los cuales pueden ser observados mediante telescopios o con fotografía, siempre que sepamos su posición. Por ejemplo, observar los HISPASAT puede ser un reto, pero las instrucciones que os damos a continuación, podrán ser de ayuda:
Su posición se centra en el ecuador, a 0º de latitud y 30º de longitud Oeste. Su brillo varía a lo largo de la noche, alcanzando el máximo alrededor de las 3 de la madrugada, donde alcanzan una magnitud entre 7 y 9.
La posición de los satélites, para diferentes latitudes es la que se detalla en la siguiente tabla:
Ciudad | Long º Este | Lat º Norte | Acimut | Elevación |
Barcelona | -2,18 | 41,38 | 22,3 | 32,1 |
Madrid | -3,69 | 40,41 | 217,3 | 36,0 |
Cádiz | -6,31 | 36,53 | 216,4 | 40,8 |
Con la ayuda de un receptor de comunicaciones que sea sensible a ciertas bandas de radio usadas por radioaficionados, radioescuchas o radios multibanda, podremos oír el paso de los satélites artificiales, ya que todos van provistos de unos transmisores de telemetría. Algunos de ellos, y sobre todo los Rusos, suelen usar las bandas de onda corta (SW) en las frecuencias comprendidas entre los 19.900 a 20.010 Khz. Y de 29.000 a 29.400 Khz.
En cambio, los satélites americanos, usan las bandas de VHF en las frecuencias de 136, 137, 144,145 Mhz. Y en las bandas de UHF en 435 Mhz.
Existen publicaciones especializadas para radioaficionados donde se dan las coordenadas y frecuencias de numerosos satélites de comunicaciones.
Satélite ambiental
El satélite Nimbus rodea la Tierra en una órbita que pasa por los polos norte y sur varias veces al día, fotografiando la superficie a su paso. Como la Tierra gira, cada paso produce una nueva serie de imágenes y puede reflejar el planeta entero todos los días. La información gráfica sobre la atmósfera terrestre y los océanos se transmite a la superficie, donde se utiliza para controlar los cambios en el medio ambiente.
Satélite Misión Máxima Solar
El satélite Misión Máxima Solar era un satélite diseñado para estudiar la radiación solar. Lanzado a comienzos de 1980, el aparato se estropeó tres años después. Fue reparado y relanzado por una lanzadera espacial en 1984 y recogió información hasta 1988, cuando sus instrumentos se averiaron por una erupción solar. La información recogida por el satélite indicaba que la corona del Sol experimenta inesperadamente gran cantidad de una violenta actividad relacionada con las manchas solares. Los datos también mostraron que las manchas solares reducen la cantidad de energía solar que llega a la atmósfera de la Tierra.
Vista de Angkor Wat desde un satélite
Aquí vemos una imagen tomada desde el espacio por la lanzadera Endeavor, de Angkor Wat, el monumento más grande que queda de la civilización Jemer de Camboya. El complejo se organiza como un microcosmos simbólico, imitando la imagen de la morada de los dioses en el monte Meru (montaña mítica para los hindúes).
Noticia reciente:
La estación orbital rusa Mir será destruida a las 6:30 de la mañana (hora española) del próximo viernes, según indica la agencia Interfax, citando fuentes de la agencia espacial rusa.
La nave de carga Progress dará tres impulsos 'mortales' a la Mir cuando ésta orbite a 220 kilómetros de la Tierra. La estación quedará destruida en buena parte durante su entrada a la atmósfera, pero quedarán unos restos de unos 1.500 kilos de peso, que deberán caer en el Pacífico sur, entre Nueva Zelanda y Chile.
La Dirección General de Protección Civil ha asegurado en un comunicado que "no existe riesgo alguno" de que fragmentos de la estación espacial rusa Mir caigan sobe territorio español, tras la evaluación de detallados informes remitidos periódicamente por la Agencia Espacial Europea (ESA), con la que se mantiene contacto continuo sobre el proceso de decaimiento de esta estación.
Opinión crítica:
Este tema me ha parecido interesante porque es de muchísima actualidad. Ya que quizá en el futuro nosotros vivamos en lugares parecidos a los satélites artificiales como estaciones espaciales. También me ha interesado este tema por las utilidades que tiene. (De comunicaciones, de meteorología…)
Este trabajo me ha abierto los ojos cuando es a los satélites a lo que se refiere, ya que hace dos meses, lo único que sabía era que eran unas cosas que servían para ver la “tele”.
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