Salud


Santiago Ramón y Cajal y la Neurociencia


APORTACIONES DE LA OBRA DE SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL A LA NEUROCIENCIA

  • INTRODUCCIÓN.

  • SUS PRIMEROS HALLAZGOS:

  • La memoria que redactó Cajal para las oposiciones a la cátedra Valenciana, con el título reglamentario de Concepto, método y programa de anatomía descriptiva y general, es una fuente inapreciable para conocer las ideas científicas generales que le sirvieron de base para iniciar su obra. Fue la primera vez que Cajal expuso una visión de conjunto de la histología y del resto de los saberes morfológicos, abordando problemas de carácter general.

    Trasladado a Barcelona como catedrático de Histología, se dedica a "determinar escrupulosamente las condiciones de la reacción cromo-argéntica y a disciplinar para adaptarla a cada caso particular". Averigua la relación entre el tamaño de las piezas y la cantidad de mezcla osmio-bicrómica a emplear; la proporción de bicromato y ácido ósmico que conviene para cada órgano; el tiempo que deben permanecer las piezas en la mezcla, según se quiera obtener la neuroglia, las células nerviosas o las fibras, según el centro de que se trate y según la temperatura. . Teniendo en cuenta todas estas circunstancias, la quita al método gran parte de su inconstancia, pero todavía para las impregnaciones difíciles, como las de los ganglios, recurre a la doble y triple impregnación, que ya había utilizado con el método de Cohneim sobre las terminaciones en los músculos de la rana.

    Cajal contribuye a multiplicar en términos imprevistos la eficacia del método de Golgi. En su primer trabajo con el método de Golgi sobre el cerebelo de las aves, se contienen ya las dos primeras terminaciones conocidas en los órganos nerviosos centrales: los flecos que constituyen los axones de las células estrelladas de la capa molecular, alrededor de las células de Purkinje, llamadas después por Kölliker cestas terminales y las fibras nudosas, más tarde denominadas musgosas. En su segundo trabajo sobre la retina, describe con perfección los plexos que forman las capas reticulares interna y externa; después en los sucesivos trabajos describe las fibras paralelas con que se terminan los granos en la capa molecular cruzando la arborización de las células de Purkinje, las fibras trepadoras, las terminaciones de las fibras ópticas en el lóbulo óptico de las aves, y por último las de las colaterales de la sustancia blanca de la médula. En todos estos trabajos se limita a exponer con concisión las distintas estructuras y terminaciones, sin entretenerse todavía en disquisiciones de carácter teórico, si bien insiste constantemente en la falta de anastomosis en los diferentes elementos.

    Según Cajal, "las células nerviosas son elementos independientes jamás anastomosados ni por sus expansiones protoplasmáticas ni por las ramas de su prolongación de Deiters, y que la propagación de la acción nerviosa se verifica por contactos al nivel de ciertos aparatos o disposiciones de engranaje; cuyo objeto es fijar la conexión, multiplicando considerablemente las superficies de influencia".

    Después estudia los distintos tipos de conexiones según la morfología, bipolar, multipolar de axón corto y multipolar de axón largo, habiendo sustituido las designaciones de tipo I motor y tipo II sensitivo, de Golgi, por estas otras mucho más conformes con los hechos. Considera que la longitud y modo de ramificación de cylinder, no está en relación con la dirección y naturaleza de la corriente que deben transmitir, sino con la distancia a la que se hallan los elementos que deben recibir la excitación nerviosa y con el número y forma de estos elementos.

    Por último, discrepa de Golgi en la interpretación fisiológica de las arborizaciones protoplasmáticas, según Cajal "todas estas ramas protoplásmicas tienen por objeto no conducir los jugos nutricios al cuerpo celular, como ha dicho Golgi, sino establecer contactos de transmisión, ya con arborizaciones protoplasmáticas de células análogas, ya con fibras nerviosas de distintos orígenes".

    Cajal utilizó una clasificación de los tejidos basada en su disposición estructural. Distribuyó los tejidos en simples y compuestos, distinguiendo tres grandes clases entre los primeros: de células unidas directamente (como la epitelial), de células separadas por sustancia fundamental (líquida como la sangre, semilíquida como el conjuntivo o sólida como el cartílago) y de células transformadas (muscular, nervioso).

  • PUNTO DE PARTIDA EN LA OBRA HISTOLÓGICA DE SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL:

  • Cajal convirtió el método de Golgi en la primera arma técnica de su obra de investigador, sobre todo después de introducir la modificación que denominó "proceder de doble impregnación", que permitía obtener tinciones muy claras y casi constantes, incluso en las estructuras nerviosas más complejas. Por otra parte, consideró como "resorte principal" la utilización del método ontogénico, es decir, el estudio de los centros nerviosos de embriones de aves y mamíferos, en lugar de comenzar directamente con los embriones adultos, como hasta entonces se había hecho. Escogiendo bien la fase evolutiva del embrión las células nerviosas, relativamente pequeñas, destacan íntegras dentro de cada corte.

    Cajal demostró por vez primera con datos inequívocos que las ramificaciones de las neuritas no acaban en la sustancia gris en una red difusa, sino mediante arborizaciones libres. Lo consiguió al estudiar el axón de las llamadas células estrelladas pequeñas de la capa molecular del cerebelo. A esta observación inicial añadió otros dos hallazgos de parecida importancia, en el artículo "Sobre las fibras nerviosas de la capa molecular del cerebelo": el primero fue el descubrimiento del axón de los granos, diminutas células de la corteza cerebelosa, que se divide a diversas alturas en ángulo recto, produciendo unas larguísimas proyecciones, que denominó fibras paralelas por discurrir paralelamente al sentido de la circunvolución cerebelosa; el segundo, el de las fibras trepadoras que, procedentes de los ganglios de la protuberancia, cruza sin ramificarse las capas de los granos para contactar con las células de Purkinje, elementos de grueso soma piriforme. Ambos hallazgos volvieron a confirmar que la transmisión de los impulsos nerviosos se hacía por contacto, desmintiendo de modo terminante la teoría reticular.

    El tercer territorio en el que demostró la individualidad de las células nerviosas y la terminación por contacto de sus prolongaciones fue la médula espinal. No solamente volvió a desmentir la existencia en la sustancia gris medular de una red difusa protoplásmica y axónica o solamente axónica, sino que dio a conocer la arquitectura celular y la disposición de las vías que constituyen esta porción intraraquidea del sistema nervioso, es decir, pudo establecer la marcha de la corriente nerviosa y las bases anatómicas que explican el paso de la excitación en los actos reflejos. Cajal, también demostró que la terminación de las fibras nerviosas sensoriales llegadas de la retina se realiza también por contacto, mediante arborizaciones libres entorno a las células.

    Cajal resumió su nueva verdad de 1888 a 1889 sobre la morfología y las conexiones de las células nerviosas en la sustancia gris, en cuatro puntos o leyes:

  • Las ramificaciones colaterales y terminales de todo cilindroeje acaban en la sustancia gris, no mediante red difusa, según defendían Gerlach y Golgi con la mayoría de los neurólogos, sino mediante arborizaciones libres, dispuestas en variedad de formas (cestas o nidos pericelulares, ramas trepadoras, etc.).

  • Estas ramificaciones se aplican íntimamente al cuerpo y dendritas de las células nerviosas, estableciéndose un contacto o articulación entre el protoplasma receptor y los últimos ramúsculos axónicos.

  • Puesto que el cuerpo y dendritas de las neuronas se aplican estrechamente a las últimas raíces de los cilindroejes, es preciso admitir que el soma y las expansiones protoplásmicas participan en la cadena de conducción, es decir, que reciben y propagan el impulso nervioso, contrariamente a la opinión de Golgi, para quien dichos segmentos celulares desempeñarían un papel meramente nutritivo.

  • Excluida la continuidad sustancial entre célula y célula, se impone la opinión de que el impulso nervioso se transmite por contacto, como en las articulaciones de los conductores eléctricos, o por una suerte de inducción como en los carretes de igual nombre.

  • EL NUEVO CONCEPTO DE LA HISTOLOGÍA DE LOS CENTROS NERVIOSOS.

  • MÉDULA ESPINAL:

  • Los trabajos de Golgi habían aclarado no pocos puntos de la estructura medular, ampliando y confirmando muchas de las conquistas anteriores. El concepto de la estructura medular era el siguiente: la sustancia blanca está formada por la reunión de cilindroejes de la célula de la sustancia gris, los cuales, de horizontales cerca de su origen, se acordarían para hacerse verticales.

    En la sustancia gris habría que distinguir dos regiones: asta anterior, cuyas células de cilindroeje largo se continuarían o con una fibra de la raíz anterior, o con un tubo de los cordones anterolaterales (células motrices de Golgi), y asta posterior, en donde la mayor parte de los elementos exhibirían un cilindroeje fino, el cual tras rápidas y numerosas divisiones perdería su individualidad sin ir a la sustancia blanca y participando en la construcción de la red intersticial admitida por Golgi en la sustancia gris (células sensitivas de Cajal). Las raíces posteriores penetrarían en la sustancia gris. Donde ramificándose y anastomosándose con ramitas colaterales de los cilindroejes de las células motrices del asta anterior, establecerían el arco sensitivo-motor.

    Cajal, antes de emprender indagaciones sobre la médula, había estudiado el cerebelo de los embriones de ave y mamífero, y los resultados obtenidos, tocante a la morfología de las células nerviosas, y modo de conexión de las fibras, modificaban notablemente el esquema de Golgi, conduciendo a una noción de la estructura de los centros mucho más acorde con los centros de observación. Los trabajos de Cajal demostraron:

  • Que las células nerviosas son unidades independientes, no anastomosándose jamás ni por sus ramas protoplasmáticas ni por sus expansiones nerviosas.

  • Que todo cilindroeje acaba por arborizaciones varicosas y flexuosas a la manera de las ramificaciones nerviosas en la placa motriz de los músculos.

  • Que estas arborizaciones se apoyan ora sobre los cuerpos, ora sobre las expansiones protoplasmáticas de las células nerviosas, estableciendo vínculos de contacto tan eficaces como pudieran serlo las continuaciones sustanciales para la transmisión de corrientes.

  • Que tanto el cuerpo celular como las expansiones protoplasmáticas desempeñan papel conductor y no meramente nutritivo.

  • Con estos nuevos datos de morfología general de los corpúsculos nerviosos a Cajal le fue ya fácil el estudio de la médula. La médula espinal representa un cerebro estrechado y vuelto del revés; es decir, un cerebro en el cual la sustancia blanca en vez de central es periférica.

    SUSTANCIA BLANCA. Se compone de las fibras nerviosas de dirección longitudinal, separadas por gran número de expansiones de células de neuroglia. Las fibras nerviosas son cilindroejes de células de la sustancia gris, los cuales después de marchar transversalmente hacia la periferia, se hacen verticales para reingresar en la misma sustancia de las astas medulares. La mayor parte de estos cilindroejes acaban mediante arborizaciones extensas, varicosas y libres en el espesor de la materia gris, donde se ponen en íntimo contacto con corpúsculos nerviosos. Representan, pues, los cilindroejes de la sustancia blanca, verdaderas comisuras arciformes longitudinales tendidas entre dos o más pisos de la sustancia gris, disposición adivinada ya por los anatómicos antiguos, pero solo probada por las investigaciones de Golgi y las de Cajal.

    Todas las fibras de la sustancia blanca emiten, finas ramitas colaterales, las cuales, penetrando horizontalmente en la sustancia gris, se terminan en torno de las células nerviosas y sus apéndices protoplásmicos, a beneficio de fibras sumamente varicosas, espesas y completamente libres. Estas fibras colaterales constituyen, según Kölliker, uno de los factores más importantes de la trama medular; y su disposición y conexiones varían en cada uno de los cordones. Así, las fibras colaterales emanadas del cordón posterior se distribuyen, en su mayor parte, en torno de las células de la sustancia de Rolando y asta posterior. Las colaterales de la parte más interna de dicho cordón acaban en la columna de Clarke. Las colaterales del cordón anterolateral se pierden en el espesor de toda el asta anterior.

    Un hecho interesante que logra observar Cajal en los embriones de ave es la participación que las colaterales tienen en la formación de las comisuras anterior y posterior. La comisura anterior, además de los cilindroejes que la forman, resulta del entrecruzamiento de multitud de colaterales del cordón anterolateral. Y la comisura posterior, se forma del entrecruzamiento de un grupo considerable de finas colaterales del cordón posterior y porción más posterior del lateral.

    Todas estas comisuras colaterales en toda la sustancia gris del lado opuesto, poniéndose en conexión con sus células.

    SUSTANCIA GRIS. Prescindiendo de la neuroglia, la sustancia gris de la médula se compone:

    • De células nerviosas y sus expansiones protoplasmáticas.

    • De los cilindroejes que estas células dirigen a la sustancia blanca.

    • De ramificaciones de colaterales llegadas de la sustancia blanca.

    • De arborizaciones finales de cilindroejes arribados de la sustancia blanca o de las raíces posteriores.

    • De colaterales emitidas, a su paso por la sustancia gris, por algunos cilindroejes destinados a la blanca.

    Las propiedades morfológicas de los corpúsculos nerviosos discrepan poco en ambas astas, por lo cual, la distinción que se establece en asta anterior y posterior tiene una significación más topográfica que estructural. La única distinción que cabe trazar entre las células estriba en el comportamiento de su cilindroeje. Bajo este aspecto, Cajal separa cinco especies ganglionares:

  • Células radiculares. Son corpúsculos gigantes, los más grandes de la médula, habitantes en la parte anteroexterna del asta anterior. Poseen un cilindroeje espeso, que atraviesa radicalmente el cordón anterolateral para ingresar en la raíz motriz del par raquídeo correspondiente. Las expansiones protoplásmicas son espesas y sumamente ramificadas, pudiéndose distinguir en anteroexternas, posteriores e internas. Las internas son las más interesantes, pues dirigiéndose a la línea media, penetran en el asta anterior opuesta, después de entrecruzarse con las correspondientes del otro lado. Las expansiones anteroexternas terminan en los instersticios del cordón anterolateral, y las posteriores acaban en distintos parajes del asta anterior.

  • Células comisurales. De menor talla y más pobres en expansiones que las anteriores, ya demostró Golgi que yacen en todo el espesor de la sustancia gris y que su cilindroeje, una vez cruzada la línea media anterior (comisura blanca) se continúa con una fibra longitudinal del cordón anterolateral del otro lado. Cajal ha demostrado que no se trata generalmente de una simple continuación, sino de una división en T, es decir, que el cilindroeje comisural, llegado a la sustancia blanca del lado opuesto, se divide en fibra ascendente y descendente. Esta particularidad fue observada también por Kölliker y Van Gehuchten.

  • Células de los cordones. Cajal, designó así a las células muy numerosas, de talla mediana, esparcidas por todo el espesor de la sustancia gris, cuyo cilindroeje se continúa con una fibra vertical de la sustancia blanca de su lado respectivo. La mayor parte de los corpúsculos de esta clase, que habitan el asta anterior, envían el cilindroeje al cordón anterolateral; los que moran en el asta posterior, lo remiten a la región más posterior del lateral. En cambio, algunos de los que moran en la sustancia de Rolando y porción interna del asta posterior envían sus expansiones funcionales al cordón posterior. Tocante a la columna de Clarke sus células se distinguen en dos especies: comisurales, cuyo cilindroeje ingresa en la comisura anterior, y del cordón lateral, es decir, cuyos cilindroejes se incorporan al lateral, continuándose con las fibras de lo que se llama vía cerebelosa. La continuación de estas fibras tiene lugar de dos maneras: por acodamiento, con lo que se forma un solo conductor ascendente o descendente; y por división en T, lo que origina dos conductores o dos ramas verticales ascendente y descendente.

  • Células multicordonales. Así clasifica Cajal a las células cuyo cilindroeje se divide en la sustancia gris en dos o tres fibras constituyentes de otros tantos tubos de diferentes cordones. Se ven elementos cuyo cilindroeje emite una fibra para el cordón anterior de su lado y otra para el anterior del opuesto; se hallan también otros cuya expansión nerviosa se divide en fibra para el cordón posterior y fibra para el lateral o anterior, etc.

  • Células de cilindro corto. En la sustancia de Rolando, Golgi indicó, y Cajal ha confirmado, la presencia de elementos cuyo cilindroeje fino y flexuoso forma una arborización terminal libre en plena sustancia gris, enlazando probablemente en sentido longitudinal diversos pisos de células nerviosas.

  • RAÍCES POSTERIORES. Se sabe que las raíces posteriores o sensitivas proceden de las células unipolares de los ganglios raquídeos. Ranvier demostró que la única expansión de tales elementos se bifurca, originando: una rama dirigida hacia dentro y continuada con un tubo de la raíz posterior; y otra rama dirigida hacia la periferia y prolongada con una fibra sensitiva del par raquídeo correspondiente.

    Anteriormente, se suponía que el origen de las fibras nerviosas radicaba en un grupo de tubos nerviosos radiculares, que al llegar al cordón posterior se harían verticales, prolongándose por la sustancia blanca hasta el bulbo o más allá, casi todas las fibras de la raíz posterior se perdían en una red nerviosa formada o por anastomosis de expansiones protoplasmáticas (Gerlach y casi todos los autores) o por anastomosis de colaterales y ramas terminales de cilindroejes (Golgi, Nansen, etc.).

    Aunque todos los autores estaban de acuerdo en una cosa; en que cada cilindroeje sensitivo mantiene su individualidad en la sustancia blanca, ramificándose y anastomosándose en la gris. Nada más erróneo que este concepto. Ya en el año 1887, Nansen demostró que las fibras de las raíces posteriores en la mixina glutinosa, se bifurcan en la sustancia blanca, marchando las ramas longuitudinales y emitiendo colaterales para la sustancia gris. Nadie pensó, ni remotamente, que semejante disposición fuera común a todos los vertebrados, y menos a los mamíferos.

    Así, que con sorpresa rayana del escepticismo, Cajal, realizó su primer trabajo sobre la médula espinal de las aves y mamíferos en el que se descubrían bifurcaciones y colaterales en las raíces posteriores. Cajal, descubrió que cada raíz posterior se compone de fibras centrífugas; y fibras centrípetas o sensitivas. Las centrífugas proceden de células del asta anterior, y penetran en la raíz posterior y ganglio raquídeo sin bifurcarse y ramificarse en su camino. Las centrípetas, que son la inmensa mayoría, proceden de las células de los ganglios raquídeos, abordan el cordón posterior, y llegadas oblicuamente a su espesor, se bifurcan en Y, constituyendo una rama ascendente y otra descendente, ambas longitudinales y continuadas con fibras de cordón posterior. Estas ramas penetran en la sustancia gris después de un trayecto de muchos centímetros a lo largo de la blanca, y acaban por arborizaciones libres situadas entre los elementos del asta posterior.

    Tanto del tallo como de las ramas ascendente y descendente brotan en ángulo casi recto colaterales finas, las cuales, penetrando en la sustancia gris, acaban por elegantes varicosas y complicadas arborizaciones libres, en contacto con los cuerpos de las células del asta posterior y anterior.

    Una buena parte de las colaterales de las raíces posteriores se reúnen en un haz anteroposterior que, después de cruzar el asta posterior, se esparce en abanico por toda el asta anterior formando arborizaciones que rodean las células motrices. Este haz, el cual Cajal llamó sensitivomotor representa un conductor de gran importancia, pues por su mediación se ponen en comunicación las raíces sensitivas con las motoras. La excitación sensitiva es recibida de las colaterales del haz mencionado por los cuerpos y ramas protoplásmicas de las células motrices, que la reflejan por las raíces anteriores hasta los músculos.

    Los actos reflejos, pues, se explican fácilmente, y mejor que en la hipótesis de las redes, en la teoría de acción por contacto, como está demostrado pos Kölliker y Waldeller. Las excitaciones débiles sensitivas provocan reflejos musculares limitados, mientras las más enérgicas los producen extensos y complejos. Según Cajal, las corrientes sensitivas débiles derivan exclusivamente por las primeras colaterales de la radicular, afectando a pocos corpúsculos motrices; en tanto que las enérgicas, el movimiento se corre a lo largo de la rama ascendente y descendente, fluyendo por la totalidad de las colaterales y terminales de cada radicular, en contacto con un gran número de corpúsculos motores.

    Un hecho digno de notarse es que la corriente sensitiva se quiebra en dos: una que sube por la rama ascendente; otra que baja por la descendente; de suerte que el movimiento sensitivo no es necesariamente centrípeto como se había imaginado.

    ¿Cómo alcanzan el sensorio las excitaciones sensitivas? Cajal supone que las ramas ascendentes y descendentes acaban por una arborización final en la sustancia gris, donde la excitación sería recogida de dos maneras:

  • Mediante el contacto establecido entre dichas arborizaciones finales y colaterales con las células del asta posterior, cuyos cilindroejes marchan casi todos al cordón lateral para constituir una vía ascendente.

  • Quizá por intermedio de colaterales del mismo origen, arribadas a la columna de Clarke donde habitan, asimismo, células cuyos cilindroejes se dirigen al cordón lateral, formando la llamada vía cerebelosa de marcha ascendente.

  • Vías piramidales. La médula espinal contiene dos manojos de fibras descendentes, originadas del cerebro, que han tomado el nombre de vía piramidal. De estos dos haces, el anterior camina por la zona más interna del cordón anterior, y el posterior por la parte más honda del lateral. En ciertas preparaciones puede notarse que estas fibras acaban por arborizaciones libres, situadas en torno a los elementos del asta anterior, especialmente de los radiculares. El camino piramidal conduce la incitación de los movimientos voluntarios, no existiendo más que un empalme protoplásmico nervioso: el punto donde se tocan dichas células radiculares con las arborizaciones terminales de las fibras piramidales.

  • BULBO:

  • Cajal, también dedicó su atención a las partes altas del eje neural, en 1891, publicó en la Gaceta Sanitaria de Barcelona un trabajo en que demostraba que los ganglios del trigémino, del vago, del glosofaríngeo y el geniculado del facial, estaban formados por células monopolares, como los ganglios raquídeos, bifurcándose como en estos, en rama interna y externa la única prolongación. Al mismo tiempo descubrió en los mamíferos la bifurcación de la raíz sensitiva del trigémino, en rama ascendente y descendente, de las que partían colaterales. Como era de esperar en el bulbo se encontraba estructura idéntica a la médula en sus líneas fundamentales. En 1894 y 1895 publicó dos extensas monografías, en los Anales de la Sociedad Española de Historia Natural. Posteriormente en otras monografías, completa sus estudios sobre la médula oblongada.

    Cajal y sus aportaciones al conocimiento de los pares craneales:

    HIPOGLOSO: Cajal confirmó la continuidad de las fibras del nervio con los axones de las células del núcleo, que había sido vista por Vizenzi, con el método de Golgi, y la comisura protoplásmica, descrita por Van Gehuchten: apoyó a los que negaban la existencia de fibras cruzadas y la participación del núcleo de Roller en la formación del nervio. Pero sobre todo, precisó los distintos tipos de colaterales que se ramifican en el núcleo: unas, poco numerosas, del arranque de los axones, de la vía secundaria del vago y glosofaríngeo, del trigémino y del resto del cordón anterolateral; otras, las más abundantes de las vías secundarias de los nervios vago, glosofaríngeo y trigémino. También hizo ver que muchas de estas colaterales eran cruzadas, debiéndose a ellas la comisura que Cramer supuso existir entre los grupos de los dos hipoglosos.

    ESPINAL: Cajal, estudió con precisión la morfología de sus neuronas, dando detallada descripción de las conexiones. En núcleo inferior o medular, encontró que en su parte más baja, que las radiculares del espinal eran idénticas a las radiculares medulares, colocándose aquellas en la parte más externa del asta anterior; en la parte superior las radiculares espinales se corrían hacia dentro. Reciben también, como las radiculares medulares, colaterales sensitivo- motrices, que forman plexos entorno de ellas. En cuanto al núcleo bulbar, confirmó las observaciones hechas por Bunzl-Federn y Van Gehuchten con el método de las degeneraciones, puestas de manifiesto por la coloración de Nissi: existe un núcleo a cada lado de la línea media por detrás del epéndimo, que desciende desde el núcleo comisural, hasta la decusación de las pirámides. Estos núcleos se continúan por arriba, con el motor posterior del vago, como vió Duval, y sus células se parecen a las de aquel núcleo, existiendo entre ellas una comisura protoplásmica.

    NEUMOGÁSTRICO Y GLOSOFARÍNGEO: Cajal, descubrió en ellos un grupo de radiculares que se incorporan a la raíz descendente del trigémino, a la cual llamó grupo trigeminal, negado por Van Gehuchten, por no degenerar en la sección del nervio. Cajal, hizo un análisis detenido del fascículo solitario, que forman por su unión las raíces de los pares VII, IX y X, he hizo ver en preparaciones de ratón, conejo y gato, que las fibras de estas raíces carecen de bifurcación, haciéndose simplemente descendentes, contra la creencia de Kölliker y Van Gehuchten. Describió con todo detalle los núcleos descendentes o columna gris interna e intersticial o columna gris externa, y descubrió un nuevo núcleo, el comisural, en el punto en que se funden los núcleos descendentes al cerrarse el epéndimo, coincidiendo con el entrecruzamiento de gran parte de las fibras del haz solitario. Confirmó y precisó las colaterales que Kölliker y Held habían visto salir del haz, para los núcleos que les acompañan, sobre todo en el comisural, donde producen uno de los plexos más apretados. Los axones de estos núcleos originan una vía central, por fuera y detrás del núcleo del hipogloso, próxima ala vía central del trigémino.

    En cuanto a los núcleos motores, no habiendo obtenido preparaciones suficientemente claras en el gato y ratón, aceptó la hipótesis de Kölliker, que atribuía al núcleo dorsal el carácter de sensitivo; pero ante los experimentos degenerativos de Marinesco, se convenció de su naturaleza motora y volvió a insistir con el método de Golgi, obteniendo en el conejo y gato de ocho a quince días, buenas impregnaciones del núcleo dorsal. En ellas pudo ver como los axones de sus células penetraban en la raíz y otros se dirigían a la línea media, cual si fueran fibras cruzadas, viéndose llegar por el mismo camino como si vinieran del lado opuesto, otras que penetraban en la raíz. También descubrió en este punto células de cilindroeje corto.

    Le llamó la atención sobre la escasez de colaterales en el núcleo dorsal, en los animales recién nacidos, coincidiendo con la rareza en tubos de mielina observada por Kölliker, y pensando que esta pobreza pudiera ser debida a su tardía formación, repitió el estudio en gatos de ocho, diez y quince días, encontrando ya fibras intercelulares.

    El núcleo ambiguo se ha considerado como el origen de las raíces motoras del vago y glosofaríngeo y fue igualmente estudiado por Cajal, viendo en sus preparaciones, con el método de Golgi, la marcha de los axones a la raíz, al mismo tiempo que Marinesco y Van Gehuchten lo demostraban por el método degenerativo de Nissi. Cajal confirmó las fibras cruzadas de Bechterew, Obersteiner, Cramer, etc., negadas por Van Gehuchten. El núcleo ambiguo lo encontró lleno de plexos intercelulares; las fibras colaterales que los forman, provienen de la vía central del trigémino, del resto del cordón lateral y de la vía descendente de la oliva cerebelosa.

    ACÚSTICO: Cajal ha trabajado con insistencia sobre las dos porciones, vestibular y coclear:

    En la vestibular, además de confirmar con todo detalle las investigaciones de His Retzius y Lenhossék, respecto a la bifurcación de la raíz y la distribución de los colaterales en sus núcleos, con especialidad de la rama descendente, descubrió en el ratón la existencia de radiculares cruzadas y el fascículo vestíbulo-cerebeloso, formado por ramas ascendentes, que se incorporan al pedúnculo cerebeloso inferior, al mismo tiempo que las fibras que van al cerebelo desde los núcleos de Deiters y Bechterew: da colaterales al núcleo de Bechterew, a la parte alta del de Deiters, a los núcleos del techo y a la corteza cerebelosa de los dos lados, especialmente en el vermis. En este deben terminarse casi todas sus fibras, siendo colaterales las que van a otros núcleos. Los axones procedentes de los núcleos del vestibular se reúnen en dos vías centrales, una por fuera y por delante del núcleo del motor ocular externo, vía externa o directa, y otra, cruzada en el fascículo longitudinal posterior, vía interna o cruzada. Cajal describió además el núcleo intersticial de la raíz, que corresponde al núcleo tangencial visto en peces y aves. Las fibras del vestibular se ponen en contacto con las células del núcleo, mediante unos engrosamientos curiosísimos, modelo de articulación por contacto.

    En la parte coclear, confirmó las bifurcaciones de las radiculares, descritas por Held y Kölliker y demostró que las arborizaciones de Held, son la terminación de las ramas ascendentes, en tanto que los plexos pericelulares de fibras finas de la porción inferior del núcleo ventral, son colaterales de la rama descendente. Las colaterales de la rama ascendente son mucho menos numerosas y no forman plexos.

    Cajal, hizo un acabado estudio de las neuronas del núcleo ventral y del tubérculo acústico; demostró que no existía la bifurcación que Sala había descrito en los axones originales en el foco ventral, habiendo tomado por tales bifurcaciones la emisión de las escasas colaterales que producen, ramificadas en el mismo núcleo: confirmó el ingreso en el cuerpo trapezoide de los axones producidos por las células de ambos núcleos.

    En el cuerpo trapezoide o vía acústica central, confirmó las observaciones de Held y Kölliker, añadiendo siempre numerosos detalles sobre las células y ramificaciones de la oliva superior, de la oliva accesoria y del núcleo del cuerpo trapezoide. Ayudado por Villa, puso de manifiesto, en la oliva accesoria, arborizaciones semejantes a las del núcleo rojo, del núcleo de Deiters y del ganglio anterior del acústico, que constituían verdaderos nidos pericelulares, y en el núcleo del cuerpo trapezoide, arborizaciones, además de los cálices de Held.

    Descubrió el núcleo preolivar externo, por delante de la oliva superior y el preolivar interno, por delante del intervalo, entre la oliva accesoria y el núcleo del cuerpo trapezoide, describiendo las células, los plexos de colaterales y la marcha de los axones al cuerpo trapezoide, al menos en parte. En la cinta de Reil, lateral, continuación de la vía central acústica, describió los dos núcleos intersticiales, inferior y superior.

    En las aves confirmó las observaciones de Brandis y descubrió el núcleo tangencial, homólogo probablemente del intersticial de los mamíferos, hallando una curiosísima modalidad de articulación por contacto.

    FACIAL: En la porción sensitiva de este nervio, intermediario de Wrisberg, confirmó la monopolaridad de las neuronas del ganglio geniculado y la división en dos ramas, que había sido vista por Lenhossék. Demostró que lo mismo que las fibras del neumogástrico y glosofaríngeo que van al fascículo solitario, no se bifurcan al penetrar en el bulbo, haciéndose simplemente descendentes. En su comienzo, dan hasta tres colaterales, algunas de las cuales se dirigen a un núcleo, del que no pudo ver claramente la terminación de los axones, aunque supone que se unen a la vía central de los núcleos de neumogástrico y glosofaríngeo. Este núcleo admitido por Duval, His, Cramer, Kölliker y Wallenberg, fue demostrado por Cajal y confirmado después por Van Gehuchten.

    En el facial motor, describió la morfología de las neuronas en las tres porciones y vió que las radiculares, al salir del codo, en su mayor parte se dirigen hacia la superficie del bulbo, pero otras marchan al nervio del otro lado, cruzando la línea media. Esta decusación, señalada por Stieda y Obersteiner, ha sido negada por Duval y Kölliker; los que han trabajado con métodos degenerativos la niegan o la afirman, pero con el método del nitrato de plata deducido de Cajal, aparece con toda evidencia. También precisó Cajal la procedencia de las fibras colaterales, que se terminan en las distintas porciones del núcleo; el grupo más importante está formado por las que salen del resto de cordón lateral, entre las que se encuentran muchas fibras terminales, que van agotando aquel fascículo y se distribuyen preferentemente por el grupo interno; siguen en importancia las que provienen de la vía central del trigémino y, por último, las producidas por la bifurcación de las fibras del cuerpo trapezoide cuando van a ingresar en la cinta de Reil lateral, y por las de la oliva, que se hacen descendentes en ese mismo sitio.

    MOTOR OCULAR EXTERNO: Como en los nervios anteriores, Cajal confirmó con el método de Golgi lo que investigadores anteriores habían visto con éste y otros métodos, pero su contribución más importante se refiere a la determinación de las colaterales, que se distribuyen entre las neuronas; en su mayor parte proceden de los axones del núcleo de Deiters opuesto, en el momento en que se incorporan a la vía longitudinal posterior; otras, de esos mismos axones, cuando pasan por detrás del núcleo del mismo lado y, por último, de los axones de la oliva.

    TRIGÉMINO: Su contribución en este nervio fue todavía más importante que en los anteriores. En 1801, Cajal demostró la monopolaridad de las células del ganglio de Gasser, la bifurcación de única expansión la de la rama interna al llegar al bulbo, confirmada poco después por Kölliker y Held en los mamíferos, y Van Gehuchten en las aves; después presentó los distintos tipos de neurona. Esclareció el trayecto de las dos ramas, ascendente corta y descendente larga; aquéllas terminan después de dar colaterales en el mismo núcleo por una corvadura; éstas descienden dando también colaterales y agotándose gradualmente, hasta por debajo de la decusación de las pirámides. Las colaterales que habían sido descritas por Kölliker y Held, fueron clasificadas por él en interfascilulares, medias o marginales y meridianas o internas.

    Hizo un estudio detenido de las células de la substancia gelatinosa del trigémino, distinguiendo las interfaciculares, las marginales y las profundas; entre estas últimas, las pequeñas forman islotes y las gigantes están esparcidas difusamente. Los axones de las células pequeñas van a la vía central del mismo lado y los de las células grandes a los del lado opuesto También determinó por primera vez, el sitio de las vías centrales cortas, en la parte posterior de la substancia reticulada, delante de las vías centrales del vestibular y del neumogástrico y glosofaríngeo; las fibras que la forman, directas y cruzadas, se bifurcan y las ramas dan colaterales para el núcleo del facial y el ambiguo. Además de éstas, existen las vías largas, que van a ingresar en la cinta de Reil; Wallenberg, Van Gehuchten, Lewandowsky y Hösel, confirmaron estas dos vías.

    En los núcleos motores confirmó los resultados obtenidos por Lugaro en el conejo, tanto en el núcleo principal o masticador, como en la raíz mesencefálica, añadiendo minuciosos detalles en todo y describiendo con perfección las colaterales. Éstas se disponen en nidos pericelulares que no alcanzan la individualidad que tienen los del núcleo de Deiters, pero también son muy densos. Las distinguió en sensitivas y motrices; las primeras provienen de la vía central del trigémino y de las fibras que van a la vía del otro lado, cuando pasan por detrás del núcleo. El grupo más importante de colaterales está formado por las motrices que provienen de las fibras de la raíz mesencefálica cuando pasan próximas a núcleo masticador. Más tarde, confirmó con el método de la plata reducida lo que había visto con el método de Golgi; estudió con el mismo método la raíz mesencefálica en los vertebrados inferiores.

    VIAS EXÓGENAS: Además de los núcleos de los nervios bulbares, Cajal estudió las vías que pasan a través del bulbo, fijando especial atención en la manera de agotarse o transformarse las formaciones medulares. En el cordón posterior vió cómo se extinguían las colaterales sesitivo-motrices, quedando en último extremo las del núcleo intersticial por fuera del núcleo del hipogloso; examinó con perfección los tipos celulares de los núcleos de Goll, de Burdach y accesorios.

    Lo mismo hizo con las vías del cordón anterior y los núcleos interno y externo del asta posterior, los post-piramidales, el de Roller y sobre todo el de la oliva bulbar, describiendo los tipos celulares, las colaterales que reciben y el destino probable o seguro de sus axones. En todos estos estudios, además de confirmar las observaciones de sus antecesores, añadió datos de interés; así cambió las ideas de Kölliker respecto a las fibras que se ramifican en la oliva; suponía que serían axones de Purkinje, mientras que los cilindroejes de sus células formarían una vía descendente por el cordón lateral; Cajal demostró que las ramificaciones proceden: unas, de las fibritas de una corriente descendiente que viene del puente de Varolio y las demás de otra descendente que llega de la médula. Los axones de la oliva van por rutas distintas, según la situación de la célula, al pedúnculo cerebeloso inferior, siendo, por tanto, contrario el sentido de la conducción nerviosa.

    También se ocupó de las vías y núcleo del cordón lateral, y fue el primero en estudiar con el método de Golgi el núcleo de este cordón en sus tres porciones: interna, externa y lineal. Estudió las células, las colaterales y la penetración del axón en el mismo cordón lateral. Van Gehuchten vió con el método de las degeneraciones que esta vía se dirige después al pedúnculo cerebeloso inferior, para terminarse en este órgano.

    VIAS ENDOGENAS: Persiguió la cinta de Reil, que, formada en el bulbo, se dirige a los centros superiores, determinando su camino y su situación en distintos mamíferos, así como su terminación en el tálamo. También vió que no emite colaterales en su camino fuera de la protuberancia.

    Asimismo dedicó particular atención a la formación reticular, analizando las células de los grupos magnocelulares y demás localizaciones, así como las distintas colaterales sensitivas y motrices que reciben. Los axones se incorporan a las fibras longitudinales de la formación reticular, siendo unos sensitivos de tercer orden y otros motores de segundo orden.

    La falta de conexión de las colaterales motrices con los núcleos de los nervios motores bulbares, le hizo suponer que esta conexión se establecía por el intermedio de las células de la formación reticular.

  • PROTUBERANCIA:

  • Además de estudiar detenidamente las neuronas colocadas entre los haces de fibras transversales (núcleos del puente de Varolio), Cajal confirmó y perfeccionó las observaciones hechas por Vicenzi, y sobre todo por Held, en cuanto a la morfología, y por este mismo en el comportamiento del axón que va a formar pedúnculos cerebelosos medios. Descubrió al mismo tiempo que este investigador, sin conocer su trabajo, las colaterales que dan la vía piramidal y la sensitiva para las neuronas del puente y le ocurrió como con Golgi respecto a las colaterales de la médula. He aquí las únicas líneas que dedica Held a unas y otras en su trabajo: "También la vía piramidal muestra aquí tales colaterales: son, sin embargo, extraordinariamente finas y poco ramificadas en los jóvenes estadios" "... se forma este plexo de fibras de las colaterales de los cordones longitudinales del Puente, así como de la cinta que constituye su límite dorsal." Como se ve, no concede ninguna importancia al hecho. En cambio, Cajal, en su monografía del año 1804, relacionó este hecho con la marcha de los axones de las células del puente hacia el cerebelo por el pedúnculo medio, para llamar la atención de los sabios sobre la importancia fisiológica de estos hechos, que dividen la transmisión de la excitación conducida desde el cerebro en dos vías: una se dirige a la médula y la otra a las células de Purkinje del cerebelo, para después llegar también a las radiculares de la médula por el pedúnculo cerebeloso inferior.

  • CEREBELO:

  • No hay en todo el sistema nervioso terreno más apropiado para la elucidación de las grandes cuestiones de la forma y relaciones de los corpúsculos ganglionares que la corteza gris del cerebelo. La neta distinción de las capas celulares, la brevedad de las expansiones nerviosas, y la perfecta y constante orientación de las arborizaciones protoplásmicas, son circunstancias singularmente favorables al estudio.

    Cuando se corta transversalmente una laminilla cerebelosa aparecen tres capas superpuestas: la primera, o superficial, es de sustancia grisácea y se llama capa molecular; la segunda, gris, amarillenta o rojiza y se denomina de los granos o granulosa; la tercera o profunda, situada en el eje de cada laminilla, se llama zona de sustancia blanca.

    Lo que se conocía de la construcción de estas capas, antes de la aplicación de los nuevos métodos, era muy poca cosa. En la zona molecular se describía una masa granujienta sembrada de pequeños corpúsculos nerviosos de forma indeterminada. En la zona de los granos se señalaba la existencia de unos corpúsculos pequeños, abundantísimos, mas sin poder definir su naturaleza. Y, entre ambas zonas, se sabía que existían unas células grandes, ovoideas, cuyas expansiones protoplásmicas se perdían, ignorándose cómo, en la capa molecular, y cuyo cilindroeje descendía hasta la sustancia blanca. Golgi añadió importantes datos con su valioso método, aunque sin resolver el problema de las conexiones intercelulares ni el de la marcha y terminación de muchas fibras nerviosas. En tal estado publica Cajal sus trabajos, de los cuales vamos a extractar lo más interesante.

    ZONA DE LOS GRANOS: Según Cajal, la zona de los granos contiene dos especies celulares: las células de Purkinje y las pequeñas estrelladas.

    Células de Purkinje. Aparecen en las buenas preparaciones como Golgi las ha descrito. De lo alto del cuerpo parte uno o varios tallos que, penetrando en la zona molecular, se dilatan en una riquísima arborización aplanada prolongada hasta la misma superficie del cerebelo. Todas las ramillas de este ramaje terminan libremente, y en su curso presentan perpendicularmente insertas infinidad de espinas colaterales. Estas espinas han sido recientemente confirmadas por Van Gehuchten y Retzius.

    Lo más interesante de la disposición de las arborizaciones de estos corpúsculos es el aplanamiento y su perfecta orientación transversal; por manera que si la laminilla cerebelosa es seccionada a lo largo, todas las células de Purkinje se presentan de perfil. Por lo demás, semejante aplanamiento transversal fue ya indicado por Obersteiner.

    El cilindroeje de las células de Purkinje adquiere luego vaina de mielina y desciende hasta la sustancia blanca; en su trayecto, y al nivel de las dos o tres estrangulaciones de la capa medular, emite algunas colaterales ascendentes que, ramificándose en la parte inferior de la capa molecular, constituyen una arborización en gran parte longitudinal. Sirven probablemente estas fibras, que tocan en muchos parajes las ramas de varias células de Purkinje, para establecer entre éstas cierta solidaridad de acción.

    Células estrelladas pequeñas. Corpúsculos estrellados, transversalmente aplanados, de pequeño volumen, cuya naturaleza nerviosa fue ya reconocida por Golgi, pues logró descubrir el cilindroeje, así como determinar su curso horizontal y sus colaterales ascendentes y descendentes.

    Mas la terminación de estas expansiones nerviosas no pudo ser evidenciada por Golgi, que admitía, a fin de explicarse la comunicación entre células, la existencia de una red nerviosa intersticial.

    Estudios reiterados, primero en el cerebelo de las aves, después en el de los mamíferos, proporcionaron a Cajal el placer de resolver este punto, cuya importancia se echará de ver si consideramos que se trata del primer hecho bien establecido de una terminación de cilindroejes en los centros nerviosos. Hasta entonces se había seguido el trayecto a mayor o menor distancia de las fibras nerviosas de la sustancia gris, pero nadie había sido testigo de su modo de terminar. Así es que, adivinando que se estaba en presencia, no de un hecho aislado de conexión nerviosa, sino de la ley que rige las relaciones de todos los corpúsculos nerviosos, se comprenderá fácilmente la satisfacción y emoción que experimentó Cajal al publicar el hallazgo. El convencimiento de haber encontrado la clave de las relaciones nerviosas centrales lo persuaden casi todas las investigaciones posteriores, que no representan otra cosa que la confirmación o ampliación del hecho fundamental en diversas partes del sistema nervioso. Los cilindroejes de las células estrelladas medias e inferiores poseen un cilindroeje larguísimo, arciforme, no sólo paralelo a la superficie cerebelosa como habían descrito Golgi y Fusari, sino rigurosamente transversal, es decir, paralelo al plano del ramaje de las células de Purkinje. Pero el hecho más importante consiste en que todas las ramitas colaterales descendentes, así como la arborización final de semejante fibra nerviosa, constituyen, ramificándose alrededor de los cuerpos de las células de Purkinje, un plexo espesísimo, íntimamente superpuesto al protoplasma; de suerte que cada cuerpo celular está forrado por una especie de cesto de ramificaciones nerviosas terminales excesivamente espesas y varicosas. De ahí el nombre de Endkörben (cestos terminales) dado por Kölliker, en su trabajo de confirmación, a tan singulares arborizaciones. El conjunto de todas las fibras que rodean el cuerpo de una célula de Purkinje se condensa por abajo, constituyendo a modo de punta de pincel que rodea el primer trozo del cilindroeje de dicha célula, precisamente en el punto en que carece todavía de mielina.

    Por esta descripción rápida se comprende bien que el objeto de semejante disposición no puede ser otro que establecer una relación dinámica, una verdadera comunicación de corriente entre los elementos estrellados susodichos y las células de Purkinje.

    CAPA DE LOS GRANOS: Granos. Son corpúsculos pequeñísimos , escasos en protoplasma, que forman una masa apretadísima por debajo de la zona molecular. Golgi había demostrado en estos elementos varias expansiones y pronunciándose por su naturaleza nerviosa; sin embargo, no acertó a precisar bien la terminación de las prolongaciones protoplasmáticas ni logró perseguir la funcional.

    Las protoplasmáticas son cortas, en número de tres o cuatro, y acaban todas a favor de una arborización reducida, digitiforme, que parece rodear o tocar el cuerpo de los granos vecinos.

    La expansión nerviosa es finísima, sube a la zona molecular y, a diferente altura de la misma, se divide en T, constituyendo una fibra longitudinal, es decir, paralela a la dirección de la laminilla cerebelosa y, en consecuencia, perpendicular al ramaje de las células de Purkinje. Esta fibra, llamada también paralela, no emite rama ninguna en su trayecto y se prolonga hasta el confín de la laminilla cerebelosa donde acaba tocando casi en la sustancia blanca, a beneficio de un engrosamiento varicoso y libre. De lo que se deduce que la fibra paralela, producida por la bifurcación del cilindroeje de los granos, representa una arborización nerviosa terminal reducida a su mayor simplicidad.

    Según Cajal, la enorme longitud de una laminilla del cerebelo de los mamíferos adultos, no es posible la completa persecución de una fibra paralela; mas, afortunadamente, en los vertebrados inferiores (reptiles y batracios), y aun en los fetos de pequeños mamíferos, dicha persecución es relativamente fácil. La disposición de los granos y sus fibras, así como la de las células de Purkinje y tubos de la sustancia blanca, es esencialmente idéntica en todos los vertebrados.

    Cajal considera que el infinito número de las fibrillas paralelas descansa sobre las espinas y asperezas que lateralmente ofrecen las ramas protoplásmicas de las células de Purkinje; que no existen en la zona molecular otros elementos con los cuales puedan (al menos de tan directa y eficaz manera) establecer conexión, por tanto, tales fibrillas representan un medio de unión por contacto entre los granos y las células de Purkinje.

    Despréndese del trabajo de Cajal otra consecuencia no menos interesante, a saber: que verosímilmente cada grano puede influir por su fibra paralela en todas las células de Purkinje situada en su radio, y en toda la longitud de la laminilla; y al revés (caso de que la corriente pueda marchar en los dos sentidos), que cada célula de Purkinje de una misma línea longitudinal y radio de la laminilla, puede transmitir su acción a todos los granos de la circunspección subyacente.

    Células estrelladas grandes. En la zona de los granos habitan también unas grandes células, pocas en número y bien descritas por Golgi. Su ramaje protoplasmático diverge en todas direcciones, invadiendo a veces una gran parte de la zona molecular; su cilindroeje flexuoso se consume luego en una infinidad de ramificaciones que se pierden entre los granos. Golgi pensó que esta arborización nerviosa abocaba a una red compleja donde se encontrarían casi todas las fibras nerviosas del cerebelo; pero, Cajal sostiene que su terminación tiene lugar libremente mediante extremos varicosos, arciformes y superpuestos al cuerpo de los granos.

    SUSTANCIA BLANCA: Según Cajal, consta de tres especies de fibras nerviosas:

    1) Cilindroejes descendentes que provienen de las células de Purkinje.

    2) Fibras nerviosas espesas, ascendentes y ramificadas entre los granos (fibras musgosas).

    3) Fibras espesas ascendentes ramificadas en la capa molecular (fibras trepadoras).

    Cilindroejes descendentes. Los hemos descrito ya. Pocos en número, bajan de las células de Purkinje, convergiendo en abanico hasta la sustancia blanca para terminarse fuera del cerebelo en otros centros nerviosos.

    Fibras musgosas. Gruesas, ricamente ramificadas, se les da este nombre por la singularidad que ofrecen de presentar, de trecho en trecho, ciertos espesamientos nudosos, erizados de cortas expansiones divergentes, a manera de rosáceas, y semejantes al musgo recubriendo los árboles. Estas excrecencias fueron confirmadas por Kölliker, quien se mostró indeciso tocante a su significación, inclinándose a estimarlas como producciones artificales; mas hoy, después que Van Gehuchten, Lenhossék y Retzius las han descrito y figurado, y después que se han confirmado en todos los vertebrados (peces, batracios y reptiles), no es posible dudar de que representan una disposición normal y característica.

    No pasan estas fibras y sus ramificaciones de la capa de los granos, y se terminan, ya por nudosidades libres, ya a beneficio de rosáceas ascendentes análogas a las citadas. Mediante estas ramitas parecen ponerse en relación con los granos a los que conducen corrientes de otros centros nerviosos actualmente indeterminados. ¿Son acaso estas fibras continuación de la vía cerebelosa de la médula?.

    Fibras trepadoras. Para Cajal, son unas fibras espesas, meduladas, poco o nada ramificadas a su paso por los granos, las cuales, una vez arribadas a la zona molecular, se aplican al tallo ascendente de las células de Purkinje, remontando por él como las lianas a lo largo de las ramas de un árbol tropical. Su terminación tiene lugar mediante una arborización varicosa y plexiforme aplicada a las gruesas ramas primarias y secundarias de los corpúsculos de Purkinje, por cuyo motivo, cuando se impregna sólo dicha arborización, muestran sus tramos una orientación que traduce fielmente la de las expansiones protoplasmáticas de aquellos elementos.

    Semejante disposición constituye otro caso elocuentísimo de enlace nervioso por contacto, donde, como en la placa de Rouget de los músculos, un cilindroeje se arboriza sobre una célula gigantesca, a la que lleva una excitación originada en otros centros.

    Desgraciadamente, se desconocen todavía las células nerviosas que corresponden a esos cilindroejes terminados mediante arborizaciones trepadoras.

    Cajal llega a una serie de conclusiones acerca de la estructura del cerebelo (que dicho sea entre paréntesis, está confirmada por cuantos autores han estudiado posteriormente el asunto, tales como Kölliker, Lenhossék, His, Waldeyer, Van Gehuchten, Retzius, etc.):

  • Que las arborizaciones protoplasmáticas y cuerpo de las células desempeñan, al igual que los cilindroejes, el oficio de transmitir corrientes nerviosas, puesto que Cajal vió ciertos cilindroejes arborizarse y terminar libremente sobre dichas expansiones.

  • Que una célula nerviosa puede mantener conexiones separadas con diversos elementos, a cuyo fin, según hemos podido advertir en las de Purkinje, cada porción del cuerpo y arborización protoplasmática es envuelta por una especie distinta de ramificación nerviosa terminal. Así, en dichas células, el cuerpo se relaciona, mediante las cestas terminales, con los elementos estrellados de la capa molecular; por el tallo y principales ramas ascendentes se conexiona, a beneficio de las arborizaciones trepadoras, con elementos de la médula o del cerebro; y mediante las ramillas protoplasmáticas terminales se pone en contacto con los cilindroejes de los granos (fibrillas paralelas).

  • Que la conexión dinámica de las células nerviosas parece tener lugar por contacto entre arborizaciones finales de cilindroejes, de una parte, y cuerpo y ramificación protoplasmática de corpúsculos ganglionares, de otra.

  • Por lo demás, estas leyes de relación intercelular se cumplen también en la médula espinal y demás centros nerviosos.

  • MESENCÉFALO:

  • TECHO:

  • TUBÉRCULO CUADRIGÉMINO ANTERIOR: El primer trabajo publicado por Cajal sobre este asunto (Marzo de 1889) "Estructura del lóbulo óptico de las aves y origen de los nervios ópticos", no tenía más antecedente que otro de Fusari en los peces, que no aportó nada importante en el conocimiento del techo óptico, en parte por el animal y en parte por sus prejuicios. Como en el cerebelo, a pesar de haber abordado al mismo tiempo el estudio de varias clases de animales, fue en las aves donde consiguió preparaciones más perfectas, ya que en ellas alcanza su máximo desarrollo estructural. Cajal describe concisamente la estructura de las quince capas que distingue en sus preparaciones, divididas en dos formaciones: la retiniana, que comprende las cinco primeras por distribuirse en ellas las ramificaciones de las fibras ópticas, y las cerebral, en la cual se incluyen todas las demás.

    Las arborizaciones de la fibra óptica fueron vistas y reproducidas por Cajal con la mayor claridad, apreciándose que cada una forma una arborización independiente y que son tanto más grandes cuanto más profundizan las fibras ópticas hacia la capa 6. Estas arborizaciones constituían un hecho más, muy significativo para la teoría neuronal, pero además rectificaban una creencia general en la neurología hasta entonces: la de que las fibras del nervio óptico partían del techo mesencefálico.

    Cajal describió los tipos celulares de las distintas capas alternativamente moleculares y de células, y descubrió dos tipos curiosísimos, que son: las células en cayado de la capa 11 y las células de axón ascendente de la capa 10 que, después de dar algunas ramas en la capa 7, continúan su camino e ingresan en la fibras ópticas, constituyendo quizás el arranque de las fibras centrífugas, que demostró en la retina. Por último, vió que los axones de todas las demás células convergen a la capa 14, que llamó de fibras cerebrales, por suponer que las fibras iban en este sentido por el itsmo; después vió que la mayor parte constituían la vía descendente refleja, existiendo entre ellas otras que llegan a otros centros nerviosos. Estos estudios fueron confirmados por Van Gehuchten, Kölliker, P.Ramón y His.

    En los mamíferos, el lóbulo óptico queda reducido al tubérculo cuadrigémico anterior, porque sólo continua en él la función refleja, por haber emigrado a los centros superiores la percepción visual, iniciada ya en las aves. En 1895, y en trabajos posteriores, Cajal confirmó en los mamíferos las observaciones de Tartuferi, P.Ramón y Held y, además de describir tipos celulares no señalados por aquellos, demostró que las células del stratum zonale no son ópticas, y que la capa 3 de las fibras longitudinales contienen las fibras ópticas en su mitad superficial, en tanto que la mitad profunda contiene fibras que parecen provenir de la corteza cerebral. En 1903 precisó más utilizando los métodos de Weigert y de Marchi, viendo que correspondería la vía córtico-bigeminal, admitida por vía experimental en los animales por Probst, Beri y Wallenberg y en el hombre por Flechsig, Monakow y Dejerine. También confirmó lo referente a la vía descendente o refleja, tanto cruzada como directa.

    TUBÉRCULO CUADRIGÉMINO POSTERIOR: Fue estudiado por Cajal en 1902, cuando llegaba el momento de ocuparse de este asunto en la publicación de su obra: "Textura del sistema nervioso del hombre y los vertebrados". Aunque los trabajos de Held y Kölliker habían esclarecido bastante la estructura de cuadrigémino posterior, encontraba puntos oscuros, y sobre todo contradicciones entre Kölliker y Held. En efecto, corrigió las ideas de Held sobre la terminación del lemnisco externo, confirmando que la mayor parte de las fibras se terminan en el núcleo del tubérculo, pero muchos de ellos no exclusivamente, porque se bifurca dando ramas, unas veces para la corteza del tubérculo y otras para el cuadrigémino anterior, constituyendo la vía refleja. En la vía central demostró que constituye aproximadamente la tercera parte de las fibras del lemnisco lateral y que, contra lo que creía Held, los conductores directo y exclusivos para la vía central son excasísimos, dando casi todas las fibras una rama generalmente para el cuadrigémino posterior o la corteza, y menos frecuentemente para el anterior.

    En cuanto a las células, aunque Held, Kölliker, Vizenzi y su hermano Pedro habían descrito algunos tipos celulares, a él se debe la diferenciación clara de las estructura de las tres porciones, núcleo, corteza y techo, la descripción precisa de la estratificación, así como la marcha de los axones, unos individuos al brachium conjuntivum y otros bifurcados por una rama dirigida al brachium y por otra hacia el lemnisco para formarla vía descendente refleja.

  • CALOTA:

  • NÚCLEO DEL MOTOR OCULAR INTERNO: En este trozo del eje neural se encuentra los orígenes del los nervios motores oculares interno y común. En el primero Cajal confirmó las observaciones de Held y Kölliker y vió en preparaciones de ratón, conejo y gato, con el método de Golgi, que contra el parecer de Van Gehuchten, todas las radiculares del nervio eran cruzadas.

    MOTOR OCULAR COMÚN: Lo estudió primero con el método de Golgi, confirmando y ampliando las observaciones anteriores, pero ha sido con el método de la plata reducida con el que ha obtenido más brillantes resultados. Con el primero estudió la morfología de las neuronas y la orientación de las dendritas, pero con el segundo vio la distribución en núcleos de las neuronas de origen, que en el hombre, como en otros animales, son tres núcleos: ventral, superior e interno, y la marcha de los axones de su célula, cruzadas en el primero y directa en los otros dos. Confirmó las colaterales directas y cruzadas vistas por Held y Kölliker, que desde le fascículo longitudinal posterior se dirigen al núcleo, formando en él plexos apretados, y añadió: las que llegan de la sustancia reticulada inferior, procedente de los axones longitudinales que cruzan el núcleo rojo; las que provienen de la vía central del trigémino, y las originadas en el haz subsirviano de Schütz que habían sido vistas por Biervliet. También, logró ver en el embrión de pollo de nueve días que el núcleo de Edinger-Westphal envía sus axones al motor ocular común del mismo lado, contra la opinión de casi todos los neurólogos, los que, fuera de Siemerling y Boedecker, creían que no tenían ninguna intervención en la formación del núcleo. En los mismos embriones de pollo de nueve días pudo ver que llegan también al núcleo del motor ocular común colaterales de los gruesos axones que provienen del núcleo de células grandes de la comisura posterior.

    NÚCLEO DORSAL DE LA CALOTA: Las células de este núcleo, descubierto por Gudden, al lado de la línea media entre la formación reticular y la perisilviana en la parte más caudal de la calota, fueron impregnadas por primera vez con el método de Golgi por Cajal; también fue demostrada la vía que viene desde el núcleo interpeduncular, igualmente descubierta por Gudden; se acaba por arborizaciones en el núcleo dorsal de la calota, que tienen la particularidad de exhibir rosáceas, como las fibras musgosas del cerebelo. Cajal, halló numerosas células entre las fibras del haz, que se acumulaban en la proximidad del núcleo dorsal, que designó núcleos lineal y pedicular, y no pudo ver las fibras que desde el núcleo dorsal de la calota irían a la sustancia gris central, pues, aunque ha visto las fibras que aquél señaló, parecen provenir de la formación reticular.

    OTROS NÚCLEOS: Dentro de la formación reticular por delante y fuera del fascículo longitudinal posterior, estudió el núcleo ventral de la calota; en la sustancia gris central, en el rafe, el núcleo magnocelular por delante de los núcleos oculares, el central superior entre las formaciones reticulares y el de la formación gris por encima de los motores oculares y del dorsal de la calota. En todos ellos describió los tipos celulares y llamó la atención sobre la escasez de colaterales en el núcleo ventral de la calota, parecido por este aspecto al núcleo dorsal motor del vago.

    NÚCLEO ROJO: Además de estudiar en él los distintos topos neuronales, gigantes, medianos y pequeños, con el método de Nissi, y el de Golgi, más tarde con el de la plata reducida, ha podido determinar en las aves el destino de los axones: atraviesan el rafe por debajo del fascículo posterior y del núcleo intersticial, y se hacen descendentes cerca d la línea media, constituyendo el fascículo de MonaKow, que continúa hasta el cordón lateral de la médula. Describió las cinco clases de colaterales que recibe:

    1ª- del pedúnculo cerebeloso que le atraviesa después de su decusación y de emitir, por bifurcación de sus fibras, la vía descendente medular, dándole numerosas colaterales, sobre todo para los dos tercios posteriores, y continuando después su camino hacia el tálamo, donde se coloca por debajo del núcleo sensitivo.

    2ª- de las fibras ópticas reflejas del techo, que constituyen la comisura de Meynert.

    3ª- del fascículo de la calota de Gudden, que desciende p0r dentro del núcleo rojo.

    4ª- del lemnisco.

    5ª- de las fibras de la formación reticular

    Resulta, pues, el núcleo rojo el punto de partida de una vía motriz refleja, que recibe estímulos numerosos y a su vez va a influenciar los núcleos motores de la protuberancia, bulbo y medula.

    NÚCLEO DE DARKSCHEWITSCH E INTERSTICIAL: Demostró la morfología de las neuronas del primero, colocado en la sustancia gris central, así como las colaterales que recibía de las regiones próximas, que contienen la vía del trigémino y la óptica refleja; pero Cajal, no pudo ver la marcha del axón, si bien sospechó su ingreso en la comisura posterior. El núcleo intersticial se encuentra en la formación reticular y, aunque se estudia bien con el método de Golgi, ha sido el de la plata reducida el que le ha dado preparaciones más claras, así como sobre la constitución del fascículo longitudinal que se origina con los axones descendentes de estas células, aunque después se sumen otras corrientes descendentes y ascendentes.

    2.5.3. PIE DE LA CALOTA:

    Como formaciones propias del pie, Cajal estudió el ganglio interpeduncular, la sustancia negra de Sömmering y el tracto peduncular transverso.

    En el ganglio interpeduncular, además de confirmar en parte las observaciones de Gosel, Ganser, Edinger y Van Gehuchten en distintas especies animales, pudo añadir datos interesantes con respecto a las células y la terminación de las fibras que llegan por el haz retroflejo de Meynert desde el núcleo de la habénula, Gudden y Ganser habían señalado en el trayecto de estas células, en circuitos transversales en su terminación, en el conejo y topo, respectivamente; pero la aplicación del método de Golgi permitió a Cajal estudiar con toda precisión su curso, que recuerda el de las fibras paralelas en la capa molecular del cerebelo. Las fibras que llegan por los lados del núcleo se hacen transversales, cruzan el núcleo y llegan al extremo opuesto, retroceden para cruzarle de nuevo, sin que se sepa con precisión el número de veces que pueden hacer estos cambios de dirección, antes de formar la arborización terminal.

    En la sustancia negra confirmó las observaciones de Mirto con el cromato argéntico.

    A pesar de sus investigaciones, no pudo determinar el origen del tracto peduncular transverso, pero estudió muy bien su curso con el método y vio su terminación en forma de arborizaciones espesas en un pequeño núcleo ovoideo, colocado por detrás y por fuera del núcleo rojo, formado por neuronas pequeñas multipolares.

    2.6. TÁLAMO ÓPTICO:

    A pesar de las extraordinarias dificultades que presenta esta complicadísima porción del sistema nervioso, Cajal empezó a estudiarlo en el año 1895, pero no lo abordó con decisión hasta el principio de este siglo; el éxito le acompañó, de tal modo, que en el Congreso Internacional de Medicina de 1903 en una conferencia admirable, hizo ya una síntesis de sus descubrimientos. Durante muchos años quedó detenido el estudio del tálamo, y al reanudarlo hace pocos años los investigadores se refieren frecuentemente a sus trabajos.

    2.6.1. VÍA ACÚSTICA:

    CUERPO GENICULADO INTERNO: Aunque por los trabajos de Monakow, Forel y Ganser se sabía que este núcleo constituía una estación de la vía acústica, a Cajal se debe el haber demostrado el modo de terminación de las fibras acústicas que llegan por el brachium conjuntivum. Estas se dividen en una corriente inferior de fibras gruesas que van al núcleo inferior, y otra de fibras finas que va superior. Se acaban las primeras por amplias arborizaciones que abarcan grupos de células en el núcleo ovoideo y más difusas en la parte marginal. Las fibras aferentes al núcleo superior penetran por la corteza; las posteriores provienen del brachium conjuntivum, y las anteriores por la fibra óptica.

    También demostró las células de cilindroeje largo y corto en los dos núcleos, y la marcha de los axones de aquéllas al borde anterior, donde comienza la vía acusticatálamo-córtica.

    2.6.2. VÍA ÓPTICA:

    RETINA: Aunque situada en la periferia, es un órgano central y el nervio óptico una vía de la sustancia blanca. La contribución de Cajal al conocimiento de la retina, está expuesta con toda precisión en su monografía "La rétine des vertebrés", publicada en La Cellule, tomo IV, 1892.

    Con los trabajos de Tartuferi y Dogiel, publicados en 1887-88, se inició el estudio de la retina con el método de Golgi, y aunque estos investigadores completaron lo mucho que se sabía ya de la estructura de la retina, quedaban muchos puntos oscuros, sobre todo la verdadera manera de relacionarse los elementos que se terminaban en las dos capas moleculares o reticulares. Cajal, en su trabajo de 1º de Mayo de 1888 sobre la retina de las aves, además de confirmar muchas de las observaciones de sus antecesores, expone ya con toda claridad la constitución de aquellas capas, como plexos, no como redes, mostrándose con toda evidencia la terminación libre de los distintos elementos. Basta comparar las figuras de esta primera publicación de Cajal sobre la retina con las que acompañan a los de Tartuferi y Dogiel, para comprender el avance que constituía su aportación. En la traducción publicada al año siguiente en el Anatomischer Anzeiger, se precisan cada vez más las conexiones en las plexiformes y aparecen las fibras.

    En 1892, Cajal hizo un estudio acabado de la retina de todos los grupos de vertebrados; más tarde, constituyó el artículo "Retina", de la Textura del sistema nervios del hombre y los vertebrados y de la edición francesa. En ella se contienen en completo desarrollo los avances antes mencionados; la descripción de una gran variedad de tipos celulares, sobre todo las bipolares para cono y para bastón en los mamíferos y peces, que establecen una clara diferenciación en el modo de conducir los impulsos ópticos: la terminación inferior del cuerpo de los bastones por esférulas libres, sin prolongaciones; descubrió el cilindroeje en las células horizontales externas y el comportamiento del axón de las internas con su arborización terminal; descubrió las amacrinas de asociación y las células neurológicas en la capa de fibras del nervio óptico, continuadas con las que se ven en el propio nervio. Con el método de la plata reducida demostró la estructura neurofibrilar en las células estrelladas, espongioblastos y ganglionares. Finalmente, estudió con todo detalle la foseta central de la retina de los primates, de las aves (menos las gallináceas) y muchos reptiles.

    QUIASMA: Demostró que en los mamíferos de campo visual único está constituido por fibras directas y cruzadas, habiendo convencido a Kölliker que con Michel creían que todas eran cruzadas, a pesar de los estudios coincidentes de anatómicos, fisiólogos y neuropatólogos. En cambio, en los animales de vista panorámica, la mayor parte son cruzadas. También descubrió las fibras bifurcadas con el método del azul de metileno, que interpretó como fibras destinadas a la vía refleja de los dos lados y que explican, en gran parte, las fibras no cruzadas de los animales de vista panorámica.

    Como consecuencia del estudio del quiasma Cajal, hizo una teoría para explicar éste por la existencia del cristalino, que formuló del siguiente modo: "El entrecruzamiento de los nervios ópticos, inaugurado probablemente en los peces y los cefalópodos, al mismo tiempo que la visión a través de su cristalino, no es más que un medio de corrección o de compensación de la visión; su objeto es hacer continua y conforme a la realidad la imagen mental formada en cada uno de sus ojos. Este principio supone como postulado que la percepción mental correcta del espacio visual no puede hacerse sin la existencia en el cerebro de un centro perceptor bilateral, del cual cada mitad obre de concierto con la otra, de modo que hagan continuas y del mismo sentido las dos imágenes que las retinas derecha e izquierda proyectan allí". El entrecruzamiento óptico lleva consigo, por razones económicas, el de las vías motrices de origen cerebral y cerebeloso; así resultará que el lado del cuerpo afectado por la excitación periférica es el mismo que reaccionará de preferencia. Se puede decir lo mismo de las vías centrales del tacto, del oído y del sentido muscular, se entrecruzan para que los focos centrales en que se distribuyen y que representan una mitad del espacio, correspondan a los centros visuales destinados a esta mitad. Esta teoría, aceptada por muchos, fue combatida por Lugaro.

    CUERPO GENICULADO EXTERNO: Cajal confirmó las terminaciones libres de las fibras ópticas he hizo un acabado estudio de ellas, describiendo el aspecto en los distintos aspectos. En los animales de visión panorámica demostró que la mayor parte de las fibras marchaban al tubérculo cuadrigémino anterior para terminarse, dando colaterales para el cuerpo geniculado; las fibras que se terminan en él, lo hacen en el núcleo superior, no habiendo visto en el inferior más que colaterales. Confirmó y amplió los tipos celulares de axón largo y corto y vió el ingreso de los cilindroejes largos, en la radiación óptica de Gratiolet, que constituye la vía óptica central.

    NÚCLEO DE LA CINTA: Descubrió el pequeño núcleo de la cinta óptica entre esta y el pedúnculo, viendo las colaterales ópticas que recibe y la morfología de las neuronas, pero sin poder averiguar el paradero del axón.

    2.6.3. VÍA SENSITIVA:

    NÚCLEO SENSITIVO: Desde el estudió experimental de Monakow sobre la cinta de Reil, se admitía por casi todos que éste se terminaba en el núcleo llamado talámico ventral por aquél; pero al lado de los que suponen la terminación exclusiva en este núcleo, otros muchos, como Flechsig, Hösel, Tschermak, pensaban que se bifurcaba dando una rama para el núcleo ventral y otra para la corteza. Los trabajos de Cajal demostraron que la cinta o lemnisco se terminaban todas en el núcleo ventral, que el llamó sensitivo. Además escribió con perfección las arborizaciones libres, la morfología de las células del axón corto y largo y el modo de agruparse en las arborizaciones. También vió como los axones largos se incorporaban a los haces radiados que atraviesan el núcleo y el cuerpo estriado para dirigirse a la corteza. Las degeneraciones producidas en el tálamo por lesiones de la corteza demostraron que debía haber fibras que de ésta iban a aquél; Held y Kölliker lo admitieron sin dar pruebas, pero fue Cajal quien aportó la demostración en los cortes sagitales hizo ver las ramificaciones de fibras que llegaban a la parte anterior de los haces corticales y describió su aspecto tanto en los cortes sagitales como en los horizontales.

    NÚCLEO PREPIGEMINAL: El lemnisco, antes de llegar al núcleo sensitivo, da un buen número de colaterales, descubiertas por Cajal, que se dirigen hacia arriba y atrás y terminan en el núcleo situado por delante del tubérculo cuadrigémino anterior, por lo que hoy se suele llamar pretectal; el núcleo es alargado en sentido inferior, aproximándose al lemnisco, Cajal describió las terminaciones de las colaterales, la forma de las neuronas y arborizaciones de otras fibras más espesas, que supone que pueden ser córtico-talámicas.

    2.6.4. VÍA TRIGEMINAL:

    Esta corriente que llamó Cajal lámina blanca central del tálamo, recibe la prolongación de la vía sensitiva central del trigémino y otras fibras de las sustancias reticuladas, la prolongación anterior del pedúnculo cerebeloso anterior y fibras del fascículo longitudinal anterior. Al llegar al tálamo, las fibras de estas vías se dirigen hacia abajo, se cruzan con las del lemnisco, pasan por debajo del núcleo sensitivo y parecen acabarse en un núcleo subtalámico. En este camino, por detrás y delante del núcleo sensitivo, da numerosas colaterales, que se dirigen al dorso y se ramifican en los núcleos semilunares posterior y anterior. Estos núcleos de forma semilunar, como indica su nombre, se adaptan como dos casquetes, por detrás y delante al núcleo sensitivo. Las arborizaciones que forman son sumamente ricas en fibras, y envuelven a las células fusiformes que constituyen los núcleos. También muestran ramificaciones de fibras corticales.

    ZONA INCIERTA: En el hipotálamo, por debajo del núcleo sensitivo, del que las separa el lemnisco y encima del cuerpo de Luys, había sido señalada por los autores una zona pobre de fibras, que se extiende por detrás hasta la sustancia negra. Cajal describió las células triangulares y fusiformes con el cromato de plata y un axón que marcha hacia atrás, sin que se pueda ver su destino. Demostró que recibe dos clases de fibras: unas que provienen de la vía central del trigémino y de la porción terminal del pedúnculo cerebeloso superior y otras gruesas córtico-talámicas. Todas ellas se acaban mediante arborizaciones que forman plexos pericelulares.

    2.6.5. VÍAS OLFATORIAS:

    Todas estas vías consideradas hasta ahora penetran en el tálamo directamente (ópticas) o llegan de centros inferiores (acústica, sensitiva, germinal); la olfatoria llega por delante desde los centros olfatorios colocados en el telencéfalo.

    TAENIA THALAMI Y NÚCLEO DE LA HABÉNULA: La vía olfatoria de proyección que arranca de los centros olfatorios, y encontraremos en el telencéfalo, está situada en el extremo anterior del tálamo, por encima del quiasma y por dentro del pedúnculo, mostrando, según Cajal, dos porciones; una por fuera, de axones más gruesos, vía de proyección frontal, y otra de axones más finos, por dentro, vía de proyección esfenoidal, formada por la estría semicircular. La porción externa precisamente por encima del quiasma origina la tenia o estría talámica.

    Para Dejerine y Kölliker el origen sería por penetración directa de fibras de la vía olfatoria en la tenia, pero Cajal demostró en el año 1902 que el mayor contingente de sus fibras está formado por colaterales y bifurcaciones de la vía olfatoria, que constituye el fascículo anterior o ascendente, y el haz posterior o caudal está integrado por axones que llegan de la región hipotalámica.

    En el núcleo de la habénula demostró Cajal que las fibras se terminan en el núcleo interno, por arborizaciones de ramas gruesas, varicosas espinosas, que forman en torno de las células una conexión tan apretada y espesa como la que rodea las células de Purkinje. En el núcleo externo la ramificación es difusa y como si la de cada fibra se extendiera a todo el núcleo externo por una serie de colaterales. Cajal, también demostró que la comisura interhabenular está formada solamente por el entrecruzamiento de ambas tenias.

    Como Nissl, hizo ver que el núcleo de la habénula está formado por dos agrupaciones celulares, una interna, de células pequeñas, agrupadas en islotes y otra externa de células mayores distribuidas difusamente; con el método de Golgi mostró el aspecto curioso de la arborización protoplásmica, corta y rica en ramificaciones de las células del núcleo interno, en tanto que las del externo, son de expansiones largas y menos ramificadas. Vió en los mamíferos que los axones de las células de los dos grupos ingresan en el haz retroflejo de Meynert, como Van Gehuchten había demostrado en los peces, pero los que proceden del núcleo externo son gruesos y los del interno finos; estos van al núcleo interpeduncular, pero de los gruesos sospechó si irían a mezclarse con haces arciformes de origen cortical.

    CUERPO MAMILAR Y SUS VÍAS: Aunque no este todavía bien esclarecido el papel fisiológico del cuerpo mamilar, como no deja de tener alguna relación con las vías olfatorias, nos ocuparemos de él en este momento.

    La más importante vía que parece llegar al cuerpo mamilar son los pilares anteriores del trígono o columnas del fornix; pero Cajal, que había señalado la existencia de colaterales de esta vía que se terminaban en los núcleos mamilares como confirmó Kölliker, ha visto después que estas conexiones no eran tan importantes como se había creído; la mayor parte de las fibras no dan colaterales y a continuación de su decusación retromamilar continúan su trayecto descendente hacia el bulbo.

    La vía aferente más importante es, desde los trabajos de Cajal, el pedúnculo mamilar; antes de él, hasta Kölliker y Dejerine admitían que los axones de este haz partían de las células del cuerpo mamilar, constituyendo una vía eferente. Cajal descubrió que era terminación; al abordar las fibras la extremidad superior del núcleo externo, se bifurcan en Y, dando una rama anterior gruesa, que se ramifica en el núcleo interno y otra más fina, posterior, terminada también por ramificaciones en el núcleo externo. Lo que no pudo determinar fue el origen de estas fibras; la corriente principal se separa en la calota de un haz de fibras arciformes colocado por debajo del pedúnculo cerebeloso superior; otra corriente, menos importante, procede del lemnisco, como vieron, al parecer Forell y Wallenberg.

    Cajal estudió las células de su núcleo y además de confirmar lo visto por Kölliker, añadió bastantes pormenores; sobre todo, descubrió el comportamiento del axón. Todos los axones se reúnen por haces, en la parte superior, en un grueso cordón, que asciende hasta la parte más alta del hipotálamo: allí se dividen sus fibras en dos ramas, una anterior, más gruesa, que va a formar el fascículo mamilo-talámico, y otra más fina, posterior, que constituye el haz descendente de la calota de Gudden. Esta bifurcación de los axones mamilares, fue confirmada por Kölliker. Más tarde Cajal vió, que en el haz mamilo-talámico, que es la porción más robusta de las dos, entran también fibras directas, es decir, que no proceden de una bifurcación.

    Por este comportamiento del axón comparó el cuerpo mamilar con otros núcleos sensoriales primitivos, como los acústicos y visuales, que tienen una vía refleja y otra central.

    NÚCLEOS DORSAL Y ANGULAR: El núcleo dorsal, llamado también núcleo anterior, por aparecer en la porción dorsal de los cortes dorsales verificados en la extremidad anterior del tálamo, constituye la estación de término del fascículo mamilo-talámico, como observaron Gudden y Ganser y confirmaron Cajal y Kölliker. En 1895 descubrió Cajal las arborizaciones libres que forman las fibras de aquel haz en el núcleo dorsal, donde constituyen un plexo bastante rico, en torno de los grupos celulares, en los animales de un mes. Estudió igualmente las células, un poco menores, en el lóbulo superior y describió los axones, que se reúnen en grupos antero-posteriores para unirse a las radiaciones talámicas y marchar a la corteza. También vió terminarse en este punto fibras cortico-talámicas.

    El núcleo angular o de grandes células, situado encima del dorsal e inmediatamente de bajo del ángulo dorso-anterior de la tenia talámica, recibe también fibras del haz mamilo-cortical, a través del núcleo dorsal que descubrió Cajal; terminan formando nidos pericelulares en torno de las grandes células que le constituyen; los axones le parecieron marchar a las radiaciones talámicas, pero no los ha podido seguir suficientemente para tener la seguridad. Lo mismo que los otros núcleos talámicos, recibe fibras gruesas córtico-talámicas.

    2.6.6. VÍAS MOTORAS Y OTRAS CENTRÍFUGAS INDETERMINADAS:

    Con las aportaciones de Cajal al conocimiento de la zona incierta y del tubérculo mamilar, hemos comenzado a revisar los núcleos hipotalámicos, de los cuales los externos o suprapedunculares están afectos probablemente a la función motora.

    CUERPO DE LUYS: Confirmó en gran parte las observaciones de Kölliker y Mirto y añadió nuevos datos sobre la morfología de las células, demostrando que los axones se reúnen en el ángulo interno, encima del tercio interno del pie del pedúnculo, constituyendo haces descentes. La vía aferente está formada por colaterales, señaladas ya por Kölliker y Mirto, si bien les atribuyeron orígenes hipotéticos; Cajal demostró que en su mayor parte son colaterales de las fibras del pedúnculo; otras se desprenden de fibras más gruesas que cruzan el pedúnculo, habiéndola seguido hasta el cuerpo estriado sin haber conseguido ver si se originan allí, aunque parece inclinarse a esta hipótesis. Todas las colaterales engendran plexos apretados alrededor de las células.

    NÚCLEO DE LA CÁPSULA INTERNA: Este núcleo, que parece la prolongación hacia delante de la zona incierta, fue descubierto por Cajal, que le dio nombre. Describió sus células multipolares, cuyos axones marchan hacia atrás, constituyendo fibras centrífugas, como los del cuerpo de Luys. Recibe numerosas colaterales y terminales de las fibras del pedúnculo, las cuales engendran un plexo extraordinariamente rico en fibras.

    VÍA COLATERAL PEDUNCULAR: En 1900 descubrió una gran vía de colaterales del pedúnculo que salía por detrás del cuerpo de Luys y por delante de la sustancia negra, formando varios planos. Las colaterales que la forman se desprenden de las fibras pedúnculares en ángulo recto y entre ellas se ven algunas terminales: se dirigen hacia el dorso y adentro, por entre aquellos núcleos, después se incurvan hacía atrás por encima de la sustancia negra y se pierden diseminándose en el campo de Forel. En su obra de conjunto, y sobre todo en la edición francesa, añadió muchos detalles de interés, después de haber ampliado en el gato sus primitivas observaciones en el ratón y en la rata.

    Inspirándose en los trabajos de Forel, Probst, Kölliker, Dejerine y otros, homologó este sistema de los roedores con el campo H2 de Forel del cerebro humano, aduciendo en las obras mencionadas numerosas razones en pro de esta creencia que pugnaba con la universalmente extendida, de que las fibras de dicho campo proceden del núcleo lenticular, por lo que le llamaba haz lenticular de Forel. Este descubrimiento importantísimo fue poco considerado por los sabios; en 1927, publicó Cajal otro trabajo, en su revista, en que hace ver como no ha sido tenido en cuentea en el Atlas de Winkler, del conejo, ni el trabajo de Home Craigle sobre la rata blanca, ni en la Anatomía de Poirier y Charpy, ni en el Tratado de neurología comparada, de Kappers y Fortuyn, ni en otros varios. En el libro de Kölliker aparece vagamente en alguna figura. Se explica, en parte, el silencio, porque fuera de Kölliker no habían trabajado con el método de Golgi y porque utilizaron de preferencia los cortes transversales, siendo así que donde aparece con más claridad es en los cortes longitudinales. En este nuevo trabajo vuelve a exponer sus hallazgos y acompaña para convencer, microfotografías de preparaciones teñidas con el método de Weigert, en que el haz se ve con toda claridad. En él corrige su opinión sobre el haz que descubrió: "no ocultaremos hoy que nuestra fe -dice- en la homología del campo H2 de Forel del hombre, con nuestro sistema talámico ha sufrido un grava ataque. La unanimidad de clínicos y anatomopatólogos, partidarios del origen lenticular de este campo, nos ha causado viva impresión. Los argumentos alegados por Wilson y C. Y O. Vogt en contra de nuestra antigua homología, nos parecen singularmente expresivos". "Renunciamos, pues, desde hoy, ha identificar el campo H2 de Forel del hombre con nuestro sistema de fibras pedunculares. Y para evitar interpretaciones equívocas, designaremos de ahora en adelante estas colaterales de los roedores bajo el nombre de sistema o vía colateral del pedúnculo cerebral".

    Aunque el destino de las fibras de la vía colateral no sea conocido, Cajal opina que pueda ser el núcleo rojo por la dirección de las fibras y por haber visto penetrar en este núcleo, en algunos casos, bifurcaciones y ramificaciones que parecían estar en continuidad en la vía colateral.

    NÚCLEO RAYADO O RETICULADO DE NISSI: Este núcleo está situado en el límite entre el tálamo y el cuerpo estriado, atravesado por los haces de la radiación talámica. En él vió penetrar colaterales de las fibras motrices y fibras motrices que provienen del cuerpo estriado. Las células estrelladas, grandes, envían el axón hacía atrás, penetrando en los fascículos que cruzan el tálamo longitudinalmente. Forma parte, pues, de un sistema centrífugo.

    TUBER CINEREUM: Los trabajos de Cajal, constituyen la primera contribución al conocimiento de la fina estructura de este órgano enigmático, pues aunque los estudios de Meinert, Lenhossék, Kölliker, Ganser y Dejerine, habían señalados hasta tres núcleos, no había coincidencia entre los admitidos por cada uno y, desde luego, los datos estructurales eran escasos y poco propicios. Cajal, con el método de Golgi, precisó perfectamente, tanto en los cortes transversales, como en los longitudinales, la forma de los tres núcleos, que llamó anterior o principal, posterior o accesorio y superior. En cada uno de ellos, describió la forma y distribución de las neuronas, así como la constitución de la cápsula fibrilar. Vió los plexos de colaterales que forman las fibras que llegan por la cápsula y el comportamiento del axón de las células dentro del núcleo, pero los pudo seguir hasta el límite del núcleo, donde parecen incorporarse a una vía antero-posterior que no tiene límites precisos. Tampoco pudo ver el origen de las fibras que forman las colaterales; en el ratón y conejo de pocos días, de mayor simplicidad estructural, sólo vió claramente una vía superficial que llegaba desde por encima del quiasma; también aparece clara la vía que desde el septo lúcido se dirige al túber y es muy probable una conexión de la estría semicircular en el momento en que se incorpora a la vía olfatoria de proyección . A pesar de estas oscuridades, dedujo una consecuencia, que es la falta de relación entre la vía óptica y el túber, contra lo que entonces se creía, y además, que las únicas conexiones verosímiles hasta ahora la relacionan con la vía olfatoria, pareciendo una estación motriz o refleja intermediaria colocada en la vía de proyección del tabique transparente.

    2.6.7. OTROS NÚCLEOS DE SIGNIFICACIÓN FISIOLÓGICA IGNORADA:

    Además de los núcleos talámicos descritos con las vías correspondientes, hay otras agrupaciones celulares, como las centrales y comisurales, que a pesar de haber sido estudiadas por Cajal, con caracterización de sus células y señalamiento de colaterales, tiene significación funcional desconocida, por no haber sido visto el origen de las fibras aferentes. Entre estos, tenemos el núcleo superior del rafe, el romboidal, el comisural inferior, el interdorsal, el antero-interno, el falciforme, el mediano triangular y el ovoide.

    Sobre el quiasma, descubrió en el conejo y ratón, el núcleo periquiasmático o tangencial, formado por células voluminosas que rodean al quiasma en forma de lámina por delante y arriba, y como en agrupación por detrás. Sus axones marchan hacia arriba y adentro, constituyendo verosímilmente la comisura de Meyner.

    Finalmente, estudió también la epífisis y la hipófisis. En aquella puso de manifiesto las células con el método de Golgi, no pudiendo encontrar el axón y las ramificaciones de las células simpáticas que llegan con los vasos. También en la hipófisis vió con el cromato de plata, en el lóbulo posterior, células pequeñas con pocas expansiones y sin axón visible; comprobó las fibras y terminaciones que Krause había señalado en el lóbulo posterior y vió llegar las fibras formando un haz, desde las fibras de masa gris, colocada detrás del quiasma; vió las terminaciones entre las células epiteliales.

    2.7. CUERPO ESTRIADO:

    A pesar de la masa que constituye el cuerpo estriado, en sus porciones caudal y lenticular, la estructura de esta parte del prosencéfalo es bastante uniforme y relativamente sencilla. Predominan en él las células de axón corto, que fueron vistas por Marchi; Cajal demostró la existencia de dos tipos distintos por el tamaño, y su hermano puso de manifiesto el tipo neurogliforme que se encuentra abundantemente en la corteza cerebral. Las células de axón largo, indicadas sin pruebas suficientes por Marchi, fueron demostradas por Cajal y comprobado después por muchos investigadores; pueden ser también de tamaño vario, gigantes y medianas; el axón se mieliniza y se agrega a las fibras de paso.

    Los paquetes de fibras que atraviesan el cuerpo estriado y son causa de este nombre, están formados por fibras que van del tálamo a la corteza y de ésta al tálamo y centros inferiores. Desde estos haces, por donde salen los axones de las neuronas del cuerpo estriado, entran fibras que llegan de centros inferiores a formar ramificaciones aquí, colaterales de las fibras motrices descendentes de la corteza.

    Esta estructura general del cuerpo estriado presenta algunas modificaciones. En el núcleo caudal , en los cortes longitudinales, en el espacio existente entre la estría semicircular y la comisura anterior, se aprecia un cambio se aspecto, por ser muy flojo el plexo de fibrillas y por no verse más que células de axón largo. En el núcleo lenticular pudo determinar tres agrupaciones.

    2.8. CORTEZA CEREBRAL:

    Golgi, puso de manifiesto la morfología celular, el arranque de los axones, las colaterales que producen, pero vió más confusamente la estratificación. Martinotti, discípulo de Golgi, descubrió las células de axón ascendente, que llevan su nombre, en 1890. He aquí la numeración que hace Cajal de sus hallazgos en las cinco monografías publicadas en los años 1890 y 91: "1º, las células nerviosas de la capa molecular o plexiforme, en sus diversos tipos; 2º, de la continuación con fibras de la sustancia blanca de muchos axones de pirámides pequeña, medianas y grandes; 3º, de la terminación libre de las colaterales en la sustancia gris; 4º, de la bifurcación de muchos axones al llegar a la sustancia blanca; 5º, del origen de muchas fibras callosas; 6º, de la penetración en el cuerpo estriado de los axones de las pirámides;7º, de la existencia de gruesas fibras centrípetas o ascendentes ramificadas en la sustancia gris; 8º, de la disposición en penacho que el tallo de las pirámides ofrece al llegar a la capa molecular; 9º, de la existencia de células de axón ascendente, semejantes a las llamadas de Martinotti, pero cuya arborización terminal no llega a la capa molecular; 10º, en fin, de la morfología y evolución de varios tipos de células nerviosas y neurológicas, etc.".

    "En cuanto al número de capas, le fijamos en cuatro, a saber: 1º, capa molecular; 2º, capa de las pequeñas pirámides; 3º, capa de las grandes pirámides; 4º, capa de las células poliformas. No hay que olvidar que en los referidos estudios aludimos entonces a la corteza de los mamíferos de cerebro liso; en los girencéfalos y particularmente en el hombre, el número de capas es mayor".

    Todas estas adquisiciones fueron confirmadas por numeroso investigadores, a cuya cabeza iban Retzius y Kölliker; el primero dio el nombre de células de Cajal (Cajal´sche Zellen), a las células especiales que había descubierto Cajal en la primera capa, y el segundo llamó fibras de Cajal (Ramón´sche Fasern), a las que éste vió entrar a ramificarse en las capas superficiales desde la sustancia blanca.

    En monografías posteriores, sobre todo en las cinco destinadas a las cortezas regionales, de principios de siglo, enriqueció enormemente el conocimiento de los tipos celulares de la corteza. Primera capa: descubrió las células de axón corto (poligonales), las especiales y las arborizaciones dendríticas de las pirámides. En las dos capas siguientes de células piramidales, completó la exposición de Golgi, describiéndolas a la perfección y descubrió numerosos tipos de células de axón corto, además de confirmar las de Marionetti; entre ellas, las que se ramifican en las primeras capas; en estas capas demostró la terminación libre de las fibras que Kölliker demostró ser sensitivas. Cuarta capa: describió las escasas piramidales de axón largo y gran número de tipos de axón corto. Quinta capa: determinó la completa morfología de las pirámides de Betz. Sexta capa: describió numerosos tipos de células polimorfas, así como los elementos de axón corto.

    En los años 1899 y 900, acometió el estudio sistemático de las cortezas regionales.

    "La creencia de que la corteza cerebral exhibe, por acomodación a sus específicas funciones, regiones de estructura algo diferente, ha sido consecuencia de la doctrina de las localizaciones fisiológicas cerebrales, creada por Fritsch, Hirtzig y Ferrier, y notablemente ampliada y perfeccionada por las investigaciones de Munk, Monakow y Flechsig. A decir verdad, ya bastante antes que se descubriesen los lugares corticales específicos de la sensibilidad táctil, visual y acústica, habíanse notado diferencias macro-microscópicas en algunas circonvoluciones; mas corría por entonces entre los neurólogos una hipótesis que estorbaba se diese la debida importancia a tamañas desviaciones de estructura. Esta hipótesis, sugerida por Meynert y defendida modernamente con alguna restricción por Golgi y Kölliker, puede anunciarse así. La actividad específica de cada esfera cortical, no depende de la particular estructura que posea, sino de la naturaleza de los estímulos que le llegan del aparato sensorial periférico. Así, por ejemplo, la sensación visual surge en la fisura calcarina y no en otro lugar cerebral, por ser ella exclusivamente el paraje de terminación de las radiaciones ópticas. Contra lo que esta doctrina tiene de exagerada, hablan todos los trabajos emprendidos en los últimos años sobre la corteza regional, los cuales enseñan que las diferencias de textura de las esferas sensoriales son mucho más grandes de lo que se presumía. Nuestras investigaciones, sobre todo, hacen muy verosímil la siguiente proposición destinada a corregir la fórmula de Meynert. " Las actividades específicas desarrolladas en cada lugar cortical, dependen tanto de la cualidad de las excitaciones sensoriales recibidas, como de la peculiar estructura de la sustancia gris."." Semejantes particularidades de textura representan verosímilmente un fenómeno secundario, una adaptación a la función, adaptación que condujo progresivamente al perfeccionamiento de la función misma."

    Meynert separó de aquella distribución en cinco capas, la ínsula, el polo occipital y el asta de Ammon; Hammarberg, distinguió dos tipos, el motor y el sensitivo, con el método Nissi; también Slapp utilizó este método en el análisis de las cortezas; Golgi examinó con el suyo las circunvoluciones central anterior, la occipital superior y el pie del hipocampo. Realmente, el verdadero estudio de las cortezas regionales lo comenzó Cajal con pujanza, con el método de Golgi hizo un estudio acabado de las corteza motriz, visual, acústica y olfatoria.

    CORTEZA MOTRIZ: Cajal examinó las circunvoluciones frontal y parietal ascendentes, es decir, las que limitan la cisura de Rolando y que eran consideradas con los pies de las demás frontales como la localización de los movimientos voluntarios; en sus primeros estudios, suponía una estructura semejante en ambas circunvoluciones frontal y parietal ascendentes, pero después, examinándolas con el método de Nissi, que tiñe todos los cuerpos celulares, pudo convencerse de que son de diversas estructuras, como señaló Hammarberg. La parietal ascendente corresponde por su estratificacón a la corteza general o de asociación, aceptada como tipo, separándose la motriz por la escasez de los granos de la capa cuarta, en consecuencia, estimó probable que el centro sensitivo motor se halla por delante de cisura de Rolando, aunque los fisiólogos y patólogos le prolongaban hacia atrás.

    CORTEZA AUDITIVA: (primera circunvolución temporal e ínsula). Es muy semejante a la corteza general, pero se distingue por la abundancia de pirámides profundas y por la presencia de todas las capas, menos en la primera, de unas células características de cuerpo fusiforme o triangular de gran tamaño, con varias dentritas ascendentes, careciendo de tallo protoplásmico periférico, que se acumulan sobre todo en la capa sexta.

    CORTEZA VISUAL: (fisura calcarina). Es superior en capas a la corteza tipo, apareciendo por encima y debajo de la de los granos dos capas nuevas; la de encima, capa cuarta, fue llamada por Cajal, capa de las grandes células estrelladas, y la de debajo, capa sexta, de células piramidales pequeñas con axón ascendente y arqueado. Aquella se caracteriza por la presencia de células grandes, ovoides o triangulares, que carecen de tallo hacia la superficie, estando más bien sus expansiones gruesas en dirección horizontal; el axón va a la sustancia blanca. La capa de los granos, capa quinta, tiene también escasa células estrelladas, semejantes a las anteriores, pero de menor tamaño; más su elemento característico en la corteza visual, son unas células de cilindroeje corto, con axón ascendente que va a ramificarse en la capa anteriormente indicada de las grandes células estrelladas. Además, hay otras muchas células de axón corto iguales a las que existen en las demás regiones. La capa sexta se caracteriza por células piramidales pequeñas, cuyo axón desciende primero y a poco trecho se hace ascendente para terminarse en las piramidales medianas y pequeñas.

    Además, muestra la corteza visual la estría de Gennari, el nivel de las capas cuarta y quinta que Cajal estudió con el método de Golgi, terminación de las fibras ópticas. En otras circunvoluciones visuales, cuneus y lóbulo lingual, vió una estructura idéntica que va perdiendo sus caracteres típicos a medida que se separa de la cintura carcarina.

    CORTEZA OLFATIVA: Cajal estudió en ella el bulbo olfatorio, el centro primario o receptor, el centro secundario, lóbulo piriforme y la mayor parte de la circunvolución del hipocampo: El terciario, formado por la parte superior del hipocampo, y el cuaternario, constituida por el asta de Ammon.

    En el bulbo olfatorio demostró en 1890 que las fibras olfatorias se terminaban por arborizaciones libres en los gloméruros, sin salir de ellos y sin formar redes, como creía Golgi, donde van a terminarse los troncos protoplásmicos de las células mitrales; que entre los glomérulos están los granos externos, células nerviosas de axón corto, ramificado dentro de los glomerúlos, que Golgi tomó como células de neuroglia; las células empenachadas de la zona molecular; la morfología de las células mitrales; confirmó los granos y sostuvo que son células nerviosas, aunque no tengan axón, contra la opinión de Kölliker, descubrió en esta capa de los granos, al lado de las células estrelladas de axón corto, vistas por Golgi, en que el axón se ramifica dentro de la capa de los granos, otras llamadas de Cajal por Van Gehuchten y Blanes, que tienen el axón dirigido hacia la periferia y ramificado en la capa plexiforme externa; vió el plexo de las colaterales del axón de las mitrales y empenachadas por debajo de las mitrales y en la plexiforme interna; por último, descubrió el plexo de fibras centrífugas y comisurales en la capa de los granos. Descubrió el bulbo olfatorio accesorio, que describió por completo, Cajal demostró que, como habían sospechado Gudden, Ganser y Golgi, las fibras de raíz externa del pedúnculo olfatorio son los axones de las células nerviosas del bulbo. También estudió la corteza peduncular.

    La circunvolución del hipocampo y el lóbulo piriforme constituyen el lugar de terminación de las fibras olfatorias de la cinta que dan colaterales en la corteza suprapeduncular. En esta circunvolución distinguió cinco porciones:

    • la olfativa principal.

    • El presubículo.

    • El subículo.

    • La externa o fisuraria.

    • La olfatoria superior o caudal.

    En la olfativa principal o central, distinguió cuatro capas; la primera, plexiforme, en la cual sobre los elementos corrientes están los paquetes de fibras olfativas; la segunda, en lugar de pirámides pequeñas, tiene células polimorfas gigantes, con islotes de células grandes y pequeñas y el plexo de fibras; la tercera, de las pirámides medianas y grandes con ramillete dentrítico inferior, vistas por Kölliker y Calleja en varios sitios, pero atribuidas por Cajal a la corteza olfativa; la cuarta, de células polimorfas, y la quinta, sustancia blanca, faltando las capas de granos y de grandes pirámides profundas.

    En el subículo próximo al asta, todavía se simplifica la estratificación; la capa molecular está muy invadida por fascículos que suben de la sustancia blanca; los islotes de células piramidales pequeñas y medianas se entremezclan en esta formación y después sólo hay una capa continua de pirámides pequeñas y grandes. La sustancia blanca espesa, crece hacia el pedúnculo y se adelgaza hacia el álveo. Recibe fibras, que se ramifican, del álveo y emite fibras que quizás produzcan una vía de producción que vaya por la fímbria, como la del asta.

    El presubículo se diferencia de la olfatoria principal en carecer de los nidos de polimorfas gigantes, y del subículo, por el mayor número de capas. Tiene como elemento especial un apretadísimo plexo en la capa tercera, que tiene por esto el aspecto de una molecular entre las pirámides pequeñas y las medianas.

    En la porción externa o fisuraria, se pasa la corteza típica o de asociación.

    La zona olfativa superior o caudal es llamada por Cajal también núcleo angular; en la zona molecular presenta una gran cantidad de fibras tangenciales que da muchas colaterales, terminadas todas dentro del núcleo angular y que parecen provenir de células más profundas del mismo foco; las pirámides pequeñas han sido reemplazadas por grandes células estrelladas; en la tercera capa, de pirámides medianas, hay un plexo apretadísimo que no sale del núcleo; la cuarta es molecular formada por las dendritas inferiores de las piramidales; la quinta, fina, de fusiformes horizontales; la sexta, gruesa, de granos; la séptima, de polimorfas y fusiformes; la octava, sustancia blanca con fibras centrípetas y centrífugas, que engendran las vías temporo-amónicas directa, cruzada y alvear.

    Sobre el asta de Ammon, Cajal publicó en 1893, en los " Anales de la Sociedad Española de Historia Natural", un extenso trabajo, en el que, además de confirmar las observaciones de Golgi y L. Sala, aportó gran cantidad de hechos nuevos. Este trabajo fue traducido al alemán por Kölliker. En él describió las células epiteliales, la neuroglia y su formación; describió las colaterales y terminales del álveo; descubrió dos tipos celulares con axón horizontal unas, y otras ascendentes, que después se hacen horizontales y forman arborizaciones en torno del cuerpo de las pirámides; determinó las diferencias entre las pirámides de la región superior e inferior, las de éstas mayores, con la colateral ascendente del axón, con las excrecencias del cuerpo y expansiones; descubrió la arborización final y conexiones de los granos y las células de los estratos lacunoso y radiado.

    En la fascia dentata describió las células de axón corto de la zona molecular, las células que por debajo de los granos forman las arborizaciones para éstos y otras células de axón ascendente.

    En cuanto a las vías que establecen la conexión entre la corteza temporal y el asta, demostró: que el asta de Ammon no recibe las corrientes olfativas, según se había supuesto hasta aquí, del cerebro frontal y por intermedio del tabique transparente, sino de lo alto del lóbulo piriforme o corteza temporal superior, de donde surge una robustísima vía, cuyas fibras, emplazadas en el ángulo subicular y cruzando sucesivamente la corteza de éste, asaltan las capas plexiformes del asta de Ammon y fascia dentata, donde se arborizan entrando en contacto con el penacho terminal de los granos y pirámides amónicas. Distinguió y describió las tres vías temporo-amónicas: cruzada o angular, directa o perforante y alvear .

    Además estudió la fimbria, los pilares del trígono, el psalterio, el septo lucido y la corteza interhemisférica, haciendo en todo ello interesantes aportaciones.

  • ESTRUCTURA CELULAR SEGÚN CAJAL:

  • NEUROGLIA:

  • Contiene los centros nerviosos dos especies de corpúsculos de sostén: las células epiteliales y las células de neuroglia o en araña.

    Las epiteliales constituyen un revestimiento continuo en las cavidades de los centros nerviosos, y son corpúsculos alargados con un cuerpo, portador del núcleo, que limita la superficie libre interior, y una o varias expansiones externas ramificadas y divergentes que se pierden en la sustancia gris o blanca inmediata.

    Según Cajal, en la época embrionaria las células epiteliales de todo el eje cerebro-raquídeo son larguísimas, prolongándose desde la cavidad central a la misma superficie exterior, debajo de la pia mater, donde constituyen una dilatación cónica de base periférica, especie de chapa limitante análoga a la de los corpúsculos epiteliales de la retina. En el encéfalo de algunos vertebrados (peces, reptiles y batracios), esta disposición se conserva toda la vida, no existiendo otra neuroglia que la representada por las expansiones periféricas del epitelio. Pero en la médula y encéfalo de las aves y mamíferos dicho revestimiento epitelial se atrofia, pues sus expansiones divergentes, en vez de alcanzar la superficie de los órganos nerviosos, acaba en plena sustancia gris o blanca. La neuroglia epitelial, con su aspecto embrionario, se conserva solamente en dos órganos: la mucosa olfatoria y la retina.

    Las células en araña (neuróglicas propiamente dichas o células de Deiters) se encuentran abundantísimas en la sustancia blanca de los centros nerviosos, en la trama de los nervios (óptico, olfatorios, capa fibrosa de la retina, etc.), en los ganglios del gran simpático, y, en cantidad mucho menor a nivel de la sustancia gris encefaloraquídea.

    Son los corpúsculos neurológicos, como ha hecho notar Golgi, células pequeñas, dotadas de finísimas flexuosas y poco ramificadas expansiones, que, transcurso variable, acaban libremente, fijándose, a menudo, en la superficie de los capilares. La trama conjuntiva de los centros resulta no de la anastomosis, sino del entrecruzamiento flexiforme de las referidas expansiones, y su oficio parece ser el sostén y aislamiento, no de las células nerviosas, sino de las fibras meduladas, de las que parecen ser un aditamiento indispensable.

    ¿De dónde provienen las células neuróglicas? Cuestión es ésta sobre la cual se han emitido numerosas y contradictorias opiniones. Según han demostrado las investigaciones de Cajal diremos que las células de neuroglia no son otra cosa que corpúsculos epiteliales de los centros y transformados, por atrofia de sus prolongaciones central y periférica y por la producción de apéndices secundarios, en células en araña o asteriformes. Durante este proceso podrían también multiplicarse las células epiteliales, como sostiene Lenhossék en un trabajo.

    La médula adulta de los batracios (Lavdowski, Claudio Sala) y reptiles (Cajal) revela un estado de transición entre la médula embrionaria y la adulta de los mamíferos; pues se ven células epiteliales en curso de emigración que conservan la morfología primitiva y terminan todavía, a favor de apéndices periféricos y radiados debajo de la pia mater. Lenhossék ha estudiado también estas transiciones en la médula fetal humana.

    En uno de los trabajos Cajal sospecha de que quizá algunas células neuróglicas, unidas íntimamente a los vasos, provienen, ya de una proliferación endotelial, ya de corpúsculos conectivos inmigrados en los territorios nerviosos. Pero desde que Cajal observó la existencia en el endotelio de los capilares de los centros nerviosos del embrión, de expansiones finas, divergentes, a veces nacidas de un espesamiento bascular, admitió más que un solo modo histogenético de la neuroglia la dislocación y diferenciación de células originariamente epiteliales.

    3.2 NEUROFIBRILLAS:

    Cajal en el tomo II de la Revista del Laboratorio de Investigaciones biológicas, publicó una extensa monografía en que exponía detalladamente la primera fórmula del método y daba cuenta de los resultados obtenidos en la médula, en el bulbo, en la corteza cerebelosa y cerebral, en el cerebro medio y en el entrecerebro, en los ganglios y en los invertebrados; también comunicaba haber tenido con el mismo método, el aparato reticular de Golgi, en distintas células del conejo y de la lombriz y hacia una primera exploración sobre la embriogénesis de las neurofibrillas.

    En Febrero de 1904 (tomo II de los trabajos), expone nuevos perfeccionamientos del método, mediante el empleo de fijadores previamente a la inmersión en el baño del nitrato de plata. Estos fueron: el alcohol de 40º (Cartier) que tiñe preferentemente los axones medulados y las neurofibrillas en las neuronas motrices; el alcohol amoniacal especial para las fibras ameduladas y las neurofibrillas; el formol amoniacal para la porción terminal de las fibras nerviosas. En 1907 y 1919 (tomo V y VIII de los trabajos) perfecciona las fórmulas publicadas y añade otras muchas para distintas estructuras.

    Gracias a este nuevo recurso técnico, tan ansiosamente buscado, pudo estudiar la estructura de las células nerviosas. Cajal confirmó en la médula las neurofibrillas puestas de manifiesto por Bethe, Simarro y Donaggio, distinguiendo tres tipos celulares por su comportamiento: el fasciculado de las neuronas grandes (motrices), el reticulado de las funiculares grandes y medianas. Es en éstas donde podía hacerse mejor el estudio de las neurofibrillas, y en ellas demostró de modo que no deja lugar a dudas, que las neurofibrillas no son independientes, pasando de unas expansiones a otras, como creían Appathy y Holmgren en los invertebrados y Bethe en los vertebrados, sino que se anastomosan unas con otras formando verdaderas redes; en las bifurcaciones de las gruesas dendritas, asi como en las células pequeñas en que las neurofibrillas son pocas y espaciadas, estas redes muestran todo su esplendor. Vió además que eran de grosores distintos, primarias y secundarias, sirviendo éstos para aclarar aquéllos.

    Diferenció retículos en que la distribución de la red neurofibrillar es uniforme como las células ganglionares y otros en las que aparece un retícula apretado en torno del núcleo, retículo perinuclear y otro más laxo, extendido por todo el resto del cuerpo celular.

    Demostró, en el bulbo, retículos neurofibrillares en las células motrices del facial, hipogloso, motor ocular externo, ambiguo, dorsal del vago, en las células intesticiales de la formación reticular, en las células de las olivas del núcleo trapezoide, de los focos acústicos etc.

    En el cerebelo, antes de confirmarlas en las células de Purkinje, las descubrió en los granos; Bethe, que no había podido teñir las neurofibrillas en los granos, creyó que éstas no eran células nerviosas cuando Cajal había demostrado la terminación de las dendritas y el compartimento del axón, hechos confirmados por Kölliker, Van Gehuchten, P. Ramón, Retzius, Dogiel, Held, etc.; al describir Cajal las neurofibrillas, hecho por tierra el argumento de Bethe. En 1903 las puso de manifiesto en las células de Golgi y en 1905 en las células estrelladas de la zona molecular, donde se resistían. También las impregnó en la oliva cerebelosa, núcleos del techo, émbolo, foco de Bechterew.

    Igualmente las puso de manifiesto en gran número de células de la protuberancia, mesencéfalo, en las de la corteza cerebral, en las mitrales y empenechadas del bulbo olfatorio y en las de los ganglios. En la retina confirmó su aparición en las ganglionares, espongioblastos y células horizontales; finalmente las demostró en las terminaciones motrices y las confirmó en los invertebrados.

    Demostró los botones o bulbos terminales de Held, con que se acaban las fibras pericelulares en contacto con el soma de las células y vió de nuevo las cestas del cerebelo, los cálices de Held, los glomérulos cerebelosos y otros muchos tipos de terminaciones de los centros que había estudiado con el método de Golgi.

    Desde sus primeros trabajos con el método, había comenzado a observar que en algunos corpúsculos y en ciertos animales más que en otros, aparecían en el retículo unos espesamientos fusiformes intensamente coloreados por la plata, que no sabía cómo interpretar. Cajal sospechó que los engrosamientos se podrían explicar por enfriamiento, y el extraordinario espesor de las neurofibrillas de los lagartos por el letargo invernal, al hacerlos despertar, por una estancia prolongada en la estufa, mostraron las neurofibrillas finas, como en el lagarto amputado.

    A estas mutaciones de carácter fisiológico, se unieron las alteraciones que Cajal y García Izcara habían encontrado en las médulas y cerebros de conejos rabiosos, consistentes en engrosamientos fusiformes que aparecen en el retículo, para demostrar "que el retículo no es, según se ha supuesto, un mecanismo fijo y estable (simple conducción de hilos conductores), sino un aparato variable, capaz de transformaciones que podrían compararse con el amiboidismo intracelular de las células de los pelos estaminales de la tradescantia virginica".

    Cajal, en colaboración con García Izcara, estudió extensamente "Las lesiones de retículo de las células nerviosas en la rabia", describiendo las distintas fases de la hipertrofia neurofibrillar, que ha quedado como un signo histológico de la hidrofobia, en unión de la hiperplasia de las células satélites de Van Gehuchten y Nilss y la presencia de los cuerpos de Negri. Además, estudió las transformaciones de las neuronas en relación con el crecimiento de las satélites y exploró las alteraciones de las terminaciones en el cerebelo. Poco después, examinaba las variaciones del retículo en las sanguijuelas y de los mamíferos recién nacidos por el ayuno y el enfriamiento.

  • APARATO RETICULAR DE GOLGI:

  • En la monografía de 1903 sobre las neurofibrillas, hizo ver Cajal que con el nuevo método los bloques que habían estado más de veinticinco días en nitrato al 3 por 100 mostraban teñida la red intraprotoplásmica de Golgi, viendo en la corteza del conejo imágenes semejantes a los que poco antes había obtenido Soukanoff. Todavía eran más completos los resultados que había obtenido en las células nerviosas, y en los epitelios del intestino y de la piel de la lombriz, en donde hasta entonces nadie la había visto, existiendo en los invertebrados solamente las observaciones de Hollmgren en la sanguijuela.

    En 1904 describió el aparato reticular en el intestino del conejo, confirmando a Negri y Holmgren. En 1907, empleando la fórmula de fijación previa en formol al 10 por 100, lo describe el las células de la médula espinal, confirmando a Golgi. A continuación de Cajal, en el mismo tomo de la Revista D. Domingo Sánchez, que tan constante y valiosa ayuda prestó al Maestro, en sus trabajos sobre el sistema nervioso de los invertebrados, estudió de nuevo con el cromato de plata y el cloruro de oro, la red que Cajal había descubierto en 1889-1899 en los músculos estriados de los insectos, y además de demostrar que correspondía a Cajal la prioridad del hallazgo, pues Fusari, a quien lo atribuía Veratti (1902), lo había visto en 1894, identifica el retículo de Cajal-Fusari con el aparato intraprotoplásmico de Golgi-Holmgren de las células epiteliales, generalización tímidamente indicada por Veratti, discípulo de Golgi.

    En 1908, empleando como fijador el formol-acetona (aa) y después alcohol amoniacal, lo ve en las células de Purkinje, de Golgi y granos del cerebelo, en las ganglionares de la retina y las vuelve a ver en la corteza cerebral y médula.

    En 1912, empleando como fijador el formol-urano, mejora de tal manera el método, que obtiene impregnaciones mucho más perfectas de todas aquellas células estudiadas y demuestra el retículo en células en las cuales hasta entonces no lo había podido ver, como son: en la retina, las visuales, las bipolares, las estrelladas y los espongioblastos, y en los nervios las de Schwann y las de las fibras de Remak. Al mismo tiempo, comienza a estudiar las alteraciones del retículo endotelial en las células nerviosas de los animales rabiosos.

    Con esta técnica ya tan perfeccionada, hizo una revisión completa del aparato de Golgi y en 1914 publica en los Trabajos del Laboratorio una monografía magistral de más de 100 páginas, en que aborda importantes cuestiones genéticas, fisiológicas y patológicas en relación con este retículo, después de precisar más todavía las condiciones del método a base de fijación en formol-urano.

    La demostración del aparato reticular en células embrionarias había sido hecha ya por Golgi, sin marcar relación con el momento del desarrollo; Marcora señaló ya los retículos bien diferenciados en las células nerviosas del embrión de pato al tercer día de la incubación, pero fue Ramón y Fañanás quien lo demostró en muchas células de embriones de pollo desde el segundo día e hizo un estudio sistemático de su evolución; Cajal confirmó los estudios de Fañanás pudiendo ver retículos en diversas células a las treinta y cuatro horas de incubación.

    Después describe las transformaciones que experimenta el retículo en las células que por evolución natural, sufren una regresión, como la cartilaginosa en la osificación endocondral, las células epiteliales superficiales del esófago y piel y la célula adiposa; en las cartilaginosas confirmó las observaciones de Pensa, que vió la hipertrofia del retículo en las fases de crecimiento, en tanto que disminuye y se fragmenta en las células epiteliales del esófago y piel, confirmó las observaciones de Deinecka del epitelio de la córnea apreciando la fragmentación del retículo en las células superficiales, y en las células adiposas vió un proceso de segmentación; también vió hipertrofiarse el retículo en los odontoblastos y osteoblastos en la fase secretoria.

    Después aborda el problema de las variaciones fisiológicas del retículo en las células ganglionares. Negri indicó que podía existir una relación entre el retículo y el acto secretorio, sin lograr ponerla de manifiesto, según confesó; Golgi y Agata se inclinaron también por la afirmativa, en su estudio sobre el cambio de situación del retículo en las células calciformes del estómago de la rana; Bizzozero y Boteselle vieron en las glándulas sudoríparas variaciones morfológicas, cuya significación no se pronunciaron.

    Cajal estudió las células calciformes del intestino, en las cuales Golgi había visto el retículo con aspecto distinto, según el sitio de la glándula en que se encontraban; en la profundidad de la foseta, zona de máxima producción de mucina. Kolster había apreciado cambios de situación; Cajal distinguió las fases: de marchitamiento o descanso, células estrechas (de Majewsky y Oppel) con diminuto retículo; progresiva como en la fase hipertrófica, vista en la glándula mamaria; de secreción o de producción de finas esférulas en que continúa la hipertrofia; de gruesas masas de mucina y de segregación del retículo. En las glándulas salivales, no vió modificación , siendo constante el aspecto, mientras que en el páncreas apreció algunas diferencias que no se atrevió a interpretar.

    Después estudió la submaxilar y el páncreas de animales a los que inyectaba pilocarpina para excitar la secreción, encontrando en la primera mucha varidad con atrofias y disgregaciones. "Diríase que la materia argentófila ha sido consumida en gran parte durante la sobreactividad secretoria, amén de haber sufrido rupturas y dislocaciones al empuje de las corrientes de excreción". En al páncreas, no halló cambios en los conejos jóvenes (cuatro a diez días) y sí en los de dos meses.

    Comparando más tarde los retículos de muchas células nerviosas de la misma clase, pudo ver en ellas aspectos variadísimos del retículo, dentro de las modalidades anteriores de hipertrofia, atrofia y fragmentación, concluyendo " que el aparato de Golgi no es un órgano uniforme y estable, cualitativa y cuantitativamente, sino que está sujeto a liberaciones fisiológicas de crecimiento y disminución, cuya ley se nos escapa por ahora".

    También estudió las modificaciones del retículo en la inflamación traumática; Marcora había observado las variaciones que experimentaba el retículo de Golgi en las neuronas a las que se lesionaba el axón y Cajal examinó las células nerviosas de perros y gatos jóvenes, después de producir heridas en los centros nerviosos. Como Marcora, observó una fragmentación del retículo en pedazos, que luego se transforman en montones de granos, y mucho más tarde se dispersan por el protoplasma notablemente alterado. Describió igualmente la desagregación autolítica producida por la muerte.

    Por último, se ocupó de las relaciones del retículo de Golgi, con los otros factores integrantes de protoplasma. En cuanto a los grumos de Nissl, confirmó las ideas de Marcora, que vió colocados en estos las mallas del retículo sin que haya entre ellos íntimo contacto. Se sumó a los que afirmaban que el condrioma es cosa diferente del retículo de Golgi, admitiendo en cambio su relación íntima con la esfera atractiva, como pensaba Duesberg, y la identidad con el trofoespongeo de Holmgren, por lo que le llamaba retículo de Golgi-Holmgren, si bien no vió la penetración de apéndices celulares, como suponía el último; expresó la opinión de que era un sistema de huecos comunicantes con un contenido granuloso, mezcla de lipoides que se tiñen por el ácido ósmico y citoproteidos que se impregnan por la plata. Pasó revista a la situación del retículo, para fundamentar la teoría de su situación en al polo mundial que había emitido desde sus primeros trabajos y que fue confirmado por muchos investigadores.

    3.4 CONCLUSIONES GENERALES SOBRE LA ESTRUCTURA CELULAR:

  • La conclusión más general referente a la morfología de las células de los centros es la ausencia de continuidad sustancial entre las expansiones de los corpúsculos nerviosos, epiteliales y neurológicos. Los elementos nerviosos representan verdaderas unidades celulares, o neuronas, según la expresión de Waldeyer.

  • No habiendo continuidad sustancial, las corrientes deben comunicarse de una célula a otra con contigüidad o por contacto, como ocurre en el empalme de los hilos telegráficos. Este contacto tiene lugar entre arborizaciones terminales o colaterales de cilindroejes por un lado, y cuerpos celulares y arborizaciones protoplasmáticas por otro. Cuando, como acontece en los espongioblastos de la retina, en las células unipolares de los ganglios raquídeos y en los elementos unipolares de los invertebrados, faltan las expresiones protoplasmáticas, la superficie del cuerpo celular es el único paraje donde se aplican las arborizaciones nerviosas.

  • La dirección probable del movimiento nervioso en las células que poseen dos especies de expansiones, es: en las prolongaciones protoplasmáticas celulípeto, y en el cilindroeje celulífugo. Este último movimiento es el que parece recorrer la expansión o expansiones de las células poseedoras de una sola especie de prolongaciones (espongioblastos, etc.). La superficie de recepción o celulípeta (o mejor kariópeta) estaría aquí representada por la delgada costra de protoplasma envolvente del núcleo.

  • En las células bipolares (acústicas, olfatorias, retinianas, bipolares sensitivas de los vermes según Lenhossék y Retzius, bipolares sensitivas de los ganglios espinales de los peces, etc.), la expansión periférica es gruesa y debe considerarse como de significación protoplasmática, estando destinada a recoger las corrientes (movimiento celulípeto). En las células unipolares de los ganglios espinales de los batracios, reptiles, aves y mamíferos, la expansión periférica del brazo único puede estimarse como rama protoplásmica u órgano de transmisión celulípeta, y la central, más fina, como fibra nerviosa u órgano de transmisión celulífuga. El tallo que soportan las dos expansiones no existía en la época embrionaria, formándose ulteriormente por estiramiento del cuerpo celular; representa, pues, morfológica y genéticamente, un trozo de cuerpo celular y no una fibra nerviosa.

  • Las expansiones protoplásmicas no representan, como quieren Golgi y sus discípulos, un mero aparato nutritivo, especie de raicillas chupadoras de plasma exhalando de los capilares, sino que tienen una misión conductriz lo mismo que los cilindroejes. Los dos hechos invocados por Cajal son: tendencia de las expansiones protoplásmicas a agruparse en torno de vasos, conexiones de éstas con las células neuróglicas. Los glomérulos olfativos de los vertebrados inferiores no tienen vasos ni neuroglia, y con todo eso son, como acontece en los mamíferos, el punto de terminación de las expansiones protoplásmicas de células mitrales, etc. En la retina de los vertebrados inferiores, la zona plexiforme interna, punto de reunión de las prolongaciones protoplásmicas de las células de la capa ganglionar, carece de capilares y de corpúsculos neuróglicos, y, a pesar de ello, no sufre la mayor alteración la disposición bien conocida de las mencionadas prolongaciones ni sus conexiones con las células bipolares. Toda región de la sustancia gris provista de fibras nerviosas terminadas encierra, al mismo tiempo, arborizaciones protoplásmicas. La recíproca es igualmente verdadera, por tanto no existe territorio donde concurran expansiones protoplásmicas, que no albergue también arborizaciones nerviosas terminales. Las dudas Kölliker y algún otro autor han expresado tocante a este último extremo, citando la existencia de expansiones protoplásmicas en la sustancia blanca del cerebro y médula (sustancia que por no contener más que fibras meduladas de paso no podría ser asiento de comunicaciones celulares), han perdido toda su fuerza desde que las indagaciones de Cajal han probado:

    • Que, tanto la sustancia blanca de la médula como la del cerebro, son punto de terminación de colaterales especiales.

    • Que estos parajes contienen o pueden contener fibras nerviosas sin mielina con carácter de ramitas terminales.

    • Que allí donde parecían encontrarse de manera exclusiva expansiones protoplásmicas, se encierra su considerable número de arborizaciones nerviosas terminales de fibras nerviosas sin mielina.

  • La longitud extrema de ciertos tallos protoplásmicos (células piramidales del cerebro, células de Purkinje, etc.), así como la riqueza de las expansiones protoplásmicas laterales y basilares, parecen guardar relación con el número de arborizaciones nerviosas cuyas corrientes deben recolectar. Las asperezas y escotaduras interespinosas que exhiben muchas arborizaciones protoplásmicas representan verosimilmente lugares de impresión o contacto de fibrillas nerviosas terminales.

  • SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO:

  • GANGLIOS RAQUÍDEOS Y CRANEALES:

  • Los trabajos de Cajal (1891), Van Gehuchten, Lenhossék y Kölliker, hicieron ver que, a excepción de los ganglios de Scarpa y espiral, los demás craneales estaban formados por células monopolares, y que, por consiguiente, todos ellos estaban construidos de modo idéntico, pues hasta las células bipolares no se separan gran cosa, ya que todos ellos como vió Cajal, eran de células bipolares durante su formación.

    En la Revista Trimestral Micrográfica de 1807, publicó un trabajo en colaboración con Olóriz sobre los ganglios sensitivos craneales, realizado con el método de Ehrlich al azul de metileno, que contiene hechos nuevos interesantes, además de otras muchas confirmaciones.

    Respecto a la cápsula comprueba la capa granulosa por dentro de la conjuntiva, compuesta por células endoteliales perceptibles en las nitrataciones, que habían sido descritas ya por Lenhossek y Dogiel. Entre ésta y la neurona describe las células satélites, con aspecto un poco distinto, según se tiñan con el cromato de plata o el azul de metileno que, por la particularidad de teñirse con esta última coloración vital, supone que son células neuróglicas. En las neuronas comprueba su monopolaridad y el glomérulo que sirve de arranque al axón visto por Ranvier y Retzius, pero descrito con precisión por Dogiel, distingue los glomérulos apretados y difusos formados por revueltas irregulares y no espirales, como suponía Dogiel, el cual estaba equivocado también en cuanto a la existencia de envoltura de mielina, a veces, en el glomérulo, pues ésta comienza siempre por fuera de la cápsula. Confirmó las células pequeñas sin mielina en la expansión, que fueron descritas por Retzius y Dogiel, demostrando que, de conformidad con el primero, carecen de mielina. Confirma las neuronas sensitivas con expansiones dendríticas, que había descrito en 1803, comprobadas por Lenhossék y Dogiel con el cromato de plata y tiñe con el azul de metileno una sola célula auténticamente multipolar con tres expansiones, que piensa es del tipo II de Dogiel, de las simpáticas.

    Las arborizaciones pericelulares fueron descritas vagamente por Ehrlich y Aronson con el azul de metileno: Cajal vió en 1800, con el cromato de plata, las formadas por fibras ameduladas que interpretó como simpáticas: mas fue Dogiel el que las estudió mejor distinguiendo dos tipos de terminaciones, unas que coinciden por las descritas por Cajal y otras que forman un ovillo por debajo de la cápsula; Cajal, en el trabajo que comentamos confirma los dos tipos, proponiendo que al segundo tipo se le llame ovillos pericelulares o nidos de Dogiel, y describe uno nuevo, que son las arborizaciones periglomerulares que buscaba con obstinación desde que Dogiel describió el glomérulo, como única explicación posible de tan singular disposición.

    Con el método de la plata reducida completó en 1905, el estudio morfológico de las neuronas de los ganglios raquídeos, distinguiendo, además de las neuronas ordinarias grandes y pequeñas antes mencionadas, otros tipos interesantísimos que aparecen admirablemente con este método. Células multipolares con dendritas recias y cortas que ya habían sido vistas por Lenhossék y Cajal con el cromato de plata; Células provistas de apéndices terminados por bolas capsuladas que tienen como único antecedente en la bibliografía una observación de Lleber en una rana americana, que no fue tomada en consideración por tomarlas sin duda, como cosa excepcional, pero Caine las encontró abundantes, con tres modalidades más; con las fibras y bolas terminales subcapsulares, otras con las bolas extracapsulares y las terceras mixtas. Células fenestradas, observadas por Cajal en el estudio que hizo en los animales rabiosos en colaboración con García Izcara, se creyó que eran producto del proceso en vista de que ninguno de los investigadores de los ganglios las habían descrito; pero al volverlas a ver en animales intoxicados con arsénico, empezó a creer que era un aspecto normal en los ganglios y efectivamente, en el detenido estudio que hizo de los ganglios del perro, gato, asno, caballo, cordero, cerdo y buey las encontró constantemente; también en el hombre, pero más escasas y con menos complicación; son más frecuentes estas células en los ganglios craneales. Hace un detenido estudio de ellas en los animales señalados, y al referirse al caballo menciona el antecedente de Hans Daae que, en 1888, afirmó que en los ganglios había células en las que el axón arrancaba por varias raíces meduladas, sin que le creyera nadie, porque el hecho era muy raro entonces; además había sido visto con ácido ósmico y disociación en glicerina e iba unido a otros errores como el de suponer que las raíces eran meduladas. Células desgarradas o seniles, en que las neuronas se ven invadidas por las satélites. Encontró alguna célula bipolar y otras caducas, que están cargadas de pigmento, que no se tiñen por la plata. Por último, discurre sobre la significación de las células satélites, que tanta relación tienen con todas las formas celulares indicadas.

  • SIMPÁTICO:

  • Ganglios de la Cadena.- La contribución de Cajal al conocimiento de estos ganglios ha sido todavía más importante que en los cerebro-raquídeos. A él se debe el conocimiento de las dendritas y el axón de las neuronas, más varios tipos de éstas desde el año 1801. Células estrelladas de dendritas gruesas y muy largas, muy abundantes en todos los ganglios de la cadena, plexo solar, etc.; la longitud extraordinaria de las dendritas, que se extienden en forma de fibras varicosas por toda la longitud del ganglio, hizo dudar a Cajal sobre la significación de estas expansiones; Dogiel, que confirmó estas células, las llamó células sensitivas, interpretando todas las dendritas como expansiones que irían a terminarse en las mucosas; Cajal vió terminarse algunas dentro del ganglio y era de esperar que con las otras pasara lo mismo, aunque no hubiera método apropiado para demostrarlos. Cèlulas con dendritas en paquetes, que habían sido señaladas por Kölliker. Células de expansiones cortas y groseras, que fueron las que le convencieron de que las expansiones eran dendritas semejantes a las de los centros nerviosos terminándose en nidos pericelulares. Células de ramificación dendrítica unilateral, es decir, al lado opuesto del arranque del axón.

    También determinó la marcha de los axones, de acuerdo con las experiencias fisiológicas de Langley, confirmada por Lenhossék; los más van a los ramicomunicantes, para penetrar en los nervios espinales; otros por los cordones que unen unos ganglios con otros y algunos se dirigen a las arterias y vísceras próximas.

    En su primer trabajo sobre el simpático, distinguió dos tipos de terminaciones, unas de fibras longitudinales simpáticas; las otras de fibras espinales que llegan por los ramicomunicantes; después de los trabajos de Langley, nuevas observaciones le hicieron convencerse de que las fibras longitudinales que se terminaban también eran de origen medular; por otra parte, los dos tipos de terminaciones habían sido confirmados por Lenhossék, Van Gehuchten, Kölliker y L.Sala.

    Confirmó brevemente los plexos pericelulares vistos por Aronson y Retzius, mejor estudiados después por V. Gehuchten, L. Sala, Lenhossék y Kölliker.

    En 1905 hizo un estudio muy completo de los ganglios simpáticos del hombre, donde se encuentran disposiciones morfológicas no vistas en los otros animales. Células con dendritas cortas; subcapsulares e intraglomerulares; las subcapsulares tienen la mayor parte de las dendritas, si no todas, terminadas dentro de la misma cápsula; además, son finas y suelen irradiar de toda la superficie de la neurona. Las intraglomerulares son espesas y se reúnen en ciertos sitios de la misma cápsula, o en otros lugares más o menos distantes, donde se acumulan sitios que llamó glomérulos; si las dendritas del glomérulo son de una célula, constituyen lo que llamó glomérulo simple, si de varias, glomérulo compuesto; éstos, a su vez pueden ser bi, tri y multicelulares. Todas estas células pueden tener también una o dos dendritas largas, que salen de la cápsula extendiéndose por el ganglio a gran distancia e la célula de origen para terminarse entre los haces de dendritas en los plexos glomerulares o en la arborización subcapsular de otra célula. Células de dendritas largas; estas células, que habían sido vistas por Marinesco y Müller, carecen de dendritas cortas, y las largas numerosas, se terminan entre los haces de dendritas largas. Células mixtas; son como las largas, con algunas dendritas cortas subcapsulares. La complicación de arborizaciones pericelulares es mucho mayor también en el hombre, y son más ricas en las subcapsulares y glomerulares que en las de largas dendritas, pudiendo ser pericelulars o dendríticas, axil, peri e intraglomerulares. De cuando en cuando se encuentran fibras terminadas en bolas.

    Ganglios y plexos intestinales.- Con Drasch y ´¨uller completó el conocimiento de los plexos simpáticos repartidos por el intestino, añadiendo a los de Auerbach y Meisner el plexo submuscular o muscular profundo, el interglandular y el infravelloso.

    A Cajal con el cromato de plata, y a Dogiel con el azul de metileno, se debe la descripción de los tipos morfológicos de las neuronas de los ganglios situados en el plexo de Fouerbach; el primero, ayudado por Villa, expuso el tipo de largas dendritas, y el segundo el de dendritas cortas que lleva su nombre. Dogiel consideraba estas últimas como motoras y aquéllas como sensitivas, suponiendo que las dendritas largas llegaban hasta la mucosa, actuando como aparatos receptores; Cajal creía que unas y otras eran motrices, lo que estaba más en concordancia con los conocimientos actuales sobre l simpático. Estudió los cordones sensitivos entre los pequeños ganglios, viendo la entrada de paquetes de fibras que llegan desde el gran simpático, que se dividen en el trayecto y dan ramificaciones para los ganglios, confirmadas con el azul de metileno por Dogiel y Villa. Las fibras endógenas de estos plexos, son los axones de las células de los ganglios que van a los plexos terminales perifasciculares e intersticiales.

    En el plexo interfascicular o secundario, Cajal describió las células intersticiales confirmadas con el azul de metileno por Dogiel, que las llama células de Cajal y por Villa, pero Kölliker las estimó como conjuntivas; Cajal y Villa dieron argumentos importantes contra esta opinión, basándose en la colaboración vital con el azul de metileno, que cuando está bien hecha no tiñe las células conjuntivas y en la modificación de las expansiones en presencia del aire, como en las células nerviosas. En cuanto a su significación, Cajal suponía que eran las células muy rudimentarias, sin modificación de expansiones, como las que se encuentran en los invertebrados. Respecto a la terminación de las fibras del plexo intesticial o terciario, sostiene que se acaban por extremidades libres, opinión aceptada también por Retzius, Berkely y Müller contra las redes de Arnold y Krause, la terminación en los nucleolos o en el protoplasma de Frankenhausser, respectivamente contra las placas de Krause y las manchas de Ranvier. En el plexo submuscular o muscular profundo por dentro de la capa muscular circular, demostró también las células intesticiales.

    En los ganglios del plexo de Meissner, Cajal vió las células de expansiones largas; después Dogiel describió las dos clases que había visto en los de Fouerbach. Cajal se sorprende de que Dogiel y Kölliker separen el axón entre las expansiones, pues todas son largas e iguales; supone que deben jugar el mismo enigmático papel que las células de cilindro-eje corto en los centros. Confirmó en el plexo periglandular las neuronas descritas por Drasch, idénticas a las instersticiales de plexo muscular, que encontró también en el plexo de las vellosidadses.

    Plexos cardiacos.- En 1800, con el método de Ehrlich y en el año 1801 con el de Golgi, demostró que las fibras nerviosas se terminan en el corazón como en los músculos lisos.

    Plexos glandulares.- En el páncreas describió los plexos y células intersticiales, comprobando el modo de terminación visto por Retzius, Arnstein, Cuccati y después de él por otros muchos en diversas glándulas en forma de plexos sobre las células epiteliales, acabándose las fibras en contacto con las células despuès de contornearlas.

    En los vasos de páncreas vió también los plexos perivasculares y las células intersticiales confirmadas más tarde por Retzius en otros vasos.

  • NERVIOS:

  • ESTRUCTURA DEL TUBO NERVIOSO: Con el método del formolurano y otros, Cajal ha hecho un acabado estudio del protoplasma de la célula de Schwann y otras formaciones del tubo nervioso, en el tomo X de los Trabajos del Laboratorio.

    Demostró el aparato reticular de Golgi en las células de Schwann y en las que rodean a las fibras de Remak. Dada la pequeñez de estas células, el retículo es notablemente diminuto, yaciendo entre el núcleo y el axón. En la célula de Schwann de mayor magnitud, es más extenso y complicado, rodeando al núcleo en la placa de protoplasma que envuelve al núcleo, perfectamente esclarecida por Nageotte y Nemiloff con la hematoxilina ferruginosa y el método de Ehrlich. La magnitud del retículo guarda una cierta proporción con el grosor de los tubos y, desde luego, falta por completo en los tubos centrales, que carecen de células de Schwann.

    Fijando con formol-urano y tiñendo con nitrato de plata amoniacal de Bielschowsky, comprobó los estudios de Nemiloff en los peces, y de Nageote y Doinikow en los mamíferos sobre el velo marginal o tubular de la célula de Schwann que, como creía Nemiloff, cesa al nivel de las estrangulaciones de Ranvier y no penetra en la mielina, contra lo que cree este investigador.

    En este trabajo pudo estudiar mejor la naturaleza de los anillos que había visto anteriormente, identificándolos con los de Boveri, Schiefferdecker y Segall. Describe anillos finos alojados en el protoplasma del arranque de la cisura de Lautermann y los anillos solitarios colocados fuera de dichos sitios. En bloques que habían estadocuarenta y ocho horas en el fijador, por lo que ya no presentan el apratato reticular, aparece cemento extendido por las cisuras de Schmidt-Lantermann, como había sido descrito por varios autores. El aspecto que presentan los embudos de las cisuras es muy variable, según el fijador empleado, explicándose por esto las variadas opiniones expuestas por los investigadores; para Kühnt, Boveri y Pertik se trataría de membrana; para Koch y Schiefferdecker de un cemento; para Golgi, Rezzonico y otros discípulos de aquél, un filamento espiral y otros muchos llegan a negar su existencia, entre ellos Nemiloff y Doinikow, que los identifican con la red de neurokeratina. Cajal los consideró como formaciones complejas, en que había una membrana que atrae la plata, tiras o refuerzos de aquéllos; a los lados, dos cavidades limitantes también infundibuliformes, donde pueden depositarse precipitados, y el aparato de Rezzonico.

    También confirmó los brazaletes de Nageotte, que habían sido puestos en duda por Nemiloff y, por último, comprobó la túnica conectiva peritubular, descubierta por Key y Retzius.

  • TERMINACIONES:

  • TERMINACIONES MUSCULARES: Al estudio de las terminaciones nerviosas en los músculos, realizado en 1881, con el nitrato de plata y el cloruro de oro, siguieron otros, tan pronto como aplicaba una nueva técnica al estudio del sistema nervioso. En 1888 Cajal, volvió a estudiar los músculos de la rana con la colocación vital por el azul de metileno, inventada por Ehrlich dos años antes; describió la ramificación nerviosa de los husos de Kühne y además la terminación común que babía visto con aquellos métodos. En las fibras musculares que constituían los husos de Kühne, vió dos terminaciones, una como las corrientes en la parte estriada y la otra en la porción granulosa; estima que aquélla puede considerarse "como una terminación motriz destinada a excitar las concentraciones de la parte no granulosa, es decir, extraída del huso muscular", y de éste dice: "La analogía que tanto en delicadeza como en varicosidades ofrecen estas arborizaciones con las infraepiteliales de la piel y de la córnea, inclinan el ánimo a considerarlas como de naturaleza sensitiva". También encontró los dos tipos de terminación en la lagartija, el conejo, conejillo de Indias y rata.

    Este trabajo pasó desapercibido, siendo Krause el único que lo resumió en su Anuario. Como después estos dos tipos de terminación han sido vistos por Kerschner y Ruffini e interpretados del mismo modo, sin tenerle en cuenta, y los trabajos de Sherrington han dado sanción definitiva a su opinión, puesto que en la sección de las raíces motrices no degeneran las fibras de los husos. Cajal reimprimió aquel artículo el año 1807, en el tomo I de su Revista trimestral micrográfica.

    En cuanto ideó la primera fórmula del método de nitrato de plata reducido, lo aplicó a los músculos oculares y a los vertebrales del conejo y del ratón, viendo que las terminaciones aparecían impregnadas con una morfología semejante a la que mostraban con los métodos del cloruro de oro y de Ehrlich, pero los engrosamientos mostraban neurofibrillas evidentes. De ello daba un breve resumen en la monografía de 1903, en que exponía el método, pero al año siguiente en el tomo III de los Trabajos del Laboratorio, volvía a ocuparse del asunto con más extensión y acompañaba dibujos de los músculos de las aves en que las terminaciones habían salido con más perfección que en los mamíferos, utilizando como fijador previo el alcohol amoniacal.

    Cajal, ideó un método para teñir con la plata reducida en cortes, utilizando nitrato de plata y piridina y reducción en formol-hidroquinona; con él no solo hizo magníficas impregnaciones de las placas motrices, en cortes de la lengua, sino que vió además aparecer la red de Boeke y admite la preexistencia del armazón creyendo que es una coloración parcial del retículo protoplásmico.

    TERMINACIONES ACÚSTICAS: A pesar de los numerosos estudios sobre el oído, desde Vicq D`Azyr y, sobre todo, de la obra magistral de Retzius (1885), casi nada se sabía de las terminaciones del coclear en las aves, aunque los que las habían estudiado obtuvieron resultados apreciables en la terminación de las fibras del nervio vestibular. Cajal lo explica por lo métodos empleados (disociación, ácido ósmico, etc), poco apropiados para estos estudios. Él las describió con el método de la plata reducida, con el que aparecen bien teñidas las terminaciones de las papilas basilar y la lagena. En la papila basilar de los pollos próximos a salir del huevo, se ve como llegan las fibras del ganglio coclear, manteniendo su individualidad en todo el trayecto, perforan la membrana basilar en paquetes y después alcanzan el cabo profundo de las células ciliadas, al que se adaptan como un dedal al dedo, en una articulación de pequeña extensión y tan ajustada que ha hecho creer a Bielsghowsky y Brühl que la vieron en el cávia, en una incrustación o concrescencia; a Allers, que se trataba de células bipolares; a London y Pesker y a Kolmer, de una penetración. La evolución independiente de las arborizaciones, vista por Cajal en las aves, en presencia del retículo de las células ciliadas, que aparecía admirablemente teñido al mismo tiempo, no dejan lugar a dudas. En las impregnaciones intensas, vió colaterales que partían de las fibras, próximas al cono terminal e iban a células ciliadas, más o menos distantes, hecho poco favorable a la hipótesis de la penetración.

    Las terminaciones de la papila lagena, se le mostraron idénticas a las vestibulares de las máculas, del sáculo y del utrículo; presentan fibras gruesas, que se resuelven en una ramificación de ramas horizontales, con ramitas secundarias por debajo de las células ciliadas; algunas fibras gruesas, después de ramificarse como las anteriores, forma pinceles en el cabo profundo de las ciliadas; las fibras finas también contribuyen con sus ramas al plexo horizontal subciliado.

    Respecto a la vestibular, Cajal, de acuerdo con los investigadores que le precedieron, amplió su trabajo, es decir, la existencia de fibras colosales y delgadas: las primeras que forman una copa o dedal a las células ciliadas y las segundas que engendran en plexo horizontal.

  • ¿NEURONISMO O RETICULARISMO?

  • APUNTES HISTÓRICOS TOCANTES A LA DOCTRINA NEURONAL:

  • Con razón se atribuye a los ilustres W. His (1886 y 1890) y Foster (1887) la idea luminosa de que las expansiones de las células nerviosas se terminan libremente, tanto en la sustancia gris como en los órganos sensibles y sensoriales periféricos. El profesor Waldeyer fue en Alemania, junto con Kölliker, Schiefferdecker, etc., el propagandista de esta concepción. En Francia, donde la doctrina se cogió con entusiasmo, gracias a las pruebas aportadas por Cajal, el paradigma decidido fue Matías Duval. En fin, en Italia defendieron con fervor la nueva doctrina Tanzi y Lugaro.

    Resumiendo las sugestiones esparcidas por los diversos trabajos de His, basada sobre todo en sus admirables observaciones sobre la neurogénesis del hombre, decía Cajal en 1899 lo siguiente: "His afirma que los cilindroejes embrionarios representan la continuación del primer apéndice brotado en los neuroblastos; fuerza es, por tanto, admitir que cada fibra, o sea cada neurita, durante un periodo muy largo de su evolución debe crecer por sus cabos libres. No es presumible que este proceso deba modificarse ulteriormente ni para los axones ni para las expansiones protoplásmicas. Además, conocemos desde hace mucho tiempo una serie de terminaciones periféricas libres, por ejemplo, las de la córnea, piel, corpúsculos táctiles de Pacini, Meisner y Krause, las placas motrices, etc., en todos los cuales hizo notar que en las últimas ramas nerviosas acaban por un extremo libre o arborización no anastomosada."

    La misma doctrina sería aplicable, según His, a los ganglios sensitivos, cuyas expansiones acabarían libremente. También descubrió el hecho interesante de que las células sensitivas adoptan al principio la forma bipolar, para tornarse sucesivamente monopolares (confirmado por Cajal en 1890).

    Por su parte, Forel (1887), que vió algunas preparaciones del método de Golgi, declaraba, la independencia de las células nerviosas o neuronas. Se fundaba sobre todo en los experimentos de Gudden. Esta concepción de His y Forel basada tanto en observaciones directas como en generalizaciones muy ingeniosas y verosímiles, representaba una reacción vigorosa contra las teorías reticulares de Gerlach y de Golgi, que, por entonces, dominaban en la ciencia neurológica.

    Mención muy especial merece el eminente sabio italiano Golgi, que, con ser reticularista convencido, aportó importantes argumentos a la doctrina del contacto. Armado con dos métodos valiosísimos de impregnación (el del cromato de plata y del bicloruro de mercurio) el sabio de Pavía (1873-1886), además de aportar muchos datos morfológicos valiosos sobre las neuronas y las colaterales nerviosas, contribuyó al neuronismo con el dato fundamental, entonces revolucionario, de que las dendritas caminan independientemente por el seno de la sustancia gris y se terminan mediante cabos libres. La propagación del impulso nervioso tendría por cauce exclusivo una red fina intrincadísima, extendida por la sustancia gris e integrada:

  • Por anastomosis de las colaterales nerviosas de las células del 1 tipo (motrices).

  • Por las arborizaciones axónicas de las células del 2 tipo (tipo sensitivo, correspondiente a lo que Cajal designó células de axón corto).

  • Por las ramificaciones centrales del axón de los corpúsculos de los ganglios sensitivos o sensoriales.

  • Es una triste verdad que casi nadie puede sustraerse enteramente a la tradición y al espíritu de su época. A pesar de su gran originalidad, sufrió Golgi en buena parte la sugestión de las redes intersticiales difusas de Gerlach. En todo caso la boga de las teorías de Golgi, sobre todo en Italia fue considerable. Sus más fervorosos adeptos fueron: L.Sala, Fusari, Mondino, Veratti, Martinotti, etc. También en el extranjero logró entusiastas partidarios, aunque fueron más numerosos sus contradictores. En Italia mismo no persuadió a talentos tan esclarecidos con Tanzi, Lugaro etc.

    Como eco lejano de la teoría de Gerlach, surgió en Dogiel (ruso) la concepción reticular, bien que modificada (18891-1893), basada en las fusiones accidentales de las neuronas y fibras nerviosas producidas por los fijadores de la coloración vital de Ehrlich. Llegó hasta describir en la retina gruesos puentes protoplásmicos interdendríticos.

    A despecho de las vacilaciones interpretativas del ilustre Dogiel y de alguno de sus discípulos, que trabajaron con gran fortuna, empleando el azul de metileno, sobre el gran simpático los ganglios sensitivos, la retina, el cerebelo y las terminaciones nerviosas periféricas, etc., buena parte de los resultados obtenidos encajan perfectamente en el cuadro de la doctrina neuronal, a la cual el maestro ruso se fue aproximando mucho en los últimos años de su vida. Los trabajos de Cajal con el método de Ehrlich y el de Golgi sobre la retina, el gran simpático y el cerebelo pudieron contribuir algo a esta feliz evolución doctrinal, descartando, entre otros prejuicios, en muy añejo y avasallador de las anastomosis entre gruesas dendritas.

    Cajal hace notar el hecho de que sus ideas fueron formuladas en 1888, y después en 1889 y 1890, sin tener conocimiento de los trabajos y conclusiones de His y Forel. Sólo más tarde (1890) leyó las comunicaciones embriológicas de His, anteriores a sus investigaciones, y eso gracias a la amabilidad de Leipzig.

    Agregaríamos a la lista de los colaboradores del neuronismo a H. Held, porque durante los años 1893 y siguientes aportó tres hechos importantes: los cálices del núcleo del cuerpo trapezoide, los plexos pericelulares del coclear en el ganglio ventral del acústico, y más tarde, los bulbos terminales de las fibras sensitivas de la médula espinal. Con tales hallazgos contribuyó Held a robustecer la teoría del contacto, aunque la modificara algo después con la hipótesis de la incrustación, perfectamente combatible, por otra parte, con la concepción de His.

    Para concluir, Cajal en 1888 describió las neuronas de la retina como unidades independientes, refutando la hipótesis de la anastomosis sostenida por Dogiel, fundadas sobre las revelaciones del método de Ehrlich.

  • LAS PRUEBAS HISTOLÓGICAS:

  • Conexión axosomática por nidos nerviosos ricos en fibras (cerebelo, etc.).

  • Conexión axosomática por cálices o cestas pobres en fibras:

  • Terminaciones retinianas de las amacrinas de asociación.

  • Los cálices de Held del núcleo del cuerpo trapezoide.

  • Terminaciones acústicas centrales.

  • Conexiones axosomáticas por tubérculos nerviosos terminales, con o sin proyecciones pericelulares (ganglio lateral del vestibular de peces, reptiles y aves). Terminación inferior de las células bipolares para el bastón en la retina, etc.

  • Conexiones axosomáticas individuales o colectivas, mediante un búcaro nervioso pericelular, o la incrustación de un penacho o pincel de neurofibrillas.

  • Conexiones axosomáticas por nidos amplios, de los cuales se destacan bulbos o excrecencias terminales.

  • Conexiones axodendríticas por fibras trepadoras (cerebelo).

  • Conexiones axodendríticas por endranajes.

  • Conexión axodendrítica por ramas nerviosas cruciales u oblicuas de gran longitud.

  • Conexión anxodendrítica mediante plexos planos y paralelos yuxtapuestos.

  • Conexión axodendrítica por arborizaciones difusas o en pléyade.

  • Conexiones y disposición terminal de algunas arborizaciones nerviosas periféricas.

  • Todas las terminaciones nerviosas por contacto descritas por Cajal en numerosas monografías se mostraron con absoluta evidencia. Las arborizaciones terminales pálidas, mutiladas, confusas por accidentes del teñido, y, con mayor razón, las anormales, fueron sistemáticamente descartadas. Cajal solamente consideró admisible y reales aquellas disposiciones de contacto constante entre ambos factores de la articulación, sobre todo cuando uno de ellos aparecía vigorosamente impregnado.

    MEMBRANA NEURONAL: La admisión de un contacto entre las arborizaciones nerviosas y las neuronas planteaba un problema. Las últimas arborizaciones nerviosas ¿tocan realmente el protoplasma desnudo de la célula o existe entre ambos factores de la sinapsis membranas limitantes?. Cajal se decidió a la existencia de dicha cutícula por:

  • Observación directa de una fina cubierta en las células gigantes del lóbulo eléctrico del torpedo.

  • Cromatólisis de Nissl, reveladora, en los casos extremos, de un obstáculo resistenet a la expulsión del núcleo y del citoplasma.

  • Hinchazones enormes del soma neuronal en estado patológico y, sobre todo, de las dendritas normales teñidas por el método de Ehrlich, sin que esta distensión ocasione la salida del contenido protoplásmico, por lo menos en la mayoría de los casos.

  • Dislocaciones del citoplasma y núcleo cuando se tratan ciertos focos del sistema nervioso por el alcohol absoluto, con formación consecutiva de un vacío, a veces considerable, subcuticular.

  • RED PERICELULAR: Señalada previamente por Cajal en 1897, mejor descrita por Golgi en 1898, Donaggio, Meyer, Bethe, etc., aparecen los preparados del azul de metileno como una red apretada sin continuación con la glia ni la neuroglia. Un estudio realizado por Cajal le persuadió de que probablemente se trataba de un coágulo reticulado provocado por ciertos fijadores. Cajal ha observado dicha red pericelular, no sólo en los preparados de Golgi y Ehrlich, si no en los obtenidos por cierta fórmula especial del nitrato de plata reducido, que sólo revela en las grandes células de axón corto del cerebro.

    5.3 LA UNIDAD NEUROGENÉTICA COMO PRUEBA DE LA DOCTRINA NEURONAL. CRECIMIENTO LIBRE DE LOS AXONES EN LOS CULTIVOS HISTOLÓGICOS. ERROR DEL PRETENDIDO ENTUBAMIENTO INICIAL EN LA MARCHA DE LOS AXONES DEL EMBRIÓN. CRECIMIENTO LIBRE DE LAS FIBRAS NEOFORMADAS EN LA CICATRIZ DE LOS NERVIOS SECCIONADOS:

  • Unidad neurogenética de las neuronas y axones.

  • Conforme presumió His y demostró Cajal, Lonhossék y Retzius, con observaciones incontestables, toda neurona es el resultado de la evolución de una célula germinal del primitivo tubo medular, pasando por las fases de:

  • Corpúsculo bipolar.

  • Neuroblasto de His, corpúsculo piriforme provisto de un axón corto acabado por un cono de crecimiento (Cajal, Lenhossék, etc.)

  • Pequeña neurona con dendritas rudimentarias.

  • Célula estrellada provista de dos clases de proyecciones diferenciadas y ramificadas; la neurita o axón y las dendritas, ambas libremente acabadas.

  • Este ciclo neurogenético se extiende a todas las células nerviosas, con algunas variantes especialmente localizadas en el cerebelo, ganglios requídeos y retina.

    Por fortuna, sobre este punto, el dictamen de cuantos modernamente han investigado la evolución de la neurona es cocordante, incluyendo al mismo Held, tan caviloso y descontentadizo.

    Notemos desde luego que, una vez abandonada por los neurogenistas la teoría catenaria de la evolución y regeneración de los axones, las disidencias giran solamente en torno de cuestiones secundarias.

    A primera vista podría suponerse que entre Held y Cajal existen capitales diferencias de apreciación. Y, sin embargo, caso todo se reduce a una cuestión cronológica. Por ejemplo, Held admite con His, Von Lenhossék, Kólliker, Retzius, Lugaro, Harrison, Tello, Levi, etc., la unidad e independencia de las neuronas embrionarias, y sostiene igualmente como Cajal, que la neurita primordial se termina mediante un cono de crecimiento, y, en fin, que los cilindroejes constitutivos de los nervios jóvenes son la continuación ininterrumpida de dichas neuritas. Cajal comparte este dictamen, y sólo difiere en este detalle: Para Cajal, las fibras exploradoras emergidas del tubo medular y nacidas de los neuroblastos caminarían al principio, es decir, cuando son pocas y aisladas, por los intesticios del mesodermo; mientras que más adelante, una vez congregadas en hacecillos laxos, constitutivos de las raíces rudimentarias, aparecerían estuches celulares de origen enigmático (los lemmoblastos de Van Lenhossék, las Leitzelten y plasmodermas de Held).

    En sentir del neurólogo de Leipzig, inmediatamente después que los conos de crecimiento emergen de la médula se insinuarían en el espesor de ciertas células (Leitzellen), que les servirían como de tutores. Gracias a ellas crecerían y alcanzarían su destino. Notemos que si la interpretación de Held fuera exacta, ello no afectaría sustancialmente a la doctrina neuronal, puesto que el protoplasma de tales corpúsculos adventicios no se continúa con las neurofibrillas ni posiblemente con el neuroplasma de los axones embrionarios.

    Cajal admitiría de buen brado la tesis de Held si los siguientes hechos no le restaran verosimilitud:

  • El axón explorador o recién salido de la médula espinal puede crecer libremente por los intesticios mesodérmicos; pero más a menudo se apoya, durante su éxodo hacia la periferia, en los fibroblastos embionarios, sobre los cuales resbala en virtud de un fenómeno de estereotropismo, bien estudiado por Loeb y Harison, y que Cajal ha confirmado infinidad de veces, tanto en el embrión como en los retoños nerviosos de las cicatrices (regeneración de los nervios seccionados). Dada esta curiosa y bien conocida propiedad y las formas variables de las Leitzellen y las plasmodermas, no es sorprendente que en un corte transversal o longitudinal de las raíces incipients pueda tomarse una neurita libre, pero íntimamente superpuesta a los citados elementos, más o menos acanalados o anfractuosos, como situada en el espesor de los mismos.

  • 2. Los experimentos de cultivo de la escuela de Harrison, confirmados por Burrow (1910), Levi (1911), Marinesco, y entre nosotros por Sanz, demuestran la aptitud de los conos de las fibras embrionarias para crecer libremente a través de plasmas artificales, sin perjuicio de aplicarse sobre filamentos de fibrina, células mesodérmicas proliferadas o sobre otras fibras nerviosas, lo que, como ha mostrado bien Levi, produce a veces la apriencia de anastomosis interneuronales.

  • 3. Conos de crecimiento libre semejantes han sido vistos por Cajal, en el epéndimo u otras cavidades orgánicas abundantes enplasma.

  • 4. Parece poco probable, según hizo notar Lugaro, que las fibras nerviosas primordiales sean incapaces de marchar libremente en el mesodermo,cuando sabemos que durante el desarrollo de los centros crecen en éstos con gradísima rapidez, al través de la trama gris embrionaria, se reúnen con otros axones y forman vías nerviosas y nervios robustos, sin el concurso de ninguna célula orientadora.

  • 5. En fin, Cajal estima inverosímil, a priori, que los conos exploradores, de consistencia blanda como parecen probarlo sus flexiones y retrocesos al chocar primero con la basal o con las primeras avanzadas del mesodermo primedular, sean capaces de perforar series de Leitzelten o células mesodérmicas, no canaliculadas y probablemente tan blandas y viscosas como aquéllos. La hipótesis del entubamiento de Held (desarrollo embrionarios) deja intacto elproblema de la orientación. En realidad, desplaza la dificultad sin resolverla. De aceptar esta concepción resultaría que las Leitzellen se dispondrian de antemano en el mesodermo, por una especie de milagro, en cadenas orientadoras. Semejante explicación es mucho más difícil de concebir que la regulación automática de la marcha libre de los conos, en virtud de la acción de materias quimiotácticas o de fenómenos eléctricos (hipótesis de Sfrasser y similares).

  • Más gravedad tendría, a título de reparos a la doctrina neuronal, las anastomosis neurofibrilares intercelulares señaladas en el ganglio de Gaserio del patopor Held y los puentes y fusiones descritos por Bielschowsky (1928) en los ganglios humanos (embrión de 1,6 cm), si estas disposiciones fueran constantes ypudieran comprobarse fácilmente. Por desgracia, tamañas anastomosis recuerdan las descritas hace tiempo en la médula espinal por los antiguos autores (recordemos a Fragnito, Joris, Sedwigk,etc., que trabajaron con mètodos especiales); deben ser tan excepcionales que en varios centenares de preparaciones ejecutadas por Cajal y Tello en los embriones de ratón, de pollo y de varios pájaros, etcétera, jamás las hemos podido sorprender con claridad. Es cierto que en varios casos, sobre todo cuando se emplea como fijador la piridina pura, algunos corpúsculos sesitivos se tocan y forman como masas compactas; pero jamás se reconoce en ellos una imagen bien evidente de continuidad neurofibrilar. En suma, estos fenómenos de fusión nos parecen artefactos resultantes de la ación alterante de los fijadores. . Aun siendo ciertas, ¿qué representarían tales disposiciones esporádicas y efímeras al lado de miles y miles de corpúsculos sensitivos que exhiben claramente su independencia en preparaciones irreprochables, intensamente teñidas y durante todas las fases de su evolución?. Pero además, tales supuestas anastomosis faltan en absoluto en el adulto.

  • La teoría de la autorregeneración y del entubamiento en la restauración de los nervios seccionados

  • Hoy han perdido ya toda su virtualidad polémica los argumentos sacados de la regeneración nerviosa. Ello no es de soprender. La autorregeneración, es decir, el proceso de la generación discontinua de los axones a expensas de las células de Schwann del cabo periférico, y sin concurso de los centros tróficos o neuronas de origen, surgión en una época en que se carecía de métodos apropiados para la impregnación de los axones durante su crecimiento continuo al través de la cicatriz y segmento distal del nervio cortado. Pero hoy, que poseemos fórmulas de hran eficacia analítica, semejante hipótesis resulta absolutamente insostenible. Es más, puede afirmarse que sus pocos defensores actuales, conforme denotan las muchas concesiones a la doctrina de Waller, Ranvier y Vanlair, revelan un estado de espíritu propicio a la avenencia. Creemos sinceramente que sin el deplorable alarde de consecuencia, que malogra tantas buenas intenciones y esteriliza o inmoviliza tantos talentos, la conformidad con la doctrina monogenista sería absoluta.

    En suma; todo nervio seccionado regenera us axonesmediante los brotes del cabo central, los cuales cruzan la cicatriz, asaltan el cabo periférico y llegan, como ha probado Tello, hasta las terminaciones periféricas, sensitivas y musculares. Arribadas a su destino, atraídas sin duda por alguna sustancia (o influencia física hoy desconocida), surgida en los núcleos del apartto terminal, modélase nuevamente la arborización motriz destruida.

    En cuanto a la hipótesis del entubamiento de los axones neoformados al través de la cicatriz, la vieja querella entre Bethe y su escuela y los nuevos investigadores se reduce a una cuestión de pura cronología. Al principio, los retoños del cabo central emergen desnudos, y sus ramificaciones marchan libremente por los intesticios conectivos; pero desde el sexto al séptimo día de la operación surgen unas células satélites, que les acompañan durante su trayecto y les constituyen un forro protector. Cuál sea el origen de estas células adventicias, pero no orientadoras (las Leitzellen de Held o las apotróficas de Marinesco), es problema todavía no resuelto; aunque los más de los neurólogos se inclinan a considerarlas cual progenie emigrante de los corpúsculos de Schwann del cabo central del nervio mutilado.

    Para la justificación de la doctrina neuronal ebemos recoger el hecho, casi unánimemente comprobado por todos los investigadores modernos, de que entre los retoños brotados del cabo central no se observa jamás una anastomosis.

  • Regeneración en los centros nerviosos

  • En los centros nerviosos la regeneración no se efectúa. En los casos favorables nótanse fenómenos de ramificación, de degeneración y de metamorfosis neuronales, mas nunca el restablecimiento de la continuidad de una neurita cortada. Curioso y significativo es el experimento de Tello, según el cual cuando en una herida cerebral del conejo se introduce un trozo de cabo periférico de nervio cortado (antes de la penetración e los retoños), surge enlas neuritas apáticas de la sustancia blanca la capacidad regeneradora. Esto demuestra que la impotencia de los cilindroejes centrales para restaurar el cabo periférico no es fatal e irremdiable, sino que obedece quizás a la ausencia de células de Schwann en trance de rejuvenecimiento.

    En cambio de esta apatía regenerativa de los axones centrales, muestran éstos numerosas transformaciones degenerativas, la principal de las cuales es la creación, cerca o lejos del punto seccionado, de una bola o maza de retracción , y la fragmentación en bolas libres alineadas de ordinario cerca de la herida, y por debajo de las colaterales inicales. Cuando la sección interesa la región de la neurita de que emanan tales proyecciones, prodúcese solamente una maza de retracción que arrastra casi fatalmente la muerte de la neurona mutilada. Parte de estos fenómenos, facilísimos de comprobar pero desdeñados por embarazosos para ciertas teorías a la moda, han sido confirmados por Miscolzzy (1924) y algunos autores imparciales.

  • HECHOS ANATOMOPATOLÓGICOS FAVORABLES A LA DOCTRINA NEURONAL. PERSISTENCIA DE LAS CESTAS Y DEMÁS TERMINACIONES PERICELULARES, ETC.

  • La unidad de reacción patológica de las neuronas exige una restricción aclaratoria. Siempre que las causas perturbadoras afecten a la integridad de una sola neurona, bien sea esta traumática o quimiobiológica, la reacción será perfectamente autónoma. Estos procesos morbosos suelen presentar caracteres de difusión que obran tanto, sobre grandes o pequeños focos, lo que hace dificil de comprobar la unidad de reacción patológica, es decir, la degeneración de la neurona con integridad de las arborizaciones nerviosas que estén en contacto. Esto llevo a Cajal a creer que las neuronas, e incluso las células neurológicas y microglias son afectadas conjuntamente, bien por causas microbianas o bien por condiciones químicas, no siempre bien esclarecidas.

    Cajal encontró ejemplos sin embargo, en los que la extensión de las lesiones (procesos degenerativos por desórdenes circulatorios, absorción de toxinas o venenos, infecciones microbianas, senilidad...) muestran grupos de neuronas o neuronas sueltas resistentes sin ser alteradas o bien poco alteradas. Otros ejemplos que podemos encontrar referentes a este tema son la parálisis general, la enfermedad de Friedreich, la demencia senil, la rabia, focos necróticos por embolia o trombosis, los envenenamientos por alcohol (Rossi) o por las sales de plomo (Villaverde), entre muchos. En cuanto a la parálisis general, encontró la desaparición de las células de Purkinje, con un mantenimiento de las cestas y las células estrelladas de la capa molecular del cerebelo. Esta persistencia reveló la independencia existente en las cestas y en las células rodeadas por ellas, esto llevó a Cajal a creer que podían ser también provocadas experimentalmente seccionando los oxones de los corpúsculos de Purkinje en la capa de los granos o más abajo. Tan notable conservación de las cestas, no obtante la desaparición también de sus elementos conexos, ha sido descrita , además de por Cajal, por otros muchos investigadores entre los que citaremos a: Schob, Rio Hortega, Somoza, Marinesco... Mientrás que el fenómeno contrario, o sea la destrucción de las cestas fue observado por Bielschowsky en la "idiotez amaurótica".

    Otros autores como Wolff, Held y otros admiten anastomosis entre las dendritas de las células de Purkinje vecinas, tanto en uniones directas como indirectas, hablando de porcesos degenerativos incluso de muerte del axón, seguida de la conservación del ramaje protoplásmico y de la hipertrofia de la colaterales iniciales, fenómeno éste degenerativo que no se propaga a los elementos vecinos. Ante estas observaciones, Cajal, an el volumen IX de Travaux, encontró una lesión de dicho ramaje más expresiva que las anteriores, observando traumatismos de la sustancia blanca del cerebelo. Aquí, la arborización dendrítica se transforma y retrae, adquiriendo la forma de un rosal (degeneración rosaliforme), sin que tan curiosa retracción y metamorfosis se propage a las células inmediatas.

    Las fibras constitutivas de una cesta pueden exhibir también otras alteraciones importantes y significativas, acordes con la tesis propuesta por Cajal, entre las cuales estarían: la hipertrofia y retrcción notable de las ramas terminales, reconocible en muchos estados morbosos, singularmente en la parálsis general y demencia precoz, otra consistiría en el total despegamiento de la ramificación nerviosa, que se aleja del soma, rodeado sin el menor vestigio de puentes neurofibrilares comunicantes. Tal pertubación, bastante frecuente en la histología patológica del cerebelo, fue primeramente observada en un perro rábico por G. Izcara, Cajal y otros en 1904. Estas lesiones fueron utilizadas como argumentos de fuerza contra la hipótesis reticular.

    En los traumatismos muy limitados del cerebro y cerebelo, es corriente encontrar células degeneradas que destacan en medio de pirámides vecinas incolumes. Por cierto que algunas de las pirámides, cuyo axón fue mutilado por debajo de las colaterales, muestran una reacción curiosa, haciendo que las colaterales iniciales se hipertrofien y las células de axón largo se conviertan en neuronas de axón corto.

    Pruebas semejantes de discontinuidad histopatológica pueden obtenerse con facilidad en la médula espinal, y hasta en el bulbo raquídeo (aunque aquí los traumatismos experimentales bien localizados serán más raros). Referente a esto, Castro y De Juan consigieron destruir en un conejo una parte del ganglio ventral del acústico; que más tarde fue estudiado por Cajal mediante el método de Bielschowsky utilizando las células del núcleo del cuerpo trapezoide. Transcurridos dos días de la operación, los cálices de Held entran en turgescencia, se hipertrofian notablemente y exhiben una degeneración granulosa, mientras las neuronas que la rodean no sufren aparentemente ningún daño, conservando sus neurofibrillas, aunque no claramente visisbles.

    Aunque revisando minuciosamente la bibliografia existente, acerca de este tema, encontramos numerosos casos semejantes a los anteriormente citados, no podemos omitir los experimentos realizados por Lawrentjew y Castro donde demostraron que la sección de los nervios aferentes o pregangliónicos de los ganglios simpáticos acarrean la desaparición de las arborizaciones pericelulares y peridendríticas, después de un proceso degenerativo rápido, persistiendo no obstante las células simpáticas de la cadena vertebral, que se presentan normales seis o siete días después de la operación. En estos experimentos también se vió como, la sección del vago produce la degeneración de los plexos pericelulares de las neuronas simpáticas cardíacas, que se conservan normales alos ventiún días de la operación. En cambio, las fibras nerviosas nacidas de ganglios cardíacos autónomos no afectados por el traumatismo subsisten. Sin entrar en la posible discusión acerca d elo que es o no normalidad, podemos recoger el hecho de que fibras de origen medular en contacto con ciertas neuronas simpáticas no producen, al desaparecer, por lo menos durante algúan tiempo, la menor alteración de éstas, confirmándose así las interpretaciones fisiológicas de Langley.

    Si bien es conveniente señalar que semejante persistencia fisiopatológica de las neuronas no es indefinida, ya que todos los elementos nerviosos en conexión íntima padecen con la lesión d elos corpúsculos asociados dinámicamente, y al cabo de los mese o años pueden caer en atrofia y degeneración por desuso, a condición de que no posean otras conexiones capaces de entretener la actividad funcional. Pero de todos modos, el hecho de que los elementos que han perdido sus conexiones principales subsistan más o menos tiempo, constituyen un vehemente indicio de la discontinuidad anatómica de las células nerviosas.

  • CONCLUSIÓN:

  • Con todo lo anteriormente dicho, Cajal pretendió mostrar numerosas pruebas que corroboraran la doctrina neural, sin tratar de convencer sobre la vorosimilitud de dicha teoría, sino mostrarla como un hecho positivo, sin negar que pudieran existir técnicas que pudieran mostrar imágenes dudosas, pero también en este punto Cajal insistió, acerca de cómo el neurólogo tiene el deber inexcusable de distinguir lo aparente de lo real, el hecho técnico fortuito del hecho persistente y general.

    Otro aspecto que es digno de señalar, es cómo Cajal hizo gala de una flexibilidad mental en cuanto a que si bien, se encontraron innimerables ejemplos acerca de la discontinuidad neuronal, también se pudieron encontrar algunas excepciones, que él mismo recogió, por ejemplo: las existentes probablemente en las glándulas, vasos e intestina, posteriomente confirmado por Lawrentjew en la anastomosis en este último tipo celular.

  • LÁMINAS:

  • Santiago Ramón y Cajal y la Neurociencia

    BIBLIOGRAFÍA

    * López Piñero, José M. "Cajal"

    Textos Cardinales. Ediciones Península.

    Pags: 9-28, 92-101, 219-139.

    * Santiago Ramón y Cajal "Recuerdos de mi vida: Historia de mi labor científica"

    Alianza Universal, 1984.

    Pags: 207, 236, 259, láminas.

    * Luis Rodrigo Martinez."Gran Diccionario enciclopédico Durvan".

    Ediciones Durvan S.A. Tomo 9.

    (información sobre Golgi).

    8

    34

    Dr. W. Krause.

    Profesor de la Universidad de Gottinga, y el primer

    sabio que animó a Cajal en sus ensayos de

    investigador.

    Dr. Golgi

    (1843-1926). Patólogo italiano, nacido en Corteno, cerca de Brescia. Estudió en la Universidad de Pavía, de la que llegó a ser catedrático de patología general e histología. Sus métodos de tinción del tejido nervioso constituyeron un gran progreso en la meteria, hasta el punto de compartir el premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1906 con Santiago Ramón y Cajal. Diferenció los diversos tipos de parásitos de la malaria. Autor de Estudios histológicos de la médula espinal.

    .

    Conexiones de las raíces anteriores y posteriores de la médula: a) fibra radicular posterior cuyo origen estaría en las células de la columna de Clarke; b) células unipolares de los gánglios raquídeos; d) terminación de una radicular en el retículo del asta posterior; e) fibra radicular que marcharía longitudinal por el cordón lateral; f) fibra que desde la columna de Clarke se dirigiría al cordón lateral; g) cordón lateral; h) célula radicular anterior o motriz continuada con una fibra i); j) radicular anterior procedente de una célula del asta anterior del opuesto lado; k) columna de Clarke; m) hendidura anterior de la médula; n) fascículo anterior de la vía piramidal descendente; p) célula radicular anteior cuyas ramas protoplásmicas forman una red donde terminan fibras radiculares posteriores; r) células del asta posterior cuyas expansiones protoplásmicas se asocian a la red; s) fascículo ascendente del cordón lateral o vía cerebelosa; t) fascículo lateral de la vía piramidal; u), v) radiculares posteriores acabadas en red.

    Corte transversal de una lámina cerebelosa. Figura semiesquemática.

    A y B, células estrelladas de la capa molecular (células de cesta), cuyo axón (a) genera nidos terminales en torno de las células de Purkinje (C); b, axón de estos últimos corpúsculos.

    Dos célluals de la médula espinal del conejo de pocos días.

    Se advierte en a y b indiscutibles ramificaciones de los filamentos intraprotoplásmicos y legítimas disposiciones en red.

    (Método del nitrato de plata reducida).




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    Enviado por:Diana
    Idioma: castellano
    País: España

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