Geografía


Saneamiento de la Bahía de Santander


Introducción

La Bahía de Santander recibe cada día más de 68.000 m3 de aguas residuales que aportan 21,5 toneladas/día de materia orgánica disuelta y 15,3 toneladas/día de sólidos. El Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander prevéia una inversión global de 14.549 millones de pesetas, financiadas en un 80% con Fondos de Cohesión dela Unión Europea.

Hasta hoy en día, las aguas residuales tanto urbanas como pluviales e industriales de todas las poblaciones ribereñas se han vertido sin depurar -salvo una pequeña parte que recibe tratamiento primario- a través de un sistema no articulado de tuberías de saneamiento que efectúan su desagüe a la bahía por diferentes puntos de vertido. Aún a pesar de la capacidad de dilución y autodepuración que tiene la bahía gracias al agua oceánica limpia que las mareas aportan a su interior, existe un grave problema de contaminación con efectos estéticos -restos sólidos flotantes, malos olores, etc.-, bioacumulación de contaminantes en su importante comunidad biológica, disminución de oxigeno disuelto, etc.

Este problema ambiental ha sido motivo de preocupación y causa de la realización de diversos estudios y tesis, pero es en la actualidad cuando, con el Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander, se ha puesto en marcha una solución definitiva con la que alcanzar los objetivos de calidad necesarios para el desarrollo de los distintos usos que de este entorno se realiza, y con los que se logra recuperar un área de especial riqueza.

Delimitación de usos en la Bahía de Santander

Descripción general

El Saneamiento Integral de la Bahía de Santander comprende la eliminación de los actuales puntos de vertido a la bahía y la conducción de las aguas residuales hasta la estación depuradora (EDAR) existente en San Román de la Llanilla, a través de una impulsión (regulada mediante un tanque) desde el punto de unificación de vertidos en Raos. Además se recogerán las aguas provenientes de Santa Cruz de Bezana, Mortera y Liencres.

El Plan prevéia la ampliación de la estación depuradora para albergar tratamiento primario y el previsto para reutilización, e incluso tratamiento secundario si fuera necesario para cumplir con la normativa vigente. Finalmente el efluente de la depuradora será enviado al mar por medio de un emisario submarino de 2,45 Km. de longitud.

Las características generales del saneamiento se recogen en la siguiente tabla:

Población servida futura 360.000 habitantes

Población futura equivalente (doméstica+industrial) 560.000 hab.- equivalentes

Caudal medio de aguas residuales 2.250 l/s

Caudal máximo de a. residuales (llegada a depuradora) 7.100 l/s

Los términos municipales cuyas aguas residuales está previsto recoger en una primera fase son Santander (vertiente Sur), Camargo y El Astillero. Existen además otros municipios cuyos colectores desaguan en la vertiente Norte, en puntos cercanos a algunas de las playas más bellas y concurridas de la región. El Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander plantea también la recogida, en posteriores actuaciones, de las aguas residuales de éstos (San Cruz de Bezana, Piélagos y Santander -vertiente Norte-), la posterior conducción a la EDAR para su depuración y su evacuación al mar a través del emisario.

Municipios afectados por el Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander

Fase Ejecución

Las obras del Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander se han estructurado en tres fases claramente diferenciadas. La primera de esas fases se encuentra en avanzado estado de realización. La inversión prevista es de 4.300 millones de pesetas y el plazo de ejecución abarca de junio de 1997 a febrero de 1999.

La primera fase del Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander comprende las siguientes actuaciones:

- Unificación de vertidos de aguas residuales de la vertiente sur de Santander, Camargo y El Astillero.

Estas obras, actualmente en marcha, consisten en la construcción de un colector interceptor general que recogerá todos los vertidos de la red de colectores existentes en la ciudad y cuya salida se viene efectuando sin tratamiento algunos y directamente a la Bahía de Santander. Dicho colector interceptor general comienza en las proximidades de la Playa de los Peligros y discurre paralelo a los muelles hasta alcanzar el punto de unificación en Raos.

En lo que respecta a Camargo y El Astillero se está construyendo una red de colectores paralelos a los márgenes de la rías de Boó, Solía y Raos, que recogen la totalidad de los vertidos de ambos municipios, para a continuación conducir dichos caudales hasta el punto de unificación de vertidos.

- Obras complementarias a la unificación de vertidos de aguas residuales de la vertiente sur de Santander, Camargo y El Astillero. Incluye una serie de obras en los tres municipios citados, necesarias para completar sus redes de saneamiento, adecuándolas a la nueva red del Saneamiento de la Bahía.

- Saneamiento de Bezana, Mortera y Liencres. Comprende la construcción de colectores que unifiquen los vertidos de los tres municipios en una estación de bombeo, que se ubicará en las cercanías de la Playa de San Juan de la Canal, al objeto de impulsarlos conjuntamente hasta la EDAR.

La segunda fase del Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander ha sido adjudicada en el mes de octubre y está previsto que las obras se inicien en marzo de 1998 y lconcluyan en septiembre de 1999. Dicha fase incluye las siguientes actuaciones:

- Estación de Bombeo General, tanque de regulación e impulsión a la EDAR.

En esta fase se incluyen las obras correspondientes a la construcción de los tanques de regulación y de tormenta, la Estación General de Bombeo, a donde llegan los caudales de aguas negras del municipio santanderino, así como los provenientes de El Astillero y Camargo, y su posterior bombeo a la EDAR.

Los tanques de regulación y tormenta son algunos de los elementos de alivio dispuestos para, en caso de fuertes lluvias -algo bastante corriente en la costa cantábrica-, poder verter los excedentes en una condiciones aceptables de calidad. Los tanques de tormenta son depósitos que permiten evacuar lentamente el volumen de agua acumulado durante el período de aportación de aguas de lluvia. De esta manera se evita el vertido de excedentes a aguas pluviales que no pueda conducir el colector interceptor, recogiendo el agua del primer embate de lluvia que es la que más cargas contaminantes arrastra.

En total el proyecto prevé la colocación de seis tanques de tormenta en distintos emplazamientos de la ciudad de Santander. Por otro lado se encuentran los aliviaderos, instalados en todas las conexiones ente la red de saneamiento existentes y los interceptores diseñados, cuya misión es regular el caudal enviado al interceptor, pero que carecen del volumen de almacenamiento que tienen los tanques de tormenta.

Dado que la mayor parte de los colectores discurren por terrenos relativamente llanos, se ha previsto la colocación de varias estaciones de bombeo con el fin de elevar la rasante de las tuberías reduciendo así la profundidad de la excavación.

- Emisario submarino. Construcción del tramo de conducción entre la EDAR y el emisario, y la ejecución es este último.

Finalmente, la tercera fase del Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander implica las siguiente obras:

- Ampliación de la estación depuradora existente y adecuación del área colindante. Esta fase incluye también las obras necesarias para el tratamiento de las aguas residuales recogidas por la nueva red de saneamiento. Esta nueva estación depuradora se ubicará en San Román de la Llanilla, planteándose su ejecución como una ampliación de la misma y aprovechando en la medida de los posibles las infraestructura actualmente existentes.

Esta tercera fase quedará adjudicada en marzo de 1998 y la conclusión de las obras está prevista para septiembre de 1999.

El presupuesto previsto para la segunda y tercera fase del Plan de Saneamiento Integral de la Bahía de Santander asciende a 10.249 millones de pesetas.

Mapa fases:

Fases de construcción

Fase I

La tubería para la recogida de vertidos de Camargo, Astillero y Vertiente Sur de Santander fue el objetivo. Cuatro mil seiscientos millones en los que el setenta por ciento vienen del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Los colectores de recogida de aguas residuales son de un diámetro entre dos mil y cinco mil milímetros y con la capacidad para soportar un caudal máximo de cuatro m3/s para Santander y dos m3/s para los colectores de Camargo y Astillero. Según datos facilitados por la Conserjería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio la relación entre aguas residuales y aguas pluviales será de 1/3 en vertidos al mar y para conseguirlo se establecieron en determinados puntos dispositivos como tanques y aliviaderos con el fin de evacuar los excedentes. También es preciso decir que la base del buen funcionamiento de los tanques de tormenta es que la capacidad hidráulica de tubería de entrada debe de ser mayor que la de salida regulada mediante un control de válvula de regulación. Por otro lado, los aliviaderos que también controlan el caudal máximo al interceptor están dotados de un mayor volumen.

Fase II

Esta es el nexo de unión entre la recogida de vertidos y la depuradora. En la estación de bombeo general existen bombas de eje horizontal colocadas en cámara seca, con una capacidad para la elevación de 38 m.c.a, potencia de unos 360 kw y unos caudales que rondan los 750 l/s. Habrá dos tramos: el de bombeo, donde las aguas son conducidas en impulsión mediante tuberías de fundición dúctil y después pasan a un segundo tramo por donde discurren por gravedad

Estación de bombeo general

Se construirá un tanque de regulación y tormenta de unos 10000 m3 de capacidad dotados de aliviaderos de seguridad. En el edificio se distinguirán dos niveles: el inferior de instalaciones hidráulicas y el superior de instalaciones eléctricas y de control

Conducción a la EDAR

Cuatro mil millones de pesetas para la ampliación de la EDAR. Actualmente se tratan aguas residuales negras mediante tratamiento primario físico-químico en el que según los datos suministrados por Conserjería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio el rendimiento de eliminación actual es del 35% de DBO5 y 65% de sólidos en suspensión. Estos valores sobre los niveles de efluente cambiarían a 70% y 80% respectivamente al instalar un tratamiento complementario “tratamiento biológico”. La línea de agua se complementará con otra de tratamiento de fangos: espesamiento, estabilización, acondicionamiento y deshidratación previa a su evacuación. Además se construirá un centro de control anejo a la EDAR monotorizando el funcionamiento de todos los sistemas y componentes generales. En cuanto a los rendimientos anteriormente señalados no corresponden con los niveles de depuración que me desveló el Jefe de Planta de la EDAR de San Román “El Mazo” los cuales giran actualmente en torno al 83% de DBO5 y 84% de s.s. Si tomamos como ciertos estos últimos datos de rendimiento se puede deducir que el único motivo de la ampliación es que también se van a tratar aguas residuales de uso industrial (ARI) las cuales necesitan un tratamiento más especializado determinado por un incremento del caudal y un cambio en las características del influente. Actualmente las dimensiones de la estación no alcanzan las 2.8 ha (150 m x 190 m ) aunque se prevé un aumento de más del doble, más concretamente unas 6.3 ha una vez finalizada la ampliación. Los siguientes apartados van a definir los sistemas unitarios individualmente aportando datos y características generales. Ahora, comenzaremos con un breve resumen sobre las aguas residuales, recogidas y posterior depuración.

Recogida y depuración de las aguas residuales

Aguas residuales son impuras y no potables de origen tanto industrial como de viviendas y establecimientos comerciales. Las domésticas son una mezcla de aguas usadas y excrementos humanos. Al contrario, las industriales vienen determinadas por el tipo de industrias aportando diferentes detritos pero tanto unas como otras necesitarán tratamiento ya que desde el punto de vista sanitario constituye un peligro obvio de posibles enfermedades como el tifus o el cólera.

Las aguas negras contienen sólidos en suspensión y en disolución tanto de procedencia vegetal, animal (materia orgánica) o mineral que se irán depositando dependiendo de sus cualidades tanto físicas como químicas como del sistema unitario en el que se encuentren.

Decantador de la EDAR

El decantador es del tipo circular clarificador. En general los decantadores circulares tienen un sistema de barrido que va sujeto a un brazo que gira alrededor del eje del depósito, en dicho decantador además posee un método de eliminación de espumas en superficie muy propio en tratamiento de aguas residuales. Sobre el puente esta situado un grupo motorreductor que acciona una rueda situada en el puente de coronación. Tanto el barrido de superficie como el arrastre de fondo mediante las rasquetas dependen del puente giratorio o pasarela. En este caso el diámetro del decantador es de 36 metros y un volumen de unos 5700 m3 por lo que no es difícil deducir que la longitud del puente es de 18 m. por otro lado en el centro está situada la campana, lugar donde se produce la coagulación- floculación , es decir lugar de relativa tranquilidad donde la campana que gira no lo hace a más de 2 r.p.m. en este lugar se hecha unos 30 mg/l de Cl3Fe para satisfacer un caudal que rara vez llega a los 500 l/s y normalmente gira en torno a los 390- 400 m3/ s. Otros datos de interés son el tiempo de retención de 22 minutos y una velocidad ascensional de 1.92 m/s. Como floculante se emplea hidróxido de cal con el objetivo de incrementar el peso y la consiguiente decantación pero además elimina malos olores. En este caso la cantidad empleada será de 40mg/l. También es preciso apuntar que se utiliza un ayudante al proceso que en este caso es un polielectrolito de carácter aniónico o de carga negativa. El objetivo en este caso es aumentar el tamaño del flóculo y consecuentemente su velocidad de decantación. Estos polímeros cambian las características físicas del flóculo mediante la unión en cadena de sus moléculas polímeras con las partículas destinadas a sedimentarse. La cantidad empleada del polímero es de 0.3 mg/l siendo importante en este caso establecer un preciso control de este producto debido a su toxicidad y también es muy importante para la estación tener una estimación óptima de la dosis a emplear con relación a sus rendimientos. Por otro lado los fangos producidos son concentrados en una fosa situada en el centro donde serán evacuados mediante un sistema de extracción de fangos. Ese fango transportado posteriormente se deshidrata mediante el uso de reactivos a un ph superior a 11 para finalizar en un filtro de prensa de 310 kg de presión que producirá unas placas las cuales son generadas diariamente a razón de unas 12 toneladas diarias las cuales son llevadas al Vertedero de Meruelo. Este proceso es realizado diariamente a una intensidad que se ajusta a la del tratamiento aguas residuales, es decir que actúa paralelamente.

Bibliografía:

Folletos informativos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.

Revista Limpiuco “La revista de Medio Ambiente de Cantábria” 1999. 2001.

Ministerio de Medio Ambiente.

Miliarium Aureum, Ingeniería Civil y Medio Ambiente.

Department of Civil Engineering, University of Portsmouth.

Ministerio de Obras Publicas.

Resumen del estudio realizado según la instrucción para el proyecto de conducciones de vertidos desde tierra al mar según la orden del Ministerio de Obras Públicas de 29 de abril de 1977

Objetivos:

Establecer las condiciones técnicas mínimas para el proyecto y cálculo de las conducciones y dispositivos de vertido de aguas residuales desde tierra al mar.

Definir los requisitos que deben cumplir los proyectos de los aliviaderos.

Determinar los procedimientos de vigilancia y control que aseguren, por una parte, el buen funcionamiento estructural de las instalaciones y, por otra, el mantenimiento de los objetivos de calidad establecidos en la normativa vigente.

Definiciones:

Emisario submarino: Conducción cerrada que transporta las aguas residuales desde la estación de tratamiento hasta una zona de inyección en el mar, de forma que se cumplan las dos condiciones siguientes:

- Que la distancia entre la línea de costa en bajamar máxima viva equinoccial y la boquilla de descarga más próxima a ésta, sea mayor de 500 m.

- Que la dilución inicial calculada según los procedimientos que se indican más adelante para la hipótesis de máximo caudal previsto y ausencia de estratificación, sea mayor de 100:1.

Conducción de desagüe: Conducción abierta o cerrada que transporta las aguas residuales desde la estación de tratamiento hasta el mar, vertiendo en superficie o mediante descarga submarina, sin que se cumplan las anteriores condiciones del emisario submarino.

Conducción de vertido: Término que engloba tato a los emisarios submarinos como a las conducciones de desagüe.

Zona de inyección: Entorno del dispositivo de descarga (ya sea de boca única o un tramo difusor múltiple boquillas) constituido por aquellos puntos en los que, como consecuencia del impulso inicial del efluente al salir por las bocas de descarga o de la fuerza ascensional debida a la diferencia de densidades, pueda darse una diferencia apreciable de velocidades entre la de la mezcla y la del medio receptor bajo alguna de la condiciones de flujo posibles.

Condiciones generales para las conducciones de vertido:

Proyecto.- Las solicitudes de concesión de ocupación del dominio público marítimo-terrestre y de autorización de vertidos que de acuerdo con el artículo 57 de la Ley 22/1988,de 28 de julio, de Costas, se requieren para la construcción de cualquier conducción de vertido, deberán ir acompañadas del correspondiente proyecto, redactado de acuerdo con lo determinado por la Ley y el Reglamento de Costas.

La evaluación de la reutilización en tierra del agua residual tendrá en cuenta preferentemente el riego de especies vegetales y la recarga de acuíferos. En esta evaluación deberán ser tratados, junto con aquellos otros aspectos que el proyectista o la Administración consideren, la presencia de sustancias tóxicas en el agua residual, los efectos sanitarios que puedan derivarse de la reutilización, la salinidad de las aguas, el tratamiento del agua residual, la regularización de caudales a emplear y los costes de explotación del sistema.

Elementos técnicos del proyecto:

La longitud del emisario, las coordenadas del punto de vertido (longitud, latitud y profundidad), el número, tipo y disposición de los dispositivos difusores y los mecanismos de transporte, dilución y autodepuración que definen su eficacia en función del impacto que tiene el vertidos sobre el nivel de contaminación de las aguas costeras.

La comprobación de la estabilidad mecánica y estructural de la obra, a través del análisis de las solicitaciones y esfuerzos a que ésta quedará sometida por la acción del mar.

Las características de los materiales empleados en su ejecución, que garanticen la estabilidad química de la obra frente a las agresiones producidas por el medio marino y por el agua residual que transporta la conducción.

Los métodos constructivos y la integración de la obra en su entorno, teniendo en cuenta las necesidades de mantenimiento y conservación del emisario y las interferencias que éste pueda introducir sobre los mecanismos de dinámica marina.

Memoria.- La memoria deberá incluir el análisis de las alternativas de vertido que se hayan considerado, de acuerdo con lo exigido en los apartados 4.2 y 5.3.3, y justificar en cada caso la solución adoptada, así como los cálculos de la hidráulica del emisario y de los procesos de dilución y autodepuración que se producen tras el vertido.

Planos.- El proyecto deberá incluir planos de ubicación general (escala 1:50.000) y local (escala 1:50.000), planta y perfil longitudinal (escalas 1:1.000 y 1.2.000), situación de los vertidos próximos y zonas de usos identificados (baño, pesca y cultivos marinos, áreas de especial interés ecológico u otros), además de detalles completos de los elementos de la obra y de la instalaciones tratamiento prevista.

Programa de Vigilancia y Control.- El proyecto deberá incluir un Programa de Vigilancia y Control suficientemente detallado que permita, mediante los estudios periódicos que se establezcan, la comprobación estructural y funcional del emisario, el seguimiento del impacto del vertido en la calidad del medio marino y el cumplimiento de los objetivos de calidad.

La capacidad del emisario debe ser suficiente para que con caudales de lluvia correspondientes para que con caudales de lluvia correspondientes al período de retorno de diez años, el aliviadero funcione menos de cuatrocientas cincuenta horas al año, en el caso general, y menos del 3 por 100 de las horas de la temporada de baños, cuando el aliviadero esté situado en una zona de baño y el efluente contenga contaminantes regulados para este tipo de zonas. A estos efectos, puede resultar convenientemente la construcción de balsas de retención para el caudal excedente.

Para el cálculo de la capacidad del emisario en un momento dado se tendrán en cuenta la potencia de bombeo instalada en condiciones fiables de operación y las variaciones del nivel del mar debidas a mareas astronómicas y meteorológicas. Naturalmente, la capacidad podrá variarse en años sucesivos modificando la potencia de bombeo.

Parámetros oceanográficos.- El proyecto del emisario habrá de tener en cuenta los parámetros oceanográficos que a continuación se indican:

- Perfiles de temperatura y salinidad en la zona de vertido.

- Coeficientes de dispersión de la pluma.

- Coeficientes de autodepuración de los parámetros no conservativos.

- Biocenosis inicial y contaminación de fondo.

- Batimetría, geofísica y geotecnia.

- Clima marítimo.

- Dinámica litoral.

En cualquier caso, con el fin de garantizar también una cierta protección de la zona de inyección, mediante la rápida reducción a niveles aceptables de las concentraciones de algunos contaminantes (típicamente sólidos en suspensión y demanda bioquímica de oxígeno) bajo cualquiera de las hipótesis previstas de caudal, se asegurará una dilución inicial mínima que, para vertidos de aguas residuales urbanas, deberá ser mayor de 80:1, durante más del 95 por 100 del tiempo, y mayor que 100:1, en los casos en que, por no existir estratificación o por ser ésta poco acusada, la mezcla alcancela superficie. Para vertidos industriales, estos valores sólo tendrán carácter orientativo, debiéndose justificar adecuadamente la adopción de otros valores de dilución inicial mínima de proyecto, cuando sean inferiores.

A estos efectos, se entenderá por dilución inicial la que se produce debido fundamentalmente al impulso inicial de los chorros y a la diferencia entre las densidades del efluente y del medio receptor. Para el cálculo de la dilución inicial se utilizarán los métodos indicados en el apéndice B: Método de cálculo de las diluciones.

Por otra parte, con el fin de establecer un umbral mínimo para los efectos beneficiosos que se derivan de realizar el vertido lejos de la costa (entre éstos, introducción de nutrientes en una zona, donde quizás sean necesarios, en vez de hacerlo donde suelen ser más abundantes y podrían aumentar el riesgo de eutrofización; dar tiempo para que actúen los fenómenos de eliminación de microorganismos patógenos; alcanzar grandes profundidades, con lo que se consiguen mayores diluciones iniciales y mayores probabilidades de que la mezcla no alcance la superficie), la distancia de vertido, entendiendo por tal la que existe entre la línea de costa en bajamar máxima viva equinoccial y la boca de descarga más próxima a ésta, no deberá ser inferior a 500 metros.

Dimensionamiento hidráulico.

Debe evitarse la sedimentación de los sólidos en suspensión en el interior del difusor. Para ello se estimará una velocidad mínima el efluente (generalmente entre 0,6 y 0,8 m/s) en función del tamaño máximo de las partículas presentese en el difusor que viene determinado por el tipo de tratamiento realizado, y se justificará que esta velocidad mínima se alcanza al menos una vez cada día en todas las secciones del difusor, para lo cual suele ser necesario disminuir el área de éstas escalonadamente.

Debe evitarse la instrucción de agua salada en el difusor. El método recomendado consiste en asegurar que con el caudal mínimo, el número de Froude es mayor que uno en todas las bocas de descarga, par lo cual es posible que durante los primeros años de funcionamiento deban permanecer cerradas algunas de ellas. Como orientación puede servir el criterio de que la suma de áreas de las bocas situadas aguas abajo de una sección determinada del difusor no exceda del 60 por 100 del área de ésta.

El diámetro de las bocas de descarga debe ser suficiente para evitar su obstrucción por incrustaciones biológicas. Se recomienda que el diámetro no sea inferior a 6 cm.

Diseño y cálculo del emisario, que se hará de acuerdo con los criterios siguientes:

Debe asegurarse la estabilidad del emisario, tanto en la fase de servicio como en la de construcción.

La estabilidad horizontal de emisarios no enterrados sobre fondos de materiales sueltos se asegura comprobando que la diferencia entre el peso de la tubería (llena de agua dulce durante la fase de servicio; vacía, medio llena o llena de agua salda, durante la fase de construcción, dependiendo del método de instalación) y la fuerza ascendente, multiplicada dicha diferencia por el coeficiente de rozamiento, resulta superior a la suma de las fuerzas de arrastre y de inercia, combinando adecuadamente las debidas al oleaje y las debidas a otras corrientes. El coeficiente de rozamiento adoptado tendrá en cuenta el tipo y condiciones del suelo y estará comprendido entre 0,75 (fangos) y 1,5 (arenas).

En caso necesario el emisario se lastrará o anclará convenientemente.

La estabilidad vertical incluye dos aspectos diferentes: La seguridad antes el hundimiento (del emisario y del conjunto emisario-balasto-lastre, si existen) y la seguridad ante el levantamiento, por falta de peso suficiente o por atrapamiento de aire dentro de la tubería, especialmente importante en el caso, cada vez más frecuente, de empleo de materiales plásticos.

Para emisarios anclados o empotrados en fondos rocosos se comprobará que la resistencia de anclajes y soportes es suficiente.

El cálculo de tensiones del emisario deberá tener en cuenta las siguientes acciones:

I.- En fase de construcción.

- Tensiones de fabricación y manejo en tierra.

- Tensiones producidas al apoyar la tubería en soportes puntuales durante la fabricación o durante el transporte para su instalación. También tensiones originadas mientras la tubería está descansando sobre el fondo, antes de su instalación.

- Tensiones debidas a curvaturas forzadas durante la instalación.

- Tensiones producidas durante el arrastre del emisario desde tierra hasta su emplazamiento definitivo.

- Tensiones debidas a la presión externa del agua del mar durante la instalación cuando el emisario está vacío. Estas sólo son importantes en emisarios de gran diámetro o que se colocan a grandes profundidades.

II.- En fase de servicio.

- Tensiones debidas a curvaturas en su emplazamiento definitivo.

- Tensiones debidas a posibles descalces por erosión en el caso de emisarios apoyados sobre el fondo.

- Cargas producidas por el material de recubrimiento.

Vigilancia estructural.- El programa de Vigilancia y Control de toda conducción de vertido deberá detallar los procedimientos y medios que se van a emplear en la inspección y mantenimiento preventivo de los elementos estructurales de aquélla, evaluando y cuantificando el coste que estas operaciones representarán al titular de la instalación.

Como parte de este Programa de Vigilancia y Control deberá incluirse, independientemente de otros procedimientos complementarios, la inspección de toda la longitud del tramo sumergido de la conducción y de sus principales elementos mediante el empleo de buceadores o instrumental sumergible.

Para que este control sea eficaz, la inspección deberá realizarse con la máxima carga hidráulica posible y, al menos, con una periodicidad anual, aumentando ésta cuando la conducción se sitúe bajo canales de navegación, zonas de fondeo, áreas de pesca mediante arrastre o donde la acción del oleaje sea intensa.

Medidas de los parametros oceanograficos

Perfiles de temperatura y salinidad.

Uno de los elementos básicos del diseño de un emisario submarino es el conocimiento de los perfiles de temperatura y salinidad en el punto de vertido. A partir del conocimiento de estos dos parámetros se determina el perfil de densidades, la estratificación de las aguas y el posible atrapamiento del penacho antes de llegar a la superficie. La determinación de estos perfiles puede realizarse mediante el empleo de medidores portátiles, algunos de los cuales permiten la medida simultánea de ambos parámetros.

La precisión con que se obtengan los datos deberá ser como mínimo una décima de grado para la temperatura y la centena de microsiemes/cm para la salinidad (expresada como conductividad eléctrica). Con ello se asegura una correcta determinación de la estratificación y el atrapamiento.

Si con el fin de disminuir el número de medidas se opta por modelizar la estratificación de las aguas receptoras, es necesario contar con datos de las temperaturas medias mensuales del aire en la zona, que pueden, en general, ser obtenidas de organismos oficiales.

Corrientes.

Se realizará un estudio de corrientes con un doble fin:

- Determinar las acciones mecánicas sobre el emisario producidas por las corrientes debidas a causas distintas del oleaje.

- Fuerza de arrastre: Fa = Ca Pa Ua2 D/2

- Fuerza de elevación: Fe = Ce Pa Ua2 D/2

Se tomarán como velocidad de cálculo "Ua" la que corresponde al 95 por 100 de no excedencia. Como valores de los coeficientes, se tomarán Ca = 0,9 y Ce = 0,5 aunque este último disminuye casi hasta 0, cuando el emisario está enterrado hasta la mitad o separado del fondo más de un diámetro. D es el diámetro del emisario y Pa la densidad del agua del mar. El resto del presente apartado se refiere a los cálculos de comprobación de los objetivos de calidad.

Para vertidos urbanos de localidades de menos de 10.000 habitantes, se podrá suponer la existencia de una corriente superficial de 0,20 m/s, cuya dirección sea la que va desde el punto de vertido hasta el punto más cercano a éste de cada una de las zonas de impacto (baños, cultivos marinos, etc.).

Para la determinación de las corrientes, a diferentes profundidades, se emplean flotadores cuya vela de arrastre se encuentre a la profundidad de interés; medidores continuos, situados a diferentes alturas de una misma vertical y medidas puntuales con correntímetros manuales que permitan la medición casi simultánea de la corriente a lo largo del perfil. Para el empleo de estos últimos, la embarcación debe estar anclada.

Batimetría, Geofísica y Geotecnia.

Se realizará un reconocimiento y descripción de los fondos a lo largo del perfil longitudinal, analizando los materiales que lo forman y sus propiedades mecánicas hasta la profundidad necesaria para el estudio de una cimentación adecuada. Asimismo, se identificarán los elementos singulares, como barras, bajos o depresiones, que puedan influir en el funcionamiento y mantenimiento de la obra, para lo cual se recomienda el empleo de equipos de sonar de barrido lateral. Todos estos datos se reflejarán en una carta detallada del emplazamiento y alrededores del emisario.

Orden de 15 de septiembre de 1986 (B.O.E 23/09/86) Prescripciones tecnicas generales para tuberias de saneamiento de poblaciones.

Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente

Presión interior.

Como principio general la red de saneamiento debe proyectarse de modo que en régimen normal, las tuberías que la constituyen no tengan que soportar presión interior.

Clasificación de los tubos.

Los tubos para saneamiento se caracterizan por su diámetro nominal y por su resistencia a la flexión transversal, resistencia al aplastamiento. En relación con ésta última característica se establecerán las diferentes series de tubos.

En los tubos de hormigón en masa, hormigón armado, de amianto-cemento y grés, las series se definen por su resistencia al aplastamiento expresada por la carga en kp/m2. El producto de esta carga por el diámetro nominal en el valor mínimo admisible de la carga lineal de prueba en el ensayo de aplastamiento.

En los tubos de policloruro de vinilo no plastificado y polietileno de alta densidad la serie normalizada viene definida por el diámetro nominal y espesor.

En los tubos de poliester reforzado con fibra de vidrio las series se identificarán por la rigidez circunferencial especifica del tubo a corto plazo (RCE)O, pero en cada caso se especificará por el fabricante el factor de reducción para obtener la correspondiente rigidez a largo plazo (50 años) (RCE).

Condiciones generales de los tubos.

La superficie interior de cualquier elemento será lisa, no pudiendo admitirse otros defectos de regularidad que los de carácter accidental o local que queden dentro de las tolerancias prescritas y que no representen merma de la calidad ni de la capacidad de desagüe. La reparación de tales defectos no se realizará sin la previa autorización de la Administración.

Todos los elementos deberán permitir el correcto acoplamiento del sistema de juntas empleado para que éstas sean estancas; a cuyo fin los extremos de cualquier elemento estarán perfectamente acabados para que las juntas sean impermeables, sin defectos que repercutan en el ajuste y montaje de las mismas, evitando tener que forzarlas.

Pruebas en zanja.

Una vez instalada la tubería, antes de su recepción, se procederá a las pruebas preceptivas que se indican en el capítulo 13, así como a las que se establezcan en el correspondiente Pliego de Prescripciones Técnicas Particulares de la obra.

Generalidades.

Las obras complementarias de la red, pozos de registro, sumideros, unión de colectores, acometidas y restantes obras especiales, pueden ser prefabricadas o construidas "in situ", estarán calculadas para resistir,

tanto las acciones del terreno, como las sobrecargas definidas en el proyecto y serán ejecutadas conforme al proyecto. La solera de estas será de hormigón en masa o armado y su espesor no será inferior a 20 cm.

Los alzados construidos "in situ" podrán ser de hormigón en masa o armado, o bien de fábrica de ladrillo macizo. Su espesor no podrá ser inferior a 10 cm. si fuesen de hormigón armado, 20 cm. si fuesen de hormigón en masa, ni a 25 cm. si fuesen de fábrica de ladrillo.

El hormigón utilizado para la construcción de la solera no será de inferior calidad al que se utilice en alzados cuando éstos se construyan con este material. En cualquier caso, la resistencia característica a compresión a los 28 días de hormigón que se utilice en soleras no será inferior a 200 kp/cm2.

Pozos de registro.

Se dispondrán obligatoriamente pozos de registro que permitan el acceso para inspección y limpieza.

a) En los cambios de alineación y de pendientes de la tubería.

b) En las uniones de los colectores o ramales.

c) En los tramos rectos de tubería en general a una distancia máxima de 50 metros. Esta distancia máxima podrá elevarse hasta 75 m. en función de los métodos de limpieza previstos.

Los pozos de registro tendrán un diámetro interior de 0,80 m. Si fuera preciso construirlos por alguna circunstancia de mayor diámetro, habrá de disponer elementos partidores de altura cada 3,00 m. como máximo.

Sumideros.

Los sumideros tienen por finalidad la incorporación de las aguas superficiales a la red; existe el peligro de introducir en esta elementos sólidos que puedan producir atascos. Por ello no es recomendable su colocación en calles no pavimentadas salvo que cada sumidero vaya acompañado de una arqueta visitable para la recogida y extracción periódica de las arenas y detritos depositados (arenosos)

Cámaras de descarga.

Se dispondrán en los orígenes de colectores que por su situación estime el proyectista depósitos de agua con un dispositivo que permita descargas periódicas fuertes de agua limpia con objeto de limpiar la red de saneamiento.

Aliviaderos de crecida.

Con objeto de no encarecer excesivamente la red y cuando el terreno lo permita se dispondrán aliviaderos de crecida, para desviar excesos de caudales excepcionales producidos por aguas pluviales, que sean visitables, siempre que la red de saneamiento no sea exclusivamente de aguas negras.

El caudal a partir del cual empieza a funcionar el vertedero se justificará en cada caso, teniendo en cuenta las características del cauce receptor y las del efluente.

Calidad de los materiales de uso general.

La calidad de los materiales que se definen en este apartado, corresponde a los materiales empleados en las obras complementarias así como las necesarias para la instalación de la tubería de la red de saneamiento, ya

que en cada capítulo se especifica la calidad que deben satisfacer los materiales de los tubos.

El Director de Obra exigirá la realización de los ensayos adecuados de los materiales a su recepción en obra que garanticen la calidad de los mismos de acuerdo con las especificaciones de proyecto. No obstante podrá eximir de estos ensayos a aquellos materiales que posean sellos de calidad o que acrediten de modo satisfactorio la realización de estos ensayos.

Cementos.-El cemento cumplirá el vigente Pliego de Prescripciones Técnicas Generales para la recepción de Cementos para el tipo fijado en el Proyecto. En la elección del tipo de cemento se tendrá especialmente en cuanta la

agresividad del efluente y del terreno.

Agua.-El agua cumplirá las condiciones exigidas en la vigente Instrucción para el Proyecto y la Ejecución de Obras de Hormigón en Masa o Armado.

Áridos.-Los áridos cumplirán las condiciones fijadas en la vigente Instrucción para la Ejecución y Proyecto de Obras de Hormigón en Masa o Armado además de las particulares que se fijen en el Pliego de Prescripciones Técnicas Particulares del Proyecto.

Acero para armaduras.-El acero empleado cumplirá las condiciones exigidas en la vigente Instrucción para el Proyecto y Ejecución de Obras de Hormigón en Masa o Armado.

Hormigones.-Los hormigones empleados en todas las obras de la red de saneamiento, cumplirán las prescripciones de la vigente Instrucción para el Proyecto y la Ejecución de Obras de Hormigón en Masa o Armado.

Fundición.-La fundición deberá ser gris, con grafito laminar (conocida como fundición gris normal) o con grafito esferoidal (conocida también como nodular o dúctil).

La fundición presentará en su fractura grano fino, regular, homogéneo y compacto. Deberá ser dulce, tenaz y dura; pudiendo, sin embargo, trabajarse a la lima y al buril, y susceptible de ser cortada y taladrada fácilmente. En su moldeo no presentará poros, sopladuras, bolsas de aire o huecos, gotas frías, grietas, manchas, pelos ni otros defectos debidos a impurezas que perjudiquen a la resistencia o a la continuidad del material y al buen aspecto de la superficie del producto obtenido. Las paredes interiores de las piezas deben estar cuidadosamente acabadas, limpiadas y desbardadas.

Ladrillos.-Los ladrillos empleados en todas las obras de la red de saneamiento, serán del tipo M de la UNE 67.019/78 y cumplirán las especificaciones que para ellos se dan en esta Norma.

Tubos de hormigon en masa.

En función de su resistencia al aplastamiento los tubos de hormigón en masa se clasificarán en cuatro series caracterizadas por el valor mínimo de la carga de aplastamiento expresada en kilopondios por metro cuadrado.En la tabla siguiente figuran las cuatro series y las cargas lineales equivalente expresadas en kilopondios por metro lineal para cada diámetro, con un valor mínimo de 1.500 kilopondios por metro lineal

En los tubos de diámetros 700 mm y 800 mm es conveniente tomar alguna precaución que reduzca el riesgo de rotura, tal como una ligera armadura, empleo de fibras de acero, formas especiales de la sección transversal, etc.

La desviación máxima desde cualquier punto de la generatriz de apoyo al plano horizontal tomado como referencia, no será en ningún caso superior a cinco milímetros para tubos de longitud igual a un metro. Dicha medición se realizará haciendo rodar el tubo una vuelta completa sobre el plano horizontal de referencia.Para longitudes de tubo superiores a la mencionada, la desviación admitida será proporcional a la longitud.

Tubos de hormigon armado.

Los tubos de hormigón armado se fabricarán mecánicamente por un procedimiento que asegure una elevada compacidad del hormigón.Para que un tubo esté clasificado como de hormigón armado deberá tener simultáneamente las dos series de armaduras siguientes:

a) Barras continuas longitudinales colocadas a intervalos regulares según generatriz, y

b) Espiras helioidales continuas de paso regular de 15 cm., como máximo, o cercos circulares soldados y colocados a intervalos regulares distanciados 15 cm., como máximo. La sección de los cercos o espiras cumplirá la prescripción de la cuantía mínima exigida por la Instrucción para el Proyecto y la Ejecución de Obras de Hormigón en Masa o Armado, para flexión simple o compuesta, salvo utilización de armaduras especiales.

Tubos de amiando cemento.

Los tubos de amianto-cemento estarán constituidos por una mezcla de agua, cemento y fibras de amianto sin adición de otras fibras que puedan perjudicar su calidad.

Si fuese necesario pueden estar revestidos interiormente o exteriormente con una protección adecuada. Los tubos pueden tener los extremos lisos para junta de manguito o llevar copa.

Tubos de gres.

El empleo de tubos de gres está especialmente indicado en zonas en las que existan vertidos de aguas agresivas industriales, debiendo extremarse en este caso las medidas de protección de los pozos registro contra dichas aguas.

Procederá de arcillas plásticas parcialmente vitrificadas. Los tubos estarán vidriados interior y exteriormente y tendrán estructura homogénea.Solo se admitirán excepcionalmente aquellos defectos superficiales que no afecten a sus condiciones de utilización, especialmente al régimen hidráulico del tubo, a su impermeabilidad y atacabilidad y a su resistencia mecánica.

Tubos de policloruro de vinilo no plastificado

Los tubos serán siempre de sección circular con sus extremos cortados en sección perpendicular a su eje longitudinal.Estos tubos no se utilizarán cuando la temperatura permanente del agua sea superior a 40 ºC.

Estarán exentos de rebabas, fisuras, granos y presentarán una distribución uniforme de color. El comportamiento de estas tuberías frente a la acción de aguas residuales con carácter ácido o básico es bueno en general, sin embargo la acción continuada de disolventes orgánicos puede provocar fenómenos de microfisuración.

Tubos de poliester reforzado con fibra de vidrio.

Los tubos serán rectos y tendrán su sección transversal circular y los extremos estarán cortados perpendicularmente al eje longitudinal.

La superficie exterior será regula; la superficie interior será lisa.

Ambas estarán libres de fisuras y sin afloración de fibras. Además la superficie interior deberá estar constituida, con resina resistente químicamente a los productos que haya de transportar y en cantidad suficiente que asegure el aislamiento de los elementos estructurales.

Las condiciones de resistencia de estos tubos hacen imprescindible una ejecución cuidadosa del relleno de la zanja.

Instalacion de tuberias:

Transporte y manipulación.

La manipulación de los tubos en fábrica y transporte a obra deberá hacerse sin que sufran golpes o rozaduras. Se depositarán sin brusquedades en el suelo, no dejándolos caer; se evitará rodarlos sobre piedras, y en general, se tomarán las precauciones necesarias para su manejo de tal manera que no sufran golpes de importancia. Para el transporte los tubos se colocarán en el vehículo en posición horizontal y paralelamente a la dirección del medio de transporte. Cuando se trata de tubos de cierta fragilidad en transportes largos, sus cabezas deberán protegerse adecuadamente.

El Contratista deberá someter a la aprobación del Director de Obra el procedimiento de descarga en obra y manipulación de los tubos.No se admitirán para su manipulación dispositivos formados por cables desnudos ni por cadenas que estén en contacto con el tubo. El uso de cables requerirá un revestimiento protector que garantice que la superficie del tubo no quede dañada.

Es conveniente la suspensión por medio de bragas de cinta ancha con el recubrimiento adecuado.

Al proceder a la descarga conviene hacerlo de tal manera que los tubos no se golpeen entre si o contra el suelo. Los tubos se descargarán, a ser posible cerca del lugar donde deben ser colocados en la zanja, y de forma que puedan trasladarse con facilidad al lugar de empleo. Se evitará que el tubo quede apoyado sobre puntos aislados.

Tanto en el transporte como en el apilado se tendrá presente el número de capas de tubos que puedan apilarse de forma que las cargas de aplastamiento no superen el cincuenta por ciento de la de prueba.

Se recomienda, siempre que sea posible, descargar los tubos al borde de zanja, para evitar sucesivas manipulaciones. En el caso de que la zanja no estuviera abierta todavía se colocarán los tubos, siempre que sea posible, en el lado opuesto a aquel en que se piensen depositar los productos de la excavación y de tal forma que queden protegidos del tránsito, de los explosivos, etc...

En caso de tubos de hormigón recién fabricados no deben almacenarse en el tajo por un período largo de tiempo en condiciones que puedan sufrir secados excesivos o fríos intensos. Si fuera necesario hacerlo se tomarán las precauciones oportunas para evitar efectos perjudiciales en los tubos.

Zanjas para alojamiento de las tuberías.

Profundidad de las zanjas.

La profundidad mínima de las zanjas y sin perjuicio de consideraciones funcionales, se determinará de forma que las tuberías resulten protegidas de los efectos del tráfico y cargas exteriores, así como preservadas de las variaciones de temperatura del medio ambiente. Para ello, el Proyectista deberá tener en cuenta la situación de la tubería (según sea bajo calzada o lugar de tráfico más o menos intenso, o bajo aceras o lugar sin tráfico), el tipo de relleno, la pavimentación si existe, la forma y calidad del lecho de apoyo, la naturaleza de las tierras, etc. Como norma general bajo las calzadas o en terreno de tráfico rodado posible, la profundidad mínima será tal que la generatriz superior de la tubería quede por lo menos a un metro de la superficie; en aceras o lugares sin tráfico rodado puede disminuirse este recubrimiento a sesenta centímetros. Si el recubrimiento indicado como mínimo no pudiera respetarse por razones topográficas, por otras canalizaciones, etc..., se tomarán las medidas de protección necesarias.

Las condiciones de saneamiento se situarán en plano inferior a las de abastecimiento, con distancias vertical y horizontal entre una y otra no menor de un metro, medido entre planos tangentes, horizontales y verticales a cada tubería más próxima entre sí. Si estas condiciones no pudieran mantenerse justificadamente o fuera preciso cruces con otras canalizaciones, deberán adoptarse precauciones especiales.

Anchura de la zanjas.

El ancho de la zanja depende del tamaño de los tubos, profundidad de la zanja, taludes de las paredes laterales, naturaleza del terreno y consiguiente necesidad o no de entibación, etc..; como norma general, la anchura mínima no debe ser inferior a setenta centímetros y se debe dejar un espacio de veinte centímetros a cada lado del tubo según el tipo de juntas. Al proyectar la anchura de la zanja se tendrá en cuenta si su profundidad o la pendiente de su solera exigen el montaje de los tubos con medios auxiliares especiales (pórticos, carretones, etc...).

Apertura de las zanjas.

Se recomienda que no transcurran más de ocho días entre la excavación de la zanja y la colocación de la tubería.En el caso de terrenos arcillosos o margosos de fácil meteorización, si fuese absolutamente imprescindible efectuar con más plazo la apertura de las zanjas, se deberá dejar sin excavar unos veinte centímetros sobre la rasante de la solera para realizar su acabado en plazo inferior al citado.

Realización de la zanja.

Las zanjas pueden abrirse a mano o mecánicamente, perfectamente alineadas en planta y con la rasante uniforme, salvo que el tipo de junta a emplear precise que se abran nichos. Estos nichos del fondo y de las paredes no deben efectuarse hasta el momento de montar los tubos y a medida que se verifique esta operación, para asegurar su posición y conservación.Se excavará hasta la línea de la rasante siempre que el terreno sea uniforme; si quedan al descubierto elementos rígidos tales como piedras, rocas, fábricas antiguas, etc, será necesario excavar por debajo de la rasante para efectuar un relleno posterior. De ser preciso efectuar voladuras para las excavaciones, en general en poblaciones, se adoptarán precauciones para la protección de personas o propiedades, siempre de acuerdo con la legislación vigente y las ordenanzas municipales, en su caso.

El material procedente de la excavación se apilará lo suficientemente alejado del borde de las zanjas para evitar el desmoronamiento de éstas o que el desprendimiento del mismo puede poner en peligro a los trabajadores. En el aso de que las excavaciones afecten a pavimentos, los materiales que puedan ser usados en la restauración de los mismos deberán ser separados del material general de la excavación.

El relleno de las excavaciones complementarias realizadas por debajo de la rasante se regularizará dejando una rasante uniforme. El relleno se efectuará preferentemente con arena suelta, grava o piedra machacada, siempre que el tamaño máximo de esta no exceda de dos centímetros. Se evitará el empleo de tierras inadecuadas. Estos rellenos se apisonarán cuidosamente y se regularizará la superficie. En el aso de que el fondo de la zanja se rellene con arena o grava los nichos para las juntas se efectuarán en el relleno. Estos rellenos son distintos de las camas de soporte de los tubos y su único fin es dejar una rasante uniforme.

Cuando por su naturaleza el terreno no asegure la suficiente estabilidad de los tubos o piezas especiales, se compactarán o consolidará por los procedimientos que se ordenen y con tiempo suficiente. En el caso de que se descubra terreno excepcionalmente malo se decidirá la conveniencia de construir una cimentación especial (apoyos discontinuos en bloques, pilotajes, etc...)

Acondicionamiento de la zanja, montaje de tubos y rellenos:

Clasificación de los terrenos.

Estables: Terrenos consolidados, con garantía de estabilidad. En ete tipo de terrenos se incluyen, los rocosos, los de tránsito, los compactos y análogos.

Inestables: Terrenos con posibilidad de expansiones o de asentamientos localizados, los cuales, mediante un tratamiento adecuado, pueden corregirse hasta alcanzar unas características similares a las de los terrenos estables. En este tipo de terreno se incluyen, las arcillas, los rellenos y otros análogos.

Excepcionalmente inestables: Terrenos con gran posibilidad de asentamientos, de deslizamientos o fenómenos perturbadores. En esta categoría se incluyen los fangos, arcillas expansivas, los terrenos movedizos y análogos.

Acondicionamiento de la zanja.

De acuerdo con la clasificación anterior se acondicionarán las zanjas de la siguiente manera:

a) Terrenos estables. En este tipo de terrenos se dispondrá una capa de gravilla o de piedra machacada, con un tamaño máximo de veinticinco milímetros y mínimo de cinco milímetros a todo lo ancho de la zanja con espesor de un sexto del diámetro exterior del tubo y mínimo de diez centímetros. Excepcionalmente cuando la naturaleza del terreno, y las cargas exteriores lo permitan, se podrá apoyar la tubería directamente sobre el fondo de la zanja.

b) Terrenos inestables. Si el terreno es inestable se dispondrá sobre todo el fondo de la zanja una capa de hormigón pobre, con espesor de quince centímetros.Sobre esta capa se situarán los tubos y se dispondrá una cama hormigonado posteriormente con hormigón de doscientos kilogramos de cemento por metro cúbico, de forma que el espesor entre la generatriz inferior del tubo y la capa de hormigón pobre tenga quince centímetros de espesor. El hormigón se colocará hasta que la cama de apoyo corresponda a un ángulo de ciento veinte grados sexagesimales en el centro del tubo. Para tubos de diámetro inferior a 60 cm la cama de hormigón podrá sustituirse por una cama de arena dispuesta sobre la capa de hormigón.

c) Terrenos excepcionalmente inestables. Los terrenos excepcionalmente inestables se tratarán con disposiciones adecuadas en cada caso, siendo criterio general procurar evitarlos, aún on aumento del presupuesto.

Montaje de los tubos.

Antes de bajar los tubos a la zanja se examinarán éstos y se apartarán los que presenten deterioros.

Una vez los tubos en el fondo de la zanja, se examinarán nuevamente para cerciorarse de que su interior está libre de tierra, piedras, útiles de trabajo, etc... y se realizará su centrado y perfecta alineación, conseguido lo cual procederá a calzarlos y acodalarlos con un poco de material de relleno para impedir su movimiento. Cada tubo deberá centrarse perfectamente con el adyacente. si se precisase reajustar algún tubo, deberá levantarse el relleno y prepararlo como para su primera colocación.

Las tuberías y zanjas se mantendrán libres de agua, para ello es buena práctica montar los tubos en sentido ascendente asegurando el desagüe en los puntos bajos.

Al interrumpirse la colocación de la tubería se evitará su obstrucción y se asegurará su desagüe, procediendo, no obstante, esta precaución, a examinar con todo cuidado el interior de la tubería al reanudar el trabajo por si pudiera haberse introducido algún cuerpo extraño en la misma.

Relleno de la zanja.

Generalmente no se colocarán más de cien metros de tubería sin proceder al relleno, al menos parcial, para protegerlos en lo posible de los golpes.

Una vez colocada la tubería, el relleno de las zanjas se compactará por tongadas sucesivas. Las primeras tongadas hasta unos treinta centímetros por encima de la generatriz superior del tubo se harán evitando colocar piedras o gravas con diámetros superiores a dos centímetros y con un grado de compactación no menor del 95 por ciento del Proctor Normal. Las restantes podrán contener material más grueso, recomendándose, sin embargo, no emplear elementos de dimensiones superiores a los veinte centímetros y con un grado de compactación del 100 por 100 del Proctor Normal.

Cuando los asientos previsibles de las tierras de relleno no tengan consecuencias de consideración, se podrá admitir el relleno total con una compactación al 95 por ciento del Proctor Normal.

Si se utilizan para el relleno de la zanja materiales sin cohesión libremente drenantes, tales como arenas y gravas, deben compactarse hasta alcanzar una densidad relativa no menor del 70 por ciento, o del 75 por ciento, cuando la compactación exigida en el caso de relleno cohesivo sea del 95 por ciento, o del 100 por cien, del Proctor Normal, respectivamente.

Se tendrá especial cuidado en el procedimiento empleado para terraplenar zanjas y consolidar rellenos, de forma que no produzcan movimientos de las tuberías. No se rellenarán las zanjas, normalmente, en tiempo de grandes heladas o con material helado.

Cuando por circunstancias excepcionales en el montaje de la tubería tengan que colocarse apoyos aislados deberá justificarse y comprobarse el comportamiento mecánico, habida cuenta la presencia de tensiones de tracción. Por otra parte la forma de enlace entre tubería y apoyo se ejecutará de manera que se garantice el cumplimiento de las hipótesis del proyecto.

Saneamiento Integral de la Bahía de Santander Geotecnia

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