Literatura


Romanticismo


En la 1ª mitad del siglo XIX, el relato corto se ve influenciado por el movimiento

Romántico. Dicho movimiento está basado en filosofías humanas alemanas que se caracterizaban porque según ellos todo ser poseía alma que no puede estar recluida en el cuerpo por lo que necesitaban huir del espacio. Para ello se recrean en paisajes orientales, clásicos, e incluso en la Edad Media. Para ello, buscaban la soledad, es decir, encontrarse fuera del contacto de los demás, buscando esto en ambientes lúgubres y tenebrosos. Además, los artistas de este movimiento exaltan en sus obras los sentimientos personales y rechazan las Reglas del Racionalismo ilustrado.

ORÍGENES E INSPIRACIONES DEL ROMANTICISMO

Hacia finales del siglo XVIII, el llamado Siglo de las Luces, los gustos literarios en Alemania y Francia se alejan progresivamente de las tendencias clásicas y neoclásicas, basándose en el predominio de la razón y de la experiencia. Los autores románticos encuentran su primera fuente de inspiración en la obra de dos grandes pensadores europeos: el filósofo francés Jean-Jacques Rousseau y el escritor alemán Johann Wolfgang van Goethe.

MARCO HISTÓRICO DEL ROMANTICISMO

A partir de le Revolución Francesa (1789), la burguesía asume el poder político en Francia y consagra las ideas de libertad, igualdad y fraternidad. Esos principios sirven de base al movimiento liberal que pregona la libertad de pensamiento, expresión y asociación del individuo, defiende la soberanía popular y sostiene que el poder reside en el pueblo, que lo ejerce a través de sus representantes elegidos por sufragio universal.

La política expansiva que sigue el emperador francés, Napoleón Bonaparte, con el pretexto de propagar las ideas de la Revolución sume a Europa en una guerra durante los primeros años del siglo XIX. Ello provoca, por una parte, la reacción de las monarquías que acabarán derrotando a los ejércitos napoleónicos en 1815, y por otra, favorece el auge de los nacionalismos ya que los pueblos invadidos quieren reafirmar su identidad histórica y cultural frente al invasor. Aunque las monarquías absolutistas quieren imponer los principios del Antiguo Régimen, las ideas liberales si irán abriendo paso en muchos países. La burguesía, que experimenta un gran auge económico con la revolución industrial, aumenta su poder político e intenta modificar las estructuras sociopolíticas dominadas por la nobleza. De ahí que el liberalismo y el absolutismo se enfrenten a lo largo de estas primeras décadas del siglo XIX.

El sueño de la razón produce monstruos

El sueño de la razón produce monstruos (1797-1799) forma parte de Los caprichos, una serie de aguafuertes realizados por Francisco de Goya. En ellos el pintor aragonés satirizó las convenciones sociales, pero también aparecen elementos de la fantasía y del horror.

EL ROMANTICISMO EN ESPAÑA

Pese a que el Siglo de Oro español había servido de inspiración y modelo a escritores románticos de otros países, España no alumbró autores románticos significativos hasta la década de 1830. Su desarrollo está condicionado por la situación política marcada por el absolutismo de Fernando VII.

El rey Fernando VII, que estuvo fuera de España durante la guerra, regresa al país y restaura la monarquía absoluta. Las disputas entre los absolutistas (partidarios del rey con plenitud de poderes) y los liberales (defendían la soberanía nacional y las libertades ciudadanas) eran constantes. Muchos intelectuales tuvieron que exiliarse a Europa, principalmente en Francia e Inglaterra. El Romanticismo sólo triunfó en España después de la muerte de Fernando VII, cuando los liberales exiliados regresaron a España tras una amnistía promulgada el año 1883.

La historia del Romanticismo español se reduce, pues, a pocos años, puesto que hacia mediados de siglo el Realismo comenzó a abrirse paso. Sólo dos autores mantuvieron durante la segunda mitad del siglo XIX el subjetivismo característico de los románticos: Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.

Tan breve duración, apenas quince años, se debió en parte a la temprana muerte de sus principales representantes y en parte al agotamiento de los ideales que el Romanticismo representaba.

Aunque no sólo ellos tuvieron importancia en dicho movimiento, ya que fue introducido con éxito en el teatro español por Ángel de Savedra, duque de Rivas, con Don Álvaro o la fuerza del sino (1835). Discípulo del duque de Rivas fue el poeta y dramaturgo José Zorrilla, quien comparte con aquél el mérito de haber recuperado los temas legendarios e históricos en brillantes poemas narrativos. El espíritu romántico de rebeldía está representado por José de Espronceda, considerado por algunos críticos como el mejor poeta español de este periodo. Para muchos, la obra de Espronceda se ve superada por la de Gustavo Adolfo Bécquer, quien quizá compuso los poemas románticos más delicados de la lengua española.

La prosa romántica de más calidad se encuentra en los escritos de los costumbristas, autores que describieron al pueblo y sus costumbres desde una nueva perspectiva. Este tipo de prosa está impregnada de un afilado tono satírico en los artículos de Mariano José de Larra, que también escribió varias obras teatrales y una novela. Si bien sus obras no figuran entre las más destacadas de los escritores románticos españoles, Larra fue uno de los autores más interesantes de ese periodo, debido a lo atormentado de su existencia y al alto grado de introspección que alcanza en su obra.

· El origen del sentir romántico y su actitud ante la vida

El origen del pensamiento y del sentir románticos está en el descontento con el presente, y en la convicción de que en el pasado se encuentran los auténticos valores de los pueblos. Así, se vuelve la mirada a épocas que habían sido rechazadas en la ilustración; la Edad Media y el Barroco. Este pasado histórico es visto de forma distinta por los autores; los conservadores, exaltaron las tradiciones nacionales y religiosas, en cambio, a los progresistas, la rebeldía contra la realidad del presente en el que vivían, les condujo a plantearse críticamente el pasado para favorecer el progreso. Se denominan estas posturas como Romanticismo tradicional y Romanticismo liberal.

El resultado de esta filosofía de vida es una lucha interna constante, debido a que el romántico no encuentra su lugar en el mundo, ya que la realidad que vive no se corresponde en nada con sus deseos e ilusiones. Como consecuencia del enfrentamiento que se produce entre el espíritu idealista del escritor y la cruda realidad, la desesperación y la decepción se adueñan de las obras literarias y surge una nueva temática muy distante de la del Neoclasicismo, en la que prevalecen los sentimientos sobre la razón.

No acepta ningunas normas que coarten su libertad, y se resiste a poner límites a su curiosidad y a su imaginación, que cree, que junto a lo corriente y lo habitual, existen lo excepcional y lo extraordinario, por lo que no les basta la sola razón para explicar la complejidad de la vida.

El profundo desengaño y pesimismo, le causan un estado de gran confusión que en muchas ocasiones conduce al suicidio, que será denominado como "el mal del siglo" o "enfermedad romántica del alma", ya que no son pocos los casos en los que se llega hasta este extremo.

· Rasgos más importantes del romanticismo

La literatura romántica gira en torno a dos núcleos temáticos: el yo personal y lo castizo.

­­__ El yo personal. Los románticos hicieron de su propio yo el tema principal. Frente al pudor de los neoclásicos, los poetas románticos hacen gala de un gran individualismo y una extrema subjetividad. Los propios sentimientos, el yo frente a la sociedad y la defensa de la propia libertad se trato con frecuencia en la literatura romántica:

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley la fuerza y el viento,

mi única patria la mar.

Allá muevan feroz guerra

ciegos reyes

por un palmo más de tierra;

que yo aquí tengo por mío

cuanto abarca el mar bravío,

a quien nadie impuso leyes. JOSÉ DE ESPRONCEDA

__Lo castizo. El espíritu nacionalista que recorrió Europa a consecuencia de las guerras napoleónicas se manifestó en el interés hacia la historia, las tradiciones y las costumbres propias de cada pueblo, del que son muestras del desarrollo de la novela histórica, el costumbrismo y los romances.

· LOS TEMAS

__ El amor: Es un tema que posee una doble vertiente. Por un lado, el amor es un sentimiento idealizado y divino que lleva a equiparar a la amada con Dios. Por otro lado, es una fuerza apasionada que domina y destruye al ser humano sometiéndolo a un destino trágico.

__ La naturaleza: Para el escritor romántico, el paisaje es una proyección de sus sentimientos. Se convierte en una compañera con la que se comunica.

De ahí que prefieran los ambientes lúgubres, libres y agrestes que estén en consonancia con su mundo interior: ruinas de castillos medievales, cementerios,...

__ La evasión: El autor romántico huye de su espacio y tiempo presente y se refugia en uno lejano y remoto.

La huida en el espacio le lleva a países exóticos orientales y nórdicos, donde recrea su colorido y fastuosidad. La evasión en el tiempo lo conduce, sin ningún interés histórico, a la recuperación de misterios, leyendas y valores de la época remota medieval y del romancero.

__ La muerte: Éste es un elemento que cobra mucho sentido en el Romanticismo, ya que el héroe no duda en morir por conseguir hacer realidad sus deseos y ambiciones: libertad, amor,...

Este sentimiento traspasa en ocasiones la ficción de las obras y se apodera de la propia vida del autor llevándole al suicidio.

__ La libertad: El afán de vivir sin normas que condicionen la conducta del individuo ocasiona la aparición de historias protagonizadas por personajes que viven al margen de la ley y de la sociedad (bandoleros, piratas...). Representan la libertad anhelada por los escritores románticos.

__ La religión: Como conectan con esa otra dimensión de la realidad que solo el espíritu puede hacerlo. Tiene mucho de contacto con la naturaleza, no se entiende como algo físico sino como el reino del espíritu divino, el acceso a eso se hace a través de la naturaleza.

El satanismo también va a cobrar mucha fuerza, ya que se llega a la conclusión de que a través de Satán, los humanos podemos reivindicar a Dios el por qué hizo al hombre un ser desdichado (no le deja conceder sueños).

· Los escenarios

En el Romanticismo la acción se enmarca con frecuencia en una naturaleza abrupta, hostil y llena de fuerza. Los paisajes, lúgubres, el mar embravecido, las tormentas, la noche, los cementerios, las ruinas... constituyen típicos escenarios románticos que contribuyen a crear ambientes y subrayar los sentimientos melancólicos o exaltados de los personajes:

El cielo estaba sombrío,

no vislumbraba una estrella,

silbaba lúgubre el viento,

y allá el aire, cual negras fantasmas,

se dibujaban las torres de las iglesias,

y el gótico castillo las altísimas almenas,

donde canta o reza ocaso temeroso el centinela.

JOSÉ DE ESPRONCEDA

La balsa de la Medusa

La obra de grandes dimensiones de Théodore Géricault La balsa de la Medusa (1818-1819, Louvre, París) está basada en la tragedia de los náufragos de la fragata francesa Medusa, hundida al oeste de África, quienes pasaron varias semanas en una balsa. Géricault investigó en profundidad los hechos y los plasmó con gran detalle en esta obra que provocó un gran escándalo en su época.

· El estilo

El Romanticismo se caracteriza por un estilo vivo, que busca sobre todo sorprender o sobrecoger al lector. Los románticos se sirven con frecuencia de una rica adjetivación, y utilizan continuas exclamaciones, interrogativas, hipérboles y otras figuras que contribuyen a enfatizar los sentimientos que se quieren expresar.

¡Ojalá que mi acento poderoso,

sublime resonando, del trueno pavoroso

la temerosa voz sobrepujando,

¡oh sol!, a ti llegara

y en medio de tu curso te parara

JOSÉ DE ESPRONCEDA

· El Romanticismo en Europa

El movimiento literario romántico surgió en Alemania, donde ya se había desarrollado a finales del siglo XVIII una corriente precursora conocida como “Sturn und Drang” (“tempestad y empuje”). De Alemania se extendió rápidamente por el resto de los países europeos, en los que pronto surgieron escritores representativos de la nueva tendencia.

En la amplia nómina de autores románticos europeos, podemos destacar los siguientes:

- En Alemania: los poetas Friedrich Hölderlin, Novalis y Heinrich Heine, y el narrador E. T. A. Hoffman, autor este último de relatos de carácter fantástico.

- En Gran Bretaña: los poetas Lord Byron, P.B. Shelly y John Keats, y el novelista Walter Scott, introductor de la novela histórica.

- En Francia: François-René de Chateaubriand, representante de la vertiente conservadora del Romanticismo; el poeta y dramaturgo Alfred de Musset; y el Victor Hugo, prototipo del escritor romántico, que destacó en el cultivo de la lírica, el drama y la novela.

La libertad guiando al pueblo

Eugène Delacroix pintó La libertad guiando al pueblo en 1830, una de las obras culminantes del romanticismo. El gobierno francés encargó este lienzo de 2,59 x 3,25 m, pero después lo consideró demasiado revolucionario, de modo que prohibió su exhibición.

· La lírica

La poesía en el Romanticismo

Si la prosa fue el medio más adecuado para transmitir el pensamiento neoclásico, la lírica se convirtió en el Romanticismo en el modelo ideal para expresar toda la carga emocional que siente el ser humano. Junto a una poesía de carácter lírico se recupera también un tipo de poesía narrativa que relata leyendas y sucesos históricos.

Las fuentes inmediatas de este tipo de poesía hay que buscarlas en los poetas románticos extranjeros, como el alemán Goethe, que sirvió de inspiración tanto en las actitudes vitales de nuestros poetas como en los temas de sus obras, y el británico Lord Byron, que representa al poeta que está en constante rebeldía frente a la sociedad.

· Evolución de la lírica romántica

* En la primera mitad del siglo XIX:

A mediados del siglo XVIII, aproximadamente, asistieron a un cambio ideológico y de sensibilidad en escritores que se habían educado en la corriente ilustrada de la época. José Cadaloso, Jovellanos y Menéndez Valdés, entre otros, imprimen a sus obras de final de siglo una constante agitación emocional de talante puramente preromántico.

Los escritores de la primera mitad del siglo XIX que dieron el paso definitivo hacia la configuración de la poesía romántica fueron el Duque de Rivas, José Zorrilla y José de Espronceda. Sin embargo, es en la obra lírica de este último autor donde hallamos el primer gran poeta romántico de la época.

* En la segunda mitad del siglo XIX:

En esta época nos encontramos con dos poetas que se anticipan a las innovaciones de contenido y estructura de la poesía moderna: Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. Escritores de generaciones posteriores como Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Dámaso Alonso y Pedro Salinas, entre otros, alaban la originalidad de sus obras y las consideran punto de partida de la lírica del siglo XX.

Insatisfechos con la realidad que les tocó vivir, los poetas de la segunda mitad del siglo XIX buscaron que las palabras fueran más allá de su significado estricto y evocaron realidades de mayor trascendencia. La poesía se concentra en el subjetivismo más puro, se convierte en la expresión más auténtica del yo poético.

El incendio del Parlamento

Esta versión de El incendio del Parlamento (1834) de Josep Mallord William Turner probablemente sea un estudio, pero refleja el estilo característico de las acuarelas del pintor británico. La obra de Turner llega a rozar lo abstracto, por lo que se considera uno de los pioneros de las vanguardias artísticas del siglo XX.

· La narrativa

La novela romántica.

Dos grandes manifestaciones surgen en la narrativa del siglo XIX: la novela histórica y los cuadros de costumbres. Aunque ambas responden al sentido nacional y al

amor por lo tradicional que trajo consigo el Romanticismo, se oponen por el carácter idealista de la primera y el realista de la segunda.

La novela histórica.

Los escritores románticos se sintieron atraídos por la narración de historias sobre personajes heroicos de la Edad Media, puesto que veían representando en el caballero medieval el ideal de persona libre y solidaria que anhelaban ser: libre porque no estaba sometido a las ataduras cotidianas del trabajo, la familia o las obligaciones sociales; solidaria porque actuaba para ayudar al necesitado, socorrer al indefenso y reparar injusticias.

Como consecuencia, prolifera un tipo de novela denominada histórica, que recrea pasajes, más o menos veraces, del pasado, sobre todo medieval, combinados o no con otros personajes y ambientes ficticios.

Mientras esta clase de novela triunfa en Europa, en España apenas se escriben obras de importancia: la ausencia de prosa novelesca en los casi cien años que dura el Neoclasicismo, por considerarse imaginativa, fantasiosa y, por tanto, falsa, acaba originando en la primera mitad del siglo XIX un gran vacío en la tradición narrativa.

Sancho Saldaña (1834) de José de Espronceda y El Señor de Bembibre (1844), de Enrique Gil y Carrasco, son ejemplos de este subgénero narrativo, que comporta una gran tarea de investigación y documentación histórica.

_Los cuadros de costumbres

Consisten en la descripción de escenas y personas de carácter popular y cotidiano.

Cada autor se especializa más o menos en una región y, aunque refleja su carácter pintoresco y superficial, nos permite conocer las personas que viven en ella y su forma de vida: casa, trabajo, vecindad, familia,... De ahí que el costumbrismo tenga como finalidad reflejar la realidad del momento.

La narración costumbrista nace de la tendencia de los románticos al conocimiento y análisis de lo propio, de lo nacional, lo característico o diferenciado de las personas y los lugares. Para llevarlo a cabo, el escritor precisa dotes de buen observador, pintor minucioso y de elegante ironía.

Escenas matritenses (1842), de Ramón Mesonero Romanos, y Escenas andaluzas (1847), de Serafín Estébanez Calderón, constituyen dos obras representativas del costumbrismo.

· Los artículos de Larra

La España que revela Larra en sus artículos se revela corrupta, ineficaz, inculta y despreocupada.

Los artículos periodísticos de Larra se clasifican en:

--Artículos de costumbres: Frente a la intención descriptiva y pintoresca del género, que se limita a reflejar las costumbres y tipos populares. El autor pone en evidencia los defectos y vicios más enquistados de la sociedad española, frente a la modernidad y eficacia de otros países europeos. Lo que manifiesta Larra es intentar eliminar todo lo que impide el progreso.

--Artículos de crítica literaria: En su conjunto se convierten en un verdadero documento de la situación literaria del momento, ya que valora artísticamente cuantos acontecimientos literarios importantes tuvieron lugar en la época. Denuncia sin contemplaciones la falta de calidad y mediocridad de autores y actores y defiende con valentía lo que considera que es fruto de una verdadera creación artística.

--Artículos políticos: Están centrados en el análisis crítico de las gestiones gubernamentales del país y se articulan en torno a dos principios básicos: la defensa de la libertad y la denuncia de la injusticia.

En todos ellos hace gala de un estilo en que se puede destacar: tendencia a analizar las causas de los acontecimientos, estructura neoclásica y racionalista en la construcción y el desarrollo de los artículos, precisión y riqueza en la expresión que le proporcionan descripciones exhaustivas de personas y ambientes, tendencia al tratamiento irónico y sarcástico de los temas y la utilización de interrogaciones dirigidas a los lectores.

Larra, Mariano José de (1809-1837), escritor romántico y periodista español famoso por sus brillantes retratos críticos de la vida y la sociedad española de su época.

Larra nació en Madrid durante la ocupación francesa y pasó sus primeros años de vida en Burdeos, donde su padre, un cirujano militar que había colaborado con los invasores, tuvo que refugiarse tras la derrota de los franceses en 1812. Después de la amnistía de 1818 la familia regresó a Madrid y su padre se convirtió en médico personal del hermano de Fernando VII. Larra estudió en un colegio de jesuitas y completó su formación en Valencia y Valladolid.

Comenzó una brillante carrera periodística, primero en dos periódicos de su propiedad, El duende satírico del día (1828) y El pobrecito hablador (1832-1833), y posteriormente, colaboró como crítico de teatro con el diario nacional La revista española, donde firmaba sus crónicas bajo el seudónimo de Fígaro. Se convirtió en uno de los periodistas más famosos y mejor pagados del país y colaboró en diversas publicaciones además de escribir la novela El doncel de Don Enrique el Doliente (1834), y la obra de teatro Macías (1834). También tradujo diversas obras de teatro francesas.

Larra es conocido ante todo por sus Artículos de costumbres o escenas de la vida española. Estos artículos, típicamente característicos de la época, estaban imbuidos de nostalgia. Larra, por el contrario, utilizó el género para producir una serie de retratos de la sociedad tremendamente satíricos, en los que despliega su talento periodístico para describir la complacencia, la hipocresía, la vacuidad y la corrupción de la sociedad española.

Influido por el neoclasicismo francés, su vida se convirtió, sin embargo, en un símbolo de la confusión romántica. Fue amargamente desgraciado en el amor; se enamoró de una mujer que más tarde resultó ser la amante de su padre, vivió un matrimonio infeliz y acabó suicidándose, tras un fracasado romance adúltero, a los 28 años.

Aunque Larra ofrece una visión muy pesimista de la vida española, su irritación responde al amor que sentía por su país. Es uno de los escritores más destacados del siglo XIX, tanto por su visión de la vida como por la calidad literaria de sus escritos. Sesenta años después de su muerte, la generación del 98 convirtió la figura de Larra en precursora de este movimiento literario.

Mariano José de Larra

Insatisfacción ante la abulia nacional, así podría resumirse la angustia del escritor romántico español Mariano José de Larra (1809-1837) que acabó suicidándose y convirtiéndose en el prototipo del romántico. El gesto duro, la mano fuerte es lo que se destaca en el retrato Gutierre de la Vega, conservado en el museo Romántico de Madrid.

· El teatro romántico español

El romanticismo español no pasa de ser un movimiento arrebatado, con apenas quince años de presencia en el teatro. La guerra de la Independencia y el posterior absolutismo de Fernando VII retrasaron la aparición del movimiento que, como es sabido, tenía tintes altamente revolucionarios. Por esto el teatro romántico hizo su irrupción en España tarde respecto a los demás países europeos. No obstante, podemos decir que los románticos españoles coinciden, en sus grandes directrices, con los alemanes y franceses. Este género se difundió especialmente a través de las traducciones de las obras de los escritores franceses Alejandro Duma y Víctor Hugo.

El carácter didáctico de la obra neoclásica desaparece con el Romanticismo. En esta ocasión, el dramaturgo compone para emocionar y no para educar.

_Los rasgos significativos que presenta esta nueva concepción dramática son:

Libertad creativa: Se rompe con las normas del drama neoclásico:

--No se presentan unidades de acción, tiempo y espacio, pues en el drama romántico se desarrollan complicadas intrigas que abarcan un tiempo amplio en varios escenarios. Todo ello permite plasmar el dinamismo vital del protagonista.

--La trama se desarrolla en un número variable de actos(tres, cuatro o cinco). Es frecuente que sus títulos sinteticen el contenido de cada parte.

--Se mezclan asuntos cómicos con acciones y desenlaces trágicos, con los que se consiguen efectos grotescos.

--Se combina la prosa con el verso, aunque generalmente se impone este último.

--Aparecen abundantes acotaciones descriptivas de la escenografía y de los personajes.

__CONCLUSIONES:

Yo opino que el movimiento Romántico tubo tanto éxito, porque los sueños de la ilustración (canviar la sociedad, la política,...) fracasan, a causa de la Revolución Francesa, una época muy cruel, repleta de guerras, hambre, desesperación, crueldad (guillotina),... eso le sigue a un señor (Napoleón) que quiere ser como Dios imponiendo sus leyes y llevando a Europa a una terrible guerra. De ahí su rebeldía frente al modelo ilustrado que intentó imponer Napoleón, pues la gente odia al invasor y a todo lo que predica. Supongo que de ése odio y rabia de los ciudadanos, nació el romanticismo, un movimiento muy opuesto a la ilustración.

__DIFICULTADES:

No he tenido muchas, ya que se ha escrito mucho de este movimiento, y los poetas son muy conocidos, he podido sacar bastante información de diferentes sitios.

Este trabajo me ha aportado muchas ideas y pensamientos que desconocía, ahora se porqué surgió ése movimiento, y que emos sacado de ello. También que sentían los poetas, pintores, o músicos al hablar del Romanticismo, en qué se inspiraban, y porqué. Ha sido muy interesante.




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Idioma: castellano
País: España

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