Estamos ante un romance narrativo-lírico .Es narrativo porque nos cuenta una triste historia de amor. Pero posee también una enorme carga lírica ya que los sentimientos son aquí importantísimos.
Este bello poema narrativo-lírico es un romance, posiblemente escrito en el siglo XV. Es anónimo y nos ha sido transmitido por tradición oral. Los juglares lo recitaban, el pueblo lo sabía de memoria e iba de boca en boca, dando lugar así a muchas versiones.
Como muchos de los romances está escrito en forma de diálogo entre dos personajes junto a la voz de un narrador. Al contrario que algunos de ellos, tiene un desenlace claro. No nos lo deja a nuestra imaginación. También es de destacar la intervención de lo sobrenatural, lo que da un tono de misterio a muchos romances.
El tema es el amor inmortal, el amor que sobrevive al odio y a la muerte.
Resumen:
El Conde Niño canta mientras da de beber a su caballo, en las orillas del mar. La reina lo oye y anima a su hija a escuchar la canción. La niña revela inocentemente el nombre del cantor, destapando unos amores que no son del gusto de la madre que anuncia.”yo lo mandaré matar”.Se cumplen sus amenazas, mueren los dos enamorados, los entierran y de sus tumbas cercanas nacen un rosal y un espino. Las ramitas de ambos se juntan y que la reina los hace cortar. Pero los amantes se convierten en dos aves que volarán juntas. El amor ha triunfado.
Estructura (partes del romance):
I. El Conde Niño lleva a sus caballos a las orillas del mar la mañana de San Juan y canta (doce primeros versos)
II.- La reina escucha el canto del Conde y llama a su hija (13 al 18).
III.- La hija explica la procedencia y motivo del canto (19-24).
IV.- La reina promete matar al Conde (25-28)
V.- La princesa amenaza con su muerte de cumplirse la promesa de su madre (29-30).
VI.- Mueren los amantes (31-32)
VII.- Lugar de los enterramientos (33-36)
VIII.- Transformaciones de los amantes (37 al final)
Características formales
Son las propias de un romance. Estamos ante una serie de versos octosílabos, con rima asonante los versos pares, quedando libres los impares. Aquí son 52 versos y el sonido que se repite a partir de la última vocal acentuada es el de la “a”( Juan, mar, cantar…).
En este romance dialogado hay tres voces: la de la reina, la de su hija y la del narrador. Empieza con un tono dulce pero acaba con un tono trágico. La reina es una madre cariñosa que despierta dulcemente a su hija pero que bruscamente se convierte en un ser odioso y vengativo. El dramatismo de los versos va aumentando: las dos muertes anunciadas, las tumbas, las transformaciones de los amantes muertos (el rosal, el espino, la garza, el gavilán).
Llama nuestra atención el paralelismo sintáctico, presente en todo el texto .Consiste en repetir una misma construcción sintáctica: