Literatura
Rimas; Gustavo Adolfo Bécquer
Índice de contenido
Introducción
Breve biografía de Bécquer
Dos constantes dominan la breve vida del más alto lírico español del siglo XIX: la pobreza y el sufrimiento.
Gustavo Adolfo Domínguez Bastida nació en Sevilla (Andalucía), el año 1836, en el seno de una familia honorable, pero de modesta situación económica. Su padre fue don José Domínguez Isausti Bécquer, un pintor de cierto prestigio, y su madre, doña Joaquina Bastida y Vargas.
El matrimonio ya tenía un hijo, Valeriano.
Ambos hermanos fueron conocidos más tarde por el apellido Bécquer.
Su padre falleció cuando sólo tenía cinco años, y apenas cuatro años más tarde murió su madre.
A los dieciocho años se instala en Madrid, y pasa increíbles penurias escribiendo artículos y obras de teatro intrascendentes. A los veintiún años contrae la tuberculosis.
Más tarde dio un paso por la escuela Náutica de San Telmo, se fue a vivir con su madrina, doña Manuela Monahay, una dama culta y de gran fortuna.
En esa época se pensaba que los dos hermanos heredarían las dotes artísticas de su padre. En 1854 ambos hermanos desean fama y fortuna, y para eso deciden conquistar Madrid.
Al principio colabora con varias publicaciones periódicas, hasta fundó la revista España Artística, de corta vida.
En 1857 se le declara la hemoptisis, mal que lo acompañó hasta el fin de sus días. Desde un monasterio donde estuvo para recuperarse, envió a algunos periódicos sus célebres Cartas desde mi celda.
De regreso en Madrid, conoció Julia Espín, hija del profesor del Conservatorio y organista del palacio real. Sintió un amor arrebatador por ella, pero duró poco, en desmedro de su enfermedad.
Por eso recurrió a los servicios del doctor Francisco Esteban. Luego se casó con la hija del facultativo, Casta, con quién tuvo un hijo. Debido a su salud decidieron trasladarse a Cádiz, pero se llevaron al hermano de Gustavo Bécquer. Esto produjo que al cabo de un tiempo, Casta y Bécquer se separasen, pues Casta y el hermano de Bécquer, tuvieron una relación.
Arrastró una vida bohemia y viste con desaliño.
Poco después de fallecer su hermano, en 1870, la pareja vuelve a juntarse, pero por poco tiempo. Bécquer muere en Madrid el 22 de diciembre de 1870, a la edad de treinta cuatro años.
La obra
La obra Rimas fue escrita por el autor Gustavo Adolfo Bécquer. Aunque él vivió gran parte de su vida en la época del realismo, Bécquer era un autor romántico y eso significa que era un autor retrasado a su tiempo.
El romanticismo era una época y un movimiento artístico, literario e intelectual que predominó en Europa especialmente en el segundo cuarto del siglo XIX, caracterizado por sus posturas individualistas y su independencia frente a preceptos clásicos.
La actitud del ser humano, insatisfecho con cuanto le rodea, se refugia en su propio yo, e indaga en su intimidad (sentimientos, emociones y sueños), y se rebela contra toda cortapisa a su libertad y se resiste a oner límites a su imaginación. El romántico choca con una realidad hostil y no responde a sus ilusiones.
Sienten un profundo desengaño y pesimismo, los que les causa gran confusión. Sus rasgos son:
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Individualismo y subjetivismo.
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Búsqueda de la singularidad, lo original y único.
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Defensa de la libertad en todos los ámbitos de la vida y del arte,
Lo que implica una actitud rebelde.
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Exaltación de los sentimientos, de la sensibilidad e imaginación. ð
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No buscan la razón a las cosas.
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Presencia de un paisaje inaccesible, silvestre, siendo la proyección de los sentimientos del poeta.
Rimas y leyendas
Rimas
Rimas sobre la poesía
“[…] Son, primero, las aspiraciones de un corazón ardiente, que busca en el arte la realización de sus deseos, dudando de su destino…siéntese poeta.”
Rima I
Cada una de las partes del poema
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En la primera estrofa, Bécquer, da su propia opinión respeto a la poesía. Para él es tan maravillosa que puede alegrar a cualquiera.
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En la segunda estrofa se esfuerza por dar a entender que la poesía es la suma de las artes: colores (pintura) y notas (música) y que el sentimiento que desprende es tan grande que puede transmitir alegría y/o tristeza. Pero el lenguaje, que el autor lo define como rebelde y mezquino, no le deja expresar lo que desea.
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Finalmente, en la última estrofa, explica que no puede expresar sus sentimientos y emociones en palabras. Que lo que él más anhela es poder cantarle a su amada, al oído, a solas, todo lo que el poeta no puede exteriorizar con palabras.
El problema del lenguaje
Bécquer explica que, para él, el lenguaje es tan limitado que no puede expresar todo lo que quiere
Hipérbaton
Hipérbaton: es un desorden gramatical de las palabras en las frases |
En este poema, aparece un hipérbaton en la segunda estrofa:
“Yo quisiera escribirlo, del hombre domando el rebelde, mezquino idioma”.
Escribiéndolo de forma correcta quedaría de la siguiente manera:
“Yo quisiera escribir el himno, domando el rebelde y mezquino leguaje del hombre”.
Rima II
Paralelismos
Paralelismo: Es la repetición de frases o estructuras gramaticales. |
El paralelismo en este poema es el siguiente:
“Saeta que voladora cruza al azar”, “hoja que del árbol seca arrebata el vendaval”, “gigante ola que el viento riza y empuja”, “luz que en cercos temblorosos brilla próxima a expirar”. Pues se repite la estructura: sint. nom.+conj (que)+sint.nom.+verbo.
La visión del poeta
El poeta no piensa en el pasado ni en el futuro. Vive el momento presente sin preocuparse por lo que vendrá.
Sensorialidad
En este poema hay algunas palabras que aportan sentimiento o remarcan la intensidad que el autor intenta comunicar:
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Voladora: da esa sensación de flotabilidad. Oyendo esta palabra enseguida se visualiza alguna cosa volando, flotando, desplazándose por el aire.
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Arrojada: comunica brutalidad (sonido de la doble r y la j.
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Temblando: Transmite inestabilidad (por la unión del diptongo bl).
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Vendaval: La doble v remarca de delicadeza.
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Caer: al ser una palabra corta, aún se percibe más la visión de alguna cosa que cae; pues ese hecho es algo rápido.
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Ola: Da la sensación de grandeza.
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Riza y empuja: al igual que arrojada, se remarca cierta brutalidad.
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Mar: transmite tranquilidad.
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Luz: al momento se capta el significado.
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Brilla: la estridencia de la i, en este caso acentúa la intensidad de la palabra, pues una cosa que brilla es intensa.
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Expirar: el sonido de la x transmite el peso de la palabra.
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Yo: la exaltación del yo hace ver al lector que el poeta habla de si mismo.
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Pasos: transmite movimiento.
Rima IV
El resumen
Bécquer anuncia que, por mucho que los poetas empobrezcan (en cuanto a recursos, ideas, formas, etc.) y la lira enmudezca, habrá poesía. Quizás no haya poeta, no haya pescador pero la poesía y le pescado seguirán existiendo.
Para el poeta la poesía es lo más importante, él no sabría vivir sin ella.
Proclama la existencia de la poesía en una fórmula simple y concisa, de gran efectividad: “habrá poesía” y está reforzada por un tono admirativo.
La naturaleza, el esfuerzo de la ciencia que lucha con el misterio del universo y el amor, son los tres contenidos posibles de una poesía que se afirma en si misma.
Las anáforas
Anáfora: repetición de una o varias palabras al principio de cada verso o frase. |
Se observa el uso de la anáfora “mientras” que refuerza la comunicación de la existencia de las cosas que aún perduran.
Rima X
El tema
El tema de la rima es el amor profundo. Aparece en “rumor de besos” y se finaliza con una clara afirmación al final del último verso: “es el amor que pasa”.
Las connotaciones
Connotación: conjunto de información que transmite una palabra en su aspecto semántico |
Como un buen romántico, utiliza como connotación los signos de la naturaleza para expresar si estado anímico: “rayos de sol”, “olas de armonía”.
Las aliteraciones
Aliteración: repetición de uno o más sonidos para provocar una sensación determinada. |
Se puede apreciar la repetición del sonido “S”, para simular el viento y el sonido de la “L” para provocar lentitud.
Rima XI
La mujer que anhela
No es un amor hacia una mujer determinada, sino que se dirige a una mujer inexistente e inalcanzable. Esa mujer soñada es descrita como una mujer delicada, de rasgos nórdicos (rubia, pálida y de ojos azules). La comunicación amorosa no es directa, sino espiritual; el poeta busca la unión de las dos almas a través de rasgos un poco más superficiales como una mirada o un suspiro.
Relación con la leyenda del Rayo de luna
Manrique amaba a todas las mujeres pero sólo un instante, se cansaba de las mujeres reales, su amor por la desconocida que huye de él es imposible, nunca la alcanza, es escurridiza, él intuye pisadas pero no la llega a ver, la imagina perfecta (ojos azules, esbelta, rubia de cabellos largos), como en la rima, el joven no quiere mujeres reales, guapas, tiernas, sino que ama a un sueño, a un imposible.
Esta conclusión sugiere que a los ojos de la razón el joven estaba loco, pero en realidad al darse cuenta de que el amor perfecto es imposible recupera la sensatez.
Rimas sobre el amor esperanzado
“Una mujer hermosa, tan naturalmente hermosa que conmueve i fija el corazón del poeta, que se abre al amor, olvidándose de cuanto le rodea. La pasión es desde su principio inmensa, avasalladora, y con razón puesto que se ve correspondida, o, al menos, parece satisfecha del objeto que le inspira: una mujer hermosa, aunque sin otra buena cualidad, porque es ingrata y estúpida.”
Rimas XII XIII y XIV
Los ojos de la mujer
Los ojos de la mujer crean sentimientos en el poeta. Su color, azul o verde, le recuerda aspectos de la naturaleza. Su apreciación hacía los ojos de la mujer es doble, ya que ella cree que no son bonitos, es decir, que no les da importancia, por eso el poeta se asienta en sus ojos: su color, sus pupilas, la expresión,…
Rima XIV
Expresiones para los ojos
Se ayuda de muchos adjetivos y verbos, sobretodo comparaciones que refuerzan el sentido personal que tiene de los ojos.
Se aprecian las siguientes cualidades: “ojos que ciegan”, “las pupilas llamean, lucen y arrastran”. Y los cromatismos son verde y azul.
El hipérbaton
Consta un hipérbaton en la tercera estrofa, que es el siguiente: “de mi alcoba en el ángulo los miro desasidos fantásticos lucir”. Ordenada gramaticalmente, la frase quedaría de la siguiente manera: “en el ángulo de mi alcoba, los veo lucir, desasidos y fantásticos”.
Rima XV
La estructura
Este poema contiene dos partes (separadas por el cambio de persona) de once versos, dividido en cuatro estrofas. De rima consonante.
Las metáforas
Tú | Yo |
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Habla positivamente en la parte del tú, realzando su belleza. Por el contrario habla de un Yo negativo, incompleto; intenta dar a entender que el Tú (es decir, su amada) es demasiado bello, quizás perfecto, para el Yo (el poeta).
Rima XVI
Las anáforas y paralelismos
Las anáforas, figura retórica descrita anteriormente, son las siguientes:
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Al primer verso de cada estrofa se repite “si al…” seguido de un verbo
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Al segundo verso, se aprecia la repetición de “crees que…” (aunque en la última estrofa no aparece).
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Finalmente, al tercer verso de cada estrofa consta de “sabe que…”
En las tres estrofas se puede ves un parecido en la cuestión de estructura, tanto gramatical como de sentido.
Así, en el principio de cada estrofa (si al…) expone una situación; en el segundo verso de cada una (crees que…) continúa explicando lo que pasa, en este caso lo que cree; y, en la última parte, finaliza llegando a una conclusión (sabes que….).
Rima XVII
Conclusión del poema
Es una explosión de alegría manifestada en un poema muy corto.
Se podría comparar con todo aquello que se desea conseguir, pero que no se puede, y al seguir intentándolo, se consigue un pequeño acercamiento (quizás la luna, un gran amor,…)
Personalmente, acabaría el poema de forma que se conocieran más, es decir que se acercasen más.
Rima XXI
La opinión personal
En el primer poema (IV) expresa en qué condiciones habrá poesía y en el otro, explica qué es la poesía: tú, es su amada.
Frente a la poesía del tipo magnífica y sonora, que se engalana con todas las pompas de la lengua"; es una poesía que agrada al oído, pero que no cala, que se desvanece, hay otra que es natural, breve y seca, desnuda de artificio, que brota del alma como una chispa eléctrica, que hiere el sentimiento con una palabra y huye; que es como el sonido da un arpa que se queda vibrando y deja la frente "cargada de pensamientos sin nombre".
No hay que decir que Bécquer prefiere ese segundo tipo de poesía, por él calificada de natural, breve, seca y desnuda de artificios.
Hay que matizar esas declaraciones suyas. Ante todo, la poesía de Bécquer, bajo su aparente naturalidad, oculta un gran cuidado constructivo. No está tan "desnuda de artificios", pero éstos son sobrios y eficaces, no galas superfluas. Y cuando él la califica de seca, se está refiriendo a un tono menor casi conversacional, frente a la grandilocuencia de otros. Por lo demás, sus versos están llenos de vibraciones hondas, de ricos sentidos simbólicos.
Después de esta breve descripción de las preferencias de Bécquer, obligaría al lector a replantearse cuál de ellas es más agradable al oído, o quizás a la lectura.
Rima XXIV
La estructura
Es una rima de cinco estrofas con versos heptasílabos de rima asonante con algunos versos libres. Trata de él y su amada. El tema aparece reflejado en el último verso donde se expresa lo son sus dos almas.
Los paralelismos
En el primer verso se aprecia el siguiente esquema: “dos + nombre…”. El sentido general del poema, hace que este se divida en dos partes, la que habla de su amada y la que se define a si mismo. En cada una de ellas sigue la misma forma: los nueve primeros versos de cada parte son metáforas y el último, es una frase resaltada por las exclamaciones donde consta de quien habla (¡eso eres tú!, ¡eso soy yo!)
Los temas
Se pueden definir brevemente los temas de las metáforas con las que compara el tema general en cada estrofa:
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En la primera trata de la lengua, es decir el cuerpo humano.
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En la segunda de las notas, con ello de la música.
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La tercera hace referencia al mar, la naturaleza.
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La siguiente habla de las nubes, así de la meteorología.
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La última es en la que se ve más claramente el tema general, que son las almas de Bécquer y su amada. Es decir, del amor.
Al dar referencia a las almas, especifica que no hay nada físico, que sólo se trata de los sentimientos más profundos del autor.
Rima XXVII
Análisis
Es un poema de nueve estrofas con versos, generalmente heptasílabos y con algunos endecasílabos. De rima asonante y versos libres.
Expresado con un vocabulario sencillo y carácter popular.
Cuando está despierta se sorprende de su amada porque le produce inseguridad y al contemplarla cuando habla de derrite en sus vibrantes palabras. Al contrario, cuando está dormida, observa su dulce rostro, sus pequeños ojos dormidos. Al contemplarla, la poesía sale de él.
El estribillo es importante, pues remarca la diferencia de su visión en el momento en que ella está despierta y cuando está dormida.
Rimas sobre el desengaño amoroso
“Tarde lo conoce, cuando ya se siente engañado y descubre dentro de un pecho tan fino y suave, un corazón nido de sierpes, en el cual no hay una fibra que al amor responda. Aquí, en medio de sus dolores, llega el poeta ala desesperación.”
Rima XXXII
Hipótesis de qué pudo suceder
El autor explica que en una noche de verano, vio a su amada. En aquel momento el amor despertó en él: su hermosura lo arroyó… sintió amor a primera vista. Ignora el porque, sólo afirma que pasó.
Intenta remarcar que el amor puede surgir en el momento menos esperado y de la forma más sencilla, sin preparado, sin esperarlo…
Rima XL
Vida social
Bécquer critica la sociedad más rica, basándose en la observación de la vida social de un hombre. Afirmando que son ignorantes, que son ellos mismos los que se alejan de la sociedad, no el mismo poeta.
Bécquer era romántico, como ya se ha comentado anteriormente, y, como tal, la sociedad de la época los tenía mal vistos creyendo que se alejaban de la realidad.
El final de la relación
En la última estrofa, se ve claramente lo que siente el autor: “lo he olvidado todo”. En la vida real, Bécquer y su mujer se separaron porque ella lo engaño con otro hombre. Así, que él refleja este episodio de su vida en un poema donde expresa parte de aquel sentimiento de tristeza y a la vez, ira.
Cuando escribe “no hay máscara semejante a su rostro”, se puede entrever el porque de su desengaño. Al hablar de máscara, es decir, de un objeto irreal que intenta expresar una emoción o una cara diferente, hace comprender al lector de que la quiere pero a la vez da por acabada la relación con ella a causa de una mentira.
Rima XLI
Análisis
Es una rima de tres estrofas con cuatro versos decasílabos y el último tetrasílabo en cada una.
El paralelismo se produce en todas las estrofas, cumpliendo un orden determinado. Primero usando metáforas para definirse a si mismo y a su mujer, después para explicar lo que sucedió. Según él, su mujer intentaba destrozarlo emocionalmente, pero él seguía firme, sin dejarse llevar por las emociones, porque cree que así, ella conseguiría su propósito.
Antítesis: se basa en la existencia de dos palabras contrarias en una misma frase. |
En este poema constan una serie de antítesis que son las siguientes: huracán (fuerza) y torre (firmeza/resistencia), tú y yo, enhiesta (derecha) y vaivén (inconstante), arrollar y ceder.
Además también se pueden encontrar metáforas, que le sirven (al autor) para realzar la idea que tiene sobre él y sobre su mujer:
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Huracán: quiere resaltar la emoción de una persona que ataca, además con fuerza.
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Alta torre: remarca la resistencia que el ofrece delante su mujer.
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Océano: da entender la fuerza, libertad etc. De su mujer frente a él.
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Enhiesta roca: igual que alta torre expresa fortaleza.
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Senda estrecha: aquí se refiere a la relación que les une. Pues, al ser matrimonio están muy cercanos. Al explicar después que es evitable el choque, da a entender que es imposible que unas personas tan cercanas entre ellas, puedan evitar el hecho de enfrentarse, discutirse. No pueden ignorar lo que ocurrió.
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La anáfora volverán encabeza a un grupo de estrofas. Con ello quiere indicar un futuro casi seguro. Nadie sabe lo que pasará en un futuro, pero en cambio, Bécquer asegura que: volverán las golondrinas, las tupidas madreselvas…
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El sentido de no plenitud: Bécquer tiene una conciencia desgraciada y una gran angustia delante la vida humana. En esta rima, Bécquer está delante un convento por la noche, una hora en que no hay nadie. Está solitario, y sólo le acompañan los reptiles, búhos y los santos.
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Bécquer se siente superior al mundo y se aparta de la realidad. En este poema se demuestra en el hecho que va en el convento a la hora en que no hay nadie.
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Los paisajes de exterior se adaptan al estado de ánimo del poeta. Bécquer se siente desengañado y angustiado y por eso, en su poema, reina la noche. Y aparecen palabras como: sombras, muerto…
Femenino | Masulino |
Bécquer le atorga una gran fuerza y capacidad destructor, además de libertad. Con ello, quiere que el lector se de cuenta de todo a lo que él llega a resistir. | Es un papel que despierta una enorme resistencia. Así se da entender que la mujer intenta derrotar a Bécquer, y él sólo para el golpe, por el simple hecho no darle una satisfacción. |
Rima XII/XLIII
Una situación, una justificación
Miraba una película que hacían en la televisión. Los colores, tan alegres, aún me abatían más; no podía echarla de mi cabeza.
El otro día, Juan, vino a verme. Me contó que la vio con otro hombre, pero podría ser un amigo, un compañero de trabajo. No podía creérmelo. El caso es que esto me dejó preocupado y decidí contratar a un detective y él me lo confirmó. No sólo eran palabras, también habían pruebas.
Sentí tristeza, a la vez ira. No sabía qué hacer, cómo reaccionar ni cómo mirarla. La sentía demasiado lejos de mí. Mi piso de Gracia parecía más grande y las primeras flores ya habían salido.
Rima XLVI/XLVII/XLVIX
El sentimiento
El poeta pone sobre el papel que su mujer sonríe, que quiere arreglarlo o quizás ella no sabe que el es consciente de lo ocurrido. Bécquer no puede olvidarlo, no puede reír.
En el fondo los dos son culpables. La mujer por haberlo hecho, el hombre por no poder seguir adelante, aun querer seguir adelante no logra convencerse a si mismo. El dolor es demasiado fuerte.
Rimas sobre la angustia, la desesperanza y la muerte
“Pero cuando esta le lleva ya al punto en que se pierde toda esperanza, él se detiene espontáneamente, medita en silencio y aceptando por último su parte de dolor en el dolor común, prosigue su camino , triste, profundamente herido, pero resignado; con el corazón hecho a pedazos, pero con los ojos fijos en algo que se le revela como reminiscencia del arte, a cuyo impulso brotaron sus sentimientos.”
Rima LII
Métrica y estuctura
Es un poema de cinco estrofas, de tres versos decasílabos y uno hexasílabo cada una. Con rima, mayormente consonante y algunos versos libres.
Naturaleza i el sentimiento del poema
Durante la época del romanticismo, los paisajes de exterior y la naturaleza que aparecían en las obras, se adaptaban al estado de ánimo del autor, o bien del protagonista de la historia.
Como ya ha sido explicado con anterioridad, Bécquer pasa una época de crisis emocional, desengaño, desesperanza,… En este poema, habla de la muerte. Quiere que esta se lo lleve, en términos actuales y coloquiales, se estaría hablando del suicidio o la sensación de no encajar en este mundo.
Debido a este estado emocional, el autor define los paisajes oscuros, tétricos. Define el mar como olas que rompen playas desiertas, es decir furiosas y con gran fuerza. Un paisaje destructivo, el final de la vida.
Rima LIII
Resume y explica
Es la más popular de las rimas de Bécquer y la que, según algunos, mejor lo representa. Es paralela a la anterior, sólo que lo que allí es violencia de la naturaleza, aquí es el apacible entorno español.
Las tres primeras estrofas (encabezadas por volverán) están dirigidas al futuro predecible y las tres segundas, a la desesperanza, que se remarca en el verso que las cierra, esas no volverán.
La estructura
Este poema está formado por seis estrofas de 4 versos decasílabos y uno hexasílabo en cada una, de rima asonante. Se observa la presencia de un estribillo: esas no volverán! que es determinante al momento de leer el poema. Con ello, expresa la emoción que siente y insiste cada vez en que aquello más bello, no volverá.
Las anáforas:
Rima LXV/LXVI
Resumen
Bécquer se siente tan solo, tan frustrado y tan angustiado que desea morir y con ello, demuestra una inquietud nerviosa. Sin saber dónde ir.
Se pregunta cuestiones universales que aún no tienen respuestas ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy? Y se las responde él mismo en el final de cada estrofa, cuna y tumba. La primera estrofa pone de manifiesto la comparación de un paisaje duro, la segunda, que es donde quiere que esté su tumba, es un paisaje desolado.
Rima LXXIII
Resume
Es la rima más larga, 104 versos. El romance se refiere a una niña muerta en el 1854, cuando Bécquer tenía dieciocho años.
Es una obra fluida, interrumpida por un estribillo que se repite tres veces.
Sencilla es la descripción del entierro de una niña, en lo que, por el contexto, se piensa que era el contorno habitual del chico que iba por poeta. Él fue un testigo del suceso. Con lo que, al cabo de un tiempo, le lleva a pensar en qué ocurre con el alma después de la muerte. Él no lo sabe.
El estribillo y los interrogantes.
El estribillo es el resumen de lo que se narra, luego se medita y después se trasciende. La pieza es un ejemplo de la difícil facilidad aprendida pronto y reivindicada, en la que Bécquer es maestro, y cuyo valor poético habría percibido muy pronto.
Al cabo de un tiempo, le lleva a pensar en qué ocurre con el alma después de la muerte. Todo lo que se cuestiona, son preguntas universales, hechas por todos los seres humanos. Él no lo sabe, el no sé, es un símbolo de impotencia humana.
Rima LXX
Los elementos románticos
Los grandes temas románticos que se encuentran en este poema son los siguientes:
Rima LXXII
Casta
Casta, fue la mujer de Bécquer con quien tuvo un hijo. Ella le engañó, por eso se separaron:
“[…] Luego se casó con la hija del facultativo, Casta, con quién tuvo un hijo. Debido a su salud decidieron trasladarse a Cádiz, pero se llevaron al hermano de Gustavo Bécquer. Esto produjo que al cabo de un tiempo, Casta y Bécquer se separasen, pues Casta y el hermano de Bécquer, tuvieron una relación.”
Introducción, breve biografía.
Rima LXXIV/LXXVI
Explicación del tema
En esta rima, LXXIV, el poeta siente atracción por el misterio de la muerte. Este hecho se demuestra en que el autor evoca una tumba protegida por rejas dentro de una iglesia, sin saber quien es la enterrada.
En este poema, LXXVI, Bécquer describe el amor que siente por una mujer que no puede amar pues ella está muerta y él la vio en un templo reposar cándidamente en su tumba pero aun estando muerta su belleza persistía.
Relación con la leyenda de El Beso
Las tropas francesas entran en Toledo. Un joven oficial y sus dragones descansan en una iglesia. El oficial se despierta y ve una estatua de mujer en mármol que le enamora. Al día siguiente, el oficial se la describe a sus camaradas; estos, bastante escépticos, deciden ir a verla esa noche mientras brindan con champagne. Cuando llegan, quedan todos fascinados y se ponen a cantar, beber, pelear, bailar... todos lo pasan bien excepto el joven oficial.
Un camarada se cerciora y le dice que brinde que se lo pase bien. El joven oficial, empujado por sus compañeros, brinda por la mujer de mármol y el hombre de mármol que era su marido.
Ya borracho, el oficial habla con el hombre de mármol y le echa vino a la cara para que beba. Tras esto, decide besar a la mujer de mármol, pero cuando acercaba su cara a la pétrea, cayó al suelo sangrando por los ojos y la cara.
La única explicación que encontraron los camaradas, fue que el hombre de mármol le había asestado un mortífero golpe en la cabeza con su guante de piedra.
La única relación que se puede entrever es que tanto en la leyenda como en los poemas, Bécquer encuentra encanto en la muerte. Y, como buen romántico, se enamora de la mujer imposible: que en la rima LXXVI y la leyenda, está muerta.
Leyendas
Miserere
Miserere en latín significa ten compasión. En el ámbito religioso, el miserere es el salmo 50, que empiece con esta palabra, y se entona para que Dios perdone tus pecados.
Esta leyenda comienza con el descubrimiento, por parte de un hombre, de un libro en una abadía.
Al leer el hombre el libro, descubre en el borde de una página una palabra de la que no conocía el significado, así que le pregunta a un hombre de edad si sabía el significado de esta palabra. El anciano reconoce la palabra y le cuenta al investigador una vieja leyenda.
La leyenda decía que tiempo atrás, un hombre entró en esa abadía pidiendo cobijo y un trozo de pan. Los que por aquel entonces habitaban en dicha abadía no tuvieron problema alguno en dárselo, ya que prácticamente ese era su oficio.
En la cena, los monjes comenzaron el típico interrogatorio que se hace a un desconocido. El hombre fue contestando pacientemente a todas y cada una de sus preguntas hasta que llegaron a la de siempre, ¿a qué se dedica usted? El hombre contestó que era músico y que en esos momentos trataba de finalizar el Miserere para que el señor le perdonase todos sus pecados. Al oír esto, uno de los curas allí reunidos le dijo que su trabajo había terminado pues en un monasterio que había en las montañas se oía entonar a los curas muertos todas las noches el Miserere. El músico decidió ascender hasta aquel monasterio y tomar notas para poder finalizar la partitura. Ya se encontraba dentro cuando vio como el monasterio se reconstruía solo y los esqueletos de los monjes trepaban por la ladera de la montaña hasta colocarse en fila india para entonar la canción. El hombre atónito trató de permanecer atento a la respuesta de tantos años de trabajo, pero cuando los curas iban por el versículo 10, un gran resplandor le dejó cegado e hizo quedar inconsciente.
Cuando despertó al día siguiente, descendió la montaña hasta llegar a la abadía y allí pidió refugio para poder escribir el Miserere. Escribió todo lo que escuchó, mas cuando intentó hacer el final (sin haberlo oído), le fue imposible. Escribió gran cantidad de borradores pero no lo consiguió, fue tal su frustración que murió enloquecido.
En esta leyenda, el único elemento que aparece claramente, es el papel de la religiosidad. Durante al época del romanticismo, el sentimiento religioso fue una constante muy importante.
Maese Pérez, el organista
En la ciudad de Sevilla, la leyenda gira en torno a un pobre ciego, que es un organista que toca en la pequeña Iglesia de Santa Inés. Era un hombre que apenas tenia amigos, pero era muy apreciado por la manera de tocar el órgano, y tan bien lo hacía que hasta el arzobispo de Sevilla le pedía que cantara en las misas del gallo.
Pero cierto día, por la catedral corre un rumor de que Maese Pérez estaba muy enfermo y no podría tocar en la misa, y tendrían que encontrar un sustituto. Pero aún viendo la muerte muy próxima quiso que lo llevaran a la iglesia de Santa Inés, para poder tocar y morir en paz. Los escuchantes quedaron maravillados ante la melodía que tocaba, pero de repente, mientras el cura elevaba la sagrada forma, un fuerte ruido interrumpió la canción, y yació de esta manera Maese Pérez muerto. EL órgano seguía sonando, y finalmente quedó mudo. Nadie sabía lo que había ocurrido, y preguntando, supieron que maese Pérez acababa de morir, y su hija permanecía arrodillada a sus pies.
Por la noche, deciden que el órgano permaneciera callado por respeto a la memoria del difunto, pero se presentó un hombre, que tocaba pésimamente. En el momento en que iban a interrumpir la melodía que empezaba a sonar, pararon de golpe quedándose maravillados por la melodía que se estaba tocando.
Al salir, al nuevo organista se le pidió que tocaran la Nochebuena en la misa de la catedral, pero él dijo que quizás el año que viene porque aquel órgano era viejo.
Una mujer afirmaba que ella había oído tocar a aquél organista y que no sonaba igual que cuando tocaba en San Bartolomé, y que era igual a las canciones de maese Pérez.
Una conversación entre la abadesa y la hija del organista, descubre que la hija tiene miedo porque había visto una visión de un hombre que tocaba el órgano a la luz de una lámpara. Cuando al día siguiente comienza la misa, en el momento de la comunión, la hija llama la atención a los asistentes para que se fijen que evidentemente, el alma de maese Pérez aún permanecía allí.
Aunque en esta leyenda aparecen muchos nombres de nobles de forma puntual, el verdadero protagonista es Maese Pérez el organista.
Aparece el elemento romántico de la importancia de la religiosidad. En este poema, además de constar el ideal de los románticos de individualidad, resalta parte del tema religioso (aunque aparece en un segundo plano). Y, también aparecen las características de los lugares, que van en función del estado anímico del autor. Pues aparecen lugares oscuros.
El gnomo
La historia empieza por una petición de las muchachas, Marta y Magdalena, de escuchar una de las fascinantes historias del tío Gregorio.
Gregorio les explica que hay una extraña fuente que llevaba a las riquezas, llamado el secreto de los gnomos, y que un pastor que por equivocación había llegado a ella, descubrió tesoros y joyas, pero él sólo se limitó a buscar la salida. Las muchachas quedaron sorprendidas al saber que el hombre no había cogido ningún tesoro, y Gregorio explica que gracias al cielo, la avaricia no se apoderó del pastor y al oír la campana de Nuestra Señora de Moncayo, se dispuso a hacer una oración y salió de aquel misterioso lugar cómo si hubiera sido un sueño.
De esta manera Gregorio finalizó su historia advirtiendo a las muchachas que no perdieran el tiempo en la fuente. La noche siguiente, la curiosidad de las dos muchachas pudo con ellas y quedaron en que irían a la fuente, pero que no encontraban aquel momento oportuno, ya irían más adelante.
Un día las muchachas se acercaron a la fuente y a medida que andaban iban percibiendo rumores y ruidos, y empezaron a entender palabras que se repetían continuamente, y de esta manera las hermanas se comunicaron con el agua y con el viento. Éstos les explican quiénes son y de dónde vienen, y que tesoros esconden en ellos.
Apareció un misterioso enano que jugueteaba con el agua adentrándose en ella y saliendo. Marta le siguió con la mirada, y por un impulso, siguió tras él. El viento gritó el nombre de Magdalena y tras eso el viento se alejaba, y Magdalena siguió la ráfaga que iba por la llanura, dejando todo en silencio con el murmullo del viento y del agua.
La única característica romántica que se puede entrever, es el hecho de que la naturaleza de adapta al estado anímico del poeta. El viento misterioso y el agua, simboloizan la inseguridad del autor.
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Enviado por: | Núria |
Idioma: | catalán |
País: | España |