Literatura
Rimas y leyendas; Gustavo Adolfo Bécquer
Bécquer, Gustavo Adolfo (1836-1870).
Poeta español. Es una de las figuras más importantes del romanticismo y sus Rimas supusieron el punto de partida de la poesía moderna española.
Vida
Nació en Sevilla, hijo de un pintor y hermano de otro, Valeriano. También él mismo practicó la pintura, pero, después de quedarse huérfano y trasladarse a Madrid, en 1854, la abandonó para dedicarse exclusivamente a la literatura. No logró tener éxito y vivió en la pobreza, colaborando en periódicos de poca categoría. Posteriormente escribió en otros más importantes, donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi celda. Obtuvo un cargo muy bien pagado, en 1864, de censor oficial de novelas. Hacia 1867 escribió sus famosas Rimas y las preparaba para su publicación, pero con la Revolución de 1868 se perdió el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro, en parte de memoria. Su matrimonio, con la hija de un médico, le dio tres hijos, pero se deshizo en 1868. Bécquer, que desde 1858 estaba aquejado de una grave enfermedad, probablemente tuberculosa o venérea, se trasladó a Toledo, a casa de su hermano Valeriano. Éste murió en septiembre de 1870 y el poeta el 22 de diciembre, a los treinta y cuatro años.
Rimas
Las Rimas, una colección de setenta y seis poesías, publicadas al año siguiente con el título inicial de El libro de los gorriones, poseen una cualidad esencialmente musical y una aparente sencillez que contrasta con la sonoridad un tanto hueca del estilo de sus predecesores. Formalmente son poemas breves en versos asonantes, donde el mundo aparece como un conjunto confuso de formas invisibles y átomos silenciosos cargados de posibilidades armónicas que se materializan en visión o sonido gracias a la acción del poeta que une las formas con las ideas. Se refieren a la emoción de lo vivido, al recuerdo, a experiencias convertidas en sentimientos. También aparece el amor, el desengaño, el deseo de evasión, la desesperanza y la muerte.
Las Leyendas
Un acento poético semejante y una calidad artística nada inferior, tienen las Leyendas, título con el que se agrupan todas las narraciones en prosa de Bécquer. Se publicaron originalmente en periódicos, entre 1861 y 1863, por lo que se supone que su composición fue anterior a la mayor parte de las Rimas. Son veintidós y están escritas con un estilo vaporoso, delicado y rítmico, donde abundan las descripciones, las imágenes y las sensaciones. Revelan un aspecto importante del romanticismo literario de su autor al mostrar un interés artístico y arqueológico por la edad media, con sus templos y claustros románicos o góticos, campos sombríos y calles tenebrosas, palacios y castillos. Predomina en ellas un espíritu donde se impone lo misterioso, lo sobrenatural y mágico con historias de raíz popular en muchas ocasiones, en las que la búsqueda de lo inalcanzable suele ser su argumento central.
Bécquer también escribió teatro, adaptó obras dramáticas ligeras francesas e italianas. Colaboró en una gran obra editorial, Historias de los templos de España, de la que sólo apareció un volumen, en 1864. Y en sus Cartas literarias a una mujer, de 1860-61, expone sus puntos de vista con respecto a su poesía, que para él es "estética del sentimiento."
RIMAS
Rima I
Dice que él quisiera tener palabras de consuelo cuando las necesita, y si las tuviera saber decirlas.
Rima II
Dice que él es como un vagabundo que no sabe de donde viene, ni donde acabaría.
Rima III
Nos habla de la inspiración como algo desbordante, que no se puede detener, sin embargo nos dice que la razón es la que nos hace que nos paremos a meditar. Solo el genio es capaz de vencer a las dos.
Rima IV
Pase lo que pase siempre habrá poesía.
Rima V
Nos habla del espíritu que tiene un poeta para componer.
Rima VI
Nos cuenta como la dulce Ofelia vaga con su razón perdida.
Rima VII
Compara al genio con su arpa que esta esperando que alguien le saque lo que lleva dentro.
Rima VIII
Contemplando la naturaleza nos viene a decir que cree en Dios.
Rima IX
Nos habla de como los besos y las caricias pueden transformar las cosas.
Rima X
Nos habla de lo que siente cuando pasa por él el amor, y de lo rápido que es su gozo.
Rima XI
Lo más deseado es lo imposible.
Rima XII
Nos cuenta como a una joven no le gustan sus ojos porque son verdes.
Rima XIII
Es el canto a unos ojos azules.
Rima XIV
Se encuentra perdido por los ojos de una mujer.
Rima XV
Nos cuenta como ve a su mujer ideal.
Rima XVI
Le dice a su enamorada que siempre está pensando en ella.
Rima XVII
Por solo mirarle su enamorada cree en Dios.
Rima XVIII
Se encuentra muy a gusto con su amada, y dice que así se quedaría para siempre.
Rima XIX
Su amada le parece una azucena llena de pureza.
Rima XX
El alma que puede hablar con los ojos, puede besar con la mirada.
Rima XXI
Le dice a su amada que ella es poesía.
Rima XXII
¿Como puede vivir una flor junto al fuego del corazón? ¿No se quema?
Rima XXIII
Por una beso de su amada daría la vida.
Rima XXIV
Habla de como dos personas se funden en una sola.
Rima XXV
Lo daría todo por saber lo que piensa su amada.
Rima XXVI
Vale el que tiene dinero y no el que tiene genio se piensa en esta vida.
Rima XXVII
Le gusta mirar a su amada cuando duerme, y vigila su sueño.
Rima XXVIII
Se pregunta si está soñando o es verdad lo que siente.
Rima XXIX
Como se fundió con su amada en un beso.
Rima XXX
Habla de arrepentimiento, de porqué no se dicen las cosas en su momento.
Rima XXXI
El perdedor de la historia de amor fue él.
Rima XXXII
Habla de como encontró a su amor.
Rima XXXIII
Nunca se dirán quien es el culpable de la ruptura, ni por qué.
Rima XXXIV
Una cosa es lo que parece y otra lo que se es.
Rima XXXV
No se dio cuenta de como él era.
Rima XXXVI
Todavía quiere a su amada, y si ella volviera, él estaría dispuesto a olvidarlo todo.
Rima XXXVII
Él moriría antes que ella y allí la esperaría para hablar lo que han callado.
Rima XXXVIII
Se pregunta donde va el amor cuando se olvida.
Rima XXXIX
Sabe que su amada es mala pero la quiere.
Rima XL
Después del romance que han vivido, al encontrarse pasado el tiempo, ella no sabe si lo conoce o no. Él dice que es una falsa.
Rima XLI
No pudo ser su amor por ser los dos muy orgullosos.
Rima XLII
Un amigo le da una mala noticia, sintió ganas de matarle pero le tuvo que dar las gracias.
Rima XLIII
En una mala noche de sufrimiento se puede envejecer.
Rima XLIV
Le dice a su amada que no le de vergüenza de llorar y de reconocer que le ha querido.
Rima XLV
Se lamenta de que su amada ya no le quiera.
Rima XLVI
La pérdida de su amor le ha dejado una profunda pena, mientras que a ella no.
Rima XLVII
El dolor y la pena que siente son muy hondos y muy negros.
Rima XLVIII
No puede olvidarse de ella, aunque lo intenta por todos los medios.
Rima XLIX
Se pregunta si ella finge como finge él cuando se encuentran, dirigiéndose una sonrisa.
Rima L
Sacrificaron su amor a un fantasma de la mente.
Rima LI
Daría lo mejor de su vida por saber lo que su amada ha pensado de él a solas.
Rima LII
El poeta sufre con sus recuerdos y no quiere quedarse solo con ellos, quiere perder la memoria.
Rima LIII
El poeta le dice a su amada que volverá a verlo y a decirlo todo, pero como él la ha amado nunca la amarán.
Rima LIV
Los dos suspiran al recordar el pasado.
Rima LV
El poeta vive con sus recuerdos que unas veces son alegres y otras tristes.
Rima LVI
Nos habla de la rutina de cada día y a veces hecha de menos sufrir.
Rima LVII
Dice que ha vivido muy intensamente y aunque ya muriera no podría decir que no había vivido.
Rima LVIII
Lo importante es el momento, mañana no se sabe lo que pasará.
Rima LIX
Habla de la experiencia, de que ojalá se tuviera la experiencia de joven y no de viejo.
Rima LV
Su vida es un manojo de males.
Rima LXI
Pregunta quién estaría con él en sus últimos días, y quién se acordará de él cuando muera.
Rima LXII
Habla del amanecer y de ¿cuando amanecerá en su altura?
Rima LXIII
Quiere deshacerse de los recuerdos pero ellos le atormecen.
Rima LXIV
No hay nada eterno, ni el amor ni el sufrimiento.
Rima LXV
Habla de la soledad, de como se siente a veces tan solo aunque haya gente a su lado.
Rima LXVI
Se pregunta quién es y a donde va y si alguien le recordará.
Rima LXVII
Que pena que para ser felices no nos baste con las maravillas de la naturaleza.
Rima LXVIII
Aunque sufre al soñar, se alegra porque aún es capaz de emocionarse.
Rima LXIX
La vida es un sueño, despertar es morir.
Rima LXX
Habla de él como si fuera un alma en pena.
Rima LXXI
Ha dormido intranquilo, y al despertar se pregunta si ha muerto algún ser querido.
Rima LXXII
Habla del amor, de la gloria y de la importancia de la libertad.
Rima LXXIII
Un canto a la soledad de los muertos.
Rima LXXIV
Sólo Dios sabe lo que hay dentro de cada alma.
Rima LXXV
Queremos conocer muchas cosas que en realidad no conocemos.
Rima LXXVI
Contemplando la muerte destaca su amor callado y su sueño tan tranquilo.
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LEYENDAS
EL BESO:
Personajes:
Capitán: Es el protagonista principal de la leyenda. Al principio da la impresión de ser una buena y respetuosa persona, pero a lo largo de la leyenda, y sobretodo en el desenlace nos demuestra que no.
Dama de mármol: Es una protagonista aunque no se mueva, pues es la esencia de la leyenda.
Guerrero de mármol: Es el marido de la Dama de mármol, y aunque no es tan importante como la Dama, su papel es imprescindible en la leyenda.
Datos: Fue publicada en La América, en Madrid, el 27 de agosto de 1863.
Tiempo y espacio: Bécquer sitúa el relato en tiempos de la invasión francesa de Napoleón en España., Toledo concretamente.
Argumento:
El ejército francés avanza por España. Cada vez era mayor el número de pueblos y ciudades que habían sido batalladas. Un batallón llega a la ciudad de Toledo, y se instala en una iglesia medio derruida a pasar las noches en la ciudad, pues todos lo sitios donde se podían haber hospedado estaban llenos. Por la mañana los comandantes, oficiales y el capitán hablaban entre ellos, contándose como habían pasado la noche. El capitán estaba hablando con dos oficiales, y entonces fue cuando le contó la historia.
Esa noche cuando estaba dormido un gran ruido le despertó, era una campanada de la iglesia, mientras me intentaba volver a dormir, observé el altar, y entonces fue cuando vi la silueta de una mujer de blanco. Era como siempre había soñado.
El capitán seguía contando la historia a sus camaradas, y estos muy atentos preguntaron que si había hablado con ella, pero éste contestó que no, pues era de mármol. Los compañeros no se creían ni una de las palabras que decía el capitán, y entre burlas decidieron ir a ver la estatua de mármol. Junto a la estatua de la mujer está la de su marido, un guerrero. Al llegar la noche, los oficiales junto el capitán y más compañero subieron hasta la iglesia. Allí bebieron unas botellas de vino y contemplaron la belleza de la estatua. El capitán se acerca a la estatua del marido de la dama, y por causa de la gran borrachera que le había causado el exceso de vino, éste le tiró la copa de vino a la cara, burlándose de él. Un camarada suyo le avisó de que con las estatuas no se deben jugar, y menos cuando simbolizan a un muerto; pero el capitán no hizo caso a los consejos de su compañero e intento acercase a la mujer de mármol. Cuando consiguió llegar bien hasta ella, intentó besarla, entonces se escuchó un inmenso grito en todo el templo y se vio caer al capitán sangrando por la nariz, por la boca e incluso por los ojos. Los compañeros del capitán aseguran haber visto al guerrero de mármol golpear la cara del capitán al ver que se acercaba a besar a su mujer.
Opinión personal: Es una leyenda muy buena. Se hace una mezcla muy buena, lo cual hace que salga una leyenda espectacular.
EL RAYO DE LUNA:
Personajes:
Un joven: llamado Manrique; era noble y había nacido entre el estruendo de las armas, amaba la soledad muchísimo, era poeta.
Su madre: aparece muy poco en la leyenda.
Sus servidores: como la madre no hacen mucha presencia.
Una mujer blanca: después denominada como el rayo de luna.
Datos: Fue publicada en El Contemporáneo, Madrid, 12 y 13 de febrero de 1862. Es una leyenda Soriana.
Tiempo y espacio: La acción ocurre en la Edad Media, la sitúa en Soria.
Argumento:
La leyenda nos cuenta la historia de un joven que amaba la soledad, creía en los espíritus del fuego de mil colores, se podía tirar una tarde entera mirando las llamas del fuego; pero no sólo creía en los espíritus del fuego, creía también que entre los musgos de las fuentes, el agua, los lagos habitaban pequeñas mujeres bellísimas, sílfides u ondinas; en todas partes, en el aire, en las nubes, en los bosques, en todos los sitios sentía en murmullo de seres sobrenaturales. Soñaba con amar, pero pensaba que el nunca lo podría sentirlo, pues su destino era soñarlo.
Era una noche de verano, templada, llena de perfumes y de rumores, Manrique había estado observando la ciudad, al ver la hermosura de la noche empezó a deambular fascinados por los encantos que a su alrededor flotaban. Empezó a caminar hasta que escuchó un grito leve, ahogado, un grito de sorpresa y a la vez de terror; y un segundo más tarde observó una cosa blanca flotar y desaparecer. Había visto a una mujer que se ocultaba tras el follaje, al ver su silueta no pudo contener sus sentimientos y se enamora desesperadamente. Llegó a hasta el punto de verla correr entre los matorrales, de creer que tenía alas en los pies y por eso no podía divisar sus huellas. Empezó a correr por el bosque en busca de la mujer, pero no la encontraba por ninguna parte; él sin embargo escuchaba el sonido que causaban sus pisadas, el sonido que causaba su traje al rozar con las hojas del suelo, incluso la escuchó hablar. Y empezó a correr en la dirección en la que la había escuchado, su obsesión por conseguirla lo llevaban a ver sus huellas en la arena del bosque. Después de un largo recorrido sin saber nada de la mujer, decidió subir hasta la ermita que se alzaba en la cumbre de la colina, desde allí observó a ver si sus ojos percibían algo perteneciente a aquella mujer que lo había vuelto loco; éste divisó un barco que navegaba por él río Duero y creyó ver una silueta blanca en el interior de la barca, empezó a correr mientras se quitaba la ropa para poder coger más velocidad, corrió hasta llegar a Soria, pero llegó tarde, pues el barco se encontraba vacío. Empezó a caminar por las calles de Soria en busca de la mujer, llegó a un viejo castillo donde observó una luz dentro de la casa, pensó que esa luz era causada por la mujer que tanto deseaba, aguardo en la puerta de la casa toda la noche, hasta que al amanecer salió un hombre por la puerta principal. Manrique fue corriendo hacia el hombre, al legar a su lado Manrique empezó a preguntarle sobre la mujer, de donde venía, cual era su nombre, su estado; pero el hombre le interrumpió diciendo que en el castillo no vivía ninguna mujer, entonces le preguntó por la luz que salía de la habitación, el hombre le contesto diciendo que era la luz de la lámpara, pues su Señor la dejaba encendida por las noches.
No se daba por vencido, seguía queriendo conocerla, encontrarla. Su obsesión hizo que empezara a imaginarse como serían sus ojos, su pelo. Creía que la había visto, que la había oído, que la amaba. Al cabo de dos meses que ya Manrique se había desengañado, se formaba castillos en el aire, buscaba a la mujer en vano... una noche salió a pasear, la noche era muy bellas, era serena y hermosa, cuando iba caminando de sus labios salió un grito de júbilo, había visto flotar y desaparecer, el extremo del traje de su mujer. Corre en su busca, corre hasta el sitio donde la ha visto desaparecer, pero al llegar aquí se queda observando el suelo un momento, entonces su cuerpo empieza a temblar y una carcajada sonora, terrible rompe el silencio de la noche; aquella cosa blanca que flotaba y desaparecía había brillado a sus pies. La verdad le causo un gran dolor, pues pensaba que era una mujer, y ese día se dio cuenta de que era un rayo de luna que entraba entre las hojas de los árboles cuando estos se movían.
Después de varios años, Manrique no prestaba atención a nadie, ni a su madre ni a sus servidores, no quería estar con nadie, lo único que pedía era que lo dejaran solo; pues para el todo era un rayo de luna.
EL MISERERE:
Personajes:
Romero: Un hombre que había sido músico, un buscador de misereres.
Monjes: nos hablan de dos monjes en la historia, unos son los monjes que acogen al romero, y otros los que se aparecen el monasterio.
Narrador: Realmente existen varios narradores en esta historia, pues el viejecillo narra una historia al narrador, y dentro de su narración el romero y un hombre del cual no se sabe el nombre, narran una historia. Pero el verdadero narrador es el chico que ama ver partituras.
Datos: fue publicada en el Contemporáneo, en Madrid, el 17 de Abril de 1862. Es una leyenda religiosa
Tiempo y espacio: La leyenda no esta fijada cronológicamente, tampoco se indica el tiempo aunque todo tenga un aire medieval.
Argumento:
Al narrador le encanta ver las partituras de las óperas, aunque no las entiende nunca. Una vez viendo una que se le acercó una persona mayor y le contó una leyenda sobre el miserere que tenía en las manos. La leyenda trataba sobre un romero que era músico, llegó a una abadía en una noche lluviosa y pidió cobijo, un amable hombre se lo dio. El hombre empezó a charlar con el romero y le preguntó que hacía por aquellos lugares, éste le contestó que el había sido músico en su país, y que había utilizado la música para mal, por lo cual después de haber leído un miserere, entendió que tenía que buscar algo que le inspirara para poder escribir uno, para poder tallar sus sentimientos en una partitura y así obtener el perdón de Dios. Mientras contaba la historia un grupo de personas, habitantes del pueblo, se habían sentado a escucharlo, él comentaba que había escuchado todos los misereres del mundo, en esos momentos un hombre que estaba allí sentado le habló sobre el Miserere de la Montaña; el romero muy asombrado pues no conocía de su existencia le hizo hablar más de él. El buen hombre le contó la historia: al lado de esta abadía hay un a montaña donde están las ruinas de un monasterio, éste pertenecía a un hombre, el cual en su muerte iba a dejarle sus castillos y monasterios a su hijo, pero no ocurrió así, el monasterio que había encima de la montaña no se lo heredó, si no que lo hizo entrega a los monjes que allí habitaban. Su hijo colérico junto a un grupo de amigos, fueron una noche mientras los monjes cantaban y prendieron fuego a el monasterio. Estos huyeron, pero los monjes no pudieron evitar las llamas, murieron. No se volvió a saber nada del joven.
De ahí nace un río, el río que riega la abadía. La historia se ha transmitido durante siglos, y esta dice: cada jueves Santo por la noche se ven dentro de las ruinas del monasterio luces y se oyen los cantos de los monjes. En cuanto terminó el hombre de contar la leyenda, el romero se puso de pie y preguntó como podía llegar hasta el monasterio. Cuando llegó allí, lo único que observó fue el agua correr entre las grietas de las ruinas, el sonido que causaban los reptiles, el sonido que causaba el aire y una serie de ruidos que le sonaban muy conocidos. Después de esperar empezó a sonar una campana, y en el monasterio No había ni reloj ni campana, por lo cual le empezó a entrar miedo, notó como el monasterio se iba iluminando poco a poco, y empezó a escuchar unos pequeños cantos, al principio eran muy leves, pero poco a poco se fueron haciendo más fuertes. El monasterio empezó a construirse, y entonces fue cuando vio a los esqueletos de los monjes. Estos se pusieron a cantar el miserere, entonces sus carnes volvieron a cubrir los esqueletos, y la cúpula del monasterio se abrió dando paso a un cielo azul donde los arcángeles, los ángeles y los serafines acompañaban el canto de los monjes. En este punto la claridad cegó los ojos del romero, sus oídos empezaron a escuchar un zumbido y cayó inconsciente. Cuando se despertó bajo al pueblo, allí todo el mundo le pregunto que si había visto algo, éste contestó que sí, pero a su vez pidió un alojamiento, y pan para una gran temporada, él a cambio entregará al pueblo un miserere precioso, pues había encontrado la inspiración después de su vivencia.
Durante mucho tiempo estuvo escribiendo el miserere, sus ojos radiaban inspiración y felicidad; estaba obsesionado con ello, pero un día la inspiración se acabó, no recordaba las notas que había escuchado en el monasterio, nada podía imitar a aquella melodía; al no conseguir nada que se pareciese, dejó de comer, de dormir y entró en enfermedad, se volvió loco y al final murió. Todavía se conserva allí en el miserere, como algo que pertenece a la abadía.
Cuando el hombre terminó de contarle la historia al narrador, este nos comenta que hubiera dado todo por haber podido leer el final, aunque no hubiera entendido nada.
Opinión personal: No ha estado mal, aunque otras leyendas están mucho mejor, su vocabulario no tiene mucha dificultad, y nos cuenta una historia bastante entretenida.
MAESE PÉREZ EL ORGANISTA
Personajes:
Maese Pérez el organista: es el protagonista. Es un hombre muy mayor que ronda la muerte. Es ciego, aunque eso no es un gran problema para él. Toca el órgano, y se le considera una bellísima persona.
Hija Maese Pérez: no hace mucha aparición en la leyenda, pero nos la describen como una chica joven, que ama mucho a su padre.
Datos: fue publicada en el Contemporáneo, en Madrid, el 27 y 29 de Diciembre de 1861. Es una leyenda Sevillana.
Tiempo y espacio: En el siglo de oro, en Sevilla.
Argumento:
Nos cuenta la historia de un hombre ya muy anciano, con una edad aproximada a los 75 años, éste tocaba el piano en la iglesia de Santa Inés. Tocaba el piano, como nadie lo había hecho antes; el arte lo heredó de su padre, pues al fallecer le dejo su piano, y Maese Pérez decidió seguir sus pasos. Todo el mundo lo conocía además de por tocar el piano, por lo bueno que era; y todo el mundo opinaba igual, que tendría un pedazo de cielo allá arriba. Solía tocar el piano en Nochebuena, pues significaba mucho esa noche para él. Era ciego, pero sabía que un día conseguiría ver, un día vería a Dios.
Al llegar la Nochebuena, todo el mundo esperaba impaciente a que Maese Pérez apareciera para que la misa comenzara, pero éste tardaba mucho, lo cual hizo que el arzobispo y las personas allí presentes se impacientaran. Mandaron a un hombre a su casa para que le informaran, y le dijeron algo que no gusto nada al público: Maese Pérez estaba muy enfermo, la gente sintió una gran tristeza, pero otro hombre dijo que él tocaría el piano en su ausencia, a la gente no le hizo mucha gracia, pues era un pianista muy envidioso, el cual se había alegrado de que Maese Pérez se hubiera puesto enfermo; pero no le dio tiempo a más, pues de repente por la puerta apareció Maese, muy pálido y enfermo, pero le dio la orden a los médicos y a sus familiares de que quería tocar, que esa noche y aquel piano eran todo en su vida, a si que no tuvieron más remedio que llevarlo. La misa comenzó con toda tranquilidad, entonces llegó el momento de la hostia consagrada; el Maese empezó a tocar, todo el mundo guardaba la respiración para que se le escuchara con toda claridad. A la hora en que el arzobispo iba a tomar la hostia, se escuchó el grito de una mujer; todo el mundo miraba hacia atrás en busca de su lugar de preferencia, pero no se veía nada; en esos instantes subió un hombre a ver al Maese, éste descubrió que la que había gritado era su hija, pues su padre había muerto.
Al año siguiente se tenía pensado aguardar en silencio al piano, por respeto al Maese Pérez, pero las autoridades decidieron que fueran el pianista que el año anterior había intentado sustituir al Maese Pérez el que tocara este año. La gente no estaba muy conforme, por lo que habían decidido que a la hora en la que se pusiese a tocar empezarían a hacer ruido para que no se le pudiera escuchar. Y así ocurrió, pero igual que empezaron acabaron, pues aquellos acordes que salían del piano eran indescriptibles, la gente lo alabó, pero no todo el mundo creía que el hubiera sido el que tocaba el piano.
Al cabo de un año, le ofrecieron que tocara en la catedral, él cual lo hizo sin ninguna duda. La iglesia de Santa Inés estaba casi vacía, pero en ella se encontraban la hija del Maese Pérez y la abadesa del convento de Santa Inés. La abadesa le dijo a la hija del Maese que tocara en aquella noche tan especial, pero ésta tenía miedo, pues la noche anterior había venido a ensayar para rendirle homenaje a su padre, al entrar en el convento dice que empezaron a sonar las campanadas de un reloj, pero que no pararon en todo el rato que estuvo allí. Le contaba que subió a la sala donde estaba el piano y que allí estaba su padre tocando. La mujer que dio ánimos, y ella subió. La misa transcurría hasta que empezó a sonar el piano, a continuación se escuchó un grito estremecedor, todo el mundo subió hasta la sala donde estaba la hija del Maese Pérez llorando, entonces dijo: mirar, es él. No se veía a nadie, pero el piano sonaba sólo. Al día siguiente cuando el obispo se enteró se arrepintió mucho de haber estado en la catedral, pues el otro pianista dio un espectáculo horrible, y sobretodo porque le hubiera gustado presenciar el portento.
Opinión personal: es una buena historia, aunque el problema está en que cuenta la historia con unas palabras muy técnicas, que suelen ser difíciles de entender; aunque realmente el problema viene al ver que en el diccionario no parecen, lo que hace que no te enteres bien de alguna parte de la leyenda. En general la historia esta bien, pues es entretenida y fantástica.
ESTRUCTURA
El libro esta compuesto de 387 páginas. Hasta la 168 de 76 rimas, y desde la 169 hasta la 332 de 7 leyendas. Las páginas restantes son de documentación complementaria y taller de lectura.
Es necesario resaltar que cada leyenda esta situada en un lugar y época diferentes, como he citado anteriormente. Utiliza un lenguaje culto (formal), para el lector a veces puede resultar difícil de entender.
VOCABULARIO
1- Portento: Persona o cosa que tiene dotes extraordinarias.
2- Embozar: Cubrir el rostro por la parte superior con una pieza de vestir.
3- Cintarazo: Golpe dado de plano con la espalda.
4- Disensión: Contienda, riña, disputa.
5- Columbrar: Atisbar, vislumbrar.
6- Usura: Infracción que se comete al prestar dinero a un interés excesivo o en condiciones leoninas, o al suponer recibida mayor cantidad de la realmente entregada.
7- Atrio: Espacio cubierto que sirve de acceso a algunos templos, palacios o casas.
8- Profusión: Abundancia excesiva.
9- Bruñido: Acción y efecto de bruñir un metal. Pulir la superficie para dar un aspecto
brillante.
10- Estoque: Espada estrecha con la que sólo se puede herir de punta, utilizada en los siglos XV y XVI.
FICHA BIBLIOGRÁFICA.
Autor: Gustavo Adolfo Bécquer.
Título: Rimas y leyendas
Editorial: Espasa Calpe.
Colección: Austral.
Lugar y fecha de edición: M-34412-2003
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Enviado por: | Carnelius |
Idioma: | castellano |
País: | España |