Religión y Creencias
Retiro Espiritual para niños adolescentes
INTRODUCCIÓN
Nuestra Iglesia, como una forma de promover la cultura evangelizadora de nuestro mundo cristiano, nos conduce a un sinnúmero de experiencias de Dios que nos llevan a la conversión de nuestras vidas.
Sin embargo, esta dimensión religiosa que nos lleva la educación de la Fe, se ha venido entregando constantemente a los niños en la Catequesis para su Primera Comunión en la Catequesis de Confirmación, Encuentros Juveniles, Encuentros de Padres, entre otros.
Dada esta situación, como educador y agente pastoral, nace mi preocupación por aquellos niños que realizan su Primera Comunión y que tienen que esperar cinco años, aproximadamente, para integrarse nuevamente a un grupo y compartir un momento de encuentro con el Señor. Por lo mismo, conociendo la realidad de la ciudad en que vivo, he preparado este retiro espiritual para niños de 7° y 8° básico, principalmente para dos escuelas que no tienen una integrada formación valórica y religiosa.
Este servicio será entregado por mi comunidad juvenil, compuesta por quince jóvenes con edades relativas y que están en constante servicio pastoral, tanto en sus diferentes unidades educativas, como en nuestra Parroquia.
El objetivo principal de este retiro, es anunciar el Evangelio en el sistema escolar, favoreciendo el protagonismo de los niños, escuchándolos y estimulándolos a la exploración interna de su persona. Este camino de preparación para un encuentro con Jesús, será alimentado con una visión realista, esperanzadora y positiva del mundo, donde la oración y el canto tendrán el lugar más importante dentro de cada momento.
Finalmente, como un desafío a esta propuesta de Retiro Espiritual, quiero apoya humildemente este trabajo catequístico, con reflexiones y sugerencias metodológicas propias, además de algunos contenidos y materiales esenciales para su normal desarrollo.
RETIRO ESPIRITUAL
FECHA : Marzo de 2004.
DÍA : Sábado.
HORARIO : 09:00 a 18:00 horas.
Material para el Encuentro:
1. ALTAR:
- Mesa
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Mantel blanco
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Cirio
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Flores
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Imagen de Jesús y una Cruz de madera
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Biblia
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Otros.
2. MESA DE COORDINADORES:
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Carpeta para la oración personal
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Horarios de organización
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Equipo de Música
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Micrófonos y Amplificación
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Cassettes y C.D. para meditación
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Plumones
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Papelógrafos
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Solapines o distintivos
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Alfileres
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Velas
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Lápices
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Biblias o Nuevos Testamentos
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Hojas en blanco
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Signos
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Otros.
3. MINISTERIO DE MÚSICA:
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Hojas de canto
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Guitarras
4. EQUIPO DE SERVICIO:
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Papel higiénico
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Utensilios de aseo
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Utensilios de cocina
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Alimentos
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Otros.
Carpeta para la Oración personal:
1. Portada sugerente con el tema del retiro espiritual.
2. Textos del Evangelio que se van a utilizar.
3. Preguntas para la reflexión personal.
4. Preguntas para compartir en grupo.
5. Preguntas para el compartir general.
6. Una pequeña reflexión de cada Lectura Bíblica.
7. Una pauta de ayuda para realizar la oración personal.
8. Textos y oraciones para la reflexión.
9. Objetivos, contenidos, estrategias metodológicas y evaluación.
10. Otros.
Destinatarios:
1. Niños y niñas de 11 a 14 años.
2. Jornada para cursos de 7° y 8° de educación general básica.
3. Escuela Río Negro y Escuela Andrew Jackson (ambas de Río Negro).
TIEMPO DE ACOGIDA:
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OBJETIVO:
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Facilitar que cada uno de los niños participe activamente en forma dinámica, atractiva y creativa.
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ACOGIDA:
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Cantos y juegos de entretención a medida que los niños van llegando.
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Entrega de distintivos y de algunos materiales que se van a utilizar.
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Se forman los grupos a cargo de un Asesor del equipo.
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MOTIVACIÓN:
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Se invita a los niños a colocarse cómodos y en actitud de escucha.
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Se les da la bienvenida, acompañado de una oración (ANEXO I).
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Se presenta el equipo de trabajo.
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Se leen algunas reglas o normas para compartir.
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Se les invita a guardar silencio y a cerrar sus ojos para la reflexión persona.
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Se acompaña el momento con música de meditación.
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Se lee un cuento (ANEXO II) para introducirlos en una relajación más profunda.
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COMPARTIR:
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¿Quién eres?
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¿De dónde eres?
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¿Qué esperas encontrar en este Retiro Espiritual?
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¿Quién es Jesús para ti?
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En relación al cuento, ¿con qué árbol te sientes identificado y por qué?
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REFLEXIÓN:
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¿Quién eres tú? (ANEXO III).
TIEMPO DE ESCUCHA:
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OBJETIVO:
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Descubrir a Jesús como modelo de vida y fuente de salvación.
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LECTURA DE LA PALABRA:
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Preparar a los niños para oír el Evangelio.
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Canción adecuada para el Evangelio (canto N°4).
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Un niño hace lectura del Evangelio: Juan 8, 12-19.
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Aclamación al Evangelio (canto N°5).
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MOTIVACIÓN:
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Se invita a los niños a leer los siguientes textos del Evangelios según san Juan, para preguntarle a Jesús ¿quién es realmente?.
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Textos: Juan 6, 35 Juan 7,38 Juan 8,12
Juan 8,23 Juan 9,5 Juan 10,11
Juan 11,25-26 Juan 14, 6-7 Juan 15,1
Juan 15,5 Juan 18,37
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Cada grupo elegirá un delegado o Secretario que se encargará de anotar lo que Jesús les ha respondido a través de estos textos. Para esto, utilizarán un papelógrafo por grupo y sus plumones correspondientes.
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Posteriormente, elegirán un nombre para su grupo e inventarán un canto o representación que los identifique.
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COMPARTIR:
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Cada grupo pasará a presentar su trabajo realizado.
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Justificarán el porqué le dieron el nombre a su grupo y presentarán su actuación o canción correspondiente.
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REFLEXIÓN :
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Conocer a Jesús, es tener plena confianza en Dios (ANEXO IV).
TIEMPO DE COMPARTIR:
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OBJETIVO:
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Favorecer un ambiente comunicativo y expresivo a través del diálogo, la representación mímica y el juego compartido.
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MOTIVACIÓN:
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Se colocan todas las sillas en semicírculo, dejando un espacio en el centro del salón.
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Se pide a los niños que nuevamente adopten una posición de escucha y que vayan cerrando sus ojos lentamente.
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Con acompañamiento de música ambiental, se lee el texto de reflexión personal: “Dios me ama” (ANEXO V).
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Miembros del equipo, con un trabajo preparado con anticipación, harán una representación mímica en donde la oración, sea el tema principal.
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Los niños observarán con atención lo que la representación les quiere decir y, posteriormente, pasarán a compartir voluntariamente sus percepciones.
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COMPARTIR GENERAL:
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¿Qué viste en la representación?
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¿Qué te quiere decir Jesús a través de ella?
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¿Haces oración?
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¿Cómo y en qué momento haces oración?
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RECREACIÓN:
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Se realiza el juego de los números.
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Cada asesor le asignará a los niños un número del 1 al 5.
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Posteriormente, el Coordinador de la mesa, invitará a que se reúnan todos los números semejantes.
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Una vez reunidos los grupos, se les darán preguntar para compartir.
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PREGUNTAS PARA COMPARTIR:
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¿Cuál es tu hobby favorito?
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¿Cuál es tu deporte favorito?
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¿Cuál es tu música favorita?
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¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres?
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ORACIÓN:
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“Señor, enséñame a rezar” (ANEXO VI).
TIEMPO DE ENVÍO:
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OBJETIVO:
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Favorecer, a través de la celebración de la Santa Misa, un momento de reconciliación con Jesús, el cual nos invita a salir a su encuentro y a seguir sus pasos.
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MOTIVACIÓN:
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Cada grupo, ayudado por su Asesor, asumirá un compromiso personal, el cual será anotado en un papel individual.
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Posteriormente, estos compromisos serán entregados como ofrenda a los pies de la Cruz de Jesús.
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El Ministerio de Música reparte las hojas de canto y se anuncia el inicio de la celebración, cantando en el N°1.
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COMPARTIR:
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Una vez finalizada la Homilía, el Asesor Espiritual o Diácono celebrante, invita a los niños a compartir.
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Voluntariamente, pasarán adelante y contarán su experiencia personal durante este Retiro Espiritual.
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BENDICIÓN:
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Se invita a los niños a tomarse de las manos para la bendición final.
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El celebrante los envía a anunciar el mensaje que Jesús les ha traído hoy y a cumplir con sus compromisos adquiridos.
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Se hace una oración a la Virgen María y se culmina con el canto final.
CONCLUSIÓN
He terminado con esta propuesta de Retiro Espiritual para niños adolescentes. Un trabajo pastoral que desde hace mucho tiempo he querido hacer, pero que nunca me di el tiempo necesario para llevarlo a un formato y presentarlo a mi Asesor Espiritual como un proyecto de formación valórica y cristiana.
Afortunadamente, cuento con un magnífico grupo de amigos, entre liceanos y universitarios, que siempre estamos dispuestos a hacer cosas nuevas como un servicio a nuestra Parroquia de Río Negro, ya que siempre hemos contado con el apoyo de nuestro Sacerdote.
Tal vez, los contenidos aquí presentados, no abarcan las necesidades de los niños en su totalidad. También es cierto que son muchas las técnicas metodológicas que podría emplear y que, seguramente, las aplicaría acorde a la realidad que viven los niños de estos medios educacionales.
Este esquema de Retiro Espiritual, puede abarcar el inicio de una sesión, la cual podría dar paso a cuatro o cinco encuentros posteriores, facilitando la formación de crecimiento espiritual de los niños, de mi equipo de trabajo, y la mía propiamente tal.
Finalmente, puedo decir que la elaboración de este trabajo ha sido muy significativo para mi aprendizaje como Educador, y como una experiencia de Fe para mi madurez humana y realización personal.
(ANEXO VI)
“Señor, enséñame a rezar”
Estoy iniciando un tiempo de retiro, de silencio, y lo primero es pedir al Señor que me enseñe a orar... y orar, es como conversar con alguien al que le tengo confianza, es conversar con un amigo que de verdad ME CONOCE y ME AMA.
Procuro serenarme... tranquilizarme, respiro profundo... me relajo.
Me pongo en la presencia de Dios... tomo conciencia de que estoy delante de ALGUIEN, no delante de un tema de oración, ni delante de una hoja, ni de un libro, ni ante una obligación difícil o una tarea forzosa... y sentado o de rodillas, según lo que más me ayude, procuro hacer este acto de simple Fe: ME PONGO EN LA PRESENCIA DE DIOS... es ponerme en presencia de alguien que ya está aquí.
Recuerdo que Dios está conmigo, caigo en la cuenta de que no estoy solo, aunque pueda tal vez, sentirme así, NO ESTOY SOLO... Dios y el Espíritu Santo están conmigo.
Pido lo que más quiero obtener en la oración... SEÑOR, ENSÉÑAME A ORAR, DAME TU ESPÍRITU SANTO PARA ESCUCHAR TU VOZ.
Leo lentamente, sin apuro, alguna reflexión... me voy quedando en lo que más me gusta, me llega y repito la frase que me da más paz y consuelo...
Converso con el Señor y miro mi vida... y siento que me amaba desde el seno de mi Madre.
Termino mi oración, dando gracias por lo recibido... anoto en mi cuaderno lo que más me llegó. Rezo el Padre Nuestro, pidiendo la protección de los que vivimos este Retiro Espiritual.
(ANEXO III)
¿Quién eres tú?
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Hoy Jesús te invita a encontrarte con Él a través de su Evangelio; en Él encontrarás las respuestas a tus interrogantes. Es Él quien te invita a descubrir el tesoro escondido o la perla preciosa, o el manantial fresco y profundo, o la raíz de nuestro árbol, o la roca en donde se levanta nuestra casa.
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Encontrarte con Jesús, es abrir los ojos a Él, es escucharlo, acercarse a Él, abrazarlo con fuerza en la Fe, llevar a nuestro estilo de vida el estilo de Él.
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Encontrar a Jesús, es encontrarse consigo mismo, es mirarle y mirarme, oírle y escucharme dentro, es dejarse llenar el corazón del amor y la ternura que Él te quiere dar.
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Descubre que Jesucristo es de ayer, de hoy y de siempre...
(ANEXO IV)
CONOCER A JESÚS, ES TENER PLENA CONFIANZA EN DIOS
-
Conocer en sentido bíblico, es tener experiencia concreta con alguien, es relacionarse con el otro.
-
Conocer a Jesús significa, por tanto, encontrarse con Él. Así es como se conoce a las personas. Hay diferencia entre saber acerca de una persona y conocerla. Esto último es posible cuando nos hemos encontrado personalmente con ella.
-
Así pues, pidamos la gracia en este Retiro, de conocer personalmente a Jesús.
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Para poder seguir a Jesús, en primer lugar tenemos que conocerlo. No es posible conocer a Jesús sin enamorarse de Él y sin dejarse cautivar por su bondad y su belleza. Cuando más profundo sea nuestro conocimiento de Él, tanto mayor será nuestro amor por Él. Y cuanto más le amemos, más profundamente le conoceremos. Porque, para conocer realmente a una persona es imprescindible verla con los ojos del amor.
-
Nosotros estamos llamados a ser grandes amigos de Jesús. Para ello, el primer paso consiste en conocerlo, y conocerlo bien, así como lo hicieron los apóstoles, los santos, y otras tantas personas que están dispuestas a dar su vida por Él y por su Evangelio.
(ANEXO V)
DIOS ME AMA
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Quiero esforzarme por amar a mis hermanos, y buscar amar a Dios con todo mi corazón. Pero sobre todo, quiero creer verdaderamente que soy amado por Dios.
-
Que él me creó, que me llamó a la vida, que me mantiene en ella, con su Espíritu Santo.
-
Que Dios piensa en mí, que me conoce, que me mira, que me consuela, que me ayuda, que me protege y que me habita.
-
Dios me ama cuando oro en el Templo y cuando peco de egoísmo.
-
Dios me ama siempre y en todo momento. Me ama personalmente, con mi nombre y apellido. Existo, vivo y respiro sólo porque Él me ama.
“NO SOMOS NOSOTROS LOS QUE HEMOS AMADO A DIOS, SINO QUE ÉL EN REALIDAD NOS AMÓ PRIMERO”...
(ANEXO I)
ORACIÓN
Qué tengo yo Señor Jesús que tú no me hayas dado.
Qué sé yo, que tú no me hayas enseñado.
Qué valgo yo, si no estoy a tu lado.
Qué merezco yo, si a Ti no estoy unido.
Perdóname las faltas que contra Ti he cometido,
pues me creaste sin que lo mereciera,
y me redimiste sin que te lo pidiera.
Mucho hiciste en crearme,
mucho en redimirme
y no serás menos poderoso en perdonarme
pues la mucha sangre que derramaste
y la despiadada muerte que padeciste,
no fue por los ángeles que te alaban,
sino por mí y los demás pecadores que te ofenden.
Si te he negado, déjame reconocerte.
Si te he ofendido, déjame servirte.
Porque es más muerte que vida,
la que no está empleada en vuestro santo servicio.
AMÉN...
(ANEXO II)
EL GRAN ARBOL
Caminaba por el sendero de la vida, sobre una enorme montaña cubierta de hermosos bosques y de una magnífica diversidad de especies nativas.
Eran los tiempos de Jesús; tiempos en que el imperio romano sometía a gran parte de la tierra.
El entorno era precioso, aves revoloteando en su vuelo, disfrutando de la libertad que el hombre aún no podía arrebatarles. Eran bosques vírgenes, cubiertos de un delicioso aroma y de un magnífico aire purificado. En otras palabras, era todo un paraíso con el cual soñamos comunmente.
Me llamó la atención la montaña más alta. Había allí en la cima, dos hermosos árboles de una enorme altura. Parecía que sus ramas se perdían en el cielo, sobrepasando la nubosidad del lugar. En medio de ellos había un viejo árbol, con ramas poco frondosas y de mal aspecto. La escasa luminosidad que obtenía durante el día y la competencia por los nutrientes que tenía con sus dos pares, no le permitieron alcanzar una altura digna.
Me acerqué cautelosamente hacia ellos y pude percatarme que los dos más grandes discutían.
Uno decía: quisiera ser tan alto para ser la envidia de todo el bosque, para que todos me rindan tributo y para observar desde aquí las cordilleras y los mares, los desiertos y praderas, en fin, cada rincón del mundo. Sólo necesito un poco más de altura y seré rey entre todas las especies.
El otro por su parte replicaba: yo, en unos años más cruzaré los designios de Dios, tocaré el cielo con mis propias ramas y no dejaré que ni siquiera las aves del cielo se aposenten sobre mí, pues yo soy lo más hermoso de la creación y hasta las estrellas se postrarán ante mi presencia.
Sin embargo, en medio de la discusión brotó una dulce voz que dijo: yo siempre he pensado que existe un Dios, el cual me dio la vida y que espero algún día llegar a conocer. Mi sueño es ser algo útil en esta vida y en la otra. Quisiera que los niños del mundo llegasen hasta aquí y jugasen en mis ramas, que las aves busquen refugio, alimento y sustento entre mis copas y que cuando muera, no quede aquí abandonado, sino que mi madera sea utilizada para una buena obra. Sólo así podría darle un sentido a mi vida y sería tan feliz como lo he soñado siempre.
El pequeño árbol que acababa de expresar sus sentimientos, se vio inmediatamente invadido por las risas y burlas de los dos enormes árboles que estaban a su lado. Eres un tonto le decían, incrédulo y de mal aspecto. El hombre jamás podrá llegar a este lugar y si lo hiciese, ¿quién podría fijarse en ti? ¿Acaso crees que existe un Dios que es más grande y más hermoso que yo? Y seguían burlándose de él.
Pasaron unos años y las discusiones eran siempre las mismas. Lo único diferente era que los dos grandes árboles estaban más hermosos y más altos, y el pequeño seguía como siempre.
Sin embargo, en menos tiempo del que ellos esperaban, el hombre llegó hasta la montaña y comenzó a destrozarlo todo. Muchos de ellos se acercaron hasta los grandes árboles y admiraban su enorme altura y su belleza, y sin pensarlo mucho tiempo sacaron sus hachas y comenzaron a cortarlos. Sus gritos y clamores eran lamentables. Cada hachazo les provocaba enormes heridas, y aunque rogaban por sus vidas, nadie podía entender lo que decían. Sólo yo podía escucharlos. Pasadas unas horas ya no quedaba nada, sólo un viejo árbol que a nadie le causó interés.
Cierto día, cuando el pequeño árbol estaba más solo y más triste que nunca, unos niños se acercaron hasta él y comenzaron a jugar entre sus ramas. Su felicidad era enorme, y lo fue más aún cuando al cabo de unos días vio que entre sus copas se anidaban unas hermosas aves y que sobre sus ramas secas brotaban cientos de verdes hojas. Los niños seguían viniendo con frecuencia y las aves entonaban dulces cantos sobre él. Muy emocionado dijo: gracias mi Dios por darme tanta felicidad, ahora puedo morir tranquilo, sabiendo que he sido de utilidad para alguien, gracias nuevamente. Mientras decía esto y elevaba su oración al Padre Bueno y Bondadoso, se percató que un hombre lo observaba y que llevaba un hacha sobre sus hombros.
El hombre se dijo para si mismo: ¿para qué continuar hasta la otra montaña si aquí tengo un árbol que cubre las dimensiones que yo necesito? Y sin pensarlo más, comenzó a cortarlo.
Era el año 33 d.C. Mientras Jesús sufría los azotes de los romanos y pedía a Dios Padre que se haga su voluntad; cerca de allí, el viejo árbol daba gracias a Dios por cada hachazo que le aplicaba el leñador. Su agonía era de lo más dulce. Su fin había llegado.
En cuanto a los dos grandes árboles, fueron destinados para madera de construcción, la cual fue arrumada en suelo descubierto y desprotegido por las aguas. Al cabo de unos años, la humedad los destruyó por completo y no sirvieron para nada. El pequeño árbol que creyó haber cumplido su misión aquel día de su muerte, no sabía que el Buen Dios le había destinado para un hermoso futuro. Su madera se había transformado en la cruz de Jesús.
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Enviado por: | Iván Pradines Arteaga |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |