Historia
Relaciones exteriores colombianas
INTRODUCCIÓN
El propósito del presente trabajo será investigar las relaciones exteriores colombianas, desde el comienzo de la llamada “Guerra Fría” (1945 - 1991) hasta la actualidad.
Priorizaremos en nuestra investigación las Relaciones Exteriores con Estados Unidos, buscando destacar los momentos de mayor importancia dentro de la agenda internacional colombiana, y aquellos que marcaron el rumbo de su política exterior.
Procurando, en función de lo abordado en el desarrollo del mismo, verificar si las relaciones internacionales entre Colombia y Estados Unidos fueron continuas en el tiempo; si ambos países se encontraban en una base de igualdad para negociar y determinar el rumbo de dichas relaciones; y determinar si aquellas buscaban un trato económico preferencial.
Para dicha comprobación utilizaremos diferentes métodos de recolección de datos, los cuales nos permitirán acercarnos a las situaciones históricas, políticas y sociales de los períodos investigados.
LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE COLOMBIA.
Orígenes de la Guerra Fría
Poco tiempo después del fin de la segunda Guerra Mundial, las autoridades de Alemania oriental, respaldadas por la Unión Soviética, levantaron un muro que dividió la ciudad de Berlín aislando la zona de la ciudad bajo gobierno comunistas, de la zona que quedaba en manos occidentales. Ante esto el ex primer ministro británico Winston Churchill emitió un discurso conocido como la “cortina de hierro”:
"Una sombra ha caído sobre los territorios tardíamente iluminados por la victoria de los Aliados. Desde Steittin en el Báltico, hasta Trieste en el Adriático, ha descendido una cortina de hierro a través de todo el continente. Junto a la línea yacen todas las capitales de los antiguos estados de Europa del este y central... Estas famosas ciudades, junto con su población, se encuentran en lo que yo llamo 'Esfera soviética', y todos son sujetos de una u otra forma, no sólo de las influencias soviéticas, sino, en muchos casos, del creciente control desde Moscú".
Este hecho marcó el comienzo de la Guerra Fría, una confrontación ideológica entre las dos súper potencias de la época: por un lado el bloque occidental liderado por Estados Unidos que defendía la democracia y la libertad, y por el otro la Unión Soviética, el bloque comunista que defendía el socialismo, y la propiedad estatal.
Ante esta situación, los demás países se vieron en la necesidad de alinearse con uno u otro bando, para así, garantizar su seguridad dentro del nuevo orden mundial que se estaba estableciendo.
El trabajo se dividirá según los diferentes ciclos transcurridos durante la Guerra Fría.
Primer ciclo de tensión (1946-1953)
La integración americana.
En ésta primera etapa se decidió la alineación de todas las naciones, reunidas en esferas de influencia de cada una de las superpotencias; tanto la política exterior de Colombia, como la de todas las demás naciones del hemisferio se vieron limitadas por la coyuntura mundial, adoptando el anticomunismo como característica principal de sus acciones en el contexto mundial.
Para reafirmar dicha alineación se firmó en 1947 el Tratado Interamericana de Asistencia Recíproca (TIAR). El tratado proponía la unidad de todas las naciones del hemisferio ante la agresión de un enemigo común, declarando que toda ofensa que se realizara en contra de un estado americano sería tomada como una agresión al continente como un todo.
El TIAR aceleró la integración de la América Latina en la alianza de las naciones de Occidente como zona de influencia de la gran potencia, que mantuvo el monopolio de la fuerza nuclear hasta que la Unión Soviética construyó su primera bomba atómica.
La OEA
Para Colombia el punto principal en la agenda de las relaciones internacionales era el económico y esperaba que Estados Unidos le de una respuesta a cambio de su apoyo. Colombia pretendió que se elaborara un tratado de tipo económico en la IX Conferencia Panamericana, en Bogotá. Sin embargo, Estados Unidos, eludió el tema, quedando la discusión de los asuntos económicos para una posterior conferencia. Aprobándose entonces la Carta de la Organización de Estados Americanos y el Pacto de Bogota. Colombia tuvo gran importancia durante esta primera etapa en la OEA, ya que el ex presidente Alberto Lleras Camargo fue escogido como secretario general.
No debemos dejar de mencionar, que durante ésta conferencia transcurrió el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, político y abogado colombiano, alcalde, ministro, congresista y popular candidato del partido liberal a la Presidencia de la República, fundó la Unión Izquierdista Revolucionaria, siendo candidato fue asesinado en Bogotá el 9 de abril de 1948, lo que produjo enormes protestas populares conocidas como el bogotazo, que dejaron destrozada la ciudad y provocaron el inicio de una “época de violencia” a nivel nacional (el colombianazo).
Si bien nunca se esclareció quien fue el autor ideológico de dicho atentado, y existiendo aún hoy posturas que responsabilizan a diversos grupos, como ser la CIA, o al gobierno colombiano, en aquel momento se acusó a la Unión Soviética como responsable del mismo, decidiendo el gobierno romper relaciones diplomáticas con el régimen de Moscú.
La participación mediante las Naciones Unidas en los conflictos del estado palestino y la guerra de Corea.
Colombia participó también en las Naciones Unidas, donde tuvo un alto perfil, quedando demostrado por ejemplo en las discusiones que se llevaron a cabo sobre la definición del estado palestino, en el cual el representante López Pumarejo intervino a favor de la posición occidental, manifestando su solidaridad con el pueblo judío y con su derecho a poseer un hogar.
Desde entonces Colombia ha apoyado la causa del estado de Israel.
Igualmente, cuando en 1951 estalló la guerra de Corea, el gobierno conservador de Laureano Gómez envió hombres y una fragata. Corea se convertía en el primer escenario en el cual la guerra fría pasaba al enfrentamiento armado, y por esa razón Colombia participaba en la fuerza multilateral de pacificación que viajó al sureste asiático con el fin de repeler la invasión de Corea del Norte. Colombia fue el único país latinoamericano que envió tropas a la península asiática, aprovechando la oportunidad para congraciarse con el gobierno de los Estado Unidos, que conservaba reservas respecto al presidente Laureano Gómez por la posición de simpatía que le había observado con las potencias del Eje durante la guerra.
El presidente del senado Alzate Avedaño planteó en las siguientes palabras la ubicación de Colombia en la guerra fría: “Colombia ha tomado partido en esta lucha ecuménica contra el comunismo, en defensa de nuestra civilización puesta a prueba. En la medida de sus posibilidades contribuye a la expedición punitiva contra la sombría avalancha que trata de destruir el arduo trabajo del hombre occidental… El gobierno resolvió ofrecer por vuestro conducto excelente su contingente para la cruzada anticomunista. Por todo ello, vuestro ascenso en nada menos que al solio del Libertador es garantía de la continuidad de la política internacional que alinea a Colombia al lado de las potencias occidentales y sostiene la solidaridad del hemisferio.”
También el canciller Sourdis declaró que la agresión a Corea demostraba que Rusia estaba violando las cláusulas que contribuían al funcionamiento de la ONU, y que Colombia había adherido a la declaración presentada por Estados Unidos en el seno del Consejo de Seguridad, la cual obligaba a los invasores a retirarse al paralelo 38, agregando que el gobierno colombiano ratificaba su estricta adhesión a la política internacional que llevaban a la práctica los Estados Unidos para lograr el mantenimiento de la paz mundial y que “sin vacilaciones de ningún orden” Colombia estaría al lado de aquel país cooperando en la medida de sus capacidades en la realización de su política.
Podemos ver en esta primera etapa que Colombia tenía una vocación de servicio a los mecanismos multilaterales. Sus acciones en la OEA, en la ONU, y en el TIAR no eran otra cosa que su tradicional apego a los principios jurídicos. Se conservaba del mismo modo la segunda fase del Respice polum (mirar hacia el polo, mirar hacia el norte), que tomaba como base el anticomunismo.
Otra característica general de la política exterior colombiana era la estrecha relación con Washington con un claro objetivo económico: aceptaba el papel de “peón de la guerra fría”, con la seguridad de que éste fundamentaba el reclamo del derecho a un tratamiento más favorable desde el punto de vista económico, y el apoyo en el desarrollo económico doméstico.
Este dinámico activismo se mantuvo voluntariamente dentro de la órbita norteamericana, por lo que muchos definieron ésta etapa como de “subordinación activa”.
Segundo ciclo de distensión (1953-1958)
Durante los años cincuenta el proceso de descolonización propiciado por los Estados Unidos y respaldado vigorosamente por las Naciones Unidas transformó el mapa internacional. En 1955 se reunió en Bandung (Indonesia) a los líderes de veintinueve naciones asiáticas y africanas, y se delinearon los principios e ideales que inspiran al No Alineamiento. La Conferencia de Bandung se caracterizó por la adopción de una marcada postura anticolonial y por la definición del principio de la coexistencia pacífica. Invitó a la cooperación económica entre los países asiáticos y africanos con base en el respeto a la soberanía nacional, en la ayuda extranjera, en la lucha anticolonial conjunta y en el respeto de los derechos humanos. A este significativo momento en la historia del NOAL, le siguió el encuentro tripartito entre Tito, Nehru y Nasser en la isla de Brioni, en 1956, donde se determinó el contenido sustancial de la filosofía no alineada, que llevo a la constitución del Movimiento en la Primera Conferencia Cumbre de Belgrado en 1961.
Colombia apoyó tradicionalmente el movimiento de descolonización y la lucha contra el racismo, aunque tuvo un retroceso en su posición durante los años cincuentas; cuando se presentaron los casos de Argelia y de Marruecos, el representante de Colombia sostuvo la incompetencia de las Naciones Unidas para ocuparse del problema por tratarse de un asunto interno de Francia. Y cuando una vez más se presentó el problema del apartheid en Sudáfrica, el embajador se opuso a que el tema fuese tratado, por considerarlo un asunto interno de Sudáfrica, ya que según sus palabras, “…es el Gobierno de esa nación, organizada democráticamente el que puede decir, dentro de sus atribuciones soberanas, qué reclamos son justos y cuáles peticiones son aceptables.”
América Latina resultó perdedora en este nuevo escenario, ya que perdió presencia, perdió su status de poder y hasta su prestigio. Como respuesta a esta situación buscó fortalecerse como unidad, rehacerse como protagonista internacional mejorando su capacidad negociadora en el terreno comercial.
Para llevarlo acabo, el primer intento de promoción fue la realización de una cumbre económica en Brasil en 1954, donde se acordó la creación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), otro manera de promoción fue a través de la creación de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), creada por el Tratado de Montevideo en 1960, y el Mercado Común Centroamericano (Tratado General de Integración Económica Centroamericana).
Tercer ciclo de tensión (1958-1962)
La crisis de los misiles.
En este ciclo tuvo gran importancia Cuba, ya que luego del triunfo de la revolución entre La Habana y Washington se deterioraron hasta el punto de la total ruptura diplomática, a causa del incremento del apoyo soviético en términos económicos, políticos y militares.
La Unión Soviética había intentado instalar cohetes nucleares de mediano alcance en Cuba, lo que desató la llamada “Crisis de los misiles”. En general, la respuesta del continente fue unánime en contra de Cuba.
Los países de la OEA resolvieron expulsar al gobierno cubano de la organización y castigarlo con la imposición de medidas económicas. América Latina, llevó a cabo un bloqueo económico y un aislamiento diplomático total en contra del régimen revolucionario, argumentando que actuaba en respuesta al osado intento cubano de exportar su revolución. Colombia estuvo con la gran mayoría de naciones latinoamericanas que en forma coordinada, y en acuerdo con los Estados Unidos, tomaron medidas para expulsar a Cuba del sistema interamericano.
La Alianza para el Progreso.
Por varias razones, el presidente norteamericano John F. Kennedy lanzó la Alianza Para el Progreso, programa de ayuda económica y social de EE.UU. para América Latina efectuado entre 1961 y 1970.
El primer motivo fue el fracaso del desembarco norteamericano en playa Girón (Cuba), que demostraba el poder de Castro y el fracaso para la política de contención del comunismo, ya que el programa era una forma de contrarrestar la influencia de la revolución cubana y apoyar medidas más reformistas.
En segundo lugar, el tradicional conflicto de intereses entre América Latina, asuntos económicos, y los Estados Unidos, que se fijaban más en los aspectos de defensa, le abrió nuevas oportunidades de negociación a la primera, ante la amenaza que Cuba representó para la seguridad de los segundos.
En tercer lugar, diversas iniciativas de origen latinoamericano habían avanzado considerablemente sobre el tema, como fueron el impulso político de
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la operación Panamericana adelantada por el Brasil, cuya propuesta buscaba un reenfoque de las relaciones del sistema interamericano, que sólo cubría aspectos jurídicos y de defensa, para abordar también los dimensiones económicos y sociales, partiendo del supuesto de que el mejoramiento económico reforzaría la defensa no militar del hemisferio occidental (la penetración de la influencia de la URSS en la zona);
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y de una comisión ad-hoc que se llamó el Comité de los 21. Esta última hacía énfasis a los problemas financieros y económicos de las naciones latinoamericanas y a las relaciones de éstas con los Estados Unidos.
Las sugerencias del Comité de los 21 tuvieron eco en la Casa Blanca, donde Kennedy solicitó a los ex presidentes Lleras Camargo y Kubitschek que formularan propuestas en relación a los cambios que se debían llevar a cabo en las estructuras económicas con el fin de permitir el funcionamiento de la Alianza Para el Progreso.
Colombia tenía todos los atractivos para que el presidente Kennedy la escogiera como uno de los mayores beneficiarios de la Alianza Para el Progreso. El Frente nacional le concedía a la ayuda para el desarrollo todas las condiciones para explotar al máximo sus beneficios potenciales. Al mismo tiempo, un sistema político estable anuncia intenciones reformistas y demostraba un claro compromiso con el mantenimiento de las instituciones y con la contención del castrismo ya que durante la segunda presidencia de Lleras Camargo, Colombia había roto las relaciones diplomáticas con Cuba, había dado gran apoyo a la educación pública e impulsado la aprobación de la Ley de Reforma Agraria de 1959.
La Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos escogió a Colombia, el segundo programa en importancia de la AID en América Latina, detrás de Brasil, fue montado en Colombia.
Las principales medidas de la Alianza eran una reforma agraria en función de mejorar la productividad agrícola, libre comercio entre los países latinoamericanos, modernización de la infraestructura de comunicaciones, reforma de los sistemas de impuestos, acceso a la vivienda, mejorar las condiciones sanitarias para elevar la expectativa de vida, mejora en el acceso a la educación y erradicación del analfabetismo, precios estables y control de la inflación y cooperación monetaria.
Dentro del tratamiento preferencial que la administración Kennedy le dio a Colombia podemos destacar que Bogotá fue escogida para una visita del mandatario norteamericano en diciembre de 1961.
Cuarto ciclo de distensión (1962-1968)
Este ciclo fue el resultado de una crisis económica y graves conflictos intra bloque que sufría la Unión Soviética. También influyó la muerte del presidente norteamericano John F. Kennedy.
Intervención norteamericana a la República Dominicana.
En 1965 estalló en la República Dominicana un golpe popular encabezado por partidarios del ex presidente Juan Bosch apoyado por Estados Unidos, que derrocó al triunvirato presidido por Donal Reid Cabral, generando un conflicto interno lo que provocó que el presidente estadounidense Lyndon Johnson enviara 20,000 tropas para apagar la revolución y así "evitar otra Cuba".
El 1º de mayo, la Décima reunión de consulta de Cancilleres ordenó la constitución de una comisión especial, integrada por representantes de Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, Panamá y México, que viajó a Santo Domingo en procura del restablecimiento de la paz, ofreciendo sus buenos oficios buscando el cese al fuego y la evacuación de las personas asiladas en las embajadas, y de los ciudadanos extranjeros que quisieran salir del país.
Conocido en la OEA el desembarco de las fuerzas norteamericanas, el embajador de Colombia ante dicho organismo, Alfredo Vázquez Carrizosa, presentó en nombre del país la propuesta para crear una fuerza interamericana para atenuar y regularizar así, de alguna forma, la acción unilateral norteamericana, que se había llevado por delante los más fundamentales principios del derecho internacional.
La propuesta colombiana tuvo acogida favorable, constituyéndose de inmediato la fuerza interamericana, integrada sin embargo en gran parte por el mismo contingente norteamericano invasor, adicionado con algunos componentes simbólicos de Brasil, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y El Salvador. La fuerza estuvo comandada por un general brasilero.
Quinto ciclo de distensión.
La de'tente
La época de la guerra fría había dado paso a un período de distensión entre las superpotencias que fue utilizado por los Estados Unidos para intentar nuevas orientaciones en su política exterior.
Esta nueva política aceptaba la realidad de un mundo multipolar, un claro ejemplo fue el viaje de Kissinger a la República Popular China, sentando las bases para una apertura de relaciones diplomáticas.
En 1973, la crisis del petróleo alteró el curso de las relaciones entre los países avanzados y los del Tercer Mundo, lo importante fue que el incremento de los precios del petróleo motivó profundos cambios en la economía mundial.
Se creó un nuevo status para las naciones de mediano desarrollo (países semiperiféricos, potencias medias, etc.)
La cuestión cubana había perdido importancia, y Cuba fue recuperado su puesto dentro del continente latinoamericano desde el punto de vista cultural, económico y político.
Durante el gobierno del colombiano Carlos Lleras Restrepo, la política exterior de Colombia comenzó a evolucionar. Alfonso López Michelsen, como ministro de Relaciones Exteriores, enunció como lema de la política exterior de Colombia el respice similia: mirar a las naciones semejantes a Colombia en grado de desarrollo, localización geográfica, y herencia histórica. La de cambiar el énfasis de las acciones internacionales del país, desviándolo del polo norteamericano para buscar una mayor influencia en los países cercanos.
Se reanudaron las relaciones con la Unión Soviética y se volvió más abierta la actitud respecto de la admisión de la República Popular China en las Naciones Unidas.
Durante la administración de Pastrana Borrero, la diplomacia colombiana reconoció las nuevas características de la política hemisférica. Dio pasos para un nuevo trato con Cuba en nombre de una “noción pluralista de la vida internacional” que “no excluye la convivencia de los Estados que tengan diferentes regímenes políticos y sociales…a condición de que todos ellos admitan y efectivamente respeten unos mimos principios de No intervención y de Libre Determinación”. “América Latina también participó en la guerra fría y no podría escapar a su liquidación.” Éste era el fundamento de la posición colombiana ante la política hemisférica, por ésta razón, durante éste gobierno se ejecutó una política generosa con el gobierno chileno de Salvador Allende, dándole derecho de asilo luego del golpe militar de Augusto Pinochet.
En 1974 asumió la presidencia López Michelsen, ex canciller; el nuevo presidente concebía la política exterior como altamente determinada por las relaciones económicas, pretendiendo lograr la “emancipación económica”. Durante su ministerio había colaborado en la formación del Grupo Regional Andino.
Las nuevas relaciones con Estados Unidos.
Las relaciones bilaterales de Colombia con Estados Unidos recibieron una nueva orientación durante la administración López. En una conferencia de prensa en Washington, López dejó en claro su posición: “Se puede ser crítico de los Estados Unidos sin necesidad de ser enemigo ni de ser hostil” “Sería terrible para el futuro de nuestras relaciones que la única base posible fuera la de estar permanentemente de acuerdo con el punto de vista norteamericano.”
Uno de los principales puntos de desacuerdo entre ambas naciones surgió por el conflicto de la droga; el gobierno colombiano consideraba que se trataba de uno de naturaleza multilateral, que encerraba intereses internacionales. Considerando que la solución tenía que incluir un control del consumo en los Estados Unidos, pues la existencia de una gran demanda era condición necesaria para la supervivencia de una actividad ilegal.
El segundo punto de desacuerdo estuvo constituido por el tratado colombo-estadounidense sobre los cayos de Rocador, Quitasueño y Serrana. Es ente caso Colombia había solicitado a la administración Ford que apoyara la ratificación por parte del Senado norteamericano. El caso fue efectivamente llevado a las Comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y de Cámara, ante las cuales se presentó el presidente de Colombia, y posteriormente fue incluido en la declaración conjunta de los dos presidentes, estableciéndose que “el presidente Ford dio seguridades al presidente López respecto del apoyo continuo de su gobierno para lograr una pronta ratificación”.
Finalmente la cuestión panameña ocupó buena parte del tiempo entre los negociadores designados por Bogotá y Washington. El traspaso del Canal a jurisdicción panameña por muchos motivos se constituyó en uno de los aspectos claves de la política exterior de la administración López.
En marzo de 1975 fue firmada por México, Venezuela y Costa Rica, el “Acta de Panamá”. En ella, Panamá se comprometía a concederle a Colombia los derechos a perpetuidad que estaban consignados en el Tratado Urrutia - Thomson, firmado en 1914 entre Colombia y Estados Unidos para regularizar las relaciones bilaterales que habían quedado resquebrajadas luego de la separación de Panamá con el apoyo de Estados Unidos.
Con base en el Acta, Colombia renunció a sus derechos para propiciar la posibilidad de que se terminaran las negociaciones entre el gobierno norteamericano y el panameño de Omar Torrijos Herrera. Además, para la política exterior colombiana se había llegado a una inconsistencia de posiciones cuando apoyaba la reclamación argentina sobre las islas Malvinas con argumentos anticolonialistas, respaldaba a Belice por la misma razón y a Panamá en su aspiración de obtener el Canal, pero al mismo tiempo estaba reclamando a los Estados Unidos el cumplimiento de derechos sobre su posesión colonial.
Por ello, el gobierno actuó para ayudar a que se realizara el tránsito del canal de Panamá, mediante la concertación de la solidaridad de las democracias de la zona, y propició el mantenimiento de los derechos colombianos sobre el Canal, no obtenidos como una concesión de un poder colonial, sino como tratado entre dos Estados iguales.
A la llegada a la presidencia de César Turbay Ayala en 1978, el ambiente de “permisibilidad” para acciones de política exterior para los países latinoamericanos no sólo se había mantenido, sino que se había profundizado por la elección en 1976 de Carter en los Estados Unidos, quien se había propuesto darle a la política de su país una orientación diferente hacia América Latina, incluyendo dentro de sus objetivos la búsqueda de la democracia y el cumplimiento de los derechos humanos.
Carter se había tomado en serio la negociación con Panamá para devolverle a éste último la soberanía y la administración del Canal. Ello había permitido que algunos países, Colombia, Panamá, Costa Rica, México y Venezuela hubiesen juntado esfuerzos para ayudar a la causa panameña, en lo que constituyó una de las primeras y más efectivas acciones de diplomacia regional en la zona. En septiembre de 1977 se habían firmado los acuerdos relacionados con el traspaso de la jurisdicción del canal a Panamá y con la neutralidad que éste último se comprometía a preservar.
Hacia una política exterior multilateral.
Durante el mandato de Turbay Ayala, el primer ministro de Relaciones Exteriores, Liévano Aguirre, fue elegido como presidente de la Asamblea General en la ONU. Denotando así un punto de continuidad con la del gobierno anterior. Sin embargo, el nuevo gobierno anunció el cambio de rumbo en varios aspectos. En primer lugar, consideraba que las relaciones con Estados Unidos debían ser las más cordiales y reconocía la interacción de la política exterior colombiana y la del poder hegemónico.
Debía refortalecerse la OEA y, comprometerse “con mayor audacia en una política de regionalización fronteriza” y con los procesos de integración.
Colombia adquirió, entre 1974 y 1978, tanto prestigio con la política exterior multilateral, que su ímpetu alcanzó a cobijar también los primeros meses del gobierno de Ayala. Dicho ímpetu se inició adoptando como foco principal una acción multilateral de varias naciones latinoamericanas para mediar en el conflicto nicaragüense que hacia mediados de 1978 había cobrado un alto número de vidas y prometía continuar hacia el futuro con un dramático baño de sangre.
Durante todo este período, Colombia, en acción conjunta con otros países intervino en forma activa muy determinante, lo cual a su vez creó una cohesión entre estos países que posteriormente le dio al Pacto Andino una nueva línea de acción: la de la diplomacia multilateral a nivel regional.
Los países del Pacto Andino continuaron con su intento de fortalecer el esfuerzo integracionista con una reunión de cancilleres en Quito en 1979. Es ésta se reiteró el compromiso de los diversos países con los ideales integracionistas, y se acordó la consulta permanente a nivel político para coordinar decisiones de tipo económico en los foros internacionales. Se decidió también la creación del Tribunal Andino de Justicia.
En forma paralela a la acción conjunta de los gobernantes de las naciones andinas se trató la situación nicaragüense.
Colombia y Venezuela enviaron un mensaje al presidente de la Asamblea Ordinaria de la ONU, cuestionando al régimen nicaragüense y reprochándole el incumplimiento de los derechos humanos. Luego, durante el primer semestre de 1979, estas dos naciones, con el apoyo de otras más, se opusieron en la OEA a un proyecto del presidente Carter en el sentido de enviar a Nicaragua una fuerza multilateral de paz.
Los países andinos participaron activamente frente al tema de Nicaragua. Apoyando, luego de la renuncia de Anastasio Somoza Debayle, al nuevo régimen de reconstrucción nacional al mando de F. Urcuyo Maliaños.
La intensa actividad diplomática trajo como consecuencia la creación del Consejo de Ministro de Relaciones Exteriores. Reconociendo implícitamente la política del acuerdo de integración
Operación Democracia y sus consecuencias.
En abril un comando del Movimiento 19 de Abril (M-19) tomó la sede de la embajada de la República Dominicana en momentos en que se llevaba a cabo una recepción con la presencia de catorce embajadores.
El M-19 buscaba recuperar a los miembros del comando superior de la organización que habían caído presos y se preparaban para participar en consejos verbales de guerra.
El gobierno suspendió las relaciones con la Habana, al enterarse que los M-19 habían sido entrenados en Cuba.
Tanto en lo interno como en lo externo, en consecuencia, el gobierno de Colombia se aferró al anticomunismo, y esto le creó una gran afinidad al gobierno de los Estados Unidos. No sólo porque la administración Carter estaba cambiando de lenguaje y actitud frente a la URSS, sino porque sin proponérselo le estaba abriendo paso a la administración de Ronal Reagan, bajo la cual, la guerra fría entre las superpotencias recuperaría sus momentos más críticos.
Colombia entró a estrechar sus tradicionales relaciones de cooperación con los Estados Unidos. Llevándolo a la firma de varios tratados bilaterales que tuvieron gran importancia en el futuro para las relaciones entre ambos países. De una parte, el de extradición, de otra, el de asistencia judicial mutua.
Ambas naciones buscaron la creación de un instrumento de tipo jurídico que se pudiera utilizar en la batalla que estaban dispuesto a librar contra el narcotráfico.
Además, Colombia entró a negociar con los Estados Unidos la ratificación por parte del Senador norteamericano el tratado Vásquez- Saccio, firmado en 1972 por el cual los Estados Unidos reconocen la soberanía colombiana sobre los cayos de Roncador, Serrana y Quitasueño. Lográndose en 1981 la ratificación y el correspondiente canje.
La administración Turbay buscó proyectarse hacia el Caribe. EN 1981 se llevó a cabo en Bogotá la primera conferencia de embajadores colombianos ante la Cuenca del Caribe. Posteriormente, Colombia intensificó su presencia en dicha región mediante vacías acciones. Una de ellas fue lograr el ingreso en el Grupo de Nassau, éste había sido creado con el fin de coordinar la ayuda que varios países le entregaban a las naciones del Caribe.
También Colombia buscó abrirse hacia otras regiones como la Cuenca del Pacífico y Brasil.
El aislamiento colombiano.
Hacia el final de la administración Turbay Ayala, la diplomacia colombiana fue cayendo poco a poco en un considerable aislamiento a nivel continental.
Primero las relaciones con Venezuela sufrieron un considerable deterioro por las negociaciones sobre la delimitación de áreas submarinas.
Un segundo elemento fue el golpe militar ocurrido en Bolivia en 1980, donde todos los países del Pacto Andino negaron el reconocimiento al nuevo gobierno, y posteriormente este último amenazó con retirarse del Acuerdo de Integración y buscar unas mejores relaciones con los países del Cono Sur.
Finalmente, la diplomacia andina chocó con la guerra entre Ecuador y Perú ocasionada por el viejo conflicto territorial de la cordillera del Cóndor.
El aislamiento de Colombia fue aumentado, además, por el deterioro de sus relaciones con Nicaragua, y con Cuba. También hubo problemas con México, luego de que Colombia se opusiera al comunicado franco-mexicano de 1981 que reconocía al FMLN como fuerza beligerante.
Dicho aislamiento provocó la necesidad colombiana de acercarse nuevamente a los Estados Unidos, alineándose a su lado en el contexto de la crisis centroamericana.
Los representantes del gobierno colombiano se abstuvieron en la votación para utilizar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) invocado pro Argentina durante el conflicto de la guerra de las Malvinas.
Último ciclo de tensión.
La nueva política internacional de Belisario Betancur.
Betancur decidió dar un viraje en cuanto a la política exterior. El mandatario colombiano había heredado del gobierno anterior el concepto de interrelación entre el proceso político doméstico y la situación internacional, así como un creciente papel para Colombia en la crisis centroamericana.
Consideró también que existía una interrelación entre la política internacional y el proceso de pacificación que se proponía llevar acabo.
Además, Betancur heredaba una situación de aislamiento que tenía poca acogida entre la opinión pública y que se percibía contraria a una estrategia de pacificación que buscará la reconciliación con los grupos alzados en armas.
Bajo estas circunstancias, el gobierno entró a ejecutar su “estrategia de paz”. Al mismo tiempo, puso en marcha una “nueva política internacional”, buscó el ingreso de Colombia al grupo de Países No Alienados, y la readaptación de Colombia en el círculo de familias del hemisferio.
Los aspectos limítrofes perdieron importancia. La diferencia con Venezuela fue congelada para permitir la participación solidaria y coherente de ambas naciones en la iniciativa de paz del Grupo Contadora. Igualmente, las tensiones que existían con Nicaragua fueron superadas y dieron paso a un período de armonía.
El mayor cambio se observó en las relaciones bilaterales con los Estados Unidos. El nuevo mandatario declaró que su país no quería ser satélite de los Estados Unidos.
Las relaciones con Cuba, aunque no se restablecieron formalmente, alcanzaron el punto de mayor cooperación bilateral desde la victoria de la revolución del Movimiento 26 de Julio.
El grupo Contadora y la Paz en Centroamérica.
En enero de 1983 se reunieron en la isla panameña de Contadora los Cancilleres de Colombia, México, Panamá y Venezuela con el objeto de analizar la situación centroamericana y explorar algunas acciones que pudieran ayudar a restablecer la paz en esa subregión.
Desde sus orígenes el Grupo Contadora se convirtió en un actor principal y muy activo en la búsqueda de soluciones a los complejos problemas centroamericanos.
El Grupo Contadora realizó un trabajo de vinculación con los cinco gobiernos del istmo, con el resto de los gobiernos latinoamericanos y con todas las fuerzas internacionales de fuera de la región que tienen interés o han desplegado acciones a la situación en Centroamérica.
La acción perseverante del Grupo Contadora impidió el estallido abierto de una guerra entre Nicaragua y Honduras que, de no mediar su acción, se habría hecho prácticamente imposible evitar.
Dentro del espíritu que animó el trabajo del Grupo Contadora, éste ha definido y expresado su adhesión a algunos principios que sirvieron de base a todos sus esfuerzos en la búsqueda de la paz subregional. El primero de ellos fue la exigencia de reconocimiento de todos los actores involucrados en la disputa en un plano de igualdad.
El segundo criterio fue la afirmación de las metas democráticas a través de una evolución de las situaciones políticas internas.
El tercero fue el criterio de la promoción del desarrollo económico de la subregión dentro de un esfuerzo renovado de cooperación e integración de los cinco países.
El Grupo Contadora y otros actores.
Con relación a Estados Unidos, la única política que éste último consideraba apropiada era una que asegure la contención y el desbaratamiento de la penetración soviética en América Latina.
Ante esto, el Grupo Contadora le plantea a Estados Unidos el reconocimiento y respeto de ciertos principios de derecho internacional que la diplomacia estadounidense considera que actualmente son incompatibles con una verdadera solución de los graves conflictos planteados en América Central. Esto ha llevado a que el gobierno de Estados Unidos declarase su apoyo a los objetivos generales perseguidos por el Grupo Contadora sin comprometerse con ninguna de las propuestas concretas que éste realiza.
También el Grupo Contadora tuvo que hacer frente a los efectos del ajuste de políticas de los países de campo socialista, tanto Cuba como principalmente la URSS han modificado en diversos momentos su presencia y disposición ante la crisis centroamericana.
El Grupo recibió también el apoyo de algunos países sudamericanos, que en 1985 crearon “El grupo de apoyo a Contadora”. Que juntos fueron conocidos como el Grupo de los Ocho.
El Acta de Paz.
El Acta de Contadora fue el documento más amplio y mejor elaborado que el Grupo preparó. En su texto se advierte un esfuerzo por regular todos los conflictivos problemas que figuran en la agenda de la crisis centroamericana. También buscó reafirmar los principios que desde su fundación han servido de base a su trabajo, se fijaron plazos precisos para la congelación de armamento y el retiro de las bases militares y asesores extranjeros. Especialmente importante fue la creación de mecanismos de consulta rápidos entre gobiernos, así como la constitución de Comisiones Mixtas destinadas a analizar y resolver las dificultades y desacuerdos existentes entre los países participantes. Igualmente se propone en ella el establecimiento de una Comisión con facultades para verificar el cumplimiento de sus obligaciones por parte de los países suscriptores del acuerdo.
Más adelante el Grupo de los Ocho amplió sus preocupaciones a otros problemas de interés regional, abordando la situación de las Islas Malvinas (exhortando a la negociación entre Argentina y Gran Bretaña), la deuda externa y el proteccionismo de los países desarrollados.
Movimiento de Países No Alineados.
En noviembre de 1982, los miembros de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores dieron su unánime respaldo a la incorporación de Colombia al grupo de No-Alineados. Con base en él, el gobierno solicitó formalmente su aceptación a mediados de enero de 1983, en un mensaje enviado al Buró de Coordinación del Movimiento, el cual decidió recomendar la admisión de Colombia. El 17 de marzo, en la séptima asamblea del Grupo llevada a cabo en Nueva Delhi, el ingreso fue aceptado por unanimidad.
El ingreso al movimiento constituyó un acercamiento a Cuba, sin necesidad de restablecer las relaciones diplomáticas.
La crisis económica y el consecuente cambio de política.
Betancur le dio gran importancia al tema de la deuda externa. Colombia tenía una sólida posición cambiaria, sin embargo, preocupado por las eventuales consecuencias de la crisis en el futuro, y consciente de la oportunidad que brindaba como bandera política en el continente, Betancur adoptó una serie de medidas políticas internacionales.
Paradójicamente el creciente deterioro de la posición cambiaria de Colombia limitó las posibilidades para la administración Betancur en el campo externo y lo llevó a cambiar todo el esquema inicial para regresar a un modelo muy semejante al que con tanta espectacularidad había intentado cambiar.
Antes de que se hiciera explícita la crisis económica ya se había presentado un primer quiebre, en relación con la actitud frente a las drogas y frente al tratado de extradición que el gobierno anterior había firmado con los Estados Unidos.
Betancur acogió una propuesta del presidente Reagan para darle un carácter “humanitario” a la ayuda de los “contra” en Nicaragua.
Un nuevo suceso terminó por alinear al gobierno de Betancur con la Casa Blanca y reducir el espacio para la ejecución de la política exterior planeada al comienzo de su gobierno: la toma del palacio de Justicia por parte del M-19, y la acción del ejército para combatirla. Betancur adoptaba el precepto reaganiano de no negociar con guerrilleros. Era una advertencia que buscaba demostrar que el diálogo y los instrumentos pacíficos que proponía el Grupo Contadora para América Central, no se utilizaban cuando se trataba de terroristas o narcoguerrilleros.
El gobierno colombiano adoptó la retórica anticomunista, acogieron el concepto del narcotráfico, y encontraron en la Casa Blanca un fuerte respaldo hacia su actitud de no negociar con el comando del M-19.
El próximo presidente, Virgilio Barco Vargas, continuó con esta política internacional. A finales de su gobierno, las gestiones de paz que se venían desarrollando permitieron llegar a un acuerdo con el Movimiento 19 de Abril, M-19, mediante el cual el grupo guerrillero se desmovilizó e inició su participación en la vida política institucional, bajo la denominación de Alianza Democrática M-19
Trató de reivindicar el papel de la OEA, tan criticada en el contexto latinoamericano debido a la enorme influencia de los interés estadounidenses es la organización.
También se realizó un acercamiento a Japón, firmándose varios tratados de cooperación fortaleciéndose las relaciones comerciales con dicho país.
Conclusiones parciales
Podemos ver en lo desarrollado hasta aquí que Colombia, siempre tendió a alinearse con los Estados Unidos. Guiada por su política exterior Réspice Polum siempre siguió los pasos de los gobiernos norteamericanos, esperando un trato preferencial en los temas económicos, aunque Estados Unidos desvió siempre las propuestas, proponiendo entre sus temas de agenda la defensa anticomunista.
Las relaciones colombianas con el resto de América Latina dependían de la posición norteamericana frente al país.
A partir del ciclo de contención, de la de'tente, y de la llegada a la cancillería del futuro presidente Michelsen, Comolbia tuvo un viraje en su política exterior. La nueva tendencia era la de mirar a sus semejantes, a los países en vías de desarrollo, aplicando la Réspice Simila, distanciándose de Estados Unidos, abriéndose a nuevas relaciones multilaterales, y reactivando las relaciones con la Unión Soviética.
Este alejamiento de Estados Unidos no duró demasiado, ya que hacia el final de la presidencia de Turbay Ayala, Colombia se encontraba en medio de una etapa de aislamiento, debiendo volver a alinearse junto al estado norteamericano.
Al asumir Belisario Betancur, éste intentó sacar a Colombia del aislamiento, integrándolo al Movimiento de Países No Alineados, y formando el Grupo Contadora, junto con otros países de América. También fue, el tema de la deuda externa de los países latinoamericanos, un punto fuerte dentro de su política exterior.
En el último período de su presidencia le ocurrió algo similar que a Turbay Ayala. En éste caso, la crisis económica produjo un nuevo acercamiento a Estados Unidos, abandonando su perfil multilateral y contradiciéndose con los objetivos del Grupo Contadora.
El fin de la guerra fría.
Es importante poder determinar el fin de la guerra fría, ya que el mismo traerá como consecuencia un cambio en las relaciones internacionales.
Hasta el momento, la suma cero obligaba a una alineación hacia un bloque u otro, para poder mantener el equilibrio o la coexistencia pacífica. El traspaso de un Estado de un bloque a otro podía desencadenar en una nueva guerra mundial.
No ha sido pacifica la determinación del fin de la guerra fría, los historiadores varían entre 1989 y 1991. En pocos meses del año 1989 cayeron 7 gobiernos que componían la URSS, transformandose en gobiernos electos democráticamente. En noviembre de ese mismo año, miles de berlinenses abrieron brechas en el Muro de Berlín. La caída del muro de Berlín, es uno de los momentos claves que marcan el límite de esta etapa. Otro momento que podemos tener en cuenta es la disolución de la URSS en diciembre de 1991, de la cual surgieron once repúblicas que pasaron a formar la Comunidad de Estados Independientes.
El nuevo orden mundial.
Citando a Lester Thurow en La guerra del siglo XXI podemos definir el nuevo orden internacional que se había creado “En 1945 había dos superpotencias militares, Estados Unidos y la Unión Soviética, luchando por la supremacía, y una superpotencia económica, Estados Unidos, que estaba sola. En 1992 hay una superpotencia militar, Estados Unidos, que se encuentra sola, y tres superpotencias económicas, es decir, Estados Unidos, Japón y Europa, centrada esta última en Alemania, que luchan por conquistar la supremacía económica. Sin la mas mínima pausa, la disputa ha pasado del terreno militar al económico”.
En el caso colombiano, se puede observar que la guerrilla existente hasta el momento se transformó, pasó de ser una con ideología comunista a otra cada vez más cruel.
Dentro del nuevo contexto, podemos observar nuevos "enemigos", como el narcotráfico y la delincuencia transnacional entre otros. Estos nuevos enemigos especialmente los internos a cada país han hecho que la guerra se degrade, (privatización de la guerra, mimetizacion del enemigo dentro de la población civil), los cuales también se han transnacionalizado e interdependizado.
Las FARC.
Para poder entender las relaciones que ha mantenido Colombia con Estados Unidos durante la última década, es preciso demarcar el contexto en el cual se desarrollaron.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejercito del Pueblo, mas conocido como FARC-EP, son una organización guerrillera, que “teóricamente” defiende los intereses del pueblo contra la organización social elitista existente en Colombia, que ha desencadenado en un creciente espiral de violencia desde su aparición hace 40 años aproximadamente. Ésta organización ha colapsado el poder del estado; se encuentra conectada y comunicada con otras organizaciones delictivas y guerrilleras que actúan en distintos países, potenciando el peligro sobre la paz y la democracia en los estados vecinos.
Las principales fuentes de financiamiento de este grupo es el narcotráfico y la industria del secuestro, cobrando impuestos por el cultivo, procesamiento y comercialización de la coca, impuestos que se extendieron luego a los recursos mineros, agrícolas y ganaderos de grandes terratenientes y narcotraficantes.
Las FARC manifiestan su objetivo principal expresando que pretenden “conquistar el poder político para gobernar a Colombia con el puero, para beneficio de sus intereses de clase. En su carácter de organización alzada en armas contra el Estado, desconocen la legitimidad del régimen político y de las leyes, de sus instituciones y las combaten mediante la combinación de todas las formas de lucha, hasta instaurar un nuevo Estado con un Gobierno garante de los intereses más sentidos de las grandes mayorías nacionales de su Patria”
Las FARC controlan el 40% del territorio colombiano, cuentan con 17 mil combatientes en su país, y mantienen relaciones con grupos guerrilleros de América Latina y Europa como la ETA y el IRA.
El Plan Colombia.
La versión original del Plan Colombia según la concibió el presidente Andrés Pastrana en 1998, El argumento de Pastrana fue que “la coca era un problema social cuya solución debía incluir resolución del conflicto armado; los países desarrollados deberían ayudarnos a implementar una especie de Plan Marshall para Colombia, el cual nos permitiría desarrollar grandes inversiones en el campo social, con el fin de ofrecer a nuestros campesinos alternativas diferentes a los cultivos ilícitos”. Buscaba generar un plan de inversiones a través de proyectos que beneficien de manera rápita y eficaz a los colombianos menos favorecidos. Buscando también recuperar la confianza entre los colombianos mediante el rescate de las normas básicas de convivencia social, la promoción de la democracia, la justicia, la integridad territorial, la generación de condiciones para empleo, el respeto por los derechos humanos y la conservación del orden público entre otros.
Estrategias del Plan Colombia
Los principales componentes del Plan Colombia son: la “Recuperación Económica y Social”, la “Estrategia Antinarcóticos”, el “Fortalecimiento Institucional y Desarrollo Social”.
Para poder desarrollar el Plan Colombia se ha previsto un presupuesto encabezado por aportes del país a través de los Bonos de Paz, este aporte se prevé llegará a los mil millones de dólares. Estados Unidos ha asignado un paquete de asistencia de US$1.300 millones. Se ha obtenido a través de prestamos de la banca multilateral 3.900 millones.
Para el componente de Fortalecimiento Institucional han ofrecido apoyo los siguientes países: Estados Unidos, Naciones Unidas, La Unión Europea y alguno de sus países miembros como España, Alemania, Japón, Canadá, Francia, Suiza, Suecia, Finlandia e Italia. Por América Latina están: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y México.
Apoyo de Estados Unidos al Plan Colombia
El aporte realizado por Estados Unidos ha sido destinado a áreas específicas, entre ellas podemos mencionar el “Desarrollo alternativo y apoyo desplazado”, “Protección de los derechos humanos básicos, mejor gobernabilidad y reforma del sistema judicial”, “Apoyo al proceso de paz”, “Interdicción de drogas ilícitas”.
El desarrollo alternativo
Es el componente central del apoyo de Estados Unidos al Plan Colombia, destinando US$106 millones para esta sección del proyecto.
La asistencia entregada por Estados Unidos a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), se concentra en ayudar a los pequeños cultivadores a salir del negocio de la droga por medio de alternativas viables y sostenibles a estos cultivos ilícitos. La asistencia de Estados Unidos introduce métodos más productivos de cultivo, suministra semillas de alta calidad y asiste en el reemplazo de cultivos de coca por cultivos comerciales. Esta ayuda también contribuye a mejorar el mercadeo y la distribución de estos productos legales y financia la necesaria infraestructura social y de producción.
Los programas de desarrollo alternativo apoyados por Estados Unidos para estos pequeños agricultores incluyen acuerdos de erradicación voluntaria o "pactos sociales" entre el gobierno de Colombia y las comunidades donde prevalecen los cultivos ilícitos en pequeña escala.
Protección de los derechos humanos, mejor gobernabilidad y reforma del sistema judicial.
El apoyo de Estados Unidos busca fortalecer las instituciones y organizaciones colombianas de derechos humanos y aumentar su capacidad para documentarse sobre abusos y verificar casos individuales, contribuyendo para que el sistema legal colombiano maneje esos informes en una forma efectiva y a tiempo.
También ayudará a organizaciones locales a informar y educar a los colombianos sobre sus derechos y sus responsabilidades, así como sobre medidas preventivas que se deben tomar ante la amenaza de sus derechos humanos.
Apoyo al proceso de paz
El apoyo de Estados Unidos incluye un programa de asistencia al gobierno de Colombia para evaluar las estrategias de negociación y refinar los enfoques de los numerosos temas sociales y económicos que rodean las negociaciones, así como fomentar compromiso futuro para el establecimiento de la paz en Colombia. En apoyo a estas iniciativas, se harán donaciones a una variedad de instituciones colombianas y estadounidenses, incluyendo universidades, ONG y otras organizaciones de la sociedad civil, para adelantar investigación local, talleres, conferencias, entrenamiento, proyectos operacionales y pasantías.
Interdicción de drogas ilícitas.
El último elemento principal del apoyo de Estados Unidos al Plan Colombia es la interdicción de drogas ilícitas, tanto en la fuente de la producción en laboratorios clandestinos como en el transporte de las drogas ilícitas.
Todos los aspectos del apoyo se dirigen contra los narcotraficantes, los individuos y organizaciones que participan en los cultivos de coca o amapola y quienes participan en la producción y transporte de cocaína y heroína hacia Estados Unidos. Solamente aquellos elementos armados que mediante la fuerza inhiban o confronten las operaciones antinarcóticos se verán afectados por el apoyo de Estados Unidos al Plan Colombia.
Uno de los métodos de la lucha contra el narcotráfico es la fumigación desde el aire a los cultivos de coca. Esta fumigación no solo ha arrasado con las plantaciones ilegales, sino que también destruyó las plantaciones legales.
A su vez, se ha producido una devastación ecológica, pudiendo causar daños irreparables en el ecosistema de la selva amazónica y en la salud de la población que allí habita, ya que se utiliza esta zona como centro de experimentación para el uso de nuevos químicos.
Pero la principal crítica sobre la fumigación es que se ha arriesgado el medio ambiente y la salud de la comunidad, y no ha tenido un resultado positivo, sino que fue una estrategia ineficaz. Ya que ha pesar de las fumigaciones se ha multiplicado el área de producción de la coca y la amapola. También puede desembocar en una protesta social masiva de los productores a los que se le han destruido sus cultivos legales, incrementando la posibilidad de que éstos se unan a la insurgencia guerrillera.
Conclusiones parciales del “plan para la paz”
La 'ayuda' norteamericana, reitera la equivocación del pasado reciente: suponer que la respuesta al problema de los cultivos ilícitos es la represión y no el dar salidas a las carencias sociales y económicas que tienen los campesinos dedicados a esta actividad productiva. Con un agravante adicional: que ahora los Estados Unidos se involucraron en el conflicto interno colombiano, con todas las implicaciones que esto conlleva, en la medida en que se asocian los cultivos ilícitos al conflicto interno armado y se parte de considerar que erradicar los primeros es un presupuesto para avances sustantivos en el segundo, cuando es probable que la ecuación sea inversa, es decir, sólo en el marco de un proceso de negociación con la guerrilla es viable diseñar e impulsar un proceso serio de erradicación manual de cultivos ilícitos. Todo lo anterior plantea un panorama gris a los actuales procesos de negociación y a la sociedad colombiana.
Un verdadero Plan para la Paz de Colombia, sería que se suspendan las fumigaciones que son inútiles y muy costosas socialmente, pero que involucre un serio programa de erradicación manual de los cultivos ilícitos, concertado con las comunidades de productores, que implique un cese al fuego serio y verificable.
Pero además que le permita a la comunidad internacional asumir la parte del compromiso que le corresponde frente a un problema de carácter internacional como lo es el del narcotráfico, debemos entender que la solución no es solo fumigar, sino dar una respuesta a toda la cadena que esta implicada en el narcotráfico, desde los productores hasta los consumidores.
Si tenemos en cuenta que uno de los principales consumidores de cocaína es Norteamérica, esta lucha debería valerse también con acciones tendientes a disuadir el consumo y el tráfico dentro de EEUU, combatiendo no solo la oferta sino también la demanda.
La prioridad del momento por parte de la sociedad colombiana y de los amigos de la comunidad internacional, es presionar el cese multilateral del fuego y de las hostilidades para que las conversaciones avancen en medio de un ambiente políticamente favorable, porque lo evidente es que el modelo de 'negociar en medio de la guerra' que fue útil para comenzar estos procesos de conversaciones, terminó agotándose. Se debe apuntar a sustraer a la población civil del conflicto, aunque la meta sea superar el conflicto armado y sus consecuencias nefastas sobre la sociedad colombiana. Pero mientras esto se logra hay que tratar de disminuir los efectos perversos de la guerra sobre la población no combatiente.
CONCLUSIONES
El fin de la segunda guerra mundial trajo aparejado el comienzo de una nueva etapa, la “Guerra fría” junto con el sistema bipolar, en el cual Colombia quedo alineada en el bloque anticomunista, como el resto de los países del hemisferio, que se encontraban bajo la zona de influencia de una de las potencias, los Estados Unidos.
Dicha potencia buscaba reafirmar la alineación a través de tratados con los diferentes estados americanos, para evitar intrusiones del bloque comunista dentro de su continente.
Colombia buscó sacar ventaja de esta alineación, consiguiendo un mejor trato económico a cambio de su apoyo a la potencia. Pudimos ver esto reflejado en la intención de Colombia de crear tratados de tipo económicos que, en la mayoría de los casos no se llegaron a concretar.
Buscó entonces respaldo en otras naciones americanas, para poder mejorar su capacidad negociadora en el terreno comercial, agrupándose en grupos regionales.
Frente a la crisis de los mísiles, y ante la posibilidad de que se extendieran las ideas comunistas adoptadas por Cuba a otros Estados, Estados Unidos propuso la creación de la Alianza Para el Progreso, y Colombia no dejo pasar la oportunidad, mostrando su interés en dicho programa y la necesidad de un soporte que le permitiera mantener el reciente crecimiento económico. Logrando ser escogida como una de las principales beneficiarias de la Agencia para el Desarrollo Internacional.
Como pudimos ver, Colombia nunca rompió relaciones con Estados Unidos, pero es posible observar que durante los gobiernos de Lleras Restrepo y López Michelsen, las relaciones tomaron otro rumbo, no se convirtieron en enemigos, pero ya no priorizaron tanto sus relaciones, sino que buscaron mirar a las naciones en igual grado de desarrollo en el continente.
Llegando a manifestarse en desacuerdo con los Estados Unidos en ciertos puntos.
Podemos ver como en la década del '70 Colombia profundiza sus relaciones y se continúa integrando cada vez mas con otras naciones de su región, buscando una política exterior multilateral. El cuál no pude mantenerse en la década siguiente, provocando una necesidad de reacercamiento hacia los Estados Unidos.
Con la caída del muro de Berlin, y la consecuente finalización de la guerra fría y el sistema bipolar, los estados dejaron de sufrir la presión ejercida por Estados Unidos para no dejarse influenciar por las ideas comunistas.
Pero dicha presión no cesó totalmente, si bien el enemigo común, “el comunismo” ya no existía, surgieron otros objetivos para proteger, como ser los derechos humanos, la democracia, y la lucha contra el narcotráfico entre otros. Y en pos de ellos permitírsele a Estados Unidos las facultades mas impensadas no solo a nivel internacional, sino dentro del marco interno de cada estado.
Para algunos países estaría marcada la influencia y control sobre ellos a través de las deudas económicas que pudieran tener con Estados Unidos.
Con Colombia específicamente, vimos como se involucraron y buscar manipular las acciones y estrategias del gobierno a través del Plan Colombia.
Por el cual Colombia recibe un trato preferencial, con un gran aporte económico para todo el desarrollo del mismo, pero que conlleva una subordinación y aceptación a las cláusulas dispuestas por la potencia.
Como también la penetración de ciertos grupos de las fuerzas armadas norteamericanas en territorio colombiano.
El Plan Colombia es un plan que aún se encuentra en vías de desarrollo, y que esta dando recién sus primeros pasos, aunque no por eso ha dejado de ser combatido y criticado fuertemente, entendiéndolo muchos como elementos de una proyección geopolítica y geoestratégica que busca afirmar el dominio indiscutido de los Estados Unidos sobre Colombia y expansión al resto del continente americano.
Por entender también que le preocupa a la potencia la coexistencia del “Triangulo Bolivariano”, conformado por Colombia (FARC-EP), Venezuela (Chavez), y Ecuador (Movimiento indígena), buscando prevenir o “atemorizar” a dichas naciones, mostrando como ejemplo su intervención a Colombia.
Podemos confirmar que Colombia y Estados Unidos mantuvieron y siguen manteniendo relaciones cordiales internacionales, buscando Colombia conseguir un trato preferencial en materia económica, mientras que la potencia buscaba, en una primera etapa mantener alejada las ideas comunistas, y luego, en la segunda etapa, reposicionarse y constituirse como potencia única subordinando a los estados americanos a través de presiones económicas y en algunos casos, hasta militares.
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La conferencia de Bandung fue una reunión de estados asiáticos y africanos, la mayoría de los cuales acababan de acceder a la independencia, con el objetivo de favorecer la cooperación económica y cultural afroasiática en oposición al colonialismo y al neocolonialismo.
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Secretaría de Integración Económica Centroamericana. http://www.sieca.org.gt/
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Presidente de Brasil (1956- 1961).
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Régimen dictatorial.
Presidente de Nicaragua, fue el último de la dinastía de dictadores que había comenzado en 1936 por su padre.
Fue un movimiento insurgente colombiano que empleaba tácticas de la guerra de guerrillas y posteriormente a su desmovilización se convirtió en un movimiento político de izquierda.
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, tomó su nombre del dirigente rebelde comunista.
A partir de 1990 adoptó el nombre de Grupo de Río.
Entrevista de ANNCOL al Sr. Raul Reyes, comandante de las FARC.EP, http://www.anncol.org/es/site/doc.php?id=2405
Euskadi Ta Askatasuna, organización terrorista, autodeclarada independentista y nacionalista vasca.
Ejercito Republicano Irlandes, grupo paramilitar, abogan por un estado sin lazos con el Reino Unido.
El presidente Clinton firmó la ley sancionada por el Congreso de Estados Unidos el 13 de julio 2000.
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Enviado por: | Tatiana Conde |
Idioma: | castellano |
País: | Argentina |