Varios
Reformas educativas en México y pobreza
INTRODUCCIÓN
No se pueden aislar los fenómenos que acontecen dentro de una sociedad, hacerlo sería fragmentarla. Entonces todo “va de la mano” educación, salud, empleo, servicios sociales...pobreza.
A lo largo de la historia de los pueblos, se ha adoptado lo que se considera “lo mejor” para el desarrollo económico y el bienestar social. De esta manera se suceden reformas, una tras otra.
Las Reformas educativas en México y su impacto en la pobreza que es el tema que me ocupa, deben ser “la “refundación” o “reorganización” del sistema educativo, buscando su transformación de manera irreconocible a los anteriores” (A. Díaz Barriga), al menos esto es, en el discurso de las diferentes reformas que se han ¿padecido? a través de la historia de la educación en nuestro país. ¿Qué es lo que nos ha faltado? Tal vez humildad para reconocer el error y dar marcha atrás y preguntar a las naciones que han logrado zanjar este abismo ¿cómo le han hecho?, se necesita quizá un equipo multidisciplinario e incluso internacional que atienda los diferentes aspectos a evaluar y proponga visiones factibles de alcanzar.
El mayor error que cometemos es el trabajo en solitario, presumiblemente, estamos en la era postmoderna y tal vez esa sea una de sus características, de ésta el egoísmo. En nuestra carrera por el “éxito”, no queremos siquiera volver la mirada para ver a quién llevamos al lado, ¿qué tal si les damos la mano para unir fuerzas y hacer una especie de carrera de relevos para no agotar impunemente nuestras fuerzas? Si no hacemos esto, menos podemos pensar que el que va a delante nos puede ayudar.
El revisar durante este semestre en la asesoría de Análisis Sociopolítico la situación, precisamente política de la educación, deja un sabor amargo de impotencia. Me siento como ante la proximidad de una cascada, y yo en el arroyo por supuesto, por mi posición de docente, y en la frágil embarcación en que me encuentro, mis fuerzas son desesperadas por no caer en ella. Debo remar a contracorriente, pero en esa embarcación, van otras personas, se supone que no voy sola ¿y si las contagio de mis aspiraciones? ¿podremos sacar la canoa de la peligrosa corriente?, y luego, la estrategia sería avisar a las que divisemos, que al frente hay una cascada, que remen para otro lado. Somos dignos productos del sistema en que estamos viviendo y no vemos más allá de nuestros intereses, no nos percatamos que esa es la solución, trabajar en equipo, desde las áreas más simples, hasta las más complejas.
Trataré de repasar los acontecimientos en hechos, y, posibles soluciones, que los autores proponen a dos grandes tumores sociales: la educación y la pobreza. La vértebra de mi ensayo se basa en la pregunta:
¿Que circunstancias han motivado la reconversión del sistema educativo mexicano y cómo han influido en la actualidad para el crecimiento de la pobreza?
La historia de la educación en los estados Iberoamericanos, ha estado matizada por épocas de crisis económicas, guerras, épocas de esclavitud, independencia, etc., lo que desde luego la ha revestido de ese carácter tan multifacético, que no respeta fronteras políticas, y parece ser que solo se limita por la geografía natural.
En el caso de México, quizá sea la Cultura Mexica, una de las primeras en preocuparse por formar a los hombres de manera formal, en instituciones. Sus primeros centros educativos fueron el Cálmecac y los Tepochcallis. Al llegar, con la conquista de los españoles, el virreinato, el que se da a nivel Iberoamericano, éstos centro educativos indígenas son destruidos, y en su lugar se da la instrucción por órdenes religiosas, que desde luego tenían que evangelizar a los indígenas y luego a los mestizos.
Su método de instrucción fue original y adaptado a las distintas necesidades prácticas y regiones. Fue iniciado por la Orden de los Franciscanos, como sus resultados fueron plausibles, sirvieron de inspiración para los Agustinos, Dominicanos y los Jesuitas. Uno de sus objetivos era civilizar a los indios “humanizándolos”. Su época de auge también acaba y por órdenes de la Corona, al estorbarles para sus intereses de expansión territorial, son expulsadas las órdenes religiosas.
A esta expulsión, le sigue una época de abandono a la educación ¿cómo se iba a cubrir ese espacio tan importante para el país, si no se contaba con los recursos necesarios, desgastados por las constantes guerras? Por estos motivos el sistema educativo tarda mucho en resurgir de las cenizas.
A partir de las primeras constituciones, se peleaba ya porque la educación fuera gratuita, laica y obligatoria. Cuando se da la separación de la iglesia, de los asuntos nacionales, se forman las ideas de las élites, con valores de orden liberal, todos los asuntos públicos que antes eran manejados por la iglesia, pasan a poder del Estado.
A México, le sigue todavía una larga etapa de desajuste y es hasta el porfiriato que el sistema educativo se logra consolidar y sienta sus bases, introduciendo las asignaturas, educación para adultos, párvulos, introducción de artes y humanidades. El objetivo ahora era formar individuos integrales que conocieran sus derechos, no estar bajo el yugo de la Corona, decidir libremente su trabajo y religión. No eran sistemas homogéneos, ni ordenados, y la formación de docentes no era una realidad todavía. Estos se consolidan hasta la pedagogía moderna con la creación de las escuelas normales, aun así la aspiración de cobertura docente era muy lejana. Estos retos educativos continúan desde la Independencia hasta el Siglo XX. Gran parte de la población era analfabeta.
Después de los procesos revolucionarios, estas formas desorganizadas de desarrollar la educación se mantienen, pero se introducen las ideas de buscar los derechos sociales para las clases más desprotegidas. Empieza a nacer el slogan “educación para todos” (G. Ossenbach, 2001) y la educación deja su elitismo. Lo que se empieza a lograr es precisamente la expansión educativa con la proliferación de las escuelas normales, que hacen mucho más laxa la formación de docentes, los que son formados por personas habilitadas para tal tarea, que también consistía en dar clase a adultos e indígenas.
La idea era formar individuos que estuvieran capacitados en artes humanistas y que fueran capaces a la vez de integrarse al sistema productivo. Sus logros empezaron a notarse cuando una familia pobre podía dar el salto a la clase media a través del sistema de industrialización: educación para el trabajo, aún sin que esos no hayan sido la base de sus objetivos.
Durante cuatro décadas (1948-1990) el fundamento de la educación es la educación masiva para el desarrollo económico y social (A. Mtz. Boom, 2004).
Es en la década de los 80's cuando esta ascensión se detiene y los cuestionamientos de la falta de movilidad social recae en los sistemas educativos, los que se encuentran desde entonces como en etapa de yuxtaposición de lo nuevo con lo antiguo. Esta década se ha llegado a llamar “la década perdida” por ser la mayor crisis económica en Latinoamérica (A. Mtz. Boom, 2004).
Los movimientos de reforma, que puede decirse que comienzan en este periodo surgen como administradores de una renovación positiva y necesaria para la sociedad que contribuye a la distribución de los beneficios sociales, es decir son “estrategias de uso positivo del poder” (A. Mtz. Boom, 2004).
En esta época (80's-90's) también que se empiezan a reformar los programas educativos, debido a su pérdida de legitimidad, que viene por la falta de movilidad social. Esta no debía ser su misión, pero sucede que el fenómeno se empieza a dar. Lo que emprende casi de manera accidental, se le atribuye ahora en la época moderna como algo que debe ser, y se piensa que el simple hecho de tener las mejores credenciales educativas, garantizan esa movilidad hacia las clases elitistas, esta es la teoría del capital humano (G. Ossenbach, 2001).
En la actualidad, el hecho del credencialismo, ya no está garantizado esa movilidad, la esperanza es que los sistemas educativos vuelvan a recomponer las estructuras sociales, se puede decir que estamos en crisis de legitimidad educativa.
De los 80's a los 90's los países Iberoamericanos, tienen ideas reiteradas en lo concerniente a educación como: el derecho a la educación, la obligación del Estado a impartirla, participación de la sociedad civil en las cuestiones administrativas, libertad de enseñanza, educación gratuita, educación básica obligatoria y sistema educativo flexible (Javier M. Valle, 2001).
Sin embargo no tienen la misma materialización en los distintos contextos sociales, aunque sí se destaca la educación como un sistema abierto con becas y educación para adultos. Se pasa de la concepción de educación para el trabajo a la concepción de la educación para toda la vida. Y su objetivo ahora es el desarrollo pleno e integral de la persona.
En la estructura administrativa y distribución de las competencias, se hablará del nivel nacional como unidad política independiente, nivel regional dependiente del anterior, nivel provincial con unidades administrativas dentro del mismo y por último del nivel municipal que incluye a las localidades (Javier M. Valle, 2001).
La organización general del sistema educativo en la década 80's-90's en Iberoamérica se divide en pre-primaria (0-6), primaria (7-12), secundaria (13-15) que suele ser obligatoria y nivel superior. El gasto público para educación varía de unos países a otros.
En educación preescolar existen graves carencias a nivel iberoamericano que están mejorando sensiblemente desde la obligatoriedad en este nivel. En Educación primaria, las tasas son por lo general satisfactorias en los contextos urbanos, no así en la población indígena. La educación superior, no alcanza todavía la formula mágica de oferta y demanda.
En un documento titulado “De cara al futuro”, los Jefes de Estado y de Gobierno Iberoamericanos, debían mencionar su visión para las políticas deseables y posibles en los años venideros, todos, dejaron una escasa visión crítica. Algunos mejor las omiten y los que se atreven a encararlas mencionan que “aun falta mucho por hacer para elevar la calidad de la educación” (J. L. García Garrido, 2001). Las causas se engloban en el factor de escasos recursos físicos y materiales, aumento o disminución de demografía afectando con ello la identidad nacional. Las características generales es que se pierde credibilidad y fuerza por la ineficiencia del aparato escolar. El único país que salva esta contingencia es Cuba que declara haber erradicado el analfabetismo.
Los planes de estudio, también sobresalen, con menciones tales como: desfase entre sus objetivos, logros mecánicos y verbalistas ante las demandas de desarrollo nacional. En la línea de profesores, el sentir iberoamericano es todavía de escases, condiciones de trabajo poco favorables, bajo reconocimiento social, remuneración baja, deficiente formación inicial y de servicio.
En suma, hay una denuncia general de desconexión entre el sistema escolar y el social dentro de la década de los 80's a 90's.
A comienzos de los noventas, los países se muestran desinteresados por las reformas educativas, pese a las condiciones deplorables y sólo algunos avanzan en este escabroso terreno como México con la aprobación de la Ley General de Educación (1993), que tiene sus antecedentes en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (1992) durante el gobierno de Salinas de Gortari. Sus objetivos eran: mejorar la calidad, elevar la escolaridad, descentralizarse y fortalecer la participación de la sociedad (A. Mtz. Boom, 2004).
Todos los países están preocupados por las diversas líneas educativas con atraso, y temen la innovación, ante la cual se muestran cautelosos.
Los países iberoamericanos, reconocen que la mejora de la calidad de la educación, va necesariamente ligada a la descentralización del sistema educativo y en el caso de nuestro país lanza el Programa para la Modernización Educativa 1984-1994.
La educación no está como prioridad a comienzos de la década de los 90's, es relegada a causa de la deuda externa que exige elevadas sumas que obligan al recorte del gasto en especial el educativo. Fue en 1995, en Bariloche Argentina que se consolidan algunas tendencias para finales de siglo como: educación de calidad para todos, revisar la formación tradicional de los docentes, respeto a la diversidad cultural, fomento de valores democráticos, participación de la sociedad, utilización de instrumentos didácticos modernos, modernización de universidades e identidad cultural.
Por su parte en un informe de la UNESCO-ORELAC en el '95, se da a conocer que la pobreza aumentó en un 10% en la década de los 80's, los países se endeudaron para tratar de salvar su economía, y lo que se logra es un “retroceso de desarrollo” (A. Mtz. Boom, 2004) que deriva en aumento de violencia y exclusión social. Por su parte los gobiernos implementan programas de ajuste y austeridad, con lo que se crea un círculo vicioso de “préstamos para pagar los préstamos”. América Latina se convierte en el mejor negocio para los países industrializados. El FMI impone a los países su política de “reducción del gasto público” afectando a la educación y salud. Para salir de esta crisis, se contemplan diez reformas que tendían en general a la reducción del gasto público, atracción de capital extranjero, privatización de empresas. A esta nueva doctrina se le conoce como neoliberal.
En Latinoamérica, se pasa progresivamente a un enfoque intervencionista y estadista, todo bajo control del FMI y los “tigres asiáticos”, se le llama neoliberalismo pero no es otra cosa que la apertura a la economía mundial. Entre sus objetivos estaban: modernización, eficiencia, competitividad y la inserción al mercado internacional. Lo real para Latinoamérica es que la deuda sigue creciendo por la acumulación de intereses y contrariamente se da una regresión.
Para la educación el panorama se torna más difícil al ajustárseles el gasto pues según M. Apple “Las escuelas públicas son agujeros negros en los que se invierte dinero y este desaparece, sin que se tengan resultados eficaces” (A. Mtz. Boom, 2004), se le cambia el panorama de democracia o “escuela para todos”, en bienes de consumo con lo que se controla sus contenidos por medio del curriculum escolar, situándola en el orden de mercado, en la que el alumno es visto como un consumidor al que la educación le sirve solo para competir.
La globalización ya no es sólo apertura de fronteras, sino interacción económica y cultural, cuyos rasgos principales son la movilidad social basada en la economía. La competitividad entonces es su slogan, en todos los campos incluida la educación que ahora tiende al paradigma técnico instrumental de preparación para el trabajo. La educación que se requiere es distinta a la enseñanza tradicional y nace un nuevo enfoque basado en “las necesidades básicas de aprendizaje” (A. Mtz. Boom, 2004).
En los 90's, la educación pasa de un modelo de mercado a uno ligado a las exigencias de desarrollo tecnológico, para que sus individuos sean productivos y (el nuevo lema) eficaces. Lo malo es que sus alternativas pedagógicas no surgen de sus filas, sino “desde afuera”. Se da vigencia nuevamente al viejo concepto de “capital humano”, en el que se asigna a la escuela el capacitar sujetos para obtener ingresos compatibles con el nivel de vida. En 1990 la CEPAL- UNESCO promulgan nuevamente “La educación para todos” (A. Mtz. Boom, 2004).
Por su parte el BM genera políticas de préstamos, ahora el problema es definir “cuales son las necesidades básicas para todos”, para lo que se requiere un proceso sistemático de evaluación y una “visión ampliada” anclada en dos pilares: necesidades básicas de aprendizaje y el desarrollo humano.
Los obstáculos para que se de el desarrollo humano son: estancamiento de la economía, poblaciones marginadas, aumento de la población, degradación del medio ambiente, lo que a su vez es el resultado del desarrollo económico.
Robert McNamara (1973) plantea como estrategia de desarrollo, dirigir las necesidades básicas a los sectores pobres. Esto en realidad se dio en 1989, con el concepto de “desarrollo humano” porque las personas son un factor inagotable. Entonces no se trata de erradicar la pobreza, sino de invertir en educación para los más pobres, para que de esta manera puedan escapar de la pobreza y mejorar su calidad de vida. Por todo esto se presenta como la gran alternativa para el Siglo XXI la teoría del Capital Humano (Schultz) en el que los aprendizajes deben ser de por vida para todos, pierde su carácter cultural y se basa en una visión realista adquiriendo el carácter de Paradigma Fundacional (A. Mtz. Boom, 2004).
La educación es aquí asunto de Estado y éste a su vez promueve la descentralización .
Nace una nueva categoría “los nuevos pobres” que obedece al desplazamiento masivo del campo a la ciudad y para ellos son diseñadas la mayoría de las políticas sociales. El BM adopta el slogan “calidad sí, pero a bajo costo” por lo que aconseja reducir gastos en salarios de maestros, alimentación escolar, menos maestros, menos escuelas. El argumento es que hay una incongruencia entre los conocimientos que proporciona la escuela y el desarrollo científico-técnico, falta de equidad entre las regiones, la descentralización fragmenta las competencias, lo que evidencia que no se aprovechan los recursos de por sí escasos (A. Mtz. Boom, 2004).
La escuela pasa así del ciclo expansivo al ciclo cualitativo en el cual su atención está en sus aprendizajes efectivos ligados a la producción económica. Se entra en la llamada etapa consensual que incluye menor participación del Estado, atención a los más pobres de los pobres y políticas como la que México adoptó: descentralización, donde transfiere la responsabilidad a las provincias con la cultura de la rendición de cuentas, y su consigna que es “hacer más con menos”. En la “etapa consensual”, que constituye la antesala de las leyes generales, se incluye un minucioso diagnóstico. En realidad este tipo de política es derivada de la experiencia chilena de la cual nacen reformas matizadas de consenso y equidad (A. Mtz. Boom, 2004).
En los 90's, las reformas educativas toman importancia capital y a través de un consenso, todas están encaminadas a elevar la calidad de la educación a un bajo costo para evitar la “mano negra” del sector privado.
La etapa que le sigue al consenso es la llamada reconversión del sistema que es más agresiva aunque con apariencia de innovación, a lo que se ha llamado cuasimercado por la competencia que los distintos proveedores llevan a cabo para la prestación del servicio, el cual sigue estando regulado por el Estado, pero que genera el fenómeno de que los sectores medios y altos de la población se van a la educación privada por los criterios de calidad (A. Mtz. Boom, 2004).
América Latina, afianza sus reformas, en base a cuatro líneas de acción, la primera que detecta es la importancia que tiene la descentralización y administración educativa. Descentralizar queda entendido como la hegemonización ante la homogenización de los sistemas educativos, que empieza en los 80's en su versión drástica y sigue en los 90's en la etapa consensual. Tiene como objetivo reducir los fondos dedicados por el Estado a la educación, aunque éste conserva el control de los contenidos. Esto impulsó un silencioso avance de la privatización. América Latina queda todavía dentro del proceso de privatización (A. Mtz. Boom, 2004).
La segunda línea es la necesidad de articular calidad, competitividad y ciudadanía. En la opinión de la CEPAL-UNESCO, no hay desarrollo económico posible sin una educación de calidad que favorezca la equidad. Se ha implementado una lógica, basada en el consenso para la “participación de la comunidad” en el diseño de planes educativos, que interesan también desde luego la presencia del Estado y los poderes económicos para poder formar “consensos o mayorías estabilizadoras” (A. Mtz. Boom, 2004).
El concepto de calidad, se enlaza con el de orden y disciplina escolar, rendición de cuentas, introducción de nuevas tecnologías y contenidos funcionales para el trabajo. Lo cierto es que se justifica la financiación de la educación.
La tercera línea es la exigencia de la evaluación de la calidad como el complemento necesario para los estándares de calidad. Es la concepción de la escuela como empresa. Es la ley de la oferta y la demanda, en la que el cliente escoge a que centro educativo “le paga”. Se entra al nuevo lema de “todo lo que se evalúa mejora” y para eso es la rendición de cuentas, bajo la que se oculta el control del Estado. América latina, se encuentra en desventaja porque se le pide adaptarse a los parámetros internacionales y no tenemos la altura necesaria para competir (A. Mtz. Boom, 2004).
Por último la cuarta línea que refiere a la profesionalización docente. A pesar de su larga historia de desprestigio la nueva concepción de educación, plantea la necesidad de definir un nuevo perfil docente, en donde la autonomía del maestro tiende a desaparecer y se ve centrada en los aprendizajes, reduciendo el trabajo docente a una mera aplicación instrumental, aplicador de las políticas educativas. Como se puede ver el concepto de “profesionalización docente” de las nuevas reformas se centra en su capacidad operativa para producir buenos aprendizajes utilizando las nuevas tecnologías.
A finales de los 80's y principios de los 90's los países comenzaron a superar el periodo de ajuste. Ante todo este oscuro panorama, lo único bueno que trae la globalización para la educación es que la sitúa en las prioridades políticas, así, el Siglo XXI es conocido como “el siglo de la educación” donde el PNUD nos presenta su estrategia de desarrollo sostenible en la que, la educación, es el eje sobre el que debe girar todo proyecto de transformación social (A. Mtz. Boom, 2004).
Otro de los puntos débiles que la década de los ochentas dejó en los países Latinoamericanos además de la educación es la pobreza, la que han tratado de menguar con políticas focalizadas, como el Pronasol en México. Nora Lustig afirma, de acuerdo a las estadísticas, que los niveles de desigualdad del ingreso en América Latina y el Caribe, están entre los más altos del mundo. “Las medidas que hasta ahora se han tomado son complementarias, cuanto más se explote esa complementariedad más efectivo puede ser el crecimiento económico en reducir la pobreza” (Nora Lustig).
El modelo que se ha adoptado en este renglón es el residual o liberal de estado de bienestar, basta volver la mirada para determinar que en México y América Latina, la pobreza es un asunto de primer orden.
Para medirla, se utilizan tres tipos de mediciones a nivel mundial: las que efectúan los programas de políticas sociales y residuales, las nacionales y las comparativas realizadas por organismos internacionales. En la opinión de Julio Boltvinik, cree que la mejor opción para medir la pobreza, son los métodos combinados porque se tomaría en cuenta diferentes fuentes. Araceli Damián coincide con lo anterior y al igual que él, también dice, que medir el tiempo libre daría la diferencia entre los pobres y no pobres.
En México lo que se sabe de políticas contra la pobreza es que el BM y el FMI llevan 40 años promoviendo las mismas políticas antipobreza y desde luego no se necesita ser un experto para saber que han fracasado, y “sólo han provocado hambrunas” (Julio Boltvinik y Araceli Damián, 2004).
Su estrategia ha sido, “la carrera hacia abajo” que se basa en eliminar los beneficios sociales, desarrollo de capital humano y base amplia de crecimiento económico. Gordon, opina que el método más adecuado para medir la pobreza es el de los presupuestos familiares y que para acabar con ella no se necesita más que voluntad política porque “las políticas contra la pobreza son una expresión de un impulso puramente humanitario” (Jhon Toye).
El Programa Oportunidades implantado en México, como un programa focalizado contra la pobreza, tiene el supuesto de que “a mayor educación, menos pobreza”, lo que Araceli Damián (2004) pone en duda y basada en varios métodos de medición, opina que ésta, es más grave en la época actual, que a finales de los 60's, que además, gran población ha quedado fuera de estos programas.
Gosta Esping-Andersen culpa de la pobreza al sistema capitalista ya que aduce que en el precapitalismo los individuos no eran considerados “mercancías” y al pasar a serlo en el sistema actual, dependen directamente del dinero y aconseja la desmercantilización del hombre. Opina lo mismo Bustelo que agrega que se basen en el principio de la justicia y del empleo productivo que genere la emancipación. Felipe González los apoya y pide más derechos sociales para los pobres y denuncia a los organismos internacionales que cobran elevados intereses que recaen en la canasta básica de los pobres. Evelyn Huber dice que uno de los efectos más negativos del neoliberalismo, la “carrera hacia abajo” sólo provocó aumento de la desigualdad en el ingreso, por ende marcó más la pobreza. Jhon Toye, propone como solución el crecimiento económico, pero primero se debe medir objetivamente la pobreza.
El auge petrolero en el periodo presidencial de López Portillo ayudó visiblemente a combatir la pobreza y posteriormente, Salinas con su programa Pronalsol, a este le siguió el Progresa actualmente Oportunidades, que aunque han sido focalizados se han dirigido a atacarla directamente (Brachet-Márquez) Este último analizado por Julio Boltvinik quien observa que uno de sus puntos más débiles es el de apoyo diferenciado, porque los hogares que no tienen niños estudiantes no se les brinda el apoyo por lo que se recurre a la falsedad de información para obtener el beneficio. Otro analista Michelle Adato, coincide con Boltvinik en su crítica a Oportunidades pero encuentra uno positivo en que las mujeres se mostraron activas en la toma de decisiones. Quién también le encuentra puntos positivos a este programa focalizado, es Agustín Escobar quién dice que hay diferencias “modestas” en vivienda, alimentación y educación; pero que en salud y trabajo estos no mejoraron, y que la situación doméstica empeoró por la división que causó el dinero.
¿A dónde volver la mirada para encontrar soluciones contra la pobreza? ¿Porqué no a la Unión Europea? Para este país, la pobreza es de 2ª. Importancia. Para combatirla aplican la inclusión en la calidad social o los estados de bienestar como el social demócrata que ha dado excelentes resultados en Europa.
Un de los primeros pasos a dar para combatirla es saber definirla y medirla adecuadamente para saber quiénes entrarían en los programas de beneficio. Se han dado incontables debates sobre su definición.
En 1975 Europa define pobreza como personas con recursos reducidos; científicamente, la pobreza incluye el bajo ingreso, con bajo nivel de vida; en un debate en 1995 se dividió en pobreza absoluta como la más grave y pobreza total como falta de ingreso y pobreza masiva en medio de la riqueza.
Steing Ringen establece una escala de medición y define tres grados en el que el más extremo es la indigencia, seguido de la carencia y el más leve la vulnerabilidad. Existen tres organismos de la ONU que la miden y se basan en estadísticas de salud, educación, ingreso, alimentos y el BM que utiliza microencuestas basadas en los rasgos citados. Nora Lusting, aduce que para reducir la pobreza, se necesita ver a qué se dedica la gente, en dónde viven y a dónde emigran los pobres.
En la Unión Europea se utiliza la encuesta llamada Panel del Hogar de la Comunidad Europea y es sobre el presupuesto de los hogares, se mide la canasta básica y los servicios con que cuentan.
La verdad creo yo, está en los resultados, y la realidad ha dejado ver quién tiene la razón, ¿porqué no simplemente adoptamos sus métodos de medición para darnos cuenta de a quiénes urge ayudar?, quizá no podamos implementar sus políticas para combatirla por la diferencia de sistemas de gobierno sin embargo el saber medirla bien, ya sería un paso adelante. Lo que sí se necesita y urge es la voluntad de ayudar, de todos, incluida la élite aunque sólo sea por la amenaza de su bienestar ante el crimen y las enfermedades (Jhon Toye).
En el camino de las soluciones, se identifican al menos aspectos comunes entre los diferentes países que padecen pobreza: se cree que hay una interdependencia social entre ricos y pobres, que éstos son una amenaza, que el Estado puede modificar la situación y se penaliza la vagancia. Otra factor en contra de los pobres es la falta de conocimiento, y ante la incertidumbre generan estrategias poco aconsejables para enfrentarla como por ejemplo la liquidación progresiva de los activos (Jhon Toye). Lo mejor para reducir la pobreza es la inversión, lo que no es posible para la gente pobre, además sus inversiones básicas como su casa, carecen de seguro y no hay instituciones financieras que los oferten, pudiera darse la solución de las micro-finanzas (Nora Lusting).
Jhon Toye propone un crecimiento de base amplia con intervenciones específicas, para lo que se necesita primero medirla adecuadamente y pensar en los pobres como gente de acción; y saber diferenciar entre pobreza crónica y pobreza transitoria quizá por desastres naturales. Entre las políticas de pobreza, la máxima más venerada es “Es bueno darle un pescado a un pobre, pero es mejor enseñarle a pescar”.
CONCLUSIÓNES
No cabe duda que la política de la masificación de la educación, seguida en los ochentas, fue una mala decisión, un lastre que a la fecha venimos arrastrando.
Para la educación, los malos resultados de esa década, repercuten en la reducción del gasto educativo en todos sus renglones y niveles, entonces, se criticó primordialmente, los métodos, los contenidos, los programas de enseñanza pero sobre todo el mal aprovechamiento de los recursos “de por sí escasos”. Ya en los noventas, se cambia la visión, al darse cuenta que la movilidad social se ha estancado, y hay una denuncia general de “desconexión del sistema educativo con el sistema escolar”, pasándose tras varios tropiezos al modelo neoliberal, el que incluye la teoría del capital humano, en el que la escuela es un cuasimercado, pasando de un ciclo expansivo a un ciclo cualitativo, aquí los conceptos adoptados corresponden a la línea de economía: calidad, eficacia, eficiencia, rendición de cuentas.
América Latina, basa sus reformas en base a cuatro líneas de acción: el reconocimiento de que la descentralización es clave para el desarrollo educativo, la necesidad de articular calidad, competitividad y ciudadanía, la exigencia de la rendición de cuentas y la profesionalización docente.
Esta última es la que considero más emergente y a la que “ya se ha atendido” en la opinión del gobierno con la fundación de Carrera Magisterial el 14 de enero de 1993, posteriormente en el '95 con la fundación del Programa Nacional para la Actualización Permanente. La noticia es que no han servido de mucho, en mi humilde opinión, tal vez esté pasando como el fenómeno de los programas focalizados para los pobres, dejan fuera gran cantidad de población, haciendo la brecha más profunda entre unos y otros. Además, se basan en la característica de la política neoliberal: la evaluación como factor de decisión, la rendición de cuentas y sobre todo la competitividad, que es el cáncer del siglo, porque en vez de unir voluntades crea enemistades. Aparte de que estos sistemas de “actualización docente” no dejan de ser una sutil tecnología de control, misma que reproducimos en nuestros respectivos ámbitos educativos. Creo que a ultimas cuentas lo que no le conviene al gobierno es que la “unión haga la fuerza” que lo pueda derrocar.
Pienso como Díaz Barriga, que el sistema educativo, necesita una “refundación”, sentida en sus fibras más íntimas, aunque se tengan que degollar muchas cabezas, si esto se tiene que empezar por “la reflexión en y sobre la acción de nuestra propia práctica docente” (D. Schon, 1983), sea.
Si empezamos en nuestro propio lugar, no solo en la línea de educación, sino en la de calidad social por ejemplo, ayudando a “los que menos tienen”, podremos abarcar mucho más de lo que actualmente se está haciendo, que será mucho. Tomemos “conciencia de” diría Agnes Heller (1991).
Atentamente
María de los Ángeles Pecina de luna
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Voltbinik, Julio y Araceli Damián (2004) La pobreza en México y el mundo, Siglo XXI, México, cap. 1.
Voltbinik, Julio y Araceli Damián (2004) La pobreza en México y el mundo, Siglo XXI, México, cap. 3 y 4
1
Las Reformas Educativas en México y su impacto en la pobreza
2007
En el presente ensayo, se revisan de manera cronológica, las diferentes reformas educativas que se han implementado en nuestro país y en qué medida éstas son responsables de uno de los cánceres de nuestro siglo: la pobreza.
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Enviado por: | Pecina |
Idioma: | castellano |
País: | México |