Literatura
Realismo
INTRODUCCIÓN
En el trabajo que se va a presentar a continuación, se dará a conocer todo con respecto al movimiento literario que se investigo en este trabajo cuyo nombre es el realismo, citando sus orígenes, además de explicar muy argumentativamente sus principales características y escritores que despertaron en este movimiento literario una gran admiración y respeto de sus lectores.
Se harán unas breves reseñas de las principales obras que son consideradas iconos en este movimiento literario, identificando quienes fueron sus autores y explicando muy brevemente la vida que llevaron ó llevan.
DESARROLLO DEL TEMA
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EL REALISMO
La estética del Realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un documento que nos pueda servir de testimonio sobre la sociedad de su época, a la manera que la recién nacida fotografía. Por ello describe todo lo cotidiano y típico y prefiere los personajes vulgares y corrientes, de los que toma buena nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del anterior Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la moderación y síntesis de cualquier contradicción, la objetividad y el materialismo.
En cuanto a los procedimientos literarios del Realismo, son característicos el abuso de la descripción detallada y prolija, el uso del párrafo largo y complejo provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular tal cual se pronunciaba y sin corrección alguna que pretenda idealizarla y el uso de un estilo poco caracterizado, un lenguaje "invisible" que exprese objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.
Al igual que el Romanticismo, el Realismo tuvo dos corrientes, una conservadora, que alababa las viejas costumbres populares (José María de Pereda, Juan Valera), y otra progresista, caracterizada por la denuncia social (Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas "Clarín").
En las últimas décadas del siglo XIX se advierte en Hispanoamérica con gran rapidez la asimilación y aclimatación de las modas y costumbres europeas. Se sigue casi al día el teatro, la novela y la poesía de: Francia, España, Inglaterra, Alemania e Italia; se remedan y copian todos esos géneros impregnándoles en un sello propio.
El realismo surge después de la revolución francesa de 1848.
Manifiesta una reacción contra el idealismo romántico y expresa el gusto por la democracia, mas contrariamente a lo que su inclinación social sugiere, no produce un estilo arquitectónico propio y se expresa escasamente en una escultura crítica o social. Hacia las décadas centrales del siglo XIX el Romanticismo iría cediendo paso al Realismo. Al cambio contribuyen varios fenómenos:
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En las conciencias se cierne el peso y las terribles consecuencias de la Revolución Industrial:
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Trabajo de niños y mujeres
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Horarios excesivos.
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Condiciones de vida penosas.
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Viviendas insalubres.
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Los fracasos revolucionarios del 1848 se dejan sentir.
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Se abole todo atisbo de idealismo.
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Abunda la temática social.
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Se tiende a representar al hombre en sus quehaceres cotidianos.
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El tema de la fatiga se convierte en tema principal.
Las causas de esa asimilación inmediata pueden ser varias: Una de tipo económico-social; otras de carácter literario.
Entre las primeras la estabilidad de los gobiernos, superada la anarquía de los primeros tiempos de la independencia; la eliminación de las formas de caudillaje; la normalización de relaciones diplomáticas con los estados europeos.
La prosperidad económica; el auge del capitalismo; el alumbramiento de nuevas fuentes de riquezas; la corriente inmigratoria.
Entre las causas de carácter cultural: en anhelo de imitar a los pueblos que consideran más aventajados, (Francia & España); el deseo de ver y asimilar las viejas formas de la civilización invade a todos; empeño en investigar a sus hombres de letras con altos cargos diplomáticos, primeros y mejores intérpretes de las nuevas doctrinas.
El escritor realista le interesa narrar, descubrir, presentar. Podríamos decir que el novelista argentino, dominicano, mexicano, chileno o colombiano no pierde de vista su país y su época, la técnica es europea; el tema y la ambientación autóctonos. Podríamos decir que el naturalismo es una intensificación del Realismo, difieren en los aspectos étnicos, estilísticos y hasta temáticos que se observan en el naturalismo; el narrador naturalista le interesa ante todo demostrar.
La diferencia entre el realismo y el naturalismo es más difícil de definir, a pesar de que los dos términos son a menudo usados indistintamente. La diferencia estriba en el hecho de que el realismo se ocupa directamente de aquellas cosas que son aprendidas por los sentidos mientras que el naturalismo, un término más bien aplicado a la literatura, intenta aplicar teorías científicas al arte.
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Realismo Màgico.
El término Realismo Mágico no es originario de la literatura, y fue acuñado hacia 1925 por el crítico alemán Franz Roh, quien lo utilizó para describir a un grupo de pintores post-expresionistas.
Posteriormente, en el ámbito de las artes plásticas, fue reemplazado por el término "nueva objetividad", pero fue tomado por la literatura para definir una nueva tendencia narrativa hispanoamericana entre 1950 y 1970.
El realismo mágico se puede definir como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo común y cotidiano como algo irreal o extraño, en palabras de Luís Leal, "El tiempo existe en una especie de fluidez intemporal, y lo irreal acaece como parte de la realidad". El escritor se enfrenta a la realidad y trata de desentrañarla, de descubrir lo que hay de misterioso en las cosas cotidianas, la vida y las acciones humanas.
El realismo mágico tiene sus raíces en la cultura latinoamericana, a partir de las interpretaciones de los europeos en la etapa de la colonización del nuevo continente.
Las crónicas de esa época son ricas en el relato y descripción de cosas absolutamente maravillosas, producto de la extrañeza que provocaba en los exploradores, las cosas que veían en sus viajes.
Es a partir de esta tradición de la interpretación de la realidad del nuevo continente a través de ojos europeos que se creó una visión sobrenatural de la realidad latinoamericana. Prodigios que iban desde animales fantásticos hasta ciudades ocultas, pasando por fuentes de la eterna juventud y árboles cuyos frutos eran capaces de proveer todo lo que los hombres necesitaban para su subsistencia. La aparición de un grupo de escritores latinoamericanos contemporáneos entre sí, que cuestionaban esta visión, dio base a lo que posteriormente se conoció como realismo mágico.
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Principales autores del Realismo.
En prosa Ss. (XVII-XIX).
| Teatro crítico universal (1726 y 1740) Cartas eruditas y curiosas (1742-1760) |
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) | Leyendas (1861 y 1863) |
Benito Pérez Galdós (1843-1920) | Episodios nacionales (1873-1879 y 1898-1912) Doña Perfecta (1876) Gloria (1877) La familia de León Roch (1878) La desheredada (1881) El amigo Manso (1883) Tormento (1884) Fortunata y Jacinta (1886-1887) Miau (1888) Torquemada en la hoguera (1889) Tristana (1892) Nazarín (1895) Misericordia (1897) |
Leopoldo Alas y Ureña (1852-1901) | La regenta (1884-1885) Su único hijo (1890) |
Emilia Pardo Bazán (1852-1921) | La tribuna (1883) Los pazos de Ulloa (1886) La madre naturaleza (1887) Insolación (1899) Morriña (1899) La quimera (1905) La sirena negra (1908) |
En poesìa Ss. (XVII-XIX).
José Zorrilla (1817-1893) | Poesías (1837) Cantos del trovador (1840-1841) Recuerdos y fantasías (1844) La azucena silvestre (1845) El cantar del romero (1886) |
Juan Meléndez Valdés (1754-1817) | Poesías (1808) |
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) | Rimas (1867) |
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PRINCIPALES ESCRITORES REALISTAS
Benito Pérez Galdós (1843-1920)
Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de mayo de 1843. Hijo de militar, tras estudiar el bachillerato se traslada a Madrid para cursar la carrera de Derecho. Sin embargo, una vez en la capital entabla amistad con los círculos literarios y progresistas del momento. El krausista Francisco Giner de los Ríos será uno de sus mejores amigos.
Empieza a colaborar con el periódico “La Nación” y la “Revista del Movimiento Intelectual de Europa”. Un tiempo después, en 1867, viaja a París con motivo de la Exposición Universal y allí profundiza en la obra de Balzac a la vez que se introduce en el naturalismo galo. A su regreso traduce del francés “Los papeles del club Pickwick” de Charles Dickens -otro de sus escritores más admirados- y se inicia como escritor con “La Fontana de Oro”.
Su continuo absentismo de las clases provoca que le expulsen de la Facultad de Derecho, pero a él poco le importan ya sus estudios. En 1870 se convierte en director del diario gubernamental “El Debate”. Tres años después, y tras el cierre del periódico, publica “Trafalgar” obra con la que se plantea empezar a contar la historia de España del siglo XIX de forma novelada.
Animado por el naturalismo francés, defendió un realismo español que se alejase por completo del romanticismo: lenguaje que excluyese la exageración, basado en la observación de las costumbres y los caracteres, con un propósito social, etc. Esta nueva forma de narrar es la que caracteriza, a partir de 1880, sus obras a las que autodenomina “Novelas españolas contemporáneas”. Publica “La Desheredada”, la historia de una muchacha internada en un manicomio que se cree descendiente de un aristócrata, “Tormento” obra en la que una joven es seducida por un sacerdote, “Miau” donde narra las vicisitudes de un cesante y critica la burocracia, “Fortunata y Jacinta”, “Tristana”, “Misericordia” y muchas otras con las que retrata su época.
Como hombre comprometido con su tiempo, Pérez Galdós fue diputado en las Cortes desde 1886 a 1890 por el partido de Sagasta aunque, más tarde, con el cambio de siglo, mostrase sus ideales republicanos.
En 1897 se produjo su ingreso en la Real Academia Española. Adaptó él mismo algunas de sus obras al teatro y cosechó grandes éxitos en este sentido. Finalmente, quedó ciego en 1912 hecho que le obligó a dictar las obras de sus últimos años. Murió el 4 de enero de 1920 en Madrid.
“Trafalgar”
Entre los soldados vi. algunos que sentían el malestar del mareo, y se agarraban a los obenques para no caer. Verdad es que había gente muy decidida, especialmente en la clase de voluntarios; pero por lo común todos eran de leva, obedecían las órdenes como de mala gana, y estoy seguro de que no tenían el más leve sentimiento de patriotismo. No les hizo dignos del combate más que el combate mismo, como advertí después. A pesar del distinto temple moral de aquellos hombres, creo que en los solemnes momentos que precedieron al primer cañonazo la idea de Dios estaba en todas las cabezas.
Por lo que a mí toca, en toda la vida ha experimentado mi alma sensaciones iguales a las de aquel momento. A pesar de mis pocos años, me hallaba en disposición de comprender la gravedad del suceso, y por primera vez, después que existía, altas concepciones, elevadas imágenes y generosos pensamientos ocuparon mi mente. La persuasión de la victoria estaba tan arraigada en mi ánimo, que me inspiraban cierta lástima los ingleses, y los admiraba al verlos buscar con tanto afán una muerte segura.
Por primera vez entonces percibí con completa claridad la idea de la patria, y mi corazón respondió a ella con espontáneos sentimientos, nuevos hasta aquel momento en mi alma. Hasta entonces la patria se me representaba en las personas que gobernaban la nación, tales como el rey y su célebre ministro, a quienes no consideraba con igual respeto. Como yo no sabía más historia que la que aprendía en la Caleta, para mí era de ley que debía uno entusiasmarse al oír que los españoles habían matado muchos moros primero, y gran pacotilla de ingleses y franceses después. Me representaba, pues, a mi país como muy valiente; pero el valor que yo concebía era tan parecido a la barbarie como un huevo a otro huevo. Con tales pensamientos, el patriotismo no era para mí más que el orgullo de pertenecer a aquella casta de matadores de moros.
Leopoldo Alas "Clarín"
Nació en Zamora en 1852, de familia asturiana. Estudió Leyes en Oviedo y se doctoró en Madrid. Fue catedrático de las facultades de Derecho de Zaragoza y Oviedo. Fue un hombre culto, de sólida formación universitaria y aguda capacidad crítica que hizo que fuese temido y respetado. Escribió una novela muy extensa que está considerada como una de las obras fundamentales del Realismo español: La Regenta, en la que Clarín hace un análisis minucioso y detallado del ambiente hipócrita y corrompido de Vetusta, ciudad donde se desarrolla la acción y que puede ser Oviedo. Satiriza a sus personajes que, bajo apariencias honradas, esconden la hipocresía y la maldad. Clarín también destacó como uno de los mejores escritores de cuentos de su época, en los que analiza el comportamiento de personas malvadas y llenas de hipocresía. Entre ellos destaca ¡Adiós, cordera! En este cuento se nos narran las peripecias de tres amigos felices e inseparables: Rosa, Pinín y Cordera. Dos hermanos gemelos y su vaca Cordera que son felices en las montañas asturianas alejados de los peligros del mundo. Sólo un palo del telégrafo y un tren que pasa de vez en cuando son indicios de ese mundo. Pero un día ese mundo se llevará primero a la Cordera y luego a Pinín. Rosa se quedará sola con su dolor y sus recuerdos.
“La Regenta”
Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en el lejano siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro, que retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de la catedral, poema romántico de piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne, era obra del siglo dieciséis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero, cabe decir, moderado por un instinto de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo; no era una de esas torres cuya aguja se quiebra de sutil, más flacas que esbeltas, amaneradas como señoritas cursis que aprietan demasiado el corsé; era maciza sin perder nada de su espiritual grandeza, y hasta sus segundos corredores, elegante balaustrada, subía como fuerte castillo, lanzándose desde allí en pirámide de ángulo gracioso, inimitable en sus medidas y proporciones.
Como haz de músculos y nervios, la piedra, enroscándose en la piedra, trepaba a la altura, haciendo equilibrios de acróbata en el aire; y como prodigio de juegos malabares, en una punta de caliza se mantenía, cual imantada, una bola grande de bronce dorado, y encima otra más pequeña, y sobre ésta una cruz de hierro que acababa en pararrayos.
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PRINCIPAL REPRESENTANTE DEL REALISMO MAGICO
GABRIEL GARCIA MARQUEZ
Gabriel García Márquez nació en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1927. Así al menos lo afirma su hermano, Luís Enrique. Aunque ahí mismo comienza el misterio que rodea a la figura de "Gabo", porque un certificado y hasta él mismo apuntan su venida al mundo en 1928.
Pero si puede haber discusión sobre su fecha de nacimiento, no la hay en torno a su genio literario. García Márquez es reconocido como uno de los grandes escritores del siglo XX. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Entre sus obras más conocidas figuran Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El general en su laberinto y El amor en los tiempos del cólera.
Creció entre fantasmas en un mundo mágico de supersticiones en el que su abuela hablaba con los muertos y una de sus tías cosía su mortaja.
"Yo me acostumbré a vivir dentro de ese mundo y he seguido siempre viviendo en el mismo. Yo soy sumamente supersticioso y hago interpretaciones de mis propios sueños. Lo que pasa es que tengo mis propias supersticiones no la superstición del número 13, o la de no pasar por debajo de la escalera", comentó alguna vez García Márquez.
En Aracataca, García Márquez tuvo su primer acercamiento con las letras cuando encontró por accidente en el baúl de los abuelos un libro descuadernado y viejo. Eran Las mil y una noches. Desde entonces comenzó su intensa relación con la literatura.
Estudió derecho, aunque su reducto favorito eran los cafés. García Márquez no terminó su carrera. Una serie de acontecimientos y la publicación de algunos de sus cuentos en diarios colombianos, lo encaminaron por el mundo del periodismo y la literatura.
En 1955 fue a Europa como corresponsal del diario El Espectador. Estuvo en Ginebra, París, Roma, Checoslovaquia, Polonia, Rusia, Ucrania. En ese tiempo alternaba su trabajo de corresponsal con la preparación de su legendario cuento largo, o novela corta, El coronel no tiene quien le escriba.
Se instaló en París y ahí tuvo que vivir de "milagros cotidianos". En la ciudad luz recogió botellas, revistas y periódicos viejos para obtener a cambio unos cuantos francos.
Luego de su paso por Europa, García Márquez se radicó en Caracas, se casó con "su novia de siempre" Mercedes Barcha. En Bogotá fundó la agencia cubana de noticias Prensa Latina. Más tarde, se fue a vivir a Nueva York y luego a México, país en el que concibió lo que muchos consideran su obra maestra: Cien años de soledad.
Algunos de sus amigos destacan que Gabo es vanidoso y que le gusta estar al lado de los poderosos. Otros sostienen que, a pesar de la fama, este "colombiano universal" sigue siendo el mismo caribeño supersticioso de antaño que conserva el gusto por los vallenatos, el cine, la música francesa y el buen vino.
“Cien Años de Soledad”
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. “Las cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.” José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: “Para eso no sirve.” Pero José Arcadio Buendía no creía en aquél tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados... Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río, arrastrando en voz alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras...
BIBLIOGRAFIA
Nos basamos mas que todo en la busqueda de la información por Internet, y unas pequeñas partes de libros.
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Portal del idioma 11, Editorial NORMA (Pág. 75-89).
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http://html.rincondelvago.com/el-realismo.html
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http://www.alohacriticon.com/.../ clarin.jpg.
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http://nobelprize.org/literature/laureates/1982/marquez-bio.html.
CONCLUSIÓN
El grupo en general se siente muy satisfecho con la realización del trabajo, porque obtuvimos conocimientos acerca del realismo que son muy importantes en la cultura de nuestro país, como por ejemplo el darle ese meritorio reconocimiento al nobel colombiano Gabriel García Márquez, siendo el principal representante del realismo mágico hoy en día.
Supimos reconocer las características del realismo identificando profundamente todo el contexto que este abarca.
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Enviado por: | Omar Andres R |
Idioma: | castellano |
País: | Colombia |