Literatura


Realismo mágico


Latinoamérica, es un extenso territorio en donde aún se encuentran arraigadas costumbres y creencias ancestrales, que se dieron a conocer cuando surgió uno de los movimientos literarios más importantes del siglo XX: el “boom” del realismo mágico, que asimismo, dio lugar a la aparición de grandes escritores, tales como: Carpentier, Allende, García Márquez, entre otros. He decido profundizar mi estudio con este último autor, pues es tal vez el más conocido alrededor del mundo, después de obtener el Premio Nobel de Literatura en 1982, y es quien, además de culpar a su abuela de sus desaforadas y laureadas narraciones, se empecina en confirmar la paternidad de nuestra magia tercermundista en el desarrollo de la literatura latinoamericana, sobre todo, a partir del denominado “boom” de los años setenta hasta nuestros días.

“Del amor y otros demonios” es una novela que fue publicada por primera vez en 1994. Gracias a ésta, es posible observar cómo se funde la realidad narrativa con elementos fantásticos y maravillosos, exagerando la discordancia. La vida cotidiana, se ve quebrantada abruptamente por elementos sobrenaturales que se mezclan en el día a día, colocando a los personajes en un contexto que conjuga realidad y fantasía, y les devuelve un ambiente para desenvolverse, que es aceptado como normal.

Por lo tanto, el problema de investigación que he escogido, es comprobar si el realismo mágico refleja toda una serie de supersticiones, creencias populares y religiosas que son propias del sentir latinoamericano y que están basadas a raíz de un hecho que marcó su historia: La conquista Española. Para que pueda tratar este asunto de una mejor forma, lo delimité a una proporción más manejable, utilizando tan sólo una obra de García Márquez, la cual posee todos los elementos necesarios para abarcar el tema propuesto.

De igual manera, espero mostrar cómo el autor ha integrado en “Del amor y otros demonios”, el universo físico y simbólico del mundo indígena y del mundo afro-americano: la naturaleza, los mitos, los rituales y la magia. También presentaré el ambiente colonialista que se vivía en Latinoamérica, en la época en la que se desarrolla la novela, en especial el de la costa norte de Colombia y sus diferentes aspectos como el comercio, la esclavitud, el matrimonio, etc.

Otro objetivo que me he propuesto es el de señalar el mal empleo de la religión y la manera en la que ésta influenciaba enormemente en la vida de las personas y cómo pretendía justificar lo que aparentemente era inexplicable.

Por otro lado, se dice que el escritor latinoamericano vive en una parte del continente, en donde su realidad es alucinante y los sueños se mezclan con la vigilia, por lo tanto éste tendrá entonces que expresar en su lenguaje esa característica de su ambiente y entregar una ficción reiterativa y asombrada, sabiendo exactamente a dónde va y qué es lo que quiere contar.

Como ecuatoriana, puedo afirmar que, en la actualidad, el realismo mágico trata de volvernos a nuestras raíces, pues culturas como la norteamericana y la europea, se han impuesto y nos hacen en algunas ocasiones olvidar nuestros orígenes, nuestra realidad que tiene carita de mágica: basta con ir desde cualquier mercado de pueblo hasta contemplar la mezcla política-rockera-futbolera del derrocado presidente del Ecuador, Abdalá Bucaram. Principalmente, este motivo fue el que me impulsó a decidir el tema de mi monografía, pues creo firmemente que los latinoamericanos padecemos del síndrome del originalismo debido, con toda justicia, a la resistencia histórica contra el abuso de los autonombrados.

El realismo mágico tiene sus raíces en la cultura latinoamericana, a partir de las interpretaciones de los europeos en la etapa de la colonización del nuevo continente.
Las crónicas de esa época son ricas en el relato y descripción de cosas absolutamente maravillosas, producto de la extrañeza que provocaba en los exploradores, las cosas que veían en sus viajes. Es a partir de esta tradición de la interpretación de la realidad del nuevo continente a través de ojos europeos que se creó una visión sobrenatural de la realidad latinoamericana. Prodigios que iban desde animales fantásticos hasta ciudades ocultas, pasando por fuentes de la eterna juventud y árboles cuyos frutos eran capaces de proveer todo lo que los hombres necesitaban para su subsistencia.

¿Quién fue entonces el primer escritor realista-mágico? En una entrevista concedida en Madrid en 1978, Gabriel García Márquez afirmó que la primera obra maestra de la literatura mágica es el Diario de Cristóbal Colón, que ya estaba contaminada de la magia del Caribe.La propia historia del libro resultaba inverosímil, pues en ésta se describe desde animales mitológicos hasta seres sobrenaturales. Y aunque probablemente Colón, relató todo esto tan sólo con el fin de obtener apoyo de los Reyes Católicos, su texto dio origen a todo en movimiento literario que se expande y trasciende cada vez más.

En primer lugar, para comprender mejor el contenido de “Del amor y otros demonios”, es inevitable conocer cómo es el Caribe, la región en la que habitaban los personajes de la novela. Como región, el Caribe abarca las costa Atlántica de Colombia, Venezuela y Panamá, hasta el Golfo de México, incluyendo las Antillas. Tiene una singular identidad, como un colorido mosaico de nacionalidades, razas, leyendas, tradiciones, leyendas y credos. Muestra una de las caras de América Latina: la de raíces africanas e indígenas, de rasgos ibéricos, árabes, nórdicos y anglosajones. Sus habitantes son conocidos por su carácter alegre, expansivo y un poco cuentista; se identifican son los cantos de su tierra, el baile caliente y los carnavales interminables. En el Caribe suceden cosas que al resto de los mortales les parecen insólitas; todo se potencia, los milagros forman parte del día a día.

Así, Cartagena de Indias fue fundada el 1 de junio de 1533, por el español Pedro de Heredia. Los primeros habitantes eran los Mocanaes, indios caribes, sembradores de maíz, politeístas, adoradores del sol y la luna. Habían bautizado a su aldea con el nombre de Calamarí, que en lengua caribe, significa Tierra de cangrejos. Asediada por piratas franceses e ingleses, obligó a la Corona Española, iniciar sus fortificaciones, castillos y murallas. En esta ciudad, se instauró durante más de dos siglos, la Inquisición. La Independencia de Cartagena, se logró el 11 de noviembre de 1811. Es una de las ciudades emblemáticas de Colombia, que ha nutrido la imaginación de Gabriel García Márquez, quien le ha incorporado a su novela “Del amor y otros demonios”.

El 26 de octubre de 1949, García Márquez visitó el antiguo convento de Santa Clara, donde estaban vaciando las criptas funerarias, para construir un nuevo hotel. De repente vio que los obreros sacaban unos huesillos menudos de una lápida con la inscripción: Sierva María de Todos los Ángeles. Extendida en el suelo, se encontraba una cabellera que medía veintidós metros con once centímetros. Entonces, él recordó que su abuela le contaba de niño la leyenda de una marquesita de doce años, que poseía una cabellera muy larga, y que había muerto de rabia. Además era venerada en los pueblos del Caribe por sus muchos milagros. La idea de que la tumba podría ser suya, fue el origen del libro.

Tan sólo en las primeras líneas de la obra, ya encontramos una descripción del pueblo, en donde un perro callejero mordió a Sierva María. Era un poblado rodeado de mesas de fritangas, tenderetes de indios y toldos de lotería, lo que nos da una idea de desorden y colorido, y crea un ambiente propicio para que sucedan cosas “mágicas”.

En primer lugar aparece la leyenda del gorgotero que andaba en las veredas con un mico amaestrado, hasta que éste contrajo rabia y mordió en la cara a su amo, y escapó lejos. Entonces se contaba que al desdichado gorgotero lo mataron a garrote limpio en medio de unas alucinaciones pavorosas, que las madres seguían cantando mucho tiempo después en coplas callejeras para asustar a los niños. Sólo en Latinoamérica, se pueden encontrar este tipo de historia, que hasta cierto punto pueden ser creíbles, ya que están basados en ellos reales, pero se les añade un pequeño toque de imaginación. Leyendas como “la viuda negra”, “la mujer tapada”, entre otras, recorren nuestros territorios y forman parte de nuestra infancia, y hasta penetran en la forma de vivir. Por ejemplo en el Ecuador, la historia de “María Angula” es la más famosa y difundida entre las distintas regiones. No obstante, los dramas latinoamericanos más terribles no pasaban a la historia, ya que ocurrían entre la población negra, donde sangraban a los mordidos para tratarlos con magias africanas en los palenques de cimarrones.

La ignorancia contribuía a que los ciudadanos inventaran hechos extraordinarios para justificar ciertas cosas, como las enfermedades de incubación lenta. Debido a que los adelantos en el campo de la tecnología y de la medicina se daban en esa época en Europa, los pobladores de América Latina trataban de descubrir por sí solos lo que hay de misterioso en las cosas, en la vida, y en las acciones humanas para así poder, en algún momento, concebirlo como ordinario.

Asimismo la religión Católica que estaba impuesta y no era sujeta a discusión, proclamaba muchos de dogmas, que no eran comprendidos por la gente. Así, entonces, entremezclaban su “nueva” religión, con sus creencias y dotaban a los santos de todo tipo de facultades. Por ejemplo, en “Del amor y oros demonios” encontramos que San Huberto es el patrón de los cazadores y sanador de los arrabiados. También se consideraban a los cometas, los eclipses o sucesos naturales similares, como augurios de que Dios enviaría un gran castigo. Con este tipo de realismo mágico se trataba de totalizar el mundo y optar por una utopía terrenal o probablemente por buscar de una manera muy peculiar, la ansiada salvación del ser humano.

Pero son la gente de raza negra quienes mayormente van transformando y combinando la religión según su propio albedrío. Cuando Sierva María nació, era una criatura prematura tan débil, que la comadrona dijo que no viviría. Pero fue entonces cuando la esclava Dominga de Adviento prometió a sus santos que si le concedían la gracia de vivir, la niña no se cortaría el cabello hasta su noche de bodas. Y cuando el milagro sucedió, la esclava proclamó: “¡Será santa!”. La pequeña fue bautizada en Cristo y consagrada a Olukun, una deidad yoruba de sexo incierto.

Asimismo, la religión Católica argumentaba que enfermedades como la hidrofobia eran tan sólo algunas de las innumerables argucias del demonio, que sirven para introducirse en un cuerpo inocente. Y una vez dentro de él no hay poder humano capaz de hacerlo salir. Hoy en día se han descartado estas formas de pensar, pero anteriormente eran el pan de cada día que tan sólo acrecentaban el poder de imaginación de todo tipo de gente, que comprendía desde los indígenas hasta el Santo Oficio.

En la novela de García Márquez, cada personaje se complementa con algo de fantasía que lleva en su ser interior y se ve reflejado en sus acciones; el doctor Abrenuncio, tenía fama por haber resucitado un muerto y por ser sabio, a pesar de que también se decía que era nigromante y deslenguado. Tenía un caballo, al que apreciaba muchísimo, y en el día de la muerte del animal, él dijo que éste tenía cien años. El caballo muerto de Abrenuncio fue enterrado, por órdenes del marqués de Casalduero (padre de Sierva María), en tierra sagrada, lo que refleja la devoción de alguna gente hacia los animales y los sacrificios que están dispuestos a afrontar por éstos.

Aquí se topa un punto relevante del realismo mágico; la presencia de animales, no sólo mitológicos, sino también los comunes: que llegan a ser en varias ocasiones los protagonistas de fascinantes relatos de longevidad, milagros, desgracias, etc. En diversas ocasiones el ser humano trata de demostrar su superioridad frente al mundo natural; intenta resaltar que es el único animal racional que habita en al planeta y para éste propósito utiliza al resto de especies animales, enseñando su dominio frente a éstas, pero a la vez el cariño y el cuidado que les brinda. Cuando el marqués de Casalduero le comunica a Abrenuncio que no sabe montar a caballo, éste le replica: “Es una lástima pues la incomunicación con los caballos a retrasado a la humanidad. Si alguna vez la rompiéramos podríamos fabricar un centauro”.

En el otro lado de la historia, nos encontramos con un personaje despreocupado, que no siente el más mínimo afecto hacia su hija; es Bernarda, la madre de Sierva María, que se volvió en algún momento de su vida loca de amor por un hombre al que compró, quien se llamaba Judas Iscariote. En la novela, se menciona, que de tanto hacer el amor, empezó a sentir ardores en el cuerpo. Así es como de repente, la pasión entra también el juego de palabras del realismo mágico, pues tan sólo bastan las palabras precisas para combinar deseos con alucinaciones: se puede describir una escena de pasión, a través de los mitos y las creencias latinoamericanas, además el ambiente caribeño es ideal para esta empresa, ya que se encuentra plasmado de desbordante alegría y despreocupación por el vivir.

De igual manera el amor desempeña un papel fundamental en la obra: Sierva María y Cayetano Delaura, un cura de edad madura, se funden en un idilio de pasión, ternura y locura con ayuda de unos versos que reciban juntos cuando la niña es enviada al convento por tener rabia y Delaura es el supuesto encargado de resucitarla. Los lazos que los unían iban más allá de lo imaginable, pues todo el ambiente que construyeron juntos proviene de lo irreal, pero a veces, ¿ No resultan también inconcebibles las emociones y los sentimientos? Precisamente por esto, el fin del realismo mágico es el de expresar emociones; el de tomar una cierta actitud frente a la realidad.

García Márquez nos sugiere un clima sobrenatural sin apartarse de la naturaleza y su táctica es deformar la realidad. Personajes, cosas, acontecimientos son reconocibles y razonables, pero como el narrador se propone a provocar sentimientos de extrañeza desconoce lo que ve y se abstiene de aclaraciones lógicas. No hay tampoco ambigüedad ni análisis sicológico de los personajes, sino oposiciones bien definidas, y éstos no se desconciertan jamás delante de lo sobrenatural. Un claro ejemplo es cuando doña Olalla Mendoza, la primera esposa del marqués, muere un nueve de noviembre mientras los esposos estaban tocando algunos instrumentos a dúo bajo los naranjos, porque hacía buen tiempo, cuando de pronto un relámpago los cegó; un estampido sísmico los sacó de quicio y la mujer cayó fulminada por la centella.

Como aquel suceso, resultaba aparentemente inexplicable, la ciudad sobrecogida lo justificó, interpretándolo como una catástrofe de la cólera divina como una culpa inconfesable. Aunque, paradójicamente al regreso del cementerio, el marqués fue sorprendido por una nevada de palomitas de papel sobre los naranjos del huerto. Cogió una al azar, al deshizó y la leyó. Se sorprendió pues el contenido era el siguiente: Ese rayo era mío.

Después de haber analizados los aspectos más importantes de “Del amor y otros Demonios” que me permitieron alcanzar mis objetivos puedo decir que es de vital importancia recalcar que el realismo mágico también se puede definir como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo común y cotidiano como algo irreal o extraño. "El tiempo existe en una especie de fluidez intemporal, y lo irreal acaece como parte de la realidad". El escritor se enfrenta a la realidad y trata de desentrañarla. Un narrador mágico realista, crea la ilusión de "irrealidad", finge escaparse de la naturaleza y nos cuenta una acción que por muy explicable que sea nos perturba como extraña. En las narraciones extrañas el narrador, en vez de presentar como si fuera real, presenta la realidad como si fuera mágica. "Lo maravilloso no es maravilloso, sino natural". El realismo surge como un milagro o como una alteración privilegiada de la "realidad". También, evita cualquier efecto emotivo de escalofrío, miedo o terror, provocado por un acontecimiento insólito. Lo insólito deja de ser el "otro lado", lo desconocido, para incorporarse a lo real: la maravilla en esta es la realidad.

Luego del trabajo de investigación que realicé, pude llegar a varias conclusiones que serán expuestas a continuación; en primer lugar, comprobé que el realismo mágico sí refleja toda una serie de supersticiones, creencias populares y religiosas que son propias del sentir latinoamericano y que están basadas a raíz de un hecho que marcó su historia: La conquista Española, pero a la vez, me di cuenta que el escritor originario de América Latina no inventó el realismo mágico como una especie de estilo, sino que le resulta espontáneo contar su realidad desde aquel punto de vista. El término "realismo mágico" apareció por primera vez en las críticas a las artes plásticas y sólo después se extendió a la literatura. Lo utilizó el crítico alemán Franz Roh en 1925 para caracterizar un grupo de pintores post-expresionistas, y luego fue remplazado por el término "nueva objetividad". A pesar de este cambio, el realismo mágico sirvió para definir una tendencia en la narrativa hispanoamericana entre 1950 a 1970.

Pero concuerdo con el escritor cubano Alejo Carpentier, quien formuló la siguiente pregunta, en el prólogo de su novela El reino de este mundo, publicada en 1949: "¿Qué es la historia de América Latina sino una crónica de lo maravilloso en lo real?" Es por esta razón que cuando los europeos llegaron a nuestras tierras se encontraron con un mundo aparentemente fantástico, casi onírico, pero no se dieron cuenta que simplemente se trataban de realidades distintas; la nuestra, les iba a resultar incomprensible pues somos pueblos que partimos de culturas que creían en astros y vírgenes, que luego nos mezclamos cuando todo tipo de “gente nueva” vino para quedarse...Como resultado obtuvimos un colorido mosaico que prevalece hasta nuestros días y que les dio “tela de donde cortar” a muchos escritores, pero principalmente fue García Márquez quien dio a conocer el sentir latinoamericano. La historia, las ciudades y el lenguaje son los factores que principalmente dieron lugar a que el realismo mágico se asiente en una parte específica del continente americano. Además éste coincide con una hipersensibilidad política que moldea el pensamiento latinoamericano postrevolución cubana.

Finalmente se me presentó una nueva pregunta a raíz de la investigación que realicé. Ésta es, si el realismo mágico verdaderamente necesitó de un montaje mercantil para instalarse como un producto nuestro en su predilección por el universo mítico criollo, tan exportable..., en conclusión ¿Cómo se dio a conocer el realismo mágico?¿Realmente se lo vendió? Pero como los latinoamericanos actualmente ya no somos exóticos sino internéticos y esto hace que lamentablemente se dispersen los gustos por lo mágico.

Bibliografía:




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Enviado por:Verolero
Idioma: castellano
País: Ecuador

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