Historia
Real Sociedad Bascongada de Amigos del País
EL NACIMIENTO: S.XVII
El conde de Peñaflorida celebraba reuniones en su residencia de Insausti, en Azkoitia. A ella acudía, entre otros, el Marqués de Narros y Altuna. Los que acudían eran personas con una situación social y económica elevada: habían viajado por toda Europa, conocían el nivel industrial y cultural de otros países y se sentían desolados ante la situación del País Vasco., al que se sentían profundamente unidos. Para lograr en éste una situación similar a los demás países crearon la Sociedad Bascongada de Amigos del País, cuyos socios fueron conocidos como “Los Caballeritos de Azkoitia”. Entre ellos figuraban algunos de los reformistas mas importantes de la época: Foronda, Villahermosa, Olavide, Azara, Meléndez Valdés, Samaniego, etc.
La Bascongada tuvo desde el primer momento una gran preocupación por la educación de los jóvenes, porque de su buena formación y preparación cultural, científica y moral dependería el futuro del País. Tenían el deseo de contar con un buen seminario o colegio, y tras la expulsión de los Jesuitas (en 1767), que dejaron libres muchos centros de enseñanza, pidieron al Ministerio el Colegio del Monumento de Loyola, el cual les fue denegado. Aunque tras mucho insistir les fue concedido bajo el nombre de “Real Seminario”, con orden de colocar sobre su puerta el escudo de las armas reales. Más tarde llegó a convertirse en “Real Seminario Patriótico Bascongado”. El propio Carlos III contribuyó para los profesores de las cátedras de química y mineralogía y para sus respectivos laboratorios. El Seminario se convirtió así en un centro cultural de primera importancia en Europa, en el que se contó con profesores extraordinarios procedentes de todo el continente.
La Sociedad sabía que la mujer también debía ser formada como educadora y compañera de una manera diferente a lo que se había hecho en la sociedad del siglo XVII. En marzo de 1784 fue aprobado por el Rey el “Proyecto de fundación de un Seminario de Señoritas”. Éste lamentablemente no llegó a realizarse.
Se crearon escuelas de dibujo en Vitoria, Bilbao, Vergara, San Sebastián y Palencia.
El Conde de Peñaflorida falleció en 1785 y ocupo su puesto como Director de la Sociedad el Marqués de Montehermoso (su primo). La muerte de Carlos III marcó un descenso en la actividad de la Bascongada. Continuaron recibiéndose grandes sumas de dinero enviadas por los Socios de América, pero pronto estas ayudas también desaparecieron y empezaron incluso a faltar los pagos de pensiones de algunos alumnos americanos.
Llegaron malas épocas para la Bascongada: las guerras americanas, la revolución francesa, etc. A finales de agosto de 1794 las tropas francesas destrozaron completamente el Seminario. La situación de la Sociedad se hizo insostenible.
EL S.XIX: LUCES Y SOMBRAS
A finales del s.XVII y principios del XIX la Sociedad entró en una caída vertiginosa, pese a los esfuerzos de los Socios pos evitarlo. Cuando Carlos IV (que no se preocupaba de las sociedades económicas) subió al trono, puso su mandato a las órdenes de Godoy, que tenía cierta antipatía hacia el País Vasco. En 1808 el Gobierno se hizo cargo del Real Seminario Patriótico Bascongado cambiando su nombre por el de Real Seminario de Nobles, concediendo en ese momento algunos recursos que consiguieron mantener los estudios y ampliar de nuevo el número de alumnos.
Falleció el Director Montehermoso y le sucedió en el cargo el Marqués de Narros, socio desde el inicio de la Sociedad. Ese año consiguieron recuperar el Seminario, aunque su economía seguía siendo muy precaria.
En 1804 se le quitó a la Bascongada la dirección del Seminario. Hubo muchos intentos de levantar la Sociedad (que tenía problemas económicos) y de volver a dirigir el Seminario, pero los obstáculos eran muchos. Fueron tristes fechas para la Bascongada, que supuso tan positivos avances en todos los campos para el País Vasco.
EL S.XX: LA RESTAURACIÓN
Pasados los terribles años de la Guerra Civil Española (1936-1939) comenzaron a notarse algunos movimientos de revitalización de la cultura vasca. Renació entonces la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, con unas características adaptadas a la situación.
Se redactaron nuevos Estatutos y se pronunció una conferencia que exponía las nuevas intenciones de la Sociedad, pero con palabras que el Gobierno Central no considerase disconforme. Éstas fueron algunas del as palabras:
“Nuestro amor a España se completa y perfecciona con un profundo cariño al País vascongado y lo de estrechar más los lazos de unión de las tres provincias, tal como figura en los Estatutos de 1765 como objetivo social, puede servirnos de motivación en la hora presente”.
Los nuevos Estatutos se presentaron para su aprobación al Gobernador Civil de Guipúzcoa, pero éste no los aprobó. Al final se halló una solución y nombraron a la “Real Sociedad Bascongada de Amigos del País” delegada del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Guipúzcoa. Tuvieron que sustituir la “B” de Bascongada por la “V”, para evitar un punto de vasquismo a ojos del Gobierno.
La Sociedad llevó a cabo muchas actividades culturales, sociales y sobre todo de formación ética: restauraron edificios históricos, estudiaron las especialidades forales del País, dirigieron a los jóvenes estudios universitarios, hicieron ciclos de conferencias sobre “Euskadi en Europa”, etc.
FINES Y OBJETIVOS DE LA BASCONGADA
Su principal objetivo era cultivar y fomentar las actividades, disciplinas, artes y ciencias que enriqueciesen los conocimientos de la época.
Hoy en día el movimiento científico y su desarrollo ha alcanzado cotas de complejidad y perfección, aunque los principios que ayudaron a crearse a la Sociedad siguen animando y alentando para continuar con las actividades que la Bascongada promueve y realiza para mejorar y enriquecer al individuo en su ámbito social, cultural y personal.
Por ello, la Real Sociedad Bacongada de Amigos del País desarrolla y potencia los temas que puedan estar vinculados con el pasado, el presente y el futuro. Quiere estar presente en la cultura, la historia, la sociedad, la literatura, la educación, la economía, etc. En todo aquello que fortalezca la inteligencia, la voluntad, el conocimiento, el progreso y la convivencia de las personas vascas, uniéndolas y tratando de alcanzar para el País el lugar que merece en la historia, el mundo y la cultura actual.
EL EMBLEMA DE LA BASCONGADA
En los Estatutos aprobados en 1765 en las juntas realizadas en abril en Vitoria, se determinó que:
“La divisa y el sello de la Sociedad será un escudo con tres manos unidas en símbolo de la amistad, y unión de las tres Provincias y enlazadas con una cinta en cuya parte pendiente hacia el centro se leerá este mote bascongado “irurac bat” que quiere decir “lastres hacen una”, aludiendo a las tres Provincias basconfadas que iban a constituir la naciente sociedad”
El diseño de su emblema fue encargado al célebre artista Manuel Salvador Carmona, que ejecutó el grabado, que hasta nuestros días ha usado la Bascongada y que destaca por su sencillez y refleja exactamente lo definido por el Estatuto.
Al resurgir la Sociedad en el siglo XX, se usó este emblema rodeado por una circunferencia de perlas y ésta circundada por dos ramos de laurel.
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