Psicología
Psicología Social o Colectiva
Indice
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Introducción Pág. 3
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Concepciones de la “Masa Psicológica Pág. 4
Según Le Bon Pág. 4
Según Mc Dougall Pág. 5
Según Freud Pág. 6
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Identificación Pág. 8
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Enamoramiento e hipnosis Pág. 9
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Relación entre el estadío del espejo
y los fenómenos de masa Pag. 11
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Complejo de Edipo Pag. 12
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Colectivos sociales y masas.
Diferencias, similitudes y ejemplos. Pag. 14
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Conclusión Pag. 16
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Bibliografía Pág. 18
Introducción
Es sabido que, frente a una misma situación, la conducta de un sujeto es variable según se encuentre influenciado por la presencia de «otro» o no, y que es preciso para la normal formación psíquica del ser humano interactuar en sociedad con sus pares. Estos fenómenos, referidos a la relación del individuo con sus semejantes, son analizados bajo el nombre de “psicología social o colectiva”.
“En la vida anímica individual, aparece integrado siempre, efectivamente, «el otro», como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología individual es al mismo tiempo y desde un principio, psicología social en un sentido amplio, pero plenamente justificado. [...] Las relaciones del individuo con sus padres y hermanos, con la persona objeto de su amor y con su médico, esto es, todas aquellas que hasta ahora han sido objeto de la investigación psicoanalítica, pueden aspirar a ser consideradas como fenómenos sociales, situándose entonces en oposición a ciertos otros procesos, denominados por nosotros, narcisistas, en los que la satisfacción de los instintos*1 elude la influencia de otras personas o prescinde de éstas en absoluto. De este modo, la oposición entre actos anímicos sociales y narcisistas cae dentro de los dominios de la psicología social o colectiva.”
Luego de elegir el tema “Psicología de las masas”, nos dispusimos a asociarlo con alguna agrupación social en pos de poder ejemplificar y encontrar analogías entre la teoría de las masas y las masas mismas. Es así como nos encontramos con que no todas las agrupaciones y movimientos sociales son masas y con que para poder considerar a una masa como tal, es necesario que posea ciertas características propias. De esta manera, luego de interiorizarnos en el tema, hemos decidido relacionar la teoría de las masas (principalmente las ideas de Freud, Le Bon y Mc Dougall) con un agrupación que nos proporcionara el adecuado y suficiente material para analizar.
Con el fin de poder aproximarnos al entendimiento de los fenómenos que se dan en la psiquis del individuo que compone una “masa”, hemos desarrollado algunos conceptos. Dichos conceptos son parte esencial de la estructura básica del psicoanálisis.
Concepto de masa
Según Gustave Le Bon:
Le Bon expone sus ideas sobre la psicología de las masas en su libro “Psicología de las multitudes”, usado por Freud para elaborar sus ideas sobre el mismo tema.
La conceptualización que hace sobre la “Masa Psicológica” la hace tomando como “masa” a un numero grande de personas, de origen diverso, que por alguna circunstancia se ven involucrados en una situación común que los une. “La masa psicológica es un ser provisional compuesto de elementos heterogéneos, soldados por un instante.” Sin embargo no aclara cual es el lazo que logra que un grupo de individuos se transformen en dicha masa.
En estas condiciones, Le Bon expone las características de la masa psicológica y sus individuos componentes. Estos rasgos particulares, son marcadamente diferentes a los que identifican a un sujeto aislado. “Por el solo hecho de formar parte de una multitud, desciende, pues, el hombre varios escalones en la escala de la civilización [...] La multitud es impulsiva, versátil e irritable y se deja guiar casi exclusivamente, por lo inconsciente [...] Abriga un sentimiento de omnipotencia y es extraordinariamente influenciable y crédula. Carece de sentido crítico [...] piensa en imágenes que se enlazan unas a otras asociativamente, como en aquellos estados en los que el individuo da libre curso a su imaginación sin que ninguna instancia racional intervenga par juzgar hasta qué punto se adaptan a la realidad sus fantasías.” Todas estas propiedades “negativas” que surgen en un individuo al encontrarse en una masa son explicadas por el autor, en parte a causa de la liberación de las pulsiones primitivas.
Según él “en la reunión de los individuos integrados en una masa, desaparecen todas las inhibiciones individuales, mientras que todos los instintos crueles, brutales y destructores, residuos de épocas primitivas, latentes en el individuo, despiertan y buscan su libre satisfacción [...] la superestructura psíquica, tan diversamente desarrollada en cada individuo, queda destruida, apareciendo desnuda la base inconsciente, común a todos.”
Sin embargo también reconoce una veta positiva en la masa psicológica en relación con su actitud moral; “las masas son también capaces de desinterés y del sacrificio por un ideal. El interés personal [...] no se muestra en las masas como elemento dominante [...] Puede incluso hablarse de una moralización del individuo por la masa…”
Según William Mc Dougall:
A diferencia de Le Bon, Mc Dougall toma en cuenta que en algunas circunstancias, el alma colectiva es capaz de crear cosas geniales. Y partiendo de esta contradicción se ve obligado a diferenciar entre dos tipos de masa; la masa desorganizada, llamada por él multitud, y la masa organizada o grupo. Pauta ciertos requisitos para denominar a un conjunto de individuos como masa: “Para que los miembros accidentalmente reunidos de un grupo humano lleguen a formar algo semejante a una masa, en el sentido psicológico de la palabra, es condición necesaria que entre los individuos exista algo común, que un mismo interés les enlace a un mismo objeto, que experimenten los mismos sentimientos en presencia de una situación dada y (por consiguiente, añadiría yo) que posean, en una cierta medida, la facultad de influir unos sobre otros.”
Con respecto a las masas desorganizadas, Mc Dougall no difiere en casi nada con Le Bon. “Para él, una tal masa es sobremanera excitable, impulsiva, apasionada, versátil, inconsecuente, indecisa y al mismo tiempo inclinada a llegar en su acción a los mayores extremos, accesible sólo a las pasiones violentas y a los sentimientos elementales, extraordinariamente fácil de sugestionar, superficial en sus reflexiones, violenta en sus juicios, capaz de asimilarse tan sólo los argumentos y conclusiones más simples e imperfectos, fácil de conducir y conmover. Carece de todo sentimiento de responsabilidad y respetabilidad, y se halla siempre pronta a dejarse arrastrar por la conciencia de su fuerza hasta violencias propias de un poder absoluto e irresponsable.”
Sin embargo opone a estas características las de la masa organizada, que para ser llamada tal, debe según su opinión reunir cinco características:
“La primera condición -y la esencial- consiste en una cierta medida de continuidad en la composición de la masa. Esta continuidad puede ser material o formal....”
“En segundo lugar, es necesario que cada uno de los individuos de la masa se haya formado una determinada idea de la naturaleza, la función, la actividad y las aspiraciones de la misma, idea de la que se derivará para él una actitud afectiva con respecto a la totalidad de la masa.”
“En tercer lugar, es preciso que la masa se halle en relación con otras formaciones colectivas análogas, pero diferentes, [...] e incluso que rivalicen con ella.”
La cuarta condición es que posean tradiciones.
“...la quinta condición es que la multitud posea una organización que se manifieste en la especialización y diferenciación de las actividades”
De acuerdo con Mc Dougall, el cumplimiento de estos requisitos haría desaparecer los efectos psíquicos de la formación colectiva.
Según Sigmund Freud:
Yendo un paso más allá de Le Bon y Mc Dougall, Freud ahonda en los agujeros dejados por estos autores en su teorización de la “masa psicológica”
Para comenzar, Freud aclara que raramente un individuo se encuentra aislado psíquicamente. “Sólo muy pocas veces y bajo determinadas condiciones excepcionales, le es dado prescindir de las relaciones del individuo con sus semejantes.
En la vida anímica individual, aparece integrado siempre, efectivamente, «el otro», como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo, la psicología individual es al mismo tiempo y desde un principio, psicología social, en un sentido amplio, pero plenamente justificado.”
“Cada individuo, en tanto forma parte de agrupamientos sociales; familia, comunidad, club, etnias, o una colectividad formará parte de lo que se considera como una masa: ésta es una organización ya sea política, social, religiosa o militar. También pueden ser circunstanciales, por ejemplo recitales, partidos de fútbol, o una manifestación. Todo individuo en esas situaciones de masificación ya sea organizada o espontánea va a reaccionar de forma diferente a lo que hubiera hecho a titulo individual.” Esta unidad sin dudas tiene que tener algo que los una, tiene que existir algo que les enlace unos a otros, y este algo podría muy bien ser aquello que caracteriza a la masa.
La explicación de qué es ese algo que los une es lo que Freud toma como eje para su teorización de la “psicología de las masas”, ya que no encuentra en Le Bon o Mc Dougall explicaciones suficientes al respecto. De esta manera se dispone a encontrar la fuerza que une a la masa relacionándola con la libido, la identificación, el enamoramiento y la hipnosis. También intenta explicar que papel cumple el “Jefe” en esta unificación de la masa, cuales son sus características, y cuales son los vínculos que se establecen entre él y los individuos que componen tal agrupación. Ya que según él “en cuanto un cierto número de seres vivos se reúne, trátese de un rebaño o de una multitud humana, los elementos individuales se colocan instintivamente bajo la autoridad de un jefe.”
Identificación
La identificación es conocida “como la manifestación más temprana de un enlace afectivo a otra persona, y desempeña un importante papel en la prehistoria del complejo de Edipo.”
El individuo que conforma una masa experimenta simultáneamente dos tipos de identificación, que según Freud son esenciales para que una masa pueda ser denominada como tal.
Por un lado, el miembro de la masa sufre una identificación con el “Jefe” de la misma. Esta identificación se puede comparar con la que experimenta el niño previo a la entrada al “Complejo de Edipo”. “El niño manifiesta un especial interés por su padre; quisiera ser como él y reemplazarlo en todo. Podemos, pues, decir, que hace, de su padre, su ideal.”
De esta manera nos es también inevitable ver al “Jefe” (de acuerdo a la teoría de Jaques Lacan) como un “Yo ideal”; que toma el individuo de la masa como nuevo modelo sobre el cual intenta adaptar su “Ideal del Yo”. “La identificación aspira a conformar el propio Yo análogamente al Otro tomado como modelo.”
A su vez, este enlace con el Jefe nos explica en parte el sentimiento de omnipotencia que siente un individuo de una masa. Justamente al identificarse el individuo con el jefe (un ser para él ideal, no alcanzado por la castración) introyecta en su propio Yo algunas de las características de este “Otro”, que provocan ese sentimiento ya mencionado de omnipotencia.
Por otro lado el individuo de la masa se identifica también con su par dentro de la masa misma. Este tipo de identificación es distinto a la que ocurre con el jefe de la masa. En este caso se da por el mismo mecanismo que se da en las neurosis (más precisamente en el contagio de las neurosis histéricas). “El mecanismo al que aquí asistimos, es el de la identificación, hecha posible por la actitud o la voluntad de colocarse en la misma situación.”
No existe entre los pares dentro de la masa ningún enlace libidinoso previo a la identificación, sino que el enlace surge de la identificación que se da por tener ellos la misma relación con el “Jefe”, todos han adquirido un mismo “Yo ideal”.
Enamoramiento e hipnosis
En algunos casos el enamoramiento es un revestimiento de objeto por parte de las pulsiones sexuales encaminado a lograr satisfacción sexual directa y que desaparece con la consecución de este fin. A esto lo conocemos con el nombre de amor corriente o sensual.
Con respecto al enamoramiento, nos atañe el llamado fenómeno de la <superestimación sexual>: “el objeto amado queda substraído en cierto modo a la crítica, siendo estimadas todas sus cualidades en un más alto valor que cuando aún no era amado o que las de personas indiferentes.”
Este mecanismo reproduce el accionar psíquico de los integrantes de la masa en relación al jefe que se presenta y es figurado como un ser sin castraciones, idealizado.
Justamente, en el enamoramiento lo que engaña al juicio es la propensión a la idealización del ser. “el objeto es tratado como el propio Yo del sujeto y en el enamoramiento pasa al objeto una parte considerable de libido narcisista.” A veces “el objeto sirve para sustituir un ideal propio no alcanzado del Yo.”
A medida que se va incrementando la superestimación sexual y el enamoramiento “las tendencias que aspiran a la satisfacción sexual directa pueden sufrir una represión total [...] el Yo se hace cada vez menos exigente y mas modesto, y en cambio, el objeto deviene cada vez mas magnífico y precioso, hasta apoderarse de todo el amor que el Yo sentía por sí mismo, proceso que lleva [...] al sacrificio voluntario y completo del Yo.” “Simultáneamente a este <abandono> del Yo al objeto [...] desaparecen por completo las funciones adscritas al ideal del Yo. La crítica ejercida por esta instancia enmudece, y todo lo que el objeto hace o exige es bueno e irreprochable. La conciencia moral deja de intervenir en cuanto se trata de algo que puede ser favorable al objeto.” Todo esto se puede resumir de la siguiente manera: “el objeto a ocupado el lugar del Ideal del Yo”
La diferencia entre identificación y enamoramiento: en la “identificación, el objeto desaparece o queda abandonado, y es reconstruido luego en el Yo, que se modifica parcialmente conforme al modelo del objeto perdido [...] En el enamoramiento “ el objeto subsiste, pero es dotado de todas las cualidades por el Yo y a costa del Yo.”
La hipnosis es muy parecida al enamoramiento. El hipnotizado muestra al igual que el enamorado total sumisión, docilidad y ausencia de crítica. “El hipnotizador se ha situado en el lugar del Yo [...] la única diferencia es que en la hipnosis se nos muestran todas estas particularidades con mayor claridad y relieve...” “La relación hipnótica es un abandono amoroso total con exclusión de toda satisfacción sexual [...] en el enamoramiento, dicha satisfacción [...] perdura en segundo termino, a título de posible fin ulterior.”
Con lo ya visto, somos capaces de establecer la formula de la constitución libidinosa de una masa, por lo menos de aquella “que posee un caudillo y no ha adquirido aún, por una organización demasiado perfecta, las características de un individuo. Tal masa primaria es una reunión de individuos, que han reemplazado su ideal del Yo por un mismo objeto, a consecuencia de lo cual se ha establecido entre ellos una general y reciproca identificación del Yo.”
En este fenómeno de hipnosis experimentado por los miembros de una masa con respecto al “jefe”, podemos encontrar el origen de varias características de la misma, que ya han sido descriptas. Particularmente, es resuelto el misterio de la sugestibilidad que las masas experimentan, irresuelto en las obras de Le Bon y Mc Dougall. O insatisfactoriamente justificado por el “prestigio” atribuido a los “caudillos”.
A su vez, el hecho que “el Otro” ocupe el “ideal del Yo”, explica la deficiencia que experimentan los miembros de una masa en relación a su capacidad de establecer la diferencia entre la realidad y la fantasía. Ya que “Ideal del Yo” es la instancia responsable de tal juicio.
Relación entre el estadío del espejo y los fenómenos de masa
El estadío del espejo actúa como formador del YO. El YO se construye de esta forma en la imagen especular del OTRO. Entre los 6 y los 18 meses, se dan una serie de fenómenos en el niño frente al espejo. En un primer momento, provoca ajetreo, el niño en esta instancia empieza a reconocer lo propio y lo ajeno. Luego aparece una sensación de júbilo, que se continúa con una “detención del movimiento”. Esta fase es denominada “estatua”. Por último, el niño dirige la mirada al que lo sostiene, a su madre en la mayoría de los casos, y confirma el reconocimiento. Esta última etapa es conocida como la de “asentimiento”.
Se da un proceso de “alineación” en el cual el YO se construye a partir de la imagen especular del contorno de otro. A partir del espejo se crea la imagen del otro, la del semejante que representa al propio “ideal del yo”. Antes del estadío del espejo, el niño se encontraba desfasado. EL YO ideal es la matriz, el molde, es el “otro”, con el cual la persona sometida al espejo se ha identificado. Este “otro” posee una sumatoria de rasgos que constituyen el “yo”.
Ahora bien, en los fenómenos de masa es el caudillo, el líder de la misma quien tiene el rol del “otro”. Las personas que integran la masa han pasado por el estadío del espejo y han salido de él adquiriendo el mismo molde, la misma matriz, el mismo representante. Los integrantes de la masa tienen de esta forma el mismo ideal del yo, encarnado por el caudillo de la masa. Se han identificado con la sumatoria de rasgos que constituyen al “yo” del líder.
En consecuencia, como todos los integrantes de la masa tienen al mismo representante de su propio “ideal del yo” en la misma persona (el caudillo) se crearán lazos afectivos entre ellos, dado que se identifican con el mismo representante. Todos están regidos por la misma matriz, el mismo molde, que dirige y determina las conductas de cada uno de ellos. “El estadio del espejo inaugura, por la identificación con la imagen del semejante la dialéctica que desde entonces guía al yo con situaciones socialmente elaboradas”. El sujeto está regido por el “otro”, que adquirió tales características luego de haber pasado por el estadío del espejo.
Complejo de Edipo
El complejo de Edipo se desarrolla en la vida del ser humano entre los 3 y los 5 años, esto ocurre luego del proceso de identificación. Ambos guardan una estrecha relación por lo cual nos parece pertinente desarrollar también su concepto y estructura. Este complejo se trata de la determinación de la inclinación sexual y la conformación de los ideales. Desde este punto de vista, podemos señalar que, tanto la identificación como el Complejo de Edipo, son procesos imprescindibles para el normal desarrollo psíquico de un individuo y que, el primero actúa en la prehistoria del segundo.
El nombre de Edipo deriva de la historia mitológica de Sófocles “Edipo Rey.” “Es un complejo organizado de deseos amorosos y hostiles que el niño experimenta respecto a sus padres. Este complejo se puede presentar en dos maneras: positiva y negativa. En su manera
positiva: es el deseo de muerte del rival, que es el personaje del mismo sexo, y deseo hacia el personaje del sexo opuesto. La segunda forma es, a la inversa, amor hacia el progenitor del mismo sexo, y odio y celos hacia el del sexo opuesto. Este complejo se manifiesta entre los tres y cinco años de edad, su declinación señala la entrada en el periodo de latencia, con diferencias entre su desarrollo en el sexo femenino y el masculino”
El niño anhela exclusivamente la posesión sexual de la madre y siente celos de su rival, el padre. En cambio, la niña al descubrir que no posee pene, se siente castrada y culpa a su madre por tal condición. Como consecuencia, comienza a preferir al padre que posee el órgano que a ella le falta.
Este complejo se resuelve distinto en hombres y mujeres: los niños tendrán un obstáculo para poseer a su madre, y no es otro que su padre: quien podría castrarlo si se entera de sus intenciones. Por lo tanto, ante la situación de poder perder su pene, se apoya en el padre para que este le enseñe como conseguir una mujer que reemplace a su madre.
La niña se sentirá defraudada por la persona que siempre le dio todo, pero que ahora no le da lo que le falta; entonces buscará a su padre. “El surgimiento del complejo de castración es la razón principal del abandono del complejo de Edipo en el niño, mientras que en la niña el complejo de castración es el responsable de la introducción al complejo de Edipo.”
J. Lacan amplio esta teoría de S. Freud y propuso que este complejo se desarrolla en tres tiempos:
“Primer tiempo: corresponde al idilio del amor de la madre y el hijo. Es un momento de seducción mutua atravesando por la erogenización del cuerpo del hijo, donde el hijo funciona como aquello que completa a la madre.
Segundo tiempo: emerge aquí el padre como figura capaz de llevar a cabo la función de corte. Es el momento donde la palabra del padre establece una doble prohibición, a la madre: “¡no integraras tu producto!” y al hijo: “¡no te acostaras con tu madre!”.
Tercer tiempo: el padre aparece como permisivo, ofreciéndose como modelo de acceso a la mujer prohibida: “¡buscaras a otra mujer que no sea tu madre como yo busque la mía en otra que mi madre!”
El complejo de Edipo desempeña un papel fundamental en la estructuración de la personalidad y en la orientación del deseo humano. Los psicoanalistas han hecho de este complejo un eje de referencia fundamental de la psicopatología, intentando determinar para cada tipo patológico, las modalidades de su planteamiento y resolución.
Colectivos sociales y masas. Diferencias, similitudes y ejemplos.
Ya habiendo abarcado varios conceptos y aspectos que implican los fenómenos de masa nos vemos en condiciones de desarrollar un par de ideas que surgieron durante la elaboración de este trabajo.
Al comenzar a escribir esta monografía, nuestra elección de tema estuvo basada en la observación cotidiana de fenómenos que considerábamos “de masa” (piquetes, manifestaciones y movilizaciones de toda índole). Sin embargo durante su desarrollo y mediante la investigación y discusión llegamos a darnos cuenta que los “fenómenos de masa” son escasos en la actualidad; y lo que realmente pensábamos eran “fenómenos de masa”, en realidad eran “fenómenos colectivos”.
Hemos de denominar “colectivo social” a una situación que integra muchas personas en determinada circunstancia. Los individuos que componen un colectivo social reconocen la castración del jefe, en cambio en la masa el jefe es un sujeto idealizado, libre de defectos o impedimentos. En el colectivo se mantiene la opinión y la condición de sujeto individual y diferente de los demás, en la masa se tiende a la unificación de los rasgos entre los distintos individuos. El colectivo social principalmente debate, argumenta; la masa se manifiesta, hace, tiende a la impulsividad gracias a la pérdida de la responsabilidad individual de cada individuo por sus actos, se exalta lo pulsional. El principal factor en común es que ambos están integrados por un grupo de personas con un fin común.
De esta manera, habiendo diferenciado entre los dos tipos de fenómeno nos dispusimos a encontrar un par de ejemplos que logren plasmar la diferencia entre ambos. Entre los fenómenos colectivos podemos encontrar la mayoría de las movilizaciones que se dan en la actualidad. Como ejemplo podemos poner a algún acto político, en el cual los que concurren al mismo van con el objetivo de apoyar a su partido, pero que sin embargo lejos están de considerar a su líder como un ideal. Tampoco en estas situaciones se establecen lazos libidinales entre los miembros mas allá de la identificación que se puede producir por pertenecer todos a un mismo partido. Es más, dentro de ese mismo acto pueden coexistir facciones opuestas del mismo partido.
Entre los pocos ejemplos que existen de “masas” encontramos uno sumamente claro, la “Iglesia evangelista del Reino universal de Dios”, encabezada por pastores que mediante su locuaz discurso que no deja espacio a la reflexión, “hipnotizan” a la gente. Es de destacar que en esta formación se producen enlaces libidinosos entre sujetos, que en la mayoría de los casos nada de común tenían entre ellos. Es mas, en esta situación de exaltación de la emocionalidad (hacia el “prójimo” y hacia el “pastor”) se basan las ceremonias de estas iglesias. Todas estas características de este tipo de iglesia nos dieron la pauta de que efectivamente se trata de un “fenómeno de masa”.
Sin ir más lejos en nuestra búsqueda de ejemplos nos quedo la labor de preguntarnos cual es la causa que esta llevando a que los fenómenos de masa sean cada vez más escasos y los colectivos más abundantes. Y parte creemos poder atribuir este hecho a una “caída de los ídolos”; una mayor conciencia de la gente que ya no atribuye tan fácilmente el estado de completad, de ideal, a los lideres. Sin embargo estamos lejos de estar en condiciones de encontrar todas las causas para este fenómeno.
Conclusión:
Para finalizar con el trabajo, quisiéramos establecer una última analogía entre los fenómenos de masa y una situación que a nosotros los estudiantes de medicina nos afecta y afectará por el resto de nuestra vida profesional.
En la relación medico-paciente, al igual que en los fenómenos de masa, se establecen enlaces libidinosos. En el caso de las masas, como ya ha sido mencionado, se dan simultáneamente dos tipos de enlaces; con el “Jefe” de la masa, y con los pares dentro de la misma formación. Como también hemos mencionado anteriormente, el Jefe de la masa es el único que ocupa el lugar de Sujeto no castrado a los ojos de los miembros de la masa (que en este caso ocuparían el lugar de Objetos del cual el Sujeto dispone.)
En una de las conformaciones más comunes de la relación medico-paciente, el medico ocupa un lugar similar al del Jefe de la masa. Este lugar que puede ocupar (o decidir no hacerlo) es el lugar de “supuesto saber”. En esta condición, y por efecto de la estructura; el médico adquiere un status de omnipotente (aparece como no alcanzado por la castración). A su vez el paciente se transforma entonces en objeto del medico; objeto al cual mediante la sugestión y hasta la hipnosis puede en ciertas ocasiones manipular a fin de llevar a cabo la curación del mismo. Se trata de un tipo de relación que puede resultar en un tratamiento que lleve a la cura del paciente. Este tipo de relación pone al paciente en una posición muy frágil, en donde del médico y de su presencia depende la cura. En lugar de abarcar al enfermo como un sujeto, se lo manipula con el fin del progreso de su tratamiento, pero se crea una relación en la que el paciente puede conseguir el remedio a su enfermedad al costo de no curarse totalmente (sobre todo en los procedimientos que requieren constancia y voluntad), teniendo la necesidad de aprobación del médico, la certeza de su presencia.
Pero como ya hemos dicho, el médico debe decidir ocupar ese lugar (tiene la opción a ocupar un lugar diferente). De esta manera se abre una nueva posibilidad en la estructura de la relación médico-paciente. Esta opción se hará realidad a costas de la decisión del profesional de dejar su lugar de “omnipotencia”, de “Jefe”, (que tanto mas cómodo puede llegar a resultarle) y aparecer ante el paciente como lo que en realidad es; un sujeto que al igual que él, fue marcado por la castración.
Nuevamente, comparando la relación M-P con los fenómenos sociales abarcados por esta monografía, encontramos esta nueva posible conformación de la relación (M-P) similar a la situación que se da en los fenómenos colectivos. En estos, los miembros del grupo ven al “Jefe” no como el “Yo ideal” (como si ocurre en los fenómenos de masa), sino como un sujeto castrado que al tener la capacidad de movilizar la formación, sirve como medio para llevar a cabo el objetivo individual del miembro del grupo. Este objetivo, en el caso del paciente, puede llegar a ser la curación.
En consecuencia el paciente dejara de ser “Objeto” de aquel “Sujeto” omnipotente para recobrar su condición de “Sujeto”. El resultado de este cambio será que la cura (de desearla el paciente) podrá ser llevada a cabo sin dependencia al médico, como resultado de un trabajo conjunto entre los dos sujetos (médico y paciente), y del deseo del paciente de curarse.
BIBLIOGRAFIA:
“Psicología de las masas y análisis del yo” (Sigmund Freud) - Editorial digital
“Diccionario de Psicoanálisis” (Laplanche, J. Pontalis, J.B) - Editorial Labor. Barcelona. 1981.
“Compendio de Psicología Freudiana” (Hall, Calvin S.) - Editorial Paidos. México. 1996.
“Salud Mental y Psicoanálisis” (Guillermo Izaguirre), Capitulo 7- Lo imaginario consistencia y función del yo - Editorial Eudeba
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Edición Digital. Introducción, Pág. 1
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Cáp. 2, Pág. 2
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Cáp. 2, Págs 2 a 4
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Cáp. 2, Págs. 2 y 5
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Cáp. 2, Pág. 4
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Cáp. 2, Pág. 6
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Cáp. 2, Pág. 7
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Cáp. 2, Pág. 7
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Edición Digital. Introducción, Pág. 1
Guillermo Izaguirre;” Psicología de las masas. Los fenómenos de masa a la luz del psicoanálisis” Ed. Eudeba. Pág. 119. Argentina. 1999
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Edición Digital. Introducción, Págs. 4 y 5
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 13
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 13
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 14
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 14
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 16
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 16
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 17
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 16 y 17
Sigmund Freud; Traducción: López Ballesteros Luis. “Psicología de las masas y análisis del yo”. Ed. Digital. Introducción, Pág. 24
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Laplanche J. Pontalis, J. B. “Diccionario de Psicoanálisis”. Ed. Labor. Barcelona. 1981. Pág. 61
Hall Calvin S. “Compendio de Psicología Freudiana” Ed. Paidos. Pág. 126. México. 1996
Greco Mirta.” Complejo de Edipo. Complejo de castración” Ed. Eudeba. Pág. 98 y 99. Argentina. 1999
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Aclaración: La versión que elegimos de “psicología de las masas y análisis del yo” es la traducida por Luis López Ballesteros. Debería traducir “triebe” como pulsión en vez de cómo instinto ya que los humanos no tienen instintos sino pulsiones. Al hacer esta salvedad queríamos dejar en claro que en caso de encontrarse una cita que hable de instintos, es por este motivo y que entendemos el error en la misma. El sitio en donde se puede encontrar la versión que utilizamos para trabajar sobre nuestra monografía es: http://www.elortiba.org/doc/freud_masas.doc
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Enviado por: | Hipeace85 |
Idioma: | castellano |
País: | Argentina |