Psicología


Psicología evolutiva


RIESGOS Y PELIGROS DE LA ADOLESCENCIA

Experimentar varias actitudes y conductas, definirse y redefinirse uno mismo, desligarse poco a poco del control de los padres son características de la adolescencia que cumplen un propósito sano y muy importante: ayudan a transformar al adolescente en adulto. Sin embargo, estas mismas tendencias pueden dar origen a conductas enfermizas como correr riesgos en general y consumir drogas en particular.

Aceptación De Riesgos

Muchos adolescentes tienen prácticas sexuales sin protección, algunas veces con muchas personas y con resultados que abarcan desde un embarazo no deseado hasta enfermedades mortales. Muchos consumen sustancias y abusan de ellas. Otros conducen sin precaución y realizan otras actividades peligrosas. La violencia, muchas veces perpetrada por pandillas, sigue mostrando un índice alarmante. Claro que algunos adolescentes están más propensos a involucrarse en actividades de alto riesgo, pues éstas a menudo aumentan conforme pasa el tiempo. Otros muchachos aprovechan de manera distinta por ejemplo, en el deporte- el aumento de energía y de curiosidad intelectual propia de la adolescencia -o lo dirigen a algo constructivo en lugar de cosas potencialmente destructivas. Por ejemplo, muchos adolescentes hacen acción social, participan en limpiezas ambientales, ayudan a construir casas para familias pobres o trabajan con niños enfermos. Conviene recordar que sólo unos cuantos adolescentes son los que realizan conductas de alto riesgo con fines destructivos.

El adolescente se entrega a conductas de alto riesgo por varios motivos. Puede meterse en problemas porque no se percata de los riesgos que corre. Tal vez disponga de muy poca información; las advertencias que recibe del adulto no siempre son eficaces o quizá opte por ignorarlas. Muchos investigadores creen que el adolescente que corre riesgos subestima la probabilidad resultados negativos; en otras palabras, se cree invulnerable. Se concentra principalmente en los beneficios previstos de sus acciones, digamos un estatus más elevado entre sus compañeros. Esta explicación coincide con el concepto de David Elkind de la fábula personal: El adolescente piensa que no sufrirá daño, que no se enfermará o no se embarazará como resultado de su conducta.

Los resultados de más de 20 años de investigación dedicada a la aceptación de riesgos entre los adolescentes indican muchas causas de esas conductas. Los factores en cuestión se dividen en cinco dominios: biología y genética, ambiente social, ambiente percibido, personalidad y conducta concreta. Los dominios interactúan y hacen que el adolescente adopte conductas o estilos de vida con alto riesgo. Advierta que intervienen factores hereditarios y ambientales. Por ejemplo, un niño que tiene antecedentes familiares consumo en exceso de alcohol o de otras sustancias podría estar predispuesto esos comportamientos, a sufrir un ambiente deprivado y a estar en contacto con modelos desviados, y es más probable que se entregue a conductas relacionadas con las drogas que otros niños que no experimentan esto.

¿Cómo pueden evitar los padres que el adolescente se involucre en activida­des peligrosas? Muchas familias colaboran de manera estrecha con la escuela, contactan a los profesores y a los funcionarios públicos cuando sus hijos tienen problemas, y toman después medidas para evitar el consumo de drogas y otras conductas destructivas en el hogar. En general, los adolescentes difícilmente realizarán conductas de alto riesgo, cuando ­logran la autoestima, el sentido de competencia y el de pertenencia a una fa­milia y a un orden social estable. Sin embargo, no hay un ambiente en verdad seguro y ningún niño es del todo invulnerable las fuerzas destructivas de la sociedad moderna.

Consumo y Abuso De Drogas

Durante la adolescencia, el consumo y el abuso del alcohol y de otras sustancias es una conducta generalizada de alto riesgo. De todas las sustancias legales e ilegales que pueden conseguirse, la nicotina (cigarrillos) y ( cerveza, el alcohol vino o licor) son las que más se prestan al abuso: se obtienen sin dificultad y a un costo bajo costo, y muchos adultos modelan su consumo. Prescindiendo de sus efectos, y a pesar de los mensajes del servicio público, muchos adolescentes consideran el tabaquismo y la ingestión de alcohol como hábitos "inofensivos” que les confieren una apariencia más adulta. La marihuana, la cocaína, anfetaminas, la heroína y los alucinógenos, como el LSD se consiguen con facilidad en los barrios pobres, en los suburbios otras áreas periféricas. Ante la escasez de dinero, algunos adolescentes (y también los niños de menor edad) recurren a inhalantes volátiles como los pagamentos y hasta la gasolina.

Tabaco

Para algunos adolescentes, los cigarros son un símbolo muy seductor de madurez, pese a las abrumadoras pruebas de que representan un peligro para la salud. Fumar eleva la frecuencia cardiaca, estrecha los sanguíneos, irrita la garganta y deposita materias extrañas en los tejidos sensibles de los pulmones, con lo cual reduce la capacidad pulmonar. El tabaquismo prolongado puede ocasionar ataques cardiacos prematuros, cáncer pulmonar y de la garganta, enfisema y otros problemas respiratorios. Incluso consumo moderado de cigarros acorta la vida en un promedio de siete años.

Es interesante señalar que el tabaquismo se relaciona en forma estrecha con consumo de otras sustancias durante la adolescencia. Por ejemplo, de los adolescentes fumadores tienden a consumir también alcohol.

Alcohol

El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, con efectos similares a los de los somníferos o los tranquilizantes. Cuando se ingiere en pequeñas cantidades, los efectos psicológicos son una menor inhibición y autorrestricción, un sentido eufórico de bienestar y una sensación acelerada del tiempo. Muchos toman alcohol para aliviar la tensión y facilitar la interacción social; lo logran pero sólo hasta cierto punto. En dosis más elevadas distorcionan la visión, deteriora la coordinación motriz y genera un habla farragosa; con dosis aún más elevadas provoca pérdida de la conciencia o incluso la muerte. Los efectos anteriores dependen no sólo de la cantidad ingerida, sino también de los niveles de tolerancia de cada individuo. El consumo habitual prolongado aumenta la tolerancia, pero ocasiona daño al hígado y al cerebro. El género es otro factor: las mujeres no metabolizan el alcohol ni lo eliminan con tanta rapidez como los varones; por eso, se embriagan aun tomándolo en cantidades pequeñas.

Las Drogas

Después del alcohol y la nicotina, las drogas serían las sustancias de mayor consumo. Todas ellas producen efectos físicos y Psicológicos. Su consumo puede ser en cualquier forma: en polvo, inhalado o inyectado en solución, o bien en crack, que suele fumarse. Ellas son adictivas, pudiendo generar estados eufóricos, alucinaciones, dificultades en las funciones respiratorias y cardiacas, etc.

Delincuencia

En ocasiones, la aceptación de riesgos se manifiesta en una conducta delictiva, que a menudo -aunque no por fuerza- se acompaña del abuso de drogas. La gravedad de los actos delictivos abarca desde hurtos en tiendas y vandalismo hasta robo, violación y asesinato.

Al clasificar como delincuente a un individuo se considera principalmente la frecuencia con que comete estas acciones y, desde luego, el hecho de que se le arreste o no. Desde el punto de vista estadístico, los índices de delincuencia alcanzan su máximo nivel en las zonas urbanas empobrecidas.

Las teorías psico­lógicas sostienen que los factores ambientales no bastan para explicar por qué delinque el adolescente. El individuo no es delincuente sólo por vivir en la pobre­za. Lo es porque no puede o no quiere adaptarse a la socied­ad ni adquirir el autocontrol necesario o formas adecuadas de desahogar ira y su frustración. Algunos incurren en actos delictivos sobre todo por pertenecer a este tipo de grupos de compañeros. Sin embargo, la distinción entre causas sociales y psicológicas de la delincuen­cia es artificial. La delincuencia tal vez satisfaga la necesidad de autoestima; ofrece ­aceptación y estatus dentro de grupos desviados de compañeros (como las pandillas) y un sentido de autonomía. Algunos delincuentes se entregan a conduc­tas de alto riesgo por el mero placer de la emoción.

Además de los factores individuales, los medios masivos contribuyen a la aparición de este tipo de actividades entre los adolescentes vulnerables. Las películas, por ejemplo, influyen en adolescentes con problemas a través del aprendizaje social. La identificación con una película violenta y con sus personaj­es puede favorecer la imitación de ataques y agresiones, robo, consumo y venta de drogas y actos violentos.

Depresión

Los estudios han revelado un índice bastante bajo de depresión moderada a grave durante la adolescencia, pero los síntomas pueden poner en riesgo la vida de los afectados. Así, aunque los resultados de una investigación resiente demuestran un incremento de la depresión durante la adolescencia, el porcentaje de los que la padecen es por lo general bajo: alcanza su nivel máximo 16 años y de nuevo a los 19 años.

Los síntomas varían según el sexo. Los varones afectados suelen involucrarse se en conductas antisociales como la delincuencia y el abuso de sustancias. Es más probable que las mujeres afectadas dirijan sus síntomas hacia ellas mismas y se depriman.

La depresión durante la adolescencia se da a menudo junto con otros trastornos en respuesta a tensiones internas y externas. Por tanto, la depresión y los trastornos de ansiedad con frecuencia tienen lugar simultáneamente, lo mismo que la depresión y los trastornos de conducta. Es más probable que los varones se metan en problemas cuando están deprimidos, en tanto que las mujeres suelen presentar trastornos de alimentación como la anorexia o la bulimia al deprimirse. Una gran proporción de los adolescentes de ambos sexos que intentan suicidarse porque están deprimidos antes y después del intento. También se interrelacionan la depresión, los pensamientos suicidas y el abuso de sustancias.

Por otro lado, una imagen corporal negativa puede conducir a trastornos alimentarios y después a la depresión. Se ha comprobado que un elevado riesgo de depresión se asocia con la enfermedad; se trata de una especie de círculo vicioso: la enfermedad crónica deprime al paciente y la depresión más vulnerable a la enfermedad. Un funcionamiento social deficiente empeora a veces la relación entre progenitor e hijo durante la adolescencia y puede también afecte las amistades y las relaciones amorosas. Por ejemplo, el embarazo es más probable entre las adolescentes deprimidas que en el resto de las jóvenes.

Factores De Protección Y Conductas De Afrontamiento

Los cambios biológicos de la pubertad, lo mismo que los relacionados con la transición de la primaria a la enseñanza media y a la enseñanza superior, exigen un considerable ajuste psicológico.

Factores De Riesgo

Entre los factores que exponen los adolescentes a la depresión y a las reacciones al estrés se cuentan los siguientes:

1. Imagen corporal negativa, que puede producir depresión y trastornos alimentarios.

2. Mayor capacidad de reflexionar sobre uno mismo y sobre el futuro, lo cual causa depresión cuando el adolescente piensa en las posibilidades negativas

3. Problemas familiares o de salud mental de los padres, que pueden originar reacciones de estrés y depresión, lo mismo que trastornos conductuales.

4. Conflictos conyugales o divorcio y problemas económicos de la familia, pueden ocasionar depresión y estrés.

5. Poca popularidad entre los compañeros, la cual se relaciona con la depresión en la adolescencia y es uno de los principales indicadores de depresión en el adulto.

6. Bajo aprovechamiento escolar, que produce depresión y conducta negativa en los varones pero que no parece afectar a las mujeres.

Factores De Protección

Hay tres grupos de factores de compensación que ayudan al adolescente a afrontar las transiciones de este período.

Primero, las buenas relaciones con sus padres y sus compañeros amortiguan el estrés. Es importante contar con relaciones que ofrezcan protección y apoyo.

Segundo, un área de competencia o pericia, como los deportes, la música, alguna manualidad o una asignatura académica, sienta ases de una seguridad realista.

Por último, un rol que incluya la responsa­bilidad por otros (quizá por los miembros de un equipo o por hermanos menores, ­le ayudan a fijar prioridades y responder a los desafíos o crisis en una forma más adaptable.

Trastornos de la Conducta Alimentaria

Anorexia

La Anorexia (nerviosa) es una enfermedad que se caracteriza por el miedo intenso a ganar peso y por una imagen distorsionada del propio cuerpo. Conduce a un grave adelgazamiento debido a una dieta exagerada y a un exceso de ejercicio. No se asocia con ninguna otra enfermedad orgánica previa. Se presenta habitualmente en adolescentes, especialmente en las mujeres.

La enfermedad produce alteraciones en los ciclos hormonales, una inmunodepresión con aumento del riesgo de infecciones, y aproximadamente entre el 5 y el 18% de los anoréxicos muere por desnutrición. Los pacientes también padecen a menudo bulimia.

No existe un tratamiento universalmente aceptado para la anorexia nerviosa. Frecuentemente se asocia con depresión y baja autoestima, y los pacientes suelen mejorar con antidepresivos. La normalización del peso corporal es un paso importante en el tratamiento de la enfermedad. La psicoterapia y la terapia familiar a menudo son importantes. La mitad de los pacientes se curan definitivamente, aunque a veces, la enfermedad acaba produciendo alteraciones metabólicas y hormonales que agravan el proceso puramente psíquico.

Bulimia

La Bulimia es un desorden alimenticio causado por la ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico. Se caracteriza por episodios repetidos de ingesta excesiva seguidos de provocación del vómito, uso de laxantes, dietas exageradas y/o abuso del ejercicio para controlar el peso.

A veces el comportamiento bulímico se observa en los enfermos de anorexia nerviosa o en personas que llevan a cabo dietas exageradas, pero la bulimia por sí misma no produce pérdidas importantes de peso. Lo que sí produce a veces, debido a los vómitos provocados, son problemas gastrointestinales e hipopotasemias (concentraciones bajas de potasio en sangre) graves, así como lesiones en los dientes debido a la acidez de los vómitos.

La bulimia aparece sobre todo en adolescentes, en especial en las mujeres, debido a diferentes mecanismos psicológicos; el más obvio es la respuesta a la presión social que valora la delgadez como atractivo físico, pero también por las dificultades para asumir un cuerpo sexuado.

¿Por qué se dan, en general, en la adolescencia?

 La aparición de estas enfermedades relacionadas con la alimentación se dan especialmente en la adolescencia, entre los 14 y los 20 años, ya que es una etapa en la que el cuerpo se está desarrollando y cambiando abruptamente y la imagen mental que tenemos del propio cuerpo es más lenta que su evolución biológica.

La responsabilidad de un adolescente enfermo también recae sobre la publicidad y los medios, que muestran modelos perfectos del hombre y la mujer, delgados y bellos, o sobre la misma familia, pero lo cierto es que ambos núcleos sustentan, por así decirlo, la evolución que realiza la enfermedad en un adolescente en plena formación física y psíquica, y son a la vez quienes pueden ir erradicando la enfermedad de quienes la padecen.

Es una enfermedad familiar que tiene como síntoma a uno de sus miembros padeciendo bulimia o anorexia. Se deben aceptar como enfermedades que se originan en el seno mismo de la familia, y que pueden actuar como síntoma de conflictos internos, personales y de tensiones en las interrelaciones padres-hijos-hermanos, esta problemática bio-psico-social.

Embarazo En La Adolescencia

Las consecuencias son muy graves para las adolescentes, los bebés y la sociedad en conjunto. Las adolescentes embarazadas son más propensas a sufrir complicaciones como anemia, parto prolonga­do y toxemia; pudiendo dar a luz bebés con bajo peso y con defectos neurológicos. Además de la probabilidad de muerte en el primer año de vida.

Los problemas de salud de las jóvenes madres y sus hijos con frecuencia tienen su origen en causas socia­les antes que médicas. Muchas de las madres son pobres, no se alimentan bien y reciben cuidados pre­natales inadecuados o carecen de ellos. Sin embargo, a pesar de que se les prodiguen buenos cuidados y los resultados físicos sean los me­jores, las madres adolescentes no están exentas de problemas. Tienen menos probabilidad de terminar la escuela secundaria que sus compañeras que no tienen bebés, y muchas de quienes lo logran lo hacen a una edad mucho mayor. También es probable que las madres jóvenes ten­gan problemas económicos. Además están en alto riesgo de quedar embarazadas de nuevo. El riesgo es mayor para aquellas que aban­donan la escuela, permanecen en actividad sexual y no emplean medios confiables de control natal. Estas jóvenes "quizá se hayan resignado a tener pocas opciones diferentes de la maternidad repetida"

Es más probable que los hijos de los adolescentes obtengan bajo puntaje en las pruebas de cociente intelectual y presenten menor rendimiento económico que otros niños; esta proba­bilidad aumenta con los años. En la época preescolar, estos niños son hiperactivos, obstinados y agresivos. En la escuela básica primaria son desatentos, se dis­traen con facilidad y abandonan el trabajo escolar rápidamente. En la escuela secundaria, con frecuencia tienen bajo desempeño.

Dentro de los factores de riesgo son la edad, el conocimiento acerca del sexo y la experiencia. Cuanto más joven sea una mujer cuando tiene su primera relación sexual, es probable que demore más en buscar ayuda para planificar; cuanto menos co­nozca sobre el sexo, es menos probable que pueda protegerse ella misma y cuanto menos experimentada sea en la actividad sexual, estará más expuesta a quedar embarazada.

Prevención del embarazo en las adolescentes

Puesto que es más probable que quienes tengan mayor conocimiento sobre el sexo recurran al uso de anticon­ceptivos, los padres y las escuelas pueden ayudar a disminuir el alto nivel de embarazos en las adolescen­tes si les brindan más educación acerca del sexo y la paternidad, tanto en las acciones como en las emocio­nes. Muchas personas temen que los adolescentes pongan en práctica lo que aprenden sobre el sexo, pero la educación sexual impartida en las escuelas y en la comunidad no origina mayor actividad sexual en los adolescentes. Puesto que los medios de comunica­ción ejercen gran influencia en el comportamiento de los adolescentes, la radio y la televisión pueden emprender campañas para presentar situaciones se­xuales responsables. Como también es menos probable que las adolescentes que tienen grandes planes para el futuro queden embarazadas, es importante motivar a las jóvenes en diversos campos de sus vidas y elevarles la autoestima. Los programas que dan más importan­cia a este enfoque que a los mecanismos de anticoncepción han logrado algunos resultados.




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Enviado por:Ichita
Idioma: castellano
País: Chile

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