Arquitectura, Obras y Construcción
Programas de Vivienda Básica
Existen problemas en la mantención de esos espacios, especialmente los mas públicos. Se constata la necesidad de incluir a otras funciones, además de alojar, como es el caso de la vivienda taller o vivienda-comercio.
En la tipología A y B se observan diversas situaciones: carencia de equipamiento desde el inicio y en otros, destrucción o maltrato por los mismos habitantes, especialmente los jóvenes, los cuales además, carecen de espacios para ellos. En la tipología C, se reconocen el equipamiento insuficiente, pero se destaca el rol de la organización social, cuando ella aparece, y sus logros en términos de conseguir equipamiento.
La satisfacción que tienen los beneficiarios con los Conjuntos de Vivienda Básica se ve altamente afectada por el tipo de equipamiento comunitario entregado-cantidad, localización, uso y manutención - que no responde a las necesidades diversas de la población. La provisión inicial de equipamiento y áreas verdes no garantiza su permanencia si no existe una gestión organizada en su uso y mantención.
En los conjuntos habitacionales hay una carencia significativa en áreas verdes, juegos infantiles y equipamiento comunitario y cuando éstos se proveen, normalmente están dispuestos en retazos y en la periferia de ellos, sin posible tuición y control de parte de los residentes aumentando la inseguridad residencial.
A mayor antigüedad se plantea una mayor necesidad de cuartel de policía y a menor antigüedad, mayor necesidad de áreas verdes y plazas. Estos resultados indican al menos, que los nuevos beneficiarios de vivienda básica modalidad SERVIU, están demandando un mejor equipamiento de los entornos en los nuevos conjuntos y es probable que a medida que se vaya construyendo una historia residencial común, puede ser posible lograr conjuntos mas seguros, dependiendo de las acciones que se emprendan en pos de lograr ese objetivo.
Se concluye que las “autoridades” en general son mal evaluadas, esto en particular referente a la Municipalidad, pero también al SERVIU-MINVU, por razones de burocracia, falta de información, discriminación a los beneficiarios, promesas que no se cumplen, falta de transparencia en las actividades, así como en la asignación de viviendas y fiscalización de obras. No existe claridad sobre quien se encargan de que y a quien recurrir, cuales son los canales formales.
En cuanto a los atributos de la conformación físico-especial, tipología C, produce una insatisfacción mayor, que las tipologías A y B, especialmente por la falta de control de sus espacios semi-públicos y semi-privados, a nivel de agrupación y debido también a las dificultades para su ampliación y falta de privacidad en el nivel de la vivienda.
La satisfacción de los beneficiarios del Programa de Vivienda Básica disminuye debido a los problemas de clima social. Las causas que dificultan la convivencia vecinal se encuentran en el hecho de que se evalúa a sus pares como conflictivos (peleadores chismosos). Aparece también la droga y el alcoholismo como factores inhibidores de la buena relación vecinal. La historia residencial común aumenta estos problemas, en promedio de un 44.15% en 1998 a 48.52% en 1995. En el ámbito de las tipologías, la evaluación negativa de estos aspectos es mayor en la C que en la tipología AB.
La diferencia mínima entre la calificación de la vivienda previa la actual, a favor de la segunda, obedece a que la situación anterior no era tan precaria y que la vivienda recibida no es tan satisfactoria a pesar de obtener el status de propietario. La poca diferencia entre la vivienda anterior y la actual, mas que a la propia vivienda, se debe a una insatisfacción del beneficiarios con el nivel de expectativas que tenia antes de llegar al conjunto y la forma que va adquiriendo su entorno residencial y su inserción urbana a medida que pasa el tiempo. La inexistencia de una diferencia mayor de satisfacción entre la vivienda anterior y la actual podría indicar que no es la vivienda (casa) la que hace que se cambien dicha apreciación, mejorándola o empeorándola, sino más bien, otras circunstancias como la tendencia, nexos sociales, empleo, seguridad, entre otros.
El nivel aceptable o suficiente en la evaluación de la vivienda actual- no obstante los problemas constructivos y de diseño-responde a que en ella se puede desarrollar una vida familiar satisfactoria, considerando que al momento de su entrega existe una adecuación entre número de habitantes y número de recintos habitables y camas, que parte importante de las actividades no son incomodas de realizar, que permite una relación intima de la pareja, que se ha logrado realizar un mejoramiento mediante transformaciones, especialmente en la tipología AB que en la C. Independientemente de las incomodidades existentes, las actividades básicas en la vivienda, como ser dormir, comer, cocinar, se realizan en los recintos previstos para ellas.
Los beneficios tienen mas conciencia de los defectos constructivos que de los problemas de diseño, al ser los primeros más evidentes y objetables que los segundos y a pesar de que estos tienen efectos igualmente relevantes en su calidad de vida.
El porcentaje mayor de problemas se señalan en la aislación acústica, filtraciones de lluvias.
En cuanto a diseño, existen problemas de espacio, ampliación y distribución. Se hace ver la relación entre el crecimiento de la familia y las necesidades de espacio.
No se consideran muchas veces, las condiciones climáticas del lugar, mínima especificación de materiales, filtraciones, etc.
Todos los factores mencionados anteriormente respecto a las falencias de la vivienda social, podrían evitarse, a través de algunas recomendaciones, que si bien pueden ser generalizadas, pueden profundizarse en un futuro, y así poder dar una mayor satisfacción a los beneficiarios de programa y darles una mejor calidad de vida.
Parece necesario hacer un ajuste en la ecuación que se establece entre el valor de la vivienda y las condiciones de postulación y asignación de la vivienda básica en cuanto a ingreso de los hogares, ahorro, subsidio y crédito que permita el acceso efectivo de las familias más pobres que se encuentran en un proceso de disminución dentro del programa.
La localización de los conjuntos de vivienda básica esta en función de la distancia y accesibilidad adecuada a servicios urbanos equipamientos, externos al conjunto (Salud, Educación, Abastecimiento, Deporte y Recreación, entre otros), lugares de trabajo, calidad del transporte y sus vías de circulación. La periferia donde se ubica la mayor parte de los conjuntos de viviendas básicas, en general no ofrece estas condiciones, sin considerar los costos sociales que implica este emplazamiento. Por lo tanto se hace necesario mejorar estas condiciones, de lo contrario se hace necesario buscar otros lugares en los cuales se puedan satisfacer estos requerimientos. Sin ello es imposible que haya una deseada integración de los habitantes de PVB a la ciudad, afectando su satisfacción.
Terminar con los emplazamientos periféricos de los conjuntos, o bien, compatibilizar su ubicación en correspondencia con los centros de equipamiento y servicios de los centros urbanos en que estos se instalan.
Conciliar la ubicación de nuevos conjuntos con la factibilidad de que la nueva población cuente con fácil acceso a equipamientos, particularmente en términos de recreación, educación y salud pública.
La tendencia general apunta al reemplazo progresivo de las tipología C como una forma de aumentar la densidad, atendiendo el creciente aumento en el costo del suelo y aprovechando mejor cercanía a servicios y equipamientos.
A pesar de ello la Tipología C muestra en varios sentidos una negativa evaluación en cuanto a calidad y satisfacción residencial, lo que hace recomendable mejorar sus Base de Diseño y Construcción, existiendo además la convivencia de estudiar opciones distintas que, cumpliendo con la condición de dar similares densidades, permitan obtener una mejor privacidad entre vecinos, una más alto nivel constructivo, la realización de ampliaciones, junto con lograr un mejor manejo de los espacios semi-publicos y semi-privados en complementación con los espacios públicos.
Con relación al conjunto habitacional y los entornos inmediatos se recomienda en lo específico.
Entregar conjuntos equipados con viviendas mejor terminadas y de buena calidad acústica, de modo que en los primeros años las familias se motiven y se aboquen al mejoramiento del entorno vecinal y el equipamiento comunitario entregado, en vez de dedicar sus esfuerzos exclusivamente a la vivienda.
Calificar y ponderar en las bases la licitación las características del diseño de los loteos (Tipología AB) y de los edificios (Tipología C) en cuanto a calidad de sus entornos inmediatos, su relación espacial con áreas de uso público o comunes y la apropiación de esas áreas por parte de los habitantes.
Mejorar el diseño de las vías de circulación estructurantes en los conjuntos, de modo de evitar que se constituyan en irruptores que dificulten la interacción social. Mas bien la estructura vial debe ser un componente ordenador en cuanto a accesibilidad y calidad espacial del sector.
Mejorar el emplazamiento de los edificios con relación al terreno, jerarquizando la relación continua entre espacios públicos, privados y semiprivados en tipología C. Posibilitar la apropiación por parte de las familias y vecinos. (El conjunto Francisco Coloane en la Región Metropolitana, en opinión de la gente, tampoco resolvió este problema). Optimizar los atributos que cualifiquen al conjunto compatibilizando requerimientos normativos, financieros, funcionales y estéticos.
Optimizar la provisión de equipamientos comunitarios al interior de los conjuntos habitacionales, en especial aquellos orientados a los jóvenes y niños, de acuerdo a estándares normativos y al conjunto de programas y líneas de acción que desde diversas instancias gubernamentales se orientan al mismo objetivo.
Fomentar la definición de límites administrativos pequeños (ley de Copropiedad) que posibiliten la aparición de copropiedades y juntas administrativas eficaces en la resolución de problemas comunitarios (Tipología C).
Compatibilizar estrategias de planificación y acción, respecto de la seguridad ciudadana entre la comunidad, el municipio y la policía, en relación a los conjuntos habitacionales, con énfasis en la prevención a través de incentivar el control social.
En la organización espacial de un conjunto habitacional, uno de los componentes es el de la seguridad y por muy necesaria que sea en estos momentos una actitud defensiva y de aislamiento, no debe primar sobre otras actitudes positivas y necesarias de convivencia entre seres humanos.
Poner en su lugar los objetivos finales en relación a los medios mediante los cuales se trata de resolver los problemas de alojamiento humano.
Una visión integral que incluye las diversas escalas que tiene el alojamiento humanos, desde la unidad de familia-vivienda a su agrupación en comunidades- conjuntos residenciales, pasando por el nivel de los entornos vecinales ubicados en un contexto mayor, evita la ruptura y parcelación de las actividades humanas que forman parte integral de la vida de los individuos y grupos humanos.
En este mismo sentido, establecer que el sistema habitacional incluye el suelo, la infraestructura y el equipamiento social, junto a la vivienda, conduce a comprender los roles que juegan cada uno de los componentes del sistema en la solución de los problemas habitacionales y en la satisfacción de necesidades humanas.
Finalmente, comprender el fenómeno habitacional como proceso, contribuye a vincular sus diversas fases y las interacciones que se producen entre ellas a lo largo del tiempo, estableciendo las interdependencias que se producen, lo que no sería posible de logra desde una visión estática.
Un enfoque integral no significa solamente tener en cuenta esta 4 perspectivas, sino algo bastante complejo, que consiste en vincular cada una de ellas en un todo.
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Enviado por: | Natitad |
Idioma: | castellano |
País: | Chile |