Ética y Moral
Preservativo
EL CONDÓN
Profiláctico (término proveniente de preservar de la concepción), también llamado condón o preservativo, es un elemento que se utiliza como método anticonceptivo y de prevención de varias enfermedades de transmisión sexual.
En el caso del condón de varón consiste en una funda que se ajusta a ligera tensión sobre el pene erecto y para su fabricación se usan diversos materiales, siendo el más común de hule látex natural, aunque antes se fabricaron de tejidos animales, y también se hace de poliuretano para casos de alergia al látex.
El condón femenino es una bolsa que forra la vagina y cubre los genitales externos; siendo inicialmente (1993) de poliuretano, lo hay de nitrilo y recientemente se fabrica en látex. Además de cubrir los labios genitales y el clítoris, evita que los testículos estén expuestos a contagio o contagiar virus del papiloma humano-VPH-, como los otros agentes infecciosos -VIH, etc-; también protege de contagio si se usa la vía anal.
PREVENCIÓN CONTRA ETS
Diversos estudios científicos comprobaron más tarde que también es útil en la prevención de la mayoría de las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Su efectividad exacta en la prevención de ETS es discutida, pues el preservativo masculino más común, el de hule látex natural, no protege al escroto ni evita las infecciones producidas por epizoonosis (piojo púbico, escabiosis), las verrugas genitales o las lesiones por virus del papiloma humano -VPH-. Por esto, su efectividad para prevenir una ETS ronda en el 95%, mientras que su efectividad como método de control natal es más alta, hasta 97%, cuando se usa de forma apropiada.
HISTORIA
El preservativo ha sido usado desde tiempos antiguos para prevenir "enfermedades venéreas" (como se les conocía antes, en honor a Venus, diosa del Amor), al igual que como método anticonceptivo.
En cuanto el ser humano descubrió la relación entre el sexo y la concepción de los hijos, así como entre el sexo y la aparición de ciertas enfermedades, comenzó a utilizar secciones más o menos largas de tripas de animales con una de las puntas atada. Estos dispositivos aún hoy pueden conseguirse (construidos de manera un poco más sofisticada), debido a su capacidad de transmitir el calor corporal y por su sensación táctil, pero no son muy efectivos en la evitación de la concepción. Ya en el antiguo Egipto, al menos desde 50 a. C., se tenía constancia de una forma rudimentaria de profiláctico, se utilizaban fundas de tela sobre el pene, que transformó por completo la realidad social del momento. La leyenda del rey Minos (50 a. C.) hace referencia al empleo de vejigas natatorias de pescado o vejigas de cabra para retener el semen.
En el 2000, el museo Británico de Londres expuso por primera vez los preservativos más antiguos del mundo que se conservan, de alrededor de 450 años, que fueron encontrados en excavaciones hechas en los ochenta en el Castillo de Dudley, en el centro de Inglaterra. Los ejemplares expuestos corresponden a los siglos XVI, XVII y XVIII. Llama la atención que estos ejemplares son tan finos como los que se fabrican actualmente de manera industrial con látex. Estos preservativos, fabricados con intestinos de animales, están cosidos cuidadosamente en una extremidad, mientras que la otra punta tiene una cinta que permite mantenerlos apretados una vez colocados. Pero miden 34 mm de ancho (mientras que los actuales miden 52 mm, 18 mm más anchos que los antiguos ingleses).
No se empleaban como anticonceptivos sino para evitar enfermedades venéreas, especialmente la sífilis. Se cree que antes de ser usados se sumergían en leche tibia para que se ablandaran.
Estos preservativos de tripa se fabricaban a mano, posiblemente eran muy caros y la idea era utilizarlos varias veces. No se sabe cómo es que se conservaron hasta la actualidad.
Se registran también esfuerzos por inventar preservativos de tela finamente entretejida, pero obviamente no fueron efectivos y se descontinuaron. El médico italiano Gabrielle Falopio (1523 - 1562) propuso en su libro "De morbo gallico" el uso de fundas de tela, que recubrían únicamente el glande y se anudaban con un lazo, para evitar la sífilis.
Cuando a finales del siglo XIX los ingleses comenzaron a producir preservativos de látex indio se dio un gran paso en su efectividad y fácil disponibilidad, vendiéndose en farmacias. Sin embargo, hasta mediados del siglo veinte, bastante después del fin de la Segunda Guerra Mundial (1945) en muchos países su venta estaba prohibida.
Es en el siglo XIX cuando aparece por primera vez la palabra "condón", en un libro dedicado a la sífilis, escrito por el Dr. Turner.
En Argentina, en 1947 comenzaron a instalarse dispensadores de preservativos en los espacios públicos. Tras la caída del gobierno democrático (1955) desaparecieron las fábricas de preservativos, los dispensadores y hasta los baños públicos, que fueron considerados una afrenta a la moral pública debido a que frecuentemente eran usados por homosexuales como sitio para buscar pareja.
En Estados Unidos se permitía su venta "sólo para la prevención de enfermedades". Frecuentemente su disponibilidad en una farmacia era comunicada a un potencial cliente de una manera indirecta, tal como pequeños anuncios publicitarios que hablaban de "esponjas de goma" (rubber sponge). De ahí que aún hoy en EE.UU. a los preservativos se les dice rubbers ('gomas').
En muchos países existen organismos que distribuyen de forma gratuita preservativos tanto para control de la natalidad como para prevención de ETS. Estas iniciativas encuentran oposición por parte de grupos religiosos y moralistas que se oponen a la distribución o uso de preservativos.
VENTAJAS
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Son muy accesibles y no necesitan prescripción médica.
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No tienen efectos secundarios.
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Pueden ser utilizados como método anticonceptivo complementario.
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Protegen contra las enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el VIH.
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Después de abandonar su uso, se recupera inmediatamente la fertilidad.
INCONVENIENTES
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Puede atenuar la sensación sexual tanto en los hombres como en las mujeres.
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Es necesario una buena colocación para que su efectividad sea alta.
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La mayoría no pueden ser utilizados si se tiene alergia al látex.
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Aunque sean biodegradables, los preservativos de látex interactúan negativamente con el medio ambiente si se les da un "fin de uso" incorrecto. Se estima que entre 61 millones y 100 millones de preservativos en Gran Bretaña únicamente, acaban flotando en las aguas de los ríos y mares. Mientras se autodestruyen, la naturaleza lo padece porque se posan en los arrecifes de coral evitando su crecimiento y la vida en ellos. Los animales marinos también pueden confundir el objeto con alimento, llegando a resultar negativo para su existencia.
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La gente católica estaría yendo en contra de su religión en caso de usarlo.
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Enviado por: | Raquel |
Idioma: | castellano |
País: | España |