Arte


Pintura del siglo XV al XIX


Historia de la pintura (Siglos XV al XIX)

Pintura del siglo XV (Edad media):

Durante la Edad media la sociedad poseía un marcadísimo carácter teocéntrico, lo que se vio plasmado en el arte de la época. El arte pictórico, al igual que las demás manifestaciones artísticas tenían como temas principales los de tipo religioso, cristiano. Se buscaba plasmar una belleza sensible dada por las formas, colores, composición, etc., y otra belleza invisible dada por el simbolismo. El arte se entendía como abstracción y manifestación de belleza divina, donde los rasgos no están del todo definidos, no asiéndose semejantes a la realidad sino una esquematización de ésta presentada como símbolo.. Estaba basada en formas geométricas, se observa un marcado geometrismo y esquematización, lo que contrastaba con la herencia de la Antigüedad clásica. Las composiciones no son realistas.

Renacimiento (siglo XVI):

La cuna del arte renacentista fue Italia, donde algunas ciudades se vuelven artísticamente importantísimas, como Milán, y otras pierden la preponderancia de siglos anteriores. El hombre renacentista se inspira en la Antigüedad Clásica, es muy opuesto al hombre medieval, el humanismo medieval teocéntrico se convierte en antropocéntrico. Las características más notables y visibles de la arquitectura renacentista son la grandiosidad y el equilibrio, como se aprecia, por ejemplo, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

El constante ideal del renacimientoconsistía en la serena armonía de la formas. El arte se había centrado en la actividad del hombre, en su sensibilidad artística y en la unidad de una fe religiosa ardorosamente defendida (Reforma y Contrarreforma), y en el estudio y el pensamiento humanístico. Durante este periodo pueden verse varias escuelas, la Milanesa, la Romana, la Florentina y la Veneciana.

El principal representante de la escuela Milanesa es Leonardo da Vinci (1452-1527), no sólo fue pintor, a su haber están las profesiones de escultor, músico y escritor. Fue un gran sabio que investigó y dejo interesantes escritos sobre ingeniería, químicas y otras ciencias.

En cuanto a su arte pictórico está la característica suavidad de sus formas, la delicadeza del color, lo detallista, el difuminado, el famoso sfumatto. Entre sus obras están la célebre Gioconda, Santa Ana y la Virgen, La Virgen de la Rocas y La Última Cena, pintada para el refectorio el convento de Santa María de las Gracias en Milán.

Otro de los grandes fue Rafael Sanzio de Urbino(1483-1520), de la escuela romana. Las obras a las que debe mayor fama son sus madonas, de un naturalismo idealizado: Madona del Jilguero, Madona de la Silla, etc.

También de la escuela romana está Miguel Ángel, que además de pintor era poeta lírico y escultor(“David”,”Moisés” y “La Piedad”, algunas de sus famosas esculturas); llevó a sus composiciones las masas, la fuerza y expresión que estaban presentes en sus esculturas. Su obra maestra, el techo de la Capilla Sixtina, en los que estampó Génesis y años mas tarde El Juicio Final en la pared frontal de la misma.

De la escuela Veneciana está Giorgione (1478-1510), pintor de los campos, de las selvas y de las gracias femeninas, inicia este período con un estilo romántico, lleno de misterio. Los paisajes de sus fondos, bañados en oros y sombras. Un admirador y seguidor de Giorgione fue Ticiano Vecellio (1477-1576), figura de la pintura veneciana. Ticiano exalta al máximo la importancia del color, confiándole el modelado de las formas, y éstas surgen, provocada por la luz. El estilo de Ticiano desemboca, en sus últimos años, en una síntesis que prepara el camino del impresionismo. Los temas más frecuentes son los mitológicos, en particular sus hermosos desnudos femeninos, Venus, Dánae, Bacanal, en los cuales se refleja todo el amor del veneciano por la vida sensual, por el placer y el lujo.

Barroco (siglo XVII, 1600-1660):

Abarca todas las manifestaciones del espíritu y vida del siglo XVII, desde finales del siglo XVI, la sociedad atraviesa por una honda crisis que afecta la vida entera del hombre europeo, tiñéndola de angustia e inseguridad, se habla de una crisis económica, política, social y moral, hay mucha desigualdad social, intransigencia religiosa, guerras sucesivas. El siglo XVII es más racional y científico con respecto al siglo XVI, ya que durante el renacimiento se había centrado la actividad del hombre en su sensibilidad artística y en la unidad de una fe religiosa ardorosamente defendida (Reforma y Contrarreforma), y en el estudio y el pensamiento humanístico. Este entorno de crisis afecta y da un sello característico al Barroco.

La acumulación de objetos es también una característica de ésta época, en la decoración y en cuanto a la pintura el claro - oscuro es el principal sello barroco.

El artista que mejor representa este estilo es, Caravaggio, pintor italiano, quien utilizaba el naturalismo tenebrista, que se cultiva en el Barroco italiano. El Realismo era también muy utilizado por los artistas de la época.

Existieron también otros maestros barrocos, como los Holandeses Rembrandt, Vermeer de Delf, Hals; así, es el momento del triunfo del bodegón, el paisaje y la pintura de género.

En cuanto al retrato existen dos vertientes: la intimista, que recoge la labor cotidiana de un personaje de la casa, género muy cercano a la pintura de costumbres; éste es el caso de Vermeer de Delft, quién retrata siempre a mujeres haciendo algo dentro de una habitación, con un mapa y una silla comúnmente presentes en varias de sus obras. La otra vertiente es la del retrato de grupo, encargado por cofradías de profesionales o gremios, como sería el caso de la famosa Lección de Anatomía de Rembrandt. No puede omitirse al famoso pintor Pedro Pablo Rubens, quien con sus bodegones exuberantes, sus escenas picantes, su alegría de color en los cuadros religiosos, gustaron mucho en la Corte española.

Existe otro estilo nombrado como final del Barroco, hablamos del Rococo.

El Rococo se sitúa característicamente en Francia, en la corte francesa y en sus suntuosas y grandiosas fiestas en el palacio de Versalles, mientras el pueblo se moría de hambre. Es la época de la frivolidad, vanidad y trivialidad.

Los temas utilizados mayormente son las escenas cortesanas, pastoriles, temas mitológicos y venus, donde todo es paz, amor y tranquilidad.

Son artistas de la época Fragonard, Bateau y Boucher, los tres franceses.

Neoclasicismo (siglo XVIII):

En este periodo el centro cultural y artístico mundial se traslada a Francia, y permanece allí hasta la segunda guerra mundial. En Francia es el Siglo de las Luces, que alumbró la Ilustración, el enciclopedismo, la renovación de las teorías políticas, jurídicas, filosóficas. El pueblo quiere derrocar el absolutismo y separar los poderes, es así como comienzan las oleadas revolucionarias que concluyen con la independencia de los Estados Unidos, y de muchos países latinoamericanos, por supuesto, la culminación será la Revolución francesa, en 1789.

Todo este desorden revolucionario influye, como es de esperar, en el arte. El arte se presenta igualmente apasionado, deseoso de cambiar la situación, es decir abrir la cultura y el arte hacia el pueblo, para que éste al igual que los aristócratas pudiesen disfrutar de él y así alcanzar el progreso.

Para aleccionar al pueblo se rescatan los ideales clasicistas de la Roma republicana, los ideales de la ética y la moralidad política y ciudadana. Este movimiento nace como respuesta o quizás como forma de regeneración moral de las costumbres y arte del Rococo, que había caído en una inconsistencia de ideas y de peso intelectual. Era una pintura para deleitar nada mas que la vista; espejo de una sociedad aristocrática terriblemente frívola.

Entonces se recurrió al desarrollo de las ciencias. Aplicadas al arte nacen ciencias como la Estética, la Historia y la Historia del Arte o la Arqueología. Esto ayuda a que el arte pictórico de la época se vuelva una pintura histórica, en donde lo preponderante es el dibujo y la forma. También importan, a partes iguales, la claridad formal y la contundencia del mensaje, los temas más recurrentes son los mitológicos e históricos.

Los estereotipos de la pintura neoclásica son luz uniforme, anatomías perfectas, disposición en friso de los personajes, estructura geométrica de los elementos de la escena, que se reducen a los estrictamente necesarios, prima la sencillez y la caracterización a la romana.

El artista representante del neoclasicismo es sin duda David, quién fue el pintor más importante de la Francia neoclásica, posaron para él los más importantes personajes del régimen napoleónico. Entre sus obras destacan “El Juramento de los Horacios”, “Napoleón cruzando los Alpes”, etc. Puede denominarse como un pintor histórico. En su pintura predomina el dibujo y las formas claras y precisas, y sus temas son esencialmente históricos.

Otro importante pintor de la época fue Ingres, discípulo de David, famoso por sus odaliscas y escenas de baños turcos, como la Bañista de Balpinçon, y sus retratos, en los que al igual que su maestro predomina el dibujo, que es la principal preocupación del artista.

Romanticismo (fines del siglo XVIII

hasta primer tercio del siglo XIX):

El vocablo libertad pasa a ser, tal vez, el símbolo más caracterizador del período, lo que se ve claramente implícito en el arte de la época.

Era un movimiento de renovación espiritual y artística, lo que lo llevó a oponerse a las fuentes de inspiración Grecorromana y el orden del neoclasicismo, a rechazar la estética clásica y a odiar cualquier academicismo, lo único que importaba era la libertad de expresarse y de crear.

Las nuevas fuentes de inspiración proceden del medioevo y de los valores espirituales consagrados en ese momento, pero también, debido al inquieto espíritu de los artistas románticos se comienzan a estudiar otras culturas, hacia el Oriente y hacia América, donde el hombre parecía haber mantenido el contacto con la naturaleza.

La naturaleza pasa a ser un tema recurrente de inspiración de los pintores románticos, se recurre mucho a los paisajes.

Los matices se hacen preponderantes, se recupera el color y éste se impone ante el dibujo. Existe una gran variedad de colores y una gran viveza de ellos, mucha luz.

Predomina el sentimiento y la sensibilidad en lo racional.

Uno de loa pintores más representativos del Romanticismo es Delacroix, entre sus obras están "la toma de Constantinopla" y "retrato de un loco asesino”.

Otro famoso pintor es Millet, como obra de este autor tenemos "El Angelus". Tiene gusto por el paisaje, temas cotidianos tal y como son. Los fondos los pinta desfigurados.

Por otro lado está Courbet, una de sus famosas obras, "el entierro de Ornaz". Este autor se caracteriza por el realismo de los rostros; pinta escenas de la vida cotidiana, a media tarde.

Pintura del siglo XV al XIX

Título: “Alegre Comitiva”

Autor: Frans Hals. Holandés, Amberes(1580-1585)-Haarlem(1666)

Estilo de la obra: Barroco Centroeuropeo

Lugar donde se encuentra: Metropolitan Museum

Técnica y soporte: Óleo sobre lienzo

Dimensiones: 92,5 x 126 cm.

El tema de ésta composición es uno de los más utilizados por los pintores holandeses del siglo XVII. La juerga, el vino, la música y escenas de prostíbulos son bastante recurrentes.

En ésta obra aparecen retratados, en la escena central, una mujer y dos hombres. Con el hombre de la derecha, la mujer está notoriamente coqueteando, insinuación que es respondida por el caballero que tiene toda su atención en la sonrosada dama. Al lado izquierdo aparece otro hombre, que por la expresión y color de su rostro, parece haber caído bajo los efectos de una noche de fiesta y desorden por lo que no percibe el evidente galanteo que sucede inmediatamente a su lado.

Aparecen más personajes en el fondo de la escena que por sus expresiones y colores, dan a entender que es muy tarde y el alboroto ha sido grande. En la parte baja y central aparece jarras con alcohol y comida, que no hacen más que reafirmar una obra que estampa placer, noche y diversión..

Análisis estético:

El equilibrio de formas presente en la composición realizada por Hals corresponde a un equilibrio asimétrico, las masas representadas a ambos lados del eje central no son iguales, al lado izquierdo hay dos hombres retratados, y al lado derecho sólo aparece uno. Esto debido a que por regla el lado izquierdo soporta más peso y por la ubicación contrapesante del caballero de la derecha (al centro y arriba), pues en una posición elevada adquiere más preponderancia; esto ayudado por los colores más claros utilizados en su representación, como se sabe los colores claros son más pesados.

En un primer plano posee colores vistosos, con el fin de dar realce a la mujer, que es el centro de la obra y a la situación de galanteo que se está realizando en una suerte de taberna. En su fondo aparecen colores mas bien oscuros, para equilibrarse con el notorio blanco del encaje del cuello de la dama.

Con el fin de dar equilibrio y ritmo en toda la extensión del cuadro aparecen tonos similares, como rojos, ocres y amarillos, que se repiten en diversas ocasiones.

Es una composición con mucho movimiento, se percibe, posee muchas líneas curvas y es más bien abierta.

Posee variedad en su representación lo que la vuelve muy interesante, se plasman personajes de distintas clases sociales, lo que se subentiende por su atuendo. La situación es muy insinuante y no pasa desapercibida, los colores son vivos y atractivos. En suma todas estas características hacen que esta obra posea una Unidad excelente.

Frans Hals

Holandés, Amberes(1580-1585)-Haarlem(1666)

Barroco Holandés

Frans Hals nació en Amberes, Holanda en 1580 ó 1585, hijo del pañero Franchoys Hals y de Adriaentgen Van Geertenrijck, en esta misma ciudad nacerá posteriormente su hermano llamado Joost, que también será pintor, pero que no obtuvo mayor trascendencia. Por otro lado las composiciones retratísticas de Frans son consideradas como una de las mejores del Barroco Holandés.

Luego de la ocupación española de la ciudad que lo vio nacer, la familia Hals emigra del lugar escapando así de las persecuciones religiosas tan comunes en esa época, por lo que a partir de 1585 la familia ya no aparece en los registros poblacionales de Amberes. En 1591 es registrado otro de los hermanos de Frans, Dirck, pero ésta vez será en la ciudad de Haarlem, y en ésta ciudad es donde el pintor pasará el resto de sus días.

Sus inicios artísticos no tienen una fecha exacta, pero por el año 1603 adopta como maestro a Karel Van Mander, y permanece en el taller de éste hasta 1606, fecha en que fallece Van Mander. En 1610 aparece inscrito por vez primera como miembro de la Guilda de San Lucas de Haarlem, lo que indica que desde ese momento puede ejercer como pintor autónomo, contando unos 25 ó 30 años. Al año siguiente tenemos documentado su primer retrato conocido”Jacobus Zaffius”.

Su primera esposa llamada Annetje Harmansdr le dio dos hijos. En 1611,

concretamente el 2 de septiembre, es bautizado Harmen, el primogénito del pintor. En Junio de 1615, tras dar a luz a su segundo hijo fallece su esposa, y al año entrante el bebé.

Se presume que Hals se dedicaba al comercio de obras de arte, al igual que su compatriota Vermeer, pues ese mismo año, el 6 de agosto de 1616, es nombrado en Amberes; tiene problemas judiciales por no haber pagado unos cuadros que había comprado. Su estadía en la ciudad se prolonga hasta el 15 de noviembre y se presume que tomó contacto con Rubens, uno de sus pintores favoritos. De regreso a Haarlem, Hals se inscribe como miembro de una cámara de retóricos, de Wijngaertranken, una de las tres sociedades existentes en Haarlem, cuyos miembros se dedicaban a componer poesías, organizar recitales y debates literarios, permaneciendo en su seno hasta 1625. Su primer retrato de grupo lo realiza en 1616, y lo denomina “Banquete de los oficiales de la Guardia Cívica de San Jorge”. En el año 1617, en febrero específicamente, contrae matrimonio por segunda vez en el pueblito de Spaarndam, con Lysbeth Reyniers. Ambos forman una numerosa familia, con más de ocho hijos, los nombres de ellos eran: Frans, Jan, Adriaentgen, Jacobus, Reyner, Nicolaes, Maria y Pieter, cuatro de ellos continuaron con la pasión de su padre, la pintura, y Pieter, el último de sus hijos era deficiente. En 1622 Hals ingresa a la milicia cívica de San Jorge, donde se desempeña como guardia, y a cuyos oficiales retrataría nuevamente en el año 1627, obra que se denomina “Retrato colectivo de la milicia de San Adrián”. En 1629 se le encargan los trabajos de restauración de la Obra de la Confraternidad de San Juan de Haarlem, cuyo autor fue Geertgen tot Sint Jans. A partir de 1630 alcanza renombre debido a sus retratos, y posan para él la aristocracia de la ciudad, pese a ello comienzan sus problemas económicos.

Posee un prospero y activo taller en la Grote Heiligland, cerca del Oudemannehuis, pero desde el año 1640 descienden los encargos y los problemas financieros se hacían mayores. El desinterés en su obra se debe principalmente al cambio de moda retratística, prefiriendo artistas como Bartholomeus van der Helst, por tener su trabajo un carácter mas noble, a diferencia de Hals quien poseía una pintura a base de pinceladas amplias y entrecruzadas.

La técnica utilizada por Frans Hals es adoptada por artistas posteriores como Monet, Manet, denominados impresionistas. En 1644 su hija mayor se desposa con Abraham Poterloo, con quién había tenido un hijo dos años antes. En este mismo año Hals es nombrado síndico de la Guilda de San Lucas, formando parte del cuerpo dirigente de la institución. La vida de este artista está marcada por los problemas financieros, que se acrecentan cada vez mas, y es por eso que en 1661 es eximido de pagar la cuota anual de la Guilda de San Lucas de Haarlem, al año siguiente se le otorga un subsidio de 50 florines, los que suben a 200 en 1664. Los nuevos clientes de Hals serán los regentes del Hospicio de Santa Isabel, realizando dos soberbios retratos colectivos lo que le permite salir temporalmente a flote, pero eso no cambió su precaria situación económica por lo que vivió de la beneficencia pública, a base de los subsidios entregados por esta. Frans Hals fallece el 29 de agosto de 1666, siendo sepultado en una tumba en el coro de la iglesia de San Bavón.

Pintura del siglo XV al XIX

Título: “La gran odalisca”(1814)

Autor: Jean Auguste Dominique Ingres (1780-1867)

Estilo de la obra: Neoclasicismo Francés

Lugar donde se encuentra: Museo de Louvre.Paris

Técnica y soporte: Óleo sobre lienzo

Dimensiones: 91 x 162 cm

La reina de Nápoles, Carolina Bonaparte, encargó a Ingres esta obra, en la que se plasmó uno de los desnudos más famosos de la historia.

En el cuadro aparece retratada una mujer desnuda que no tiene más que un abanico en su mano derecha, la figura se sitúa a la izquierda, cerrando la composición la curvatura sensual de la espalda.

La espalda se encuentra alargada de una manera antinatural, se dice que fue construida a partir de tres espaldas, con el fin de otorgarle mayor grandiosidad.
Aparece un gran cortinaje al lado derecho y poca cantidad de objetos retratados. Los colores utilizados y la suavidad de la forma hacen de la Gran Odalisca una sensual y bellísima composición, que inspira una sensualidad apacible, pero no por eso poco interesante, al contrario, existe una suerte de misterio exquisito que la hace aún más encantadora.

El rostro de la mujer es encantador, se dice que tiene mucha influencia de Rafael en su forma característica.

Se aprecia desde ya el gusto por lo oriental y exótico, anticipándose al romanticismo.

Análisis estético:

La Gran Odalisca” posee un marcado equilibrio asimétrico. Al extremo izquierdo aparece la odalisca totalmente desnuda, representada con colores muy cálidos, para darle el protagonismo absoluto de la composición. Como contrapeso el autor pintó un gran cortinaje al lado derecho del cuadro.

La iluminación está enfocada principalmente al cuerpo desnudo de la mujer, es una luz dorada. Para equilibrar los colores el fondo es bastante oscuro y extenso al igual que los aposentos donde descansa la odalisca; esto se debe a que el cuerpo presenta un tono clarísimo, que es necesario contrapesar.

Las formas son sinuosas, existe mucha curvatura, que le confiere vida y movimiento al cuadro. Es una composición abierta y con una gran variedad de curvas, colores y formas.

J. Auguste Dominique Ingres

Francia Montauban (1780)-París (1867)

Neoclasicismo Francés

Nació en Montauban, Francia, el 20 de agosto de 1780. Hijo del pintor Joseph Ingres, quien era miembro de la Academia de Bellas Artes de Tolousse, ubicada en la ciudad más importante cerca de su ciudad natal, Toulouse. Es aquí donde se educó como artista, instruyéndose en dos disciplinas en las que destacó brillantemente, Música y Pintura de las cuales jamás se desligó y fueron sus grandes pasiones.

En pintura su guía y herramienta preferida fue el dibujo, y se inspiró y tubo como mentor a Rafael, tanto en el ámbito artístico como en el personal. Sintió especial fascinación por su vida amorosa, sus romances y relaciones, como la mantenida con Fornarina, la bella amante y modelo de muchas de sus obras.

En música destaco como virtuosísimo en la práctica del violín, haciendo conciertos mas que nada para amigos y conocidos. En este ámbito se inspiro y tubo como maestro a Mozart.

Como ya se dijo su formación artística se llevo a acabo en la ciudad de Toulouse donde su primer maestro Pierre Vigan le enseño el valor del dibujo. Luego en manos de Joseph Roques aprendió la devoción por Rafael y finalmente fue Jean Bront quien concluyó su educación en la Academia de Bellas Artes y del cual no tubo mayor influencia.

Posteriormente Ingres se trasladó a Paris e ingresó al taller de David, en 1797, y estuvo ahí hasta 1801, luego de un incidente con su maestro David, quien era el pintor más famoso de Francia en esa época. Las desavenencias entre los dos grandes radicaban principalmente en la culpabilidad que adosaba Ingres a su maestro en la obtención de un segundo y no primer lugar en un concurso de pintura en 1800. Al año siguiente, Ingres se presentó de nuevo y consiguió el primer premio, que le proporcionaba una beca para estudiar en la Escuela de Francia en Roma, emplazada en la bellísima Villa Médici. Las circunstancias económicas del consulado francés hicieron que se retuvieran las becas de ese año por lo que Ingres no pudo hacerla efectiva hasta 1806. La relación entre maestro y aprendiz no fue ni muy cordial ni muy enemistosa, aprendió de él la grandiosidad de la pintura histórica, la forma de componer un lienzo, la manera de organizar un taller pictórico, la cual copió al instalar su propio taller; pero existía una diferencia muy notoria con esta suerte de administración davidciana, la disciplina, que en Ingras tenía un carácter paternalista sobre sus discípulos y en David predominaba la libertad y debate.

De paso, mientras viajaba hacia Roma, se quedó en Florencia en donde pudo admirar las iglesias pintadas al fresco durante el Quattrocento y reafirmó su pasión y admiración por pintores como Boticelli y Piero, luego de su llegada a Roma participó en numerosas actividades culturales como conciertos, estudios de ruinas, etc.

Su apariencia formal y su trasfondo romántico hicieron a Ingres navegar siempre entre dos corrientes, rechazado y adorado a un tiempo por ambos bandos. En su obra resaltan, primero, el retrato, donde fue maestro. Posaron para él todos los grandes personajes franceses del siglo XIX. Su forma de pintar, debido a su pasión por el dibujo era no muy convencional, primero hacía bocetos de desnudos y luego los vestía minuciosamente, esto aseguraba al pintor una correcta concepción anatómica de la figura, es el caso del retrato de la Princesa de Broglie. Su segundo tema, el desnudo, emblematizado por la Bañista de Balpinçon, le encantaba realizar este tipo de composiciones, pero debido al pudor social pintaba desnudos en escenas justificadas, como baños turcos. Aparecían curvas sinuosas. La espalda de la bañista de Balpincon esta compuesta de tres espaldas para alargarla y engrandecerla, esta forma de construir figuras fue inspiración de artistas modernos como Picasso.

Como buen Neoclasisista se adentró también en temas mitológicos e históricos, grandes obras, con muchas figuras y enseñanzas implícitas, pero decididamente la pintura histórica no fue su fuerte, a pesar de querer ser recordado como un pintor de historia. No poseían sus composiciones gran fuerza ni grandeza. Entre sus obras más destacadas están: “Júpiter y Tetis”(1811), “Bañista de Balpinçon”(1808), “Mademoiselle Riviere”(1805), “Napoleón en el trono Imperial”(1806), “La Gran Odalisca” (1814), etc.

Con la caída de Napoleón los aristócratas que proporcionaban trabajo al pintor huyeron, por lo que e decidió viajar e instalarse posteriormente en Florencia, donde en 1819 instalaría su taller. Continuó enviando obras a los Salones oficiales de Paris, persiguiendo siempre su tan ansiado triunfo en la ciudad de las luces, por fin, en el Salón de 1824 Ingres triunfó con El Voto de Luis XIII, exaltación de la monarquía y los valores tradicionales, luego de este triunfo cerró su taller de Florencia y se trasladó a Paris, donde en 1826 se le encomendó la decoración de algunos techos del palacio de Louvre, comienza la gloria de Ingres, en 1833 es nombrado presidente de la Escuela de Bellas Artes de Paris. En 1834 se le encomendó la dirección de la Escuela de Francia en Roma, donde ejerció hasta 1841. Luego se traslada nuevamente a Paris donde se le encarga los trazados para las vidrieras de la capilla funeraria del heredero de Luis Felipe, en 1842, lo que afianza su relación con la Corona.

Durante su vida tubo dos esposas, la primera llamada Madeleine Chapelle, fallece en 1849 y la segunda casi treinta años menor que Ingres, Delphine Ramel, con quien contrae matrimonio en 1852.

Ingres fallece con ochenta y siete años de edad el 14 de febrero de 1867, luego de enfermar tras cenar donde unos amigos.

Título: “El Entierro del Conde Orgaz”(1586-1588)

Autor: El Greco (Domenikos Theotokopoulos) (1541-1612)

Estilo de la obra: Manierista

Lugar donde se encuentra: Iglesia de santo Tomé (Toledo)

Técnica y soporte: Óleo sobre tela

Dimensiones: 4,80 x 3,60 m

Esta composición es realizada por el Greco debido al encargo de Andrés Muñoz, párroco de Santo Tomé, de realizar un cuadro en donde se representara el milagro que había sucedido en esta misma parroquia en 1323, en donde se cuenta descendieron desde el cielo San Agustín y San Esteban en el momento del entierro de Gonzalo Ruiz de Toledo, conde de Orgaz, y que fueron ellos mismos quienes, con sus propias manos, lo habían enterrado.

En la escena se puede apreciar una división de la obra en dos partes, en la superior aparecen Jesús, la virgen, ángeles y figuras santas que conforman un ambiente celestial. Pareciera ser una dimensión que se abre gustosa de recibir el espíritu del conde, que va a ser enterrado.

En la parte inferior está representado el mundo terrenal, en donde los personajes estampados en un segundo plano, al fondo, visten de tonos oscuros, haciendo sentir tristeza y pesar por la muerte del conde. Parece que se quiso resaltar, en un primer plano a tres personajes principales, el conde fallecido y a sus sepultureros, que son San Agustín y San Esteban y que están representados en vistosos colores. Aparece un niño, quién apunta al cuerpo del difunto dando aún mayor preponderancia a la escena central.

Análisis Estético:

Presenta los sellos que caracterizan al estilo que representa esta composición, las figuras alargadas; las manos y los rostros se presentan estilizados, alargados, con cierto dejo de inspiración goticista.

Aparecen en escena una gran cantidad de personajes. Es una obra con un equilibrio asimétrico, en donde se presenta el mayor peso al centro e inferiormente, en donde las figuras son más luminosas, con el fin de resaltarlas. Este esplendor es de cierta forma artificial, la luz no se manifiesta de la forma en que se observa naturalmente. Es una obra más bien cerrada.

Lateralmente aparecen figuras cortadas, y en otras partes de la obra se retratan figuras retorcidas, que expresan absolutamente movimiento. Predomina el colorido ante el dibujo y la línea, y mediante este colorido se transmiten emociones.

Se trata de retratar muchísimos personajes, con el fin de llenar todos los espacios pictóricos posibles.

Doménikos Theokópoulos

Creta (1541) - Toledo (1614)

Manierismo

Doménikos Theotokópoulos es el verdadero nombre de este genio de la pintura conocido como El Greco. Nació en Candia (Creta) en el año 1541. No se conoce mayor información acerca de su familia, su hermano mayor, llamado Manussos poseía una importante posición económica, pues fue recaudador de impuestos por largo tiempo y fue también presidente de la Cofradía de Navegantes llegando a obtener patente de corso de Dux de Venecia para ejercer la piratería contra los turcos, pero en el año 1583 vendió sus bienes para saldar una deuda de 6000 ducados al gobierno, años después se traslado a Venecia. El padre de Doménikos y Manussos se llamaba Giorgio. La familia Theotokópoulos pertenecía a la colonia católica de Candia desde donde Doménikos recibió una amplia formación humanística. Al parecer en el aspecto artístico se formó en el taller de un pintor de íconos llamado Juan Gripiotis. Allí recibió su primera formación y gozó de una gran fama como maestro de pintura postbizantina. La influencia oriental no desapareció nunca de su producción y se acentuó con el tiempo. Trabajó en una doble dirección, en las dos vías existentes en la pintura cretense de la segunda mitad del siglo XVI, la tradicional que seguía los modelos bizantinos y la moderna según los modelos llegados del Renacimiento italiano, prontamente alcanzo fama entre los pintores cretenses y en 1563 fue denominado “maistro”. El Greco fue un hombre de altas aspiraciones y ambiciones, tanto económicas como profesionales y sociales, y es por esto que abandona Candia persiguiendo más conocimientos y aprendizaje se dirige a Venecia a comienzos de 1567 y se alude una estancia en el taller de Tiziano ,pero no esta comprobada , El Greco realizará en Venecia un trabajo de asimilación de la pintura renacentista, y será el principal exponente del estilo Manierista, como se observa en sus obras.

Recogió lo que le pareció interesante de los diferentes maestros que trabajaban en la Serenísima República (Venecia): Tiziano, Tintoretto, Veronés, Bassano, Pordenone o Schiavone, interesándose especialmente por el Manierismo. Luego de tres años decide trasladarse a Roma. En noviembre de 1570 está en Roma, contacta con el miniaturista Giulio Clovio, iniciando una estrecha amistad que permitió a Doménikos ingresar en el palacio de uno de los mecenas más importantes de su tiempo: el Cardenal Alejandro Farnesio. Allí conocerá a uno de sus pilares durante su estancia romana, el bibliotecario Fulvio Orsini. Doménikos aprovechó las oportunidades de formación que se le brindaron, estudió las colecciones del cardenal y su bibliotecario, admiró la obra de Miguel Ángel y los manieristas romanos, y fue admitido en la Academia de San Lucas en 1572, eso sí, dentro de la modesta categoría de miniaturista. Los años pasados en Roma no fueron de grandes glorias para el pintor, no consiguió grandes encargos ni de importancia, pero fueron fundamentales para su partida a España, pues en las tertulias en el palacio Farnesio conocio a personajes de diferentes nacionalidades, entre los que destacó el español Don Luis de Castilla, joven clérigo e hijo del deán de la catedral de Toledo, quien fue amigo y defensor de Doménikos durante toda su vida. Arriba a España en 1577 pasando una temporada por la Corte madrileña para después trasladarse a Toledo, donde recibirá sus dos primeros encargos: El Expolio de Cristo y los Retablos del convento de Santo Domingo el Antiguo, siendo el cliente en ambos casos la misma persona: don Diego de Castilla, padre de su amigo Luis. Se dice que en mente tenía como meta triunfar en Madrid por lo que realiza una serie de obras para el rey Felipe II: la Alegoría de la Liga Santa y el Martirio de San Mauricio, pero estas composiciones no le agradaron al rey por lo que se quedó por el resto de su vida en Toledo, donde triunfo y se relacionó con importantes personajes, los cuales le encargaron sus mayores y más espectaculares obras estableciendo con la mayor parte de ellos relaciones de amistad. Sostiene una relación con doña Jerónima de las Cuevas, con quién tiene un hijo, Jorge Manuel, en el año 1570, pero no se registran datos sobre un matrimonio entre ellos, pues se supone que El Greco estaba ya casado en Italia, por lo que indudablemente Jorge Manuel era hijo natural del artista. El Greco estableció su hogar en la Ciudad Imperial y ocupó un viejo palacio gótico-mudéjar propiedad de los marqueses de Villena. Allí formó su taller, dedicándose a la elaboración de cuadros, diseño de retablos y escultura. En este taller trabajarán su buen amigo, y posiblemente socio, Preboste, Jorge Manuel, Luis Tristán y Pedro de Orrente, éstos dos últimos durante una temporada. Antón Pizarro, Pedro López y los escultores Miguel González y Giraldo de Merlo, también el grabador flamenco Diego de Astor en 1605. Los precios cobrados por las obras que realizaba el taller eran elevados para lo que acostumbraban a pagar los españoles, lo que provocó numerosos litigios, como en los casos del Expolio, El Entierro del señor de Orgaz o los retablos del Hospital de la Caridad de Illescas. Fue mucho el dinero que obtuvo por su trabajo, pero era despilfarrado escandalosamente en su fastuoso estilo de vida. Poseía una pintura característica, la forma en que El Greco emplea los colores -a menudo estridentes, con fuertes contrastes de azul, amarillo, verde chillón y rosa cárdeno-, los estilizados miembros y la tensión nerviosa que caracterizan sus figuras con forma de llama, nos descubre los ropajes que los envuelven como si tuviesen vida propia. Otras de sus características fundamentales es el tono exaltadamente enfervorizado, las composiciones movidísimas y el ritmo, que proyectan en su misteriosa iconografía un intenso sentimiento religioso.

En Toledo fallecerá Doménikos el 7 de abril de 1614 a la edad de 73 años, según consta en la partida de defunción que se encuentra en la parroquia de Santo Tomé, el heredero de todo su legado fue Jorge Manuel, su hijo.

No se está seguro de la ubicación actual de los restos mortales de este famoso pintor.

Comparación de las tres obras:

Las tres obras que fueron objeto de mi análisis e investigación pertenecen a distintos momentos de la historia universal, siendo representativas cada una de diferentes estilos y épocas.

La primera composición estudiada fue “Alegre Comitiva” de pintor holandés Frans Hals. Es obra típica del Barroco centroeuropeo, especialmente el vivido en Holanda, con su temática basada en juergas nocturnas, mujeres y alcohol. Se utilizan colores y tonos no muy brillantes.

“La Gran Odalisca”, de Jean Auguste Dominique Ingres, es una obra neoclásica francesa, en donde lo oriental y exótico, la belleza del dibujo y los colores llamativos sobresalen. Ambas obras poseen un carácter abierto, con gran expresión y movimiento.

La última de las composiciones estudiadas fue “El entierro del conde Orgaz”, de Doménikos Theokópoulos, El Greco, quién la realizó por un encargo de un párroco, y que posee un tema centralmente religioso, con las características manieristas típicas, como por ejemplo el estilizamiento de las figuras. Es una obra mas bien cerrada.

En el análisis de cada una de las obras se presentan todos los demás datos de interés, por lo que esta fue una comparación precisa y breve de las composiciones.

Bibliografía

  • “Crecer por la palabra”. Tomo III y IV.Carmen Balart, Angel C. Gonzalez, María Isabel Saenz. Editorial Salesiana.1991.

  • www.artehistoria.com

  • www.wolfshade.com/arte/El Greco.htm

  • Colección “Los Genios de la Pintura”, Ediciones Contrastes,S.A.1997

  • http://vereda.hacer.ula.ve/historia_arte/gris_liquido/grisliquido6/reflexvi/Edadmedia.htm

  • http://clio.rediris.es/fichas_arte/orgaz1.htm

  • http://galeon.hispavista.com/hectordm/pinturaromántica

  • http://www.telecable.es/personales/angel1/pinneo/ingres/

  • www.terra.es/arte/articulo/articulo.cfm?ID=ART3518




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    Enviado por:Piita
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