Periodismo


Pesimismo y optimismo en la información


Algunas definiciones de la RAE antes que nada.

Optimismo. (De óptimo.). m. Sistema filosófico que consiste en atribuir al universo la mayor perfección posible, como obra de un ser infinitamente perfecto. / 2. propensión a ver y a juzgar las cosas en su aspecto más favorable.

Óptimo, ma. (Del lat. optimus.) adj. sup. de bueno. Sumamente bueno, que no puede ser mejor.

Pesimismo. (De pésimo.) m. Sistema filosófico que consiste en atribuir al universo la mayor imperfección posible. / 2. Propensión a ver y a juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable.

Pésimo, ma. (Del lat. pessimus.). adj. sup. de malo. Sumamente malo, que no puede ser peor.

1. Algunas consideraciones generales sobre el optimismo y el pesimismo en el tratamiento de la información por los medios de comunicación.

Lo primero que me parece importante dejar claro es que la que escribe parte del supuesto de que la gran mayoría de los medios de comunicación tienen un fuerte ánimo de lucro. Esto que a los que nos dedicamos al periodismo nos parece una verdad de perogrullo es, como tantas otras cosas, algo necesario de recordar. Es frecuente que gran parte de la opinión pública tenga una visión de los medios como simples propagadores de la realidad. No es que no haya nada de cierto en esto pero cuando los medios transmiten información verdaderamente esclarecedora sobre algo lo hacen a sabiendas de que sus potenciales consumidores aceptan que se hable de ese algo y sino no hay verdad que valga.

Para satisfacer a la mayor porción posible de la todopoderosa audiencia se orienta la información en su recopilación y en su tratamiento a lo negativo. Lo que se busca con esto es reafirmar las posturas vitales de la mayoría social pesimista y por tanto establecer el lazo de unión entre el medio y el público mayoritario. Por ejemplo, la emisión de La 2 Noticias, el noticiario televisivo con el tratamiento informativo más positivo de los emitidos en España, corre a cargo de una televisión pública ¿sería posible su emisión en una cadena privada? Los hechos, a día de hoy, lo desmienten.

Por otra parte, es cierto que el uso de la información resaltado masivamente aspectos positivos de una determinada sociedad ha sido utilizado por toda suerte de regímenes dictatoriales. Es propio de las dictaduras utilizar a los medios como escaparates de sus conquistas. Este uso de los flujos informativos es claramente demagógico pero no lo es mucho menos cierto tratamiento informativo que acontece en las democracias occidentales. El gran público, que no tiene tiempo de reflexionar sobre la elaboración de la información que se le proporciona, está asentado en la creencia de que las noticias que proporcionan los medios son un buen resumen de los principales hechos acaecidos. Pero la que escribe sospecha que la información mostrada a la opinión pública es tanto más superflua cuanto más amplia y menos instruida es la audiencia a la que se dirige. Además, se tiende a dar la razón del tonto, pues en vez de mostrar en su justa medida todas las caras de la realidad se nos da una visión casi unidimensional, normalmente negativa, de esta. En mi opinión, uno de los objetivos que se persiguen con esto es satisfacer la postura vital del pesimista.

2. Respecto al pesimismo, al optimismo y la objetividad.

Cierto profesor de Teoría de la Lengua de esta facultad me mostró en el primer curso de carrera como la capacidad de percepción media del sonido en un hombre se encuentra entre los 20 y 20.000 hertzios. Al disponer los animales de órganos receptores capaces de captar sonido por debajo o por encima de estas cantidades se llega a la conclusión de que nuestra capacidad de escuchar el mundo que nos rodea es absolutamente subjetiva pues nuestra especie escucha el mundo de forma distinta a otras y dentro de nuestra especie no todos percibimos el mundo de los sonidos de igual forma (similares demostraciones pueden establecerse sobre los cuatro sentidos restantes). Dicha teoría me lleva a plantear esta pregunta sobre nuestro objeto de estudio: ¿Cómo podemos hablar de objetividad en el tratamiento de la información cuando ni siquiera nuestra propia observación de nuestro entorno directo lo es? Para mí la respuesta es simple: no podemos. Sin embargo, no creo que esto quiera decir que debamos abandonarnos a la subjetividad; todo lo contrario. Somos seres subjetivos pero es posible hacer un esfuerzo por desembarazarnos un tanto de nuestro ensimismamiento e intentar asomarnos a una cierta idea de neutralidad. En mi opinión no es bueno caer en la tentadora postura de hacer una apología de subjetivismo al comunicar excepto si se persigue una finalidad artística (e incluso entonces es recomendable ahondar en ciertos aspectos objetivos de la obra de arte para que esta sea un juego generado también por la inteligencia y no únicamente por el sentimiento).

En el anterior punto he mencionado el tratamiento orientado a los aspectos negativos de la actualidad que se realiza masivamente por los medios de comunicación. Dicho planteamiento es en mi opinión demasiado lúgubre pues si bien es prioritaria la recopilación y difusión de la gran parte de las problemáticas del mundo no podemos olvidar el gran número de hechos positivos que cada día acontecen y que conforman las noticias en la misma medida que la actual avalancha de noticias pesimistas; veamos un ejemplo del montón:

Los telediarios del 26 de marzo de 1998, y los periódicos del día siguiente, hablaron de la comprobación de una teoría de Albert Einstein concerniente a como el movimiento de los cuerpos arrastra consigo el espacio y el tiempo cambiando la geometría del universo. Dicha noticia fue tratada por los informativos de Canal + y los de Telecinco a modo de espectáculo circense. La noticia se acompañó de comentarios de digamos cierta carga irónica. El día 27 el diario de mayor tirada nacional, El País, le dedica a la misma únicamente un espacio a una columna y en un espacio residual del periódico (pese a que este medio es de los que más se vuelca en la información científica). También era llamativa la forma con la que un investigador, de nacionalidad española, vendió la noticia por la televisión hablando de las posibles utilidades prácticas del descubrimiento. En ambos hechos creo ver corroborado como la noticia ha de tener, en su fondo y en la forma de exponerse, cierta carga de pragmatismo que la conecte con el mundo del común de los mortales para que algún medio se interese por ella. Es difícil vender una noticia que es simplemente positiva, que no daña a nadie ni provoca un conflicto

¿Tan lúgubres somos?, ¿Sólo nos interesa el ruido y lo sórdido? Parece ser que algo de eso hay (y lo dice un optimista moderado).

Una forma de informar en la que la recopilación y difusión de hechos positivos estuviesen mas presentes que en la actualidad nos llevaría a marcar algo de distancia con eso que llamamos parcialidad. La información es hoy muy parcial porque es demasiado pesimista.

3. Tendencias pesimistas y optimistas en la idea de noticia.

Al abordar este punto es necesario ver algunas definiciones de noticia dadas por los teóricos. Carl Warren en su libro Géneros periodísticos informativos dice de la noticia que esta consiste principalmente en la información no publicada todavía de aquellas acciones de la humanidad, que se piense que han de interesar, informar o entretener al público. De acuerdo, pero ¿Quién es el que establece que un hecho interesa, informa o entretiene al público? Hablemos algo sobre el cómo se establecen dichos criterios.

Sobre el interés del público podemos escribir todo lo que se quiera que jamás llegaremos a ningún criterio exacto, de lo que no me cabe ni la más mínima duda es que el interés de la mayoría del público tiende hacia una información pesimista (y me alegraría que alguien me demostrase lo contrario). Lega un momento en el que estas avalanchas de información negativa nos insensibilizan (hasta el punto que, como dijo Andy Warhol, incluso ver las matanzas del telediario es algo que entretiene).

Informar es el segundo criterio citado por Warren. Sin duda, los medios informan pero discriminando ampliamente la información positiva.

En la información sobre la guerra civil en Argelia se nos bombardeaba con cifras de matanzas y algún dato más pero pocos son los que saben cuando y porqué empezó el conflicto; solo algún periódico fue más allá. Aunque nadie niega que la información que nos pueden mostrar los medios de comunicación más seguidos, radio y televisión, debe ser superficial por la propia naturaleza de estos no se debería caer en el actual tratamiento mínimalista que se hace de la actualidad. Es posible profundizar ir más allá de lo que innegablemente ocurre y para ello ha de hacerse el intento de mostrar más planos de la actualidad que los que se nos presentan a día de hoy. No estaría mal comenzar informando sobre como hay zonas del mundo, como la muy maltratada informativamente África, en las que hay gentes que no sólo saben de miserias.

El tercer punto es entretener. Al ver la gran parte de telediarios de las cadenas generalistas podemos constatar como la estructura de estos es: primero el planteamiento de las noticias políticas, económicas y sociales; luego algo de cultura y ciencia (muy breve); y, finalmente, la información deportiva (que en el caso de España cada vez ocupa un tiempo mayor en el informativo). La información deportiva es la parte que suscita un mayor entretenimiento en la audiencia hasta el punto de que es frecuente que se acompañe de anécdotas y montajes de imágenes en los que aparece acompañada de una banda sonora a modo de vídeo musical. El gran seguimiento de las noticias de deportes por las audiencias no es espontáneo sino que es un hecho precedido por una potente campaña que ha llevado esta información al grado de ser de la más solicitada en nuestro país (no debemos olvidar nunca que el diario más vendido en España es el diario deportivo Marca, algo único en Europa). En el deporte se elimina toda la tensión acumulada por el resto de información (negativa). Esto no es nada azaroso sino que responde a la estrategia de dirigir la atención de los públicos fuera de los problemas que verdaderamente condicionan su existencia social (es pertinente recordar como las dictaduras han potenciado históricamente la información deportiva como propaganda para distraer a la población, acuérdese del gol de Zarra a Inglaterra).

Pero abandonemos la definición de Warren y pasemos a la que nos da el Catedrático de esta Facultad José Luis Martínez Albertos: noticia es todo hecho inédito, verdadero y de interés general que se comunica a las grandes masas después de haber sido interpretado y valorado.

De esta definición me interesa principalmente como, antes de la comunicación en sí, se producen procesos de interpretación y valoración. Tengamos presente la multitud de noticias de todo tipo que cada día llegan a las agencias de noticias y medios de comunicación mundiales. En esta etapa del proceso encontramos, sobre todo en las agencias, noticias positivas y negativas que llegan a las redacciones de los distintos medios de comunicación mundiales (¡existen noticias positivas!). No obstante, cuando estas son leídas en las redacciones comienza el proceso de selección. Por ello, hay que responsabilizar sobre todo a las redacciones de los medios que se relacionan directamente con las audiencias de la falta de hechos positivos en el panorama diario de la información.

4. La información política (o donde el pesimismo campa a sus anchas).

Quiero concluir ocupándome de la información política pues esta supera en volumen a cualquier otra (hasta que la desbanque la deportiva).

Es sabida la escasa popularidad con que cuenta la clase política generalmente. Esta mala imagen de los políticos que tiene mucha gente está determinada por no hilar fino en la observación de la clase política, por no valorar los matices que distinguen a unos personajes y acontecimientos de otros. Este comportamiento del pueblo hacia los políticos no se corresponde con las relaciones que la clase política mantiene entre sí en nuestro país (demos gracias a que así estén las cosas porque cuando la dialéctica verbal entre políticos desaparece aparece la dialéctica de las pistolas). Sin embargo, los políticos como perfectos actores, desempeñan el papel del enfrentamiento, de la rivalidad, e incluso del insulto en ese escenario que ponen los medios (tanto más gustosamente cuanto más espectacular es el enfrentamiento).

Hace unos años cubrí una información relativa a como el grupo parlamentario de Izquierda Unida en un proyecto de ley había propuesto una definición de periodista en la que no aparecía la obligatoriedad de ser licenciado en Periodismo, esto suscitó una polémica entre los estudiantes de Ciencias de la Información que exigíamos al diputado que redactó el proyecto de ley que lo modificase. Esta polémica me llevó a observar durante mi investigación como esta noticia sólo era un mínimo detalle, aunque de gran importancia, de un proceso largo en el que constaté el gran trabajo que había supuesto desarrollar una normativa legal para más la figura del periodista. Cuando los medios tocaron el tema se suscitó la polémica referida y se silenció todo el restante trabajo dándose además la imagen de que esta ley se había hecho en un cuarto de hora por tres incompetentes. Este es otro ejemplo de como los medios sólo quieren hechos negativos y si son espectacularmente negativos mejor.

Creo que hay que reivindicar la crítica en política como búsqueda de soluciones y no como terapia para descargar estrés. Aunque, claro, a veces puede que prefiramos tener que ver más con el arte que con la ciencia (como tan bien sabe de esto Francisco Umbral).

Conclusiones.

El planteamiento usado en la realización de estas páginas ha sido, citando libremente a Wittgenstein, accionar teclas en el piano de la imaginación del lector. Lo cual creo que no es poco en este mundo de hombres de acción que constituye el periodismo (que tan a menudo necesita a la reflexión).

En Madrid 06/02/00.

I N D I C E

Algunas definiciones de la RAE antes que nada. ---------------------------Pag.

Introducción. ---------------------------------------------------------------------------------- Pag.

Sobre el pesimismo y el optimismo en la información.

1. Algunas consideraciones generales sobre el optimismo y el pesimismo en el tratamiento de la información por los medios de comunicación. ---------------- Pag.

2. Respecto al pesimismo, al optimismo y la objetividad. ------------------------ Pag.

3. Tendencias pesimistas y optimistas en la idea de noticia. -------------------- Pag.

4. La información política o donde el pesimismo campa a sus anchas. ------- Pag.

Conclusiones. ------------------------------------------------------------------------------ Pag.




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Enviado por:Ramón Peco
Idioma: castellano
País: España

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