Psicología
Periodo de operaciones concretas
2.3 Introducción al período de Operaciones Concretas.
En este ultimo apartado del trabajo procederemos a la explicación de la que según Piaget es la tercera fase en la vida de un niño y a la que denomino fase de Operaciones Concretas, que comprende desde los siete hasta los doce años de edad.
En esta fase el niño tiene que ser capaz de manejar correctamente la información concreta; ya no bastara con las acciones observables ni con las representaciones mentales sino que debe de ser capaz de llevar a cabo acciones interiorizadas. No ve escenas sin conexión sino que ve el proceso en su totalidad. Es capaz de plantear la reversibilidad, es decir, justificar una respuesta dada al observar que una transformación acontecida en un momento determinado vuelve a su origen.
El niño en esta etapa presenta dos formas de abordar la reversibilidad: por un lado, mediante la inversión/negación, consistente en desarrollar una acción contraria a la que se acaba de realizar( plantear una dirección contraria); por otro a través de la reciprocidad o compensanción, es decir, no se trata de deshacer sino de volver al punto original desarrollando una acción diferente de la original.
Tanto las acciones ejecutadas por el niño como sus operaciones mentales no pueden ser aisladas ni independientes ya que en esta etapa todos los acontecimientos deben guardar un cierto grado de orden y sentido.
El agrupamiento de estas operaciones mentales es la combinación de dos estructuras lógicas: el grupo y el retículo Esta última se constituye a través de otras dos manifestaciones que son la tautología ( cuando se suma una clase consigo misma da como resultado esa misma clase) y la absorción (si una clase está incluida en otra, la suma de ambas nos da como resultado otra más amplia). Ambas manifestaciones nos proporcionan dos tipos de información, una continua y otra discontinua. La información continua está directamente relacionada con las operaciones infratológicas y pueden ser el tiempo o el espacio; la discontinua, sin embargo, tiene que ver con las operaciones lógicas matemáticas (conservación, clasificación, seriación…).
2.4 Período de Operaciones Concretas.
Piaget tras realizar diferentes estudios sobre este tema concluyó que el niño, según en la etapa de su vida que se encuentre, reúne una serie de características propias para su edad. En mi caso, he contado con la ayuda de una niña de 10 años de edad que responde a las iniciales de A.M.M y que se sitúa dentro de los límites de edad estipulados por este autor.
Mi intención ha sido comprobar si en el caso de esta niña, se cumplían todas las características que distinguió Piaget. Para ello he elaborado una serie de ejercicios que me permitieron descubrir si su edad cronológica se correspondía con su edad mental, ejercicios que la niña ha resuelto satisfactoriamente, con lo cual llego a la conclusión final de que su desarrollo es totalmente normal y acorde con el de cualquier niño de su edad que no presente algún tipo de disfunción.
A continuación voy a explicar brevemente en que consistirá la estructura del trabajo. Primeramente daré una definición de cada característica y a continuación expondré los ejercicios planteados. Dentro de cada ejercicio podrán distinguirse distintos apartados: en uno de ellos daré la repuesta proporcionada por la niña; en otro comprobaré si la respuesta dada es la que cabía esperarse y por último, si la respuesta es incorrecta, explicar a que se debe ese fallo.
2.4.1 La Causalidad.
Dentro de esta fase, la causalidad ya debería ser plena, es decir, el niño tendría que ser capaz de entender casi a la perfección la relación causa-efecto y efecto-causa
En el primer ejercicio le he presentado cuatro viñetas con dibujos. En la primera aparecía una gallina incubando huevos, en la segunda una madre recogiendo el huevo para llevárselo a la cocina, la tercera vacía y en la última presentaba un plato con un par de huevos fritos. La respuesta de la niña fue que en la tercera viñeta aparecería la madre rompiendo los huevos en una sartén con aceite. La respuesta fue satisfactoria y demostró que la niña entiende perfectamente la relación causa-efecto y su inversa.
El segundo ejercicio quizá presentaba un grado mayor de dificultad ya que la primera viñeta aparecía vacía, y esto podía dificultar la tarea de la niña. En la segunda viñeta se presentaba a un niño vestido únicamente con unos pantalones, a continuación con pantalones y camiseta y en la última viñeta se le veía dispuesto para salir a la calle totalmente vestido. Le pregunté cómo aparecería en la primera viñeta y sin apenas dudarlo, respondió que completamente desnudo o solamente en calzoncillos. De nuevo demostró que entendía el proceso causa- efecto, efecto-causa.
En el último ejercicio referente a este apartado le entregué cuatro cuadrados de cartulina de iguales dimensiones. En la esquina superior izquierda del primero dibujé a bolígrafo un pequeño cuadrado; el segundo lo presenté tal cual; en el tercero dibujé un cuadrado del mismo tamaño que el aparecido en la primera viñeta en las dos esquinas superiores(uno en cada esquina) y en la esquina inferior derecha: el último cuadrado presentaba dibujado en cada una de sus esquinas un cuadrado. Para solucionar esta tarea invirtió un tiempo mayor que el que necesitó para solucionar cualquiera de los dos anteriores. Tras dudar durante unos minutos, dio la respuesta correcta y dibujó en la cartulina vacía dos cuadrados, uno en el ángulo superior izquierdo y otro en el derecho.
Como se ha ido observando a través de las soluciones dadas por la niña, ésta domina la característica de la causalidad tal y como correspondería a cualquier niño de su misma edad.
2.4.2. La conservación.
En esta característica hay que manejar los conceptos de cantidad y de calidad. La cantidad en la mayoría de los casos será la misma aunque la calidad o forma cambie. Para cada edad se establece una relación distinta entre apariencia o calidad, es decir, de conservación.
En este período de Operaciones Concretas se da conservación de masa, de longitud, de líquido, de conservación de área, de peso y de volumen, y para cada uno de ellos he elaborado una serie de ejercicios.
Conservación de masa.
Se le presenta al niño un pliego de cartulina entero. A continuación se le entrega otro pliego de cartulina y se rompe en trozos desiguales. Se le pregunta dónde hay más cantidad de papel, si en el pliego que está entero o en el que ha sido roto en trozos desiguales. Responde que aunque uno esté roto en pedazos, la cantidad de papel es la misma en los dos porque no se ha tirado ningún trozo de la segunda cartulina a la basura.
Con esta respuesta la niña demuestra una vez más que tiene claro este concepto de conservación de la masa y que no le supone dificultad alguna que se le presenten dos objetos del mismo peso de distinta forma.
Conservación de longitud.
Cogemos dos bolígrafos de la misma marca y les colocamos el capuchón tapando la punta de la mina. Una vez mostrados a la niña puestos en posición paralela para demostrarle que ambos tienen el mismo tamaño, procedo a colocarlos perpendicularmente, es decir, formando con ambos una cruz. En esta posición le pido que me indique cúal de los dos es más largo y sin dudar me responde que los dos tienen la misma longitud, que aunque los haya cambiado de posición los dos son los bolígrafos que le he enseñado en un primer momento y que si antes eran iguales, hora también lo son. Esta es la respuesta que demostraría que posee la capacidad de conservación de la longitud.
Conservación de líquido.
Vertimos medio litro de agua en una botella de un litro de capacidad y seguidamente realizamos la misma operación, pero esta vez vertiendo el agua en una botella de dos litros de capacidad. La pregunta formulada será ¿en cúal de las dos botellas hay mayor cantidad de agua?. La niña en principio duda y me comenta que en el colegio le han explicado este tema, pero que siempre tiene dudas. Se lo piensa un momento y finalmente me dice la respuesta correcta, que en ambas botellas habrá la misma cantidad de agua porque lo único que ha cambiado es el tamaño del recipiente sobre el que se ha vertido el líquido.
Con la explicación que me ha dado previo al comienzo del ejercicio queda claro que pese a haber dado con la respuesta correcta, esta niña todavía no tiene del todo claro la conservación de líquido, por lo cual la he recomendado que pregunte a su profesor todas las veces que crea necesario con el fin de que este concepto le quede totalmente aclarado.
Conservación del área.
Para la comprobación de esta característica he planteado a la niña tres problemas. En el primero he metido a la niña dentro de una habitación de pequeñas dimensiones completamente vacía. Pasados unos minutos la he vuelto a introducir dentro de la misma habitación, sólo que dentro de esta he colocado unos juguetes, unos libros y una especie de baldas. Le pregunto cúal de las dos presenta unas dimensiones mayores y la niña me responde que ambas son iguales, que lo único que ha ocurrido es que en el segundo caso, he introducido objetos que hacen que parezca que esa habitación es más pequeña cuando en realidad se trata de la misma habitación inicial.
En este segundo ejercicio he colocado delante de la niña dos bases de caja de igual tamaño. Sobre una de las bases he colocado dos pelotas de tenis y en la otra, tres bolas de tenis. A la pregunta de cual de las dos bases es mayor responde que ambas son iguales, que el hecho de que aparezca mayor o menor número de pelotas no implica que el tamaño de la base de la caja haya aumentado o disminuido.
En la última tarea referida a este apartado le he dibujado dos cuadrados con las mismas medidas que representarían dos terrenos de tierra. En el terreno a plantaríamos árboles de manera que estos le rodeasen completamente; en el terreno b los colocaríamos transversalmente. A continuación le pido que deduzca cual de los dos terrenos es mayor. Tras observar el dibujo detenidamente llega a la misma conclusión que en los dos ejercicios anteriores: el tamaño del terreno no ha cambiado, sólo lo ha hecho la disposición de los árboles plantados.
Una vez estudiadas las respuestas ofrecidas, compruebo que tiene claro el concepto de conservación del área, incluso cuando no tiene el supuesto terreno delante, sino un cuadrado que pretende representarlo.
Conservación del peso.
Elaboramos dos bolas de plastilina con la misma forma y utilizando la misma cantidad de esta substancia en cada una de ellas. Atravesamos una de ellas con un palo(que posteriormente extraemos) dejando como resultado un agüero en el centro de esta bola. Tras formular la pregunta de cúal pesará más, la niña responde que si al atravesar la bola con el palo extraemos algo de plastilina, entonces pesará más la bola primera; por el contrario, si no extraemos nada de plastilina del centro de esa bola, el peso será igual en ambas figuras.
Preguntamos a la niña que cree que pesará más un kilogramo de huevos o un kilogramo de papel. La respuesta correcta debiera haber sido que ambos pesan lo mismo, lo cual indicaría que tiene claro el concepto de conservación del peso; sin embargo su respuesta ha sido que pesará más un kilogramo de huevos. En mi opinión se ha dejado llevar por el tamaño de los objetos, ya que me dijo que el papel era mucho más fino y que pesaba bastante menos que un huevo, sin tener en cuenta si el peso es igual no importa la forma de los objetos que tengan ese peso.
En el último ejercicio, y a fin de comprobar si el concepto explicado en el ejercicio anterior había quedado comprendido, le planteé un problema similar al anterior. Teniendo en cuenta que el tamaño de las lentejas es menor que el de los garbanzos, le pregunté que pesaba más, si 400 gramos de lentejas o 400 gramos de garbanzos. No dudó ni un momento y respondió que ambos pesaban lo mismo, que el hecho de que los garbanzos fuesen más gordos no significaba que pesarían más que las lentejas.
Pese a que presentó alguna dificultad en uno de los ejercicios, finalmente llegué a la conclusión de que tenía claro este concepto, es decir, conservaba el peso de los objetos independientemente de la forma que presentasen estos.
Conservación del volumen.
Entre todos los ejercicios presentados a la niña, los correspondientes a este apartado han sido los que mayores dificultades le han planteado.
Para el primer ejercicio llenamos una jarra de agua y acto seguido enganchamos dos bolas de plastilina ( para las cuales hemos utilizado igual cantidad de este material) a un cordón. Sumergimos una de las bolas en el líquido y en consecuencia, el agua sube hasta un nivel determinado. Después hacemos la misma operación con la otra bola y le pregunto hasta que nivel subirá el agua. En un principio duda pero finalmente me dice la respuesta correcta: que subirá hasta el mismo nivel que lo hizo la primera ya que el peso de las bolas es el mismo. A continuación le planteo el mismo ejercicio pero con la diferencia de que una de las bolas de plastilina está achatada por uno de sus lados. Este achatamiento siembra su duda aunque al final responde que ambas bolas llegarán hasta el mismo nivel, ya que un cambio en la forma de dos objetos con el mismo peso no implica cambios en el nivel que alcance el agua.
Para este ejercicio final lleno dos vasos de agua de idéntica capacidad y forma con agua, uno de ellos hasta la mitad y otro hasta el borde. Ante la pregunta de en cual de ambos vasos entra mayor cantidad de agua responde que en ambas lo mismo, que en este ejemplo lo único que se alteraba era la cantidad de líquido introducida en cada recipiente.
Sus respuestas indican que A.M.M. conserva el volumen.
2.4.3. Representación del mundo.
Esta característica alude al intento del niño a mostrar la concepción que tiene del mundo, como es capaz de integrarlo en su mente. En esta fase ya no se hablará del concepto de animismo(otorgar vida propia a objetos inanimados) ya que el niño es capaz de distinguir entre seres vivos y seres no vivos. Dentro de esta característica distinguimos:
a)Relativismo.
El niño sabe diferenciar perfectamente lo interno de lo externo y ya está capacitado para describir algo que no tiene delante. Esta característica la he comprobado a través de unas preguntas que a continuación plantearé.
Primeramente le pido que piense en su habitación durante unos segundos y seguidamente le pido que la describa lo más detalladamente posible. Comienza enumerando los diferentes muebles que hay en su habitación, los muñecos, libros …y seguidamente me describe donde se ubican cada uno de los objetos y muebles que aparecen en su habitación. Cuando ha finalizado la descripción hemos subido a su habitación, y así he podido comprobar que su descripción es correcta, lo cual es un claro indicador de que puede describir con precisión algo que no tiene delante de sus ojos.
Como segundo ejercicio comienzo a preguntarle datos sobre su padre: su aspecto físico, carácter…y observo sus gestos y expresiones cuando habla de él. Comenta que es calvo y se ríe, así que mi siguiente pregunta es cómo le gustaría que fuese, a lo que rápidamente contesta que le gustaría que tuviese pelo y que fuera algo más alto. En todo momento ha sabido cómo es su padre y ha tenido claro que no le puede cambiar aunque le gustaría que reuniese otras características físicas; esto indica su claridad frente a lo que se es y a lo que le gustaría que fuese.
Para finalizar con esta tarea me describe a su perro. Es negro, regordete, de pelo rizoso y muy cariñoso. Cuando habla de él sus ojos se iluminan y la sonrisa asoma en todo momento en su boca. Tras su descripción la pregunto qué aspectos cambiaría de su perro y responde que ninguno, que está muy contenta con él y que lo único que querría es que sus padres cambiasen de opinión y dejasen entrar al perro más a menudo a casa para que no pasase tantas horas en la calle.
b) Artificialismo.
En esta edad todos los niños deben tener la capacidad de explicar los fenómenos naturales y de cualquier tipo que suceden a su alrededor sin recurrir a la idea de Dios.
Le formulo una pregunta relacionada con la lluvia, más concretamente que me explique cómo se forma la lluvia. Me dice que en el colegio está estudiando los fenómenos atmosféricos, pero que todavía no han llegado a este apartado; sin embargo sabe que se produce por un proceso en el que juega un papel importante la evaporación.
A continuación le hago la misma pregunta pero en referencia a la nieve. Su respuesta es similar a la anteriormente dada pero me explica que un requisito indispensable para que nieve es que las temperaturas sean bajas.
En ambos ejercicios no ha sido capaz de darme la explicación científica, es decir, no ha podido describirme todo el proceso de formación de ambos fenómenos. Este hecho se ha producido porque es una materia que aún no conoce en la escuela, pero al menos sabe claramente que no se producen por misión divina.
La última pregunta relacionada con esta característica fue que me explicase el desarrollo de las plantas. Primeramente afirmó que había que plantar las semillas en la época adecuada para su óptimo crecimiento, que había que regarlas y abonarlas así como exponerlas a la luz del sol en el momento idóneo. Además también insistió en la idea de que era beneficioso para las plantas que sus dueños o cuidadores las hablasen.
La conclusión a la que llego tras estas cuestiones es que la niña no ha contestado dichas preguntas no porque sus facultades se lo impidan, sino por desconocimiento de los procesos; al menos ha superado la etapa en la que todo lo que acontecía a su alrededor era motivado por Dios.
c) Precausalidad.
En este apartado presentaría los mismos ejemplos citados en el apartado anterior referente a la causalidad.
2.4.4. Centralización/ centración.
En fases anteriores el niño sólo centraba su atención en una de las muchas características que poseía un determinado objeto. En esta fase de Operaciones Concretas el niño ya tiene la capacidad suficiente para fijarse en todas las características de un objeto, es decir, está capacitado para descentrar Los ejercicios creados para demostrar esta características son los siguientes:
Se le muestran a la niña dos fotos. En la primera de ellas aparece un gato siamés y en la otra un gato persa. Lo primero que me dice es que ambos son gatos, sólo que de distinta raza y rápidamente empieza a enumerarme las diferencias que encuentra entre ambas fotografías. No puede decirme a que raza pertenece cada uno porque nadie se lo ha enseñado, pero me aclara que el pelo de uno es más abultado que el del otro, que las orejas son de tonos distintos y unas más apuntadas que otras, el color, los ojos…
En el siguiente ejercicio miramos por la ventana y observamos dos coches modelo familiar. Rápidamente hace referencia a ese detalle( al hecho de que sea familiar) y comienza a enumerar las diferencias existentes entre ambos vehículos: distinto color, marca diferente…
Para finalizar le muestro dos fotografías, en una parece una cebra y en otro un caballo. Gracias a las rayas características del pelaje de la cebra distingue ambos animales y añade que también presentan diferencias en cuanto al tamaño, a la largura de la cola o al color del pelaje.
La niña, como se cabía esperar si tenemos en cuenta su edad cronológica, ha conseguido atender a todas las características de los animales o vehículos que se le han presentado, es decir, ha descentrado.
2.4.5. Clasificación.
Mediante la clasificación las personas organizamos nuestro mundo, categorizando los objetos. Se trata de una conducta que lleva al sujeto a formar clases atendiendo a las distintas características del objeto y teniendo en cuenta la permanencia del mismo.
Mientras que en el Período Preoperatorio a los niños se les presentan dificultades para elaborar clasificaciones correctas, en esta fase que estamos analizando, la niña no debiera tener ningún problema al realizar alguna categorización. Esta última idea quedó reafirmada al finalizar las tres pruebas que le realicé.
En una primera prueba presenté a la niña un conjunto de libros compuesto por libros de adultos y por libros infantiles y a continuación la pedí que me los clasificara como ella creyese oportuno. Lo primero que hizo fue observar uno por uno para buscar aquella característica que le permitiese proceder a al clasificación. Determinó que se trataban de libros para adultos y de libros destinados al público infantil. Nada más percatarse de este hecho colocó en un montón todos los libros infantiles y en otro los libros de adultos, con lo cual se deduce que tiene claro el concepto de clasificación.
En la segunda prueba recorté cuatro triángulos de diferente forma y tamaño, tres círculos y cinco cuadrados de tamaño distinto en cartulina y se los puse encima de una superficie plana en desorden y sin guardar ningún tipo de relación. Sin ningún problema hizo tres montones y en cada uno de ellos colocó la figura correspondiente, es decir, creó un pequeño montón de triángulos, otro de círculos y por último el de los cuadrados.
En este tercer ejercicio coloco una serie de números en un folio. Unos son pares y otros son impares. Por la edad de la niña supongo que ya sabe clasificar los números en pares e impares y me lo demuestra rápidamente redondeando con un bolígrafo rojo todos los números pares que aparecen en la hoja.
2.4.6. Seriación.
Según Piaget todos los sujetos atendemos al principio de diferenciación a la hora de establecer una seriación, es decir, ordenamos cualquier objeto atendiendo a aquella variable que permita diferenciar a ese objeto de otro.
En las dos primeras pruebas jugué con series de números. Una primera serie la presenté de la siguiente manera: 1, 5, 9, 13, 17…y la incité a que la siguiese. Se percató de que los números guardaban relación entre sí, que no estaban colocados de esa manera por azar y aclaró que el número que seguía la serie era el 21, después el 25 y así sucesivamente. Pudo deducir que la solución venía dad al sumar al número anterior de la serie 4.
El siguiente ejercicio en su presentación era igual, con la variante de que el número que faltaba en la serie no era el último sino que estaba en el medio. La serie era esta 0, 6, 12, ?, 24, 30…El tiempo invertido en esta prueba fue ligeramente superior que el utilizado en la anterior, pero la solución también fue la correcta. Apuntó que el número que faltaba era el 18 y que lo había conseguido sumando 6 unidades al número anterior (12), ya que 6 era la diferencia existente entre todos los números.
En el tercer y último ejercicio correspondiente a esta característica le muestro a la niña una hoja cuadriculada en la que he dibujado cuadrados guiándome por las cuadrículas propias de la hoja. Para dibujar el primer cuadrado establezco la medida correspondiente a una cuadrícula para cada lado, para el segundo dos y así sucesivamente. Hago una serie de siete cuadrados y dejo sin dibujar el cuarto con el fin comprobar si la niña es capaz de seguir la serie. Observa detenidamente los dibujos presentados y dibuja el cuadrado utilizando cuatro cuadrículas(era el que correspondía).
La niña resuelve satisfactoriamente todas las cuestiones, lo cual viene a demostrar una vez más que su edad cronológica y su edad mental son acordes entre sí.
2.4.7. Concepto de número.
Esta característica constituye una síntesis de lo que es la clasificación y la seriación. Si tenemos en cuenta que la niña ha superado las pruebas relativas a ambas características es de suponer que tendrá una concepción clara del concepto de número. En esta fase el niño ya no necesita deshacer toda una fila para seguir adelante con un proceso puesto que ya cuenta con la capacidad de inclusión.
Para la realización del primer ejercicio introduzco dentro de una pequeña bolsa 30 garbanzos. Le pido que me saque 7 y acto seguido le digo que saque hasta 17. La niña realiza correctamente el ejercicio, es decir, únicamente saca 17 garbanzos lo cual indica que tiene claro el concepto de número. Si no hubiese tenido claro esta característica hubiese sacado un total de 24 garbanzos( 7 de la primera vez que le mandé sacar garbanzos y 17 de la segunda).
Para el segundo ejercicio le doy un folio y un lápiz. Le pido que dibuje 3 pelotas y a continuación le digo que quiero ver 10 pelotas dibujadas en el folio que la he dado. Tal y como ocurrió en el ejercicio anterior la niña dibuja un total de 10 pelotas y no 13 como podría haber ocurrido si no dominase el concepto de número( la suma de las 3 pelotas iniciales y de las 10 pedidas seguidamente).
Como ejercicio final coloco 15 alubias, 15 macarrones y 15 garbanzos sobre una mesa y justo al lado tres cajas de cartón. Le digo que coloque 7 alubias, 3 macarrones y 5 garbanzos en una de las cajas; 3 alubias, 11 macarrones y 1 garbanzo en una segunda caja y por último, 5 alubias, 1 macarrón y 9 garbanzos en la caja restante. La niña realiza la tarea sin ninguna dificultad y antes de lanzarle pregunta alguna me aclara que como resultado de su ejercicio, en cada caja habrá un total de 15 figuras.
2.4.8. Egocentrismo.
Esta característica hace referencia a la incapacidad de los niños para entender otros puntos de vista; sólo entiende a los demás cuando se ve en la necesidad de hacerlo. El grado de egocentrismo en esta etapa debiera ser inexistente o al menos poco visible. Para comprobarlo entrego a la niña una tableta de chocolate y le pido que la reparta entre las cuatro personas que nos encontramos en ese preciso momento en su casa. La niña realiza la repartición de forma equitativa y no se queda con mayor trozo que el resto de las personas. Esta actitud equitativa demuestra que el nivel de egocentrismo de esta niña es muy bajo porque si tenemos en cuenta que el chocolate es una de sus comidas favoritas, lo habitual hubiera sido que hubiese cogido mayor cantidad que la que ha dado al resto de las personas.
En otro momento de la tarde le pregunto si quiere que nos maquillemos. Responde afirmativamente y cuando saco mis pinturas de maquillaje se apresura a su cuarto y trae unas pinturas de maquillaje que le han regalado con un juego. Con esta actitud me demuestra que no es ni egoista ni egocéntrica, es decir, tiene claro que si nos vamos a maquillar no tenemos que utilizar únicamente mi maquillaje sino que si ella también tiene productos debe ponerlos a nuestra disposición.
Durante una hora le insto a que recuerde su viaje a Port-Aventura. Comienza a explicarme en que atracciones se montó, quienes le acompañaron, dónde se hospedaron… en el transcurso de su exposición le hago un comentario acerca de su primo y ella calla y me escucha. Si hubiese presentado grados de egocentrismo, probablemente, hubiese continuado hablando sobre su viaje, pero por su edad y por educación, atiende a mi comentario
3. CONCLUSIONES.
Tras haber realizado cada una de las componentes del grupo las pruebas a niños con las edades propias de cada periodo, hemos llegado a la conclusión que en rasgos generales Piaget estuvo acertado en sus conclusiones.
Bien es cierto que no se puede establecer una edad de forma categórica porque la superación de las características que Piaget nos legó depende en gran parte de la capacidad individual de cada niño. Por lo tanto es posible que un niño por cuya edad se sitúe en un periodo determinado pueda dominar aspectos propios de una etapa superior.
Desde un primer momento tuvimos claro que las diferencias entre el pensamiento del niño y del adulto iban a ser notables, debido a que la interacción social con el resto de la sociedad y el propio desarrollo cognitivo y psicológico, dota al niño de nuevos conocimientos y estructuras mentales.
Nos hemos percatado de que la imaginación y el ingenio de los niños es muy superior al de las personas adultas, creemos que puede ser debido a que como consecuencia de la carencia de unos conocimientos que expliquen algunos fenómenos de manera más o menos científica, intentan compensarlo con ideas fantasiosas.
Para finalizar queremos destacar que los niños entrevistados han dado las respuestas que se esperaba de ellos si teníamos en cuenta la edad, aunque caben excepciones debido a la posible flexibilidad en el baremo de las edades.
4. ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO.
1. Piaget J. y otros(1975). “Los años postergados. La primera infancia”. Paidós. U.N.I.C.E.F. Buenos Aires
2. Elkind, David(1981). “El niño y la realidad”. Paidós. Barcelona.
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Enviado por: | Felina23 |
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