• Un rasgo común para todas las economías europeas es el claro predominio de las pequeñas y medianas empresas (pymes), y en España esto es todavía mas acentuado. Un porcentaje reducido de representa grandes porcentajes de facturación, de inmovilizado, de capital y nº de puestos de trabajo por empresa; esto nos lleva a ver que existe una distribución asimétrica que da lugar a un gran numero de medianas y pequeñas empresas con cuotas de mercado, financiación y empleo muy reducidas; las pequeñas y medianas empresas son comparativamente más intensivas en mano de obra, ello da lugar al predominio de la pequeña y mediana empresa de tal manera que, a menor tamaño, mayor utilización de factor trabajo por unidad de producción.

El tamaño medio de las empresas en los países de la U.E es de 6, en España sólo es de 4, similar al de Italia y Portugal, lejos del mas alto Holanda con 10 empleados.

Si las estratos de tamaño, casi la totalidad de las empresas españolas tienen menos de 250 trabajadores y mas de las ¾ partes no superan los 10 empleados.

Cuadro 1: Estructura empresarial española, 1989-1995.

En tantos por cien(%).

Esta concentración de la estructura empresarial explica que España tenga, junto a Italia, un mayor nº de empresas en relación a la media europea.

La distribución de estas empresas tampoco es uniforme en el territorio español, siendo el tamaño medio de las empresas españolas mayor en Madrid, Asturias y Cantabria, mientras q. disminuye en Cataluña y en la Comunidad Valenciana.

Solamente en los sectores energético, financiero y en algunos de servicios (que hasta hace poco eran monopolios estatales) se nota un mayor presencia de grandes empresas (más de 250 trabajadores), en cambio en el sector industrial, en el cual hasta ahora eran relativamente frecuentes las grandes empresas, se tiende a una disminución de éstas, a favor de las empresas de menor dimensión. La explicación a esto esta en la propia actuación de las grandes empresas las cuales orientan sus estrategias hacia la especialización y externalización de sus tareas productivas, lo que puede llevar bien a la creación de nuevas empresas o a la subcontratación de actividades a otras de menor tamaño. Pero a pesar de todo ello más de la tercera parte del empleo asalariado directo depende todavía de las grandes empresas.

Desde siempre esta situación empresarial en España, ha sido considerada como una desventaja competitiva, por limitar la productividad, dificultar la presencia en mercados exteriores y la financiación ajena. En las empresas españolas la dependencia de la banca es bastante notable, situación que podemos diferenciar bien según los tamaños; los costes financieros son proporcionalmente mayores a menor tamaño y el endeudamiento aumenta o disminuye con el tamaño; a mayor tamaño mayores probabilidades de ser considerado cliente preferente por la banca.

En cuanto a las exportaciones, un tamaño mínimo facilita la adopción de estrategias exportadoras; La propensión exportadora se mide como el porcentaje de ventas que se realizan en el extranjero. Existen diferencias importantes según el tamaño empresarial. Las empresas más pequeñas han tenido una evolución negativa, mientras que las mayores, especialmente el estrato (51-100), han evolucionado positivamente.

Finamente, parece que existe un cierto umbral, por debajo de los 50 asalariados, que dificulta la presencia de este tipo de empresas en actividades exportadoras.

Propensión exportadora media y variación anual media. 1990-1993

Mientras algo más del 90% de las grandes empresas manufactureras realiza actividades con el exterior, sólo un 19% de las que tienen menos de 20 trabajadores llevan a cabo dicha estrategia comercial.

Las grandes empresas exportan casi un cuarta parte de su producción, las empresas de menos de 20 empleados son las únicas que dedican menos de un 20% a su exportación.

Sobre la innovación parece lógico suponer que aquellas empresas mas volcadas hacia las tareas innovadoras son capaces de generar nuevas fuentes de ventajas competitivas que pueden ser potencialmente rentabilizadas en los mercados interiores y exteriores. Son empresas con comportamientos muy distintos, no sólo dentro del grupo de tamaño, sino también en relación a otros tamaños.

Los años 80 y lo que va de los 90, constituyen una etapa en la que la pequeña empresa mejora sus posiciones relativas y también mejora en los distintos indicadores empresariales que consideramos.

Si tenemos en cuenta sólo al colectivo de las empresas que realizan gastos de I+D, el tamaño empresarial no sea una variable que explique la diferente intensidad investigadora. Incluso, las pequeñas empresas innovadoras dedican más recursos a investigar que las grandes, dada su mayor especialización en actividades relacionadas con el desarrollo tecnológico. Aunque no debemos engañarnos ya que la probabilidad de que una empresa realice actividades I+D aumenta considerablemente con el tamaño empresarial.

Diferenciando por sectores; el sector industrial concentra la mayor parte de las actividades de I+D del tejido empresarial español. Sólo 9 de cada mil empresas industriales realizan actividades de I+D.

Sin embargo, la industria concentra el mayor número de empresas que realizan I+D (84,26% del total), y, por extensión, la mayor parte de empresas innovadoras.

La presencia de I+D en Servicios resulta claramente menor que en Industria, sólo 5 de cada 10.000 empresas de Servicios realizan este tipo de actividades.

LAS

PYMES

EN

ESPAÑA

Realizado por:

FUENTES DOCUMENTALES:

• Lecciones de Economía Española. Madrid, Civitas,1993

• Temas de Economía Española. Valencia, Tirant lo Blanch, 1999

• Historia de la empresa española: la evolución empresarial dentro de la economía española. Barcelona, Hispano Europa, 1979.

• www.procuno.pta.es

• www.diarioty.com

• Apuntes de Economía Española, 2º L.A.D.E.

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