Ética y Moral
Pena capital
La pena de muerte significa causar traumas y lesiones tan graves a un cuerpo humano que hacen que la vida se extinga. Significa dominar instintos humanos básicos como la voluntad de sobrevivir. Y, por lo tanto, es un acto que nadie debe tener el poder de autorizar.
Todos los métodos de ejecución son espantosos y todos pueden fallar. La idea de que la inyección letal es una forma humana de matar es totalmente absurda. El condenado sufre el terror de esperar el momento de su muerte, establecido de antemano, y el método de matar no es siempre el proceso clínico e indoloro que reivindican sus defensores. Existen casos de ejecución mediante la inyección letal como el de un campesino de ascendencia indígena empobrecido(Manuel Martínez Coronado) que tardó en morir 18 minutos a pesar de que las autoridades habían asegurado que la ejecución sería indolora y habría acabado en 30 segundos.
La tortura es un acto condenado e ilegalizado en todos los países del mundo, incluidos los que abogan por la pena de muerte. Si aplicar 100 voltios en partes sensibles del cuerpo con el fin de extraer una confesión se considera tortura, ¿cómo puede estar permitido administrar 2000 voltios a una persona para causarle la muerte?.
En algunas partes del mundo se han dado pasos para hacer las ejecuciones más públicas. Es preocupante ya que indica que algunos gobiernos están perdiendo la vergüenza respecto a lo que están haciendo y que en algunos países la gente se está acostumbrando a la brutalidad y a la muerte(como en Arabia Saudí).
En otros lugares las ejecuciones públicas son un fenómeno reciente. En Ruanda,21 hombres y una mujer fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento en 1998 por participar en el genocidio de 1994. Las ejecuciones se llevaron a cabo ante grandes multitudes que incluían decenas de niños.
La pena de muerte es un método injusto de hacer justicia. Se aplica siempre de forma parcial: las celdas del pabellón de la muerte están llenas de personas procedentes de ambientes de marginación y minorías étnicas. Raras veces se encuentran millonarios entre esas personas. La pena de muerte se aplica también de forma arbitraria, dependiendo de factores como la capacidad de los abogados. Además conlleva siempre el riesgo de acabar con la vida de personas inocentes ya que hay errores judiciales inevitables.
El número de blancos y negros que son asesinados en Estados Unidos es equiparable, y sin embargo el 82% de los presos ejecutados desde 1977 fueron declarados culpables del asesinato de una persona blanca. Los negros representan sólo el 12% de la población total del país, pero el 42% de los condenados a muerte son de raza negra. En países en los que la pena de muerte se impone obligatoriamente para el delito de asesinato, como Trinidad y Tobago, los tribunales no pueden tener en cuenta ningún factor atenuante, como por ejemplo la discriminación y la violencia que sufren las mujeres. En septiembre de 1998, el Relator Especial de la O.N.U. sobre ejecuciones extrajudiciales sumarias o arbitrarias hizo un llamamiento a Trinidad y Tobago para que se ejecutase a Indravani Pamela Ramjattan condenada por el asesinato en 1995 del hombre que convivía con ella y que la maltrataba. Había sufrido sus malos tratos durante años. Días antes del asesinato se escapó. Su compañero la localizó y la llevó de vuelta a casa. Al parecer durante días estuvo golpeándola y la amenazó repetidas veces con matarla. La mujer fue condenada a muerte junto con los dos hombres que acudieron en su ayuda. Al final del año seguía en prisión condenada a muerte.
REDUCCIÓN DEL ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA PENA DE MUERTE.
Afortunadamente cada vez se rechaza más en el mundo la legitimidad de la pena de muerte.
Desde 1990 Amnistía Internacional ha documentado 18 ejecuciones de menores en todo el mundo, llevadas a cabo en 6 países: Arabia Saudí, Estados Unidos, Irán, Nigeria, Pakistán y Yemen. Nueve de ellas tuvieron lugar en Estados Unidos, el único país en el que, según la información disponible se ejecutó a menores en 1998.
Las normas internacionales estipulan que los enfermos mentales deben ser excluidos de la pena de muerte pero por desgracia estas exclusiones se pasan por alto en algunos países incluido Estados Unidos.
Joseph John Cannon y Robert Anthony Carter fueron ejecutados en Texas con un intervalo de 27 días por delitos cometidos cuando tenían 17 años. La infancia de ambos estuvo marcada por serios abusos y enormes privaciones. Los dos sufrían daños cerebrales y limitaciones intelectuales. Cuando los mataron en 1998, muchos años después de haber cometido sus delitos, se extinguieron las esperanzas suscitadas por sus esfuerzos de rehabilitación. Joseph Cannon fue conducido a la cámara de inyección letal el 22 de abril. Robert Carter fue ejecutado el 18 de mayo: el jurado que lo condenó a muerte no sabía que había sufrido malos tratos graves cuando era niño ni que padecía daño cerebral.
Las normas internacionales han establecido que, en los países en los que todavía no ha sido abolida, la pena de muerte debe usarse sólo para los delitos más graves.
Sin embargo en China, por ejemplo, la pena de muerte continúa aplicándose para una amplia variedad de delitos violentos y no violentos, como el fraude fiscal, la falsificación, la malversación y la corrupción.
DATOS Y CIFRAS SOBRE LA PENA DE MUERTE
PAÍSES ABOLICIONISTAS Y RETENCIONISTAS
Más de la mitad de los países del mundo han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica. 63 países y territorios han abolido la pena de muerte para todos los delitos. Otros 16 la han abolido para todos los delitos excepto los más graves, como los cometidos en tiempo de guerra. A 25 países se les puede considerar como abolicionistas de hecho ya que mantienen en su legislación la pena de muerte pero no han llevado a cabo ninguna ejecución en los últimos 10 años o más. Esto supone un total de 104 países que han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica. Otros 91 países retienen y utilizan la pena de muerte, pero el número real de países que ejecutan presos a lo largo de un año concreto es mucho menor.
HACIA LA ABOLICIÓN A ESCALA MUNDIAL
Desde 1976, una media de más de dos países al año han abolido la pena de muerte en su legislación o, habiéndola abolido para delitos comunes, han procedido también a abolirla para todos los delitos.
INICIATIVAS PARA EL RESTABLECIMIENTO DE LA PENA CAPITAL
Una vez que se ha abolido la pena de muerte, rara vez se restablece. Desde 1985,más de 35 países han abolido la pena de muerte en su legislación. Durante este mismo período, sólo cuatro países abolicionistas han restablecido la pena de muerte, en tres de los cuales no se ha llevado a cabo ejecución ninguna.
SENTENCIAS DE MUERTE Y EJECUCIONES
Según la información recopilada en 1997 se ejecutó a más de 2.370 presos en 40 países y 3.707 fueron condenados a muerte en 69 países, aunque las cifras reales son, sin duda, más elevadas. Como en años precedentes la mayoría de las ejecuciones se llevaron a cabo en China, Arabia Saudí y Estados Unidos. Estos cuatro países han representado el 84% de todas las ejecuciones que se han registrado en todo el mundo en 1997.
LA APLICACIÓN DE LA PENA DE MUERTE A LOS MENORES
Los tratados internacionales para la protección de los derechos humanos prohíben condenar a muerte a toda persona menor de 18 años en el momento de cometer el delito. Más de 100 países disponen de leyes que excluyen específicamente la ejecución de menores o se espera de ellos que así lo hagan. Sin embargo, un pequeño número de países sigue ejecutando a menores de edad. La mayoría de las ejecuciones de delincuentes juveniles de las que se tiene conocimiento se produjeron en Estados Unidos.
EL ARGUMENTO DE DISUASIÓN
Los estudios científicos realizados en torno a la pena de muerte no han podido nunca encontrar pruebas convincentes que demuestren que la pena capital tiene más poder disuasorio que otros castigos.
EL EFECTO DE LA ABOLICIÓN EN LOS ÍNDICES DE CRIMINALIDAD
Las cifras más recientes recopiladas en países donde no existe la pena de muerte no demuestran que la abolición no haya producido efectos negativos en la sociedad.
ACUERDOS INTERNACIONALES PARA LA ABOLICIÓN DE LA PENA DE MUERTE
El Sexto Protocolo del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, referente a la pena de muerte es un acuerdo para abolir la pena de muerte en tiempo de paz. Los otros dos acuerdos existentes son: El Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, relativo a la abolición de la pena de muerte y E l Protocolo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos para Abolir la Pena de Muerte. Éstos dos protocolos aspiran a la abolición total de la pena de muerte, aunque permite a los estados que así lo deseen mantener la pena máxima en tiempo de guerra como castigo excepcional.
EJECUCIÓN DE INOCENTES
Según un estudio realizado en 1987, 350 personas condenadas a muerte en los Estados Unidos por delitos punibles con la pena capital entre 1900 y 1985 eran inocentes de los cargos que se les habían imputado, pero 23 de ellos fueron ejecutados.
Por lo tanto un número importante de condenados a muerte son en realidad inocentes y existe un gran riesgo de que algunos de ellos sean ejecutados.
LA PENA DE MUERTE EN ESTADOS UNIDOS
En 1997 se ejecutó en los Estados Unidos a 74 presos, con lo que se eleva ya a 432 el número total de ejecutados desde que en 1977 se volvió a implantar la pena de muerte. Además actualmente 38 de los 50 estados de Estados Unidos incluyen en su legislación la pena de muerte. La legislación federal civil y militar de los Estados Unidos también establece la pena de muerte.
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