El texto objeto de este comentario, El poco tiempo, fue escrito por Pedro Salinas, y podemos leerlo en el libro, de este mismo autor, El defensor, publicado en 1948. El poco tiempo es un texto perteneciente al género literario ensayo, que es un artículo de opinión. Pedro Salinas tiene una clara intención, criticar, e incluso ridiculizar a la gente que asegura no tener tiempo libre, utilizando todo tipo de argumentos. El autor utiliza un punto de vista objetivo, dado que nos explica la situación, muy común, en la sociedad en que él vivía. Este texto va destinado a un público que sí posee tiempo libre, y no lo utiliza en aficiones “estúpidas”, según el autor. Para acabar de situar el texto, cabe decir, que el autor vivía exiliado en Estados Unidos, donde la sociedad estaba muy aburguesada. La función lingüística predominante es la referencial, aunque también aparece, al intentar influir al lector, la función conativa.
El tema de este texto es la mala usanza que la gente hace de su tiempo libre, tal y como dice el título. El mensaje, que es en lo que el autor se basa para criticar a los que escatiman tiempo, es que se debe leer para enriquecerse. Las ideas principales, se dividen internamente igual que la división del texto por párrafos. La estructura interna está basada en el desarrollo de un concepto, la pérdida de tiempo. Además, la estructura interna cumple las reglas de coherencia, por la que entendemos el texto sin mayor problema. En El poco tiempo predomina el contenido cultural: el grado de cultura de una sociedad está definido por la práctica de la lectura. El contenido ideológico, también tiene lugar, dado que el autor, al dotar de la idea de que si no leemos en el tiempo libre, lo desaprovechamos, intenta influirnos.
La estructura externa del texto se divide en cuatro párrafos, la cual cosa nos indica que el concepto que argumenta el autor, posee pocas ideas. Externamente, también vemos que el autor utiliza mucho los signos de puntuación, sobretodo la coma, que predomina y nos indica que el texto está muy pausado. La extensa interrogación con que se inicia el texto, es la pregunta que el autor responde a lo largo del texto, y es una forma de empezar, que delimita el campo en que se moverá el escritor. Pero a continuación, utiliza más interrogaciones, algunas no respondidas: “Porque ¿es que se ha visto alguna vez, ni siquiera en las pesadillas, a una bestia, fiera o mansueta, felino o lepórido, descifrando palabras cruzadas?” Destacan en el texto, algunas oraciones exclamativas e interrogativas, pero predominan las oraciones enunciativas. Aparecen cultismos como “alarde”, “mansueta”, “lepórido”, entre otros. Sin embargo, el autor también usa palabras del vocabulario coloquial, como “monserga”, “repantiga” o “poltrona”. También aparecen palabras, ya en desuso, como “rodela” y “broquel”, que significan escudo. Generalmente, el tipo de oraciones que utiliza el autor, son compuestas, y bastante largas. Cabe destacar, que el estilo del autor, es de un lenguaje culto, de un tono irónico, y de un carácter crítico.
Para concluir, comparto la opinión del autor, de que la gente “le falta no el tiempo, sí las ganas.” El ejemplo que utiliza: “el mismo caballero que leía a Montesquieu”, ahora juega al golf, está muy bien encontrado, y es totalmente cierto, y como esos caballeros, mucha gente. Aunque no comparto lo que cree Salinas, de que la gente desperdicia el tiempo al ir a ver el béisbol, o ver la televisión, y por eso no leen, sino que, directamente, a la gente no le gusta leer. Tampoco comparto esa maliciosidad, esa idea recelosa del autor, porqué no se dedica a averiguar a qué se dedica el sujeto en su tiempo libre, si realmente lo posee. Sí comparto la opinión, de que leer ayuda a enriquecer a un pueblo, pero creo que Salinas debería haber propuesto, en el texto, algunas ideas para promulgar la lectura. Debe destacarse, que el autor ha criticado con gran corrección a los que fingen no disponer de tiempo libre, y con igual corrección, además de originalidad, a tratado el tema. Cabe destacar que el texto tiene una utilidad y perdurabilidad difícilmente terminable, dado que nuestra sociedad continuará con poca tradición lectora, y puede que hasta decreciendo.