Literatura


Pedro Páramo; Juan Rulfo. Los de abajo; Mariano Azuela


Análisis Comparativo Entre Pedro Páramo y Los de Abajo

Como en muchos de los momentos de la vida y en muchas de las elecciones que tenemos que hacer, hoy nos encontramos con una doble opción para contrastar. Nos encontramos con dos tipos de obras muy diferentes y a la vez similares en contexto. Ambas de cuna mexicana, pero cada uno de sus padres decidió proyectar la realidad de manera muy diferente. Tenemos por un lado a “Pedro Páramo” de Juan Rulfo y por el otro a “Los de abajo” de Mariano Azuela. Y si nos preguntamos qué las diferencia, tenemos, para encontrar la respuesta, primero que escarbar en sus raíces, en sus orígenes y en sus divergentes géneros.

México es un país plagado de costumbres, de tradiciones y de remanentes culturales que forman a cada uno de los individuos que nos nacimos o vivimos en él. Todos estos ladrillos que nos marcan los pasos de la evolución y del cambio los vemos día a día pero a veces no los apreciamos, por lo mismo hay gente consciente de ello que busca resguardarlos como joyas y hacerlos pasar entre las futuras generaciones. Éste es el caso de Juan Rulfo. Un individuo que nació en la ciudad de Jalisco y que siendo expositor del “realismo mágico”, proyectó la realidad a su propio parecer en una novela indigenista.

Una novela indigenista es un escrito en el que los personajes principales son indígenas como los que actualmente habitan zonas rurales y áreas de cultivo y de cosecha, principales productores avícolas del país. Por lo mismo es obvio que en ellas se utilice un lenguaje coloquial y con modismos de las regiones específicas de donde nuestros personajes provienen, carente de tecnicismos y demás palabras fuera del nivel familiar de la lengua. En cuanto a las ideas que se imprimen en la obra, se hallan variadas costumbres típicas y creencias que muchas veces se asumen como “mágicas” por personas ajenas al contexto; pero en sí, estas creencias no son nada raro o bizarro para la gente que las vive día a día. Tal es el caso del reconocimiento de almas, espíritus y ánimas que vagan por el mundo intentando seguir viviendo la vida que una vez dejaron en su pueblo y regresar toda esa actividad a una constante aparentando nunca haber muerto. Ejemplo de esto es cuando Juan Preciado (de “Pedro Páramo”) llega a Comala a buscar a su padre y en su camino encuentra a varias personas que afectan su camino positiva o negativamente, pero conforme avanza la historia descubrimos muchos de ellos en realidad esta vivo, sino que son los recuerdos encarnados que no se desprenden del lugar y que juegan papeles de gente real para narrar su historia y no ser olvidados. Y todos estos juegos de papeles los hacen con el modo un modo de hablar particular, utilizando los antes mencionados niveles vulgar y familiar muy propios del país y que llevan una connotación intrínseca por su contexto. Lo vemos demostrado en un diálogo donde el señor de una casa pobre le señala a su esposa: “Mira, se mueve. ¿Te fijas cómo se revuelca? Igual que si lo zangolotearan por dentro. Lo sé porque a mí me ha sucedido.” Y precisamente es el verbo zangolotear que nos suena más familiar ya que para nosotros, mexicanos, es un verbo del uso diario que hasta a veces nos llega a servir para chistes y bromas, cosa que en muchos otros países hispanohablantes no aplica sino que sólo es un verbo de una larga lista de usanza.

En el otro lado tenemos el México histórico; el México donde desde el inicio se han librado batallas, se han conquistado tierras, se han subyugado culturas, se ha gobernado y donde revueltas se han llevado acabo. Y es aquí donde cabe nuestra otra obra “Los de abajo” de Mariano Azuela, en el género de “novela de la Revolución”. Ésta es parte del grupo de obras que más que valor artístico, buscan tener un valor histórico y que sirvan para crear conciencia de lo que fue nuestro pasado y de cómo los pilares de la historia se han formado de los esfuerzos de hombres trabajadores y hombres que han peleado por libertad e igualdad, hayan sido movimientos inteligentes o no.

El tema principal de “Los de Abajo” es la historia de Demetrio Macías, un hombre que ve como su vida cambia súbitamente ante la presencia de federales en su casa, levándonos al desarrollo de la historia. Los personajes principales son obreros y peones que desubicados por las ideas revolucionarias atacan y se llevan ciudades en el camino por seguir adelante. Ellos hablan durante toda la obra en un nivel vulgar casi familiar en donde la semántica y sintaxis desaparecen y se usa el lenguaje con propósitos mínimos de comunicación sin forma ni estructura. Como La Pintada en un fragmento dice: “Entonces, ¿pa quén jue la revolución? ¿Pa los catrines? Si ahora nosotros vamos a ser los meros catrines…” A la vista normal salta el principio de la pregunta “pa quén jue” que nos hace darnos cuenta de la poca educación que tenían los guerrilleros de la revolución, y más las mujeres involucradas en el movimiento por la invención de tres palabras que existen en la vida real como “para quién fue”, pero que para los de la clase baja terminan siendo fonemas a imitar sin letras que nombrar. También se observa que la obra tiene la idea de dejar huella ya que siendo Azuela quien la escribe, pretende transcribir y proyectar de forma ordenada sus vivencias en la Revolución y los apuntes de un cuaderno que recopiló de los diferentes personajes que encontró en la vida real. Se hablan del asunto de la discriminación de las clases, del mal trato por parte del gobierno, de la forma en que los ideales de los guerrilleros cambiaban como el clima, sin razón alguna, sólo porque sí y finalmente de la diferencia entre hombres por rangos y por leyendas andanzas inventadas que finalmente daban igual: “¡Hum…, pos se me hace que de hombre a hombre todos semos iguales!... Lo que pasa es que pa mí naiden es más hombre que otro, lo que uno necesita es tantita vergüenza…”

Síntesis

Pedro Páramo

Éste es un relato de la corriente del realismo mágico que nos habla de la historia de Juan Preciado, quien va hacia Comala en busca de su papá, Pedro Páramo, después de la muerte de su madre, ya que ésta le pidió que fuera para allá. Llega Juan y a partir del momento en que viene bajando la colina en la entrada de Comala se encuentra con personajes que aparentemente son normales, como el arriero que lo conduce hasta el pueblo. Él lo induce hacia la casa de Eduviges Dyada quien lo acoge en su casa. Entre tanto se pierde la narrativa entre memorias de Pedro en su juventud y se traslada de la narrativa personal de Juan en primera persona hacia una narración lejana de otras historias en tercera persona. Con el paso del tiempo se desarrollan diferentes personajes y por medio de historias Juan se entera de la historia y de la vida de su padre, junto con todos sus amoríos y asesinatos. Pero todo se empieza a desmoronar y formar nuevas historias en el momento en el que se revela que los personajes están muertos, y que son ánimas del más allá que no se quisieron ir ni partir del pueblo al cual se hallaban arraigados. Encuentra una casa y en sus paredes exteriores se congoja de lo que le acontece, en ese momento aparecen los dueños de la casa preguntando por la persona de afuera, y resulta que son de los pocos vivos que aun sobreviven, una mujer y su marido. El marido huye y deja a Juan con la esposa. Él sale temeroso y después aparece junto a Dorotea, una muerta en el cementerio tres metros bajo tierra. Juan se une al reino de los muertos y pasa a un segundo plano, siendo olvidado después. Gradualmente se va retomando la historia de Pedro Páramo y su amor imposible con Susana San Juan, que a pesar de que él la fuerza a vivir con él, se niega a quererlo. Paralelamente se relata la muerte de Miguel Páramo, el único hijo aceptado de Pedro.

Los de abajo

Es una novela revolucionaria que cuenta como de repente la vida para Demetrio Macías se ve alterada completamente con la llegada de agentes federales a su casa con la intención de atacarlos. Él manda a su esposa a esconderse junto con su hijo mientras que el contraataca. En el camino se encuentra con otro grupo de guerrilleros quienes por azares del destino igual de contradictorios se vieron en la necesidad de huir. Más adelante Pancracio captura a Luís Cervantes, un joven de clase media que simbólicamente representa a los que en la revolución buscaron el mayor provecho posible con el menor esfuerzo. Durante la jornada se encuentran con una joven, Camila, quien buscaba ayudar a Demetrio porque se encontraba herido desde el inicio, pero por no poder más que disminuir las fiebres, se limita a observar, y es después Anastasio quien le recomienda a Macías a pedir ayuda de Luís, el joven con pocos estudios de medicina que ya había curado sus propias llagas. La joven Camila empieza a buscar el cariño en Luís quien la rechaza y la ignora, mientras que en mayores asuntos, Demetrio concluye en ir a Zacatecas para aliarse a las fuerzas del general Natera. Logran la alianza sin antes unas cuantas peleas y finalmente la toma de Zacatecas. Más gente, entre ellos La Pintada, se les une en sus saqueos, de los cuales el mas beneficiado era Cervantes al aprovecharse de las joyas. El Güero demuestra su crueldad y sangre fría al violar a la prometida de Cervantes, una joven que el mismo Luís le había ofrecido a Demetrio. Continúan su camino y engañan a Camila para que regrese con ellos. Una vez ya ella con el grupo, La Pintada la intenta ayudar, pero Camila se resiste y prefiere permanecer al lado de Demetrio, lo que provoca la rivalidad y culmina en el accidente de Camila en su yegua al ser la otra mujer la causante de esto y después la causante de su muerte por un cuchillo. Poco a poco el grupo se desintegra, Cervantes prefiere quedarse a vivir en E.U. donde se recibe médico y posterior a su asistencia en la Convención de Aguascalientes, Macías regresa a su pueblo región natal donde en la misma colina del primer enfrentamiento pierde la vida en una batalla final sin haber sabido nunca la razón de toda su lucha.

Personajes

Principales:

  • Juan Preciado.- Narrador de la mayor parte de la historia, hijo de Dolores Preciado y de Pedro Paramo.

  • Dolores Preciado.- Aunque nunca aparece como tal, sino que sólo es mencionada, es la que desata todos los eventos del libro por ser la madre de Juan Preciado.

  • Pedro Páramo.- Personaje principal sobre el cual giran todas las cosas, estando presente de joven en algunos fragmentos cuando habla de Susana y mencionado de grande una vez que Juan llega a Comala.

Secundarios:

  • Susana San Juan.- Es el amor de Pedro aunque en realidad nunca lo amó, y al final muere dejándolo solo.

  • Eduviges Dyada.- Principal Anfitriona del pueblo y quien le abre los ojos a Juan para que se dé cuenta de que casi todos ya están muertos.

  • Dorotea.- Acompañante de Juan Preciado en su tumba.

  • Padre Rentaría.- Víctima de varios abusos de Pedro Páramo, es la única figura religiosa del pueblo quien concedía el perdón a los desolados y casi muertos.

  • Miguel Páramo.- Hijo legítimo de Pedro quien muere al caer de su caballo.

Principales:

  • Demetrio Macías.- El hombre con quien comienza la historia que llega a ser el líder de los guerrilleros y quien también muere al final terminando la historia.

  • Luís Cervantes.- Joven que es capturado en el camino y que después se une a las fuerzas de Macías y saca el mayor provecho de todo el acontecimiento.

  • Güero Margarito.- Un personaje cruel y despiadado que viola a una joven a demás de presentar la cara sombría de la historia, incluyendo su suicidio

  • Camila.- Indígena que es atraída por Luís al mundo de la Revolución y es engañada para terminar con Demetrio y traicionada por La Pintada para morir.

Secundarios:

  • Esposa de Macías.- Aparece al principio y es la que pide venganza por lo acontecido en su casa.

  • General Natera.- Hombre de alto rango al que se unen las fuerzas de Demetrio.

  • Don Mónico.- Es el gatillo que dispara la historia al mandar a los federales a atacar la casa del señor Macías cuando aun todo era calma y paz.

  • La Pintada.- Estratega de saqueos y asesina de Camila por temor a perder poder y presencia en el grupo.

Tiempos:

Para esta obra podemos contemplar dos tiempos: el tiempo en el que fue escrita y el tiempo de la narración.

Esta pieza de la literatura mexicana fue escrita en 1955, a mediados del siglo XX; en el nacimiento del Boom Latinoamericano. Está considerada dentro del género del realismo maravilloso en el cual los eventos y costumbres de culturas desconocidas salen a relucir y lo que para estas culturas sería real y cotidiano, resulta al ser expuesto al mundo, mágico y encantador.

El tiempo que se maneja en la obra no es determinable debido a que es atemporal, lo que quiere decir que no te instala en un punto, sino que se deja permanecer durante toda la eternidad; siempre jugando con el analepsis y con la prolepsis que nos mueven por los tiempos de los personajes y más aun, por las edades y períodos personales.

En contraste con Pedro Páramo, esta obra tiene una fusión en sus dos tiempos ya que era escrita en el momento en el que el autor, Mariano Azuela, vivía los acontecimientos que forja en la narrativa.

Al ser Azuela un revolucionario que se inmiscuyó en el ambiente Revolucionario y que llegó a altos puestos. Mientras ascendía fue tomando notas de la gente y de los sentimientos que simultáneamente iba escribiendo y elaborando en forma de novela con personajes propios que a la vez representaban un papel real en la vida de Mariano. Entonces podemos situar ambos tiempos en 1916, tiempo de guerra y de discusión que México afrontaba durante la Revolución y en el que Demetrio aparece ficticiamente para inmiscuirse en una historia paralela.

Espacios

Esta historia se lleva acabo en Comala, un pueblo en Colima, en México. Se dice que no representa al Comala real que nosotros conocemos, sino que más bien su nombre fue elegido por presentarse como una indicación de un comal ardiente; como lo dice el libro, un pueblo en la boca del infierno. La mayor parte de la historia se desarrolla allí y en añadidas regiones aledañas que son imaginaciones y construcciones de Juan Rulfo.

Dentro de la región, Juan visita casas, mansiones, cuchitriles, e incluso tumbas; mientras que en memorias se ve a Pedro en su casa, en el monte, cerca del río, en recámaras y de forma bizarra, hasta en un excusado.

En “Los de abajo” todo ocurre de igual forma en la República Mexicana, excepto que aquí todo acontece en lugares verdaderos, la mayoría en el norte del país. Comienza en Juchipila para bajar al centro a Zacatecas, subir por varios pueblos hasta llegar a Aguascalientes y regresar de nueva cuenta a Juchipila. Al principio el movimiento entre espacios es sutil, hasta un poco lento, pero en las dos últimas partes se acelera para indicarnos dinamismo en el paso del tiempo dentro de la historia.

Acciones Comunes

En las dos obras vemos como los personajes principales van descubriendo su destino con el paso del tiempo: en “Pedro Páramo” ocurre de una manera más mística y espiritual cuando los personajes se enfrascan en su búsqueda y descubren que la respuesta siempre estuvo ahí, pero ellos nunca la quisieron ver; en “Los de abajo” lo encuentran físicamente peleando, discutiendo y viajando por varias regiones que saquean los guerrilleros.

Mientras que en una un joven viaja en busca de su padre y de su verdad, las cuales encuentra frente a sus ojos un poco tarde y decide permanecer como alma en la tierra; en otra un señor padre de familia viaja y pelea en busca al principio de venganza, pero al final pierde el rumbo y entre el poder, el reconocimiento y el dinero su mira se nubla y lo lleva a su propio fin.

Ambas contienen el abuso a las mujeres y su represión, sumisión y obediencia traída por los hombres. En “Pedro Páramo” vemos la figura de Susana, una joven que pierde a su padre y es obligada a vivir con un señor que le es indiferente por el simple hecho de que él la deseaba. Lateralmente vemos a una Camila traicionada por su querido que es usada como emblema y que al final decide que es mejor atarse al pez gordo que seguir su triste vida de campesina.

Elementos comunes

Las obras de autores mexicanos de inicios a mediados del siglo XX tienen un valor cultural rico por su contenido en historias y costumbres. Juan nos lleva a ver desde la mira de un joven desubicado la cultura indígena mexicana en la que los espíritus son fichas de un juego llamado vida. Se nos presenta la realidad de los pueblos recónditos en los que muchas veces lo que los habitantes ven como labor diaria, nosotros con una visión totalmente ajena lo vemos como rituales y ficciones. Vemos por medio de un hijo que busca a su padre las historias de la gente, la influencia del dinero en el poder de la época y también la parte oscura que nos oculta las trampas y trucos de los hombres sin convicción. Más al norte, Demetrio nos narra su vida y obra en la Revolución Mexicana y aunque parece que muchas veces el relato gira únicamente en torno al personaje, también existe un contexto que pone los ladrillos verídicos en todo esto, haciendo una novela más creíble, más realista y nos otorga un carácter biográfico a las vidas que se agitan dentro y fuera del relato principal.

Los hilos principales de las narrativas en nuestros textos se ven deshilados en redes y en diferentes mantas que tejen a su vez nuevas historias que una vez fueron el núcleo de la historia madre. En la novela de Azuela esto no es muy claro ya que a lo largo del relato se mantiene a Macías como el personaje principal. Pero Cervantes se une a la historia y se desprende de ella después haciéndose un propio entramado que desemboca en un personaje totalmente independiente al final de la aventura. Padre e hijo son los que por medio de un escritor, desarrollan sus propios escenarios. Juan Preciado se muestra como personaje principal durante aproximadamente la mitad del relato, pero una vez que su historia llega al clímax y el personaje llega a su meta, las memorias de su padre Pedro se comienzan a unir de varios narradores hasta llegar a ser otra historia que se crea su propia cuna para crecer y madurar ahí, dejándonos casi todo el desenlace del libro olvidados de Juan y únicamente interesados por las andanzas de Páramo; siempre manteniendo una hebra de seda que no deja que ambas historias de desplacen con absoluta libertad.

La presencia femenina se presenta en ambos como catalizadores de reacciones; haciendo de los más incompetentes y tranquilos peones, hombres de guerra y moviendo a través de mapas mentales a un joven que se pierde en el contexto: siempre jugando con las acciones de los hombres. Un claro ejemplo es la esposa de Macías quien lo obliga a atacar a los federales después del ataque, y en la misma novela una Camila celosa que no permite por capricho que un padre y esposo visite a sus seres queridos, atándolo a una responsabilidad que no tiene por medio de juegos mentales. En nuestro otro universo tenemos a varias mujeres del pueblo de Comala que aunque catalogadas muchas veces como “chismosas víboras”, son las que reúnen todas las piezas de un rompecabezas llamado Pedro Páramo y que una vez hecho esto se revelan como las protagonistas de esas mismas historias y como las causantes de problemas, enfrentamientos, muertes y suicidios. Aunque claro, nunca olvidando que siempre en equipo como Dolores y Eduviges, pero al menor signo de sublevación, atacan como alacranes y matan como La Pintada apuñalando a una Camila “aparentemente” inocente.

Como último elemento común cabe destacar el más obvio de ellos. La fusión de tiempos y sentimientos que se da al final de uno con el principio del otro. Cuando se comienza a relatar de forma profunda la historia de Pedro Páramo, se habla de su relación con unos guerrilleros que venían por la revolución a robar a dinero de ricos para apoyar sus campañas. Es ahí donde vemos como se funde la otra historia en el momento en que presenciamos como los guerrilleros de Macías saquean poblados y Cervantes busca joyas y mejores bienes. Es en esos dos momentos ajenos en los que un acontecimiento mayor, la Revolución, se encarga de cruzar los caminos y casi hacer que los personajes convivan a pesar de ser tan distantes y tan poco parecidos. Es ahí donde lo “mágico” del realismo de la primera obra se retira para quedar como el crudo realismo plasmado en “Los de abajo”. Y vemos el mismo sentimiento encontrado en ambos grupos guerrilleros de forma clarísima: la incertidumbre por no saber de qué lado se está y a quién se esta apoyando, cuando no se sabe más que se hace pero se sigue haciendo perpetuamente: “El Tilcuate siguió viniendo: —Ahora somos carrancistas. —Está bien. —Andamos con mi general Obregón. —Está bien.” Lo anterior revelándonos que más que buscar una meta común, buscaban algo que hacer, algo en lo que pasar el rato sin tener que preocuparse por el futuro.

Conclusión

Cada libro es especial a su propio estilo. Por un lado “Pedro Páramo” nos enseña la faceta calmada de la sociedad con sus crímenes ocultos pero siempre con sus costumbres y creencias, sin dejarse vencer por el futuro, por el presente, por el pasado, por la vida e incluso desafiando a la muerte. Rulfo tiene una forma de narrar que lleva a nuestros sentido por un viaje en el que existe un momento que esa misma sensación de los personajes de estar desubicados y de incertidumbre, nos la contagia y nos pierde en las historias haciéndonos creer que cada página es un libro nuevo y que en realidad nada esta relacionado. Poco a poco une los relatos hasta llegar al punto en que la coherencia regresa, nos toma presos y nos empuja hacia el desenlace como echándonos un cubetazo de realidad de pronto, olvidando la fantasía que aparentaba estar presente. Rulfo crea uniones entre personajes de modo que al final de leerlo nos damos cuenta de que todos están relacionados de una u otra forma y que ya sea por conveniencia o por desinterés las relaciones se mantienen y traspasan los límites mortales para continuar en otras dimensiones.

Del lado de Azuela tenemos un México más crudo, más real y más sangriento en el que no había espacio para pensar en otra cosa que no fuera la guerra, y la magia junto con las tradiciones pasaban a segundo plano siendo relegadas por el realismo puro que únicamente enseñaba lo que pasaba en el momento incorporándole un toque de subjetividad al incluyendo los pensamientos y emociones de los personajes, así como su sentir y la misma sensación de incertidumbre de no saber a quién apoyaban o qué era lo que reclamaban. Por su contenido histórico, Azuela nos acerca a la realidad y nos pone frente a ella para afrontarla como fue y atestiguar que más de un hombre se sintió ajeno al conflicto aun estando en el ojo de la contienda.

Los dos son distintos y a la vez parecidos, pero ya queda dentro de las preferencias personales la inclinación por una realidad más “real” o una realidad más “mágica” pero ante todo teniendo una apertura hacia los estilos de escritura y recursos literarios, que aunque a veces parecen hechos para complicar más la labor del lector, al final dejan una sensación de haber podido sobrevivir al bosque de ideas y seguir ileso con la historia ya como parte de nosotros mismos.

Bibliografía:

  • Rulfo, Juan. Pedro Páramo. México: Fondo de Cultura Económica, 1990.

  • Azuela, Mariano. Los de abajo. México: Ed. Aguilar, 1981.

Rulfo, Juan. Pedro Páramo. México: Fondo de Cultura Económica, 1990. p.63.

Azuela, Mariano. Los de abajo. México: Ed. Aguilar, 1981. p.89.

Azuela, Mariano. Los de abajo. México: Ed. Aguilar, 1981. p.72.

Rulfo, Juan. Pedro Páramo. México: Fondo de Cultura Económica, 1990. p.150.




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Enviado por:Negativekid
Idioma: castellano
País: México

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