Educación y Pedagogía
Pedagogía Correctiva
Pedagogía Correctiva.
4. INTERVENCIÓN TEMPRANA.
1. Introducción :La etapa infantil es la más vulnerable a condiciones ambientales y la más dependiente, pero para tratar un problema infantil hay que abordar a la familia y otras condiciones socioambientales .
2. Evaluación e intervención temprana:
2.1. Evaluación: engloba distintas actividades en diferentes momentos, existiendo solapamientos entre ellos. Es conveniente una detección lo más rápida posible, porque cuanto antes se intervenga hay mayor probabilidad de éxito. Es necesario un modelo de toma de decisiones donde se especifiquen distintos tipo de programas y servicios a los que se puede derivar un niño en función del riesgo o discapacidad y que incluye a diversos ámbitos (hospitalarios, comunitarios, educativos, rehabilitadores,..). Una vez detectado el problema, se pone en marcha el programa de intervención que actúe sobre el niño, sobre la familia y otros aspectos sociales.
Fases de la evaluación, objetivos, agentes y algunos instrumentos:
1) detección: alertar acerca de los niños que pueden tener necesidades especiales. Guarderías, preescolares, pediatras,... Medios de difusión, folletos educativos, información en general.
2 ) screening: detectar posibles desviaciones en el desarrollo y que necesitan una evaluación. Equipos multidisciplinares. Pruebas colectivas y fáciles de utilizar por personal no especializado.
3) diagnóstico del niño: determinar si existe una patología, la profundidad, su naturaleza y en qué grado y prescribir el tratamiento o tipo de servicios de intervención. Especialistas de diversas disciplinas (psicólogos, pediatras, foniatras ). Instrumentos válidos y fiables: escalas de desarrollo, escalas ordinales, tests de inteligencia, pruebas de lenguaje.
4) evaluación de la familia: determinar las necesidades, puntos fuertes y puntos débiles para establecer un plan de intervención. Psicólogo, orientador, asistente social. Evaluación de contextos, escalas de interacción, estilo familiar, bienestar individual.
5) evaluación educativa: identificar el nivel de rendimiento del niño en cada área evolutiva a partir del currículum, para establecer un plan individual de intervención. Maestros, padres. Guía Portage, Koontz, EP1.
6) evaluación de la ejecución: el comprobar de forma constante los avances y logros (planificar procedimientos de recogida de datos; periodicidad de recogida; análisis de los datos; decisión hacia objetivos más altos o no). Padres, maestros, profesionales de atención directa. Sistemas de registro del progreso.
7) evaluación del programa: evaluar la calidad y eficacia de todo el programa y su grado de impacto en el desarrollo de los niños. Todos los agentes del programa. Todos los instrumentos utilizados en el programa, diseños de investigación, opiniones.
2.2. Intervención: hay programas diseñados para ser utilizados, que recogen las habilidades que deben ser adquiridas en cada una de las áreas de desarrollo, actividades, materiales, etcétera. Es conveniente que haya un programa de intervención sobre el ambiente familiar. Veamos las orientaciones teóricas que sustentan estos programas:
a) orientación maduracionista: a medida que el niño va madurando, su sistema nervioso central tiene mayores niveles de competencia. Parten de datos normativos en cada una de las edades, aunque no está claro que determinados problemas evoluciónen de igual forma en niños distintos. Limitaciones: no suelen tener en cuenta las peculiaridades individuales y los aprendizajes son un objetivo en sí mismos, sin tener en cuenta su funcionalidad;
b) orientación conductual: el desarrollo es un proceso de conductas que se aprenden mediante reforzadores. Se mide el desarrollo mediante observación directa de la conducta, haciendo referencia al criterio, comparando al niño con él mismo en momentos anteriores. Los programas se basan en una secuenciación de aprendizajes cada vez más complejos, siendo claves programas de reforzamiento, de refuerzo. Limitaciones: descontextualización de los aprendizajes, ignorando aspectos afectivos;
c) orientación centrada en el proceso, cognitiva: se centran en la forma que el niño adquiere, almacena y utiliza la información. Se mide el desarrollo por el tipo de operaciones intelectuales que utiliza en la resolución de problemas, siendo cada vez más sofisticados. Es una perspectiva del desarrollo desde el punto de vista de Piaget. Han influido en curriculums y en sistemas de evaluación. Limitaciones: son de dudosa utilidad para niños con graves trastornos en el desarrollo;
d) orientación ecológica: se tiene en cuenta el comportamiento del niño en relación con el ambiente de desarrollo. El niño se va diferenciando en interacción con el ambiente. Bronfenbrenner enfatiza las interacciones entre el niño y los estímulos externos (hogar y escuela). Ha ampliado el campo de actuación de la intervención temprana dándole relevancia a la interacción ambiental y a la interacción familiar, aspectos que tienen mucha influencia en los patrones de interacción de los padres con sus hijos.
3. Intervención temprana y familia: La nueva concepción de la intervención temprana considera a los padres mediadores de la intervención y destinatarios de la misma, considerando procedimientos como la intervención en crisis, enfoques ecológicos y modelos de apoyo social. Hay muchas ventajas en la implicación de los padres: La intervención se produce antes de que aparezcan dificultades graves; son intervenciones individualizadas; se puede ajustar el programa al ritmo del progreso; se aumenta la generalización y mantenimiento de aprendizajes; los aprendizajes se realizan en un contexto natural; hay un permanente y constante acceso al comportamiento del niño; pueden reforzar comportamientos adecuados. El procedimiento más habitual son las visitas a domicilio, que tiene en las siguientes ventajas: participación; observación de interacciones en el entorno natural; observación de rutinas de atención al niño; adaptación de las actividades; valorar el entorno físico; es más económico; disminuye la probabilidad de abandono del programa. Hay distintos puntos de vista dependiendo de la perspectiva filosófica; así Marfo y Kysela señalan tres modelos:
1) modelo centrado en entrenamiento a los padres: a partir del currículum y poniendo énfasis en el desarrollo del niño y los padres como educadores o terapéutas; la motivación de los padres es un objetivo para la participación en el programa;
2) modelo terapéutico: centrado en los padres, prestándoles apoyo, orientación y consejo para hacer frente a los sentimientos y al estrés;
3) modelo basado en la interacción padres-niño: fomentar la relación entre padres e hijos interviniendo sobre ambos.
El modelo que defiende la no participación de los padres más allá de su rol de padres, ignora que el ser padre tiene aspectos vitales no comunes con otros padres y que la interacción no está sujeta a los mismos patrones. El rol de los padres es más importante en programas que se llevan a cabo en el hogar. Cada vez se pone más énfasis en la individualización y flexibilización, partiendo de las características de los padres: dependiendo de la capacidad y disposición de los padres se formula la participación. Las reacciones de los padres son muy diversas:
1. Padres que se sienten muy presionados, porque piensan que el desarrollo de su hijo depende de su labor;
2. Padres con comportamientos de escape;
3. Padres con comportamiento de búsqueda obsesiva de profesionales;
4. Padres muy satisfechos de colaborar y con sentimientos positivos de su utilidad;
5. Padres que pueden tener sentimientos de inutilidad y desorientación, cuando el niño pasa a la escolaridad normalizada y no se le pide tanta colaboración.
Hay tres aspectos dentro del nuevo enfoque que hay que considerar :
3.1. Atención a las necesidades del niño y de su familia : hay evidencias de que la mejora en el bienestar de los padres repercute directamente en el bienestar y desarrollo del niño, por lo que los programas que no tengan en cuenta esta dimensión fracasarán. Hay que tener en cuenta un plan intervención que recoja todas las actuaciones que deben realizarse desde otras instituciones o servicios, esto implica pasar de un modelo centrado en el servicio a un modelo centrado en los recursos y que tiene algunas consecuencias:
a) debe haber un responsable profesional que unifique todas las intervenciones y que sea la única persona de referencia para la familia;
b) ir hacia un modelo transdisciplinar en el que un único profesional actúe como interlocutor y ejecutor del programa trabajando operativamente con los profesionales de otras disciplinas, los cuales le proporcionarán instrucciones adecuadas. Esto requiere un alto grado de confianza y unas habilidades y actitudes cooperativas;
c) requiere la coordinación de todas las instituciones (salud, servicios sociales, educación), por lo que es necesario el desarrollo de mecanismos formales e informales de coordinación;
d) la formación de los profesionales debe incorporar habilidades sociales y de trabajo en equipo.
Para atender al funcionamiento de la familia, intervenir en situaciones crisis, han surgido algunos modelos, siendo uno de los más importantes el "Parent empowerment" de Dunst que se centra en cuatro principios:
1) La intervención ha de centrarse en necesidades, aspiraciones y prioridades de la familia.
2) utilizar los propios valores y capacidades del estilo de funcionamiento familiar para promover la habilidad de movilizar recursos.
3) enfatizar y fortalecer la red social, promoviendo la utilización de fuentes potenciales de apoyo.
4) aumentar la habilidad para ser autosuficientes (las familias).
3.2. Atención a los aspectos cognitivos y emocionales de los miembros de la familia: las reacciones emocionales al tener un niño con discapacidad son muy diferentes, con sucesivas crisis en determinados momentos a lo largo de la vida: cuando nace, cuando se incorporan al sistema escolar, cuando desarrolla problemas comportamiento, cuando es una carga para los padres, cuando es necesario ingresarlo en algún centro y cuando es rechazado por la sociedad. Las crisis se manifiestan a nivel cognitivo, mediante pensamientos relacionados con expectativas distorsionadas, incapacidad de enfrentarse con eficacia a los problemas. Estos pensamientos tienen correlación con los sentimientos que puede ser de estrés, culpabilidad, enfado contra profesionales o enfado contra el propio hijo, baja autoestima, fracaso como padres. La conducta expresa la dinámica emocional y cognitiva, dándose conductas de rechazo, dificultades para la interacción con el hijo, búsqueda obsesiva de diagnósticos, agresión hacia otros, comportamiento de evitación. Hay que tener todo esto en cuenta y prestar apoyo a la familia, proporcionando información y habilidades para enfrentarse competentemente a sus sentimientos y pensamientos. Antes de implicar a una familia en la intervención en necesario conocer los procesos afectivos de la familia. Es muy necesario que se sientan entendidas y comprendidas. La información que se les haga, la manera, el lugar, influyen en su reacción. Algunas recomendaciones (Turnbuull):-hablar con los dos padres;-no predecir lo que va a pasar y transmitir el mensaje de que hay que ir ayudando al niño a madurar a su medida;-explicarles el diagnóstico con claridad a los padres, a los hijos y otros familiares;-dedicar el tiempo necesario en un ambiente de cordialidad;-no tomar actitudes de lástima ni dogmáticas;-alentarles a que pidan la opinión de otros profesionales;-ponerles en contacto con otros padres;-utilizar habilidades de escucha y empatía;-aconsejarles algunas lecturas sencillas;-no culpabilizar a ningún miembro de la pareja. Es necesario un entrenamiento en habilidades para enfrentarse a unas emociones que hace que pierdan el control, dándose situaciones de enfado y de ira: entrenamiento en relajación, técnicas de respiración, autoinstrucciones. Ejemplo de entrenamiento: detectar las situaciones en que se pierde el control; ver los comportamientos están implicados; evaluar las consecuencias; detectar las señales corporales que indican que hay tensión; relacionar comportamientos útiles; aplicar estrategias útiles en cada situación. Diferentes estrategias: a) centradas en el enfrentamiento directo del problema ( autoinstrucciones, función de problemas); b) disminución de las sensaciones no docente ellas paréntesis respiración, ejercicio físico, relajación) hace) emisión de comportamientos de escape (técnicas de estructuras, cambia de escenario); c) estrategias basadas en el apoyo social (hablar con alguien, pedir consejo,)
3.3. Atención a la interacción padre-hijo: con las primeras interacciones se empieza a formar la vinculación afectiva entre padre e hijo, que es básica para su desarrollo social y emocional. Puede haber unas patrones anormales de respuesta en la interacción como son:
a) reacciones emocionales perturbadores del padre, que pueden disminuir la reactividad ante las manifestaciones del niño, inhibir el comportamiento interactivo o distorsionando;
b) limitaciones cognitivo-perceptivas y motrices del niño que puede afectar a los patrones de interacción;
c) las exigencias y dificultades presentes en la atención del niño que pueden generar estrés en la familia.
Por ello hay mucho interés en el diseño de programas para desarrollar una vinculación adecuada y aumentar la sensibilidad y la capacidad de respuesta de los padres. Estos programas pueden en ser directivos (dirigidos al aprendizaje)o no directivos ( dirigidos a la interacción), cada uno con sus ventajas y sus inconvenientes, pero deben ir todos a desarrollar el apego y la sincronía interpersonal, fomentando la relación padre-hijo. De tal manera que los programas de intervención temprana centrados en intervención tendrían como objetivos:
1) que los padres inicien juegos placenteros con sus hijos, para así estar más motivados y disfrutar más su papel de padres;
2) que desarrollen habilidades de observación para ver qué actividades y juegos prefiere y motivan más al niño;
3) aumentar la comunicación para que los intercambios sean más placenteros.
Parece demostrado que los programas basados en procesos interactivos tienen un efecto más importante en el desarrollo social que en los aspectos cognitivos, motrices o lingüísticos. Así la escala " Parent Behavior Progresion" (Bromwich), sirve de guía para evaluar el nivel de los padres y saber la demanda más adecuada a ellos. Tiene seis niveles:1. El padre disfruta.2. El padre observa.3. El padre interacciona satisfactoriamente.4. El padre tiene un conocimiento de materiales y actividades adecuadas.5. El padre inicia nuevas actividades y experiencias de juego a partir de las suyas.6. El padre genera independientemente muchos tipos de actividades y experiencias. Este autor demuestra que los primeros niveles son muy relevantes para: familias de clase social baja y problemáticas; niños no deseados; madres adolescentes; madres ilimitadas intelectualmente; niños prematuros.
Hay algunos programas que incorporan elementos moleculares de la interacción; así el Instituto para estudio de las Discapacidades, ha desarrollado una jerarquía de nueve tipos de conductas de integración para evaluar el nivel de los padres y elaborar un programa de intervención:1. No implicación: apenas hay contacto ocular, e interacción.2. Forzado: ordenes para que el niño ejecute una acción.3. Dominancia: la madre interrumpe actividades para producir modificaciones en el comportamiento.4. Implicación: hay sonrisas y contacto ocular.5. Reconocimiento: responde a las señales del niño.6. Imitación: imita las conductas verbales y motoras.7. Extensión: va introduciendo variaciones.8. Elaboración: comenta las actividades y describe contextos.9. Implicación amplia: realiza actividades y las cambia y mantiene con interacciones largas. La intervención consiste en ir indicando a los padres nuevas actividades para ir realizando, pudiendo observarse en vídeo y adquiriendo así un mayor conocimiento.
Otros programas crea desarrollo de patrones de interacción y de juego adecuados, utilizando la instrucción directa sobre la madre cuando y que actúa con su hijo y proporcionando retroalimentación verbal y visual; está demostrado que la observación de uno mismo puede promover cambios más duraderos. Es conveniente compaginar el desarrollo de patrones de relación afectiva entre madre e hijo y realizar actividades para el desarrollo del niño pero sin interferir.
Conclusiones:1. Flexibilizar los programas para atender el nivel en que se encuentren los padres en cada momento, adaptándose a las circunstancias del niño y la familia y desarrollando un rol de acuerdo con la disponibilidad para la colaboración.2. Es necesario investigar más sobre la repercusión de la implicación paterna. En este sentido, Bennett propone tener en cuenta las características de niño, las características del programa y las metas y resultados a conseguir.
4. Intervención temprana y apoyo social: para una intervención de calidad hay que conocer todo el contexto de interacciones que tienen el niño, teniendo en cuenta que la modificación de la interacción entre el niño y padres implica el abordar los intercambios que se producen en todos los sistemas (individual, familiar y social). El proceso de intervención ha de tener en cuenta toda esa red de interacciones multidireccionales: padres, familia, amigos, vecinos, etcétera. La teoría general de sistemas aplicada al desarrollo demanda así un nuevo tipo de profesionales que trabaje de una forma transdisciplinar, aportando soluciones desde distintas especialidades. También los instrumentos ecológicos y sistémicos toman fuerza para evaluar cuestiones como la satisfacción en el matrimonio, el apoyo social, los recursos familiares, sus necesidades etc. Cuando hay un hijo disminuido puede haber una disminución relevante de apoyo social, y esto según Whaler afecta a la cantidad y calidad de las relaciones madre-hijo. El principal apoyo social es el que recibe de su cónyuge, aunque pueden surgir conflictos y acusaciones de la causa de la minusvalía, pudiendo llegar a problemas graves y separaciones. Los hermanos también se ven afectados dependiendo de su edad, sexo,.. Hay que tener en cuenta la red de apoyo social entendiendo ésta como una multitud de aspectos, personas, relaciones, y sus características estructurales y que van a incidir en los sentimientos y bienestar de los padres. Cualquier persona necesita este apoyo social. Influye en su bienestar, pudiendo sufrir problemas de salud o psicológicos si no lo tienen. Está comprobado que afecta al bienestar de la familia, a los procesos de adaptación, a la satisfacción de su padres, a las aspiraciones, etc, dando lugar a formas de interacción más positivas, lo cual influye en el comportamiento, actitudes y aprendizajes del niño con discapacidad. El apoyo social tienen tres niveles:
A) apoyo intrafamiliar: es de proporcionado dentro de la familia, sobre todo de:1) El padre: casi siempre la madre se hace cargo de las necesidades del niño y los programas están pensados para ella, pero es preciso que el padre se implique más porque esto repercute en el bienestar de la mujer; 2) Los hermanos: pueden hacerse cargo en algunos periodos de tiempo, facilitando la vida de pareja y descargando a los padres; los niños aprenden más de otros niños, por lo que los hermanos pueden ser muy importantes dentro del tratamiento. Existen dos riesgos, uno es el darles una excesiva responsabilidad lo cual no es aconsejable, y otra es mantenerlos al margen, lo que tampoco es adecuado; 3) Los abuelos: suelen ser buenos cuidadores, porque los nietos para ellos, son una satisfacción y pueden dar un importante apoyo emocional a los padres.
B) apoyo informal: todas aquellas interacciones que la familia mantienen con su entorno comunitario como son amigos, compañeros de trabajo, otras familias, redes no profesionales, etcétera. En los últimos años se han desarrollado estos grupos, dando un importante apoyo a los padres con problemas. Uno de las actuaciones es el de " padre a padre ", que son muy eficaces para transmitir información, porque los padres aceptan mejor las orientaciones de otros padres que han pasado por el mismo problema. Mencionamos dos programas de este tipo:
1) " desarrollando redes de apoyo familiar en un programa multidisciplinario para padres con niños con minusvalías " (Association for Retarded Citizens): en forma de curso, proponiéndose: formar en habilidades de colaboración, incorporando activamente a los padres en los programas; enseñar habilidades de interacción; facilitar toda la información necesaria. El curso se desarrollará en cuatro sesiones en las que se les explica los objetivos, se establecen metas, se les enseña a solucionar problemas, diversas formas para alcanzar metas, etc.
2) " proyecto HOPE": que tiene como objetivos: apoyar en los momentos del diagnóstico inicial; facilitar información sobre la minusvalías; acercar los servicios a los padres; prestar ayuda en otros momentos difíciles. Los padres que van a hacer el papel expertos deben tener unos mínimos requisitos como son: aceptación de la discapacidad; tiempo para dedicarlo a los contactos; compromiso de participación; actitud abierta y tolerante; conocimiento de las reacciones ante la minusvalía. Para lograr estos objetivos tienen que: desarrollar un grupo cohesionado; desarrollar sensibilidad y comprensión; habilidades de comunicación eficaz; conocer los recursos; estar familiarizados con distintas minusvalías; etc.
Las familias marginales y problemáticas no suelen participar en este tipo de grupos, por su poca solidaridad y sus problemas de relación y la carencia de habilidades básicas. Para ellas se han utilizado voluntarios que realiza visitas a domicilio y pueden aportar: establecer un clima de confianza; abordar las situaciones problemáticas; enseñar hábitos de crianza, educación y estimulación; dar información a los técnicos para planificar programas; informar del acceso a los recursos.
C) apoyo formal: es el proporcionado por las instituciones como son programas intervención, centros de día, atención profesional, centros de estimulación precoz, etc. Los padres demandan recursos de respiro y descanso, para disponer de algunos días de descanso o cuando no puede atender al niño. Los más utilizados son: a) residencias; b) acogimiento familiar especializado; c) ayuda a domicilio; d) centros de día. Hay otros dispositivos que aunque van dirigidos a atender al niño, cumplen funciones de respiro y descanso, teniendo repercusiones muy positivas porque disminuye el estrés, ayuda a mejorar las relaciones en la familia, permite que el niño permanezca en su casa y mejora la calidad de vida de toda la familia.
MANUEL PEREZ ESCUDERO Estoy a punto de terminar la Licenciatura en Ciencias de la Educación, especialidad de "Orientación escolar" por la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia). Tengo elaborados los temas de todas las asignaturas de 4.
John Swope, Marcela Latorre y Francisca Celedón, del CIDE, en Fe y Alegría. Un sistema eficiente de educación primaria en América Latina nos ofrecen los resultados de un estudio evaluativo de las escuelas de Fe y Alegría (FYA)en nueve países de la región latinoamericana. Queda allí en evidencia que el modelo educativo de FYA, marcado por la participación de los padres, la capacitación de los profesores y un compromiso especial en la tarea educativa, resulta más eficiente en términos de retener a sus alumnos y de calidad de enseñanza que lo habitual en las escuelas primarias públicas de esos países. jswope.pdf
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Enviado por: | Paloma Castillo |
Idioma: | castellano |
País: | España |