Religión y Creencias


Pacem in Terris; Juan XXIII


Indice

Cap.1 Biografía de Juan XXIII 3

Cap.2 Contexto histórico - político de la época 4

  • Crisis de los misiles de Cuba

  • Guerra Fría

  • Proceso de descolonización

  • Liberación de la mujer

Cap.3 Resumen de la Encíclica 5 - 6 - 7

Cap.4 Comentario personal 8

CAPITULO 1: Biografía de Juan XXIII

Nació en Sotto di Monte en 1881, su nombre era Angelo Giuseppe Roncalli. Cursó estudios en su ciudad natal y Roma, ordenándose sacerdote en 1904. Dentro de la curia, fue destinado de nuevo a Bérgamo como secretario del obispo Giacomo Radini-Tedeschi, ejerciendo además como profesor de historia eclesiástica en el seminario diocesano. Fue también sargento médico y capellán durante la I Guerra Mundial, pasando en 1921 a trabajar en la Sociedad para la Propagación de la Fe, que ayudó a reorganizar. Su carrera ascendente dentro de la Iglesia le llevó a ser designado embajador del Papa en Bulgaria, siendo más tarde destinado como delegado apostólico en Turquía y Grecia. Presente en la Hungría ocupada por los nazis durante la II Guerra Mundial, ayudó a la evacuación de la población judía perseguida. Antes de acabar la Guerra, en 1944, fue nombrado Nuncio de Pío XII en Francia. En 1953 figura como cardenal y arzobispo de Venecia, lo que le coloca en una situación inmejorable de cara a la sucesión de Pío XII. Efectivamente, sucede a éste tras su fallecimiento en 1958, cuando Juan XXIII cuenta 77 años de edad. Desde su puesto, observa con preocupación el distanciamiento surgido entre la Iglesia católica y buena parte de la sociedad, surgido del mantenimiento de una ortodoxia católica apenas renovada con el transcurso de los años. Además, la influencia del racionalismo, el positivismo y las ideologías de izquierdas ha cuestionado la validez del mensaje religioso, que es percibido como lejano y propio de épocas pasadas.

Piensa el papel de la Iglesia como institución necesita de una nueva reformulación, más acorde con una sociedad que ha sufrido una rápida evolución. Así, Juan XXIII promueve la realización de un Concilio Ecuménico que, con el nombre de Vaticano II, tendrá en el "aggionamiento" una de sus divisas. Son varias las labores que el Concilio aborda, como la modernización de la enseñanza, la reorganización de la Iglesia, la promoción del ecumenismo y el acercamiento a los creyentes mediante un ritual menos rígido y más moderno. Sin embargo, el propio Papa falleció durante la celebración del Conflicto, a pesar de lo cual aun tuvo tiempo de intervenir en algunas sesiones, siempre en apoyo de la reforma. Su sucesor, Pablo VI, pudo continuar la labor emprendida, dando como resultado una Iglesia y una religión de mayor contenido social y modernizada. Aparte de mediante el Concilio, dio a conocer su pensamiento mediante la elaboración de siete encíclicas, que mostraron su preocupación por la incardinación del individuo en la sociedad como partícipe de las instituciones (Mater et magistra, 1961) y por las relaciones internacionales, que habrían estar basadas en los principios de la paz, la solidaridad y la justicia (Pacem in terris, 1963). Otro de sus postulados fue abogar por la participación de la Iglesia en las cuestiones y conflictos que afectan a la Humanidad, superando el alejamiento y la falta de protagonismo que fue característico de periodos anteriores. En este sentido, facilitó el diálogo con otras confesiones, para lo que creó el Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y promovió los contactos con ortodoxos, judíos y protestantes. Hombre de vasta cultura, escribió un estudio sobre San Carlos Borromeo que le ocupó cinco volúmenes. Muy querido, muere en el Vaticano en 1963, tras ella se publicaron sus diarios, con los títulos de Diario de un alma (1965) y Cartas a su familia (1969).

CAPITULO 2: Contexto histórico-político.

Los años sesenta fueron una época de crucial importancia en la Historia del mundo, que han tenido una influencia larga y profunda en su evolución. Fue una transformación y permeabilización de la sociedad que la cambió de forma sustancial en sus comportamientos en un plazo corto de tiempo.

El mundo estaba dividido entre el capitalismo y el comunismo y esto hacia entre otras cosas que el hombre estuviera lleno de odio y de fanatismo a los ideales que aparecieron.

En todo el mundo se sintió a comienzos de los sesenta una especie de nueva capacidad de enfrentarse con la realidad derivada de la ruptura con el inmediato pasado.

En los primeros cinco años de este período, el régimen implantado en Cuba por Fidel Castro y el Che Guevara, orientó la política de su país hacia la URSS y pasó a ser un incondicional aliado en el detrimento de los intereses de EEUU. Así en 1962 se produjo la famosa “Guerra de los misíles” que llevo a la humanidad a estar muy cerca de la 3ra Guerra Mundial, pero que se pudo evitar gracias a la voluntad de los presidentes Kennedy y Jrushov.

El mundo vivió la llamada Guerra Fría, en la cual las naciones se dividieron en dos bloques liderados por la OTAN (1949) y el Pacto de Varsovia (1955) que, no estando dispuestos a enfrentarse en una guerra nuclear, dirimieron sus intereses en los países periféricos. Hasta la caída del Muro de Berlín (1989), las guerras revolucionarias y de descolonización fueron una constante.

En la actualidad se considera que Europa ha superado la Guerra Fría. Se vive un período de distensión internacional en el interior del continente y de coexistencia pacífica en el resto del mundo.

También durante este decenio se produjo la Guerra de Vietnam cuyas consecuencias se sienten actualmente.

Con respecto a la descolonización, obtienen su independencia muchos países de África y algunas islas:

-En 1960 Benín, Camerún, Togo, Madagascar, La República Democrática del Congo, Somalia, Níger, Burkina Faso, Costa de Marfil, Chad, La República Centroafricana, el Congo, Gabón, Mali, Nigeria y Mauritania.

- En 1962 Samoa, Burundi, Ruanda, Argelia, Uganda y Jamaica.

- En 1963 Kenia

- En 1965 Gambia

- En 1966 Botswana, Barbados y Lesoto.

También aparecen grupos feministas que se dan cuenta de que la sola igualdad jurídica es una estafa, y que sufren una situación de explotación económica, legal y sexual. Las mujeres son la minoría oprimida dentro de las minorías. No se trata de la lucha de las mujeres por la igualdad, sino de un compromiso de la sociedad por destruir las barreras de la opresión social.

La situación de la mujer en el Tercer Mundo es aún más penosa, puesto que además de estar atrapada en una sociedad machista, es pobre.

CAPITULO 3: Resumen de la Encíclica

La encíclica viene a ser una síntesis de la doctrina católica sobre la dignidad y los derechos de la persona y sobre la moral política, tanto dentro de los estados, como en las relaciones internacionales.

Primera Parte

En la Encíclica, el Papa Juan XXIII, hace referencia a los derechos humanos, considerando básicamente que todo ser humano es ante todo una PERSONA, es decir un ser dotado de inteligencia y libertad y por esta misma razón, tiene derechos y deberes que al ser universales e inviolables, son absolutamente inalienables.

Así pues, desglosando los derechos analizados por él y relacionándolos con la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”(DUDH), tenemos lo siguiente:

DERECHO A LA EXISTENCIA Y A UN NIVEL DE VIDA DIGNO. Juan XXIII, habla en este punto de los derechos que tienen los seres humanos a la existencia, a la integridad física y a los medios que necesita un individuo para alcanzar un nivel de vida digno. A esto se refieren los artículos 3, 4 y 25(*).

DERECHOS REFERENTES A LOS VALORES MORALES Y CULTURALES. Se refiere a que todo ser humano tiene el derecho natural a ser respetado como persona, a la buena reputación, a la libertad para buscar la verdad, para defender sus ideas, para cultivar cualquier arte y para estar informado de todo lo que sucede, siempre dentro de los límites de lo que es moral y del bien común. También afirma que el ser humano tiene derecho a la enseñanza y desarrollarse profesionalmente, ocupado cada vez puestos de mayor jerarquía de acuerdo a los méritos alcanzados, a sus aptitudes y capacidades, las cuales deberán ser reconocidas. En la DUDH, esto se plantea en los Artículos 19, 26 y 27(*).

DERECHO A HONRAR A DIOS. Tal y como se ha dicho, toda persona tiene el derecho a honrar a Dios, según lo dicte su recta conciencia y profesar su religión tanto pública como privadamente. En la DUDH, este derecho se manifiesta en el Art. 18(*).

DERECHO A LA ELECCION DEL PROPIO ESTADO. En la encíclica, este punto abarca varios aspectos. Por una parte se habla de la libertad que tiene una persona a elegir su propio estado, refiriéndose a estado civil, pero solo plantea dos opciones: formar una familia con paridad de derechos y de deberes entre hombres y mujeres o seguir la vocación sacerdotal o vida religiosa. Habla sobre la familia como núcleo primario y natural de la sociedad, lo cual se manifiesta en el Art. 16 de la DUDH (*).

Por otro lado, el Papa Juan XXIII, expresa que las personas tienen derecho no solo a la libre iniciativa en el campo económico, sino al trabajo y a la retribución del mismo con criterios de justicia y equidad (Art. 23)(*).

Adicionalmente en la DUDH existen otros artículos que de una u otra forma complementan este punto de la Encíclica ya que ponen en evidencia la dignidad de la persona humana, el respeto a sus necesidades y valores, así como la obligación que tienen los padres por velar que sus hijos tengan un mínimo de necesidades cubiertas que le permitan vivir dignamente (Art. 24, 25, 26)(*)

DERECHO DE ASOCIACIÓN. El Papa dice que de la intrínseca sociabilidad de los seres humanos, se desprende este derecho de reunión o asociación. Derecho a libertad para crear dentro de estas asociaciones, la estructura que se juzgue conveniente para alcanzar los objetivos deseados, con responsabilidad y libre movilidad dentro de ellas. Este derecho, se indica en el Art. 20 (*)

DERECHO DE EMIGRACION E INMIGRACIÓN. Todo hombre tiene derecho a la libertad de movimiento y residencia dentro de la Comunidad política de la que es ciudadano y también tiene derecho a emigrar y a establecerse en otras comunidades políticas cuando sea necesario (Artículo 13)(*).

DERECHOS POLÍTICOS. Provienen de la dignidad de la persona. Uno de ellos consiste en tomar parte activa en la vida pública y contribuir a la consecución del bien común. Éste está reflejado en el Artículo 21 de la DUDH(*).

Por otra parte, dentro de los derechos políticos que se mencionan en la encíclica, encontramos que el derecho fundamental de la persona humana es también la defensa jurídica de sus propios derechos: defensa eficaz, imparcial y regida por los principios objetivos de la justicia. Este derecho lo encontramos concretamente en los artículos 10 y 11 de la DUDH(*)

Con relación a los deberes a los cuales hace referencia la Encíclica, tenemos:

INSEPARABLE CORRELACIÓN ENTRE DERECHOS Y DEBERES. Lo que implica que cada derecho tiene unido de forma inseparable un deber qué cumplir, por ejemplo el derecho de todo hombre a la existencia, está relacionado al deber de conservar la vida.

RECIPROCIDAD DE DERECHOS Y DEBERES ENTRE PERSONAS DISTINTAS. Es el deber de respetar los derechos ajenos. En la sociedad humana, a un determinado derecho natural de cada hombre le corresponde el deber de reconocerlo y respetarlo.

MUTUA COLABORACIÓN. El deber de colaborar con los demás. Explica que al ser los hombres de naturaleza sociable, deben convivir unos con otros de la mejor forma posible y procurar cada uno el bien de los demás.

ACTITUD D RESPONSABILIDAD. El hombre debe actuar con responsabilidad. Dice que la dignidad del ser humano requiere que pueda actuar por libre iniciativa y libremente, lo que implica que al vivir en una sociedad debe respetar los derechos de los demás, cumplir sus obligaciones y luchar por el bien común por propia iniciativa y conciencia, con convencimiento y responsabilidad sin que exista coacción o movido por la presión de las mayorías.

CONVIVENCIA EN LA VERDAD, LA JUSTICIA, EL AMOR, LA LIBERTAD. Dice que la convivencia de los seres humanos será fructífera y digna siempre que esté fundamentada en la verdad. Debe respetar los derechos de los ciudadanos y deben cumplirse las respectivas obligaciones que unidos por el amor, puedan sentir como propias las necesidades ajenas y hagan a los demás partícipes de los bienes propios. La convivencia debe realizarse en libertad, como una realidad espiritual donde se tengan presente los valores espirituales de cada uno.

FUNDAMENTO OBJETIVO DEL ORDEN MORAL. Este fundamento es el verdadero Dos, personal y trascendente. Dice la encíclica que debe ser el guía para una convivencia ordenada y fecunda que se corresponda con la dignidad de las personas humanas.

SIGNOS DE LOS TIEMPOS. Destaca Juan XXIII que existen tres signos importantes de la época moderna. Estos son: el avance obtenido por la clase trabajadora al exigir cada vez más el ser tratados como personas en todos los sectores de la sociedad(libres y dignos), el ingreso de la mujer en la vida pública, especialmente en los pueblos que profesan la fe cristiana, exigiendo ser considerada como persona y no como instrumento y exigiendo paridad en sus derechos y deberes con el hombre, tanto en el ámbito de la vida doméstica como en el de la vida pública. El tercer signo lo constituye la familia humana cuya configuración social y política se ha transformado en los últimos tiempos. Todos los pueblos quieren ser libres y si ya no lo son, luchan por serlo. No quieren estar atados a doctrinas que los colocan en situación de inferioridad ni a razones políticas o raciales que los discriminan. Se dan cuenta de que todos los hombres son iguales y por esta razón exigen el respeto a sus derechos.

Segunda Parte

La segunda parte (RELACIÓNES ENTRE LOS HOMBRES Y LOS PODERES PÚBLICOS), nos dice que no puede existir una convivencia ordenada sin que haya una autoridad. Ésta debe mandar según la razón, y está postulada por el orden moral y deriva de Dios. Esto no quiere decir que los hombres no tengan libertad de elegir las personas que gobernaran así como determinar las formas de gobierno y los métodos según los cuales se ha de ejercitar. En esta parte se desarrolla el tema actual de las relaciones políticas dentro de los estados. Se trata de buscar el bien común para todas las personas dando apertura a fórmulas democráticas de organización del estado, pero siempre dentro del orden moral querido por Dios.

Tercera Parte

La tercera parte, de importancia capital, aborda las relaciones internacionales. Postula clara y decididamente la necesidad de una autoridad política mundial, sobre la base de la igualdad entre los estados soberanos. Sostiene con fundamento que las relaciones internacionales deben regirse por la verdad, la justicia, la libertad y el amor. En esta parte se abordan también algunas cuestiones de gran actualidad internacional: minorías étnicas, exiliados políticos, carrera de armamentos y desarme.


La posición de la encíclica -luego confirmada por el Concilio Vaticano II y actualizada por los papas de la primera mitad del siglo XX- es que la guerra ha dejado de ser un medio apto para resolver las violaciones del derecho en el ámbito internacional y de los conflictos que pueden surgir entre pueblos y naciones. Propugna asimismo un desarme simultáneo y arbitrado, con medidas de control mutuas y eficaces. Y por supuesto considera ilícito el uso del armamento atómico.

Cuarta Parte

Esta parte trata con sentido positivo del ordenamiento de las relaciones internacionales, sobre la base del reconocimiento de la interdependencia real entre los pueblos, reiterando la exigencia de una autoridad mundial, mediante un acuerdo entre los estados en pie de igualdad, que funcione con arreglo al principio de subsidiaridad, el cual exige el respeto de la competencia propia de la autoridad de cada estado. En esta parte se hace una expresiva alusión a la ONU y a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.

Quinta Parte

Trata de las normas que deben guiar la acción temporal de los católicos. Tiene un carácter marcadamente pastoral, de una apertura que preludia la actitud del Vaticano II, no sólo hacia los fieles de otras iglesias cristianas, sino también hacia todos los hombres de buena voluntad, colaborando en las acciones buenas o que puedan llevar al bien, con recto sentido de la moral natural. Indica la necesidad de distinguir entre el error y la persona que yerra, que no pierde en ningún caso su dignidad. Expone también una distinción lúcida, con experiencia de la historia, entre teorías filosóficas falsas sobre la naturaleza, origen y fin del hombre y las corrientes o movimientos de carácter económico, social, cultural o político inspirados en dichos idearios, que pueden evolucionar a lo largo de la historia. De esto puede deducirse que la postura de los católicos ante las ideologías puede ser distinta de la que adopten ante los movimientos que inicialmente se inspiran en ellas, pero que en el curso de la historia han ido modificando parcialmente sus posiciones.



CAPITULO 4: Comentario personal

La encíclica en mi opinión trata de resaltar todos los derechos humanos así como los deberes destacando la importancia que tiene el considerar al ser humano como una persona digna capaz de convivir en la sociedad respetando los derechos de los demás cumpliendo con los deberes que le proporcionen a él y a los demás un mejor nivel de vida

También toma en cuenta las relaciones del individuo con el estado y menciona cómo este último debe valorar su dignidad humana.

Una de las cosas que más me llamó la atención es que está dirigida “a todas las personas de buena voluntad” sin necesidad de que sean cristianos, se refiere a todas las personas sin distinción de raza, credo o situación económica.

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Enviado por:BeItA
Idioma: castellano
País: España

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