Lengua Española


Oración simple y compuesta


LA ORACIÓN SIMPLE Y LA ORACIÓN COMPUESTA

1. LA ORACIÓN SIMPLE.

Tradicionalmente se ha considerado que toda oración podía ser dividida en sujeto y predicado, pero esto no siempre es así. Sólo hay que pensar que algunas oraciones, como las impersonales (hace frío, llueve, hay entradas), no pueden llevar sujetos y sin embargo siguen siendo oraciones. El elemento que diferencia a la oración de otros conceptos próximos a ella es la presencia de un verbo en forma personal. Por tanto, el núcleo del predicado es el elemento más importante y definitorio de toda oración.

Puede ocurrir que en un enunciado con sentido completo el verbo no aparezca en forma personal. Observa los siguientes ejemplos:

¡Cuidado con el perro! / ¡No hablar con el conductor! / ¡Silencio, por favor!

En estos casos estamos ante frases, y no oraciones, porque el verbo no aparece en forma personal o simplemente se ha suprimido.

La oración es, por tanto, un segmento del discurso que se organiza en torno a un verbo (que se conjuga) y que puede tener autonomía sintáctica, semántica y entonativa con respecto a otras oraciones.

2. LA ORACIÓN COMPUESTA.

Es la oración integrada por dos o más proposiciones que se encuentran en el mismo nivel sintáctico, de manera que no hay relación de dependencia entre ellas. La oración compuesta puede formarse por yuxtaposición o por coordinación de dos o más proposiciones.

Entre las oraciones compuestas por yuxtaposición se establece una relación asindética, es decir, sin conjunciones. Por tanto, no hay nexos que funcionen como conectores o enlaces entre las diferentes proposiciones:

María estudia en la Universidad; Pedro trabaja en casa. / Llegó, vio, venció.

Generalmente, cuando se unen varias proposiciones por yuxtaposición, la última de ellas lo hace por coordinación:

Luis sale a la calle, María llama por teléfono y Roberto toca la guitarra.

Las oraciones compuestas por coordinación constituyen la suma de dos proposiciones que tienen el mismo protagonismo sintáctico. Esta unión se produce a través de una conjunción conectora. El significado de la conjunción marca el sentido de las proposiciones. Se pueden señalar tres clases de oraciones coordinadas: copulativas, disyuntivas y adversativas.

2.1. Oraciones coordinadas copulativas.

La conjunción que las introduce es y (e cuando la oración siguiente comienza por la misma vocal) y ni para su forma negativa. La conjunción y tiene un valor aditivo, de suma:

Pedro baila y disfruta en la Feria de Abril.

Juan no canta ni toca las palmas en la romería del Rocío.

Si el grupo oracional copulativo tiene más de dos proposiciones, la conjunción aparece al final:

Ella salió a la calle, tomó el autobús y fue a la Facultad.

Generalmente el orden de las proposiciones es libre, salvo que una de ellas se plantee como una consecuencia:

Juan Luis ha bebido demasiada manzanilla y se ha emborrachado.

En las oraciones copulativas (y en todas las coordinadas) el sujeto aparece en la primera oración:

Luis estudia en la Universidad y trabaja los fines de semana.

Porque de lo contrario puede significar cosas muy diferentes:

Estudia en la Universidad y Luis trabaja los fines de semana.

En este segundo ejemplo, el sujeto de la primera proposición parece ser otro, diferente de Luis.

2.2. Oraciones coordinadas disyuntivas.

Las proposiciones disyuntivas están conectadas por la conjunción o (u es una variante). También puede aparecer la forma o bien. Los contenidos de estas oraciones se excluyen simultáneamente o bien se plantean como posibilidades alternativas:

¿Vienes a la cafetería o te quedas en la biblioteca?

Si el grupo oracional disyuntivo tiene más de dos proposiciones, la conjunción aparece al final:

Dime si estudias, trabajas o haces cualquier otra cosa.

2.3. Oraciones coordinadas adversativas.

En el grupo oracional adversativo, una proposición corrige a la anterior. Están introducidas por las conjunciones pero, sino, mas y las locuciones no obstante, con todo, antes bien,…:

Es una persona distraída, pero muy inteligente.

Tiene talento, pero es un alumno holgazán.

No es lista, sino que estudia mucho.

3. LA ORACIÓN COMPLEJA.

Cuando las proposiciones presentan una relación de dependencia sintáctica y semántica estamos ante oraciones complejas. Éstas se clasifican en relación con la clase de palabras a las que podría sustituir. Podemos dividir las oraciones complejas en a) sustantivas, b) adjetivas y c) adverbiales.

3.1. Oraciones subordinadas sustantivas.

Son proposiciones introducidas por la conjunción que, que pueden desempeñar las funciones propias de los sustantivos.

  • Función de sujeto:

Me alegró que vinieras a casa esta mañana.

Parece claro que has suspendido por méritos propios.

  • Función de atributo:

Mi mayor deseo es que mi obra triunfe.

  • Función de objeto directo:

Dijo que vendría mas adelante.

Comprobaron que era una asignatura fácil de aprobar.

  • Función de objeto indirecto:

Puso objeciones a que os quedarais.

Dedica todo su esfuerzo a que el negocio vaya bien.

Tiene miedo a que sean torpes en el trabajo.

  • Función de objeto preposicional (o suplemento):

Me alegro de que vengas con nosotros.

Confiamos en que haya hecho un buen trabajo.

Puede funcionar además como:

Complemento del nombre: Tengo miedo de que te suspendan.

Complemento del adjetivo: Estaba seguro de que iba a volver.

Complemento del adverbio: Esto pasó antes de que estallara la guerra.

Hay otras formas de introducir y construir una oración subordinada sustantiva:

a. Por medio del nexo si en las oraciones interrogativas indirectas:

Ignoramos si va a estudiar Humanidades.

No sé si tu madre estará de acuerdo.

b. Por medio de pronombres y adverbios interrogativos:

No sé qué quieres de mí.

María sabe dónde está la solución.

Ignoran cuándo vendrá el nuevo profesor.

c. Por medio de oraciones de relativo sustantivadas, puesto que no cumplen las funciones propias del adjetivo (adyacentes), sino las del sustantivo:

No llegó quien esperas (sujeto).

Devolví el libro a quien me lo había dejado (objeto indirecto).

3.2. Oraciones subordinadas adjetivas.

Algunas proposiciones funcionan como lo haría un adjetivo, es decir, como adyacente nominal, de ahí el nombre de subordinadas adjetivas. Van introducidas por un pronombre relativo y para que sean verdaderamente adjetivas necesitan que el antecedente vaya expreso:

Es un coche que cuesta mucho dinero (= coche caro).

Se trata de un asunto que me trae de cabeza (=asunto complicado).

Si no aparece el antecedente, son oraciones de relativo sustantivadas y pertenecen al grupo anterior.

No entiendo qué buscas creando esa situación.

El pronombre relativo siempre cumple una función dentro de la proposición subordinada y no tiene por qué coincidir con la función de su antecedente.

Éstas son las principales funciones de los relativos en las proposiciones subordinadas:

SUJETO

Ejemplo

Pedro, que estudia en la universidad, es un gran lector.

OBJETO DIRECTO

Ejemplo

Conozco a tu padre, a quien respeto muchísimo.

OBJETO INDIRECTO

Ejemplo

Es mi hermana, a quien le dieron un premio.

OBJETO PREPOSICIONAL

Ejemplo

Es el sobrino con quien las tías se encariñaron.

COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

Ejemplo

Éste es el hueso con el que Caín mató a Abel.

3.3. Oraciones de relativo especificativas y explicativas.

Las oraciones de relativo pueden dividirse en especificativas y explicativas, según su relación con el antecedente:

Las oraciones especificativas van unidas al sustantivo que hace de antecedente formando un solo grupo fónico. Aportan una información importante para la oración principal y poseen un sentido restrictivo:

El reloj que está parado marca las dos.

(Se supone que hay varios relojes, de los que tan sólo uno está parado.)

Por su parte, las oraciones explicativas ofrecen una información que puede resultar redundante, porque ya está implícita en el antecedente. Suelen ir separadas de la oración principal por medio de comas:

El reloj, que está parado, marca las dos.

(En este caso sólo hay un reloj y está parado.)

3.4. Oraciones subordinadas adverbiales.

Son equivalentes semántica y funcionalmente a un adverbio, de ahí que cumplan las funciones de complemento circunstancial.

  • Subordinadas adverbiales propias.

Las subordinadas adverbiales propias son las de lugar, tiempo y modo, y pueden sustituirse por el adverbio correspondiente:

Pedro vive donde tiene la casa = Pedro vive aquí.

Trabaja desde que amanece = Trabaja pronto.

Ellos trabajan sin que les interese = Ellos trabajan así.

Temporales.

La oración subordinada expresa algún tipo de referencia temporal. Su principal elemento introductor es la conjunción cuando. Pueden indicar simultaneidad: “Suelo escuchar música cuando estudio”; anterioridad o posterioridad: “Iremos a la cafetería cuando terminen las clases”.

Otros nexos que sirven para introducir estas oraciones adverbiales temporales son: siempre que, en el momento en que, cada vez que, en cuanto que, tan pronto como, apenas, en tanto que, al mismo tiempo que,…

De lugar.

Indican circunstancias locativas (de lugar) del verbo principal. Su principal nexo o conector es el adverbio relativo donde:

Fuimos a la casa donde nació Machado.

Se sienta donde hay mejor sombra.

El adverbio relativo donde puede ir precedido de preposición: para donde, por donde, hasta donde, hacia donde, de donde, desde donde, en donde:

Voy por donde me dijiste.

Aparece en donde menos te lo esperas.

Modales.

Cumplen la función de los adverbios de modo en la oración principal. Su principal nexo o conector es el adverbio relativo como:

Actuó como le aconsejaste.

Otros nexos modales son: según, conforme, cual (uso literario), el modo que, la manera que:

Lo hizo conforme le habíamos dicho.

Cazaba los animales según la costumbre de su tribu.

A veces se pueden combinar dos nexos:

Bailó según como le enseñaron.

La preposición sin + la conjunción que puede tener un valor modal:

Salieron de la fiesta sin que se notara.

El nexo como puede aparecer junto con que y si:

Va por la vida como si no tuviera familia.

Hizo como que no entendía.

3.5. Oraciones adverbiales impropias.

Las oraciones adverbiales impropias tienen también un valor circunstancial, pero no pueden ser sustituidas por un adverbio.

Causales.

Cumplen la función de complemento circunstancial de causa de la oración principal:

Leo todas las noches algún libro porque me gusta muchísimo.

Su principal nexo es la conjunción porque:

Francisco se fue de aquí porque le salió un trabajo mejor.

Otras conjunciones pueden tener también un valor causal:

Como: “Como le sobraba el dinero, se compró una avioneta”.

Pues: “Se fue de vieja pues tenía unos días de vacaciones”.

Que (siempre va con proposiciones imperativas o apelativas): “Niño, quédate ahí que te vas a mojar”.

Otros nexos son ya que, puesto que, en vista de que, dado que,…:

Ya que tú no quieres salir, iré yo.

Finales.

Funcionan como complemento circunstancial de finalidad de la oración principal:

Ha venido hasta aquí para que tratemos el asunto.

Otros nexos con valor final son: a que, por que, para que, a fin de que, con objeto de que, con intención de que,…

Tu padre trabaja duro para que puedas estudiar.

Va al ambulatorio a que le den una receta.

Te llamo con intención de que recapacites tu decisión.

Condicionales.

Funcionan como complemento circunstancial de condición de la oración principal:

Aprobarás si estudias un poco más.

La proposición subordinada recibe el nombre de prótasis y la oración principal de apódosis.

Cuando el sujeto del verbo principal coincide con el del verbo de la subordinada final, en ésta se usa el infinitivo:

He venido para pasar el día con vosotros.

Además de la conjunción condicional si, existen otros nexos para expresar este valor adverbial:

Como (siempre va con subjuntivo): Como no me llames no voy a tu cumpleaños. (Equivale a si + indicativo = si no me llamas…)

Con que: Con que estudies un poco, sacarás el curso adelante.

Cuando: Cuando el río suena, agua lleva.

Otros nexos condicionales son siempre que, siempre y cuando, a no ser que, a menos que (estas dos últimas expresan contenidos negativos).

Concesivas.

Funcionan como un complemento circunstancial concesivo de la oración principal:

Irán al baile aunque caigan granizos.

Su principal nexo es la conjunción aunque, que mantiene diferentes valores según vaya seguida de indicativo o de subjuntivo:

Saldremos aunque llueva (con subjuntivo expresa una hipótesis).

Aunque llueve saldremos (con indicativo expresa una realidad objetiva).

Otros nexos son: a pesar de que, pese a que, por más que, por mucho que, por muy lejos que, por poco que.

Comparativas.

En la mayoría de los casos, el verbo de la proposición comparativa ni siquiera aparece porque es el mismo que el de la oración principal:

Vamos más al cine que nuestros padres (van).

Viajan tanto como el ministro de exteriores (viaja).

No ocurre lo mismo cuando se comparan dos acciones verbales:

Es más difícil aprobar que suspender.

Hay tres tipos de comparación: de superioridad (más que), de igualdad (tanto como) y de inferioridad (menos que):

Los jugadores de baloncesto son más altos que los de fútbol.

Come tanto como las personas mayores.

Estudia menos que su hermano.

En algunas construcciones puede aparecer la preposición de en lugar de la conjunción que:

Duerme más de lo que le corresponde.

Consecutivas.

Expresan la consecuencia de la oración principal. Van introducidas por tan, tanto, tal, cada y un, más la conjunción que:

Es tan alto que se puede dedicar al baloncesto.

Estudia tanto que va a aprobar esa asignatura.

Lo dijo con tal enfado que todos nos asustamos.

Decía cada tontería que nos sonrojábamos.

Comentaba unas cosas que eran de vergüenza.

Ciertas oraciones consecutivas llevan la configuración que, pero sin el apoyo de intensificaciones como tan, tanto,…

Escribe que es una maravilla.

Habla que es un primor.

En ocasiones, la oración consecutiva no es sino una simple frase hecha del tipo corre que se las pela, que hay que analizar como nuevos cuantificadores del verbo.




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Enviado por:Hook
Idioma: castellano
País: España

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