Economía y Empresa


Nuevas tecnologías contra puestos del trabajo: el nacimiento de una nueva era; Jeremy Rifkin


IMPRESIONES PERSONALES DESPUÉS DE LEER ESTE LIBRO

Desde el principio de todos los tiempos el ser humano ha intentado mejorar sus condiciones de vida, basta con echar un vistazo a la edad media de vida de las personas. La varicela o las anginas han pasado de ser mortales a enfermedades pasajeras. Incluso hoy en día se ha conseguido frenar el desarrollo del virus del SIDA y es muy probable que pase a ser una enfermedad curable.

También las máquinas han ayudado a mejorar las condiciones infrahumanas que debían soportar los trabajadores a principios de siglo.

Hasta aquí el avance de la tecnología ha sido muy bueno para aumentar el bienestar del ser humano. Eso sí, el ser humano que vive en los países desarrollados ya que los del tercer mundo siguen viviendo míseramente. A medida que se inventan más cosas se abre más la brecha entre el norte y el sur.

El problema está en que el hombre se ha hecho cada vez más egoísta e intenta por todos los medios ser mejor que el compañero. No importa que rueden cabezas si lleva consigo beneficios propios. El empresario quiere tener los máximos beneficios reduciendo los gastos en lugar de ampliar los ingresos.

¿Cómo ampliar los ingresos?

  • Creando nuevos mercados, nuevos productos, nuevas necesidades.

  • Aumentando el mercado consumidor. Para ello se deberá sacar del fondo del pozo de donde se encuentran los países tercermundistas, mediante ayudas, cesiones, préstamos etc...

Pienso que el futuro del que habla Rifkin no es tan cercano como nos lo hace saber.

Es obvio que si algún día ocurre tal presagio, deberemos estar curados en salud con mucha antelación. Para ello debería cambiar la mentalidad capitalista de la gente: Trabajar para vivir y no vivir para trabajar.

Intentar equiparar los salarios de todos los empleados del mundo. De tal forma que los gastos en recursos humanos se homogeneizasen. Está claro que la materia prima seguiría siendo más barata en los lugares de extracción, pero eso es inevitable.

Así pues, la relación entre el jornal del trabajador y el precio del producto estaría en consonancia en todas las latitudes del globo.

Los empleados trabajarían menos horas, reduciendo el salario actual, pero lo suficiente para poder vivir en buenas condiciones y con contrato estable.

Una parte de ese sueldo estaría invertido en acciones de la empresa de tal forma que teniendo en cuenta la situación laboral el trabajador se verá más involucrado en los objetivos de la misma.

Al trabajar menos horas, el resto del tiempo deberían dedicarse a los más necesitados (Tercer sector). Las subvenciones por parte del gobierno a esta gente lo veo bien como una especie de motivación a seguir contribuyendo a tal fin. El problema es que algunos se meterían en estas faenas solamente para tener un ingreso adicional y sin tener en cuenta lo mal o bien que lo estén haciendo. (el concepto de voluntariado ya no sería aplicable). Es lo mismo que lo que está ocurriendo hoy en día con el Servicio Social Sustitutorio, la gran mayoría de los jóvenes se meten en alguna ONG para poder librarse del Servicio Militar.

Por otra parte es difícil introducirse en la economía social sin tener un trabajo remunerado. No se puede cobrar sin que tu trabajo reciba unos beneficios. Si tú ayudas a alguien, esa persona o bien te paga directamente a ti o bien al gobierno mediante impuestos, de tal forma que se ven convertidos en el sueldo tuyo. Pero esta clase de ayudas son a personas que más lo necesitan, por lo tanto no tendrá la posibilidad de pagar por esos favores.

Se tiene la posibilidad de obtener ingresos mediante donativos anónimos que las empresas o particulares hacen. Las primeras suelen dar un tanto por ciento por cada unidad de producto vendido (puro marketing). La gente de la calle no podrá colaborar si está en paro.

Reconozco que la teoría es muy fácil de entender, el problema es llevarlo a la práctica.

La solución que doy es reducir la jornada laboral, ampliar el mercado consumidor e intentar equiparar el nivel de vida en todos los lugares. De esta forma el producto sería lo suficientemente barato como poder ser costeado por el bolsillo de una persona con un sueldo mínimo.

¿Qué es mejor?

  • Que el 10% pague el sueldo al 90% restante mediante excesivos impuesto: A unos les sobraría el dinero y a otros llegarían muy justos a fin de mes. Para colmo unos se quejarían por los altos impuesto que deben pagar y los otros por la delicada situación. Llevaría consigo una alta violencia para intentar robar al que más tiene.

  • Que el 90% pague el sueldo del 10% restante mediante un pequeño impuesto.

Aparentemente todos tendrían el mismo nivel de vida. El problema es que pocos o nadie está dispuesto a renunciar a una parte de su sueldo.

El fin del trabajo Mis propias conclusiones

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Enviado por:Aloneibar
Idioma: castellano
País: España

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