Literatura


No mires debajo de la cama; Juan José Millás


RESUMEN

Este libro habla de una mujer llamada Elena Rincón que es juez.

Vive en una casa oscura decorada como la de un juez, en blanco y negro como dice ella, y tiene el televisor encendido siempre y escondido en el hueco de la chimenea, de forma que se ve siempre una luz, en blanco y negro, por debajo de las puertas del mueble. No le gusta su casa, ni su trabajo. Estudió porque su padre la animó, porque creía en la justicia pero ya ha perdido la fe.

Su padre murió pero ella sigue llamando por teléfono de vez en cuando a su casa simplemente para oír el mensaje de su padre en el contestador.

Tiene una relación con un compañero, el forense, que esta casado, es decir, son amantes, pero esta relación no le llena, no está enamorada de él, sino de una chica que vio en el metro leyendo un libro, a la que persigue todos los días. Llegó a tal obsesión que se compró el mismo libro que leía ella “No mires debajo de la cama” que supuestamente, tal y como parece descubrirse al final, es su historia.

Ese libro habla de los zapatos, supuestamente sus propios zapatos, los de la chica que lee en el metro, los de su novio, unas zapatillas deportivas, y unas zapatillas de andar por casa, así como un zapato viudo de un vecino cojo. Estos zapatos se reúnen en la cocina de la casa y conversan sobre su dualidad o individualidad, sobre si el pie es parte del zapato, si es su alma, o es su Dios, y otros temas. Deciden ir al cementerio a buscar la pareja del zapato viudo que fue enterrado con la pierna amputada de su amo. En la aventura los zapatos de hombre deciden individualizarse, uno de ellos tiene una pequeña experiencia con una rata que le hace pensar durante días. Al sacar la pareja del zapato del pie podrido sufre un gran dolor y vacío y deciden dejarlo allí que es donde mejor está y el zapato viudo asimila su individualidad.

La noche siguiente deciden hacer un pacto con unos calcetines para que convenzan a los pies de las personas a que se presenten en la tertulia de la cocina pero sin el cuerpo humano, solo los pies. Los calcetines acceden (así se salvan de ser comidos por los zapatos) y los pies, mientras las personas duermen, se desmontan de la pierna y van a visitar a sus zapatos, hablan con ellos y los pies de hombre piensan en la posibilidad de individualizarse del cuerpo y de su propia pareja como intentan convencerles sus zapatos mientras que los pies de mujer tienen tanto miedo desnudos y sin cuerpo que no tardan en calzarse sus zapatos.

En esto que el hombre ha despertado y a intentado levantarse, ha caído se ha dado u un golpe con la mesita de noche. Al intentar incorporarse de nuevo ya tiene sus pies aunque mal puestos. Al parpadear ya los encuentra en su sitio.

Este hombre es Vicente Holgado, un callista o podólogo que tenia su “TALLER DE PIES” en un centro comercial. Era un hombre extraño que creía que era el monstruo de debajo de la cama que se había intentado convertir en una persona, y tenía una extraña sensación porque hacía poco se había encontrado a su perro muerto debajo de su cama. Además aquella mañana se sentía aun más extraño con sus pies pues había tenido una pesadilla por leer la novela de su novia.

Mantenía una relación con Teresa Albor, que era masajista y estaba poniendo un local justo al lado del taller de Vicente. Teresa era la chica que leía en el metro, de la que estaba enamorada Elena.

Ella vivía con sus padres, su padre tenía una ferretería y su madre padecía de unas migrañas muy fuertes que la hacían hablar en esperanto, y su hermana pequeña Julia que llevaba aparatos dentales, calzaba unas zapatillas deportivas con cámara de aire y paseaba a un minúsculo perrito.

Entre ellos había una extraña relación pues no se querían y los dos lo sabían y se lo confesaban pero estaban bien juntos, decían que era solo un lugar de tránsito hacia algo más sólido y no un punto de llegada, así incluso, ella le presentó a sus padres, le invitó a su casa a cenar. Él se llevó muy bien con sus padres desde un primer momento y quedó perdidamente enamorado de la hermana, con tan mala suerte que al ir al cuarto de baño encontró al perrito muerto, al parecer por un golpe de zapato, y le dio miedo salir y lo escondió en su bolsa. Sin querer rompió la cisterna y al ponerse ha arreglarla junto con el padre Julia descubrió el cadáver del perro. Él se asustó y salió corriendo, con tal pánico que llegó a su casa y se metió debajo de la cama. Teresa le siguió pero no le encontró y se quedó allí a dormir para esperarle. Vicente sintió, al meterse allí debajo de nuevo, que volvía a ser el monstruo y que le rodeaban un montón de zapatos, y que algo o alguien le arrancaba los pies.

Le encontraron muerto al cabo de tres días. Del susto, sin pies, sin nada de sangre, simplemente sus pies se habían desencajado y ido con los zapatos puestos.

Elena Rajón, como juez, interrogaba a la acusada, Teresa, por la muerte de Vicente.

Toda la historia la dejó sin dormir aquella noche y con un gran miedo pensando en el monstruo de debajo de la cama, así que llamó al forense y durmieron juntos. Él siempre hablaba del fin del mundo, decía que estaba llegando, que notaba cosas exactamente dice:

-“He observado de un tiempo a esta parte, las cosas inertes están cobrando vida, una vida secreta si quieres, mientras que nosotros, seres en apariencia vivos, tenemos más problemas de comunicación que mi zapato izquierdo con el derecho. Seguro que nuestros zapatos se lo están pasando mejor debajo de la cama que nosotros encima de ella.”

Él no había leído la novela pero también notaba un comportamiento raro en los zapatos y en ese momento notaron algo en sus pies, debajo de las sabanas, como la sensación de un quinto pie.

Ella le confesó su miedo por Vicente y por la historia de los zapatos, tenía miedo de mirar debajo de la cama hasta para encontrar los calcetines. Él cogió un mechero y se dispuso a buscar sus zapatos pero al mirar debajo murió, de un infarto.

Ella llamó a una ambulancia y se vistió pero al ponerse unos zapatos del armario de dio cuenta de que uno de sus pies no era el suyo sino el del forense.

Desde entonces caminó coja, pero estaba contenta de vivir con un pie suyo, y de que el otro estuviera enterrado con el forense. Comprendió la historia de Vicente porque al encontrar el cadáver estaba sin pies, perdió el miedo, el miedo a su casa y a todo lo demás, vivió de forma diferente, lo veía todo más ambiguo, caminaba con un bastón, y pensaba en lo felices que eran sus pies que habían conseguido individualizarse.

Un día, con el bastón, sacó todo lo que había debajo de su cama y le llevó los zapatos del forense a su esposa, la que se sentía sola incluso aunque le fuera infiel, y dijo que a los hombres les gustaban las cojas y le dio el zapato derecho a Elena, que lo guardó en su casa en el balcón y fue recogiendo todos los zapatos viudos que encontraba.

Llamó de nuevo a su padre pero esta vez tuvo valor de dejarle un mensaje:

“Ya no son los jueces quienes mueven el mundo, sino las cojas. Pero no te preocupes, papá, me he vuelto coja”.

También fue a ver a Teresa para que le hiciera un masaje pero se encontró con otro negocio que había abierto con su padre, un “HOSPITAL DE CALZADO” donde reparaban calzado. Se puso ha hablar con ella y le dijo que le arreglara los zapatos que le dolían, mientras miraba en la estantería un libro, “no mires debajo de la cama” y le preguntó si había acabado e leérselo, las dos dijeron que no, que habían perdido el interés de seguirlo y casualmente iban por la misma pagina, la 207, donde acaba el libro.

OPINIÓN PERSONAL

Es un libro muy muy extraño, y complicado.

Me ha costado mucho encontrarle el sentido pues tiene unos personajes muy extraños, con cambios de pensamiento bruscos o simplemente difíciles de entender o tan originales como un zapato con vida y sentimientos.

Empieza hablando de una mujer bastante pesimista que es amante de un hombre casado y esta enamorada de una mujer y tiene una gran obsesión con ella. En el siguiente capítulo habla de unos zapatos parlantes que hablan sobre cosas profundas como el alma o el Dios y la creencia de que dos puedan depender tanto el uno del otro que sean uno...

En la historia también hay un hombre un poco loco que cree que es el monstruo de debajo de la cama, que va encontrándose con perros muertos y tiene una obsesión con los zapatos, así como con los aparatos dentales ya que los odia, al mismo tiempo los cuenta y controla por el centro comercial y se enamora de Julia que los lleva y él lo resalta en cada descripción.

También hay otro hombre perturbado, que le es infiel a su mujer, trabaja con cadáveres y habla siempre sobre el fin del mundo.

Y hay diversas muertes, cadáveres, así como un hombre amputado, escenas en un cementerio , una casa con una decoración oscura, etc. que hacen que la historia sea muy pesimista.

Aunque haya sido un libro difícil me ha gustado leerla porque he sacado alguna idea de ella que ha cambiado alguna de las formas de ver el mundo que tengo.




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Enviado por:Silvi Txiki
Idioma: castellano
País: España

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