El nacimiento de Isaac Newton se produjo de forma prematura el día de Navidad de 1642 en la casa familiar de Woolsthorpe, en el Lincolnshire. Curiosamente, en el resto de Europa era ya 4 de enero de 1643, pues Inglaterra no había adaptado aún el calendario gregoriano por el que nos regimos actualmente.

Su padre, había muerto tres meses antes y el pequeño no sólo nació antes de tiempo, sino con una aparente debilidad que hizo que fuera desahuciado por las personas que ayudaron en el parto. Su madre Hannah le dijo que “cuando nació era tan pequeño que hubieran podido meterlo en un bote de litro”.

Se creía que los nacidos en Navidad tendrían éxito en el futuro; más aún, se pensaba que los hijos póstumos nacían con poderes especiales que los llevarían a alcanzar buena fortuna. En este caso, las predicciones se cumplieron.

El padre de Newton, provenía de una familia de campesinos que mejoró su condición a lo largo de los años, ya que pudieron comprar tierras y la casa solariega en la que nació Newton. La madre, llamada de soltera Hannah Ayscough, provenía de una familia de mejor posición, pero que se había arruinado en los años precedentes. Estaba acostumbrada al trabajo duro y a las penurias económicas.

Como es de imaginar, su madre se convirtió en la principal referencia de la vida del pequeño. Quizá por ello, recibió un duro golpe cuando Hannah decidió volverse a casar en 1646 con Barnabas Smith, párroco anglicano en un pequeño pueblo situado a menos de dos kilómetros de su propia casa. Barnabas era una persona instruida y de muy buena posición, párroco de North Witham desde 1610. Tenía unos sesenta y cuatro años, mientras que Hannah no llegaba aún a los treinta.

Los recién casados se marcharon a vivir a North Witham, mientras que Newton continuó en Woolsthorpe al cuidado de su abuela materna.

Desde entonces, newton se convirtió en un muchacho silencioso y pensativo, que había aprendido muy pronto a refugiarse en su inteligencia para aislarse del mundo exterior. También le asaltaban incontrolables estallidos de rabia, con momentos en los que guardaba un rencor que le llevaba a planear venganzas paranoides.

En sus años de estudiante, cuando atravesó una época muy religiosa, llegó a hacer una lista en la que autoconfesaba una serie de pecados. Entre ellos figuraba el de “amenazar a mi padre y madre Smith con quemarlos a ellos y a la casa con ellos dentro”.

Ese alejamiento duró unos siete años, pues en 1653 Hannah volvió a enviudar y regresó a la casa familiar junto con los tres hijos que había tenido con Barnabas: Marie, nacida en 1647, Benjamin, en 1651 y Hannah, que vino al mundo al año siguiente. Newton había cumplido ya los diez años.

Inicialmente, las perspectivas de Newton de cara al futuro apuntaban a que seguiría los pasos de su padre como agricultor.

Los hermanos de su madre, William y James Ayscough, habían sido ordenados sacerdotes y tenían una formación intelectual adecuada a su posición. Ellos se hicieron cargo de la educación de su sobrino e insistieron en que el pequeño recibiera una formación superior.

Newton fue primero andando a una serie de escuelas situadas en pueblos cercanos. A los doce años ingresó en la escuela de Grantham, pueblo situado a unos 11 kilómetros de su casa. En ella se impartía latín y griego, completados con algunos aspectos gramaticales y literarios. Las matemáticas tenían muy poca presencia en los planes educativos.

Es posible que Newton sólo recibiera alguna introducción a la Aritmética, pues no se consideraba necesario un mayor conocimiento matemático.

En los primeros años, apenas despuntó en los estudios, hasta el punto de que su maestro Henry Stokes lo situó en el nivel más bajo del grupo de alumnos.

Su escaso interés por los estudios no pareció cambiar en los primeros tiempos, hasta que ocurrió un hecho que modificó sus costumbres. Un alumno de su clase, uno de los típicos matones que disfrutan sembrando el terror entre sus compañeros, le pegó una patada en el estómago. Newton le esperó fuera de la escuela y se enfrentó en una pelea con él. Según cuenta el primer biógrafo de Newton, John Conduitt, que se casó con una sobrina y que lo conoció personalmente, aunque el compañero era más fuerte, Newton tenía un carácter tan irascible y una constancia tal que vapuleó al contrario hasta obligarle a pedir clemencia.

A partir de esta pelea, Newton no se contentó con derrotar a su oponente sino que también se planteó superarlo en los estudios. Así comenzó a florecer parte del potencial intelectual que tenía.

Durante sus años en Grantham, Isaac Newton vivió en casa del farmacéutico Clark, cuya esposa era amiga de su madre. En esta casa tuvo la posibilidad de acceder a una serie de libros científicos que había dejado en ella un hermano del dueño. Tuvo una relación romántica con la hijastra del farmacéutico, Catherine Storey, a la que tuvo que abandonar al marcharse a Cambridge.

Por las noticias que se tienen de aquellos años, Newton se interesó especialmente por las fuerzas promovidas por el aire y el agua en movimiento, lo que le llevó al diseño y construcción de muchas máquinas basadas en esas ideas. Estos estudios son confirmados por otra anécdota. Un día en que se realizaban unas pruebas atléticas en su escuela, Newton, tras estudiar la orientación y fuerza del viento en ese momento, consiguió dar un salto de longitud con el que ganó a otros compañeros más preparados físicamente.

Era un empedernido escritor que llenaba cuadernos con esquemas, escritos, ideas, experimentos, etc.

En 1659, cuando Newton contaba 17 años, su madre decidió que ya había recibido suficiente formación y lo hizo volver a la granja para hacerse cargo de sus labores en el hogar familiar. Pero el muchacho que había partido hacía cinco años no era el mismo joven que regresó a casa.

Como granjero resultó un verdadero desastre. Si su madre lo enviaba a cuidar los animales, Newton se sentaba debajo de un árbol a leer. No era raro que las ovejas y los cerdos se escaparan de la granja e invadieran las tierras vecinas destrozando vallas y sembrados. Si su madre lo mandaba al mercado de Grantham a vender o comprar animales, dejaba solo al peón que le acompañaba y se marchaba a leer a casa del farmacéutico Clark.

Una de las ventajas con las que contó el joven Newton, fue que siempre tuvo a su alrededor adultos que se dieron cuenta de su capacidad.

Al final, terminaron por convencer a la madre de que le dejara continuar con sus estudios y fuera a la Universidad. Hannah posiblemente aceptó, porque, según cuentan los biógrafos, estaba más que harta de la afición de su hijo por los libros, hasta el punto de que lo consideraba un estúpido que jamás llegaría a conseguir nada en los negocios.

De lo que había aprendido, sólo cabe resaltar su dominio del latín, que era la lengua culta por excelencia, que le permitiría hacerse entender con el resto del mundo científico europeo. Poseía un amplio conocimiento de la lengua hebrea, lo que le iba a permitir leer escritos bíblicos en su lengua original.

En particular, de las ciencias y las matemáticas tenía sólo unas ideas rudimentarias, lo que no deja de ser curioso, ya que éstas serían las disciplinas en las que más destacaría y con las que entraría con letras de oro en la historia.
Conocía una Aritmética básica y unas pinceladas de Geometría, pero ni siquiera había leído a Euclides.

Isaac Newton llegó a Cambridge en junio de 1661 y estuvo relacionado con ella, como estudiante y como profesor, hasta final del siglo.

El porqué Newton fue a estudiar al Trinity College de Cambridge no está totalmente claro, aunque posiblemente tuvo mucho que ver el hecho de que en el Trinity estudió su tío William Ayscough, que tanto influyó en su madre para que le permitiera continuar sus estudios, y que Humphrey Babington, otra de las personas que le apoyó, fuera becario allí.

Los Philosaphiae naturalis principia mathematica constan de tres libros, y en ellos está estructurada de una forma matemática la esencia del movimiento en el universo. Fue un libro complicado de entender por sus contemporáneos, especialmente por la matemática que utiliza y la forma en que está redactado. Lo hizo en latín y, aunque realizó tres ediciones, nunca permitió que se tradujera al inglés. Aunque Newton ya había trabado conocimiento con el cálculo diferencial, éste apenas aparece en el libro y prefiere utilizar la geometría clásica para estructurar las materias.

En el libro I enuncia sus leyes del movimiento, tomadas de las de Galileo y kepler. El enunciado de estas leyes es el siguiente:

Primera ley: Todo cuerpo continúa en un estado de reposo, o de movimiento uniforme en línea recta, a menos que sea obligado a cambiar ese estado por fuerzas impuestas sobre él.

Segunda ley: El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz imprimida y se efectúa en la dirección de la línea recta en que se imprime dicha fuerza.

Tercera ley: A cada acción hay siempre opuesta una reacción igual. O: la acción mutua de dos cuerpos el uno sobre el otro es siempre igual y dirigida a las partes contrarias.

Aunque las dos primeras están sacadas de las teorías de Galileo, perfectamente estudiadas y dominadas por Newton, la tercera es totalmente propia y plantea cómo la atracción de los cuerpos es recíproca.

En este libro, Newton define algunos conceptos fundamentales que hasta entonces no estaban claros. Uno es la fuerza que en un movimiento giratorio atrae un cuerpo hacia el centro y que él denominó fuerza centrípeta, como buscando el centro, para diferenciarlade la fuerza centrífuga, palabra que había utilizado Huygens para representar la idea de huida del centro. También incorporó al idioma científico la palabra masa, la cantidad de materia que posee un cuerpo independientemente de su volumen, que comprobó que era proporcional a su peso. Demostró que esta masa es independiente de la posición o movimiento del cuerpo.

El libro II de los Principia da la impresión de formar un capítulo aparte en la obra completa; incluso hay autores que piensan que no formaba parte de la obra original. En él se tratan los movimientos de los fluidos y cómo influye la fricción en el movimiento de los cuerpos sólidos que están dentro de un medio líquido, llegando por ejemplo a considerar que la resistencia varía con el cuadrado de la velocidad.

En este libro y a partir de sus experimentos con esferas, Newton demostró con rotundidad matemática que el concepto de vórtice de Descartes no se sostenía a la luz de su nueva mecánica universal.

Newton les dio la puntilla, demostrando que el espacio debía estar libre de fricciones de cualquier tipo. Como él mismo escribiría más adelante:

“La hipótesis de los vórtices es en definitiva irreconciliable con los fenómenos astronómicos, y sirve más bien para confundir que para explicar los movimientos celestes. Cómo se realizan esos movimientos en espacios libres sin vórtices, puede ser comprendido en el primer libro; y ahora lo trataré más y de una forma más completa en el siguiente libro”.

TRABAJO

SOBRE

NEWTON.

NOMBRE Y APELLIDOS: Laura Muñoz Nieto.

CURSO: 4° E.S.O

GRUPO: B

ASIGNATURA: Física y Química.

INDICE.

1. - Nace un genio.

2. - Newton se queda solo.

3. - Comienzan los estudios.

4. - Un pésimo granjero.

5. - Cambridge.

6. - Los Principia.

7. - Bibliografía.

7. - BIBLIOGRAFÍA.

Sacado de la biblioteca municipal de valencia.

Isaac Newton. “El umbral de la ciencia moderna”.

Autor: José Muñoz. Editorial: Nivola.