Filosofía y Ciencia
Neurociencia
Introducción
La gran diferencia entre los humanos y sus parientes más cercanos: los primates, es la capacidad de razonamiento, pero ¿qué sería de esa capacidad de razonamiento sin el lenguaje?, y más aún, ¿se hubiese desarrollado el razonamiento, la lógica y la filosofía sin el lenguaje?.
En la prehistoria, los individuos se comunicaban mediante sonidos y señales, con el pasar del tiempo, se tuvieron que acoplar a las necesidades del entorno, así que el ser humano desarrolló sus destrezas manuales, por lo que llegó a la etapa del “Homo Utilis” y comenzó a pintar en piedra, esto se evidencia en algunos descubrimientos actuales de pinturas rupestres en distintas cuevas.
Debido a la necesidad de adaptación al medio, la evolución y el principio de selección natural, en el individuo humano se dio un crecimiento mayor de la masa encefálica con respecto a los demás seres vivos, lo que provocó un desarrollo intelectual más avanzado. A partir de este momento, es que el hombre comienza a cuestionarse acerca de lo que ocurre a su alrededor, por consiguiente se ve en la necesidad de perfeccionar el lenguaje, como medio de expresar lo que siente y lo que piensa.
En la actualidad, el lenguaje es la mayor herramienta para informar acerca del conocimiento adquirido por las ciencias, las artes, la filosofía y las diferentes formas de saber, es un medio sin el cual no se podría vivir. Por consiguiente, el estudio del lenguaje, que está a cargo de la Neurociencia, es importante para conocer el funcionamiento y desarrollo del mismo en el individuo.
¿Qué es la Neurociencia?
Es el conjunto de ciencias que estudian la estructura, función, desarrollo, farmacología y patologías del sistema nervioso. Los neurocientíficos se interesan por todos los aspectos del sistema nervioso: anatomía, química, fisiología, desarrollo y funcionamiento.
Las neurociencias comprenden distintas disciplinas, como lo son: neuroanatomía, neuroquímica, neuroendocrinología, neuropatología, neurofarmacología, neurofisiología, neuropsicología y neurología.
De las distintas disciplinas que conforman las neurociencias, las que se relacionan con el estudio del lenguaje son: la neurociencia cognitiva o neuropsicología experimental, que estudia las bases neurales de la cognición, es decir, de los procesos mentales superiores, como el pensamiento, la memoria, la atención y la percepción compleja. La neurolingüística, que se enfoca en los mecanismos que realiza el cerebro humano para lograr la comprensión, producción y conocimiento abstracto del lenguaje, ya sea verbal o escrito. Y por último, la afasiología, que se encarga de analizar los distintos problemas del lenguaje causados por daños cerebrales.
Algunos de los temas que estudia la neurociencia son: los mecanismos biológicos del aprendizaje, la estructura y funcionamiento de redes involucradas en la memoria, el aprendizaje y el habla, la estructura y funcionamiento de la conciencia humana, entre otros.
Historia de las Neurociencias
En la Edad Antigua, el filósofo griego Aristóteles afirmó que el corazón era el centro de los sentimientos y el pensamiento. En la misma época, el médico Hipócrates analizó la situación pacientes con la “enfermedad sagrada” (epilepsia) y concluyó que la misma era causada por una lesión en el cerebro, por lo que si el cerebro controlaba el movimiento, también debía ser el centro de las sensaciones y el pensamiento. Hace aproximadamente 1900 años, el también médico Galeno realizó un experimento en el cual seleccionó regiones específicas del sistema nervioso y las diseccionó, con lo cual descubrió que cada parte del cerebro estaba especializada en producir una función motora o sensitiva específica. Con esto, se resolvió el primer gran dilema con respecto a la base del pensamiento. Este fue el comienzo para el estudio del cerebro.
En el siglo XIV se reafirmó la idea de Galeno de que el cerebro estaba especializado, ya que se observó que había una parte del cerebro donde se encontraba la información sobre fascinación, fantasía, conocimiento y memoria.
Pero no fue sino hasta el siglo XVII que se hizo una afirmación que pudiera ser comprobada o rechazada científicamente. René Descartes postuló una teoría en la cual el sistema nervioso funcionaba como una máquina, es decir mediante principios mecánicos. Aunque su teoría era errónea, contribuyó al atribuir el término “reflejo”, aunque no como él lo había definido. En el mismo siglo, el italiano Luigi Galvani comprobó que Descartes estaba equivocado, ya que mediante la estimulación de un nervio observó que un músculo se contraía.
Dos siglos después (XIX), Johannes Müller postuló su Doctrina de las Energías Nerviosas Específicas, la cual explicaba que aunque las fibras nerviosas condujeran el mismo mensaje, la diferencia informativa se daba dependiendo de cuales fibras se activaran (auditivas, gustativas, entre otras).
En el siglo XIX surge la frenología, la cual explicaba que las facultades de una persona se podían analizar mediante las protuberancias o hendiduras que tuviera en el cráneo. Aunque con el tempo se descubrió que no era el cráneo el que determinaba la personalidad de una persona, dio pie para las teorías localizacionistas del cerebro.
Sin embargo, no fue hasta inicios de siglo XX que se dieron descubrimientos que sentaron las bases para el desarrollo acelerado de las neurociencias.
El italiano Camillo Golgi desarrolló el método de la tintura mediante el nitrato de plata, con el cual observó había unas células con dendritas extendidas por todo el sistema nervioso. Con este método, el español Santiago Ramón y Cajal descubrió la estructura básica del sistema nervioso. Debido a esto, ambos ganaron en 1 906 el Premio Nobel en Fisiología y Medicina.
Durante el siglo XX se dieron numerosos descubrimientos acerca del funcionamiento del sistema nervioso, y en el presente siglo se siguen dando. Por lo tanto, las neurociencias han tenido un gran auge en las últimas décadas.
Historia de la Neurociencia: Descubrimientos relacionados al lenguaje
El primer aporte importante con respecto al lenguaje, fue el realizado por el francés Paul Broca en 1 864, quien mediante el estudio de pacientes con afasias (incapacidad para hablar), en especial su primer paciente “Tan”, descubrió que las personas que presentaban lesiones en el hemisferio izquierdo, específicamente en la tercera circunvolución del lóbulo frontal, presentaban problemas relacionados con el lenguaje, por lo cual esta parte hoy es conocida como el área de Broca y se encarga de la producción del habla, el procesamiento del lenguaje y la comprensión del mismo.
Otro aporte importante, fue el dado por Karl Wernicke, el cual descubrió un tipo de afasia opuesta a la que Broca había descrito. La afasia de Broca o de expresión se caracteriza por la alteración de la fluencia expresiva, pero se conserva la comprensión. Por el contrario, en la afasia de Wernicke, la comprensión se ve completamente alterada, mientras que la fluencia continúa.
Aparte del área de Broca, el área de Wernicke también está relacionada con el lenguaje. La misma se ubica en la primera circunvolución temporal izquierda. Pertenece a la corteza de asociación auditiva. Un daño en esta área, produce problemas para la recepción, es decir, la persona que sufre una lesión en esta zona no entendería lo que los demás le dicen, ya que es la encargada de la decodificación auditiva del área lingüística. Eso sí, el lenguaje, a pesar de ser indispensable para los seres humanos, ha sido difícil de estudiar, ya que es una de las funciones mentales más complejas.
Bibliografía
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Carlson, Neil R. Fisiología de la Conducta. Editorial Pearson Educación, S.A. Madrid, España. 2 006.
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Mora Rodríguez, Arnoldo. Perspectivas Filosóficas del Hombre. Editorial Universidad Estatal a Distancia (EUNED). San José, Costa Rica. 2 005.
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Rodríguez Hidalgo, César. Psicología Ciencia de la Vida Cotidiana. Inédito. Grecia, Costa Rica. 2 005.
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Enviado por: | Milecr |
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