Bellas Artes


Naturaleza del Arte


Naturaleza del Arte

El diccionario describe como naturaleza *Esencia y propiedad característica de cada ser* por lo cual podemos deducir que la naturaleza del arte se remonta a el primer humano que haya existido en la tierra pues como el titulo lo dice el arte es algo natural que viene con uno mismo y lo expresamos de una u otra forma. Así pues su naturaleza (del arte) es intrínseca del ser humano y aparece con la necesidad de expresarse.

  • Estética arte y su relación.

  • 'La naturaleza del arte'

    EstéticaLa estética es la disciplina más joven, es la ciencia que estudia e investiga el origen sistemático del sentimiento puro y su manifestación, que es el arte, según asienta KaNt en su Crítica del juicio. Se puede decir que es la ciencia cuyo objeto primordial es la reflexión sobre los problemas del arte. Es fundamental que por medio de la cultura se realicen los valores, ya que cada valor da paso a una rama cultural y consecuentemente, cada rama cultural encierra un valor. El valor se comprende preguntando cuál es el fin que el hombre persigue, cuál es el propósito que lo anima en el inagotable esfuerzo de cada día, cuál es la meta que lo orienta en la infinidad de actos que lleva a cabo en su vida cultural. La mejor respuesta parece ser la siguiente: el hombre realiza la cultura porque en ella conquista un fin que considera valioso, el valor mismo es lo que parece digno de conquista, no importa que reclame todo el titánico esfuerzo de la humanidad. El valor se va transmitiendo de generación en generación; desde los tiempos más remotos en que la cultura consistía apenas en la habilidad para tallar una piedra o para hacer fuego, hasta la época actual, pletórica de manifestaciones grandiosas de cultura, el esfuerzo del hombre no ha dejado de dar fruto, ha tenido un motivo que perseguir. Cada uno de esos motivos recibe el nombre de valor, valor significa lo que s valioso, lo que vale en sí mismo, el valor es lo que sostiene algo que lo realizan y lo convierte en algo objetivo que cualquier hombre puede campar y apreciar. El valor representa un elemento para cultivarse en la tarea de la existencia, que continuamente convierte la aspiración a plasmar, el valor, en la realidad del acto cultural. El valor es el contenido de la cultura, es el algo que el hombre busca, anhela y pretende conquistar en su tarea; aunque ésta deba ser infinita, el hombre sabe que rendirá su tributo a la tierra antes de conquistar el valor, pero sabe también que su esfuerzo será provechoso para la humanidad y que quizá lo que él no logró, será alcanzado más tarde. Considerando los valores como el contenido de la cultura, cabe afirmar que la conquista del valor es la dimensión de la humanidad; el sentido del valor y su manera de medirlo es el problema que borda la filosofía. Según el mencionado autor, cada una de las ciencias que se han citado anteriormente posee una facultad espiritual que es la función que la determina, una forma de manifestación cultural y un valor realizado, así la facultad espiritual que caracteriza a la lógica es el pensamiento, se manifiesta culturalmente como ciencia y el valor que realiza es la verdad. La ética está caracterizada por la voluntad, tiene su forma de manifestación cultural como moral y su valor es el bien. La estética se manifiesta como arte en la cultura su facultad es el sentimiento y su valor la belleza. Si la estética es la reflexión filosófica sobre el arte, uno de sus problemas será el valor que se contiene en su forma de manifestación cultural, y aunque un vario número de ciencias pueden ocuparse del arte, solo la estética analiza filosóficamente los valores que contienen en la obra de arte. Entre la lógica y la ética, entre la ciencia del ser y la del deber ser, existe un vacío que la conciencia cultural exige llegar, hay una contradicción entre la naturaleza, donde la casualidad produce todo fenómeno natural, y la moralidad, en que la voluntad se encamina a producir el bien; este vacío, esta contradicción, es resuelta por la estética, porque en el arte la naturaleza se presenta como moralidad y la moralidad como si fuera naturaleza. En efecto, en el arte el ser presenta como deben ser, y el deber ser como siendo. Lo real de la lógica y lo ideal de la ética encuentran su fusión en el arte, puesto que sólo en el arte lo real, mediante el sentimiento, aparece como ideal y lo ideal como real. La estética mediante el sentimiento, que es facultad espiritual característica, se manifiesta como arte y realiza como valor fundamental la belleza. De esta aseveración se deduce que el arte es una manifestación de la cultura estudiada por la estética, entonces la estética es la ciencia que se encarga de explicar filosóficamente el arte como manifestación de la cultura, pero el arte es además manifestación de belleza, puesto que es el valor que realiza; entonces, la estética se puede definir atendiendo a su forma de manifestación en la cultura, a su facultad espiritual y al valor que realiza, de la siguiente manera: la estética es la ciencia que se ocupa filosóficamente del arte, de sus manifestaciones y las experiencias del hombre en relación con el mismo. Etimológicamente, la palabra estética deriva de las voces griegas aistesis, sentimiento, e ICA, relativo a; la definición sería entonces, atendiendo a sus raíces: ciencia relativa a los sentimientos, más concretamente a la belleza. Se le ha definido también como "ciencia que trata de la belleza y de la teoría fundamental y filosófica del arte". Desde 1752, en que Baumgarten usó la palabra estética, se la designó como ciencia de lo bello, misma a la que se agrega un estudio de la esencia del arte, de las relaciones del éste con la belleza y los demás valores. Algunos autores han pretendido sustituirla por otra denominación: catología, que atendiendo a su etimología significa ciencia de lo bello. Kant la toma en un sentido más bien etimológico, para él la estética significó la teoría de la percepción, teoría de la facultad para tener percepciones, o bien teoría de la sensibilidad como facultad para tener percepciones; sin embargo, se ha difundido más bien el término estética, que para todos significa hoy teoría del arte y la belleza.

    ARTE

    Si la estética constituye una reflexión filosófica sobre el arte, ¿qué es el arte?
    Resulta sumamente difícil definir el arte, y no por falta de elementos, sino porque cada filósofo, cada historiador de arte y aun infinidad de artistas lo han definido de muy diversas maneras. He aquí algunas de las múltiples definiciones que se han dado:
    Platón consideró el arte como un idioma que todos los hombres pueden entender.
    Arte, dice Emilio Zolá, es naturaleza a través de un temperamento.
    Para Hegel, el arte es la conjunción del espíritu y la forma, de lo finito en lo infinito, de lo real y lo ideal, de lo subjetivo y lo objetivo.
    León Tolstoi considera que evocar un sentimiento experimentado y luego por medio de líneas, colores, movimientos, sonidos o palabras transmitirlo a los demás, constituye el arte.
    Según el escultor Augusto Rodin, el arte es la contemplación, el placer reservado al espíritu, que penetra en el naturaleza y adivina en ella el alma de que él mismo está animado, es la sublime misión del hombre, puesto que consiste en un empeño de la inteligencia por comprender y hacer comprender el mundo.
    Arte es intuición pura, afirma Benedetto Crece.
    Lo que nos hace conocer las maravillosas versiones de un mismo pensamiento en los diversos lenguajes de la pintura, la escultura, la arquitectura, la música y la poesía es el arte dice Ralph Waldo Emerson.
    El historiador de arte Stites define el arte como una expresión de la naturaleza humana en composiciones llenas de significación que tienden a inducir sentimientos nobles por lo bello, lo dinámico y lo sublime.

    Arte, se ha dicho, es el lenguaje creado por la fantasía, por medio del cual comunica el hombre a los demás sus sentimientos y estado de ánimo. Es el ensueño hecho realidad, el sueño del hombre que cobra forma material. Algún filósofo definió el arte como la expresión del alma de las cosas.
    Arte es la expresión de la emoción humana por medio de la representación que da forma y significado a un ideal. El acto mediante el cual el hombre valiéndose de lo material o l o visible expresa lo inmaterial o invisible, constituye el arte.
    Podrían seguirse citando definiciones de arte; la mayor parte de ellas coinciden en que el arte es una expresión de la emoción humana. En efecto, el arte no es otra cosas que una proyección del espíritu que se materializa, es la objetivación de un ideal, la materialización del sentimiento, o bien, si se quiere, la espiritualización de la materia; pero el arte, dice Matteo Marangoni, "es un mundo cerrado a la multitud indiferente y solamente abierto a quien consiga, con amor, conquistarlo".

    El arte es un medio de evasión aunque sea momentánea; la realidad humana es transfigurada por la magia del arte, al mismo tiempo que cobran conciencia y plenitud todos los sentimientos que yacen dormidos bajo la capa de los intereses prácticos de la vida actual; el arte se aparte de la realidad para enriquecerla, va más allá de la filosofía y de la ciencia.
    En efecto, en la vida diaria normalmente la imaginación y los sentimientos se encuentran reprimidos, en infinidad de ocasiones resultan incompatible con el vértigo del vivir actual, con el ritmo de vida que la industrialización ha impuesto al hombre, y así todos los deseos, emociones o ideales que muchas veces constituyen nuestro verdadero ser, son sometidos las contingencias de la vida diaria, en donde no tiene cabida la emoción ni el sentimentalismo; los valores espirituales quedan de esta manera relegados porque no resultan prácticos.

    Ante la imposibilidad de crear una obra de arte, el hombre común y corriente canaliza sus sentimientos reprimidos y sus ideales que siente inasibles, en la obra artística; también encuentra en el arte el medio de evadirse de la monotonía, por una parte, y de las presiones de la vida por otra, aunque en distinta forma que el artista. El arte, por tanto es un medio de liberación.

    Es, además, una necesidad, cumple una importante función: en el arte sublima el hombre todo lo que de trágico o grotesco tiene la vida.

    El arte rodea al hombre, es parte de su propia vida; en el arte el hombre expresa sus inquietudes, sus anhelos, sus sueños, su rebeldía y aun sus agonías y sus fracasos, y recibe del arte múltiples influencias.

    A través del arte los hombres subliman lo que admiran y lo que temen; es un intento del hombre, del artista, ante lo que lo precede, de fijar el tiempo y su paso por la tierra, y para el contemplador, de encontrar serenidad y paz para su ser torturado.

    1.2 Ciencias auxiliares del arte.

    1.2.1 Enumeración y concepto.

    1.2.2 Como inciden en el arte.

    CIENCIAS AUXILIARES DEL ARTE, ENUMERACIÓN, CONCEPTO E INCIDENCIA EN ÉL

    Se ha dicho que todo arte es una ciencia y que toda ciencia implica un arte.

    A la ciencia corresponde observar, analizar, sintetizar, elaborar las leyes que han de regir determinado tipo de fenómenos; al arte compete elevar a la categoría de obras de arte los fenómenos que la ciencia estudia. La ciencia se expresa en es, el arte dice sea; la ciencia conoce a través de la razón, el arte crea mediante el sentimiento. Sin embargo, a pesar del aparente abismo que separa el arte de la ciencia, existen infinidad de puntos de contacto.

    Para encarar racionalmente el arte, auxilian al hombre de manera específica algunas ciencias que se proyectan sobre el problema artístico y que se han a llamado ciencias del arte: psicología, sociología, física, matemática, historia, antropología, pedagogía y filosofía. El objeto de estudio de estas ciencias no es el arte, pero penetran en él para un mejor conocimiento del fenómeno artístico.
    La psicología es la ciencia que se ocupa de las actividades de la mente humana y de todos los fenómenos que en ella ocurren y que reciben el hombre de vivencia; la psicología del arte analiza el proceso artístico para determinar el papel que desempeñan las funciones psíquicas no sólo en el momento de la creación artística, sino en la contemplación, la interpretación y la crítica, es decir, en toda la vivencia artística. Examina la sensibilidad del artista, del contemplador y del crítico, del intérprete y aun del que reproduce la obra de arte; además esta vivencia artística es estudiada por la psicología tanto en su aspecto individual como social.
    La física y la matemática en general se ocupan de establecer la base numérica para medir y cuantificar los hechos reales; en el arte todas las obras se expresan en el espacio y en el tiempo, con las formas que imprime el artista. La física atiende al material que se usa para la realización de la obra, la matemática determina la medida y proporciones que explicarán su aspecto cuantitativo.
    La sociología es una ciencia que estudia el desenvolvimiento de las sociedades, los factores de la vida social: raza, herencia, costumbres y tradiciones, religión, economía, sistema de gobierno, etc., y la influencia que del medio social recibe el hombre. La sociología del arte estudio todo esto en relación con el fenómeno artístico, observa al artista para determinar la influencia que ha recibido del ambiente en que se desenvuelve, así como la que el propio artista y sus obras han dejado en una época o un pueblo; además se ocupa de establecer cuáles formas de arte influyen más en el conglomerado humano y en especial, cuál es la función que desempeña el arte en la vida humana.
    La historia estudia los hechos ocurridos en el pasado; la historia del arte relata la evolución de éste a través de los tiempos. La historia enseña que ninguna época ha estado aislada de las demás sino que cada una representa un eslabón en una cadena que abarca desde los tiempos más remotos hasta el día que la vida humana termine. El presente del arte no es atribuible solamente al momento en que se vive, sino a todo el conjunto de aportaciones que a través del tiempo han dado a los artistas. Las formas de arte y los estilos no perecen, los complejos emocionales vertidos en el arte de una época o de un pueblo persisten, surgiendo en ocasiones, pasados los siglos, en otro núcleo humano. Lo gótico reflejado en las artes plásticas persistió hasta el Renacimiento y el barroco, hasta el romanticismo y aun en el arte moderno, después de haber dejado de existir en la Edad Media como actualidad histórica. Así, de cada estilo nuevo tendrá antecedentes en el pasado y destellos en el futuro.
    Y así como la historia no se limita a una escueta narración de los hechos, sino que a través del espíritu histórico obtiene una interpretación de los mismos, la historia del arte no se limita a hacer una descripción de obras, estilos y escuelas, sino que penetra para en ellas para indagar el espíritu que las ha modelado. La investigación histórica sobre el arte representa un valioso elemento auxiliar de la estética, pues arroja luz sobre un aspecto muy importante del hecho artístico: la evolución de sus formas en el tiempo. La historia describe el drama de la vida humana; la historia del arte describe ese drama en relación con el arte, el artista y su obra.La antropología, ciencia del hombre, abarca el estudio del mismo en toda su amplitud; la antropología social estudia de modo especial los grupos primitivos sin relacionarlos con el proceso histórico de cambio. La primera analiza toda la actividad del hombre, desde su más temprana manifestación; la segunda, la misma actividad, pero realizada dentro de un grupo: La antropología del arte contempla a éste como una expresión típicamente humana, analiza la espontaneidad del arte primitivo y trata de descubrir el tipo de sensibilidad y los conceptos que de la vida subyacen bajo la forma de las obras, donde se mezcla la expresión artística con las necesidades prácticas de la vida rudimentaria.
    El contacto entre arte y pedagogía es innegable, la educación requiere del arte como uno de los elementos formativos de la personalidad; el arte a su vez necesita de la educación para pulirse y para buscar nuevas expresiones.
    La filosofía se ocupa del hombre, de sus pensamientos y problemas en relación con la vida, es una reflexión sobre el quehacer humano; la filosofía del arte contempla lo que el hombre realiza en el terreno del arte, y con un criterio científico auxiliada por todas las demás ciencias, estudia al artista y su obra, los valores entendidos en la misma, investiga su esencia, su origen, sus fundamentos, su métodos, su finalidad y su función en la vida humana. La filosofía del arte se convierte en una axiología del arte.
    Técnica es el camino o procedimiento que se sigue para realizar un propósito. En el caso del arte el fin propuesto es la expresión del sentimiento, lo que implica disponer del nutrido conjunto de elementos materiales que posee el artista y elegir el que vaya de acuerdo con su expresión. Es decir, la técnica comprende la elección del material y la realización de la forma, es fruto de un prolongado ejercicio, el domino de la técnica da al artista el conocimiento pleno de los materiales y la manera de aplicarlos. La técnica varía en cada una de las bellas artes, así como el modo correcto de aplicarlos, la perspectiva, la proporción, la textura del material que va a usar como fondo de su obra; el escultor y el arquitecto deberán poseer sentido del equilibrio y de la armonía, así como de la dureza del material que van a usar. El compositor debe saber manejar los sonidos, manejar el ritmo y la armonía; el poeta debe conocer profundamente su lengua y todas las reglas relativas, para poder convertir en poético el lenguaje prosaico.
    La estética, ciencia para la cual el problema del arte es lo fundamental engloba, y ordena los datos proporcionados por las ciencias del arte y con base en ellos enseñará a justipreciar al artista y sus creaciones.

  • El arte y la cultura.

  • Concepto de cultura.

  • Importancia del arte dentro de la cultura.

  • CULTURA: CONCEPTO, IMPORTANCIA DEL ARTE EN ESTA Y SU RELACIÓN.

    La cultura es precisamente el contenido de la filosofía, son los actos y pensamientos del hombre, es el afán cotidiano de dar un sentido a la existencia.

    Emmanuel Kant considera que los caminos de la cultura son infinitos para el hombre, que no se conforman con vivir sino que trata siempre de dar un sentido, un porqué a su existencia, una razón de ser, de aquí que realiza infinidad de actos tendientes a llegar a ese fin; el acervo de lo que el hombre realiza, el conjunto de creaciones valiosas que en el transcurso de los siglos ha realizado y acumulado para satisfacer las necesidades espirituales que tiene, constituyen la cultura.
    Ahora bien, la filosofía, es una ciencia, la ciencia que explica la cultura, porque para encontrar el fundamento de los hechos culturales necesita seguir el camino de la ciencia, es decir, necesita estudiar los hechos de la vida humana expresados en leyes. La filosofía entonces, se encarga de explicar el cómo y el porqué de los actos que el hombre realiza, es la ciencia que reflexiona sobre el quehacer humano y le da sentido.
    Para explicar la cultura, la filosofía se auxilia de tres disciplinas: lógica ética y estética. La lógica es la ciencia del ser, es la ciencia que estudia e investiga el origen sistemático del ser verdadero en la naturaleza.
    La ética es la ciencia del deber ser, es la ciencia que estudia e investiga el origen sistemático de la buena voluntad del hombre. En su Crítica de la razón práctica, Kant la define como la ciencia de la buena voluntad en acción para llegar a su resultado propio, que es el bien.

    La palabra cultura proviene de la palabra cultüra, Latín (L), cuya última palabra trazable es colere, L. Colere tenía una amplio rango de significados: habitar, cultivar, proteger, honrar con adoración. Eventualmente, algunos de estos significados se separaron, aunque sobreponiéndose ocasionalmente en los sustantivos derivados. Así, 'habitar' se convirtió en colonus, L. de colonia. 'Honrar con adoración' se desarrolló en cultus, L. de culto. Cultura tomó el significado principal de cultivo o tendencia a (cultivarse), aunque con el significado subsidiario medieval de honor y adoración. Por ejemplo, en inglés cultura como 'adoración' en Caxton (1483) -La forma francesa de cultura fue couture- francés antiguo- la que se ha desarrollado en su propio significado especializado y más tarde culture, la que para el siglo XV temprano pasó al inglés. Por lo tanto, el significado primario fue labranza: la tendencia al crecimiento natural.

    En castellano la palabra cultura estuvo largamente asociada a las labores de la labranza de la tierra, significando cultivo (1515); por extensión, cuando se reconocía que una persona sabía mucho se decía que era "cultivada". Según una fuente2, es solo en el siglo XX que el idioma castellano comenzó a usar la palabra cultura con el sentido que a nosotros nos preocupa y habría sido tomada del alemán kulturrell. Si bien es posible pensar que nuestra preocupación por conocer el concepto "cultura" desde las ciencias sociales proviene más bien de la fuerte influencia que el saber norteamericano ha tenido sobre nuestra propia cultura hacia las décadas de los 50 y 60.

    Usos, Acepciones Y Concepciones De La Palabra Cultura

    Parte de la confusión con el concepto de cultura surge cuando se le usa como expresión y manifestación de las bellas artes, especialmente en diarios y revistas; de donde se interpreta que las personas instruidas y conocedoras de las artes y de otras gentes son muy instruidas, asumiéndose que hay toda una gradación hasta los "incultos" (carentes de cultura); por otro lado es sabido que también se usa para denominar a grupos humanos no conocidos, como la cultura Diaguita o Mapuche, pero muchas personas quedan confundidas con esta doble significación. Los profesores parecen tener una marcada preferencia por la primera acepción, a la vez que se reconocen ellos mismo y son reconocidos por los demás como personas "cultas", pero usualmente transmiten en el aula una acepción que --con algunas variaciones de contenidos-- se acerca más a la segunda: que cultura es el conjunto de costumbres, mores y folkways4, de un pueblo, heredados y transmitidos de generación en generación.

    Para las ciencias sociales, el concepto de "cultura" es comúnmente precisado en varias definiciones particulares que expresan lo que se entiende por cultura desde las necesidades y elaboraciones de disciplinas específicas, Raymond Williams las clasifica como la acepción sociológica, la antropológica y la estética, también llamada humanista por G. N. Fischer, agregando una cuarta acepción, la psicoanalítica.5 Todas estas acepciones --o concepciones al decir de Fischer-- son comúnmente usadas en nuestro país, aunque su significado exacto es confuso para muchas personas. Estas cuatro formas de usar el concepto se explica así.

    Estética: Es el sustantivo común y abstracto "que describe trabajos y práctica de actividades intelectuales y específicamente artísticas, como en cultura musical, literatura, pintura y escultura, teatro y cine"6, es decir, se trata de un concepto de cultura que considera que esta se acrecienta en la medida que se eleva hacia las manifestaciones más altas del espíritu y la creatividad humana en las bellas artes. A lo anterior habría que agregar que los viajes también aportarían al permitir conocimiento de otros pueblos y costumbres.

    En palabras de Fischer, "se dirá así de un individuo que tiene cultura cuando se trata de designar a una persona que ha desarrollado sus facultades intelectuales y su nivel de instrucción. En este sentido la noción de cultura se refiere a la cultura del alma (cultura animi, Cicerón) para retomar el sentido original del término latino cultura, que designaba el cultivo de la tierra"7. Por extensión se asume que un individuo que conoce de las más altas manifestaciones del espíritu humano tiene que ser diferente a la gente común, demostrando su alto nivel de cultura mediante maneras refinadas de trato con los demás, asignándole la calificación de "culto"; por contraposición, una persona con un escaso nivel de educación y refinamiento pasa a ser "inculto" o de "poca cultura".

    Esta forma de conceptuar la cultura pertenece definitivamente a la Europa refinada del siglo XIX, y se acerca mucho al concepto usual, tradicional de la calle o el común de la gente, la que en Chile se hizo corriente por la fuerte admiración que había en el siglo pasado por las letras y la "cultura" europea.

    La razón por la que Fischer lo llama la concepción humanista del término, se debe a que el pensamiento humanista decimonónico partía de la base de que el progreso humano era continuo y ascendente, sumando cada vez más conocimientos del hombre y la naturaleza, que se traducían en el crecimiento de la filosofía, la ciencia y la estética. Esta forma de progreso en el refinamiento del espíritu era capaz de producir obras de extraordinario refinamiento estético, pero que sólo podían comprender aquellos a los que la fortuna les permitía un gran acervo de conocimiento y desarrollo intelectual, de manera que este crecimiento y sus manifestaciones más altas de significado y refinamiento era la cultura humana en ascenso permanente.

    Para la Antropología, la cultura es el sustantivo común "que indica una forma particular de vida, de gente, de un período, o de un grupo humano" como en las expresiones, la cultura chilena o la cultura mapuche, expresando lo que podríamos llamar el concepto antropológico de la cultura; está ligado a la apreciación y análisis de elementos tales como valores, costumbres, normas, estilos de vida, formas o implementos materiales, la organización social, etc. Se podría decir que a diferencia del concepto sociológico, aprecia el presente mirando hacia el pasado que le dio forma, porque cualquiera de los elementos de la cultura nombrados, provienen de las tradiciones del pasado, con sus mitos y leyendas y sus costumbres de tiempos lejanos. De manera que el concepto antropológico de cultura nos permite apreciar variedades de culturas particulares: como la cultura de una región particular, la cultura del poblador, del campesino; cultura de crianza, de la mujer, de los jóvenes, cultura universitaria, culturas étnicas, etc.

    El concepto sociológico

    Mucho menos conocido y apreciado, el concepto sociológico se entiende como "el concepto abstracto que describe procesos de desarrollo intelectual, espiritual y estéticos" del acontecer humano, incluyendo la ciencia y la tecnología, como cuando se habla del desarrollo cultural de un pueblo o país; Fischer dice que para la concepción sociológica la cultura se define como "el progreso intelectual y social del hombre en general, de las colectividades, de la humanidad". En general se usa el concepto de cultura en su acepción sociológica, cuando el hablante se refiere a la suma de conocimientos compartidos por una sociedad y que utiliza en forma práctica o guarda en la mente de sus intelectuales. Es decir, al total de conocimientos que posee acerca del mundo o del universo, incluyendo todas las artes, las ciencias exactas (matemáticas, física, química, etc.) las ciencias humanas (economía, psicología, sociología, antropología, etc.) y filosofía. Teniendo presente que por mucho que ese pueblo o sociedad sepa del universo, siempre hay áreas de conocimiento que no posee o desconoce. Por ejemplo ¿Cree UD. que los chilenos sabemos todo sobre matemáticas, física química, o cualquier campo del conocimiento? La respuesta es que no, que hay muchísimos campos del conocimiento y su aplicación práctica que debemos aprehender como país, al mismo tiempo que debemos aprender cómo y cuando usarlo. Por ellos es justamente el sentido sociológico el que usa los agentes del gobierno, la planificación o la política cuando proponen planes "para desarrollar la cultura nacional".

    El concepto sociológico de cultura tiene una fuerte connotación con la apreciación del presente pensando en el desarrollo o progreso futuro de la sociedad para alcanzar aquello que llamamos el patrimonio cultural de la humanidad o simplemente "la cultura universal". Es en este sentido que debe entenderse la expresión "desarrollar la cultura de un país", implicando desarrollar y ampliar el conocimiento nacional de lo que el hombre (universal) ha sido capaz de desarrollar hasta hoy8.

    Es en este sentido sociológico que se entiende --por ejemplo-- las expresiones de Humberto Eco: "Una prudente política de los hombres de cultura como corresponsales de la operación televisión será la de educar aun a través de la televisión a los ciudadanos del mundo futuro, para que sepan compensar las recepción de imágenes con una rica recepción de información escrita" 9

    1.4 Arte, Artesanía y Folklore.

    1.4.1 Conceptos de Artesanía y Folklore.

    ARTE, ARTESANÍA, FOLKLORE: CONCEPTO Y CONEXIÓN

    Concepto de Folklore
    En realidad, la palabra original corresponde a Folklore, que fue creada por el arqueólogo Williams John Thoms, quien la propuso a la revista inglesa Athenaeum en 1846. Sin embargo, su reconocimiento oficial sólo se logró a partir de 1878, cuando es fundada en Londres la Folklore Society. Desde entonces es aceptada universalmente por los estudiosos de la nueva ciencia que tiene por objeto de estudio la cultura tradicional del pueblo. Este vocablo está compuesto de dos palabras:
    FOLK (pueblo o gente) y LORE (conocimiento o saber). De esta manera entendemos por folklore:

    El conjunto de manifestaciones culturales y artísticas por las cuales se expresa un pueblo o comunidad en forma anónima, tradicional y espontánea, para satisfacer necesidades de carácter material o inmaterial.

    El folclore como la expresión estética de la cultura tradicional es el arte verbal y coreográfico, es eminentemente el lenguaje que el hombre principalmente iletrado utiliza como instrumento de su cultura. No es simple manifestación recreativa; el hombre es hacedor de cultura; el hombre es ser social; el folclore por ende producto social que va a reflejar el substrato de su etnia, el concepto de la colectividad.

    Por tanto crea un testimonio, una denuncia que va a decir a la comunidad y a sus descendientes, el aplauso o la censura "en los distintos momentos de su proceso histórico."

    El "hecho folclórico" representado en la proyección, sea "genuino autentico", es decir, fiel espejo de la cultura en que se nutre y conserva y conforme lo ejecuta la comunidad imitada.

    El folclore como el resto de su cultura, se halla adherido al hombre cual su piel, es su alma, su primera naturaleza.

    El folclor no es patrimonio exclusivo de una clase social, el más humilde servidor, el poblador de una barriada, el incipiente artista o el más encumbrado doctor artista de renombre, conservan latente y trasmiten su honda vivencia tradicional que no ha logrado borrar la vida de la metrópoli con su fuerte impacto ni la ciencia y arte modernos que allí lo cerca.

    El folclor es patrimonio de todas las clases sociales, aunque preferentemente de los sectores populares y de ellos, más los populares e infantiles.

    El folclor es patrimonio de todo un pueblo aparte de clases.

    Clasificación Tripartita del folclore según Isabel Aretz :

  • material o ergológico (objetos)

  • social ( vida de relación de la personas)

  • espiritual-mental (producto intangible de la mente del hombre, que se subdivide en:

  • manifestaciones artísticas- literatura, música, danza, artes plásticas

  • anímico- creencias y supersticiones

  • saber empírico, principio de todas las cosas

  • Para el autor Carvalho Netto : las especies folclóricas se clasifican en seis grupos:

  • Folclore poético: cancionero, romancero, refranero, adivinanzas

  • Folclore narrativo, mitos, leyendas, cuentos, casos

  • Folclor lingüístico: vocabulario, pregones, mímica. Estas tres especies conforman la "literatura oral", "folclore en su antiguo concepto"

  • Folclore mágico: magia, religión, medicina popular

  • Folclore social: fiestas, teatro, música, danzas e instrumentos musicales, indumentaria, mascaras, juegos y juguetes, familia, trabajo

  • Folclore ergológico, habitación, cocina, transporte, arte popular, "otras ergologías

  • 'La naturaleza del arte'
    Concepto de Artesanía
    La Artesanía es tan antigua como la humanidad. Si bien en un principio tenía fines utilitarios, hoy busca la producción de objetos estéticamente agradables en un mundo dominado por la mecanización y la uniformidad. Casi todas las técnicas artesanales que hoy se practican tienen cientos o miles de años de antigüedad.

    La Artesanía constituyó la base de la economía urbana en Europa hasta la Revolución Industrial, en el siglo XIX. Sin embargo, los artesanos desaparecieron prácticamente con el nacimiento de la producción en serie. Como reacción a los efectos de la industrialización se creó en Inglaterra, a finales del siglo XIX, el movimiento "Arts & Crafts", liderado por el diseñador y reformista social William Morris.

    El gran interés que la Artesanía despierta hoy en el mundo occidental tiene su origen en gran medida en este movimiento. Sin embargo sus fronteras, su campo de acción, aún no está delimitado claramente, pues cada país de la Unión Europea lo plantea de diferente manera. De ahí ese batallar entre los artístico y lo artesano, lo hecho a mano y lo industrial. lo tradicional y lo moderno.

    Está claro que hay oficios abocados a desaparecer. Gilbert Sominic, responsable del área de Artesanía en el Gobierno Francés distinguía, en 1982, entre oficios que se resisten a desaparecer y oficios amenazados de extinción.

    En los primeros incluye a todos los oficios que se refieren al arte de la alimentación, construcción y moda. Pero también podríamos incluir en este apartado algunos en probable vía de extinguirse y que han sufrido en estos años una inteligente reconversión.

    Toda obra manual bien hecha es Artesanía, partiendo de materias primas muy comunes:

    barro, piedra, hierro, cobre, fibras vegetales y animales, maderas, cuero, etc. Transforma das a mano en productos de uso y con aplicaciones que van desde lo decorativo a lo meramente utilitario, el artesano tiene ante si un campo inmenso.

    La época de mayor esplendor de la Artesanía fue entre los siglos XIV y XVIII en los que los gremios se encargaban de formar al menestral facilitándole el aprendizaje y corroborando con el correspondiente exámen ("Pieza maestra") la calidad de su trabajo. Pero hoy en día el aprendizaje de un oficio tiene otros parámetros, pues nuestra sociedad ha cambiado, y la sociedad actual requiere una formación profesional que sea rápida, integral y actualizada, pues los procesos de producción, la mecanización y la informática, afectan de una manera directa al mundo de la Artesanía.

    DEFINICIONES

    El concepto artesanía ha adoptado muy distintas facetas a lo largo de la historia, de tal forma que su definición actual constituye uno de los aspectos mas polémicos de la propia problemática del sector, dependiendo desde que punto de vista se analice:

    Tecnológico: Su definición es de carácter fundamentalmente manual y con cierto sentido artístico.

    Antropológico:

    La tradición es la que asigna a estos productos una función dentro de la comunidad. Desde esta perspectiva, cabe entender por artesanía toda actividad, retribuida o no, que no haya sido afectada por los principios de especialización, división y mecanización del trabajo.

    Cultural:

    El concepto artesanía se funde con el de "arte popular", entendido como aquel conjunto de actividades productoras, de carácter esencialmente manual, realizadas por un solo individuo o una unidad familiar, transmitidas por tradición de padres a hijos y cuyos productos, generalmente de carácter anónimo, están destinados a la cobertura de necesidades concretas.

    Nuevas Expresiones:

    Aparece un nuevo concepto de artesanía que pretende aglutinar no solo las manifestaciones artesanas entroncadas con las tradiciones populares, sino también todas aquellas actividades que, incorporando nuevos procesos productivos, materiales y diseños, conservan un carácter diferencial respecto a la producción industrial seriada.

    UNIDAD 2 : Los Valores

    2.1 Concepto de valor.

    2.1.1 Teorías acerca de la naturaleza de los valores, conclusiones : Concepto de

    Valor.

    2.1.2 Características y propiedades de los valores.

    VALORES, CONCEPTO, CARACTERÍSTICAS, PROPIEDADES Y TEORÍAS DE SU NATURALEZA

    La axiología, que es la teoría de los valores, considera con respecto a ciertos objetos (bondad, Belleza, verdad, justicia y santidad), que el hombre formula a cada paso juicios de valor, es decir, juzga acerca de tales cualidades y las acepta o la s rechaza.
    El hombre, con el concurso de las diversas partes de su cuerpo y guiado por la inteligencia, descubrió la existencia de los diferentes objetos de la naturaleza; su curiosidad lo llevó a tratar de explicarse la esencia de cada cosa indagando acerca de sus notas constitutivas, es decir, hizo primero una incursión en el campo ontológico, y en la búsqueda incesante de cosas nuevas descubrió otro mundo, el de los valores, el campo axiológico. Por intuición, por una especie de visión interna, descubrió el mundo del valor y como no pudo permanecer inactivo, se transformó en el eterno cultor de valores, lo que lo hizo diferente y superior a los demás animales. Intentó dar forma corpórea a los valores, originando los bienes culturales. Al descubrir el mundo de la verdad, se convirtió en científico y filósofo. Descubrió el reino de la belleza y dando rienda suelta a su sentimiento, por medio de mil formas plasmó su ideal y se hizo artista; vislumbró el mundo de la moral y aprendió a distinguir el bien y el mal. Inquirió por la justicia y la conoció al igual que la injusticia. Imaginó el orbe de lo luminoso y creó la religión; se descubrió a sí mismo y comprendiendo que el más preciado valor es la vida humana, se dedicó a ennoblecerla, dándole como sentido la realización de los más altos valores.
    Para los tres pilares de la filosofía griega, Sócrates, Platón y Aristóteles, el valor supremo fue la felicidad; hedonistas y epicureístas aceptaron el placer como él más alto valor; los estoicos como supremo valor buscaron la imperturbabilidad; los sofistas, sin embargo, negaron la existencia de los valores.
    Durante los primeros tiempos del cristianismo, la totalidad de la vida se subordinó al dogma religioso; no se especuló sobre la existencia o inexistencia de los valores, porque la única preocupación fue la fe cristiana; el valor único fue alcanzar la salvación del alma. La Edad Media fue estéril en filosofía; sin embargo, desde el Renacimiento el hombre renunció al apoyo de la religión y comenzó a buscar por sí mismo los valores en la ciencia y en el arte.
    En el transcurso de los siglos el hombre ha levantado sobre problemas de importancia como la naturaleza de la belleza, la bondad, la verdad o la justicia, pero ¿qué se debería creer a la luz de los muchos cambios que trajo el mundo moderno? El primer impacto fue el de las teorías evolucionistas, la consideración biológica del hombre como parte del reino animal; y el estudio mismo de la evolución en la moral, a cuya luz los modos primitivos aparecen desprovistos de toda espiritualidad, llevó a negar la existencia de los valores como algo objetivo: es el hombre quien da valor a las cosas, los valores son creaciones del hombre, son subjetivos.
    Este argumento fue superado con cierto éxito: el origen del hombre adujo la tesis opuesta, no menoscaba sus presentes ideales sobre moralidad y otros patrones normativos considerados generalmente buenos; la misma evolución siguiere un proceso natural en la humanidad, desde los más rudimentarios y crudos valores de la vida. Luego intervinieron en la discusión los conceptos históricos: no hay valores universales, no hay verdad, ni bondad, ni belleza, ni justicia, ni santidad; según lo demuestra la relatividad histórica, no existe ese desarrollo uniforme de la humanidad hacia los mismos ideales de la vida.
    El materialismo histórico de Marx acentúa ese relativismo al explicar que son los factores materiales los que condicionan la vida del hombre, los valores los concibe el sujeto.
    El utilitarismo opinó que los valores dependen de lo que una sociedad encuentra necesario para su supervivencia y bienestar; para otras opiniones lo social tiene menos significado, ya que los valores deben interpretarse simplemente como expresiones del hombre, individualmente considerado dentro de ocasiones concretas.
    Para estas teorías los valores son subjetivos, y su validez desaparece cuando el individuo pierde interés. Es cierto que acaba por crearse una opinión general que influye en el propio sentido de los valores de cada hombre, pero los términos bondad, verdad, belleza, justicia y santidad, en el intercambio social son meros instrumentos de persuasión para los individuos que piensan de manera semejante.
    Estas teorías crearon un escepticismo acerca del valor: no hay, por tanto, ninguna base objetiva y real de lo bueno, lo malo, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, lo justo y lo injusto.
    Los más renombrados filósofos habían puesto siempre su fe en la razón, fundando su filosofía en esa peña. Los pensadores griegos de hace dos mil años concebían la vida desprovista de significado en caso de no existir los valores; Sócrates y Platón los concibieron como entidades existentes, patrimonio de la humanidad; esta tradición fue reafirmada por Leibniz y Hegel, quienes agregaron que la razón puede penetrar en el pensamiento de las distintas épocas y descubrir principios universales y permanentes, los valores.
    Esta concepción fue puesta en dudad por Montigne y Hume: "¿Qué mundo es éste en que la justicia varía de una margen a otra de un mismo río? ¿Por qué la esclavitud fue para el pueblo griego, el más civilizado de la antigüedad, justa y dejó de serlo para el cristianismo?" Entonces, concluyen, los valores son lo que el hombre desea que sean.
    A estas inquietudes se contestó que los valores se transforman sin que esto afecte su esencia íntima. La apreciación del valor que el hombre ha hecho a través de la historia es lo que cambia. En Grecia había por naturaleza hombres libres y esclavos, y no podía darse a los esclavos lo que correspondía a los hombres libres. Con la predicación de amor al prójimo y la igualdad pregonada por las doctrinas cristianas, la esclavitud se consideró injusta y tendió a desaparecer.
    En el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales, se desarrollaron doctrinas pesimistas y aun desesperadas, originadas en Shopenhauer y Nietzsche, que niegan rotundamente la existencia de los valores. Así como también después de la segunda guerra mundial cobró fuerza el existencialismo, que contempla lo absurdo e insustancial de la vida y encuentra los valores más allá de la desesperación, buscando una nueva vida para el hombre, basada en su propia existencia como guía.
    La filosofía naturalista sostiene que los hombres, al buscar el conocimiento, llegarán a encontrar naturalmente los valores y a apreciar las cosas buenas, verdaderas, bellas y justas. Esta tesis ha sido rechazada por la mayoría de los filósofos.
    Entonces, ¿qué son los valores, son objetos reales, o concepciones subjetivas?
    Tres posturas adopta la filosofía actual: el subjetivismo, el objetivismo y una tesis ecléctica.
    El subjetivismo sostiene que los valores son reflejos de nuestro espíritu sobre las cosas, el sujeto los crea, lo valioso se da en su conciencia, sin el hombre el valor queda suprimido. El mundo no es bello, ni bueno, ni verdadero; es real, pero es calificado en la conciencia del sujeto.
    El objetivismo considera que los valores existen independientemente del hombre, éste se concreta a captarlos, pero existen aun cuando no sean captados; no se les puede cuantificar, son ajenos a toda idea cuantitativa, simplemente valen, por eso se les llama valores. "No revela talento quien inquiere acerca de su existencia, dice Müller, pues siendo ésos no demostrables, sino apenas mostrables, quien así pregunta revela estrechez intelectual y una absoluta incapacidad filosófica."
    Schiller resguarda los valores del subjetivismo, los valores son y se captan por medio de la preferibilidad emocional y afectiva.
    Hartman sostiene que los valores son determinados por la conciencia estimativa del hombre; si bien son esencias independientes de la realidad, que no provienen de las cosas ni de los sujetos y a las que se llega por una visión intuitiva a priori, la conciencia puede aprehenderlas, pero no crearlas; afirma que son esencias puras, objetos ideales existentes en sí, pero intuidos por el sujeto.
    Ninguna de las dos teorías explican realmente la naturaleza de los valores. Una tercera teoría sintetiza y combina las dos: el valor, dice, sólo tiene sentido y plenitud cuando se establece una relación entre un objeto dotado de ciertas propiedades naturales en él y un sujeto que las descubre, las adapta a sus necesidades y las valora; sin embargo, el valor es social. La sociedad es un ser apto para forjar ideales, es el alma colectiva que forja los ideales, colectivos también, que no son fría y abstractas representaciones, sino principios vivos y actuantes. La sociedad es esencialmente creadora del ideal y los valores son esas formas del ideal que no son solamente obra de cada uno de los hombres.
    El valor nace entonces de las relaciones de los hombres y de las cosas, no se constituye ni toma conciencia de sí mismo sino cuando se fija en las cosas y puede ser visto, sentido y aprehendido por todos. Los valores, además, son poseedores de una materia que no es otra cosa que el conjunto de determinaciones ideales que hacen aparecer en nuestra intuición emocional Las cosas como algo valioso o no; esta materia es lo que les da su objetividad, como cuando se juzga lo bueno o lo malo de un acto, lo verdadero o lo falso de un pensamiento, lo bello o lo feo de un cuadro, lo justo o lo injusto de una decisión.
    Los valores son imperativos porque son colectivos. La fuerza original, nacida en la conciencia social, es la que crea el valor y le da fuerza; la sociedad posee un fruto producto de su esfuerzo, de su afán de dar sentido a la existencia humana, este fruto es la cultura, por esto los valores se muestran como entidades existentes aparte del sujeto, son sociales.
    Los valores no son dones que nuestra subjetividad da a las cosas, sino un sutil conjunto de percepciones que nuestra conciencia encuentra fuera de sí. El valor no es inventado, es descubierto, las cosas no valen porque sean buenas, bellas o verdaderas; son buenas bellas y verdaderas porque valen: el ruibarbo no es amargo porque es desagradable, es desagradable porque es amargo.
    El hombre no es libre para atribuirles sólo porque sí, valor a las cosas; acciones hay, afirma el filósofo Jaime Balmes, consideradas como buenas de manera natural: el amor filial, la piedad, la templanza, etc., la esencia de la bondad es la negación de la maldad; sin embargo, la esencial objetividad del valor encuentra su necesario complemento en nuestra subjetividad. Esto significa que las cosas parecen subjetivamente valiosas, pero ningún valor puede realizarse sin el sujeto, sin darle el hombre tal calidad a las cosas.
    No hay que olvidar, sin embargo, que los valores dados sufren las modificaciones circunstanciales de tiempo y de lugar.
    Las cosas son y valen porque así lo sentimos irrecusablemente en la conciencia. Aunque ignoramos por qué valen, es un hecho universal que valgan lo verdadero, lo bello, lo bueno, lo justo, y si tienen existencia y son valiosos y son universales, son relativos en al conciencia del hombre según su manera de estimarlos: esto que es bello para ti, no lo es para mi.
    Los valores entonces, no son esencias lógicas, sino axiológicas; su determinación esencial es el valer, no el ser.
    La vida humana es el fundamento del valor, es valioso aquello que contribuye a darle su plenitud. Los valores, ya se dijo, son el contenido de la cultura, el algo que el hombre anhela poseer, lo que da sentido y motiva su existencia. José Ingenieros afirma que los valores son el ideal del hombre, "sin ellos sería inexplicable la evolución humana, palpitan detrás de todo esfuerzo magnífico realizado por un hombre o pueblo. Los ideales son faros luminosos que de trecho en trecho alumbran la ruta".
    Tal es la postura que acepta la filosofía actual con respecto a los valores; sin embargo, lejos de haberse agotado el problema, sigue siendo motivo de estudio.

    2.2 Valores Estéticos o Formales.

    VALORES ESTÉTICOS O FORMALES

    Desde que los filósofos empezaron a ocuparse de la estética, surgió el problema, bastante arduo por cierto, de definir los valores estéticos; puesto que la estética tiende a crear un valor, es preciso, de decía, definir su o sus valores. Este punto es esencial y de gran trascendencia para la filosofía del arte; sin embargo, el intento de encontrar una definición que llene los requisitos de tal, es casi una de sus imposibilidades.

    Para Ramos, "mientras que los valores en el arte se dan con plena evidencia a la intuición del artista o del contemplador, no sucede lo mismo cuando se trata de aprehenderlos racionalmente para determinar su esencia conceptual. Los valores estéticos muestran que su cualidad sensible es ilógica e irracional, quedan fuera de toda lógica y de toda razón".

    El primer intento, fracasado, fue de Platón, quien al tratar de llevar la idea de la belleza como valor estética hacia el mundo inteligible, se encontró con que su sentido concreto se evaporó convirtiéndose en idea, una idea completamente vacía.

    El valor belleza, fundamental en el arte, no es valor formal, sino un valor de contenido concreto, lo que es patente sólo con pensar que se da tal calificativo a un poema, una melodía o un cuadro, en realidad se trata de cosas diferentes aun cuando se les aplique el mismo adjetivo; lo que en estas cualidades aparece como esencial es precisamente lo que en cada caso las individualiza, no con rasgos comunes, de ahí la dificultad de definir la belleza y los demás valores estéticos.

    Bajo el nombre de belleza ha dado el hombre en comprender toda la gama de valores estéticos, lo sublime, lo gracioso, lo trágico; enseguida, cierto valor estético concreto, como cuando se hace referencia a la belleza de la figura humana manifestada en pintura y escultura, por ejemplo.

    Entonces, ¿cómo encontrar una unidad del valor estético?

    Parece que no hay otro camino para entender, no definir, los valores estéticos, que a partir de las reacciones emocionales que corresponden a los mismo valores.

    Estas reacciones son individuales, subjetivas, pero están relacionadas con el objeto que nos parezca bello (o feo, trágico, gracioso, etc.). Los diferentes valores expresados en el arte corresponden entonces a intereses espirituales de un orden peculiar que encuentran su manifestación adecuada en la expresión artística; empero en la obre de arte no sólo se dan valores estéticos, se dan valores de muy diversa índole, de los qu

    e no se puede hacer abstracción al contemplar o juzgar la obra; así, hay expresiones artísticas cuya finalidad es moral, religiosa, política y aun de propaganda comercial que llevan en sí valores que no son puramente estéticos y no por eso puede disminuirse su valor estético.

    Entonces en la obra de arte existen, además de los valores estéticos, valores extraestéticos. Raymond Stites considera que en la obra de arte existen valores formales, valores de asociación y valores utilitarios.

    - VALORES FORMALES

    Los valores formales son los valores estéticos y son propios de la obra de arte (recuérdese que el arte no sólo expresa lo bello); estos valores hablan a la sensibilidad del hombre, son los que provocan en el contemplador la emoción estética, ya que tienden a despertar la sensibilidad humana y a producir experiencias estéticas, haciendo caso omiso de cualquier otro tipo de mensaje.

    2.2.1 Teorías acerca de la naturaleza de la belleza

    2.2.2 La belleza como una constelación de valores.

    Desde tiempos remotos el hombre intentó definir la belleza, la mayor parte de los pueblos antiguos la identificaron con la verdad o la bondad. Para Platón la belleza era algo de origen divino que inspiraba amor. Plotino la consideró como algo inmaterial unido al "ser puro"; para Longino lo bello se convierte en sinónimo de lo sublime; Waldo definió la belleza como el momento de transición en el cual una forma parece hallarse en trance de fluir a otras formas.
    Agustín de Hipona, para quien la belleza consistía en la armonía, elaboró una teoría: existen dos tipos universales de belleza, una basado en los valores materiales y la otra sobre valores de asociación, ésta última estriba en el objeto, íntimamente unida con los símbolos que pueden adornarlo: "Un estilete de hierro hace tornado útil porque con él podemos escribir, ésta es su propia e individual belleza, pero por cuanto nos puede proporcionar un goce estético constituye está una parte de la belleza divina".
    Tomás de Aquino expuso la belleza en tres sentidos: primero, el objeto debe ser algo perfecto, circunstancia que lo convierte en un trasunto de la belleza celeste; segundo, el atributo de la belleza se refiere a las proporciones de las partes que constituyen la obra de arte, y tercero, debe existir una mística correspondencia entre el objeto y la "divina luz".
    Odón consideró la belleza como "un presentimiento del cielo"; para Leibniz, la belleza consistía en la perfección. Hume decía que no era cualidad de las cosas, sino del espíritu que las contempla. Baumgarten la sintió como un reflejo de la belleza divina que es la perfecta; para Kant, es un juicio humano. Hegel, por lo contrario, afirmó que siendo la consonancia del espíritu y la forma, resultaba una perfección y una excelencia. Diderot, para quien la belleza es la vida, sostuvo que la vida entera es bella.
    Podrían seguirse citando definiciones de todos los tiempos, en general la mayor parte de los filósofos coinciden que es algo relativo al espíritu, salvo Voltaire, que con un criterio materialista la considera como una apreciación de los sentidos: "Para el sapo no hay nada más bello que su sapa",
    ¿Qué es entonces la belleza?
    Harto difícil, cuando no imposible, resulta tratar siquiera de definir la belleza. En realidad, pretender dar una definición de la belleza es, como dice Eugenio Carrir, "pedir el significado de un nombre". Sin, por ejemplo, se pregunta que cosa es lo bello y se responde que lo que proporciona determinado placer a la vista, al oído o, de manera más material, al tacto, sería necesario añadir qué clase de placer proporciona, y naturalmente no podría explicarse con claridad. Querer definir lo bello es como querer definir un color; cuando se pregunta qué es lo que quiere decir azul, según Carrir a nadie se le ocurriría responder: "azul es un movimiento cerebral originado por la estimulación de los nervios ópticos ante determinada vibración de la luz", más bien se busca un punto de referencia, y señalando una flor, unos ojos o el firmamento, se contesta: "eso es azul".
    ¿Lo útil es lo bello? No, lo bello es en cierto modo útil y deleitoso, pero el objeto útil y deleitoso no siempre es bello: los manjares más exquisitos, los aromas más delicados son útiles y deleitan, pero de ninguna manera pueden llamarse bellos. ¿Lo bello es lo agradable? Tampoco; aunque por lo regular lo bello es agradable, hay infinidad de cosas agradables que distan mucho de ser bellas: una buena digestión, un sueño reparador son agradables, pero de ninguna manera bellos.
    Por otra parte, a ciertas cualidades se les califica como algo bello, la virtud, la bondad o la verdad, también al alma humana se le da tal calificativo, a algún gesto generoso se le estima como tal. Se habla de la belleza en las flores, en las mañanas, en el mar, de la misma manera que se considera bello un poema, una sonata o una catedral.
    La reacción del hombre frente a ciertos actos, cualidades o sentimientos, frente a la naturaleza y frente al arte, es emotiva; sin embargo, pese a la emoción que se siente no pueden definirse los sentimientos ni la belleza que todo ello encierra. Esto quiere decir que la esencia de la belleza, su contenido, es desconocido, la belleza entonces es algo indefinible; sin embargo, si hay muchas coas, fenómenos naturales, obras de arte, actos humanos que parecen bellos; ¿no será que existe una cualidad común a todo esto, que aunque no se haya pensado en ello, se convierte en bellas? Debe existir, puesto que si no es posible definir la belleza porque su esencia es desconocida, puede definirse de acuerdo con el efecto capital que produce. Según esto, la belleza será una cualidad común a todas estas cosas que se han mencionado y que produce con su contemplación un sentimiento puro.
    Esa cualidad común a todo lo bello, que produce sentimientos puros, Carrit la llama "significación o sentido" y es algo que poseen las obras de arte, la naturaleza y aun los actos y cualidades y que es lo que permite llamar bella a la verdad, a una obra de arte o a un fenómeno natural.
    Cuando no se trata del arte, este sentido o significación se comunica comúnmente con una mirada, una sonrisa y hasta con una cosa tan trivial como un apretón de manos.
    En el arte este sentido o significación es el algo que poseen profundamente las obras de arte y que se nos comunica, es lo que el artista quiso expresar y expresó en su obra. Pero aún hay más, entre las cosas que despiertan imágenes sensibles, sólo serán bellas aquellas cuya significación o sentido sea natural o inmediato en ellas, de ninguna manera convencional. Un poema es bello porque es significante, porque evoca de manera natural imágenes sensibles; un experimento científico sólo podrá llamarse bello de forma convencional.
    Si la belleza es siempre significativa, resulta que esta cualidad de significación no es en absoluto una cualidad propia de los objetos, las cosas no significan anda en sí mismas, con ellas significamos o bien leemos en ellas un significado. Se capta la belleza en la naturaleza o en el arte según el significado o sentido que tenga lo bello, es entonces lo que agrada por la significación o sentido que tenga individualmente. Las cosas sensibles despiertan en el alma recuerdos adormecidos, que son lo que Platón llamó reminiscencias.
    La apreciación de la belleza resulta subjetiva, ello se demuestra al decir que las cosas en sí no son bellas, sino que lo parecen por lo que significan o por las imágenes que al contemplarlas se evocan.
    De conformidad con todo lo expuesto a la pregunta inicial qué es lo bello, Carrit opina que la mejor respuesta parece ser: "Una cosa es bella cuando es una cosa sensible, que agrada por la significación o sentido que tiene para nosotros", debiendo ser naturales o inmediatas en el objeto estas cualidades.
    Contribuyen a considerar lo bello cualidades secundarias: forma, color, sonido, proporcíón, etc., las cualidades del sujeto: cultura, temperamento, imaginación y aun su estado de ánimo.
    La belleza es expresión de la emoción y como tal nunca penetra a través del gusto, el tacto o el olfato; se percibe por medio de la vista, llega a través de la forma de las cosas, su gracia y su primero que combinados armónicamente hacen que parezca bello un objeto. Con la vista se percibe la belleza en la pintura, escultura y arquitectura; con el oído se percibe la cadencia, el ritmo, la dulzura, la combinación armónica de estos elementos constituye la música y la poesía. Con la vista y el oído se percibe la belleza de las artes complejas: danza, teatro y ópera.
    El mensaje que el artista escribió con lenguaje artístico en su obra y que quedó plasmado en ella, ese es el significado, y se trasmite porque todo ser humano, salvo ceguera estética, la cual por fortuna es rara, puede percibir la belleza. Este sentido o significación se palpa más claramente en las artes literarias, pero igual aparece en las demás bellas artes.
    Cuando se trata de la naturaleza, es muy difícil hacer su sentido definido; sin embargo, la convicción de que lo posee es tan rotunda que los teólogos no han vacilado en afirmar que la naturaleza es el arte de Dios. Hay fenómenos naturales que han cobrado una significación, pudiera decirse universal, desde tiempos remotos: un mar tempestuoso parece símbolo de cólera; el viento huracanado, de impetuosidad; una mañana llena de sol se califica de alegre; se dice que hay juventud en los botones de las rosas, nadie se ha fijado ese carácter expresivo, pero así se han considerado. La belleza en la naturaleza tiene la propiedad de excitar los sentimientos más puros del alma: la serenidad de un valle silencioso, la grandeza del cielo estrellado, lo inconmensurable del mar tienen efecto conmovedor en el alma por su significación y sentido. La contemplación del arte en cualquiera de sus formas provoca en lo más íntimo del ser humano una emoción indefinible. Así sucede siempre al contemplar lo bello donde quiera que se encuentre; se percibe, emociona, eleva los sentimientos aunque no pueda explicarse el porqué.
    Si la característica más sobresaliente de las cosas bellas es su significación, cabe hacer notar que esta cualidad no es exclusiva de lo bello; las fórmulas físicas, químicas y matemáticas son símbolos significantes, pero no son bellos ni sugieren imágenes bellas, entonces resulta que para llamar bellas a las cosas, éstas deben ser, ante todo, significantes por su carácter sensible o por las imágenes sensibles que despiertan al contemplarlas.
    Justino Fernández dice que todos los hombres, por serlo, están necesitados de algo, necesitan hacerse un mundo habitable, humano, necesitan de la belleza.
    Según Emmanuel Kant, "la belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa"

    Por todo esto decimos que la belleza es una recopilaron de valores pues logra exaltar los mas profundos sentimientos en el ser humano ya sea con uno o varios sentidos y la mayoría de esos sentimientos son bellos y por lo tanto valorativos según la sociedad en la que vivimos y en lo personal de uno mismo.

    En realidad los valores estéticos son una constelación de valores que se conjugan en la obra de arte como una unidad indisoluble y que produce en el espectador una impresión emotiva, unitaria también.

    2.3 Valores extraestéticos.

    2.3.1 Características de los valores extraestéticos.

    2.3.2 Valores de asociación.

    2.3.3 Valores utilitarios.

    Valores extraestéticos, de asociación y utilitarios

    -VALORES EXTRAESTETICOS




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    Enviado por:Daniel Rosas
    Idioma: castellano
    País: México

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