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Murieron con las botas puestas; Raoul Walsh


THEY DIED WITH THEIR BOOTS ON

(1942, Murieron con las botas puestas)

ÍNDICE

  • Ficha técnico-artística y carteleras del film

  • Sinopsis argumental y fotogramas del film

  • Sobre el director Raoul Walsh y actores protagonistas (Errol Flynn y Olivia de Havillan)

  • Contexto de la realización del film (político, sociocultural, económico y cinematográfico)

  • Hechos históricos de la época que el film evoca, datos biográficos de los protagonistas de la batalla de Little Big Horn (1876) y cronología

  • Valoración crítica de la película

  • Biblio-hemerografía utilizada

  • Ficha técnico-artística

  • Título original: They Died with their boots on

    Título en castellano: Murieron con las botas puestas

    (1942)Warner Bros. First National Pictures

    Executive Producer: Hal B. Wallis

    Associate Producer: Robert Fellous

    Original Screen Play: Wally Kline & Aeneas MacKenzie

    Directed Photographie: Bert Glennon, asc.

    Dialogue director: Eddie Blatt

    Film Editor: Williams Holmes

    Art director: John Hughes

    Sound by: Dolph Thomas

    Gowns by: Milo Anderson

    Make-up artist: Perc Westmore

    Musical director: Leo Forbstein

    Technical Advisor: Lt Col. J.G. Taylor

    Music by: Max Steiner

    Directed by: Raoul Walsh

    Reparto:

    George A. Custer Errol Flynn

    Elisabeth Bacon Olivia de Havillan

    Ned Sharp Arthur Kennedy

    California Joe Charley Grapewin

    Samuel Bacon Gene Lockhart

    Crazy Horse Anthony Quinn

    Major Taipe Stanyley Ridges

    George Sheridan John Litel

    William Sharp Walter Hampden

    General Scott Sydney Greenstreet

    Duración: 134 minutos aprox.

  • Sinopsis argumental

  • En el año 1857 llega un grupo de aspirantes a cadetes llega a la academia militar de West Point, de entre ellos destaca un curioso joven que llega a lomos de un mulo y vestido con un curioso traje militar, era el aspirante a cadete George Amstrong Custer (Errol Flynn). El joven rápidamente llama la atención de los veteranos, teniendo un fuerte enfrentamiento con el sargento Sharp (Arthur Kennedy), que a punto está de costarle la expulsión de la academia. Custer destaca pronto como cadete conflictivo y poco dotado para la disciplina y el estudio, pero por el contrario es el número uno en artes de combate y en equitación. Los caballos son su gran pasión y su personaje más admirado el general Murat, considerado como el rey de la caballería europea.

    La llegada de Abraham Lincoln a la presidencia de la Unión trae la guerra civil entre el Norte y el Sur. Los militares de West Point se dividen en dos bandos y marchan a luchar en la guerra. Mientras los primeros cadetes reciben sus despachos, Custer marcha arrestado en el patio de la academia, en ese momento se acerca a él una bella joven, Elisabeth Bacon (Olivia de Havilland), con la que queda citado a un encuentro al que nunca llegará. Custer es llamado en ese mismo momento a incorporarse a un batallón.

    En Washington la situación parece desesperada, pero la burocracia militar impide que Custer consiga un destino donde poder prestar sus servicios. Un encuentro providencial con el general Scott le permite incorporarse al 2º de Caballería a donde Custer se dirige ilusionado por entrar en combate.

    Al llegar a Michigan encuentra de nuevo a Sharp, que ahora es jefe del batallón, saltando la tensión entre ambos desde el primer instante. Las tropas del Sur están muy cerca y el 2º de Caballería entra en combate, Custer desobedeciendo órdenes y peleándose con Sharp -su superior- consigue detener el avance de las tropas sudistas y es herido en un hombro, lo que le aparta del servicio unos días y le vale su primera condecoración.

    Con un permiso y una carta de recomendación de su general, Custer regresa a Monroe´s -su pueblo natal- para estar con su amada Elisabeth Bacon. La mala fortuna hace que tenga una discusión con el padre de ella, al que no conocía, y a pesar del amor que la joven siente hacia él, sólo puede tener un encuentro furtivo con ella y ha de regresar a filas, no sin antes prometerle que volverá para casarse con ella siendo general. En el salón del pueblo conoce a un soldado británico -con el que coincidirá en el futuro-, que le enseña el himno de los lanceros reales, marcha que impresionará a Custer y quedará en su recuerdo.

    La guerra civil continua y las tropas del Sur invaden Pennsylvania. Un error administrativo provoca que Custer sea nombrado general de los destacamentos de caballería de Michigan. Éste, a pesar de intuir el error, asume el mando de la caballería y entra en combate contra un ejército sudista muy superior en número de efectivos. Custer lanza tres ataques, todos rechazados, contra las tropas sudistas y en el cuarto intento, al mando del 1º de caballería consigue vencer al ejército. Las victorias de la caballería se suceden y la fama de su general aumentan día a día, convirtiéndolo en un héroe de guerra para todo el país.

    Acabada la guerra Custer es recibido con todos los honores en Monroe´s, donde Elisabeth le espera para contraer matrimonio. La vida de Custer ha cambiado mucho, la inactividad lo hacen desesperar y buscar su salida en el alcohol. Un día dos caballeros aparecen por su casa ofreciéndole utilizar su fama para convertirse en un importante hombre de negocios que lleve el comercio y el ferrocarril al Oeste. Custer rechaza el ofrecimiento y vuelve a su estado depresivo y de degradación personal. Su esposa, ante la situación decide utilizar sus amistades en Washington, logrando que su marido vuelva ser llamado al servicio militar activo.

    El Coronel Custer es destinado a Fort Lincoln, guarnición militar en territorio indio, formada por soldados que provienen de los peores estratos de la sociedad -borrachos, asesinos, ladrones,...- sin ningún tipo de disciplina ni vocación. Nada más llegar al fuerte, Custer encuentra a un viejo conocido, Sharp, que se ha convertido en un despiadado especulador que se enriquece vendiendo alcohol a los soldados y armas a los indios. Custer cierra la tienda y el salon y expulsa a Sharp, que le jura venganza. Los esfuerzos del nuevo Coronel consiguen transformar al grupo de desarrapados en ejemplares soldados, formando a ritmo del himno de los lanceros reales el famoso 7th de Caballería.

    Los enfrentamientos con los Sioux empiezan a ser habituales y a diario se producen bajas en uno y otro bando. Custer se reune con Crazy Horse (Anthony Quinn), jefe de los sioux, que le ofrece la paz con la única condición de que los blancos respeten las Colinas Negras (Black Hills) como territorio sagrado indio. Custer, con el beneplácito del presidente de los EEUU, acepta la oferta de los indios y se convierte en principal defensor del pacto. Pero los especuladores que quieren que el ferrocarril atraviese las colinas no aceptan la solución adoptada y Sharp, con la ayuda de un comisario del Gobierno, provoca a Custer y consigue que este sea relevado del mando del 7th de Caballería. A la vez hacen correr el bulo de que hay oro en las montañas para atraer a los buscadores de oro, que rápidamente acuden a las colinas donde son atacados por los indios. La maniobra da resultado inmediato, se rompe el pacto con los indios y Washington ordena el inicio de hostilidades contra los indios.

    Custer, que se encuentra en Washington acude al presidente Ulises S. Grant para suplicarle que le permita, aun estando en contra de la guerra, ser el jefe de su destacamento. Finalmente accede, Custer regresa a Fort Lincoln, donde en una escena de fuerte tensión dramática se despide de su esposa sabiendo ambos que no volverán a verse. El Coronel parte junto a sus hombres hacia una muerte segura, sabiendo que se han de enfrentar contra todas las tribus indias unidas por Crazy Horse y Sitting Bull. Está a punto de amanecer en el campamento de la caballería, todos saben que es una misión suicida pero nadie quiere abandonar el pelotón.

    Con las primeras luces del día los soldados se dirigen hacia Little Big Horn, allí están los indios. El 7th de Caballería se lanza hacia ellos, pero rápidamente se ven rodeados por una abrumadora mayoría de pieles rojas. Los soldados abandonan los caballos para hacer un círculo alrededor de su pendón, donde irán muriendo uno a uno. El último en caer después de disparar la última bala de su revolver será Custer.

  • Sobre el director Raoul Walsh y actores protagonistas -Errol Flynn y Olivia de Havillan-

  • Raoul Walsh (Director)

  • Nacido en la ciudad de New York el 11 de marzo de 1887 y fallecido en Hollywood (California) el 31 de diciembre de 1980.

    Su obra en el cine, y sobretodo en el western va desde 1914 hasta que se retiró en 1964. Su carrera presenta los momentos culminantes alrededor de la década de los 40, cuando algunos de sus films se adscribían a un sentido shakesperiano de la tragedia: They died with their boots on (1942, Murieron con las botas puestas), donde realiza un tratamiento muy personal de la figura de George Armstrong Custer; Pursued (1947), original aclimatación del género negro al cine del oeste; Silver River (1948, Río de plata), con resonancias a la película Citizen Kane (1941, Ciudadano Kane); y Colorado Territory (1949, Juntos hasta la muerte), versión en western de un propio film negro, High Sierra (1941). Las primeras tres películas mencionadas, se desarrollaban a lo largo de amplios espacios temporales y hacían patente la gran capacidad de Walsh para abordar con ejemplar espíritu de síntesis y de construcción dramática complejas arquitecturas narrativas; pero lo primordial residía en su temperamental enfoque de pasiones exacerbadas, como si las narrara con el mismo entusiasmo que aplicaba al rodaje de sus merecidamente célebres secuencias de acción. Y Colorado Territory llevaba a cabo una fatalista inserción de los personajes en una naturaleza deliberadamente fúnebre. Los cuatro films citados pertenecieron a la etapa de Walsh bajo el protectorado de la Warner Bros. y, a la vista de tales resultados, cabe concluir que éste y su correspondiente look fueron beneficiosos para un director cuyo estilo encajaba perfectamente con la magnificación del cine popular impulsada por la productora.

    Walsh trabajó en otros westerns de la Warner, y diversas fuentes le han atribuido colaboraciones en dos interpretados por su amigo Errol Flynn, San Antonio (1945) y Montana (1950). De las obras bajo su nombre, Cheyenne (1947) fue la menos importante: trataba de un jugador que se prestaba a intentar la caza de un delincuente y entraba en relaciones sentimentales con la esposa. Junto al mismo jefe de fotografía, Sid Hickox (que también estuvo a su lado en otras películas como Silver River y Colorado Territory) Walsh realizó luego dos relatos de itinerario: Along the Great Divide (1951, Camino de la horca) donde narraba cómo un marshall impedía el linchamiento de un presunto asesino y lo conducía a través del desierto hasta la población donde sería juzgado y condenado a la horca, pero en el último momento se descubrirá al verdadero homicida; y Distant Drums (1951, Tambores Lejanos), adaptación del argumento del film bélico del propio Walsh Objetive, Burma! (1945, Objetivo Birmania), donde presentó a Gary Cooper al frente de una expedición militar contra unos traficantes de armas en Florida y confirió notoria tensión al regreso bajo la persecución de los seminolas. Este último western, al igual que Pursued, fue producido por la compañía United States Pictures, que incluía como socios a Milton Sperling y Niven Busch y operó en ambos casos a cuenta de la Warner.

    Las siguientes contribuciones de Walsh al género del western surgieron en los marcos de diferentes productoras. The Lawless Breed (1953, Historia de un condenado) aprovecho la figura histórica del pistolero John Wesley Hardin para establecer una reflexión sobre la violencia, objetivo que presidiría también Gun Fury (1953, Fiebre de venganza). Uno y otro film habían sido producidos por Universal-Internacional, para la cual Walsh rodó a continuación una obra menor sobre la Policía Montada del Canadá, Saskatchewan (1954, Rebelión en el fuerte). En la filmografía del director este trío semeja corresponder a un período de transición por lo que respecta al género del Oeste. De modo simétrico a como Dark Command (1940, Mando siniestro) englobó ingredientes trágicos que se desarrollarían con máxima trascendencia en los westerns siguientes, The Lawless Breed y Gun Fury pudieron constituir el cierre de la etapa shakesperiana, manifiesto desde luego en Saskatchewan. De aquí en adelante, Walsh otorgaría elevada intensidad a componentes humorísticos, ya utilizados con cierta profusión en el pasado, y exhibiría una visión del mundo más deprimida y amargada.

    Quizas resultara significativo que mediante The Tall Men (1955, Los implacables), se citara a sí mismo y con referencia a su primer gran western, The big Trail (1930, La gran jornada), en diversos pasajes. La comparación entre ambos films puede servir para constatar el largo camino recorrido por su autor: desde la epopeya colectiva, descrita en función de movimientos corales, a que dio lugar The Big Trail, hasta la sarcástica mirada en torno a los protagonistas, veteranos, de The Tall Men, habían transcurrido veinticinco años y se había materializado una evolución considerable en los puntos de vista de Walsh, ahora ya decantado hacía la mordacidad y el escepticismo; cabría simbolizar las distancias entre las tragedias de los años cuarenta y las comedias de la segunda mitad de los cincuenta con las figuras de los intérpretes respectivamente característicos, Errol Flynn y Clark Gable. Éste, a la edad de cincuenta y cinco años, aportó a The Tall Men y a la pesimista farsa con cierta ebullición sexual The King amb Four Queens (1956, Un rey para cuatro reinas) un look de hombre de vuelta de todo y relativamente perdedor que encajaba en la actitud desencantada de Walsh, quien a continuación se sumiría en la parodia mediante The Sheriff of Fractured Jaw (1959, La rubia y el sheriff).

    El último film de Raoul Walsh fue un western, A Distant Trumpet (1964, Una trompeta lejana) e incluyó un postrer ánimo de autocita y de meditación sobre las obras del pasado, en especial They Died with Theirs Boots On. Los contenidos resultaban más bien amargos: treinta y cinco años le separaban del primer western sonoro del autor, In Old Arizona (1929, En el viejo Arizona), en cuyo rodaje perdió un ojo y tuvo que ser sustituido como actor principal y como director.

  • Errol Flynn (actor principal)

  • Actor de cine e imbatible espadachín de la época dorada de Hollywood, nacido en Hobart (Tasmania), el 20 de junio de 1909 y fallecido en Vancouver (Canadá) en 1959, su nombre completo era Errol Leslie Thomson Flynn. Su primer contacto con el cine tuvo lugar de forma casual en 1929, cuando el doctor Herman Friederich Erben le contrata como guía para explorar el río Sepik, con el fin de rodar un documental. Más tarde el director y productor australiano Charles Chauvel le ofrecío un papel en una modesta película, gracias a esa primera experiencia en una película semiprofesional, In the wake of the Bounty (El despertar de la Bounty, 1932), a Flynn le atrajo la idea de ser actor y abandonar su pasado como aventurero.

    Después de una serie de trabajos menores en Inglaterra, un ejecutivo de la Warner Brothers británica le envió a Hollywood. La Warner, desesperada en su intento de encontrar un actor para El Capitán Blood (1935), de Michael Curtiz, le dio el papel: habían descubierto a una nueva estrella. Con esta película comenzó una extensa colaboración con Michael Curtiz y, además, se inicia una serie de historias de la pareja Errol Flynn-Olivia de Havilland, en las que Flynn encarna el personaje del tipo apuesto, lleno de arrojo, que le hizo famoso en películas como La carga de la brigada ligera (1936), Robín de los bosques (1938), The private lives of Elizabeth and Essex (La vida privada de Isabel y Essex, 1939), las tres junto a Olivia de Havilland, y The sea hawk (El halcón del mar, 1940), todas ellas dirigidas por el director Michael Curtiz que encontró su interprete ideal con el que daría pie a todo un “estilo Warner”, basado en la recuperación de los tradicionales films de aventuras con un nuevo espíritu heroico, sentimental y cortesano. El esplendor máximo lo consigue con The Adventures of Robin Hood (Robín de los bosques), film típico de aventuras que con el paso de los años se ha convertido en una pequeña joya del cine.

    La guerra hizo que las películas de aventuras de capa y espada pasaran de moda, y con el cambio de década se inició una nueva etapa en la carrera de Errol Flynn. Su larga colaboración con el director Michael Curtiz finalizará y comenzará con otro director Raoul Walsh, uno de los pioneros del cine mudo. Entre 1941 y 1948 Flynn hizó siete películas a las órdenes de Walsh. En They Died with Their Boots On (Murieron con las botas puestas), Flynn reencontró un personaje de la talla de Robín en la figura del arrogante e idealista general Custer, aniquilado por los indios siux y cheyenes en Little Big Horn en una vibrante carga llena de emoción y dinamismo.

  • Olivia de Havilland (actriz principal)

  • Actriz estadounidense, ganadora de dos Oscars por La vida íntima de Julia Norris (1946), de Mitchell Leisen, y La heredera (1949), de William Wyler. Nacida en Tokio, el 1 de julio de 1916, de padres ingleses, debutó en el teatro en 1935, interpretando el papel de Hermia en El sueño de una noche de verano, de Shakespeare, y ese mismo año también lo hizo en el cine con el mismo papel.

    Entre sus numerosas películas están, Lo que el viento se llevó (1939, Victor Fleming), Nido de víboras (1948, Anatole Litvak), Mi prima Raquel (1952, Henry Koster) y Canción de cuna para un cadáver (1964, Robert Aldrich). En la escena neoyorquina interpretó Romeo y Julieta en 1951 y Cándida en 1952.

    Junto a Errol Flynn, la pareja ideal de la Warner, participa bastantes películas, nueve en total, algunas de ellas mencionadas anteriormente, de las cuales siete fueron dirigidas por Michael Curtiz.

    En 1940 ganó un importante pleito a la productora Warner Bros, que ayudaría a establecer en adelante los derechos de los actores y acabar con los contratos leoninos de las grandes compañías que obligaban a los actores a mantener exclusividad laboral durante largos períodos de tiempo.

    4. Contexto de la realización del film (político, sociocultural, económico y cinematográfico)

    «En enero de 1942 se estrena el western de Raoul Walsh They Died with Theirs Boots On (Murieron con las botas puestas), su título y el significado de sus contenidos quedan dramáticamente adheridos a la actualidad y al inminente destino de un elevadísimo número de americanos».

    A principios de la década de los 40, la II Guerra Mundial acaba de estallar, Franklin D. Roosevelt es su presidente, para los americanos esta guerra era todavía algo ajena y lejana -Estados Unidos participará en la guerra después del ataque de Pearl Harbor (diciembre, 1941)-.

    América del Norte, desde los inicios del conflicto, se transformó en un arsenal en el que se fabricaba armamento para Europa y para Oriente. El cambio económico se realizó fácilmente a partir de 1940. Se empezó a investigar la fabricación de armas atómicas. Los Estados Unidos durante la guerra produjeron 5.400 cargueros, 86.000 tanques, 245.000 camiones y 300.000 aviones. Las características de la economía de guerra que puso en marcha Estados Unidos fueron: planificación y control riguroso, coordinación absoluta de la producción, del consumo y de la investigación, y además se impulsó a la economía agrícola. Todas estas medidas se adoptaron porque todavía tenían en la memoria reciente el Crack de 1929, todavía era la época del New Deal de Roosevelt.

    Los Estados Unidos en 1941 abandonan la neutralidad, se firma la Carta Atlántica entre Roosevelt y Churchill, por la cual se acuerda, entre otras cosas, la participación de todos los países interesados en el comercio mundial y la cooperación internacional. Después del ataque de Pearl Harbor, se celebra la 1ª Conferencia de Washington, con la participación de Roosevelt y Churchill, en esta conferencia se adoptan las medidas defensivas contra Japón por parte del bloque aliado, además las 26 naciones en guerra con las potencias del Eje, se han comprometido a no firmar ningún armisticio por separado, este pacto es el origen de las Naciones Unidas.

    En el plano económico, el régimen capitalista pudo mantener sus posiciones esenciales -aunque distintas a las del capitalismo del s. XIX-. Había terminado la era de los self-made men (poseedores de grandes fortunas) y empezaba la era de los organizadores y de los técnicos. Subsistían la libertad económica y la competencia. Se va abriendo paso una civilización industrial, aparecen nuevas fábricas, coches,..., el progreso automático reducirá cada vez más el esfuerzo humano. En las fábricas hay violentas huelgas, el movimiento sindicalista es bastante poderoso.

    No obstante las relaciones sociales dentro de las fábricas eran algo más personales y humanas que en el Viejo Mundo, y los grandes magnates contribuyen de forma eficaz al progreso de la ciencia y de la educación. El régimen capitalista es aceptado por la mayoría de los trabajadores, que buscan una fructífera relación con los dirigentes. Se podría decir, que existía un cierto conformismo en la mayoría de la población, al americano le gusta vivir en un marco sólidamente organizado en el que esté reglamentado la vida profesional y las relaciones. El confort del obrero americano empieza a parecerse al de las clases medias, puede poseer: coche, casa y electrodomésticos. La legislación social ha experimentado un sensible progreso desde 1933, y ya nadie sueña en discutirla.

    Para los americanos, Europa estaba dominada por dictadores y regida por sistemas totalitarios, por lo que las mentes de sus habitantes volvieron a reflexionar sobre el “americanismo” y en particular sobre la historia y valores de la nación.

    El cine americano queda proscrito en casi una docena de países a consecuencia de la guerra. Aumenta el número de salas y se empiezan a instalar drive-ins (auto-cines). La producción se aproxima a los 500 films y la media semanal de espectadores alcanza la cifra de 85 millones. En Hollywood millares de profesionales resultan movilizados a causa de la guerra, incluidos directores y actores de primera línea. Hasta el fin de la contienda aparecerán los films antifacistas, el género bélico y el “western”.

    La resurrección del “western” en la década de los 40 reflejó el renovado interés de Estados Unidos por su historia en unos momentos en los que la guerra estimulaba el espíritu de unidad nacional.

    Resulta bastante significativo que el “western”, género que exaltaba el período heroico de la gran expansión hacia el Oeste, y ponía el acento en las virtudes de la democracia, la decisión y la confianza en uno mismo, eclipsase en esos momentos a otro género que había gozado también de gran popularidad, pero mucho menos americano: el cine de capa y espada. De repente, éste género, con sus héroes que corrían aventuras en la vieja Europa (un continente del que los americanos habían empezado a desconfiar), se quedó anticuado.

    Durante los años de la guerra, todos los estudios de Hollywood se sumaron a la moda del “western” y las pantallas se vieron inundadas de personajes e historias del Oeste. La 20th Century Fox se especializó en grandes epopeyas históricas, como Brigham Young (1940), Espíritu de Conquista (1941), Texas (1941), entre otras. La Warner Brothers, estudio que se había especializado en el cine de capa y espada, puso a Errol Flynn a interpretar espectaculares “westerns” como Dodge City (1939), Virginia City (1940), El camino de Santa Fe (1940) y también They died with their boots on (1942).

    Otros estrenos de ese año: To Be or Not To Be, de Ernst Lubitsch; Saboteur, de Alfred Hitchcock; Gentleman Jim, de Raoul Walsh; y en especial, dos míticos films Casablanca, de Michael Curtiz; y The Magnificent Ambersons (El cuarto mandamiento), de Orson Welles.

    5. Hechos históricos de la época que el film evoca. Cronología.

    La forma tradicional y maniquea de explicar la colonización de Norteamérica está siendo en la actualidad objeto de una profunda revisión. Las escenas que hemos visionado en multitud de westerns épicos, donde el colono blanco y el ejército luchaban por llevar el progreso y la fe a una tierra de arcaicos y salvajes guerreros está más que entredicho. Lo que se nos mostraba como una heroica marcha de los colonos hacia el Oeste, difundiendo el progreso y la religión, se comienza a demostrar que no es más que un tópico falseado a voluntad de los vencedores. Como la mayoría de colonizaciones de una civilización sobre otra, la norteamericana fue fundamentalmente un gran choque entre dos culturas donde abundaron pillaje, saqueo y genocidio; a pesar de ello, aún hoy es difícil poder estudiar la colonización norteamericana desde una óptica veraz y rigurosa. En 1949, Henry D. Thoreau escribiría: “al escribir sus historias de este país se han desembarazado de ese deshecho de la Humanidad (los indios)...que ensuciaba y contaminaba la costa y el interior...Sucede con frecuencia que el historiador, aunque se considere más humano que el trampero, el hombre de las montañas o el buscador de oro, quienes disparan contra el indio como si se tratara de una bestia salvaje, muestra real y prácticamente, manejando la pluma en vez del fusil, una inhumanidad semejante”.

    La historia nos demuestra que los indios, cuando no fueron aniquilados, sufrieron una fuerte explotación por parte del hombre blanco, siendo utilizados implacablemente como suministradores de pieles, como aliados en el combate contra otras tribus y como trabajadores de las tierras que legítimamente les habían pertenecido desde siempre. Los indios norteamericanos, al igual que había sucedido a otras etnias o civilizaciones, fueron rápidamente estereotipados por los colonizadores, convirtiéndose a sus ojos en símbolos de la lascivia, la pereza, la suciedad, la violencia y la traición. El indio fue definido como perezoso y peligroso salvaje hostil a la influencia de la civilización y el progreso, se tendía a asociar al indio con el salvajismo de una violencia sin control.

    En cuanto la llegada de europeos comenzó a aumentar, el “progreso” del hombre blanco se adentró en los dominios ancestrales de los indios. Los indios ocupaban o utilizaban los territorios para la caza o la recolección, pero carecían totalmente del sentido patrimonial de la tierra y menos aún entendían la posibilidad de mercantilizar el territorio. Para ellos el territorio era un elemento sagrado en igualdad de condiciones -realmente, en superioridad de condiciones- frente al hombre y no pertenecía a nadie. Los colonizadores europeos rápidamente se esforzarían en demostrar a los indios con implacable vigor que la tierra no tiene nada de sagrada ni sobrenatural, y que no es más que una mercancía que se puede comprar, vender y, por supuesto, cercar. En sólo 4 siglos, los europeos desposeerían de todas las tierras a los indígenas utilizando para ello cualquier método a su alcance. A los indios se les arrebatarían los territorios por la fuerza de las armas, pero también a través del engaño, con tratados que nunca se cumplieron, o con la desintegración de la forma de vida tradicional india.

    Después de la Guerra de la Independencia, en 1787, el Congreso aprobó la Northwest Ordinance, según la cual “las tierras y propiedades de los indios jamás les serán arrebatadas sin su consentimiento”. A pesar de esta ley, a los indios se les seguía considerando como un problema para la colonización de los territorios, lo que justificó su incumplimiento reiterado. La marcha hacia el Oeste fue dura y cruenta, el hombre blanco y su ejército fue imponiendo su superioridad militar sobre las tribus que iba encontrando en su inexorable avance hacia el Pacífico. En unos casos los grupos tribales fueron exterminados o expulsados, y en otros obligados a asentarse en pequeñas parcelas marginales carentes de recursos agrícolas o cinegéticos. El presidente Jackson dictó en 1830 la Indian Removal Act que obligaba a los indios a desplazarse al oeste del Mississippi y entregar cualquier territorio que hubiera al este del río. Este acta, pese a su dureza, permitía a los indios ocupar los territorios del oeste del Mississippi, pero una vez más, en la práctica sólo sería papel mojado, ante el implacable avance de los colonos hacia el Oeste -la expansión del ferrocarril, la fiebre del oro,..-.

    Las campañas militares cada vez fueron más duras y los indios no fueron reducidos por ser malos estrategas o guerreros poco hábiles, la clave de su derrota era el cada vez mayor número de efectivos con que contaba el ejército americano que pese a algunas derrotas, fue acabando implacablemente con cualquier resistencia india. Tampoco sería correcto dar una visión idílica y compasiva -por su injusto tratamiento histórico- de las tribus indias y plantear la colonización como un episodio en el que sistemáticamente fueron masacrados por los soldados federales; también fueron muchos los grupos de guerreros que asolaron asentamientos de colonos, causando estragos a golpe de tomahawk, incendiando cuanto encontraban a su paso y robando el ganado y los caballos.

    Entre las derrotas más conocidas del ejército federal destaca la del general Custer en 1876, una batalla que ha sido llevada al cine de forma épica en diferentes ocasiones y que nos presentaba a un ejército en aplastante inferioridad numérica que moría heroicamente ”con las botas puestas” y un general Custer que resistió entre los cadáveres de sus hombres hasta ser abatido de un disparo. Según la leyenda nadie sobrevivió a esa batalla, la realidad -según demuestran estudios actuales (aunque existen versiones contradictorias)- fue muy diferente y aparte de fueron muchos los indios que sobrevivieron al enfrentamiento, pese a que su testimonio fue ignorado, la realidad es que no se trató de un prolongado episodio bélico, sino de una escaramuza desordenada. Pese a episodios puntuales de derrotas, el avance del ejército americano fue inapelable y los nativos fueron derrotados y despojados de sus tierras de forma sistemática.

    La batalla de Little Big Horn, tuvo lugar el 25 de junio de 1876, en lo que hoy es Montana, entre un regimiento del VII de Caballería de Estados Unidos, dirigido por el teniente coronel George Armstrong Custer, y un grupo de guerreros sioux y cheyenes del norte. 

    El descubrimiento de oro en las cercanas montañas de Black Hills, en 1874, provocó una gran afluencia de buscadores de oro en el territorio de los indios y la respuesta de los sioux, que lanzaron ataques contra estos exploradores, dirigidos por los jefes Toro Sentado (Sitting Bull), Caballo Loco (Crazy Horse) y Gall.

    En febrero de 1876 se entabló una nueva guerra contra los lakota a partir de la negativa de Toro Sentado de abandonar el país del río Powder y registrarse en una de las agencias. El propio Ulysses Grant, presidente de los Estados Unidos, fue el que dio el ultimátum: “Si no hacen caso o se niegan a irse, se dará cuenta de ellos en el departamento de guerra como indios hostiles y se enviará a las fuerzas militares para obligarles a obedecer las órdenes de la Agencia India".

    La campaña de invierno del brigadier general George Crook, al mando de diez compañías de caballería y dos de infantería, que avanzó hacia el país del río Powder contra Toro Sentado y los aliados cheyenne en marzo de 1876, tuvo que ser abandonada a causa de las duras condiciones climatológicas. En cambio, la campaña de primavera, que organizó el brigadier general Alfred H. Terry fue más numerosa y estuvo mejor organizada.

    El 29 de mayo de 1876, el general P. H. Sheridan informó sobre la proyectada campaña al mando de Terry y Crook: “El brigadier general Terry salió de Fort Abraham Lincoln con su destacamento en dirección a la desembocadura del río Powder... la fuerza de esta columna se compone de unos 900 hombres... El general Crook saldrá de Fort Fetterman con una columna del mismo volumen. El coronel John Gibbon avanza hacia el Norte, hacia Yellowstone y al este de la desembocadura del Big Horn con un destacamento de unos 400 hombres... cada columna deberá cuidarse de sí misma, o castigar a los indios, si se les presentara la ocasión...Imagino que ocurrirá lo siguiente: el general Terry conducirá a los indios hacia el valle del Big Horn y el general Crook les hará avanzar hacia el general Terry; el coronel Gibbon se desplazará hasta el norte de Yellowstone, para unirse a ellos... por último estas tres columnas obligarán a muchos de los indios hostiles a retirarse a las agencias...

    Sin que estos tres ejércitos lo supieran, se estaba formando una de las mayores concentraciones de indios de las praderas que se pudo conocer en la historia, que se dispusieron por todo el valle del pequeño Big Horn bajo el mando del carismático Sitting Bull (Toro Sentado), de los hunkpapa, y de Crazy Horse (Caballo Loco).

    Se formó un gran campamento de cerca de 1.500 tipis en los que se alojaban entre 12.000 y 15.000 indios (preferentemente sioux y cheyennes) a lo largo de casi cinco kilómetros a lo largo de las orillas del río Little Big Horn. El mensaje de Sitting Bull (Toro Sentado) se había propagado; unas semanas antes, había invitado al poderoso e influyente jefe de los pies negros, Pies de Cuervo, de Canadá para que “se uniera a los sioux en su lucha contra los americanos... una vez que derrotaran a los americanos y a los crows, los sioux irían a Canadá con los pies negros y exterminarían a los blancos.”

    La esperada retirada de los indios impulsada por el ejército de Crook quedó frustrada por el ataque de Crazy Horse (Caballo Loco) en la mañana del 17 de junio. Crook estaba acampado cerca de Rosebud con más de mil oficiales y soldados y cerca de 260 exploradores shoshon y crow. Los indios atacaron sin previo aviso: Crook estaba jugando a las cartas y sus hombres estaban tomando el desayuno.

    La batalla duró seis horas; sin tener que preocuparse de sus mujeres e hijos que estaban acampados a 30 km, el ejército de Crazy Horse (Caballo Loco) aplicó tácticas ofensivas poco comunes y dejó prácticamente sin municiones al destacamento de Crook, con cerca de 100 muertos y heridos. Lo más importante de todo era que Crook había sido eliminado de la estrategia de las tres columnas. Cuatro días después, en la tarde del 21 de junio, Terry Gibbon, Custer y Brisbin celebraron "un consejo de guerra para el Lejano Oeste".

    Ese mismo día, Mark Kellog mandó el que sería su último comunicado al New York Herald; en el explicaba el siguiente paso de la campaña: "Custer empezará a atacar con todo su destacamento en el valle de Rosebud... y perseguirá a los indios hasta que aguanten los caballos y la resistencia humana sea capaz de cumplir las órdenes... su idea es vivir y viajar como los indios; de esta forma los hombres podrán ir a donde vayan ellos. El destacamento de Gibbon ha empezado a avanzar por la desembocadura del Big Horn".

    El séptimo de Caballería de Custer consistía en 31 oficiales, 586 soldados, 33 exploradores indios y 20 empleados y hombres de a pie.

    A las doce y cinco del domingo 25 de junio, Custer dividió su ejército en cuatro columnas y se dispuso para el ataque. El mayor Marcus Reno, con 131 hombres debía seguir los movimientos de Custer; el capitán Benteen con 113 hombres en el Sudoeste y Custer con cinco compañías (en total 215 hombres) siguieron una línea de colinas que conducía hasta el confín del poblado indio.

    En la batalla de Washita, en noviembre de 1868, Custer había dividido su ejército de forma similar y había atacado el poblado simultáneamente por distintos frentes, consiguiendo la máxima confusión. A las tres y cuarto Reno atacó la parte sur del gran campamento sioux-cheyenne del Hunkpapa. “...Bajo una elevada nube de polvo, vieron el centello de los cañones de nuestras armas, vieron como ondeaban nuestros estandartes, las camisas azules de nuestros soldados... El plomo silbó por encima y azotó los mástiles de los tipis. Los soldados llegaban a galope directamente al campamento Hunkpapa. Allí todo era confusión. Los ancianos gritaban sus consejos... las mujeres y los niños huyeron de los soldados de infantería y caballería...cogían a sus bebés y llamaban a sus hijos mayores... Los hunkpapa se quedaron en su campamento valientemente... Constantemente llegaban refuerzos y el ruido de los disparos cada vez era más fuerte...”

    Algunas semanas antes, durante la ceremonia de la danza del Sol en Rosebud Creek, Sitting Bull (Toro Sentado) había tenido una visión terrible; predecía un gran triunfo de los sioux y la muerte de muchos soldados en el campo de batalla. Animados por la promesa de esta imagen, los hunkpapa se quedaron en su campamento. «En lugar de huir, se multiplicaron hasta que formaron un gran frente para defender su poblado

    El ejército de Reno tuvo que retirarse a una posición defensiva; enseguida, el destacamento fue rodeado por los guerreros sioux y cheyenne y «la retirada se convirtió en la única salida para todos». « Lo que se llamó la estrategia del valle fue una práctica derrota...». Su regimiento quedó fragmentado y sus hombres fueron derrotados antes de que pudieran volver a unirse. Si se hubiera mantenido la estrategia inicial de Reno, se habría podido alcanzar la victoria; pero Reno cometió demasiados errores: inmediatamente después de ordenar a sus hombres que desmontaran, les dijo que se retiraran en sus caballos. Reinó la confusión.

    Mientras Reno estaba en retirada, a unos seis kilómetros, Custer atacaba en el otro extremo del poblado. Igual que Reno, se enfrentaba a una masa de guerreros sioux y cheyenne, esta vez hunkpapas al mando de Gall, Oglalas y otros, al mando de Crazy Horse (Caballo Loco), y cheyenne, al mando de Hombre Blanco Domado: repelieron su carga. Al cabo de unos minutos, la Compañía L dirigida por James Calhoun quedó destrozada cuando Crow King y sus guerreros estamparon a sus caballos. Las otras cuatro compañías, C, E, F e I, que quedaron sin caballos, lograron mantenerse.

    No obstante, antes de las cinco, Custer y todo su ejército quedaron completamente rodeados y en menos de una hora estaban muertos. En la mañana del 27 de junio se descubrió el «Campo de batalla de Custer», que según el informe del capitán Edward S. Godfrey formaba una terrible y fantasmagórica escena. La profecía de Sitting Bull (Toro Sentado) se había cumplido, el resultado de la batalla de Little Big Horn no se olvidaría fácilmente.

    El gran campamento indio se dispersó rápidamente; un poblado de estas proporciones no podía sobrevivir, pues pronto se agotarían los pastos y se espantaría a la caza.  Muchos volvieron a las agencias, pero la mayoría de los indios que no se acogieron al tratado, bajo el mando de Toro Sentado, Caballo Loco, Caballo Americano, Cuchillo Pálido y Pequeño Lobo permanecieron en el país del río Powder, sin embargo su libertad en suelo americano tenía los días contados. “La repulsa no dará a los enemigos la victoria final... la sangre de nuestros soldados exige que estos indios sean perseguidos... (deben) someterse a la autoridad de la nación..".(Maginnis, informe del congreso, julio de 1876). 

    El campo de batalla se convirtió en monumento nacional en 1886, y hasta 1991 recibió el nombre de Monumento Nacional al Campo de Batalla de Custer.

    Datos biográficos de los protagonistas de la batalla de Little Big Horn (1876)

    George Armstrong Custer (1839-1876), fue el militar estadounidense que se enfrentó a los guerreros sioux y cheyenne en la batalla de Little Big Horn.

    Custer nació el 5 de diciembre de 1839 en New Rumley (Ohio) y estudió en la Academia Militar de Estados Unidos. Cuando se licenció ya se había iniciado la Guerra Civil estadounidense; fue destinado al ejército de la Unión con el grado de alférez y participó en la primera batalla de Bull Run. 

    En junio de 1863 ya estaba al mando de una brigada de caballería, con el grado de general de brigada de voluntarios, con la que combatió en Gettysburg (Pennsylvania) y, a las órdenes del general Philip Sheridan, en el valle de Shenandoah. Custer participó en casi todos los combates de la última campaña del general Ulysses S. Grant (1864-1865).

    En 1866 le fue denegado un permiso para aceptar el mando de la caballería mexicana del presidente Benito Juárez, que se oponía al gobierno del emperador Maximiliano I. Se convirtió en teniente coronel del Regimiento del VII de Caballería y fue destinado a Kansas para participar en la última fase de las Guerras Indias. 

    Combatió contra los cheyenne (1867-1868). En 1873 fue destinado al Territorio de Dakota para proteger a los topógrafos del ferrocarril y a los buscadores de oro, que recorrían la tierra perteneciente a los sioux de Sitting Bull (Toro Sentado). Tras tres años de continuos enfrentamientos con este pueblo, el Ejército de Estados Unidos decidió atacar a los indios mediante una triple acción, explicada anteriormente. 

    Crazy Horse (Caballo Loco o TASHUNKE-WITKO) nació en 1845 en la actual Dakota Sur, al este de Paha Sapa, las Colinas Negras. Era el hijo de un hombre medicina oglala del mismo nombre. Su madre murió cuando él era un niño, y su padre tomó a su hermana como una esposa y ella le ayudó a criar a Caballo Loco.Presenció la batalla contra Grattan, y más tarde la destrucción del poblado sioux por parte del general William Harney; experiencias que le ayudaron a formar su actitud frente a los blancos.

    Con 16 años, adoptó el nombre de su padre y participó por primera vez en una incursión como guerrero. Condujo su primera guerra antes de cumplir los veinte años y llegó a ser muy conocido entre las bandas sioux por su coraje en la guerra de Nube Roja(1865-1868) y por su papel clave en la destrucción de la brigada de Fetterman en Fuerte Phil Kearny en 1867.  Peleó para impedir la invasión Estadounidense en las tierras lakota que siguieron al tratado de Fuerte Laramie 1868, contra hombres enviados por Custer a las Colinas Negras en 1873. 

    Con el tratado de Fuerte Laramie de 1868, Nube Roja acordó su traslado a las tierras de la reserva. Cuando el Departamento de Guerra ordenó que todos los Lakotas se agruparan en sus reservas en 1876, Caballo Loco se convirtió en un líder de la resistencia. Se alió con los cheyennes por su matrimonio con una cheyenne, y reunió más de 1200 seguidores oglalas y cheyennes que atacaron a Crook el 17 de junio de 1876, en la guerra batalla de Rosebud. Después de esta victoria, Caballo Loco unió sus fuerzas a las de Toro Sentado. El 25 de junio de 1876, en la batalla de Little Big Horn, Caballo Loco condujo el ataque victorioso sobre los hombres de Custer desde el norte y oeste, mientras guerreros del jefe Gall atacaban desde el sur y oeste. Tras la victoria de Little Big Horn Toro Sentado y el jefe Gall se retiraron a Canadá, pero Caballo Loco permaneció. 

    El siguiente otoño e invierno, el Coronel Miles condujo al 5º de Infantería en un seguimiento implacable de los indios, haciéndoles difícil a obtención de alimento. Sobre el 8 de enero de 1877 Caballo Loco condujo a 800 guerreros en un ataque sorpresa, pero los obuses de los militares los repelieron. Cada vez más bandas se rendían. Caballo Loco recibió la promesa de Crook, a través de Nube Roja, de que si se rendían, su gente tendría una reserva en su territorio del río Powder. Su gente estaba cansada y hambrienta, por lo que Caballo Loco se entregó con cerca de sus 800 seguidores en el Fuerte Robinson (Agencia de Nube Roja) el 5 de mayo de 1877. A excepción de Gall y Toro Sentado era el último jefe importante que faltaba por rendirse.

    Pero la promesa de la reserva comenzó a desvanecerse. Caballo Loco permaneció en el Fuerte, y su presencia ocasionó inquietud entre los indios y sospecha entre los blancos. Permaneció distante de estos últimos, rehusando una invitación del Presidente Rutherford Hayes. Haciendo caso a rumores infundados de que Caballo Loco planeaba una rebelión, el general Crook ordenó su arresto aprovechando que había abandonado el fuerte para llevar a su esposa enferma junto a sus padres. Se presentó en el Fuerte el 5 de septiembre de 1877. Se resistió a ser arrestado. Mientras se intentaba recobrar el control de la situación, un soldado le atravesó con su bayoneta. Caballo Loco murió esa noche. 

    Cronología de la derrota de los indios norteamericanos

    1776, 4 de julio, Declaración de Independencia de los 13 estados, redactada por Thomas Jefferson. Primera formulación de los derechos del hombre “vida, libertad y búsqueda de la felicidad”

    1778, 11 de Noviembre: los mohawk y los seneca, aliados de los ingleses, llevan a cabo la matanza de Cherry Valley.

    1787, 17 de septiembre, primera ley fundamental escrita: Constitución de los Estados Unidos de América

    1787, el Congreso aprobó la Northwest Ordinance, según la cual “las tierras y propiedades de los indios jamás les serán arrebatadas sin su consentimiento”.

    1789 1er. Presidente de los EE.UU., George Washington.

    1794, 20 de Agosto: el general Anthony Wayne derrota en Fallen Timbers a un ejército indio formado por los miami, wyandot y otras tribus. Los indios van siendo rechazados hacia el Oeste.

    1797 Primeros conflictos con los estados del Sur (Kentucky) por las Alien amd Seditions Acts.

    1801 Durante la presidencia de Thomas Jefferson las energías de la nación se canalizan en la Conquista del Oeste.

    1805 El teniente Zebulon Pike inicia la exploración de la zona Norte del Mississippi y llega hasta el lago Cass. Ha firmado (23 de Septiembre) el primer tratado con lo sioux.

    1814, 27 de Marzo: Batalla del río Tallapoosa (Alabama).Las milicias de Tennesse derrotan a  los indios creek, que se habían levantado ente el llamamiento de Tecumseh.

    1815 El gobernador de Indiana, William Henry Harrison, derrota definitivamente, en el mes de Noviembre, a los shawnee, a quienes se suponía protegidos por los ingleses.

    1823 Doctrina Monroe, se prohibe a cualquier estado europeo establecer colonias en el Nuevo Mundo e intervenir en la cuestiones americanas “America para los americanos”.

    1827 26 de Julio: los cherokees se declaran nación independiente adoptando una constitución a partir del modelo del Gobierno federal.

    1830 El presidente Jackson proclama la Indian Removal Act que obligaba a los indios a desplazarse al oeste del Mississippi y entregar cualquier territorio que hubiera al este del río

    1831 El jefe sauk Black Hawk no reconoce un tratado de 1804 que expulsó a los sauk y fox de lowa y promete a su tribu el regreso a sus antiguas tierras.

    1832 Durante la primavera, Black Hawk, con 400 guerreros y sus familias, inicia el regreso a Iowa. Cunde el pánico entre los colonos blancos. Interviene el ejército ( en el que Lincoln manda una compañía), que persigue a los sauk y los derrota, ya en su tierra de Iowa, cerca del río Mississippi. Se da un plazo de tres años a los seminolas de Florida  para que emigren al Oeste del Mississippi.

    1835 Los seminolas se niegan a retirarse de sus tierras. Dirigidos por su jefe guerrero Osceola, se levantan en armas. El Consejo de la nación seminola condena a muerte, por traición, a quienes habían aceptado las condiciones de los blancos.

    1836 El general Gaines, derrotado en Ouithecochee por los seminolas, se ve obligado a firmar una tregua.

    1838 Osceola, confiando en la palabra del general Jessup, acampa con un centenar de guerreros en los alrededores de Fort Payton, para entablar negociaciones con los blancos. El ejército por la noche, les rodea a traición y hace setenta y cinco prisioneros, entre ellos Osceola y el rey de los seminolas, Micanopy. Ambos morirán, pocos años más tarde, en la prisión.

    1847, 29 de Noviembre: los indios cayutes, diezmados por una epidemia de sarampión, asesinan al misionero doctor Marcus Whitman, y a su mujer. Cunde el pánico entre los colonos de Oregón.

    1848 Méjico pierde todos los territorios al norte de Río Grande.

    1851 Septiembre: negociadores blancos reúnen en asamblea a diez mil indios de diversas tribus ( sioux, crow, araphoes, cheyenes ) en For Laramie (Wyoming) y les persuaden para que seretiren a diversas reservas a garanticen la libre circulación de caravanas de emigrantes. A cambio recibirán 50.0000 dólares anuales durante cincuenta años.

    1853 Los comanches y kiowa aceptan un tratado similar al de Fort Laramie en 1851.

    1854 Los indios delaware son confinados en una minúscula reserva.

    1861 Tensión Norte-Sur. Abraham Lincoln es elegido presidente de los Estados Unidos. Empieza la guerra civil norteamericana o de Secesión.

    1862, 18 de Agosto: el jefe Little Crow sale de la reserva sioux de Lower Agency (Minnesota) y ataca Fort Fidgley. Es derrotado en Wood Lake el 23 de Septiembre: aunque Little Crow no es capturado, son ahorcados 38 guerreros. Empiezan las sangrientas guerras sioux.

    1864 Primer alzamiento de los cheyenes con Colorado: atacan los establecimientos de Ben Halliday.

    1865 El Congreso crea un comité para los asuntos indios.

    1866 Los sioux destruyen una fuerza mandada por el coronel Fetterman. El gobierno americano envía a la frontera mexicana al general Sheridan, que exige la retirada de México de las tropas francesas del emperador Maximiliano. El jefe sioux Red Cloud concierta un tratado con el ejército, por el cual se le permite permanecer en su territorio a condición de dejar libres dos pasos para las caravanas. El tratado será sistemáticamente ignorado por el ejército y los colonos.

    1867 El Congreso aprueba una ley (Medina Lodge Treaty) que expulsa a los kiowa y comanches de las tierras que les habían sido entregadas y cuya posesión se les había garantizado "mientras los árboles crezcan y corran las aguas". Los traslada a reservas en Oklahoma y Dakota de Sur. Los jefes Big Tree y Santana (kiowa) y Quanah Parker (comanche) no aceptan la decisión.

    1868, 7 de Noviembre: el general George A. Custer ataca un campamento de cheyenne en Washita y aniquila guerreros, mujeres y niños. Muere, en Fort Lynn, Kit Carson. Se calcula que la guerra cheyenne ha costado al Gobierno 300 vidas y 40 millones de dólares.

    1869 El general Sheridan, para quien "el único indio amigo es el indio muerto", impone en Washita condiciones humillantes para los indios.

    1870 Thomas Jefford, ex conductor de correo de Tucson (Arizona) convence a Cochise,  jefe de los apaches mescaleros, para que firme un tratado de amistad con los blancos. El jefe Gerónimo no acepta el tratado.

    1871 Las grandes compañías pagan tres dólares por cada piel de bisonte. La caza inmoderada de éstos (se dice que Buffalo Bill mató a 4800 en sólo dieciocho meses) provoca el hambre de los indios, para quienes la caza era base de su alimentación. Los  jefes kiowa Santana y Big Tree son encarcelados, tras matar a siete hombres en un tren de Texas. Corre el rumor de que se han descubierto yacimientos de oro en Black Hills (Dakota del Sur), que los sioux consideran zona sagrada. Ante la avalancha de buscadores, el jefe Totanka-Yotanka (más conocido como Sitting Bull) se levanta en pie de guerra.

    1874 Septiembre: el coronel Ronald Mackenzie ataca el poblado kiowa de Palo Duro Canyon. Santana es encarcelado.

    1875 Los indios abandonan con frecuencia sus reservas. En Enero, el presidente Grant manda un ultimátum a los sioux para que regresen a las mismas.

    1876, 27 de Junio: el general Custer presenta batalla en Little Big Horn (Montana) a un ejército de sioux y cheyenne dirigido por Sitting Bull y Crazy Horse. Custer y sus hombres son aniquilados totalmente. A pesar de su victoria, los sioux no pueden resistir la presión del ejército y, en el mismo año, tendrán que someterse. Uno de sus jefes, Mano Amarilla, muere en duelo con Buffalo Bill.

    1877 Habiéndose rendido la mayoría de los sioux, Sitting Bull, acompañado de Red Cloud, huye al Canadá. El jefe Santana se suicida. Crazy Horse es asesinado.

    1879 Los apaches mescaleros del jefe Vittorio abandonan New México y se refugian en México.

    1881 Sitting Bull regresa a Estados Unidos y se entrega al ejército.

    1882 Es derrotada definitivamente la guerrilla del jefe apache Gerónimo.

    1887 Se promulga la ley Dawes, primera tentativa seria de incorporar pacíficamente a los  indios a la nación y de reconocer sus derechos.

    1890, 15 de Diciembre: Un guía indio asesina a Sitting Bull, que se dirigía a Wounded Knee Creek, donde debía tener lugar una ghost dance (danza de los espíritus), ya que los hechiceros habían profetizado la llegada de un salvador de su pueblo y la derrota total de los blancos. Cuando celebraban las ceremonias, centenares de indios fueron asesinados por el ejército. Fue el fin definitivo del problema indio.

    1924 Son reconocidos los derechos totales a la ciudadanía americana de todos los indios que quedan en las reservas.

    6. Valoración crítica de la película

    Lo primero que hay que advertir después de ver la película es el ángulo crítico que se hace de la figura de Custer, presentándolo con una personalidad infantil, poco inteligente, ridícula, aficionado al alcohol e inadaptado a la vida civil, entre otros defectos; para interpretar al personaje Walsh escogió a Errol Flynn, de hecho el guión de la película y algunos cambios efectuados respecto a la figura de Custer se realizaron a su medida -en la Edad de Oro de Hollywood, casi todos los actores destacados encarnaron en un momento u otro a héroes del oeste. La estrella solía aportar su estilo al papel y el “western” en cuestión se acomodaba a él-. Por lo que el retrato que se nos muestra de Custer aun siguiendo un guión histórico, también retrata al actor que le encarna, un Errol Flynn tan famoso por su díscolo comportamiento fuera de los platós como por sus magníficas interpretaciones.

    Una de las peculiaridades del film es el punto de vista desde el que se nos narra la historia, absolutamente diferente de la tendencia habitual en Hollywood. En esta película los malos no son, como siempre, los indios sino que Walsh muestra a estos como personajes coherentes y honorables, mientras que el todopoderoso gobierno aparece representado por seres mezquinos y ambiciosos. Crazy Horse (Anthony Quinn) es mostrado como un guerrero noble y valeroso que se ve traicionado por el gobierno, que es el que incumple el tratado con los sioux, además su personaje afirma que los únicos americanos auténticos son los que llevan plumas en la cabeza. Se observa que una de las motivaciones que conducen a Custer, en la acción del film, al “suicidio” de Little Big Horn consiste en que los hombres de Washington (políticos y hombres de negocios) -con los falsos rumores del oro- le han hecho faltar a la palabra que le dio a Crazy Horse de preservar las Blacks Hills de una invasión de colonos. They Died Their Boots On fue pionero en el reconocimiento de que la colonización impuso la condena de la raza genuina americana y se inscribe dentro de las posturas izquierdistas del Hollywood de la época.

    Durante todo el film hay un mensaje moral poniéndose en contra de un gobierno al servicio de unos intereses económicos especulativos. En una de las secuencias de la película el director de la academia de West Point no admitía que un político llamara traidores a los sudistas de la Academia, que se negaban a prestar juramento a la Unión, y ordenó que el resto de la formación presentara armas mientras desfilaban los cadetes del Sur abandonando la academia; en esta escena quedaba latente el sentido del honor y del deber según la conciencia y eso será la clave del código de conducta del protagonista. En esta línea, Custer en un momento de la película equipara la gloria al infierno -la búsqueda de la gloria no es lo más importante- todo depende del punto de vista. Esa actitud quedaba en contraposición a la de su adversario, el corrupto Ned Sharp (Arthur Kennedy) que manifestaba que el dinero era lo más importante. Por otro lado, el Custer del film resultaba también beneficiado en el cotejo de su reiterada desobediencia a las órdenes con la ineficacia de los burócratas y el hipócrita legalismo de los políticos, representados unos y otros en el personaje de Romulus Taipe (Stanley Ridges) quien pasaba de ordenancista militar a representante del gobierno en territorio indio. No faltaba tampoco la comparación entre la jovialidad de Custer y la falsa moralidad de los miembros bienpensantes de la comunidad civil.

    De acuerdo con la configuración del protagonista, el lenguaje que se utiliza recurre en multitud de ocasiones a la comedia, pero indirectamente esto contribuye a un mayor impacto en las secuencias dramáticas y las bélicas. De la comedia nace una de las ideas esenciales del film, por otra parte sólidamente apoyada en la verdadera historia de George Amstrong Custer, el hallazgo de la canción irlandesa Garry Owen para simbolizar el espíritu del Séptimo de Caballería. Esta marcha irlandesa aparecerá de fondo en la última parte del film: en el diálogo de Custer y Sharp sobre la gloria mientras tomaban un whisky, en la despedida de Custer y su esposa Libby, durante la marcha hacía la batalla y en el final cuando Custer, por medio de una carta escrita antes de morir enviada a su esposa, rendía el último servicio a los sioux.

    En conclusión, una trágica obra shakesperiana -como apuntó su director-, donde aparecen el amor y la guerra, con un cierto pesimismo por la fatalidad cernida sobre sus principales personajes; pero donde se insinúa que un enloquecido individualista con románticos ideales de grandeza personal, era mejor, que una sociedad lanzada, por un afán mercantilista, al exterminio de una civilización.

    7. Biblio-hemerografía utilizada

    Fohlen, Claude. La América anglosajona de 1815 hasta nuestros días. Nueva Clío. Ed. Labor. Barcelona, 1976.

    Coma, Javier. El explendor y el éxtasis. Historia del cine americano (1930-1960). Ed. Alertes, 1993.

    Coma, Javier. Diccionario del western clásico. Ed. Plaza & Janés. Barcelona, 1992.

    Kinder, H; Hilgemann, W. Atlas histórico mundial, vol II. Ediciones ITSMO. Madrid, 1996.

    Gubern, R. Historia del cine. Ed. Lumen. Barcelona, 1989.

    VV.AA. Revista Historia 16. Especial cien años de cine. Año XX, n. 234, octubre 1995.

    Jacobs, Wilbur R. El Expolio del indio norteamericano: Indios y blancos en la frontera colonial. Alianza. Madrid, 1973.

    Deloria, Vine. El general Custer murió por vuestros pecados: un manifiesto indio. Barral. Barcelona, 1975.

    Wissler, C. Indios de los Estados Unidos de América. Paidòs. 1970.

    Zimmerman, L. Indios norteamericanos. Círculo de Lectores. Barcelona, 1997

    Páginas web visitadas:

    www.cineclasico.com

    http://cinemania.simplenet.com/carteles/western/index.htm

    http://personal.readysoft.es/jmcasasempere/

    http://mapahumano.fiestras.com

    En los inicios la colonización (s. XVII) fue un fenómeno tranquilo, incluso sutil. Las misiones de Nueva Francia a Florida -toda la costa Este- fueron ganándose a los indios con artículos novedosos y baratijas. A medida que los colonos crecían comenzaron a ocupar las tierras más fértiles, obligando a las tribus, casi siempre poco numerosas a huir hacia el interior. Los indios, obligados a competir por tierras y recursos cada vez menores, se atacaron mutuamente. En otras ocasiones fueron aliados de los colonos frente a otras tribus. En el Sur a principios del siglo XVIII, James Moore, se esforzaba en conseguir esclavos indios para las plantaciones inglesas y contribuía al exterminio de las tribus creek, apalachicolas y yuchis.

    En el Norte, el próspero comercio de las pieles llevó a cruentos enfrentamiento entre tribus por su control. Algunas de ellas, como los iroqueses, fueron hábilmente armados por los europeos para que eliminaran a otras tribus de los Grandes Lagos, teniendo estas que huir al Canadá Británico. En cuanto la Corona asumió el dominio de la tierra de Canadá, los indios dejaron de tener territorios propios.

    La marcha hacia el Oeste fue dura y cruenta, el hombre blanco y su ejército fue imponiendo su superioridad militar sobre las tribus que iba encontrando en su inexorable avance hacia el Pacífico.




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    Enviado por:Atenea
    Idioma: castellano
    País: España

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