Literatura
Monja y Casada, Virgen y Mártir; Vicente Riva Palacio
| ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE YUCATÁN | |||
MATERIA: ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS DE TEXTOS EXPOSITIVOS MONJA Y CASADA, VIRGEN Y MÁRTIR 4º SEMESTRE ESPAÑOL Mérida, Yuc., a 11 de junio de 2007 |
MONJA Y CASADA, VIRGEN Y MÁRTIR
Datos del autor:
Vicente Riva Palacio y Guerrero (nombre completo: Vicente Florencio Carlos Riva Palacio Guerrero) nació en la ciudad de México el 16 de octubre de 1832. Fue hijo de Don Mariano Riva Palacio, abogado liberal.
Su madre fue Doña Dolores Guerrero, hija del general Vicente Guerrero.
Estudió en el Colegio de San Gregorio y se recibió de abogado en 1854.
En 1863 fue nombrado gobernador del Estado de México y se estableció en
Zitácuaro.
En 1865 fue nombrado gobernador del estado de Michoacán, y a la muerte del general Arteaga quedó como general en jefe del Ejército del Centro.
En 1874 publicó contra el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada su famoso
periódico satírico El Ahuizote.
En 1884 es encarcelado en la prisión de Santiago por atacar al gobierno del presidente Manuel González, allí escribió buena parte del segundo volumen de "México a través de los siglos".
Fue Magistrado de La Suprema Corte de Justicia y secretario de Fomento.
En 1886 es nombrado Ministro de México en Madrid.
Fue novelista, poeta, dramaturgo, historiador, crítico, orador, periodista y escritor satírico.
Como poeta fueron famosos sus versos de combate que los liberales entonaban como canto de guerra.
Su libro de poemas, “Flores del alma”, fue justamente celebrado.
Entre sus obras podemos mencionar "Monja y casada, virgen y mártir", "Martín Garatuza", "Memorias de un impostor", "Calvario y Tabor" y "El libro rojo", escrito en colaboración con Manuel Payno.
Murió en Madrid el 22 de noviembre de 1896 y sus restos trasladados al país en el año de 1936.
Síntesis de la obra:
Esta novela se encuentra divida en cuatro libros, en los cuales el autor nos da una imagen acerca del México de 1615, los amores prohibidos y desdichados de Doña Beatriz y Don Fernando, y de Doña Blanca y Don Cesar; así como la maldad de Doña Luisa y los tormentos de la Inquisición.
Era una noche de lluvia en la Ciudad de México, en 1615, Doña Beatriz de Rivera manda a llamar a Don Fernando de Quesada, para informarle que su hermano Don Alonso de Rivera, la había ya comprometido con el mejor amigo de él, Don Pedro de Mejía, pero ella no aceptaba dicho compromiso, ya que estaba enamorada de su persona, y jamás lo traicionaría de semejante manera, convirtiéndose antes en monja que en esposa de un hombre ambicioso y sucio como Don Pedro.
Don Fernando al escuchar las palabras de Doña Beatriz, le promete nunca dejarla y amarla siempre, ayudándola a cumplir con la promesa de fundar el Convento de las Carmelitas Descalzas, promesa hecha a su tío Don Juan Luís de Rivera, aun cuando su hermano se opusiera, siendo esta causa el motivo del odio de Don Alonso hacia Don Fernando.
Don Fernando logra la construcción del convento, contando con la ayuda del Arzobispo, y acrecentando el odio de Don Alonso, ya que así él perdía una de sus propiedades más valiosas.
Don Alonso y Don Pedro, planean vengarse de Don Fernando, el objetivo era matarlo, pero no se percatan de que la hermana de Don Pedro, Doña Blanca,
escuchaba detrás de la puerta del salón; quien sin pensarlo, sale de la casa para avisarle a su madrina Doña Beatriz el plan de ambos amigos.
Al enterarse de lo que planeaban, Doña Beatriz manda a su fiel esclavo Teodoro a avisarle a Don Fernando, para que estuviera prevenido, pero éste no lo encuentra, y le avisa al mejor amigo de aquel a Martín alias “Garatuza”, quien le indica que Don Fernando estaría en el arzobispado, y ambos salen a ayudarlo; el plan falla, gracias a la valiosa ayuda de Teodoro.
Con lo ocurrido, Don Pedro y Don Alonso, no pueden creer la suerte de Don Fernando, por lo que planean otra forma de venganza, esto con la ayuda de “La Sarmiento”, una bruja que según se sabía podía predecir el futuro.
Con la ayuda de la bruja y su ayudante el Ahuizote, Don Fernando es asesinado por su mejor amigo Martín, ya que le hacen creer a este que su mujer lo engañaba con un hombre, que la visitaba todas las noches, Martín, cegado por los celos, mata a su amigo, sin saber que era él, enterándose después del sucio crimen que había cometido, cumpliéndose así la profecía de la bruja, en donde predijo que Don Fernando moriría a manos de su mejor amigo; Martín siente coraje y se esconde en casa de la Sarmiento.
Doña Beatriz, sumamente triste y desconsolada por lo ocurrido, decide encerrarse en el convento de Las Carmelitas Descalzas. Pero Teodoro, preocupado por la tristeza de su señora, le promete buscar al asesino de su amado y descubrir la verdad de lo sucedido.
Teodoro le finge lealtad al hermano de Doña Beatriz, para poder así descubrir al asesino, descubriendo lo que había sido de su primer y antiguo amor, Doña Luisa, esclava de su patrón Don José de Alabide, quien por cual de ella y de su enemigo Don Manuel de la Sosa, había sido encarcelado por la Inquisición, acusado de herejía.
Doña Luisa y Don Manuel se habían casado, pero vivían en un matrimonio sin amor, ya que ella solo deseaba ser rica y poderosa.
Al encontrarse Teodoro con Luisa, esta lo lleva a casa de la Sarmiento, indicándole que ella le daba asilo al asesino de Don Fernando, al llegar a la casa, se encuentra con la sorpresa de que el asesino era el Martín alias “Garatuza”, y este al enterarse de que había matado a su amigo se siente confundido. Teodoro le explica que lo sucedido fue una trampa de Don Alonso y Don Pedro con ayuda de la Sarmiento y su ayudante.
A Luisa no le convenía dejar con vida a Teodoro y a Garatuza, por lo que ella y la Sarmiento los dejan encerrados en las cuevas donde Martín se encontraba escondido y los intentan matar asfixiándolos con azufre; pero la fuerza enorme de Teodoro logra derrumbar la puerta y salir los dos juntos.
Sin importarle lo sucedido, Luisa le pide una poción a la Sarmiento para acabar definitivamente con su esposo, ya que las pócimas anteriores habían dado resultado, y Don Manuel solo dormía y comía, y así muerto ella se quedaría con toda la fortuna de él.
Luisa era una persona frívola y con mucha maldad, entre sus amantes se encontraban Don Pedro de Mejía y Don Carlos de Arellano, este último descubre todo las intenciones que ésta tenia de casarse con Don Pedro. Pero a ambos los tenía locos de amor.
Luisa y Don Pedro, llevaban una relación secreta, llena de pasión y ambiciones, por lo que ella para quedarse con toda la fortuna de él y no compartir nada con Doña Blanca, hermana de Don Pedro, lo convence de que presiones a su hermana para que tomara el hábito, o de otra forma al cumplir Blanca los veinte años o al casarse heredaría la mitad de los bienes de la familia; a Don Pedro no le convenía, y se dedica a darle malos tratos a su hermana, sin dejarla salir de la casa ni recibir visitas.
Sin embargo un día la deja salir para que llevara un donativo al Templo de Jesús María, e igual platicar con Sor Juana Inés de la Cruz, y ella la encaminara hacia el camino de Dios así como convencerla de convertirse en monja; sin embargo en ese templo, Doña Blanca conocer al amor de su vida Don César de Villaclara, quien acude al templo para encontrarse con la mujer que el Ahuizote le había dicho que estaba perdidamente enamorada de él; pero al llegar con la que se encuentra es con Blanca, y al verla queda enamorado de ella, pensando que era la mujer que el Ahuizote le había dicho; Luisa al enterarse de lo sucedido, siente celos y rabia de Doña Blanca, acusándola con su hermano de que tenia amores con un hombre, algo que no le convenía para sus negocios. Don Pedro le cuenta a Don Alonso lo sucedido, pero Don Pedro no sospechaba que su amigo igual estaba enamorado de su hermana y que pretendía casarse con ella.
Doña Blanca todos los días acudía al templo, para ver de lejos a su amado, quien igual iba con el fin de solo ver a la hermosa mujer que lo había enamorado; Luisa cegada por los celos, le arma un escándalo a Don Cesar, diciéndole lo poco hombre que era al faltar a su palabra de amor prometida en una noche oscura en los balcones de su casa, pero éste no entendía lo que sucedía, comprendiendo que todo era un confusión, Doña Blanca se entera de los amoríos de Luisa y César, cayendo en una fuerte depresión, aceptando irse al convento y servir a Dios.
Don César por orden del Virrey, es desterrado por ocho años del país, al tener un enfrentamiento con Don Alonso y herirlo en el combate.
Doña Blanca toma el hábito de novicia a dos días del matrimonio de su hermano con Luisa; ella había logrado tal convenio, por un papel firmado por Don Pedro en donde le prometía matrimonio, los festejos del matrimonio no fueron muy anunciados, además de que en esos días se festejaba el carnaval, entrando un espectáculo a la casa de Don Pedro, comandados por Martín, quienes dejaron al descubierto a Luisa, contando su oscuro pasado, siendo botada de la casa. Mientras ocurría todo esto, Teodoro daba muerte a la Sarmiento en la misma fiesta.
En el convento Doña Blanca se encuentra su madrina Doña Beatriz, la cual muere de desamor al poco tiempo.
Don Melchor Pérez de Varias, llega a la ciudad, junto con su esposa, ellos venían con la intención de sacar a Doña Blanca del convento, pero todo era por indicaciones de su esposa, que era nada más y nada menos que la escrupulosa y malvada Luisa.
La Nueva España se encontraba en desorden por el mal gobierno de los antecesores del Marqués de Gálvez, mandado para poner orden, era un persona muy rígida y justa de las causas de la gente, causando malestar entre la gente acaudalada y ganándose demasiados enemigos; quienes encabezados por el corregidor Don Melchor y el licenciado Vergara, arman una conspiración, en la cual participan el arzobispo, los esclavos negros, bandoleros y el pueblo. Se descubre el plan de conspiración, siendo el principal acusado el corregidor, quien para no ser encerrado en la cárcel, decide quedarse en un convento; sin poder salir ni ayudar a Doña Blanca.
Sor Blanca, al enterarse de lo sucedido, pierde todas las esperanzas de algún día poder salir de ese martirio, pero la cocinera le devuelve las esperanzas y escapan del convento junto con el sacristán; al ya estar libre Blanca se siente confundida, por no saber si lo que hizo estaba bien, por fin era libre, pero no tenia dinero ni casa para vivir, sin querer va a parar a casa de la beata Cleofás, y esta al reconocer quien era la acusa a la Inquisición.
Doña Blanca es salvada por Teodoro, el esclavo de su madrina, éste la lleva a vivir a su casa y le promete ayudarla en todo lo que desee.
El amor que Blanca le tenían aun a Don César rinde frutos, se vuelven a encontrar, reconociéndose ambos y prometiéndose amor para toda la vida; ella le cuenta lo sucedido, que era monja, pero que nunca lo había dejado de amar, él le dice que ahora siempre estarán juntos; por lo que le cambia el nombre para que nadie sepa quien es y se casan; Luisa al enterarse decide vengarse y los acusa a la Inquisición, siendo encerradas Doña Blanca, Servia la esposa de Teodoro y Maria esposa de Garatuza.
Blanca sufre en las cárceles de la Inquisición, porque al dar su versión de lo ocurrido, nadie le creía, considerando que era una hereje, mentirosa y que tenia pacto con el diablo, por lo que la atormentan, que en ese tiempo eran los castigos corporales, mutilaciones o latigazos para decir la verdad; es torturada terriblemente al grado de quedar con el rostro desfigurado y mintiendo para salvarse confesando que tenía pacto con el diablo y llevada a una celda para después ser quemada en la hoguera.
Luisa sufre las consecuencias de sus maldades, al ser convertida en una esclava negra, ya que para vengarse de ella, Don Pedro de Mejía, Don Carlos de Arellano y Don José de Abalabide, la raptan, le cortan el cabello y la pintan de color negro, dejándola después tirada en la calle y siendo aprehendida por la Inquisición y llevada a la cárcel, siendo puesta en la misma celda donde se encontraba Doña Blanca; Luisa al ver a la mujer toda desfigurada siente pena y remordimiento ya que todo era por culpa de ella, decide darle su lugar para ser sacada de ahí ya que gracias al licenciado Vergara se descubre que Luisa era la negrita. Doña Blanca es llevada a la cárcel de justicia del arzobispado, en donde recibe un trato digno.
Luisa es quemada en la hoguera, creyendo los carceleros que era Blanca, cuando se descubre la verdad, el inquisidor manda a llamar al licenciado Vergara, informándole lo sucedido, pero éste ya había dado aviso a Don Melchor de que la negrita era Luisa; para evitar que los descubran deciden raptar a éste, para así tener tiempo de conseguir una negrita que sustituyera a Luisa.
Teodoro se entera de que Doña Blanca había salido de la cárcel de la Inquisición, y que se encontraba en las celdas del arzobispado, por lo que va a rescatarla; ya teniéndola con él, son perseguidos por gente de la Inquisición, cayendo él en un barranco, ella colgada en las ramas de un árbol y siendo capturada por los inquisidores.
Doña Blanca se encontraba en pésimas condiciones, no podía caminar, por lo que fue puesta en una silla que era cargada por varios hombres, en su camino se encuentran con la carroza de Don Melchor, y deciden viajar juntos para evitar ser atacados por los bandidos; de repente, son atacados por las personas que el licenciado Vergara y llevados a una hacienda, mientras conseguían a la negrita sustituta.
Gracias a que Doña Blanca fue capturada con Don Melchor, él la reconoce, mandando a buscar a Bárbara, una curandera, para así curarla y llevarla lejos para que la Inquisición no la atrapara.
La curandera le dice a Doña Blanca que ella se dedica a ayudar a toda la gente que es perseguida por la Inquisición, que hace pocos días, recogió a un hombre negro que se encontraba mal herido, al llegar a casa de la curandera, Blanca descubre que aquel hombre era Teodoro, juntos se recupera en casa de la señora.
La belleza de Doña Blanca era enorme, por lo que en casa de la curandera conoce a un bandido apodado Guzmán, quien se enamora de ella, pagándole una fuerte cantidad de dinero a la curandera para llevársela con él, pero sin consentimiento de Blanca, quien al darse cuenta de que ya no estaba en casa de la señora, intenta convencer al Guzmán de dejarla en libertad, contándole toda su triste historia, pero éste con unas copas de más, intenta abusar de Blanca, ella corre hasta el borde del barranco, y sin tener otro camino, salta al vacío, justo en ese momento llegaba Teodoro para salvarla, pero era demasiado tarde.
Opinión:
Me encantó la obra, al principio estaba medio aburrida, pero ya después de leerla, era necesario conocer todos los detalles para ir entendiendo las situaciones que pasan, la forma en que está escrita, el buen manejo de la historia y los personajes me pareció fabulosa, muy bien redactada, y te va explicando con claridad todos los problemas que se van presentando.
Cuando leía, sufría con el personaje de Doña Beatriz y Doña Blanca, me sentía parte de la historia, y odiaba a Doña Luisa.
Es una novela muy entretenida, que nos menciona todo lo que pasaba en el México de 1615, la moral mas recatada, en donde se vivían los tiempos de la Inquisición y la marcada diferencia de clases sociales.
Fue muy buena idea que nos marcara la lectura de esta novela.
Propuesta didáctica:
Marcaría la lectura de algunos fragmentos para trabajar en las clases de historia, con el objetivo de conocer como se vivía en los tiempos de la Inquisición, las formas de trato que recibían las personas dependiendo de su estatus social, así como la descripción de los lugares.
En la clase de cívica y ética, serviría para hacer conciencia en los alumnos de la importancia de la igualdad entre las personas, que no debe existir esas marcadas diferencias entre ricos y pobres; otro punto seria analizar las consecuencias de los malos actos que comete una persona y las consecuencias de estos.
En la clase de español, se compararía el lenguaje de esa época con el actual, las diferentes variantes que ha sufrido el lenguaje español y la formalidad de expresarse en esos tiempos.
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Enviado por: | Thelma Sauri |
Idioma: | castellano |
País: | México |