Psicología


Modelos cognitivos de la personalidad


MODELOS COGNITIVOS DE LA PERSONALIDAD

Fernando Cumba Armendáriz

Medico Residente de Psiquiatría

Clínica Nuestra Señora de Guadalupe, Quito - Ecuador

Los modelos cognitivos reconocen una naturaleza multidimensional de las funciones mentales, en virtud de la cual se produce una interdependencia entre cognición, emoción, afecto y conducta. Se adscriben a la metáfora del hombre que procesa información del medio. En un entorno continuamente cambiante que demanda capacidades adaptativas, el individuo construye activamente la realidad mediante la selección, codificación, almacenamiento y recuperación de la información presente en el medio. La información sobre si mismo y sobre el mundo, que experimenta transformaciones cognitivas afectara a las respuestas tanto emocionales como conductuales del individuo. Antes de emitir una respuesta sea esta de naturaleza emocional o conductual los individuos clasifican evalúan y asignan significado al estímulo en función de sus esquemas cognitivos. Estos se describen como el conjunto de experiencias del individuo provenientes de su interacción con el medio y se consideran formados por creencias, supo cisiones, actitudes, visiones del mundo y valoraciones de uno mismo.

GEORGE KELLY

1905 - 1967

'Modelos cognitivos de la personalidad'
George Kelly nació el 28 de abril de 1905, en una granja cercana a Perth, Kansas. Fue el único hijo de Theodore y Elfleda Kelly. Su padre era al principio un ministro presbiteriano que se había retirado a la granja por prescripción médica. Su madre era una profesora de colegio.

La escolaridad de George fue de lo más errática. Su familia se mudó en carreta a Colorado cuando George era chico, para más tarde ser forzados a volverse a Kansas cuando empezó a escasear el agua. A partir de aquí, George a duras penas completaba un curso del cole. Afortunadamente, sus padres tomaron parte en su educación. A los trece años de edad, finalmente se le envió al colegio en Wichita.

Después del instituto, Kelly era un buen ejemplo de alguien que está tanto interesado en cualquier cosa como básicamente sin dirección en la vida. Logró su bachiller en Física y Matemáticas en 1926 del colegio Park, seguido de un master en sociología de la Universidad de Kansas. Al trasladarse a Minesota, enseñó oratoria pública a organizadores laborales y banqueros y dio clases de ciudadanía a inmigrantes.

Se mudó a Sheldon, Iowa donde enseñó y supervisó clases de teatro dramático en un colegio. Allí conoció a la que sería su mujer, Gladis Thompson. Después de unos cuantos trabajos de corto plazo, recibió una beca para acudir a la Universidad de Edimburgo, donde recibió su título de grado en Educación dentro de Psicología. En 1931, recibió su licenciatura en psicología de la Universidad Estatal de Iowa. Entonces, durante la depresión y mientras trabajaba en el Fort Hays Kansas State College, fue cuando desarrolló su teoría y sus técnicas clínicas. Durante la Segunda Guerra Mundial, Kelly prestó sus servicios como psicólogo de aviación dentro de la Marina, seguido de un trabajo obligatorio en la Universidad de Maryland.

En 1946, sustituye por la Universidad estatal de Ohio; un año después de que Carl Rogers se había ido, adquiriendo la dirección de su programa clínico. Fue aquí donde su teoría maduró; donde escribió sus dos volúmenes, La Psicología de los Constructos y donde influenciaría a un gran número de estudiantes.

En 1965, empezó a ocuparse de trabajos de investigación en la Universidad Brandeis, donde trabajaba Maslow. Por desgracia, murió muy poco tiempo después, el 6 de marzo de 1967.

TEORÍA

La teoría de los constructos personales se encuentra expuesta en la obra principal de Kelly (“The Psychology of Personal Constructs”, 1955). Ya que no se encuentra traducida al español, se puede obtener información sobre esta teoría en dos obras más recientes: el libro de Landfield y Leitner (“Psicología de los Constructos Personales”) y el libro de Fransella (“Personalidad”).

El postulado fundamental y los once corolarios

El postulado fundamental de la teoría de Kelly viene a decir que todos los procesos psíquicos de una persona, incluida su conducta externa, están determinados por el modo en que un individuo anticipa lo que va a pasar en el futuro: `Los procesos de una persona están psicológicamente conformados por los métodos mediante los que anticipa los acontecimientos.” En esta anticipación se resuelve toda la teoría motivacional de Kelly: las personas se comportan movidas por un principio intrínseco de anticipación de los acontecimientos. No es válida la metáfora física del organismo como objeto que necesita una fuerza para externa para ser movido; el organismo se mueve per se, porque es organismo.

De este Postulado, base de la teoría, se derivan los siguientes once corolarios:

Corolario de construcción: “Una persona anticipa los acontecimientos construyendo sus réplicas.

Así, al enfrentarse a los fenómenos externos, las personas llevan a cabo procesos de abstracción mediante los cuales encuentran en aquéllos un cierto orden y una cierta lógica. Cuando se encuentra una significación y una regularidad, es posible anticipar los acontecimientos (por ejemplo, las noches y los días, las estaciones del año, y, sobre todo, el comportamiento de otras personas). En cualquier caso, es necesario señalar que la estructura construida no está, para Kelly, en la sustancia estructurada, sino que es creada por la persona.

Corolario de individualidad: “Las personas difieren unas de otras por el modo en cómo construyen los acontecimientos.”

Se expresa que la base esencial de las diferencias individuales estriba en los procesos cognitivos de construcción (interpretación). El claro carácter fenomenológico de la teoría se pone de manifiesto aquí: dos personas con historias similares pueden tener procesos psíquicos distintos (“no importa lo que el pasado hace con el hombre, sino lo que el hombre hace con su pasado'), y, a la vez, una cierta similaridad en la construcción asegura una semejanza en otros procesos psíquicos, aun con historias personales dispares. La causa de estas diferencias interpretativas entre personas de historia semejante no es explicada por Kelly.

Corolario de organización: “Cada persona desarrolla, de modo característico y con arreglo a su conveniencia para anticipar acontecimientos, un sistema de construcción que implica relaciones ordinales entre los constructos."

Ni hay dos personas con los mismos constructos ni, si las hubiera, habría dos personas con la misma organización jerárquica de los constructos. Así, existen constructos supraordenados y constructos subordinados (por ejemplo, inteligente/tonto puede ser un constructo subordinado a bueno/malo si la persona cree que “inteligente” es un subconjunto de “bueno” y “tonto” lo es de “malo “. También inteligente tonto puede ser un constructo subordinado a descriptivo/evaluativo, en el sentido en que pertenece a uno de los polos del constructo supraordenado). La estructura del sistema de constructos tiene como función evitar el conflicto que podría crearse si de dos constructos diferentes se desprendieran anticipaciones y predicciones contradictorias sobre un mismo suceso. La estructura jerárquica del sistema y las relaciones ordinales entre sus elementos organizan y establecen prioridades entre los mismos, de forma que uno de los constructos enfrentados siempre será prioritario frente al otro.

Corolario de dicotomía: “El sistema de constructos de una persona se compone de un número limitado de constructos dicotómicos.”

Nuestros modos de ver la realidad se estructuran alrededor de ciertos constructos (positivo/negativo, bello/feo, interesante/aburrido, etc.) que son bipolares, y que se forman por la conjunción de dos elementos que se parecen en una característica y un tercero que se diferencia de los anteriores en dicho rasgo. Uno de los polos, llamado polo nominal o de semejanza, implica siempre la semejanza entre dos elementos al menos: el otro, polo de contraste, sirve de opuesto o negativo de aquél. La semejanza en el polo de semejanza no asegura la semejanza del polo de contraste (por ejemplo, ¿qué quiere decir una persona cuando califica a otra de “amigo”? ¿qué no es enemiga? ¿qué no es desconocida? ¿que es algo más que un simple conocido?). Toda la estructura del sistema cognitivo se presta a este análisis matemático binario. Existen constructos que aparentemente caen fuera de esta regla del corolario de dicotomía, pero un análisis atento demuestra que no es así (por ejemplo, `alegre” se opone a “triste “, “rojo” se opone a no rojo “, y “mesa “puede oponerse a “muebles que no son mesas“ ya que “mesa” se configura por diferenciación ante “silla “, "cama” o “armario “, no por diferenciación ante `intestino “, “atardecer” o “afluente'). Los constructos que aparentemente toman una forma continua y no dicotómica podrían ser en verdad descomponibles en subconstructos dicotómicos, de cuya combinación resulta una aparente escala “sin peldaños” (por ejemplo, “guapo “/`feo').

Cuando de un constructo solamente se conoce el polo nominal, se habla de constructo sumergido con un polo emergente y un polo implícito. La tarea del investigador será elicitar la expresión verbal de ambos polos con el fin de identificar la dimensión personal completa del sujeto.

Corolario de elección: `Una persona elige para sí misma aquellas alternativas de los constructos dicotómicos a través de las cuales anticipa la mayor posibilidad de extensión y/o definición de su sistema.”

Aquí, “una persona elige para sí misma...” ha de entenderse como “una persona elige para construirse a sí misma...”. Las personas se construyen a sí mismas utilizando aquel polo de cada constructo que nos sirva mejor para predecir los acontecimientos (“el tartamudo, el fumador, el depresivo, eligen serlo ya que así el mundo es más coherente, tiene más sentido para ellos'). La ganancia en predicción viene expresada por el concepto de elaboración del sistema. Esta elaboración posee dos posibilidades distintas: la extensión o la definición. La elaboración por extensión se consigue ampliando el rango de conveniencia de los constructos del sistema de modo que se abarque un mayor número de fenómenos; la ganancia en extensión tiene la contrapartida lógica de un mayor riesgo de error. La elaboración por definición implica una precisión mayor, como si se fuese afinando en las predicciones de modo que cada vez se predijera mejor el número reducido de sucesos; la precisión predictiva supone la limitación consiguiente en el número de fenómenos que abarca. ¿En virtud de qué procesos va a optar el individuo por la extensión o por la definición? Unicamente en función de que sea arriesgado o precavido (éste es un ejemplo de cómo las explicaciones cognitivas se detienen enpseudoexplicaciones).

Corolario de rango: “Todo constructo es conveniente para anticipar un rango limitado de acontecimientos.”

Expresa que, como las teorías científicas, los constructos tienen siempre un rango de conveniencia determinado, más allá del cual no son útiles, y un foco de conveniencia referido a aquellos aspectos para los cuales son especialmente adecuados.

Corolario de experiencia: “El sistema de construcción de una persona varía con la construcción sucesiva de réplicas de los acontecimientos “.

La sucesión de acontecimientos somete al sistema de construcción a un proceso permanente de validación. La experiencia es la reconstrucción del sistema que realiza la persona. Así, no es lo que ocurre alrededor del individuo lo que constituye su experiencia, sino las construcciones y reconstrucciones que realiza de lo que ocurre (“la experiencia no cambia al hombre, sino que el hombre se cambia a sí mismo mediante un proceso llamado `experiencia”).

Corolario de modulación: “La variación del sistema de construcción está limitada por la permeabilidad de los constructos dentro de cuyo rango de conveniencia caen las variantes.” El aprendizaje está limitado por características del sistema total de constructos personales. La posibilidad de aprender de la experiencia y, por tanto, de modificar el sistema dependerá de las características de aquél, y muy especialmente de su permeabilidad. Un constructo es permeable si admite en su rango de conveniencia nuevos elementos que aún no han sido construidos dentro de ese marco, lo que supone la capacidad de añadir de modo discriminado experiencias nuevas a las que ya abarca.

Corolario de fragmentación: “Una persona puede emplear sucesivamente una variedad de subsistemas de constructos que inferencialmente son incompatibles entre sí.”

Para responder al problema de la excesiva racionalidad y lógica que parece desprenderse de los principios anteriores, Kelly señala que en diferentes momentos, un mismo individuo puede utilizar partes del sistema que no se deducen lógicamente unas de otras; subsistemas inferencialmente incompatibles pueden ser integrados a un nivel superior, con lo que queda explicada la existencia de contradicciones en el comportamiento.

Corolario de comunalidad: “Los procesos psíquicos de una persona serán similares a los de otra en la medida en que esa persona emplee una construcción de la experiencia similar a la de la otra.”

Dos personas expuestas a un mismo ambiente pueden construirlo de forma diferente y ser

diferentes, dos personas expuestas a ambientes diferentes pueden construirlos de forma igual y ser iguales. Sin embargo, una base cultural común, a través de las normas y roles sociales, asegura una cierta semejanza en los procesos psíquicos. Por eso, los instrumentos que evalúan los constructos personales encuentran, además de los constructos idiosincrásicos, un número de constructos compartidos por los miembros de una misma cultura.

Corolario de sociabilidad: “Una persona podrá desempeñar un papel en los procesos sociales que involucran a otra en la medida en que esa persona construya los procesos de construcción de la otra.”

Se trata del corolario “psicosocial”: solamente podremos influir en otra persona si construimos correctamente sus procesos psíquicos con nuestras propias categorías. La capacidad de anticipar correctamente los constructos ajenos es esencial para ciertas profesiones, como por ejemplo la psicoterapia o los liderazgos.

Albert Ellis

'Modelos cognitivos de la personalidad'
Ellis nació en Pittsburg en 1913 y se crió en Nueva York. Se sobrepuso a una infancia difícil usando su cabeza, volviéndose, en sus propias palabras, “un solucionador de problemas terco y pronunciado”. Un problema renal grave desvió su atención de los deportes a los libros, y la disensión en su familia (sus padres se divorciaron cuando él tenía 12 años) le condujeron a trabajar sobre la comprensión de los demás.

En el instituto Ellis concentró su atención en hacerse el Gran Novelista Americano. Consideró la posibilidad de estudiar contabilidad en la universidad; en hacer suficiente dinero como para retirarse a los 30 y escribir sin la presión de la necesidad económica. La Gran Depresión estadounidense puso punto final a su anhelo, pero logró llegar a la universidad en 1934, graduándose en administración de empresas en la City University of New York. Su primera incursión aventurera en el mundo empresarial fue la de un negocio de parches de pantalones junto a su hermano. Buscaron juntos en tiendas de vestidos todos aquellos pantalones que necesitasen remates para adaptar igualmente los abrigos de sus clientes. En 1938, Albert llegó al puesto de director de personal de una firma novedosa.

Ellis empleó la mayoría de su tiempo libre en escribir historias cortas, obras teatrales, novelas, poesía cómica, ensayos y libros de no-ficción. Cuando alcanzó los 28 años, ya había terminado al menos dos docenas de manuscritos completos, pero aún no había logrado que se los publicasen. Se percató entonces de que su futuro no descansaría sobre la escritura de ficción, por lo que se dedicó exclusivamente a la no-ficción, a promover lo que él llamaría la “revolución sexual-familiar”.

A medida que Ellis recolectaba más y más material de un tratado llamado “The Case for Sexual Liberty” (La Causa por la Libertad Sexual), muchos de sus amigos empezaron a considerarle como una especie de experto en la materia. Con frecuencia le pedían consejos, y Ellis descubrió que le encantaba la asesoría tanto como escribir. En 1942 volvió a la universidad y se apuntó en un programa de psicología clínica en la Universidad de Columbia. Empezó su práctica clínica a tiempo parcial para familias y como consejero sexual casi inmediatamente después de recibir su título de maestría en 1943.

En el momento en que la Universidad de Columbia le premió con su doctorado en 1947, Ellis llegó a la convicción de que el psicoanálisis era la forma más profunda y efectiva de terapia. Decidió entonces alistarse en un análisis didáctico y se volvió “un analista brillante en los siguientes años”. En aquel momento, el instituto psicoanalítico rechazaba entrenar a psicoanalistas que no fueran médicos, pero esto no impidió que Ellis encontrase un analista dispuesto a llevar a cabo su entrenamiento dentro del grupo de Karen Horney. Ellis completó su análisis y empezó a practicar psicoanálisis clásico bajo la dirección de su maestro.

A finales de los 40 ya enseñaba en la Rutgers y en la Universidad de Nueva York y era el jefe de psicología clínica en el New Jersey Diagnostic Center y posteriormente en el New Jersey Department of Institutions and Agencies.

Pero la fe de Ellis en el psicoanálisis rápidamente se fue abajo. Descubrió que cuando atendía a sus clientes solo una vez a la semana o incluso cada dos semanas, progresaban igualmente que cuando les veía diariamente. Empezó a adoptar un papel más activo, combinando consejos e interpretaciones directas de la misma forma que hacía cuando aconsejaba a familias o en problemas sexuales. Sus pacientes parecían mejorar más rápidamente que cuando utilizaba procedimientos psicoanalíticos pasivos. Y esto sin olvidar que antes de estar en análisis, ya había trabajado muchos de sus propios problemas a través de las lecturas y prácticas de filosofías de Epícteto, Marco Aurelio, Spinoza y Bertrand Russell, enseñándoles a sus clientes los mimos principios que le habían valido a él.

En 1955 Ellis ya había abandonado completamente el psicoanálisis, sustituyendo la técnica por otra centrada en el cambio de las personas a través de la confrontación de sus creencias irracionales y persuadiéndoles para que adoptaran ideas racionales. Este papel hacía que Ellis se sintiese más cómodo, dado que podía ser más honesto consigo mismo. “Cuando me volví racional-emotivo”, dijo una vez, “mis propios procesos de personalidad verdaderamente empezaron a vibrar”.

Publicó su primer libro en REBT (siglas en inglés para Terapia Racional Emotiva) “How to Live with a Neurotic” (Como Vivir con un Neurótico) en 1957. Dos años más tarde constituyó el Institute for Rational Living (Instituto para una Vida Racional), donde se impartían cursos de formación para enseñar sus principios a otros terapeutas. Su primer gran éxito literario, The Art and Science of love (El Arte y Ciencia del Amor), apareció en 1960 y hasta el momento ha publicado 54 libros y más de 600 artículos sobre REBT, sexo y matrimonio. Actualmente es el Presidente del Instituto de Terapia Racional-Emotiva de Nueva York, el cual ofrece un programa de entrenamiento completo y gestiona una gran clínica psicológica.

TEORÍA

REBT (Terapia Conductual Racional Emotiva) se define por el ABC en inglés. La A se designa por la activación de las experiencias, tales como problemas familiares, insatisfacción laboral, traumas infantiles tempranos y todo aquello que podamos enmarcar como productor de infelicidad. La B se refiere a creencias (beliefs) o ideas, básicamente irracionales y autoacusatorias que provocan sentimientos de infelicidad actuales. Y la C corresponde a las consecuencias o aquellos síntomas neuróticos y emociones negativas tales como el pánico depresivo y la rabia, que surgen a partir de nuestras creencias.

Aún cuando la activación de nuestras experiencias puede ser bastante real y causar un gran monto de dolor, son nuestras creencias las que le dan el calificativo de larga estancia y de mantener problemas a largo plazo. Ellis añade una letra D y una E al ABC: El terapeuta debe disputar (D) las creencias irracionales, de manera que el cliente pueda a la postre disfrutar de los efectos psicológicos positivos (E) de ideas racionales.

Por ejemplo, “una persona deprimida se siente triste y sola dado que erróneamente piensa que es inadecuado y abandonado”. En la actualidad una persona depresiva puede funcionar tan bien como una no depresiva, por lo que el terapeuta debe demostrar al paciente sus éxitos y atacar la creencia de inadecuación, más que abalanzarse sobre el síntoma en sí mismo.

A pesar de que no es importante para la terapia ubicar la fuente de estas creencias irracionales, se entiende que son el resultado de un “condicionamiento filosófico”, o hábitos no muy distintos a aquel que nos hace movernos a coger el teléfono cuando suena. Más tarde, Ellis diría que estos hábitos están programados biológicamente para ser susceptibles a este tipo de condicionamiento.

Estas creencias toman la forma de afirmaciones absolutas. En vez de aceptarlas como deseos o preferencias, hacemos demandas excesivas sobre los demás, o nos convencemos de que tenemos necesidades abrumadoras. Existe una gran variedad de “errores de pensamiento” típicos en los que la gente se pierde, incluyendo…

1 Ignorar lo positivo
2 Exagerar lo negativo, y
3 Generalizar

Es como negarse al hecho de que tengo algunos amigos o que he tenido unos pocos éxitos. Puedo explayarme o exagerar la proporción del daño que he sufrido. Puedo convencerme de que nadie me quiere, o de que siempre meto la pata.

Hay 12 ejemplos de creencias irracionales que Ellis menciona con frecuencia:

12 Ideas Irracionales que Causan y Sustentan a la Neurosis

La idea de que existe una tremenda necesidad en los adultos de ser amados por otros significativos en prácticamente cualquier actividad; en vez de concentrarse en su propio respeto personal, o buscando aprobación con fines prácticos, y en amar en vez de ser amados.

La idea de que ciertos actos son feos o perversos, por lo que los demás deben rechazar a las personas que los cometen; en vez de la idea de que ciertos actos son autodefensivos o antisociales, y que las personas que cometan estos actos se comportan de manera estúpida, ignorante o neurótica, y sería mejor que recibieran ayuda. Los comportamientos como estos no hacen que los sujetos que los actúan sean corruptos.

La idea de que es horrible cuando las cosas no son como nos gustaría que fueran; en vez de considerar la idea de que las cosas están muy mal y por tanto deberíamos cambiar o controlar las condiciones adversas de manera que puedan llegar a ser más satisfactorias; y si esto no es posible tendremos que ir aceptando que algunas cosas son así.

La idea de que la miseria humana está causada invariablemente por factores externos y se nos impone por gente y eventos extraños a nosotros; en vez de la idea de que la neurosis es causada en su mayoría por el punto de vista que tomamos con respecto a condiciones desafortunadas.

La idea de que si algo es o podría ser peligroso o aterrador, deberíamos estar tremendamente obsesionados y desaforados con ello; en vez de la idea de que debemos enfrentar de forma franca y directa lo peligroso; y si esto no es posible, aceptar lo inevitable.

La idea de que es más fácil eludir que enfrentar las dificultades de la vida y las responsabilidades personales; en vez de la idea de que eso que llamamos “dejarlo estar” o “dejarlo pasar” es usualmente mucho más duro a largo plazo.

La idea de que necesitamos de forma absoluta otra cosa más grande o más fuerte que nosotros en la que apoyarnos; en vez de la idea de que es mejor asumir los riesgos que contempla el pensar y actuar de forma menos dependiente.

La idea de que siempre debemos ser absolutamente competentes, inteligentes y ambiciosos en todos los aspectos; en vez de la idea de que podríamos haberlo hecho mejor más que necesitar hacerlo siempre bien y aceptarnos como criaturas bastante imperfectas, que tienen limitaciones y falibilidades humanas.

La idea de que si algo nos afectó considerablemente, permanecerá haciéndolo durante toda nuestra vida; en vez de la idea de que podemos aprender de nuestras experiencias pasadas sin estar extremadamente atados o preocupados por ellas.

La idea de que debemos tener un control preciso y perfecto sobre las cosas; en vez de la idea de que el mundo está lleno de probabilidades y cambios, y que aún así, debemos disfrutar de la vida a pesar de estos “inconvenientes”.

La idea de que la felicidad humana puede lograrse a través de la inercia y la inactividad; en vez de la idea de que tendemos a ser felices cuando estamos vitalmente inmersos en actividades dirigidas a la creatividad, o cuando nos embarcamos en proyectos más allá de nosotros o nos damos a los demás.

La idea de que no tenemos control sobre nuestras emociones y que no podemos evitar sentirnos alterados con respecto a las cosas de la vida; en vez de la idea de que poseemos un control real sobre nuestras emociones destructivas si escogemos trabajar en contra de la hipótesis masturbatoria, la cual usualmente fomentamos.

Para simplificar, Ellis también menciona las tres creencias irracionales principales:

“Debo ser increíblemente competente, o de lo contrario no valgo nada”.
“Los demás deben considerarme; o son absolutamente estúpidos”.
“El mundo siempre debe proveerme de felicidad, o me moriré”.

El terapeuta utiliza su pericia para argumentar en contra de estas ideas irracionales en la terapia o, incluso mejor, conduce a su paciente a que se haga él mismo estos argumentos. Por ejemplo, el terapeuta podría preguntar…

¿Hay alguna evidencia que sustenten estas creencias?
¿Cuál es la evidencia para enfrentarnos a esta creencia?
¿Qué es lo peor que puede ocurrirle si abandona esta creencia?
¿Y qué es lo mejor que puede sucederle?

Además de la argumentación, el terapeuta REBT se asiste de cualquier otra técnica que ayude al paciente a cambiar sus creencias. Se podría usar terapia de grupo, refuerzo positivo incondicional, proveer de actividades de riesgo-recompensa, entrenamiento en asertividad, entrenamiento en empatía, quizás utilizando técnicas de rol-playing para lograrlo, impulsar el auto-control a través de técnicas de modificación de conducta, desensibilización sistemática y así sucesivamente.

Auto-aceptación Incondicional

Ellis se ha ido encaminando a reforzar cada vez más la importancia de lo que llama “auto-aceptación incondicional”. Él dice que en la REBT, nadie es rechazado, aún sin importar cuán desastrosas sean sus acciones, y debemos aceptarnos por lo que somos más que por lo que hemos hecho.

Una de las formas que menciona para lograr esto es convencer al paciente de su valor intrínseco como ser humano. El solo hecho de estar vivo ya provee de un valor en sí mismo.

Ellis observa que la mayoría de las teorías hacen mucho hincapié en la autoestima y fuerza del yo y conceptos similares. Nosotros evaluamos de forma natural a las criaturas, y esto no tiene nada de malo, pero de la evaluación que hacemos de nuestros rasgos y acciones, llegamos a evaluar esa entidad holística vaga llamada “self”. ¿Cómo podemos hacer esto?; ¿Y qué bien hace?. Ellis cree que solo provoca daño.

Ahí están, precisamente, las razones legítimas para promover el propio self o ego: Queremos mantenernos vivos y estar sanos, queremos disfrutar de la vida y demás. Pero existen muchas otras formas de promover el ego o self que resulta dañino, tal y como explica a través de los siguientes ejemplos:

Soy especial o soy detestable.
Debo ser amado o cuidado.
Debo ser inmortal.
Soy o bueno o malo.
Debo probarme a mí mismo.
Debo tener todo lo que deseo.

Ellis cree firmemente que la autoevaluación conduce a la depresión y a la represión, así como a la evitación del cambio. ¡Lo mejor para la salud humana es que deberíamos detenernos a evaluarnos entre todos!.

Pero quizás esta idea sobre el ego o el self está sobrevalorada. Ellis es especialmente escéptico sobre la existencia de un “verdadero” self, como Horney o Rogers. Particularmente le disgusta la idea de que exista un conflicto entre un self promovido por la actualización versus otro promovido por la sociedad. De hecho, dice, la propia naturaleza y la propia sociedad más bien se apoyan entre sí, en vez de ser conceptos antagónicos.

Realmente él no percibe ninguna evidencia de la existencia de un self transpersonal o alma. El budismo, por ejemplo, se las arregla bien sin tomar en cuenta esto. Y Ellis es bastante escéptico con respecto a los estados alterados de consciencia de las tradiciones místicas y las recomendaciones de la psicología transpersonal. De hecho, ¡considera a estos estados más irreales que trascendentes!.

Por otra parte, Ellis considera que su abordaje surge de la antigua tradición estoica, apoyada por filósofos tales como Spinoza. También considera que existen similitudes con el existencialismo y la psicología existencialista. Cualquier acercamiento que coloque la responsabilidad sobre los hombros del individuo con sus creencias, tendrá aspectos comunes con la REBT de Ellis.

AARON BECK

Beck nació en Providence Rhode Island, el 18 de Julio de 1921, siendo el más pequeño de sus tres hermanos. Los padres de Beck eran inmigrantes judios. El nacimiento de Beck se vio seguido por el fallecimiento de su hermana como consecuencia de una epidemia de gripe. Después de la muerte de su hermana, la madre de Beck se sumió en una profunda depresión. Beck considera que fue aquí donde se arraigó su necesidad de control. Beck se sentía estupido e incompente después de sufrir una enfermedad grave causada por una infección en un brazo roto. Sin embargo, Beck aprendió como afrontar cognitivamente sus miedos y problemas; esto fue lo que inspiró en años posteriores su teoría y sus terapias.

Beck está casado y tiene cuadro hijos: Roy, Judy, Dan y Alice, y tiene ocho nietos. Su hija, la Dr. Judith Beck, es también psiquiatra y se ha especializado en terapia cognitiva, siendo uno de sus principales sucesores dentro del campo de estudio abierto por él.

Beck fue a la Universidad de Brown, graduándose mshns cum laude en 1942. En esta Universidad fue elegido miembro de la Sociedad Phi Beta Kappa (la sociedad de graduados más prestigiosa para graduaciones de más de cuatro años), fue editor asociado del diario Brown Daily Herald, y recibió el Francis Wayland Scholarship, el Premio de Excelencia en Oratoria de William Gaston y el Premio de Ensayo de Philo Sherman Bennett. Beck ingreso en la Escuela de Medicina de Yale y se graduó como en 1946.

TEORIA

El modelo de la terapia cognitiva de Beck parte de las investigaciones iniciales de este autor precisamente con los sueños . Beck era partidario del modelo psicoanalítico y trataba de demostrar que los sujetos depresivos tenían elementos simbólicos en sus sueños de tipo masoquista. Lo que encontró mas bien en sus investigaciones fueron unos contenidos temáticos que reflejaban la visión depresiva del sujeto, contenidos que tendían a distorsionar los pensamientos en el sentido depresivo . En estas investigaciones iniciales se encuentra el inicio de su modelo cognitivo de la depresión y otros trastornos psicológicos.

El modelo de terapia cognitiva de Beck mantiene que los trastornos psicológicos provienen con frecuencia de maneras erróneas de pensar concretas y habituales, maneras que conforman las distorsiones cognitivas. Las "distorsiones cognitivas" derivan a su vez de creencias personales o "significados personales" tácitos o inconscientes aprendidos a menudo en las experiencias de la vida infantil . Esos significados personales conforman un segundo sistema cognitivo de tipo emocional ajeno al sistema racional de pensamiento. Cuando por distintos eventos vitales se activan esos significados personales que permanecían latentes o dormidos, irrumpen en la consciencia e interrumpen el pensamiento racional, a través de los "pensamientos automáticos" (contenidos de pensamiento involuntarios, taquigráficos y rapidísimos) . Esos pensamientos automáticos son ajenos al análisis racional y reflejan las distorsiones del pensamiento guiadas por los significados inconscientes.

En el estado de sueño se activarían los significados personales inconscientes, que se expresarían de manera más arcaica aún en forma visual/imágenes . Los significados se habrían activado previamente en el estado de vigilia mediante determinadas preocupaciones, estados emocionales y actividades-problemas relacionales importantes en la vida del sujeto en cuestión . Al estar ahora el sujeto dormido, y en un estado de conciencia con mayor inhibición aún de sus sistema racional de pensamiento, se activaría la forma visual imaginaria de los significados (ensueños). Los ensueños contendría las mismas distorsiones cognitivas manifiestas en los pensamientos automáticos de la vigilia , y serian expresiones de los significados subyacentes, o supuestos personales.

BIBLIOGRAFIA

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Correspondencia

Av 10 de Agosto 2905 y Selva Alegre Telf: 593 022 521137

fernandocumba@hotmail.com

Modelos Cognitivos de la Personalidad - 3 - Fernando Cumba




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Enviado por:Fernando Cumba Armendariz
Idioma: castellano
País: Ecuador

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