Arte
Miguel Ángel Buonarroti
Introducción
Suele entenderse como Renacimiento a la parte de la historia que abarca los siglos XV y XVI. El Renacimiento, iniciado durante el Quattrocento, se desarrolló en un siglo de madurez inigualable, el siglo XVI o Cinquecento. Dentro de este largo período convivieron dos tendencias fundamentales: La clasicista y la manierista.
El Renacimiento puede verse como un conjunto opuesto a la Edad Media, que le precede, y al barroco, que le sigue. Así, el arte del Renacimiento presenta una unidad que lo individualiza. Comparando esculturas y obras arquitectónicas de diferentes períodos del Renacimiento, realizadas por autores de procedencias muy alejadas, se puede, no obstante, encontrar características formales muy parecidas.
Los hechos más importantes del Renacimiento:
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El desarrollo de una burguesía que acaba con el feudalismo;
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Cambios en la organización política, en los que se impone el poder real o
imperial contra el feudal;
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El masivo éxodo de artistas e intelectuales bizantinos provocado por la caída de Constantinopla a manos sarracenas;
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La Contrarreforma, las prédicas de Lutero, el humanismo de Erasmo de Rótterdam y el principio de la disidencia en el seno del Catolicismo;
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El lanzamiento de la cultura grecolatina al mundo a través del invento de la imprenta;
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Un gran cambio en la economía, la migración del campesinado a las ciudades, y el comienzo del auge del comercio marítimo;
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La división de la organización social de la época en 4 estamentos, nobleza, clero, burguesía, campesinado.
Las características del Renacimiento:
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El predominio de lo Clásico: por primera vez, después de Grecia y Roma, el hombre vuelve a ser el centro del universo. El hombre se siente capaz, partiendo de un humanismo realista, no emotivo (como el del gótico), donde se estudia a los clásicos y se lee en las lenguas originales (latín y griego), con una cultura que se extiende gracias a la imprenta y la brújula, que abre nuevos horizontes al mundo con los descubrimientos, como por ejemplo, América.
Un artista debía tener hondos conocimientos de mitología, historia y teología para estar capacitado en la representación decorosa de las historias que había de “narrar”. Este volver a centrarse en lo humano no significa en absoluto un abandono de lo divino; bien al contrario, lo divino es revisado desde la perspectiva humana para dotarlo de una mayor significación: Dios trata de hacerse inteligible a la razón humana, en vez de limitarlo a la emoción de la fe.
El hombre se siente el protagonista de todo esto, y si él es ese protagonista, quiere que todo esté hecho a su medida.
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El hombre del renacimiento: es el hombre docto, que sabe latín y griego, que conoce a los clásicos, que discute sobre filosofía, se plantea dogmas y los discute. Gente que en las repúblicas italianas es muy admirada y que allí, en las Cortes de estas repúblicas, se ponen en contacto con las obras de arte, a las que analiza y las critica si es necesario (está surgiendo la crítica de arte). El hombre renacentista es positivo, ayuda a las masas a comprender los mitos, leyendas y el significado de cierto simbolismo. Esta unión de artistas y humanistas es muy positiva, dándose casos en que a veces el artista es humanista.
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Individualidad: durante toda la Edad Media, la labor artística fue anónima y lo mismo lo fue en Italia. Al haber en Italia muchas repúblicas independientes que rivalizan entre sí, estos artistas que destacan empiezan a ser reclamados por ellos; este fue el motivo por el cual empezaron a ser conocidos por sus nombres. Tal era su prestigio, que no era necesario el apellido.
El arte alcanzó unas cotas geniales, especialmente en Roma durante el gobierno del Papa Julio II. Miguel Ángel es uno de los artistas, si no el artista de mayor importancia del Renacimiento, ya que los historiadores lo consideran como el precursor del Renacimiento y a su muerte como su fin. Pintó la Capilla Sixtina, trazó edificios y diseñó innumerables proyectos escultóricos para las personalidades más importantes de la época, que no siempre pudo rematar (como el frustrado proyecto funerario de la tumba de Julio II). Fue el creador del Manierismo. Rafael también trabajó para el Papa, siendo su obra más famosa pintada para éste, la decoración al fresco de Las Estancias de la Signatura en los Apartamentos Vaticanos. Fuera de Roma, Leonardo, hombre de ciencia, humanista, inventor, diseñador de fortalezas y maquinarias de guerra y excelente pintor.
El artista más representativo del Renacimiento por sus características y su importancia fue Miguel Ángel. Este artista fue poeta, escultor, pintor y arquitecto. Fue la personalidad que mejor supo representar las características de la época, siendo él mismo el principio y el fin del Renacimiento. Además fue maestro y guía de otros artistas, creó técnicas como el Non Finito y también él fue el precursor del Manierismo.
El Manierismo es el resultado de la aplicación hasta su último extremo de las reglas fijadas durante el Renacimiento.
M
iguel Ángel es el artista con mayúsculas; pintor, escultor y arquitecto. Su personalidad es tan fuerte que define los cánones del genio. No fue pintor, ni quería serlo. Escribió que no había ninguna idea que no pudiera expresarse en mármol, anteponía la escultura a la pintura, al contrario de Leonardo que entendía la pintura como la máxima representación de la naturaleza. Tallaba directamente en el bloque de mármol blanco de Carrara, por estimar que este noble material es el más adecuado para acercarse a la belleza, de faltarle piedra tendría que corregir sobre la marcha la actitud que había proyectado.
Valoraba la escultura que trabaja, la talla de la piedra, actuando por eliminación, y no por acumulación como el modelado del barro o la cera. Trabajó a la manera de los griegos aunque lógicamente existen diferencias: los griegos reprodujeron el modelo pero con un canon idealizado y establecido. Miguel Ángel sigue fiel a la anatomía pero destaca movimientos exagerados y extremos, altera incluso el sentido de la proporción buscando su idea.
Ponía su fe ardiente en Dios, viendo el designio divino revelado en el cuerpo humano. Para Leonardo, el artista es una especie de Dios pues puede crear objetos de la nada; para Miguel Ángel todo lo que crea el artista son instrumentos del poder divino y los concibe como una manera de salvación.
Michelangelo Buonarroti nació en Caprese, cerca de Arezzo, el 6 de marzo del año 1475. Su padre Lodovico di Leonardo di Bounarroto Simone era "podestá" de Florencia en esa localidad - que se trasladó a la capital de Toscana a las pocas semanas de nacer el pequeño. La madre, Francesca di Neri di Miniato del Sera, confió la alimentación del pequeño a una nodriza, hija y mujer de canteros, dato que será considerado por el artista como fundamental para su formación.
Cuando Miguel Ángel tiene seis años fallece su madre; en esos momentos conoce al pintor Francesco Granicci, un mozo de 12 años que le anima a pintar. Miguel Ángel ingresa con trece años en la "bottega", el estudio, de Domenico Ghirlandaio con quien aprendería las técnicas del fresco y desarrollaría su extraordinaria capacidad como dibujante. Tras una corta estancia, que parece abandonar por discrepancias con su maestro, inicia estudios de escultura en el Jardín de los Médicis, bajo el patronazgo de Lorenzo "IL Magnifico" y la dirección artística del donatelliano Bertoldo di Giovanni. Estos años serán de gran felicidad para el joven ya que es acogido como hijo adoptivo por el Magnífico en el palacio Médicis, donde vivía con los más destacados miembros del humanismo: Poliziano, Marsilio Ficino, Pico Della Mirandola. Sus primeros trabajos escultóricos se realizan en estos años bajo la protección de los Médicis.
E s c u l t u r a
En la imagen se observa a la Virgen con el niño en su regazo, sentada en una escalera. En los escalones superiores juguetean unos niños.
Por influencia de Dónatelo, el relieve es muy plano aunque la perspectiva está muy conseguida. Sin embargo, ya aparece aquí constante la preocupación por la anatomía, que siempre será poderosa, y así la virgen no es una joven doncella, sino una matrona marcada tanto en su rostro como en sus formas anatómicas, descubiertas o no.
También hay preocupación por el movimiento: el giro del niño, o el juego y el descenso de la escalera.
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Le presta mucha importancia a la anatomía, que siempre presentara los caracteres de fortaleza, de gigantismo.
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La preocupación por el movimiento que fundamentalmente es tensión.
Otra obra contemporánea es El combate de los centauros contra los lapitas. En ella Miguel Ángel ofrece su versión de un tema clásico apto para desplegar un racimo de cuerpos desnudos, que el escultor modelo con luminosidad impresionista.
Dispuso un dinámico torbellino de músculos tensos en torno al lapita que ocupa la posición central, anticipación de los ritmos serpenteantes ligados al contrapposto.
La caída de la familia gobernante de la ciudad, a la que contribuyó decididamente la actuación del clérigo Girolamo Savonarola, provocó la huida del joven artista, primero hacia Venecia y después a Bolonia, donde estudió las obras de Jacopo Della Quercia.
En el invierno de 1495-1496 regresa a Florencia, donde trabaja para Pierfrancesco de Médicis. En estos años juveniles manifiesta ya una profunda admiración hacia la anatomía que le llevará a acudir casi todas las noches al depósito municipal de cadáveres para practicar disecciones que le permitieran conocer mejor la estructura interna del cuerpo humano. En las obras escultóricas de estos momentos muestra un dominio del movimiento y de la anatomía.
En el mes de julio de 1496 se traslada a Roma por primera vez. En la Ciudad de los Papas recibirá el encargo de su famosa Pietà (Piedad) del Vaticano. Comienza por exponer su manera de trabajar en un Baco y un Cupido esculpidos para el banquero Jacopo Galli.
Esta obra es la interpretación de Miguel Ángel sobre un dios clásico tras haber tenido la ocasión de contemplar el Apolo del Belvedere. Es una escultura de carácter andrógeno y sensual.
En ella se representa la esbeltez del joven varón y la redondez del cuerpo de la mujer, implementando esta técnica común desde este momento en todas sus obras.
Luego, por pedido del Vaticano, hizo la escultura que más le impresionaría a todo el mundo, incluyendo al mismísimo Miguel Ángel. Es la única obra firmada por él, en la banda que cruza el amplio pecho de la Virgen.
Toma el momento en que el cadáver de Cristo reposa tras ser bajado de la cruz en el regazo de su madre. En el mensaje notamos hechos fundamentales:
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Ante tal acontecimiento, la Virgen, que es madre de dios, se interroga sobre el futuro de la humanidad.
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Remarcando el hecho de su virginidad, realiza su rostro con unos caracteres juveniles que contrastan con su torso ancho, poderoso, las fuertes piernas que se adivinan tras los pliegues del manto que soportan, aparentemente sin esfuerzo, el peso de un Cristo de edad real.
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El pulido del mármol que nos proporciona una anatomía transparente.
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El uso de amplios pliegues profundos que a través de la creación de claros-oscuros, amplifican el volumen y colaboran en el sentido dramático del tema elegido.
De regreso a Florencia realizó El David. En el boceto demuestra una vez más su obsesión por el desnudo, que será modelo de un buen número de artistas jóvenes por aquellas fechas.
Así logra Miguel Ángel una de sus obras más conocidas. Es una escultura de David que, a diferencia de Dónatelo, representa otro momento, el previo a la acción, cuando David calcula la distancia a la que debe arrojar la piedra.
Desnudo, como los efebos griegos, (en el que) logra, a pesar de los condicionantes del bloque, dotarle de un sentido de movimiento y a través del contraposto, romper una monotonía lineal en sus cuatros metros.
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El movimiento centrípeto es fundamentalmente el de la tensión manifestada en su cuello, boca, fosas nasales, el ligero entrecejo y, sobre todo, en el sentido multidireccional de su peinado.
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En el resto del cuerpo no aparece reflejada esta tensión. El tipo de pulido mantiene ese sentido de transparencia y calidad extraordinaria.
En 1503 comenzó a expresarse con recursos no enteramente clásicos.
El rostro de la Virgen como el de San Juan se matizan con superficies inacabadas y sin pulir. Aparece así el recurso del “non finito”, que no es una concesión a la prisa y al descuido, sino la consiente utilización de la superficie como hallazgo pictórico.
En 1505 el poderoso papa Julio II reclama a Miguel Ángel que regrese a Roma para encargarle una tumba con cuarenta figuras. Pero el magno proyecto se vio reducido a la realización del Moisés y los Esclavos. El propio Miguel Ángel denominará a ese encargo la "Tragedia del Sepulcro".
Se manifiestan las características de un Miguel Ángel en plena madurez. Representa al profeta en el momento en que, habiendo descendido del monte Sinaí con las tablas de la ley, observa que su pueblo está adorando al buey sagrado, y lleno de rabia está a punto de saltar para romper las tablas y enfrentarse a la idolatría de su pueblo.
Este momento lo va a situar en una figura de anciano, pero con una fuerza gigante: su vejez en el torso, su potencia en brazos, piernas y en la expresión de una mirada a la que aplicamos el término de terrabilitá. Este termino se vera reflejado en:
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La contraposición de líneas horizontales y verticales,
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El múltiple contraposto en piernas y en el cruzado de las manos;
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En el tremendo giro de la cabeza hacia la izquierda.
A esos contrapostos le sumamos unos elegantes pero enormes pliegues de sus ropajes y de su barba. Los “cuernecillos” simbolizan los rayos divinos de los que ha recibido las tablas de la ley.
El estado de abocetamiento en que se encuentran estas 4 estatuas ha sido interpretado como un elemento expresivo buscado por Miguel Ángel. La servidumbre estaría simbolizada por los pesados bloques de piedra sin labrar que los musculosos personajes han de soportar sobre sus espaldas.
Entre los años 1523 y 1531, Miguel Ángel se encarga de las tumbas de sus mecenas pedidas especialmente por ellos. Se construyen dos tumbas dedicadas a Juliano y a Lorenzo de Médicis, el primero como símbolo de la acción y el segundo del pensamiento.
Estas dos megas esculturas presentan una fortaleza que corresponde al gigantismo de Miguel Ángel y están cargadas de simbolismo:
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La Aurora, como mujer que se despereza cargada de vitalidad, como muestran las líneas de su vientre de la reiterada fertilidad.
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El Crepúsculo, cansado de la dura jornada que se traduce en un rostro no totalmente devastado (sin terminar).
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El Día, pletórico de fuerza con el rostro sin devastar de la ceguera de los rayos del sol.
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La Noche se cobija, descansa pero se carga de energía para empezar en nuevo día.
Los dos personajes aparecen sentados: Juliano en composición similar al Moisés, vestido como emperador romano con el bastón de mando, es la vida activa. Lorenzo, en una actitud de relajación con las piernas cruzadas y de reflexión a través del apoyo de su cabeza sobre su mano izquierda.
En su último regreso a Roma, Miguel Ángel ya es anciano, ha sufrido con la crisis de la cristiandad por la división entre católicos y protestantes, y en lo personal se encuentra sólo tras la muerte de una amistad intima. Toda esta situación de angustia lo traslada a sus últimas obras en las que retoma el tema de las Piedades, como la de la Catedral de Florencia y, sobre todo, en la Pietá Rodadini de Milán.
P i n t u r a
La obra pictórica de Miguel Ángel en número es muy escasa, ya que su actividad favorita era la de escultor y cuando pinta lo hace por pedido exclusivamente. Aparte de la Capilla Sixtina, la obra más destacada es el Tondo Doni, que se conserva en la galería de los Uffizi en Florencia.
Representa, en primer término, la Sagrada Familia (la Virgen, el Niño y San José), tras los cuales, un muro los separa de un fondo en el que aparecen ignudi (desnudos), que representan a la humanidad, permanecen dialogando entre ellos ajenos al acontecimiento de la llegada de Cristo. Dentro de la humanidad, San Juanito es consciente del suceso y sirve de enlace entre ambos campos.
La composición del grupo familiar es piramidal, muestra la influencia escultórica de Miguel Ángel en personajes de gran fortaleza tratadas mediante el dibujo de modo escultórico. Es igualmente una composición centrípeta y en tensión manifestada a través del sentido de giro. Sobre el dibujo, un colorido juvenil en el que dominan blancos, rojos y azules y en los que marca amplios pliegues que colaboran a la creación del volumen.
LA CAPILLA SIXTINA
Se denomina así porque fue mandada a edificar por el Papa Sixto IV de acuerdo con las medidas del templo de Salomón. La decoración era de una serie de frescos en los muros sobre Moisés y sobre Cristo y la bóveda simulaba un cielo estrellado.
El Papa Julio II (sobrino de Sixto IV) decide reestructurar la bóveda y encarga el proyecto a Miguel Ángel. El programa inicial consistía en desarrollar un apostolado, pero Miguel Ángel cambia el proyecto por la salvación.
Estructura todo el espacio en una serie de compartimentos mediante divisiones a base de elementos arquitectónicos pintados.
En la parte central, nueve escenas tamaño alternante, más pequeño y más amplio que se agrupan por trilogías:
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Las tres primeras, hacia la cabecera se refieren a la creación. En las tres, Dios frente a un espacio como símbolo de la creación.
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La siguiente trilogía nos relata la creación de Adán, la de Eva, y el pecado y expulsión del paraíso. En las tres prima lo individual.
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Las tres últimas son sobre Noé en las que prima lo social y las nueve en conjunto anuncian la necesidad de la llegada de un Mesías.
En los ángulos de las escenas más pequeñas aparecen ignudis (desnudos y andrógenos) siempre sentados sobre plinto en diferentes posturas que representan a la humanidad de la llegada del Mesías.
En los derrames de la bóveda y en los dos testeros de tamaño gigante individualizados, están representados siete profetas que han anunciado la llegada del Mesías al pueblo judío y cinco sibilas que en el mundo pagano, han consultado los oráculos y han anunciado un cambio en el mundo.
Como caracteres comunes a todos ellos, aparecen sentados, con el libro o el rollo de las profecías y predicciones y todos en un sentido de tensión, a veces de terribilitá como conscientes de lo que va a acontecer.
En los cuatro ángulos sobre las ventanas y en los lunetos, se desarrollan escenas de la historia del pueblo de Israel, concreción del programa como arranque genealógico.
EL JUICIO FINAL. FRONTAL DE LA CAPILLA SIXTINA.
Veinte años más tarde, el Papa Paulo III idea la reforma del frontal de la Capilla Sixtina y encarga el proyecto a Miguel Ángel, quien iniciará los trabajos a partir de 1537 y la inauguración en 1541.
El tema elegido es el del Juicio Final y a diferencia de la bóveda aquí todo el fresco es una escena única. Como punto focal, un Cristo arrebatador poderoso con la terribilitá, más como Júpiter romano que como el Dios cristiano.
En torno a él, un gran arco en donde a ambos lados sitúa una serie de profetas, mártires, apóstoles, muchos de ellos reconocibles por sus atributos. Todos ellos cargados de una enorme tensión que acompaña a la violencia de la llegada de la que solo se exceptúa su madre que aparece sobrecogida ante la fuerza de su hijo.
Bajo este plano se abre un vacío bajo el que sitúa un núcleo de ángeles que resuenan las trompetas y portan el libro del bien y del mal. A la izquierda de este grupo, un remolino de cuerpos asciende.
En la parte inferior, a su derecha, se representa la resurrección de los cuerpos y a su izquierda, la entrada del infierno y la barca de Caronte, que conduce a los condenados sin posibilidad de salvación.
En la parte superior, bajo los dos lunetos, grupos de ángeles en agitado movimiento portan los símbolos de la pasión. Es una interpretación muy personal en la que confluyen tradiciones de la Biblia pero con elementos del mundo clásico, también influenciado por Dante y elementos medievales, y todo ello realizado en un mundo sin localización espacial ni temporal como símbolo de humanidad y de la salvación atemporal. De ahí el uso del desnudo que tantas críticas suscitaría, por lo que se encargaría a un discípulo suyo, Volterra, que les pusiera bragas. De igual modo, renuncia a la iconografía tradicional: desaparición de las alas angélicas.
Falleció en Roma acompañado de un fiel sirviente, su intimo amigo Tomaso Cavalieri y los médicos, quiso ser enterrado en Florencia (se le enterró en Santa Croce) por lo que el féretro fue sacado en secreto por su sobrino, ya que los romanos hubieran deseado enterrarlo en su ciudad. Dejó tras sí gran fama y cuantiosa fortuna, pero él vivió austeramente y como un humilde artista.
Otras obras de Miguel Ángel
Estas son las obras menos conocidas de este gran artista, pero se puede apreciar que en todas ellas siempre manifiesta las reglas del Renacimiento.
Conclusión
A partir de nuestro trabajo presentado se puede observar que Miguel Ángel es claramente el iniciador del Renacimiento, ya que este fue él que mejor transmitió los valores de esta época. Fue el artista que más contribuyo, tanto en técnicas (Ej.: non finito) como en obras.
En su inicio hizo hincapié en lo clásico de la antigua Grecia en su escultura del Combate de los centauros contra los lapitas. Allí si bien era su comienzo en lo artístico, supo percibir y esculpir un tema clásico con perfección. Allí comenzó con la investigación y el estudio del cuerpo humano. Una de los objetivos de los renacentistas era el de copiar al ser humano a la perfección, este logro fue cumplido por muchos artistas, pero el que lo logro con creces fue Miguel Ángel. Otras obras de este artista tienen su tema en lo clásico: Baco, Hércules (perdido), entre otros.
Para explicarme mejor voy a poner como ejemplo una de las obras que más me impresiono de nuestro autor, la Piedad que Miguel Ángel esculpió en 1498. Simboliza en gran parte los valores del renacimiento, si no los simboliza a todos a la perfección. En ella aparecen valores como la fe cristiana, que tuvo un auge en esta época por todo lo consecuente por la contrarreforma, la búsqueda de perfección en el retrato del hombre y el estudio de la fisonomía de este. La individualidad que comenzó a tener los autores en esta época también esta representada aquí, ya que fue la única obra que firmo en la banda que le cruza por el pecho, como se puede apreciar en la siguiente imagen.
Si bien esta escultura tiene un matiz religioso, Miguel Ángel simbolizó en esa virgen, una belleza platónica y clásica.
Este artista fue el más completo dentro del Renacimiento italiano, ya que en cada una de sus obras supo ver y exponer la época en la cual estaba viviendo.
Con su muerte el renacimiento concluyó ya que no hubo nadie que lo pudiera igualar. Sus obras son hoy en día la guía para poder descubrir la época conocida como el Renacimiento.
Glosario
Podestá: En italiano significa Primer Magistrado.
Lapita: Individuo de un pueblo de los tiempos heroicos de Grecia, que habitaba en Tesalia, cerca del monte Olimpo, y se hizo famoso por su lucha contra los centauros en las bodas de Pirítoo.
Contrapposto: Cuando las piernas y la cintura están giradas en diferente posición que la cabeza y el torso. Es usado en general para las esculturas.
Efebos: Era el nombre dado a los homosexuales de la antigua Grecia.
Terrabilitá: Es una palabra que simboliza a una persona con un gran poder.
Manierismo: Es un movimiento artístico que abarca tanto arquitectura como pintura y escultura, aunque donde mejor se manifiesta es en la pintura. Es un movimiento intelectual, para una minoría que no caló en ningún momento a la gente porque, además, rompe con lo que había sido el arte y la pintura hasta entonces. Por ejemplo: Se rompe con el convencionalismo en el color (se usa el que se quiere, puede aparecer un cielo verde) y pasa lo mismo con las formas (se distorsionan, se alargan). Hay una figura muy conocida: La Virgen del Cuello Largo) y la arquitectura también se distorsiona.
Non Finito: Aquellas esculturas en donde se matizan superficies inacabadas y sin pulir. Esta técnica no clásica seria utilizada por Rodin, entre otros.
Ignudi: Se lo llama a aquella persona que es fiel a la religión de Jesucristo.
Sibilas: Se le dice así a la mujer que era profeta.
Bibliografía
Libros y Enciclopedias
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Historia del Arte.
Editorial: Planeta D´Agostini.
Tomo 6.
-
Gran Enciclopedia Rialp (GER).
Ediciones: Rialp, S.A.
Madrid, 1984.
Tomo 15 - Miguel Ángel
Tomo 20 - Renacimiento
-
Historia del Arte.
Editorial: Salvat.
Barcelona, 1972.
Tomo 6
Internet
-
http://www.casabuonarroti.it/ (historia y fotos)
-
http://www.artehistoria.com/ (historia)
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http://www.portalmundos.com/mundoarte/grandesgenios/michelangelo/michelangelo.htm (fotos)
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http://www.kfki.hu/ (fotos)
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Enviado por: | Gonzalo Vinante |
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País: | Argentina |