Filosofía y Ciencia


Memoria y reminiscencia


DE LA MEMORIA Y LA REMINISCENCIA

De La Memoria, la Historia, el Olvidode Paul Ricoeur

INTRODUCCIÓN:

  • El olvido, a su vez, ha sido ignorado por los filósofos y se ha considerado únicamente el enemigo que combate la memoria, el abismo del que ésta extrae el recuerdo.

  • Una serie de paradojas o aporías que afectan el problema de la memoria.

  • La primera se refiere a la difícil conciliación del tratamiento de la memoria como experiencia eminentemente individual, privada e interna con su caracterización como fenómeno social, colectivo y público.

  • La segunda aporía se refiere a la relación que existe entre la imaginación, en cuanto función de la ausencia de huellas temporales, y la memoria, que, aunque consista como la imaginación en una representación, pretende alcanzar el pasado, constituirlo y serle fiel.

  • La tercera aporía se refiere al derecho a introducir consideraciones casi patológicas cuando consideramos la relación que existe entre la memoria y la construcción de la identidad personal o colectiva.

    • El problema del olvido cobrará cuerpo poco a poco a medida que vayamos precisando las aporías de la memoria.

    • ¿De que hay recuerdo?, ¿De quién hay memoria? Sí queremos evitar entrar en una inútil aporía, debemos dejar en suspenso la cuestión sobre “alguien” y pasar por la pregunta “¿qué?”. Es decir, poder conducir tan lejos como sea posible la fenomenología del recuerdo, objeto de la memoria.

    • Los griegos tenían dos palabras mneme y anamnesis. La primera es el recuerdo como aparece, siendo pasiva su llegada a la mente. La segunda es la búsqueda, rememoración del recuerdo.

    Entonces, acordarse es tener un recuerdo o ir en su búsqueda. En ese sentido, la anamnesis ¿cómo? se plantea en un mneme ¿qué?. Este enfoque favorece la pretensión de fidelidad de la memoria respecto al pasado.

    • Este es el camino, del ¿qué?, al ¿quién?, pasando por el ¿cómo?

    IMAGINACIÓN Y MEMORIA.

    • La asociación de la imagen y del recuerdo es usual e inevitable, pero al mismo tiempo puede inducir al error. Es decir, que después de haber reconocido que más operaciones cumplen una función común (hacer presente algo ausente), hay que separarlas poniendo de relieve la especificidad de la dimensión temporal de la memoria.

    • Hay que remontarse a Platón, para comprender cómo un problema a llegado a dominar a otro. La noción de eikón, (de la representación de una cosa ausente por la imaginación que envuelve y compromete a la memoria) ya sea sola o asociada a la de phántasma (sobre la doble terminología aristotélica de la imagen, como ella misma y otra como la representación de otra cosa o “fantasma” del recuerdo), da la posibilidad del error. La imagen y la memoria se encuentran, desde el principio, bajo sospecha desde que se lleva a cabo su examen.

    • El problema de eikón se asocia además desde el principio al de la señal o marca (týpos). El error o problema del olvido se plantea desde el comienzo en un sentido doble: como la desaparición de las huellas y como la falta de adecuación entre la imagen presente. Entonces la memoria y la imaginación comparten el mismo destino.

    • La primera enseñanza, consiste en que la fenomenología de la memoria a de re-elaborarse en función de la distancia temporal. Al respecto, la prueba de la pérdida es el lugar de paso obligado de la recuperación de la distancia temporal.

    • La segunda enseñanza consiste en que la búsqueda del pasado característica de la anámnesis aristotélica tiene una pretensión veritativa que, confirma la separación de la memoria (encaminada a la realidad anterior) y de la imaginación (encaminada a la ficción, lo irreal, lo virtual o lo posible).

    MEMORIA INDIVIDUAL Y MEMORIA COLECTIVA.

    REMEMORACIÓN Y CONMEMORACIÓN.

    • Esta parte esta dedicado al primero de los problemas previos o aporías de los que se ha hablado. Al problema de saber si es legítimo, y hasta que punto lo es, hablar de una memoria colectiva.

    • La primera parte estudia el malestar epistemológico motivado por la primacía concedida en primera instancia al carácter personal e íntimo de la memoria. En la segunda parte, cuestionaremos dicha primacía y se propone un modelo más complejo de la constitución mutua de la memoria individual y colectiva.

    1.- PRIMACÍA DE LA MEMORIA INDIVIDUAL A LA MEMORIA COLECTIVA.

    • Primero, el alegato a favor del uso exclusivamente individual y privado de la noción de memoria. La memoria constituye por sí sola un criterio de la identidad personal. La memoria es una extensión del tiempo de la identidad reflexiva que hace que uno “sea igual a sí mismo”

    • En segundo lugar, el vínculo original de la conciencia con el pasado reside en la memoria. Sabemos que la memoria es el presente del pasado. Esa continuidad entre el pasado y el presente permite que la memoria tenga la capacidad de recorrer y de remontar el tiempo, en continuo movimiento

    • Y en tercer lugar, se encuentra vinculada a la memoria la sensación de orientarse a lo largo del tiempo, del pasado al futuro.

    • Entonces la memoria colectiva de un grupo cumple las mismas funciones de conservación, de organización y de rememoración o de evocación que las atribuidas a la memoria individual. Ese es el dilema, al menos aparente, que existe una dependencia de la memoria a la conciencia subjetiva, y una sociología de la memoria que hace hincapié en el hecho de que ésta, de entrada, se encuentra proyectada en la vida pública.

    • Podemos tratar de resolver ese dilema, limitándonos a atribuir a la idea de “memoria colectiva” el sentido de “concepto operativo” carente de toda operación originaria.

    2.- EN PRO DE LA IDEA DE LA CONSTITUCIÓN MUTUA DE LA MEMORIA INDIVIDUAL Y DE LA MEMORIA COLECTIVA

    • La idea de una constitución simultánea, mutua y convergente de ambas memorias. Podemos reforzarlos mediante algunas experiencias notorias tomadas de la práctica psicoanalítica. La relación consiste en “nos cuentan historias antes de ser capaces de apropiarnos de la capacidad de contar y de contarnos a nosotros mismos”. Entonces, las dificultades para recordar algo se dan, al parecer, en el nivel pensado, racional, de la memoria.

    3.- LA CONCIENCIA HISTÓRICA.

    • Si tenemos en cuenta la atribución estrictamente simétrica del concepto de “ memoria” a los individuos y a las colectividades, podemos introducir las nociones de “conciencia histórica” y de “ tiempo histórico” al estudio filosófico.

  • Es decir, entre la “experiencia” y la “espera” existe un “tiempo histórico” que es el suelo en el que descansan los deseos, los miedos, las previsiones, los proyectos y, en resumen, todas las anticipaciones que nos proyectan hacia el futuro. La relación entre ambos polos asegura la dinámica de la conciencia histórica;

  • El intercambio entre experiencia y espera se lleva a cabo en el presente vivo de una cultura.

  • El dinamismo de la conciencia histórica es fruto de la sensación de orientarse a lo largo del tiempo.




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    Enviado por:Lucky
    Idioma: castellano
    País: Argentina

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