Psicología
Memoria auditiva en los jóvenes
INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY
CAMPUS ESTADO DE MÉXICO
PSICOLOGÍA GENERAL I
LA MEMORIA AUDITIVA EN LOS JÓVENES
Martes 28 de noviembre de 2000
INDICE PRELIMINAR
Justificación y Antecedentes de la Investigación 1
Planteamiento del Problema 2
Objetivos 2
Marco Teórico 3
Introducción 3
Historia 6
El recuerdo 13
La atención 14
Conservación de recuerdos 19
Verdadera naturaleza del olvido 20
Defectos del recuerdo 21
Para una fijación duradera 22
Evocación de los recuerdos 23
Asociaciones de ideas 23
Memoria según la edad 28
Memoria auditiva 30
Método de Investigación 34
Conclusiones 35
Bibliografía 36
JUSTIFICACIÓN Y ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
La memoria es un arma muy poderosa que utilizamos diariamente, que nos hace evocar recuerdos sumamente agradables que nos ponen de buen humor, así como momentos tristes o desagradables, que indudablemente, afectan nuestra conducta.
Elegimos abarcar el tema de la memoria como proyecto de investigación porque, como estudiantes, es parte muy importante dentro de nuestra formación, es una herramienta clave en el estudio de una materia y dentro del aprendizaje.
Como jóvenes que somos, decidimos enfocarnos a ver la reacción que tenemos ante la música, ya que durante nuestra adolescencia y juventud estamos rodeados de distintas melodías que llegan a marcar toda una etapa de nuestra vida. Al oír cierta canción o melodía, podemos recordar a nuestros amigos, amores, el pasado, alegrarnos o sentirnos profundamente melancólicos. Es interesante ver y estudiar el efecto de la música en las emociones y conductas del individuo, y en nuestro caso, cómo influye en nuestra memoria.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Analizaremos los efectos generados al escuchar ciertas melodías entre los jóvenes, cómo es que recordamos, qué es lo que se almacena en nuestra memoria.
Al realizar ciertas preguntas, permitiéndole al sujeto escuchar varias canciones, podremos ver qué melodías recuerda mejor, cuáles generan mayor emoción o evocan algún recuerdo.
Es un punto interesante fijarnos porqué es que para una persona, el escuchar cierta canción, tiene un gran significado en su vida, siendo que para otra persona, tal vez hasta de la misma edad, esa misma melodía no significa nada para ella.
Veremos si existe relación entre los recuerdos que se generen entre los sujetos cuya edad es aproximada, y si existen diferencias con los grupos que tienen otra edad; de cualquier forma siempre lo haremos enfocándonos a los adolescentes y jóvenes.
OBJETIVOS
Los objetivos de nuestra investigación son:
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Ver cuál es la relación existente cuando recordamos, entre sujetos de una edad aproximada y las diferencias con gente de distinta edad.
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Qué tipo de canciones son las que almacenamos mejor en nuestra memoria y nos hacen recordar más.
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Qué es lo que recuerdan las personas al escuchar estas canciones.
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Si es posible que alguna melodía marque una etapa en nuestra vida.
MARCO TEÓRICO
La memoria es un proceso mental y, como tal, constructo hipotético, es un sistema dinámico y activo que recibe, codifica, modifica y recupera información relacionada con las experiencias pasadas y con los conocimientos previos. También podemos afirmar que es la capacidad de conservar y repetir conocimientos en un tiempo oportuno, en un tiempo pequeño (memoria inmediata) o para mucho tiempo (memoria a largo plazo).
Sus procesos básicos son:
Codificación: transformaciones que experimenta la información al ser captada por los receptores sensoriales para que pueda ser procesada y después almacenada
Almacenamiento: proceso mediante el cual la información sensorial se mantiene en la memoria
Recuperación: consiste en recordar la información almacenada
La memoria ocupó a los más antiguos filósofos. Los primeros estudios importantes son obra de Ebbinghaus, quien estudió como se retienen series de sílabas sin sentido. Concluyó que el mecanismo de la memoria requiere una única actividad: repetición suficiente como para que los datos a recordar se asocien entre sí, formando cadenas. El ser humano interpreta los datos en función de sus conocimientos previos, y así construye sus recuerdos, que contienen más que los hechos vividos y también menos.
Hay recuerdos que nunca se borran. El único problema es el de su recuperación. Pero hay otros recuerdos que parecen definitivamente perdidos. Este hecho condujo a formular la teoría de multialmacén de la memoria.
Señales
físicas
Olvido Recuerdo
+
1. - Las señales físicas se reciben en los órganos sensoriales. Esta información es retenida pocos segundos en un primer almacén, la memoria sensorial. La cantidad de información recogida en este primer almacén es enorme, pero sólo una parte pasará al siguiente.
2. - La información pasa a continuación a un segundo almacén, la memoria a corto plazo (MCP). Sufre una modificación fundamental: es seleccionada y codificada, categorizada. Es el escenario donde mantenemos la información que necesitamos en cada momento. Su capacidad es limitada. Los datos pueden ser retenidos indefinidamente en la MCP mediante su repetición, sino, al cabo de unos veinte segundos desaparecen: repetición de mantenimiento.
3. - De la MCP, la información pasa a un tercer almacén, la memoria a largo plazo (MLP) Esta memoria es ilimitada, y lo almacenado ya no se borra. El paso de la información necesita un proceso de repetición en la MCP: repetición integradora. No todo lo que se repite pasa a la MLP, o no podrá ser recuperado. El material tiene que ser tratado mediante alguna clase de procesos integradores. Debe estar organizado de alguna manera.
El mayor problema de la memoria es la recuperación de la información guardada en la MLP para pasarla de nuevo a la MCP. Debe hallarse alguna ruta.
En la MLP se distinguen dos aspectos: la memoria episódica y la memoria semántica. La primera nos mantiene en contacto con nuestra propia identidad personal, y la segunda contiene nuestros conocimientos.
Otras formas de memoria son los niveles de procesamiento o de profundidad. Sus autores son Craik y Lockart. Los niveles son:
Nivel físico: se examina al estímulo en función de sus rasgos externos
Nivel acústico: cuando se estudian las diferentes combinaciones de sonidos entre letras, sílabas y palabras
Nivel semántico: se interpreta el significado abstracto del mensaje.
Estos niveles se elaboran según la cantidad de información que se procesa en un nivel concreto; cuanta más información se utiliza parece ser que mejor se recuerda el mensaje, además dice que cuanto más diferenciados sean los trazos de la memoria mejor serán recordados.
Las críticas que ha recibido esta clasificación y teoría de la memoria son que:
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Problemas con la definición de los niveles de procesamiento y la medición del grado de profundidad.
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Centrarse exclusivamente en el proceso de adquisición de información, olvidando aspectos como los conocimientos previos o las clases de estímulos
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Dificultad para comprobar que el olvido está inversamente relacionado con el nivel de profundidad del procesamiento
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Excesiva simplicidad teórica puesto que marginó aspectos tan decisivos como la interdependencia entre diferentes modelos de tareas, su procesamiento y recuperación
HISTORIA DEL ESTUDIO DE LA MEMORIA
A continuación, mencionaré brevemente cuál ha sido el camino que se ha recorrido al estudiar la memoria, retomando a los principales autores:
Primeros trabajos
Ebbinghaus
Interesado en conocer cuál es la estructura de la memoria y cómo obtener una medida pura de la misma, no contaminada por aprendizajes previos
Método: sílabas sin sentido
Conclusiones:
Nivel de retención en función de características relacionadas con aprendizaje (material, tiempo…)
Analizó especialmente la influencia del tiempo y del número de repasos estableciendo la curva del olvido, en 1885:
Como podemos ver en la curva, Ebbinghaus encontró que recordaba menos del 40% de las vocales después de nueve horas, pero la frecuencia con la que olvidaba las cosas fue disminuyendo.
Bartlett
1. Introdujo la noción de esquema: estructura o representación mental de una cadena integrada por conocimientos, creencias y expectativas relacionadas con un tema concreto
Métodos de evaluación
A) Reproducción serial
B) Reproducción repetida
3.Conclusiones: los individuos no recuerdan las cosas exactamente igual a lo sucedido o aprendido, sino que reconstruyen activamente el contenido
Otros trabajos
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James: diferencio la memoria primaria de la secundaria
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Wundt: a la primaria la llamo inmediata para mostrar su limitada capacidad (+o- 6 ítems)
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La gestalt: intentaron hacer extensibles los principios organizativos de la percepción a la memoria humana
Los estudios cognitivos:
Énfasis a la organización; Modelo multialmacén
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Autores: Atkinson y Shiffrin; Memoria dividida en tres almacenes.
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Características
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Procesan la información similarmente: la codifican, la retienen y la recuperan
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A su vez, cada una de estas estructuras tiene propiedades funcionales específicas en cuanto a la capacidad de almacenamiento, persistencia
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La memoria sensorial
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Registra la información que del medio ambiente llega a los sentidos y la guarda durante un brevísimo periodo de tiempo.
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Codificación:
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El estímulo físico es transformado en procesos bioquímicos que dan lugar a la sensación y percepción
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Los estímulos de mayor importancia vital para el organismo tienen prioridad en el momento de ser reconocidos y seleccionados
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Capacidad:
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Es bastante amplia
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Existe un almacén para cada sentido
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Memoria icónica: vista
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Memoria ecoica: oído
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Duración: depende del sentido; hasta 1 o 2 segundos
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A corto plazo
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Es el único subsistema que realiza el procesamiento de manera consciente
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Comprobación: efectos de posición serial. Tendencia a recordar mejor los primeros y los últimos ítems de una lista que los situados en la mitad (efectos de primacía y recencia respectivamente)
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Codificación: en su mayor parte de forma acústica y visual, en menor medida por medio de signos semánticos
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Capacidad: limitada, en torno a 7 elementos. Estos pueden ampliarse si se utilizan técnicas de agrupamiento (chunking, o unidad significativa de información) y de organización
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Duración: sólo de unos segundos (15 o 20). Puede ampliarse por medio de ensayos o repeticiones
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Memoria de trabajo
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Muchos autores la identifican con la MC
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Sistema complejo responsable del almacenamiento y del procesamiento temporal de la información
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Cuatro componentes esenciales
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Ejecutor central: implicado principalmente en las tares que demandan habilidades cognitivas
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Bucle articulatorio: subsistema responsable de la repetición encubierta de la información verbal
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Esquema viso-espacial: responsable del procesamiento y almacenamiento de la información visual y espacial
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Representación de secuencias de movimientos corporales familiares
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Diferencias con MC
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La MC se centra en el repaso verbal, en cambio, la memoria de trabajo considera tan importante el repaso verbal como el viso-espacial
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Al considerar la MC como una estructura, se asocia a un almacenamiento pasivo de la información, por el contrario la MT se interpreta como un mecanismo cognitivo sumamente activo
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Memoria a largo plazo:
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almacén en el que guardamos casi indefinidamente el total de los conocimientos que poseemos
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los conocimientos previos del sujeto tienen un efecto enorme en la memoria
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aquellas cosas que codificamos durante un estado concreto podemos recuperarlas sin mayor dificultad cuando nos encontramos en ese mismo estado otra vez
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codificación
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semántica: material verbal, más común y fácil de realizar
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visual: cuando no puede ser semántica
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capacidad: a efectos prácticos ilimitada
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duración: muy diversa: desde minutos a toda la vida
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memorias a largo plazo
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Memoria declarativa: relacionada con la retención de los conocimientos generales
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memoria episódica: recibe y almacena información acerca de las experiencias personales situadas en el tiempo y en los lugares específicos en los que sucedieron
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memoria semántica: Almacén general organizado de nuestros conocimientos sobre el mundo. Puede recuperarse sin hacer referencia ni al lugar ni al tiempo
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Memoria procedimental: relacionada con el recuerdo de cómo se adquieren, almacenan y recuperan las habilidades motoras, perceptuales y cognitivas
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Memoria implícita:
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funciona sin necesidad de recordar expresamente el aprendizaje original que está fundamentando la respuesta de la tarea actual.
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Consiste en recordar la información de manera involuntaria e inconsciente
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Algunos autores consideran que no es más que una actividad residual del sistema general de la memoria. Otros creen que es un sistema de memoria separado, con una función específica y con subsistemas de codificación precisos y diferenciados
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La imaginación.- lo que hemos fijado, que era por tanto una percepción, en realidad era, una imaginación cerebral cuyos caracteres eran más subjetivos que objetivos, ligados a nuestra personalidad consciente o inconsciente, a nuestras costumbres, preocupaciones, a nuestra afectividad, a lo que hemos prestado atención y que ha deformado el conjunto realzando ciertos detalles. No vemos lo real, lo reconstruimos en nosotros a nuestra manera y cuando este real se va a reestructurar en nosotros en la evocación del recuerdo, se tratará otra vez de una imaginación cerebral, de una reconstrucción que no será idéntica a lo que habíamos imaginado en el origen. En efecto, nuestro estado de ánimo, nuestro humor, lo que nos interesa, habrá cambiado y la lectura que vamos a hacer de la imagen cerebral reestructurada modificará las perspectivas cambiando nuestra atención.
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La alucinación.- en apariencia, es muy fácil oponer visión y alucinación, ya que ésta es una imagen puramente cerebral, una percepción sin objeto que atribuimos ilusoriamente a un objeto exterior inexistente. Pero cuando se llega al fono de las cosas se ve que en toda visión objetiva hay siempre una parte de alucinación subjetiva. Debido a que la fijación y la evocación de los recuerdos dependen de la dinámica cerebral modulada por la afectividad, es normal por tanto que las estructuras de los recuerdos se modifiquen con cada evocación, si no nos tomamos el esfuerzo de controlar nuestra imaginación al servicio de una mayor objetividad: debemos recondicionarnos a lo real mediante relecturas más exactas. En el olvido de los recuerdos, no todo se olvida con la misma velocidad, y cuando hay una laguna la llenamos con frecuencia con la imaginación basándonos en lo que creemos lógico. A menudo se ha hecho observar qué raros son los testigos que confiesan su ignorancia o reconocen una laguna en su memoria: no son conscientes de ella.
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La intervención del “yo” verbalizado.- este poder consiste en la posibilidad no sólo de escoger entre los recuerdos espontáneos sin prestar atención más que a lo que entonces importa, es decir, revalorizándolo mediante el proceso de la atención, pero sobre todo en el hecho de que querer, es poner el Yo, en tanto que función cerebral, esquema corporal verbalizado, a la cabeza del proceso de imaginación.
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La eliminación automática.- en la evocación de los recuerdos que orientamos por nuestra búsqueda voluntaria, procedemos como en el descubrimiento del elemento en un rompecabezas: automáticamente eliminamos lo que no se “pega” y terminamos por descubrir el que tendrá la forma deseada. Sea exterior o interior la atención, se trata del mismo reconocimiento, en virtud de automatismos, en su mayoría inconscientes. No sabemos exactamente lo que buscamos, pero cuando lo hallamos, tenemos la clara conciencia de que era precisamente eso lo que convenía.
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Marcar las canciones que recordaban con mayor facilidad y las que les eran desconocidas.
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Identificar la canción que trajo mayores recuerdos y cuáles fueron esos recuerdos.
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Qué canción o canciones marcan una etapa de nuestras vidas.
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Si hay alguna melodía que no nos haya gustado y porqué.
Memoria explícita: recuperación consciente e intencional de determinados contenidos
EL RECUERDO
Cuando nos quejamos de las insuficiencias de nuestra memoria, esta dificultad se puede sitúa en tres estadios sucesivos que intervienen en el recuerdo. Puede tratarse o de la evocación de los recuerdos, o de su reconocimiento por la conciencia, o, por último, de un olvido si el recuerdo no ha sido conservado.
No nos acordamos de todo, lo que es una suerte porque de otro modo nuestra memoria se vería terriblemente agobiada, porque nuestra rememoración tiende a o útil y no recuerda sino lo útil, porque muchas cosas poco importantes nos son conservadas, y porque no todo lo que sucede queda registrado.
¿Cómo nuestros actos, es decir, la imagen cerebral que nos formamos de ellos, van a ser registrados en nosotros de forma duradera en el código estático de la memoria de larga duración?
Nuestro sentido elemental de la duración inmediata hace que seamos conscientes no sólo del instante presente, sino del que ha sido precedido, pensando en el que debe seguir. Las estructuraciones cerebrales se modifican en el tiempo y el espacio y nosotros somos conscientes del sentido de estos cambios. Para pasar de esta extensión de lo actual al registro definitivo hace falta que entren en juego los circuitos de memoria, responsables de la memoria de los hechos recientes que van a codificar para hacerlos duraderos.
LA ATENCIÓN
Los centros reguladores de la base del cerebro (formación reticular), no son solamente responsables de la vigilia o el sueño. Son también origen de este nivel superior en el que la conciencia se reduce al campo del interés: el cerebro despierto se convierte en un mosaico de zonas sobreexcitadas, dominio de la atención, y de zonas subexcitadas, dominio de la distracción.
Antes se pensaba que la atención no era más que la toma de consciencia de un mecanismo cerebral, de un interés que el sujeto prestaba a sí mismo o al mundo. Hoy se sabe que por la sobrevigilancia, la sobreexcitación electiva de la atención, hay objetivamente modificación de la receptividad del cerebro e incluso de los órganos de los sentidos. Nuestro cerebro es más receptivo a lo que le interesa.
Las necesidades prácticas han colocado a la atención en el orden del día: en psicología de la publicidad y de la venta (llamar la atención para crear necesidades, condicionamientos), para despertar la atención en servicio de la productividad y de la seguridad en la monotonía del trabajo automatizado o del trabajo de supervigilancia, y por último, para permitir la educación de los escolares fatigados y sin fijeza. Por ello es que ha surgido la neurofisiología de la atención.
Gracias a estudios en este campo, se ha visto que cuando el hombre está interesado y atento, todo lo que cae en el campo de interés y de la atención se encuentra sobrevalorado en el cerebro localmente sobreexcitado, mientras que por el contrario, todo lo que no tiene relación con el centro de interés es frenado y puesto al margen. Pero el hombre tiene la facultad, gracias a su cerebro superior que le permite controlar sus automatismos, de disponer voluntariamente de este mecanismo: puede interesarse y prestar atención.
LA ATENCIÓN FIJA EL RECUERDO
Es evidente: se retiene mejor si se ha prestado atención e interés. El hombre moderno se ve requerido por todas partes por cosas llenas de interés, por lo que no puede ya situarse en el instante presente. Es, por lo tanto, incapaz de controlar su atención, de concentrarse o de estar dispuesto para observar lo que se va a producir imprevisiblemente.
Esta multiplicidad de tareas le excita y le fatiga, lo que quiere decir, desequilibra sus actos reguladores de la vigilancia y le hace tanto más incapaz de controlar su atención. En estas condiciones, el hombre de hoy es o un perpetuo distraído que se queda en lo superficial de todo, sin poder concentrarse y reflexionar, o bien un espíritu tenso que, a costa de un esfuerzo considerable de voluntad, se concentra en una sola tarea, incapaz de ampliar su campo de visión por falta de disponibilidad, de distancia y de dinamismo. En ambos casos, no puede bien recordar, ya que recordar exige unas condiciones óptimas de control, por tanto de acuidad, de tenacidad, de flexibilidad de la atención. Un automovilista que piensa en su trabajo o mira el paisaje no puede reaccionar ante lo imprevisto, pero tampoco si, crispado en su volante, no ve más que la carretera sin pensar en los caminos laterales.
Vemos así que el secreto de la fijación de los recuerdos consiste en una educación y una reeducación de la atención que debe ser mantenida y no tensa. Ello exige en primer lugar desconcentrarse de forma libre, controlada y relajada, lo que es lo contrario de lo que tomamos equivocadamente por concentración.
Debido a que la repetición permite fijar mejor la atención, resulta útil para la fijación de los recuerdos, a condición de no caer en la distracción de la monotonía y el desinterés. Pero lo que exige intensamente nuestra afectividad, sea de forma agradable o sea de forma desagradable, puede ser fijado en una impresión única. El gato al cual se le presenta un alimento impregnado en una sustancia amarga, lo evita después de una sola tentativa. Es lo que causa con frecuencia la intensidad de nuestros recuerdos de la infancia, que nos marcan para siempre, aunque permanezcan inconscientes por causa de represiones.
Todo lo que favorece la atención favorece también la memoria: en lo inmediato, es retenido por la intensidad, la novedad, el interés; para que persevere, debe intervenir la integibilidad. La atención es una función psicológica que aclara la imposibilidad de separar en el hombre lo intelectual y lo afectivo, ya que esta supervigilancia, esta teñida por una sentimentalidad neutra (espera, sorpresa) agradable o desagradable. La atención siempre es apasionada: se trata de que lo sea sabiamente, es decir, de forma controlable y que permanezca disponible.
Se aprenderá por lo tanto mejor si se tienen motivaciones para aprender que no sean estrictamente intelectuales, sino que conciernan a toda nuestra personalidad. Es un hombre el que aprende, y no una máquina. Lo que hace que puedan producirse frenados y felicitaciones inconscientes para el aprendizaje en los desequilibrios del inconsciente. Un niño que tiene problemas afectivos familiares no tendrá memoria, no porque no sea inteligente o porque no aprenda, sino porque no puede retener. Bastará con que su afectividad sea reequilibrada, por ejemplo, porque quiera a su profesor, para que todo cambie.
Aprender cosas sin significado ni interés es difícil, por lo tanto, hay que organizar lo que se debe aprender para hacerlo interesante y comprensible. Se trata en resumen de impedir el olvido inmediato. Conviene sobre todo reducir al mínimo todas las causas de distracción a menos que se pueda asociar lo que hay que tener con esta misma causa de distracción. Así es cómo, según el tipo de memoria cerebral o visual, se podrá favorecer el aprendizaje por medio de la imagen o, por el contrario, mediante el sonido, más que ateniéndose a la simple lectura. Esta será, según los casos, más eficaz como lectura mental o, por el contrario, como lectura oral. Esto lo podemos ver en el siguiente ejemplo:
El banquete de boda
En la Universidad de Cambridge se llevó a cabo un experimento para demostrar la fuerza de la imagen a la hora de recordar una historia. Un grupo de personas leen un relato corto sobre un banquete de boda holandés en el que reina la discordia. Tres días después, sólo a una parte de ese grupo se le muestra una reproducción del cuadro de Brueghel en el que reina el buen humor. Dos semanas más tarde, al intentar recordar el relato, el pequeño grupo que había observado el cuadro recordó fácilmente aquellos elementos del relato confirmados en la pintura; los demás los olvidó. Por el contrario, el grupo que no observó el cuadro y, por tanto, no pudo reforzar el relato con imágenes, tendió a olvidarlo. La pintura de Brueghel 'contaminó' el relato de forma notable, modificando la historia inicial.
La intervención de la inteligencia es el motivo por el que la organización de lo que se quiere retener es un elemento importante de la fijación de los recuerdos: se hallan los elementos a través de su totalidad. Cuando un conjunto de hechos que se desea recordar, tiene la unidad de un grupo lógico, forma un conjunto bien estructurado de manera que la evocación de un elemento implicará fácilmente la evocación de los demás.
La verdadera memoria humana no resulta por tanto de una repetición automática, sino de la intervención de la inteligencia que toma consciencia o crea relaciones con el fin de conservar el recuerdo más fácilmente, hallarlo mejor, por consiguiente. De aquí surgen las mnemotécnicas, que ayudan a recordar mejor, creando relaciones, por ejemplo:
Esta técnica utiliza imágenes para crear relaciones, y facilita la evocación del recuerdo.
La psicología experimental ha podido demostrar que la fijación de los recuerdos obedece a las leyes de la costumbre: cuando se intenta retener cifras, al principio se retienen pocas, después las adquisiciones se van acelerando, para ir más despacio a continuación. El proceso se prepara, después se realiza ampliamente, y por último, se completa.
La fijación de los recuerdos tiene un aspecto sociológico: resulta favorable un ambiente colectivo de emulación. Esto lo ha demostrado Elkine, comparando el trabajo de los escolares en clase y en casa. Es un aspecto del hecho de que el hombre, como ser social, sufre una exaltación de su afectividad y de su inteligencia en presencia de otros. Se aprende para contar. Pero la colaboración es aquí superior a la concurrencia y a la rivalidad. Con frecuencia se retiene mejor leyendo en voz alta, y no silenciosamente, y oyendo a los demás, cuyos errores nos resultan provechosos.
LA CONSERVACIÓN DE LOS RECUERDOS
El segundo tiempo de la memoria es la conservación de los recuerdos, para lo cual depende de mecanismos diferentes, según se trate de la memoria inmediata, necesaria para el pensamiento y una actividad normales, de la memoria registrada de los hechos recientes, y de la memoria del pasado remoto.
Resulta difícil apreciar la conservación de los propios recuerdos, porque su evocación consciente y voluntaria es engañosa: el recuerdo voluntario no implica el olvido de lo que, en otras circunstancias, podrá volver a la memoria, o aparecer espontáneamente. Por añadidura, la crispación de quien quiere recordar es desfavorable, al contrario de la relajación que facilita los mecanismos de evocación.
El gran mérito del psicoanálisis consiste en haber puesto en evidencia la vida y la evocación inconsciente en nuestro cerebro, de recuerdos que no han sido olvidados, sino sustraídos sistemáticamente desequilibrador. Se trata de una inhibición condicionada que no concierne más que a la toma de conciencia, pero el recuerdo manifiesta su presencia en los sueños, en los comportamientos neuróticos, en el lenguaje psicosomático de los órganos.
LA VERDADERA NATURALEZA DEL OLVIDO
El olvido es con frecuencia una ilusión: la patología nos muestra, entre otras cosas, la perniciosa riqueza del inconsciente.
El verdadero olvido es la desaparición en nosotros de la aptitud de recordar, a la vez recuerdos conscientes e inconscientes. Sería un error son embargo descuidar el verdadero olvido. La experimentación de los reflejos condicionados lo demuestra claramente. Cuando se hacen repetir cono demasiada frecuencia los gestos del condicionamiento, se establece una inhibición transitoria que desaparecerá después de un reposo, prueba de que el hábito seguía existiendo, pero estaba incapacitado para manifestarse durante algún tiempo. En cambio, si no se ha asociado con la suficiente frecuencia el excitante significativo y el excitante primitivamente indiferente, entonces el hábito desaparece por completo. Esto es lo que sucede con el perro de la experiencia si no se le da más que rara vez la comida después del sonido del timbre.
Cuando nos quejamos de la falta de memoria, nos basamos en el prejuicio de que la memoria es una facultad estática, una especie de almacén en el que se conservan los recuerdos acumulados. No hay tal almacén ni tales recuerdos acumulados. Por tanto, no hay porqué deplorar pasivamente las deficiencias de la memoria, del mismo modo que no nos lamentamos de las deficiencias de la atención o de la voluntad. No tenemos una facultad de atención o de voluntad de las que careceríamos en algunos momentos, de las que algunos estarían bien provistos y otros desprovistos, lo que se podría apreciar simplemente. No se trata de dificultad para utilizar estas facultades para vencer las tendencias inversas de un cuerpo que prefería la distracción o el abandono a los instintos: atención y voluntad resultan del control cerebral de sí, no en estado de crispación y de inquietud, sino en el descanso y la paz interior. Igual sucede con la memoria. Hay que aprender a recordar y aprender a acordarse, lo que es tomar en cuenta su función de memoria de forma reflexiva, en vez de sufrir automatismos incontrolados quizás insuficientes para la vida sencilla de antaño, pero que ya no lo son para la vida complicada, responsable y desequilibradora de hoy, en la que hay que retener más cosas cuando se es menos capaz de ello.
LOS DEFECTOS DEL RECUERDO
Pero más todavía que de nuestra falta de memoria, podríamos quejarnos de nuestra incapacidad para tener una memoria fiel. Cuando, de buena fe, creemos recordar con exactitud, nos vemos extrañados, después de una comprobación posible, de que la realidad se presente de forma completamente diferente. Trátese de ese lugar de la infancia del que nos acordamos “tan bien”, o de ese testimonio en el que pretendemos haber visto lo que era imposible que viésemos.
PARA UNA FIJACIÓN DURADERA
Existen varios métodos para poner a prueba la memoria: se comprueba que la curva del olvido evoluciona de manera distinta para cada uno de ellos. Se han podido probar las modificaciones que sufre con el tiempo el recuerdo de una figura complicada o de una palabra, en especial un nombre propio: en el caso de una figura complicada, por ejemplo, la facilitación de un reaprendizaje sobre el aprendizaje disminuye menos con el tiempo porque al esfuerzo de memoria relativo al objeto de aprendizaje, se añade un fenómeno de transferencia, debido al mantenimiento duradero de la habilidad motriz para efectuarla.
“En la memoria imaginativa y la memoria intelectual, son frecuencia se debe relacionar el olvido con la disolución de los grupos naturales o artificiales de que forman parte los recuerdos. Un recuerdo tiene tantas posibilidades más de ser evocado cuanto más ligado esté a los grandes marcos de la memoria. Si estos marcos se disuelven, si los recuerdos se aíslan de ellos, el olvido hace su aparición. En la mayoría de los casos, el olvido proviene de la impotencia para reconstituir los recuerdos porque ya no existen puntos de apoyo donde aproximarlos. El olvido por lo general va de poco organizado a bien organizado, el mejor organizado sobrevive al menos organizado. Situar un recuerdo en la vida pasada, en su lugar en el tiempo, ayuda a conservarlo. Aquí el olvido puede sólo ser relativo y consistir en la simple imposibilidad de rememoración que no implica la desaparición definitiva y, si es posible reconstruir las estructuras en las que se situaba el recuerdo, éste tendrá la posibilidad de reaparecer. Cuando no se consigue volver a encontrar un recuerdo, frecuentemente, evocando su contexto, llegamos a recordarlo.
LA EVOCACIÓN DE LOS RECUERDOS.
Siempre se juzga a la memoria por la posibilidad de recordar. Pero no es posible recordar conscientemente todo lo que está grabado en el cerebro, bien sea en el estado de aptitud no actualizada pero susceptible de serlo, bien en el estado de automatismo inconsciente, o bien en el estado de recuerdo reprimido.
No poder recordar no implica obligatoriamente la pérdida del recuerdo, sino la imposibilidad actual o definitiva de evocarlo. Es prácticamente imposible saber si hay olvido verdaderamente debido a una falta de fijación, porque la información haya sido mal registrada por falta de atención, o si sólo su evocación es lo que resulta imposible.
LAS ASOCIACIONES DE IDEAS SE FORMAN EN EL INCONSCIENTE.
La evocación espontánea de los recuerdos no es en realidad espontánea más que para la conciencia, cuando la atención se prende en una imagen mental de la cual ignora el origen. ¿Por qué pensamos en tal cosa, tal persona sin querer, por una especie de intuición, de poder de imaginar? Lo ignoramos todo como el enfermo al que se le impone un recuerdo personal mediante la excitación eléctrica de su cerebro.
Cuando tratamos de buscar el origen de una evocación, llegamos a encontrar el camino de las asociaciones y de los condicionamientos en los que las imágenes actuales del mundo se unen a las evocaciones imaginarias para hacernos pensar en cosas imprevisibles porque un factor, a menudo, de menor importancia, les era común.
Nos resulta muy difícil deshacernos del prejuicio de que nuestro psiquismo es esencialmente consciente. El psicoanálisis escandaliza cuando demuestra la importancia del inconsciente. Sin embargo, también lo confirma la psicofisiología. Ciertamente, la consciencia es lo esencial del hombre, pero se trata del foco estrecho de la atención que nos permite controlarnos y dirigirnos. Nuestras asociaciones de ideas, se expresen éstas en imágenes ordinarias o en palabras, tienen lugar en su mayor parte de forma inconsciente, poniendo en acción los automatismos y los condicionamientos adquiridos en la infancia, con el papel preponderante de la afectividad.
El poder de creación y de invención desigualmente repartido entre los hombres de forma que más se considera un don que una aptitud común, de mas o menos difícil educación, no es la posibilidad de crear a partir de la nada: se trata del control de nuestra imaginación cerebral, de la posibilidad de asociar mejor lo que se evoca y se asocia en nosotros inconscientemente. Frente a un falso racionalismo que veía en el arte la copia simplemente subjetiva e idealizada de la realidad por un hombre de talento, hay motivos para reconocer que lo importante es aquí todo lo inconsciente de la personalidad del artista que hace ver de una cierta manera las formas y los colores de lo que le rodea o de lo que se evoca en él.
LA EVOCACIÓN DEL RECUERDO POR ASOCIACIONES DE IDEAS.
Como la evocación de los recuerdos se hace por asociación, será más fácil recordar los recuerdos relacionados en un vasto conjunto. Como escribe Pradines: “bajo todas sus formas en que puede reaparecer, el pasado es normalmente recordado por una mediación. La relación del pasado con su mediador es lo que llamamos asociación de ideas. La asociación de ideas es por lo tanto la operación que hace que la memoria empiece a trabajar, la condición normal del recuerdo bajo todas sus formas.”
Similitud, contigüidad y lógica son los enlaces posibles entre las asociaciones que permiten la evocación: similitud, cuando una cosa evoca las cosas del mismo orden; contigüidad, cuando un recuerdo evoca lo que le ha sido asociado en el espacio y en el tiempo; lógica, cuando un recuerdo es relacionado con una estructura.
“Una evocación, dice Filloux, no está jamás aislada, se explica siempre con referencia, sino a cadenas conscientes, por lo menos a cadenas inconscientes. El recuerdo es un punto de intersección; gravita en torno al Yo que expresa; está integrado en una estructura, y ligado por múltiples relaciones, bien a una experiencia actual, o a una inactual…”
La evocación consiste siempre en elegir una imagen, una idea, en el seno de un complejo de imágenes y de ideas, en el seno de un pensamiento global. Mientras antes se consideraban las asociaciones de ideas de forma lineal, hoy son consideradas de forma multipolar. No se trata, de acuerdo con la psicofisiología moderna, de cadenas de neuronas que sostienen las imágenes, sino de estructuraciones complejas que agrupan en mosaico las múltiples neuronas, con la posibilidad para una misma neurona de pertenecer a varios circuitos diferentes y de servir así de placa giratoria, de punto de asociación.
Lo que se dice en la psicología de la forma o Gestalt, expresada así por P. Guillaume: “la verdadera ley de la asociación que sería al mismo tiempo la del pensamiento, se enunciará así: todo miembro de un todo “orgánico”, cuando aparece en la conciencia con esta función, tiende a restaurar el todo”.
Pero la evocación no se hace por azar, está guiada esencialmente por la afectividad, por la relación entre las situaciones afectivas actuales y las del pasado; recordamos más con el corazón que con la razón. Como escribía Ribot antes de Freud: “representaciones que han ido acompañadas de un mismo estado afectivo, tienden a asociarse posteriormente.”
Así, pues hay que buscar para la evocación espontánea la razón de las asociaciones: todo recuerdo está dotado de un sentido que lo engloba y lo excede, posee una especie de intencionalidad y significa a su manera un conjunto de valores afectivos, intelectuales, y morales. La evocación espontánea no se comprende más que si se la pone en relación con los conjuntos psíquicos que, en el límite, están arraigados en nuestro Yo profundo.
LA EVOCACIÓN VOLUNTARIA DE LOS RECUERDOS
En esta evocación espontánea, una memoria desordenada y aparentemente fantasiosa que responda en realidad a una lógica afectiva inconsciente que no se nos escapa, no nos permite realizar de la mejor manera nuestra memoria para una mejor conducta de nuestra vida. Lo que hace falta es encontrar a discreción los recuerdos de los cuales tenemos necesidad.
Nos esforzamos por recordar ensayando todas las imágenes que nos parecen, por su relación con la situación pasada, las más capaces de hacer resurgir el recuerdo que necesitamos. Querer recordar, no es ejercer, inquietos e incrédulos, un esfuerzo para hallar de nuevo el recuerdo, es el ejercicio relajado de un saber a base de control de sí mismo, buscar racionalmente al mismo tiempo que apasionadamente, lo que hay que hacer para recordar. La cosa es más fácil cuando se trata simplemente de poner en juego un automatismo como en los conocimientos de memoria, en los que al principio arrastra consigo automáticamente toda la sucesión.
Paradójicamente, la búsqueda de un recuerdo que será enseguida reconocido por eliminación simultánea de todo el resto, implica que se conoce en cierto modo lo que se busca: en realidad, no se le conoce en sí mismo, pero se sabe en qué conjunto debe situarse.
“La evocación estrictamente voluntaria no existe; los recuerdos están siempre virtualmente presentes en la conciencia; toda memoria es espontánea en su esencia; nosotros debemos ordenarla y disciplinarla. Esto no impide que se necesite una actividad del espíritu considerable para suscitar o completar tal o cual recuerdo, comprendidos a título de complemento de elemento en un todo más o menos confuso. Así, el esfuerzo de la memoria consiste en dar forma y cuerpo a una representación nebulosa. El espíritu dirige las asociaciones, busca una solución satisfactoria en el seno de un esquema de conjunto que se da al pronto. La evocación consiste en suscitar elementos a partir de un todo. Tenemos en permanencia un marco hecho de recuerdos fundamentales, la conciencia de lo que somos y de lo que hemos vivido, que sirve para la rememoración. La voluntad se apoya en la inteligencia, facultad de las puestas en relación. Recordar, es utilizar un marco que forma la armadura de la memoria”. Aquí es la superioridad del hombre la que puede disponer de un pasado vivido con las referencias sociales del transcurso del tiempo.
Lo que distingue la costumbre y el saber del reconocimiento perceptivo del recuerdo verdadero, es que el recuerdo es inseparable del contexto de conjunto, del momento de nuestra vida en que lo situamos.
Es típico que en neurocirugía, la excitación del cerebro no lleva consigo la reestructuración de un recuerdo aislado, sino toda una situación del pasado. No sólo reconocemos lo ya visto, lo ya vivido, sino que lo volvemos a situar en la historia de nuestra vida lo localizamos en el tiempo porque tenemos en nosotros permanentemente y refrescado sin cesar por la evocación, todo este marco cronológico de los años que han transcurrido y en los que sabemos en gran parte lo que nos ha sucedido.
MEMORIA SEGÚN LA EDAD
Por la educación, la memoria mejorará normalmente con la edad, no separándose jamás de las realidades sensibles; no hay necesidad para ello de reducir al mínimo el nivel humano de las ideas y de las abstracciones, simple código superior de imágenes hechas para expresar la realidad.
Por lo que se refiere al niño, conviene llevarle por el camino de un descubrimiento inteligente del mundo exterior y, al mismo tiempo, de una toma de conciencia de sus propios recursos. Ciertos padres tienen demasiada tendencia a practicar el “forcing” intelectual con el niño. No lo aprobamos. Ya que estudiamos el aprendizaje del pequeño hombre, es preferible ayudarle a construir a su propio ritmo el armazón de su estructura psíquica e intelectual más que atiborrarle de conocimientos. El juego, el movimiento, la utilización de su cuerpo, el ejercicio de su poder naciente y la práctica de una atención a veces prodigiosa, representa un programa suficientemente cargado para el niño. Situado en un mundo afectivo y físico normal, nada le impedirá apropiarse del universo a su medida y gozar de una memoria que no pide sino desarrollarse.
El niño de edad escolar, con los sentidos ya despiertos por las principales curiosidades, esperará del profesor los elementos - respuestas a las preguntas que se plantea. Si se aprecia cierta apatía en el joven discípulo, una actitud comprensiva y acogedora por parte del profesor deberá permitir el desbloqueo y la recuperación del pleno ejercicio de la actividad intelectual, incluida la memoria, en el niño quizás inhibido.
El aprendizaje de la atención y de la concentración permitirá al adolescente comenzar a practicar este control de sí mismo que creemos de la mayor importancia para la adquisición de una memoria eficaz, susceptible de favorecer un buen punto de partida, por cualquier camino que se elija: taller, oficina, escuela, universidad…
Llegado a la edad adulta, en posesión de una potente atención y concentración mantenidas por un entrenamiento constante, nos será posible gozar de esta “libertad de aprender” libremente que reivindicamos para todos. La posibilidad de completar sus conocimientos mediante el estudio constante es algo que está al alcance del hombre moderno y que a todos interesa. El objetivo de nuestro esfuerzo esta ahí. Se puede conseguir con entusiasmo y alegría, gracias a un cuerpo habituado a disciplinas esenciales, controlado por un cerebro que se ha hecho consciente de sus inmensas capacidades intelectuales.
A su vez, la persona de edad, mediante la práctica continua de este dinamismo de control, se librará de una disminución demasiado grande de su memoria, si su salud es satisfactoria y si sabe continuar prestando atención a la vida. A pesar de la disminución del número de sus células cerebrales que no se regeneran, podrá conservar circuitos automáticos suficientes para ayudar a los jóvenes con su experiencia, no en el sentido de un freno a sus avances, sino con vistas a una ayuda que les permita progresar mejor y más deprisa. Seguir siendo joven, no desinteresarse, es seguir controlándose para lograr hasta el fin progresar en la
plena realización de sí. Para las personas mayores también, la pedagogía de la memoria es esencialmente una higiene de vida, una higiene de trabajo cerebral.
Por tanto, vemos que, en todas las edades, la memoria es el resultado de un esfuerzo personal. Mecanismo activo de nuestro cuerpo y de nuestro intelecto, su misión es primordial y debemos preocuparnos por desarrollarla y salvaguardarla.
MEMORIA AUDITIVA
La memoria más clara y convincente de las etapas de la memoria auditiva es de Massoro, en un artículo que tiene además la virtud de recordar que la memoria sensorial forma una parte integral del proceso de percepción, aspedcto que se olvida fácilmente en un enfoque ocupado exclusivamente de la memoria. Massara clasificó la memoria auditiva en tres etapas análogas a las de la memoria visual.
Aunque acentuemos las similitudes entre la memoria auditiva y visual, es importante tener en cuenta las diferencias básicas entre la audición y la visión, principalmente el componente espacial que tan importante es en la percepción visual y que en la auditiva, o está ausente o tiene que codificarse a través del tiempo o de la intensidad.
Hay bastantes datos que indican que el hemisferio izquierdo del cerebro está especializado en procesar el habla, mientras que el derecho se utiliza para percibir sonidos distintos del habla.
De modo que cuando se presentan simultáneamente en los dos oídos dos sonidos de distinto tipo, el oído derecho aventaja al izquierdo en la percepción de dígitos , palabras y consonantes y en el reconocimiento de la voz del hablante, mientras que el izquierdo es mejor que el derecho en la percepción de sonidos del entorno, golpes, patrones tonales y melodías.
Toda impresión que recibimos inres a través de alguno de los cinco sentidos; de los cuales la vista y el oído son los más importantes en lo que respecta a la memoria y al aprendizaje.
Vemaos que sucede cuando almacenamos .Cuando hacemos una grabación, el aparato registra cada sonido que lo redea. Generalmente luego nos sorprende la cantidad de sonidos que aparecen en la grabación y que en el momento de grabar no habíamos notado.
De la misma manera, nuestros sonidos graban muchas impresiones periféricas que no habíamos notado en el momento en que almacenamos las que nos interesaban. Es como si las neuronas recibieran y almacenaran cualquier información que se les cruza, como un grabador, aunque desconozcamos totalmente los mecanismos que permiten realizar la operación.
Sin embargo, lo que vemos, oímos o pensamos, produce algún tipo de impresión en nuestro cerebro, independiente de que nos demos cuenta o no. Estas impresiones pueden considerarse indelebles o permanentes mientras las neuronas permanezcan intactas; aunque también se ha comprobado que se pueden conservar recuerdos aun después de operaciones del cerebro.
El cerebro es capaz de cumplir una serie de funciones que un grabador no. A pesar de que grabador no. A pesar de que graba en forma automática se puede influir sobre la calidad de la grabación. Es indudable que la motivación, la atención o el interés en un tema determinado fortalece la impresión que deseamos grabar. El cerebro también demuestra aptitudes innatas para asociar. Las ideas o pensamientos que ocurren al mismo tiempo tienden a permanecer cocentados, como ´si las impresiones que producen hubieran sido grabadas en la misma cinta mental , lo que nos permite pasarlas nuevamente como lo haríamos con una cinta grabada. Generalemtne nos referimos a este playback mental como asociación de ideas, algunas de las cuales habrán sido indorporadas a través de la vista y otras del oído.
Algunas personas recuerdan mejor cosas que incorporan por medio de ciertos sentidos y no de otros. Un músico tendrá buena memoria para recordar sonidos, así como un pintor recordará mejor imágenes visuales. Esto resulta naturalmente un aprendizaje y una práctica basados en la repetición. Sin embargo, también se debe cuando estamos inactivos a nivel consciente; es decir, cuando no estamos haciendo ningún esfuerzo por recordar nada. Estudios sobre las ondas cerebrales han demostrado que los estados de meditación o ensueño son más adecuados para recibir impresiones que el estado activo de alerta normal, con sus características altas de onda beta.
Una forma de medir la memoria auditiva, tomando en cuenta la memoria inmediata, (que es lo que el cerebro puede aprender inmediatamente) consiste en medir el número de sílabas o cifras que es posible repetir inmediatamente después de haberlas escuchado una vez. A esta cantidad se le llama amplitud de retención (span en inglés) y es una constante fisiológica característica de cada uno.
Un ejemplo sería: el hacer repetir al individuo listas de cifras cada vez más largas:
3.1 2.7.4 5.6.9.1 5.6.3.4.9
5.6 3.8.5 2.8.6.4 6.9.1.4.2
5.6.7.2.3.0 7.3.5.1.0.2.8 4.5.9.7.1.2.0.6. 2.1.7.4.0.8.4.2.7
Leyendo primero dos, que el sujeto intenta repetir, después tres, cuatro, etc. La prueba se renueva dos veces, con series diferentes. En el adulto se aprecia que la amplitud de retención es de 6 a 7 cifras repetidas exactas. El niño no puede repetir inmediatamente más que dos cifras a los dos años y medio, tres cifras a los tres años, cinco a los siete años, 6 a los diez años. En la edad madura, esta cantidad vuelve a bajar a cinco.
Dos ejercicios que puede realizar uno mismo, con el que es fácil comprobar si la memoria es más auditiva que visual consiste en:
Hacerse dictar lentamente, regularmente, diez números de dos cifras (evitando los productos demasiado sabidos de la tabla de multiplicar). Intenta reproducirlos inmediatamente. Ahora corrige tus errores y anota el número de resultados correctos. Sin releer estos números, intenta recordarlos 24 horas después. Anota el número de resultados acertados. Si quieres, repítelo al cabo de una semana. Verás así si tienes buena memoria formal y en qué grado es persistente.
Ejercicios de este tipo constituyen tests, pero claro está que pueden igualmente servir para desarrollar la memoria formal. Por otra parte, podrás comprobar que intuitivamente tratarás de unir los números dictados a números bien conocidos por ti, evocadores, porque, prácticamente, no hay memoria formal pura.
2. dictar una lista de quince palabras con asociación para cada una de ellas de otra palabra evocada por la primera. Por ejemplo: imagen - televisión, papel - lápiz, coche - chofer, etc. La lista estará establecida de antemano, sin su consentimiento. Las palabras serán dictadas lentamente con sus asociadas, de dos en dos. Después, se le indicará la primera palabra y uno deberá encontrar la asociada. Anota el número de buenas respuestas. Este ejercicio se renovará 48 horas después, y una semana más tarde. Usted sabrá así si tiene la costumbre de memorizar por asociaciones y tendrá un medio de ejercitarlas con el fin de que estas asociaciones sean verdaderas.
MÉTODO DE INVESTIGACIÓN
Para llevar a cabo este estudio, usamos un cuestionario con cuatro preguntas simples. Se solicitarían los siguientes datos:
Para ver cuál es el verdadero efecto al escuchar ciertas canciones, utilizamos una grabación que con fragmentos de canciones conocidas, de diferentes años, desde las “ochenteras” hasta las que podemos escuchar si vamos hoy a una fiesta.
Sugerimos que se tome una muestra de mínimo 10 individuos de edades entre los 15 y 18 años, mas o menos y de 20 a 27 para los mayores.
Analizando los resultados de dicha encuesta, comprobaríamos qué canciones generan mayores recuerdos o se recuerdan con mayor facilidad, y buscaríamos los factores que llevan a que se recuerde mejor una canción que otra. Además veríamos que tipo de recuerdos son los que se generan o cual es la asociación de ideas que se lleva a cabo.
CONCLUSIONES
La memoria es la fuente principal de almacenamiento de información, a partir de canciones asociamos recuerdos que en ese momento vivimos y que se quedan grabados en nuestra mente, por lo que cada vez que escuchamos esa canción lo que nos pasó es como si lo volviéramos a vivir.
Pensamos que el llevar a cabo este proyecto sería una buena opción para demostrar que nos es más fácil recordar cuando existe un sentimiento.
Según las encuestas aplicadas, las canciones mejor recordadas son las que se relacionaron con situaciones como los amigos, novios, fechas importantes, etc.; en general cuando se ve involucrado algún sentimiento.
Por todo ello pensamos que este proyecto es bastante viable, es fácil aplicar el experimento si las personas están dispuestas a brindar unos minutos de su tiempo, y puede generar resultados muy interesantes en lo concerniente a la memoria auditiva, lo proponemos enfocado a los jóvenes, aunque también sería factible llevarlo a cabo en personas mayores.
Nos gustó mucho este tema, porque es algo que utilizamos a diario que forma parte de nuestra vida diaria, que nos hace ser felices, aunque en otras nos entristece…
BIBLIOGRAFÍA
“Aprendizaje y memoria humana”, Navarro José, Ed. Mc Graw Hill/Interamericana de España, S.A., 1995.
“Conocimiento y dominio de la memoria”, Chauchard Paul, Ediciones Mensajero, 2ª. ed.
“La Memoria”, Berglas/Planfair, Editorial Sudamericana, S. A., Ed. Hermes, 1996, pp. 112.
“Enciclopedia Encarta”, Memory, 1999.
“La Memoria y el Lenguaje”, Kekenbosh Christian/Vidaurrazaga Sofía, Madrid España, biblioteca Nueva, 1996.
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Sensorial
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Enviado por: | Tucha |
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