Salud


Medicina como ciencia


HISTORIA DE LA MEDICINA

Índice

Introducción…………………………………………..……….. 3

Medicina Pretécnica…………………………………..……….. 4

Medicina Científica…………………………………..………... 6

El Hipocratismo………………………………………...………. 8

Ética y Moral Medica…………………………………………. 10

Conclusión…………………………………………………… . 13

Bibliografía……………………………………………………. 14

Introducción

A lo largo de la historia, la Medicina ha experimentado una serie de cambios que hasta el día de hoy, son percibidos. Cientos de personajes han luchado por ser escuchados, para que la humanidad se percate de los grandes acontecimientos que han llevado a la medicina, a verse desde otra perspectiva.

La Medicina Griega es una de las medicinas mas ejemplares, gracias a sus precursores, aunque de muchos de éstos se hable dentro del ámbito mitológico.

Personajes como Asclepio, considerado como el Dios de la Medicina; Hipócrates, dotado con el título de Padre de la medicina; y filósofos como Alcmeon de Crotona, Pitágoras, Tales de Mileto, entre otros; que sus aportes no fueron directamente a la medicina, pero sus contribuciones científicas fueron tomadas para el desarrollo de la medicina en Grecia, y en la actualidad.

También es notable el desarrollo y la importancia de la terapéutica, desde la medicina empírica hasta la medicina tratada ya con carácter científico; cómo se torna imprescindible el observar y describir detalladamente qué se observa en el enfermo, para determinar el mal que le agobia.

A continuación, se detallarán en este documento, todo lo concerniente a la Medicina Griega, desde la medicina sacerdotal hasta los tiempos de la Escuela Hipocrática. Destacando personajes y hechos que ayudaron a la evolución de la misma, perceptibles todavía en la actualidad.

Medicina Pretécnica

En la Antigua Grecia, existieron junto a las prácticas chamánicas más primitivas, la medicina sacerdotal; basada en magia y hechizos. 1Homero consideraba que Apolo era el dios de la curación. Después Asclepio suplantó a Apolo como dios de la curación y los sacerdotes practicaban el arte de curar en sus templos, 2donde después de una serie de rituales, purificaciones, dietas, baños y ejercicios, el enfermo era sometido a la incubatio o sueño en el templo, durante el cual se le aparecía Asclepio o bien le curaba en ese momento con ayuda de sus auxiliares, la serpiente o el perro, o bien le indicaba la terapéutica que debía seguir, la cual era interpretada por los médicos sacerdotales al día siguiente llevando consigo la prescripción adecuada para su mal.

Cuenta la mitología griega que Asclepio fue castigado por su propio padre, Apolo, con la muerte, fulminándolo con un rayo, por haber cobrado honorarios para realizar su práctica medica, aprendida bajo la tutela del centauro Quirón. Esto parece indicar una faceta de la ética médica en la medicina sacerdotal griega que era gratuita, aunque el enfermo realizaba ofrendas y sacrificios en el templo a su llegada, así como el depósito de una moneda en la fuente sagrada del dios Asclepio. Si curaba, dejaba o encargaba un exvoto, una lápida votiva o bien una inscripción en la que se relataba su curación y el procedimiento seguido para ellos, así como el diagnóstico de su enfermedad.

No sólo en los templos de Asclepio o Esculapio, fueron tratados enfermos. Se sabe que aunque fueron los más famosos, por ser Asclepio el dios de la medicina, también otros templos dedicados a otros dioses fueron lugar de peregrinación de enfermos que acudían a ellos para ser sometidos a una incubatio, similar a la descrita.

3En la obra La Ilíada encontramos interesantes datos acerca del nivel médico de la época. Se puede leer, por ejemplo, que “Ulises había subido a su rápida nave para buscar una droga mortal que deseaba tener a fin de untar con ella sus flechas encasquilladas con bronce”.

Otra de las descripciones que aparecen en esta obra, es aquella acerca de la existencia de emplastos, polvos y raíces, que servían para cohibir las hemorragias, suprimir el dolor o favorecer la cicatrización, así como la descripción de una serie de heridas que algunos calculan en más de ciento cuarenta tipos diversos, entre las que hay leves y superficiales, y otras, graves.

La Ilíada también describe que los griegos poseían algunos conocimientos anatómicos que naturalmente no podrían ser exactos, puesto que entre los helenos tampoco se practicaban las disecciones de cadáveres humanos, por lo cual las descripciones eran vagas y se referían principalmente a huesos, músculos y articulaciones.

Dos cirujanos, los hábiles Podalirio y Macaón son bien conocidos, como hijos de Esculapio. Cuando Menelao (4rey de Esparta) fue herido. Agameón (su hermano), ordenó a su heraldo que “con toda prisa llamara a Macaón, el heroico hijo de Asclepio, el noble médico, para que atendiera a Menelao, a quien un hábil arquero había herido con una flecha, para gloria suya y pesar nuestro. El héroe o semidiós llegó y arrancó la flecha y al hacerlo, las aguzadas lengüetas de la flecha se rompieron hacia atrás… y cuando vio la herida que la flecha había dejado, succionó la sangre y diestramente había vertido encima drogas calmantes tal como Quirón con la mejor voluntad, hubiera hecho a su señor”.

La existencia de cirujanos militares demuestra que, por lo menos en el ejército, la medicina no estaba por entero en manos de los sacerdotes, la cirugía, naturalmente, es por sí misma menos adaptable que la medicina a los métodos mágicos de curación; pero puede inferirse con certeza, que los médicos sacerdotes y los médicos militares practicaban cada uno su arte en la misma época y cada uno era consultado, por una diferente clase de pacientes, siendo ambas profesiones probablemente independientes la una de la otra.

También es de notar que en las excavaciones de Troya se pudieron encontrar fetos de seis meses de vida intrauterina, que posiblemente hayan sido dados a luz por medio de operaciones de cesárea.

La tradición de rendirle culto a Asclepio, ligo a la serpiente y al báculo para siempre, como símbolo de la medicina.

Medicina Científica

A la obra de los primeros filósofos griegos es a la que la medicina griega debió, unos quinientos años después de la época homérica, el gran impulso que llevó a los hombres a buscar por sí mismos las causas y las razones de todos los fenómenos de la naturaleza. Los filósofos determinaron además el camino por el que la medicina griega habría de orientarse en manos de Hipócrates; poco se sabe de las vidas de estos filósofos pues excepto unos fragmentos, todos sus escritos han sido destruidos, así su historia es poco precisa aunque no por ellos sea menos importante.

En el siglo VI a.C. la medicina griega se volvió secular (es decir, no religiosa) por completo; hacían hincapié en la observación clínica y la experiencia.

'Medicina como ciencia'
2Tras la medicina mágica, empírica y sacerdotal de la Grecia antigua, surge como una luz en las tinieblas, Alcmeon de Crotona, quien lleva tras de sí la tradición de Pitágoras y su escuela, y la de Tales de Mileto. 1Este identifico el cerebro como el asiento fisiológico del pensamiento. De Alcmeon nos ha llegado un texto en el que por primera vez prescinde del pensamiento mágico y se convierte en un pensamiento científico.

“La salud está sostenida por el equilibrio de las potencias (isonomia ton dynameon): lo húmedo y lo seco, lo frió y lo calido, lo amargo y lo dulce, y las demás. El predominio de una de ellas (monarkhia) es causa de enfermedad; pues tal predominio de una de las dos es pernicioso. En lo tocante a su causa, la enfermedad sobreviene a consecuencia de un exceso de calor o de frió; y en lo concerniente a su motivo, por exceso o defecto de alimentación; pero en lo que atañe al donde, tiene su sede en la sangre, en la medula o en el encéfalo. A veces se originan las enfermedades por otras causas externas: por la peculiaridad del agua de la comarca, por esfuerzos excesivos, forzosidad o causas análogas. La salud, por el contrario, consiste en la bien proporcionada mezcla de las cualidades.

1El filósofo griego Empédocles formuló el concepto de que la enfermedad es en primera instancia la expresión de un desequilibrio entre la perfecta armonía de los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra; y formuló una teoría rudimentaria de la evolución.

Pitágoras, inventor de la teoría de los números; la doctrina de los números sugirió a Hipócrates la idea de los días críticos o crisis de las enfermedades y la relación de los cuatro elementos con los cuatro humores (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra).

Filolao de Tarento, fue uno de los contribuyentes mas notables que consideraba al fuego como principio fundamental de la vida, teniendo en cuenta el calor del propio cuerpo, el calor del semen y del útero, necesarios según él, para la conservación y perpetuación de la vida, haciendo notar que la disminución de la temperatura se presentaba en todos los animales superiores como un signo de la muerte.

Heráclito de Efeso, se puede decir que un contribuyente a la idea del cambio y del movimiento permanente, que son esenciales en el fenómeno vital, fue el primer pensador que sostuvo que los sueños se realizaban en el escenario del mundo personal, y no hechos que ocurrirían en el ámbito sobrenatural. Concibió que también existían mutaciones y cambios en la materia viva o muerta, que estaban ligadas fundamentalmente al permanente movimiento y cambio que se observan en el universo.

5Podemos distinguir dos medicinas en esta época: la de hombres libres, para ricos en sus propias casas, en la que colaboran grandes figuras médicas y una medicina para pobres, ejercida por médicos que van de casa en casa. Éstos médicos eran denominados 3periodeutas. Los esclavos son atendidos por aquellos esclavos que colaboraban en los cuidados. Existe un tipo de enfermo que no se trata, es el desahuciado.

A veces en alguna ciudad, el medico podía desempeñar un cargo publico, percibiendo un salario anual, sufragado por los ciudadanos por medio de un impuesto especial, y por su practica privada podía también recibir expendidos honorarios y valiosos presentes. Los médicos griegos alternaban como iguales entre filósofos y artistas, y eran honrados por reyes y príncipes.

El Hipocratismo

'Medicina como ciencia'
A mediados del siglo V y hasta el primer tercio del siglo IV vivió Hipócrates: un médico partícipe y contribuyente del esplendor de la Grecia de la edad de oro, y según algunos nació en la pequeña isla de Cos, en donde desde remotos tiempos existía el culto a Asclepio.

Su sapiencia cristaliza en los escritos que se conocen con el nombre de Corpus Hippocraticum. Quizás no todos los escritos conocidos bajo este rubro hayan correspondido juntamente a la inspiración del propio Hipócrates.

Una multitud de temas fueron desarrollados por Hipócrates, así hay temas sobre el médico, sobre el hábito “decente”, sobre la anatomía, de la naturaleza de los huesos, de los humores, de las crisis, de los días críticos, del uso de los líquidos, de las fractura, del parto a los siete meses, el parto a los ocho meses, de la dentición, así mismo forman parte de este cuerpo: preceptos, aforismos, tratados sobre el pronóstico, los de las predicciones, el de la oficina del médico, de las heridas de la cabeza, de las fracturas, de la reducción de las luxaciones, de las epidemias, del aire, de las aguas, etc.

6 “…El cuerpo está compuesto de cuatro elementos: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Las enfermedades provienen del exceso o defecto de cada uno de ellos. La cura debe consistir en un reequilibrio y por esto ha de basarse, más que en las medicinas, en la dieta. Mejor es prevenir la dolencia que reprimirla.”

Para los hipocráticos la fisiología y la patología se fundaban en la teoría de los cuatro humores. Los cuatro humores resultaron de la observación del fenómeno de coagulación de la sangre “in vitro”, así pues sostenían que si se observaban en un vaso, el fenómeno de la coagulación de esta, cuando se tratara de una sangre normal, se vería que se retraería el coágulo y dejando un líquido que sobre nadaría llamado suero, y que el coágulo retraído tendría tres porciones: primero la que contendría la fibrina, segundo la parte oxigenada o roja clara del propio coagulo, y tercero la parte oscura o no aireada de éste.

Para el griego de la época hipocrática, el suero, o sea la parte liquida que sobre nadaba era la que se consideraba la bilis amarilla o “colé”, la parte constituida por la fibrina era considerada como “flema”, la parte roja del coagulo era la “hema” o sangre propiamente dicha; y finalmente la parte oscura del coagulo era la que se conocía como “melancolé” o sea bilis negra.

Sin embargo a pesar de la aceptación de la teoría de los humores; en dicha explicación, por Hipócrates, se combatieron una serie de supersticiones: por ejemplo, la idea muy arraigada de la enfermedad “sagrada” o epilepsia que se creía era de origen divino. Las enfermedades nerviosas que se manifiestan por alucinaciones o delirios se denominaron “frenetis”, desde esa época. Según Hipócrates, la enfermedad seria un proceso natural debido a causas igualmente naturales, como el medio ambiente, el clima, la dieta, la ocupación, etc.

Otros aspectos importantes fueron las descripciones que hicieron de los padecimientos, las cuales fueron verdaderas historias clínicas, relatando no solamente la actitud del paciente y su “facies”; sino aun los ruidos, olores, movimientos y demás datos perceptibles a simple vista. Posteriormente los signos que podían recoger por la inspección, por la palpación y aun por la auscultación. Todavía existen hasta la actualidad descripciones magistrales de algunos aspectos clínicos como la “facies” y la sucesión hipocrática.

El público tenía también a su disposición libros de medicina y podía procurarse drogas en casa de farmacópolo o farmacéutico, que se proveía, a su vez, del rizótomo o "cortador de raíces", la cosecha de plantas medicinales era considerada como parte esencial del arte de curar. Con frecuencia los médicos dirigían oficinas donde se preparaban medicamentos bajo su dirección.

En Grecia, raramente pudo hablarse de especialistas, con excepción de los oculistas, que curaban los ojos de sus clientes sobre todo con la ayuda de colirios, y dentistas, capaces de empastar o enfundar de oro los dientes.

Las mujeres podían ser médicos, pero se limitaban generalmente a realizar las funciones de enfermeras, de cuidadoras de enfermos y, sobre todo, de comadronas. Las mujeres, sobre todo para determinadas enfermedades, se dirigían con preferencia a las curanderas, que más practicaban la magia que la medicina racional.

Ética y Moral Medica

El trabajo más famoso de la recopilación hipocrática es el juramento hipocrático, una declaración de carácter ética doctoral, tomado históricamente al principio de la carrera de un doctor, que señalaba entre otras cosas que el médico ha de contar con la honestidad, calma, comprensión y seriedad. Mientras que el juramento se utiliza raramente en su forma original, los derivados de ella se toman hoy y sirve como bases para juramentos y leyes que definan buenas práctica y moralejas médicas. Una recopilación de éste, es la siguiente:

"JURO POR APOLO, MÉDICO, POR ASCLEPIO, HIGIA Y PANACEA, Y POR TODOS LOS DIOSES Y DIOSAS, PONIÉNDOLOS DE JUECES, QUE ESTE MI JURAMENTO SERÁ CUMPLIDO HASTA DONDE TENGO PODER Y DISCERNIMIENTO.

A AQUEL QUIEN ME ENSEÑÓ ESTE ARTE, LE ESTIMARÉ LO MISMO QUE A MIS PADRES; EL PARTICIPARÁ DE MI MANTENIMIENTO Y SI LO DESEA PARTICIPARÁ DE MIS BIENES. CONSIDERARÉ SU DESCENDENCIA COMO MIS HERMANOS, ENSEÑÁNDOLES ESTE ARTE SIN COBRARLES NADA, SI ELLOS DESEAN APRENDERLO.

INSTRUIRÉ POR CONCEPTO, POR DISCURSO Y EN TODAS LAS OTRAS FORMAS, A MIS HIJOS, A LOS HIJOS DEL QUE ME ENSEÑO A MÍ Y A LOS DISCÍPULOS UNIDOS POR JURAMENTO Y ESTIPULACIÓN, DE ACUERDO CON LA LEY MÉDICA, Y NO A OTRAS PERSONAS.

LLEVARÉ ADELANTE ESE RÉGIMEN, EL CUAL DE ACUERDO CON MI PODER Y DISCERNIMIENTO SERÁ EN BENEFICIO DE LOS ENFERMOS Y LES APARTARÁ DEL PREJUICIO Y EL TERROR. A NADIE DARÉ UNA DROGA MORTAL AÚN CUANDO ME SEA SOLICITADA, NI DARÉ CONSEJO CON ESTE FIN. DE LA MISMA MANERA, NO DARÉ A NINGUNA MUJER SUPOSITORIOS DESTRUCTORES; MANTENDRÉ MI VIDA Y MI ARTE ALEJADO DE LA CULPA.

NO OPERARÉ A NADIE POR CÁLCULOS, DEJANDO EL CAMINO A LOS QUE TRABAJAN EN ESA PRÁCTICA. A CUALESQUIER COSA QUE ENTRE, IRÉ POR EL BENEFICIO DE LOS ENFERMOS, OBTENIÉNDOME DE TODO ERROR VOLUNTARIO Y CORRUPCIÓN, Y DE LA LASCIVA CON LAS MUJERES U HOMBRES LIBRES O ESCLAVOS.

GUARDARÉ SILENCIO SOBRE TODO AQUELLO QUE EN MI PROFESIÓN, O FUERA DE ELLA, OIGA O VEA EN LA VIDA DE LOS HOMBRES QUE NO DEBAN SER PÚBLICO, MANTENIENDO ESTAS COSAS DE MANERA QUE NO SE PUEDA HABLAR DE ELLAS.

AHORA, SI CUMPLO ESTE JURAMENTO Y NO LO QUEBRANTO, QUE LOS FRUTOS DE LA VIDA Y EL ARTE SEAN MÍOS, QUE SEA SIEMPRE HONRADO POR TODOS LOS HOMBRES Y QUE LO CONTRARIO ME OCURRA SI LO QUEBRANTO Y SOY PERJURO."

Aunque no tan famosos ni conocidos como el Juramento Hipocrático, fueron un ejemplo de moral profesional medica los llamados “Consejos de Esculapio”. En ellos un padre advierte a su hijo, que quiere ser médico como él, todas las incomodidades e incomprensiones que habrá de sufrir en su profesión, todos los sacrificios que tendrá que padecer y todas las pruebas que habrá de soportar. Le aconseja sobre la conducta intachable que habrá de llevar, sobre como habrá de defender la verdad sobre todas las cosas y la importancia que habrá de tener para él la salud y el bienestar del enfermo, sin esperar agradecimiento, antes bien, todo lo contrario, sin que por eso tenga que sentirse amargado.

No buscara riquezas, ya que la profesión de medico es un sacerdocio. No va a ser cómoda su práctica profesional y tendrá que soportar no solo malos olores, ni escenas desagradables para los sentidos, sino también la soledad y aun la envidia y el celo de los propios compañeros. Y termina con este párrafo:

“Píenselo bien mientras estas a tiempo. Pero, si, indiferente la fortuna, a los placeres, a la ingratitud, si sabiendo que te veras solo entre las fieras humanas, tienes un alma lo bastante estoica para satisfacerse en el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas pagado lo bastante con la dicha de una madre, con una cara que sonríe porque ya no padece, con la paz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte; si ansias conocer al hombre, penetrar todo lo trágico de su destino, hazte médico hijo mío.”

Conclusión

Es bastante interesante conocer a fondo como ha evolucionado la Medicina, de un pueblo que durante siglos ha sido protagonista de tantas luchas y por tal razón de tantos cambios; también de habitantes con pensamientos totalmente diferentes el uno del otro. Y aun así se percibe que al final se llegan a conclusiones, que luego serán cuestionadas, investigadas y puestas a prueba, por sucesores, llegando a otras más complejas.

Gracias a muchos aportes de científicos e investigadores, que bien, estaban o no vinculados a esta práctica, se determinan cientos de teorías, en especial, en el aspecto psicológico; y con esto se deja atrás lo tradicional, lo mágico, lo mítico, y se argumenta con base científica y real.

El medico griego se ha desprovisto de la irracional magia, casi por completo (algunos aun se resisten) y se enfrenta con la enfermedad que atribuye a causas naturales, interpretando la enfermedad basándose en dos principios: la autopsia (observación por sí mismo) y la interpretación de lo que ha visto, para determinar si la persona que examina, en primer lugar es o no es enfermo. Y si es enfermo, si es curable, en este caso se puede hacer algo, aunque sea ayudar a la Naturaleza, o bien, si la enfermedad es incurable, en este caso debe abstenerse de toda intervención ya que ante la fatalidad, no se puede ni se debe luchar.

Así como en la historia, la medicina se ha desarrollado extraordinariamente, en la actualidad todavía quedan muchos fenómenos que descubrir.

Bibliografía

1 Navarrete, Julio

http://www.chicos.net/chicosnet/html/corresponsales/general21.htm

2 Reverte Coma, José Manuel

Las fronteras de la medicina: limites éticos, científicos y jurídicos.

Ediciones Díaz de Santos, S. A.

Madrid, 1983

3 Barquin, Manuel

Historia de la Medicina (Octava Edición)

Méndez Editores

México, 1994

4 http://www.luventicus.org/articulos/03N019/texto2/menelao.html

5 http://perso.wanadoo.es/aniorte_nic/apunt_histor_enfermer5.htm

6 centros5.pntic.mec.es/ies.victoria.kent/Rincon-C/Cie-Hist/med-grie/Medgrieg.htm

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Enviado por:Jose Alonso
Idioma: castellano
País: República Dominicana

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