Arte


Matisse


Henri Matisse

Henrry Matisse nació el 31 de diciembre de 1869 en una familia de comerciantes en Le Cateau, al norte de Francia. A los 19 años viajó a París, donde se inscribió en la facultad de derecho. Poco después tuvo que volver por una enfermedad intestinal a su ciudad natal, donde durante la convalecencia comenzó a pintar.

Esta experiencia resultó tan determinante que al volver a París en 1891 decide matricularse en un primer momento en la Académie Julian, se inscribió en esta academia para profundizar sus estudios sobre técnicas pictóricas.

En ese período siguió las orientaciones estéticas de la época, las que consistían en copiar las obras de los clásicos expuestas en el Louvre dos años más tarde sería admitido en la escuela de Bellas Artes para recibir clases de Gustave Moreau.

En su estudio tuvo como condiscípulos a André Marquet, a Henri Manguin, a Georges Rouault, a Charles Camoin. Cabeza del fauvismo, grupo que reunía también, además de a sus amigos anteriormente citados, a Jean Puy, a André Derain, a Maurice de Vlaminck, a Othon Friez y a Raoul Dufy. Será, sin ningún género de dudas, el pintor más importante de la Escuela de París hasta la Gran Guerra, es entonces cuando el color empieza a adquirir una importancia sustancial en su pintura.

A partir de su contacto con Gauguin, Van Gogh y Cézanne comienza a madurar su lenguaje artístico. A Matisse tan sólo le afectaron de forma superficial los ejercicios cubistas de Picasso y Braque, madurando en los primeros años del siglo XX su propio estilo de abstracción decorativa y expresiva, tras desarrollar las formas lineales rítmicas de Gauguin y los sintetistas y sus áreas plásticas de color uniforme en un estilo personal de composición expresiva. 

En 1896 realizó en el salón de la Sociedad Nacional su primera exposición, luego de la cual tomó contacto con la pintura impresionista. Después de realizar una serie de viajes donde estudió las obras de sus contemporáneos volvió a París para frecuentar la École des Beaux Arts, pero pronto mostró su inconformismo por la enseñanza académica y se volcó a una investigación personal.

Adquirió varias obras de Cézanne y de Rodin, las que analizó con devoción. En 1907 abrió una academia que fue frecuentada por jóvenes artistas extranjeros, y allí trató de divulgar sus concepciones sobre la pintura, pero dos años después tuvo que cerrarla.

Su primera exposición en el extranjero fue en Nueva York, donde expuso acuarelas, dibujos y algunas pinturas. Matisse se convirtió en un destacado pintor, escultor y diseñador gráfico, así como en uno de los artistas más influyentes del último siglo.

Es reconocido por ser el creador y líder de los Fauves, un grupo de artistas con un estilo que enfatizó el color intenso y las pinceladas vigorosas. Evitó los detalles y los cambió por colores brillantes y líneas gruesas para crear una sensación de movimiento, conmocionando a París y al resto del mundo.

La escultura apareció para el pintor como una disciplina complementaria una forma de organización del espíritu y como una especie de sustituto de la pintura en momentos de cansancio. Fue en 1900 cuando empezó a esculpir, su primera realización; Le Serf. En 1907, esculpió una Aurore que fue calificada como Venus negra.

Es cierto que en aquella época las obras indiscutiblemente recibieron la influencia del arte africano muy apreciado por los artistas de las corrientes fauves y cubistas. Deux négresses, 1908 y La Serpentine, 1909, serán seguidas por la primera versión de Le Dos en el mismo año, y más tarde por otras dos, en 1913 y 1916 (La última de la serie data de 1930-31). Esta actividad proseguirá episódicamente hasta mediados los años treinta.

Los procedimientos técnicos utilizados en su pintura como los colores no naturales, y las figuras definidas y no modeladas por las superficies adyacentes marcarán también su obra escultórica. El conjunto de las esculturas de bronce de Matisse cuenta sólo con sesenta y ocho piezas fundidas, lo que no es una gran cantidad en relación con su producción de pintura, dibujo o grabado.

Matisse, en una trayectoria plástica en la que la investigación de la luz era prioritaria, desarrolló en escultura algunos temas muy característicos de su propia obra pictórica y de la escultura actual, como la subordinación del detalle a un ritmo dominante, que se aprecia en el arabesco lineal y continuo de Serpentine 1909, las deformaciones expresivas de resonancias primitivas o el proceso de simplificación de su monumental serie Nu de Dos (1909-1917). 

La paradoja en su estatuaria reside en el hecho de que las obras parecen espontáneas y dan la impresión de un “bosquejo”, a veces, de esbozos, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Para Le Serf, una de sus primeras realizaciones, fueron necesarias más de cinco sesiones -realizadas a lo largo de tres años—para satisfacerle.

El pintor trabajaba la arcilla en series a las que volvía múltiples veces, despreciando la anatomía, la estructura ósea, apreciada por los antiguos e incluso por Rodin. Los cuerpos son como elásticos, desafían la anatomía y, sin embargo, desprenden una rara energía. 

Al contrario que en la pintura, en la que el artista escruta el modelo ante él y necesita una relación directa, una visión carnal, cuando crea formas. En su trabajo escultórico a menudo Matisse trabajó a partir de fotografías o de reproducciones de esculturas antiguas, como confirman sus allegados así como todos los historiadores del pintor, prácticamente nunca realizó estudios previos para sus esculturas.

Matisse trabajaba de memoria, elaboraba sus obras en el estudio a través del recuerdo, por lo que regresa una y otra vez a los mismos temas y motivos, así realizó entre 1910 y 1913, la serie de las cabezas de las Jeannette, en la que se aproximaba a las investigaciones cubistas de aquella época por su tratamiento de la tercera dimensión y por sus expresiones deformadas.

Más tarde, la escultura Le Nu couché tendrá una estrecha relación con las Odalisques pintadas de 1930. Tiaré, medio cabeza, medio planta en arabescos como el Nu à la coquille, de la misma época, transmiten el gusto que sentía entonces el pintor al expresar su placer.

Las esculturas de Matisse corresponden a unos períodos bastante precisos en su carrera: en París, de 1900 a 1906, y más tarde en Collioure, en 1907. De regreso a París, a partir de 1908, la aproximación a la tercera dimensión prosigue hasta 1915, cuando residía en Issy-les-Moulineaux.

Más tarde de 1918 a 1932 en Niza, Matisse simultanea pintura y volumen. En esta ciudad durante los últimos años de su vida modela el barro, especialmente para su querido proyecto de la Chapelle de Vence.

El pintor recurre al barro, a la escayola para encontrar solución a problemas pictóricos. Pues lo que hay que retener en el conjunto de su creación es la densidad; el hecho de que los “espacios escultóricos” en la vida de Matisse son momentos de respiración para el pintor.

Lo afirmaba en el transcurso de una entrevista con Pierre Courthion: “Cogía el barro para descansar de la pintura en la que había hecho todo cuanto podía por el momento. Eso quiere decir que era siempre para organizar. Era para ordenar mis sensaciones, para buscar un método que me conviniera absolutamente. Cuando lo había encontrado en la escultura, me servía para la pintura. Siempre era con vistas a una posesión de mi cerebro, de una especie de jerarquía de todas mis sensaciones que me permitiera concluir.”

Son en cierto modo “complementos de estudio para poner orden en mi cerebro”, decía el pintor. Si “hace escultura como un pintor”, el pintor, por su parte, cuando organiza una naturaleza muerta para pintarla o, cuando como fondo de un desnudo muestra un interior, es frecuente que entonces haga aparecer alguna de sus esculturas.

La pasión de Matisse por el dibujo es tal que éste se convierte en un medio para explorar variados temas y ahondar en amplias investigaciones para las que utiliza diferentes técnicas.

Produce así numerosas obras gráficas: dibujos, litografías, monotipos, grabados, aguatintas. A partir de los años treinta, Matisse emplea el carboncillo a su manera, que se convertirá en una característica de su forma de pintar.

Traza líneas sucesivas y superpuestas. Las borra a medida que va avanzando en su trabajo, en una especie de auto corrección, un intento de alcanzar lo esencial. La superficie sombría, difusa, formada por e carbón de leña difuminado perdura y se convierte en el soporte del que brota la representación final.

Matisse talla directamente en el color, como el escultor lo hace en la piedra .Dibujar con tijeras, recortar sin rodeos en el color me recuerda el corte directo de los escultores (Matisse - Jazz, Tériade, París, 1947).

Texto recogido de diferentes libros y webs, detallados en la última pagina.

PAPELES RECORTADOS Y PEGADOS

'Matisse'
La danza de Merion. El encargo de 1930 de Alfred C. Barnes para la decoración de tres grande lunetos de una sala de la fundación que lleva sin nombre en Merion, (Pennsylvania) permitió a Matisse recuperar el hilo de su aspiración decorativa, que ya había rayado en una gran altura con "La danza" de Moscú.

No es casual que el tema elegido volviera a ser el mismo; la referencia a los ritmos musicales no podía resultar más adecuada a una pintura entendida en términos de armonías de color en un ámbito superficial.

Matisse utilizó aquí por primera vez la técnica de los papeles coloreados y recortados, aunque sólo como parte de un proceso de trabajo traducido a un soporte convencional. Mientras que trabajaba en los murales para la fundación de Barnes - Baile I y La Danza II - Matisse encontró que el uso de hojas del papel le permitía resolver problemas compositivos sin tener que raspar hacia fuera y pintura encima.

Trabajo intensamente durante tres años utilizando grandes papeles coloreados y recortados como quien compone un rompecabezas.

El resultado es un gran acorde rosa, azul y gris perla sobre un fondo negro de 52 metros cuadrados que rivaliza con la luz de las vidrieras sobre las que esta instalado. Matisse trabajo siempre a escala real, como los antiguos fresquitas, sin trasladar un modelo más pequeño acotado.

La Danza I, 1930. Estudio preliminar con un planteamiento cromático y compositivo distinto al de finalmente adoptado.

La Danza, 1930 - 32. Un fallo en la medición del espacio a pintar obligo a Matisse a empezar el trabajo de nuevo. Esta fue la versión rechazada, que presenta leves diferencias con la instalada en Merino en cuanto a la posición de la figuras, pero coincide con ella en lo esencial.

'Matisse'

La Danza, 1938. Papel recortado, sujeto con alfileres. 85x65 cm.

Los últimos quince años de la vida del pintor aunque fueron agravados sin duda por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana, que llevo a la cárcel durante unos meses a su mujer y su hija. Aún así su carrera no decae, sino que por el contrario, se ve animada por la incorporación de una nueva técnica el collage que protagonizara la última etapa de su obra.

Los papeles coloreados con gouache, recortados y finalmente pegados sobre el soporte permiten a Matisse dibujar con el color y alcanzar así su ideal de una pintura plana y sintética. Ya utilizados como hemos visto anteriormente en el trabajo para La Danza de Merion en 1930.

Pero no será hasta los años 40 tempranos, mientras que recuperaba de cirugía en su estudio en Vence, que él desarrolló esta técnica.

Matisse utilizó a menudo sus recortes de papel como bocetos para una variedad amplia de diseños para sus trabajos o para objetos en otros medios, incluyendo murales, los diseños de la etapa, los trajes del ballet clásico, los libros, las cubiertas del compartimiento y del catálogo, las ilustraciones y los carteles.

Los recortes aparecen ser una ruptura radical de su carrera como un pintor y escultor, el propio Matisse describió la fabricación de los recortes de papel como progresión natural de su trabajo, "el papel del recorte me permite dibujar en color: Es una simplificación. En vez de dibujar un contorno y de completar el color - en qué caso modificó uno el otro - estoy dibujando directamente en color.... No es un punto de partida sino una culminación." (Cowart, Flam et al., op. cit., p. 17)

Encuentra en la línea, así un nuevo modo de expresión, en la trayectoria que hacia la tijera a través de las hojas brillantemente coloreadas del papel. Teniendo dos modos separados de expresión: sus dibujos negros y blancos y sus pinturas del color.

Mientras que el método del recorte se relaciona así con su trabajo anterior, donde también tenía sus propias reglas y sus propios métodos de composición.

Matisse casi nunca utilizó los diseños del cortar-papel para describir un espacio tridimensional. Con los recortes utiliza las imágenes solamente de superficies planas: formas, sombras, figuras aplanadas, y el espacio que existe es el espacio plano de los fondos de papel.

Son numerosos los libros que estudian la obra de este famoso pintor, escultor… aunque la mayoría de ellos están publicado en ingles, muchos autores se ha interesado por la obra de collage de este artista.

Matisse - Cut-outs de Néret, Gilles.

Obras realizadas con papeles recortados.

Bodegón con concha y cafetera, 1941. Papel recortado y pegado.

Bodegón con concha y mármol negro, 1940. Simplifica el motivo con la técnica de los papeles recortados, unos años antes fue pintando al oleo. Con esta nueva técnica juega con los espacios, con la posibilidad de fondo figura.

En 1943, a partir de las ilustraciones para el libro Jazz, editado por Tériade y publicado en 1947. Con esta técnica producirá tanto originales como tapices, le permitía literalmente "dibujar con las tijeras con objeto de asociar la línea al color, el contorno a la superficie", culminando así esa idea del cuadro como síntesis que gobierna la obra de Matisse desde cuarenta años antes. Jazz es uno de los libros ilustrados el vigésimo siglo más grande y de la única publicación en los cuales Matisse era artista y autor. "con sus colores brillantes y formas en negrilla extienda por los pares de las páginas abundantes, Matisse produjo un nuevo tipo de ilustraciones en jazz..." (Castleman, Siglo).

La iconografía del circo y del teatro de variedades que domina la mayoría de sus veinte placas no había sido utilizada previamente por Matisse. Jazz fue escrito por Matisse y adornado con los collages y los recortes hechos por el artista, compuestos y creados durante los doce meses en cama en 1944. "Jazz es un momento crucial para Matisse en el uso de la técnica del recorte de papel.

Jazz implica en toda una serie de veinte planchas, están incluidas en realidad en dos etapas diferentes. El Payaso, una de las primeras ilustraciones realizadas, quizá incluso antes de que el proyecto fuese fijado verdaderamente, esta cerca de trabajos previos como los Dos Bailarines, que encuentra el motivo del cuerpo aéreo, en suspensión. Esta plancha es la causa seguramente del tema primitivo del libro que se titulaba al Circo.

En efecto, las numerosas figuras perteneciendo a este universo, Monsieur Loyal (Plancha III), Le Cauchemar de l'éléphant blanc (Plancha IV) o también el L'Avaleur de sabres (Plancha XIII), debían inicialmente constituir el contenido. Pero, a medida del desarrollo de sus trabajos, Matisse ve resurgir los recuerdos de su viaje a Tahití de 1930 e introduce formas vegetales exóticas en sus escenas de Circo, como Les Codomas (Plancha XI) que rinde homenaje a trapecistas famosos a principios del siglo.

El movimiento del collage es cada vez más continuo. Las tres últimas planchas, consagradas al tema de la laguna, explican el cambio de título de la obra en favor de Jazz que no describe ya su contenido temático, pero menciona más bien la improvisación y la vitalidad que presidió a su elaboración.

Además, la palabra "Jazz" es interesante gráficamente para Matisse que declara en 1945 a Aragón: "sé ahora lo que es que una J". Ya que la obra contiene también textos que él mismo redacta y copia al pincel, negro sobre blanco, la caligrafía contrapesando los tableros coloreados, constituyendo clases de aforismos "que se leerán o que no se leerá -, sino que se verá..." Como una especie de embalaje a mis colores " Matisse

Las ilustraciones para Jazz giran en torno a asuntos circenses o fantásticos, avanzando tanto los temas como los planteamientos de los papeles recortados que seducen desde entonces. La segunda Guerra Mundial se infiltra sutilmente en algunas imágenes, como ICARO, metáfora de un aviador derribado por el fuego enemigo.

Estudio preliminar con un planteamiento cromático y compositivo distinto al de finalmente adoptado. El uso del papel gouache recortado pasa a ocupar un lugar esencial en la creación de Matisse. Los desnudos, las siluetas, la danza, los vegetales, la abundancia de formas y colores se yuxtaponen, se suceden, se oponen, creando efectos cromáticos originales.

Ilustraciones para Jazz:

Caballo, caballista payaso, 1947.

El entierro de Pierrot, 1943.

ICARO, 1943.

La laguna, 1944.

El cowboy, 1943-44

El destino, 1946-47

Como una de las cuatro partes restantes de una serie realizada en 1952, Desnudo Azul II reanuda una pose, brazo cruzado detrás de la nuca, pierna doblada delante del busto, a menudo tratada por Matisse tanto en pintura, (Desnudo sentada, Olga, 1910), como en escultura (Desnudo acostado de 1907, Venus, 1930-51). Con estos papeles

Matisse considera el azul como el color del volumen y la distancia. Los vacíos que señalan las articulaciones del cuerpo, unificando al mismo tiempo por la línea las partes fragmentadas, obtienen al conjunto un efecto de relieve, con el azul se consigue una gran profundidad en las formas. Por último, la simplificación de las formas recuerda la estilización del cuerpo en la escultura africana, que Matisse recoge desde el principio de su carrera, pues como muchos de sus contemporáneos estuvo fuertemente influenciado en la cultura africana. El cuerpo parece tener la forma de un corazón, de un espacio ilimitado, lo que le confiere un carácter monumental. La serie de Desnudos los Azules da prueba del resultado de una reflexión y de una investigación sobre la figura en el espacio, sobre el especio figura-fondo, y como con un solo color y con papel, juega de manera espectacular consiguiendo dar volumen a las figuras.

Les quatre rosaces aux motifs bleus se dice que fue diseñada originalmente para una cubierta de un libro, como muchas de las obras de los papeles recortados de Matisse, pero el artista la guardó en otro lugar como composición independiente. En una fotografía a partir de los años 50, puede verse este trabajo en la pared de su estudio, como hizo con otros trabajos que terminó alrededor del mismo tiempo, su trabajos eran pegados en las paredes de su casa, y le ofrecían con sus maravillosos colores paisajes, desnudos, naturalezas. Matisse se centra aquí en las formas de flores y las eleva de objetos simplemente decorativos a los emblemas del estilo moderno. Matisse dará gran importancia a las formas orgánicas, en todas sus obras podemos apreciar como ha ido evolucionando desde unas formas mas reconocibles a simple vista hasta simples curvas y ondulaciones que tendrán incluso mas fuerza que los elementos reconocibles. Los recortes de Matisse son extraordinarios en que combinan las características de la pintura, del dibujo y de la escultura como nunca antes se había realizado.

Para estos trabajos, el artista condensa sobre cincuenta años de conocimiento y de experiencia, espontáneamente expresado en la libre circulación de la tijera en el papel sin el uso de un modelo para la referencia visual.

La tristeza del rey.1952. Con sus anteriores trabajos, Matisse descubrió la riqueza y la libertad de creación que ofrecen los pedazos de papel cubiertos de un único color, gouache mate hecho de pigmentos, cal y goma arábiga, y de los cuales recorta las formas. Es con esta técnica que, durante los últimos años de su vida, va a producir algunos cuadros monumentales, dignas obras de las mayores composiciones clásicas. Quizás la ultima obra figurativa del Matisse. A este respecto, la Tristeza del rey se refiere a una tela de Rembrandt, David jugando del arpa delante Saúl, donde el joven héroe bíblico juega para distraer al rey de su melancolía, y también a los autorretratos tardíos de los viejos maestros holandeses. En la obra, Matisse superpone los temas de la vejez, de la mirada vuelta hacia la Vida previa, de la música que alivia todos los males, Matisse es un hombre que ha sufrido mucho en la vida por su enfermedad, eso será motivo de que piense en la tristeza de los demás, en los espíritus solitarios que existen.

En este último autorretrato, el pintor se representa en una forma negra, similar a su silueta sentada en su sillón, rodeado de los placeres que enriquecieron su vida: los pétalos amarillos que se vuelan tienen el efecto de las notas musicales, la odalisca verde simboliza el oriente, mientras que una bailarina rinde homenaje al cuerpo de la mujer. Se reúnen todos los temas matisianos en esta pintura magistral.

Arabescos negros y violetas sobre fondo naranja. Matisse desarrolló un lenguaje de formas que será específico para el nuevo proceso del papel cortado. Las dos formas verticales, reflejan la verticalidad del papel usado como el fondo. Las formas arabescas son un tema muy utilizado por el artista en sus numerosas obras, como ya he comentado Matisse no solo estuvo influenciado por el mundo africano si no también por la cultura árabe, recordando sus cuadros de odaliscas y paisajes del mundo árabe.

Verve se relaciona con una cubierta para la revista influyente en las artes de Tériade. Según Pierre Schneider: “Matisse presentó este recorte a Tériade, y ajustó posteriormente las formas y los colores para acomodar las limitaciones del proceso de impresión”. La reproducción final de la cubierta fue publicada en 1945 como volumen 4, número 13, el boceto para esta cubierta, con un fondo verde, estaba también en muchos otros colores. En esta portada como en todas la de Verve puede apreciarse un notable uso de formas enérgicamente silueteadas y del color puro, transportar a una sensación de gran alcance del movimiento y de la vitalidad.

Matisse recortaba las figuras a pulso, con sus grandes tijeras recortaba el papel coloreado que había sido pintando con gouache y gracias a su ayudante formaba sus maravillosos murales con la utilización de los simples colores planos, que gracias a la combinación de los mismos Matisse conseguía dar una gran profundidad, movimiento, y así una serie innumerable de adjetivos. Porque a él le preocupaba la calidad de los colores al igual que en sus cuadros, con sus papeles recortados Matisse tiene un gran dominio de los colores, utilizó exclusivamente Linel gouache, hechos de los pigmentos que fueron probados por científicos para soportar el no decolorarse. Las figuras que Matisse empleado para la actual composición se deriva de trabajos anteriores, incluyendo La Danza I y La Danza II de la colección de Barnes.

Dibujando una variedad amplia de imágenes de la cultura popular, cultura que recordaba de su juventud, incluyendo trapecistas y vaqueros del circo, Matisse produjo una serie de bocetos de papeles vibrantes coloreados.

La hiedra en flor, un diseño para una ventana de cristal, sobrepone un patrón de rejilla en las formas del recorte. Lejos de obstaculizar la alegría radiante de las flores y de las hojas de la hiedra, las líneas dan a trabajo una coherencia formal.

Zulma, con este trabajo Matisse se presenta entre la tendencia abstracta y decorativa de los papeles recortados, en este trabajo Matisse juega con el color como en todos sus trabajos pero en este especialmente divide la figura femenina por una franja naranja que hace al color azul de la figura mucho mas fuerte. Esta composición esta basada con planos de colores complementarios.

Aunque a primera vista, el caracol puede parecer algo flojo y casi ocasional, pero esta lleno de las delicadezas más asombrosas. Matisse primero pintó las hojas del papel, entonces las recortó para formar la composición, así que el color en si mismo cambia de textura y densidad. En el caracol de fondo esta el naranja que rodea al cuadro. El naranja del fondo aunque en la imagen no puede apreciarse muy bien es mucho mas intenso que el otro. Otra vez mas Matisse juega con los colores y las formas.

El caracol es quizás la imagen más abstracta Matisse, así como casi completamente el último trabajo que realizo. En 1952, comenzó el caracol, él había hecho un collage levemente menos abstracto del caracol, y antes ése que este había hecho muchos dibujos, sosteniendo un caracol en su mano. Esa muestra se ha traducido aquí, sin embargo, a un espiral feliz de la luz y del color. "la experiencia del arte."

Mimosas. De los cuadros de Matisse surgen diferentes aplicaciones, una de ellas es esta tapicería tejida a mano en colores.

Una gran exposición dedicada a la obra sobre papel de Matisse ofrece, aparte de una espléndida ocasión para la volupté, el interés de permitirnos comprobar esta hipótesis teórica: que la función del dibujo en la obra de Matisseno es menos importante que la del color, sino acaso más fundamental.

En las últimas décadas de su carrera, la proliferación de proyectos decorativos, libros ilustrados, collages, etc., no serían síntomas de una dispersión aleatoria, sino de una indagación muy ambiciosa sobre las posibilidades del dibujo. Partiendo de hojas de papel pintadas previamente de colores en gouache, el artista recortaba las formas que luego combinaría en una composición.

Capilla del Rosario en Niza

Texto extraído de: http://www.vozcatolica.org/60/matisse.htm

Ya anciano, tras una amistad con la religiosa Jacques-Marie, se le encargó la decoración de la pequeña capilla de Saint-Marie du Rosaire, en Vence (cerca de Cannes), obra que desarrolló entre 1947 y 1951.

El conjunto se concibe como una búsqueda de equilibrio entre los colores y la línea, en una arquitectura enteramente blanqueada con cal, que simboliza la reunión de todos los colores pero recuerda también el hábitat mediterráneo tradicional. El techo azul y blanco del campanario, las vidrieras sobriamente coloreadas, realizadas a partir de aguadas recortadas, son contrapesados por las líneas negras del campanario y de los tres frescos interiores sobre fondo blanco, representando el Camino de cruz, un Virgen al niño y un Santo-Dominica. Las partes presentadas aquí forman parte del programa decorativo de la capilla al cual Matisse consagra exclusivamente su trabajo entre 1948 y 1951. Los dibujos de los frescos realizados sobre cerámica se trazaron muy rápidamente, en algunas horas cada uno, pero después de largas sesiones de estudios e impulsión, "como un rezo que se repite cada vez mejor".

Las vidrieras "que van del suelo hasta el límite máximo y que expresan, en formas vecinas, una idea de follaje siempre así mismo origen que viene de un árbol característico de la región", han requerido tres bocetos sucesivos. Después de una primera prueba en torno al tema de la Jerusalén celestial que Matisse juzga demasiado austera, el segundo boceto multicolor descuida los imperativos de la estructura metálica que sostiene las vidrieras.

En el modelo definitivo, realizado en algunos meses sobre el tema del árbol de vida, los colores se reducen finalmente a un amarillo translúcido, un azul ultramar y un verde botella transparente. La simplicidad buscada, destinada "a dar, con una superficie muy limitada, la idea de inmensidad", responde al sentimiento religioso y suscita "la disminución de espíritu" que Matisse deseaba favorecer en los visitantes de la capilla.

El 25 de julio de 1951 el obispo de Niza bendice la Capilla del Rosario de las Dominicas de Vence, en Francia. El acto reúne a más personas de lo habitual. La razón: en las paredes del templo se pueden apreciar las pinturas en las que Henry Matisse ha trabajado durante cuatro años. Los cuadros reciben elogios por su sencillez y fuerza, aunque, más allá del genio, son resultado de las limitaciones físicas que afectaron al pintor durante sus últimos años de vida. Murió en Niza el 3 de noviembre de 1954.

Tanto los papeles recortados como los trabajos para la capilla los realizó un Matisse ya anciano y enfermo, obligado a trabajar a menudo desde la cama. La intensidad de estas obras últimas no desmerece, sin embargo, de las de juventud, animadas ya por las mismas inquietudes que perfilan una de las trayectorias artísticas más homogéneas y coherentes del siglo XX.

Buena parte de la obra de Matisse en Niza se realiza desde la cama. Pinta con una pértiga desde la habitación de su estudio", ha explicado Antonio Castillo Ojugas, académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina.

Esta situación le impide realizar el trabajo como hubiera deseado y debe adaptar su técnica a su estado de salud. Los problemas intestinales del pintor se iniciaron mucho antes, a finales de la década de 1930; las molestias intestinales, los cólicos y los dolores obligan al pintor a viajar al Sur de Francia. En Niza le diagnostican una enteritis, que se complica.

El 2 de enero de 1941 es operado en Lyon por una obstrucción intestinal. Le resecan el duodeno y aprecian tumoración y diverticulosis. El postoperatorio se complica, sufre embolias pulmonares e infecciones en la herida que le dejan postrado durante largos meses.

Es en ese momento cuando la pértiga y las tijeras se vuelven sus amigas inseparables; con la primera dibuja los lienzos de gran formato, como los que componen la Capilla del Rosario; con las tijeras recorta papeles y realiza a modo de collage composiciones simples, de gran formato y carteles.

Cuatro meses después de la operación aún sufre dolores continuos, que se suman a la fiebre unida a una ictericia provocada por cálculos biliares. La complicación de sus síntomas le lleva a la muerte el 3 de noviembre de 1954, a los 84 años.

SU ARTE ES SU ESPIRITU INTERIOR.

En torno a 1908-1909 Matisse publica cartas en las que habla de lo que él entiende por "arte". He aquí algunos de los fragmentos reveladores que salieron de sus propios labios: "El pintor ya no necesita preocuparse de detalles insignificantes, para ello está la fotografía que lo hace mejor y más rápido.., la pintura es para representar visiones interiores..., ver ya es en sí un acto creador, requiere un esfuerzo, todo lo que vemos se deforma por nuestras costumbres occidentales... hay dos maneras de expresar las cosas: señalarse brutalmente y otra evocarlas con arte, se evoca lo que la mirada produjo en nosotros como acto que requiere trabajo..., el pintor debe tener simplicidad de espíritu...".


La Naturaleza la entiende como principio generador. "Con los colores se pueden conseguir efectos encantadores... basta que se junten o se alejen...". En él prima el instinto. La pintura cambia de estado con lo sensorial, se produce una metamorfosis. "La palabra Impresionismo no puede mantenerse para pintores nuevos que entienden la primera impresión como engañadora". "El Neoimpresionismo señaló el primer intento de ordenar los elementos del Impresionismo, el Fauvismo quebrantó la tiranía del Divisionismo..., yo alcancé el alarde luminoso. Lo que trato de lograr ante todo es la expresión... Mi sueño es un arte lleno de equilibrio, pureza, reposo, sin temas inquietantes, de alivio a lo intelectual...".

CRONOLOGÍA

1887 - 88

Cursa estudios de jurisprudencia entre, en la Universidad de París, que se ven interrumpidos por una larga y grave enfermedad que le retiene en cama hacia 1890. Durante su convalecencia empieza a pintar y en 1981, ya recuperado, vence la oposición de sus padres y abandona la carrera de leyes para entrar en la Escuela Julián, donde estudia bajo la dirección de Bouguereau.

1892

Entra en el Estudio de Gustav Moreau, en la Escuela de Bellas Artes, donde cursa estudios de pintura durante cinco años. Es allí donde conoce a Rouault y a Manguin. Asiste también a los cursos nocturnos de la Escuela de Artes Decorativas donde entabla amistad con Marquet.

1896 - 97

Su primera exposición data en el Salón de la Sociedad Nacional. Ese mismo verano conoce a Rodin y Pisarro y se interesa por la pintura impresionista.

1898

Viaja a Londres, animado por Pissarro, donde descubre la obra de Turner; también visita Córcega y Toulousse. Las obras producidas durante estos viajes son las conocidas como protofauvistas, por la riqueza de su colorido y el grueso empaste; son fundamentalmente paisajes.

De vuelta en París, asiste durante algunos meses a las clases de Carrière, en cuyo taller conoce a Derain y a Puy. Descubre en estos momentos a Cézanne (le compra a Vollard las Tres Bañistas).

1901

Se inicia en la escultura siguiendo las enseñanzas de Rodin. Expone en el Salón de los Independientes y conoce a Vlaminck. Reconoce que la obra de Vlaminck y Derain es cercana a la suya y en 1903 participa en el Salón de Otoño junto a Camoin, Derain y Manguin; en 1904 pinta Lujo, calma y voluptuosidad, que será adquirido por Signac, donde muestra su interés por las teorías y técnicas del divisionismo, que muy pronto abandonaría en favor de la exaltación del color y el sentimiento propios del fauvismo.

1905

Año de la presentación de una nueva tendencia que el crítico Vauxcelles bautizaría como Fauve, es decir, fieras, en el Salón de Otoño. Los Stein adquieren en ese momento la obra Mujer con Sombrero. Su obra Retrato de la Sra. Matisse, causa, a pesar de sus reducidas dimensiones, un gran impacto en el Salón debido a la sabia saturación de los colores chillones; "...pocos cuadros fauvistas están tan completamente sustentados tan solo por el color como este..." (Jacobus); Matisse utiliza aquí el color en todas sus posibilidades expresivas.

1906

Expone de nuevo con el grupo de los Fauves (Manguin, Marquet, Puy, Derain, Van Dongen, Rouault) en el Salón de otoño y realiza su primer viaje a África, donde le impresionan los trabajos de arte popular, sobre todo los tejidos y las cerámicas. Pinta Naturaleza muerta con tapete rojo. En 1907, por medio de Gertrud Stein, conoce a Picasso y realiza su primer viaje a Italia.

1908

Ilusionado por transmitir sus ideas a los artistas más jóvenes, abre una academia que sólo mantendría hasta 1911 y realiza su primera exposición individual en Nueva York, en la galería de Alfred Stieglitz.

En 1908 pinta su famosa obra Armonía en Rojo, una escena de interior con naturaleza muerta, figura y paisaje visto a través de la ventana, donde Matisse trata de dar a este tema la grandiosidad que normalmente sólo se reservaba a los desnudos; el interior está decorado con un arabesco que se refleja en las formas del paisaje en el fondo, que se presenta como un preludio de los que más tarde realizaría en África.

1909

Recibe del coleccionista ruso Schukin el encargo para pintar dos grandes paneles La Danza y La Música; la primera "...puede ser interpretada como una demostración anticubista de como las figuras pueden unirse a través del arabesco y de los intensos contrastes de color contra el fondo abstracto;... las fuentes de este mural son variadas, desde las figuras de los vasos griegos a las imágenes greco-romanas de las Tres Gracias..." (Carrá).

1911

Viaja a Moscú para instalar los paneles en casa de Schukin y conoce los iconos y las artes decorativas bizantinas, que pasarán a ser un elemento esencial en su repertorio estilístico; son claro ejemplo de ello El Estudio Rojo, "...donde la simplicidad del colorido sigue siendo uno de los grandes logros del arte contemporáneo, incluso tras los logros de artistas como Barnett Newman y Mark Rothko..." (Jacobus), la superficie del cuadro es mate y plana y representa el estudio del artista, esta vez sin el artista y sin modelo, solamente con cuadros y algunos otros objetos.

1913

Participa con varias obras en el Armory Show neoyorquino y en la Secesión berlinesa. El estallido de la guerra provoca el traslado de él y su familia (se había casado en 1898 con Amélie Parayre con quien tenía dos hijos) a Collioure donde conoce a Juan Gris.

1916

Pasa el invierno en Niza por primera vez; la placidez y el lujo de la Costa Azul, resultan ser muy de su agrado y decide pasar allí la mayor parte del tiempo. "...Me parece estar en un paraíso que no tenemos derecho a analizar...". Comienza en su obra una etapa de intimismo, con interiores, desnudos, odaliscas y naturalezas muertas como temas predominantes.

1925

Realiza un nuevo viaje a Italia y su estilo se hace más robusto, como muestra Figura Decorativa, considerada la obra culmen de la preocupación de Matisse por el desnudo en un decorado oriental; la figura se presenta esquemática y monumental.

Empieza a alcanzar un éxito evidente (en 1927 obtiene el premio del Carnegie International de Pittsburg y vende prácticamente todo en la exposición de Dudensing Gallery en Nueva York).

Datan de estos años Odalisca con pantalones grises, donde retoma la temática orientalista en el estudio de París, fuera del lugar de origen, lo que pone de manifiesto su capacidad para crear en su estudio un "...paraíso artificial..." una perpetua invitación al viaje... (Jacobus).

1929 - 1933

Se le organizan exposiciones retrospectivas en Berlín, Basilea, Nueva York y París. Recibe el encargo del coleccionista americano Barnes para su fundación en Merion, Pensilvana. Estos murales retoman el tema de la danza, en un esquematismo que se adapta perfectamente a su función decorativa, en "...una sensación armónica, viva y movida, de arquitectura y pintura..." (Matisse).

1940

Tras la derrota francesa, Matisse piensa en emigrar a Brasil, pero finalmente retorna a Niza; en 1941 sufre una grave enfermedad intestinal; tras su recuperación retoma el trabajo con fuerzas.

1944

Su mujer es arrestada y su hija deportada, Matisse se vuelca en el trabajo. Al finalizar la guerra, expone con Picasso en el Victoria and Albert Museum de Londres, seguida de una gran retrospectiva en el Salon de Otoño de París.

1948 - 1950

Trabaja en la decoración de la Capilla del Rosario de Vence (donde residía desde 1944). Se publica Jazz, una colección de reproducciones de los famosos papiers découpés (papeles recortados), acompañados de un texto poético del propio Matisse. La obra más ambiciosa hecha con papeles recortados es La Piscina de 1952, donde las figuras están distorsionadas para crear el efecto de hallarse bajo el agua.

1949

Vuelve a Niza y se organiza en el Museo de Lucerna su primera gran exposición antológica con más de trescientas obras. En los últimos años de su vida, los reconocimientos a su trabajo se suceden con la concesión del premio de la Bienal de Venecia (1950), la retrospectiva del Museo Nacional de Tokio (1951), la apertura de un museo dedicado a su obra en su ciudad natal y la individual en el Museo de Arte de San Francisco (1952).

CONCLUSIÓN

Para mí Matisse fue un genio, un artista contemporáneo, que en su larga obra nunca reflejó los avatares de su vida, hay que tener en cuenta la época, con etapas verdaderamente tristes y desgraciadas y aún así, sus trabajos rebosan alegría, sus colores expresan lo mas profundo de su ser y cuando nosotros vemos su trabajo como supongo que él quería expresar nos produce felicidad, por que aunque jugaba con los colores complementarios, la sensación que nos expresan son de alegria.

Es difícil detectar en la alegría de la obra de Matisse el reflejo de los dramas vividos, que no se limitan a la enfermedad sino que incluyen la detención de su esposa e hija por la Gestapo. Nada de eso transluce en las pinturas, tapices, dibujos, “collages” o gouaches.

Su búsqueda se dirigía quizá hacia lo simple, hacia lo simple o primero, hacia una especie de piedra filosofal de la pintura. La luz misma llega a ser un acorde entre las superficies intensamente coloreadas. La simplicidad es una constante en su obra, el conseguir que un simple papel nos motive, nos produzca sensaciones es algo que Matisse ha conseguido.

Fueron muchos los artistas que experimentaron y lograron avances en todas las técnicas gráficas. Matisse resulta ser particularmente importante por la cantidad de técnicas que logró experimentar y también por los resultados que logró al ensayarlas. Matisse además de ser un gran pintor fue un excelente artista gráfico, incluso hasta en los últimos momentos de su vida.

Para Matisse, un cuadro es cuestión de orden y unidad, donde todo tiene un papel. El color se libera de la luz, no hay ninguna fuente de luz. Es el mismo color el que da luminosidad.

Es reconocido por la audacia y la violencia de sus colores. Matisse afirmaba que un artista no tiene un completo dominio sobre formas y colores, sino que son las propias formas, líneas y colores los que deben dictar al artista sensible el modo en que deben ser combinadas.

Considero que a partir de Matisse el color en la pintura deja de significar un medio para rellenar espacios delimitados por trazos o líneas, el color se independiza sin que necesariamente dependa de la forma, los objetos pierden sus tonos reales para adquirir los que le imprime el gesto creador del artista.

Matisse durante sus últimos años de vida y debido a la dificultad a la hora de manejar el pincel se dedicó al découpage, obras creadas a partir de papeles recortados. "En vez de dibujar el contorno y de aplicar dentro el color, dibujo directamente el color" decía Matisse, al referirse a estas obras recortadas.

Su obra destaca por la genialidad de trazo y la simplicidad en las formas. El arte de Matisse es amable, de gran luminosidad, apacible, pero no por ello ingenuo, sino de gran virtuosismo e inteligencia. Sus ventanas se abren al silencio, y la luminosidad no provoca sombras, ni degradaciones, sino que se mantiene en un estado de plenitud y de serenidad que oculta el esfuerzo realizado. En sus obras vuelca la alegría de la meditación, exenta de inquietudes. Su obra es un resultado de orden, imaginación, disciplina y libertad.


Propone un arte calmado que reconforte al fatigado, que lo serene. Su espíritu domina sobre la obra. Su arte es un camino hacia la profundidad de sí mismo, cuando llegamos a esa meta, descubrimos el silencio.

Dibujaba con tijeras, recortaba sin pena en el color a mi me recuerda el corte directo de los escultores. Matisse proyectó en su obra sobre papel la más decidida búsqueda de las formas y colores que lograran expresar su emoción ante la vida.

Matisse es el escritor de la alegría y eso lo demuestras en sus cuadros. En cuanto a sus ideas estéticas, el trazo es lo más importante en su obra. Si una obra está muy cerca de la realidad tenemos un arte clónico y si se aleja de ésta tenemos el abstracto, Matisse en resumen se encuentra a camino de estas dos tendencias, entre lo objetivo y lo subjetivo.

Su composición está encaminada a la expresividad. Es una manera de armonizar los elementos, para que el pintor pueda expresar sus sentimientos. A lo largo de toda su vida va evolucionando hacia lo sencillo.

Evitó los detalles y los cambió por colores brillantes y líneas gruesas para crear una sensación de movimiento, conmocionando al resto del mundo y a mi misma que he admirado siempre la obra de este gran artista.

LIBROS DE REFERECIA

Biblioteca Regional de Murcia y Casa Díaz Cassou

  • Henri Matisse : drawings and sculpture / edited by with an introduction by Ernst-Gerhard Güse ... (1991)

  • Giorgi, Rosa, Matisse : el esplendor deslumbrante del color de los fauves / [texto de Rosa Giorgi] (2003)

  • Matisse, Henri, Henri Matisse / por Sandra Orienti (1971)

  • Matisse, Henri, Henri Matisse (1981)

  • Matisse, Henri, Matisse : período fauve / por Georges Duthuit (1956)

  • Matisse, Henri, Henri Matisse / [texto de] Giovanni Scheiwiller (1944)

  • Mannering, Douglas, El arte de Matisse (1982)

  • PAGINAS WEBS

    http://www.cnac-gp.fr/education/ressources/ENS-matisse/ENS-matisse.htm

    http://www.arbre-de-lune.fr/ jazz

    http://search.sothebys.com/jsps/live/lot/LotDetail.jsp?lot_id=4D87K

    http://www.centrepompidou.fr/expositions/matissepicasso/

    http://www.artcyclopedia.com/artists/matisse_henri.html

    http://www.guggenheimcollection.org/site/artist_works_104_0.html

    http://dmaws.dallasmuseumofart.org/stellent/idcplg?IdcService=SS_GET_PAGE&ssDocName=ID_011071&ssSourceNodeId=1564

    http://www.brain-juice.com/cgi-bin/show_bio.cgi?p_id=24

    http://www.telegraph.co.uk/arts/main.jhtml?xml=/arts/2001/10/13/bamg13.xml

    http://www.artnet.com/ag/fulltextsearch.asp?searchstring=Matisse&currentCategory=Artwork&page=10

    http://www.stylusart.com/noticias/matisse/matisse.htm

    http://www.musee-matisse-nice.org/

    http://www.matissepicasso.org/

    http://www.imarabe.org/temp/expo/matissemaroc.html

    http://wportail.cg59.fr/

    http://www.cnac-gp.fr/education/ressources/ENS-matisse/ENS-matisse.htm#danseur

    http://www.vozcatolica.org/60/matisse.htm




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    Enviado por:Miriamur
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