Literatura
Martín Fierro; José Hernández
1) La Literatura Gauchesca nació y evolucionó en el espacio histórico que abarca desde las luchas intestinas posteriores a la declaración de la independencia hasta la consolidación definitiva del estado liberal en 1880. El debate de lo autóctono y lo europeo generó una constante búsqueda de cómo debía ser la identidad argentina. El comienzo de este período desembocó en el predominio de la figura de Juan Manuel de Rosas.
El gobierno de Rosas, con una retórica federal, solidificó el poder económico y político de Buenos Aires a través de un régimen centralista. A partir de su derrota en la batalla de Caseros, en 1852, y tras el breve liderazgo de Justo José de Urquiza, la hegemonía de Buenos Aires se acentuó, a medida que se afianzaba la política económica liberal que terminó por destruir la industria local y regional.
Tras la batalla de Pavón, en 1861, se impusieron los ideales civilizadores de los liberales porteños. Mitre subió al poder y, con él, se comenzó a luchar contra los monteros en el interior y contra los indio en la frontera. El desarrollo del ferrocarril, la pacificación del interior y el restablecimiento de las comunicaciones entre las provincias a través de caminos y postas, la difusión de la enseñanza, el telégrafo, la inmigración y la centralización del poder fueron los principales factores que trasformaron el país. Así, el gaucho se transformó de hombre libre en peón asalariado de un terrateniente, en franca competencia con el inmigrante para el trabajo agrícola.
Estos acontecimientos influyeron de manera tal que la exaltación del color local, el interés por las historias nacionales y el folclore, y la búsqueda de un lenguaje propio fueron algunas de las características del romanticismo que encuadraron perfectamente con el espíritu de emancipación que predominaba en América.
2) Hernández vive la etapa en que se pone en marcha el llamado proyecto del ´80, el proyecto de una Argentina circunscripta a la pampa húmeda, subsidiaria del mercado Británico. Dentro de ese proyecto no hay espacio para una porción importante del país; tampoco sirve la mano de obra tradicional, que es el gaucho.
Comienza la marginación de los hijos del país y el privilegio, por decirlo de algún modo, a la inmigración que llega en grandes oleadas. Comienzan los proyectos de infraestructura de transportes.
El gaucho no tiene lugar, no ingresa en este proyecto. Por eso se vuelve matrero, se revela, enfrenta el sistema nuevo. Luego, como no puede modificarlo por vía de la rebelión, acepta integrarse a la vida nacional.
El gaucho no entra en este proyecto porque es marginado. No se lo considera mano de obra útil para el nuevo sistema en el cual la agricultura va a tener un papel importante. Por otra parte, no alcanza con el gaucho como mano de obra. Además, el gaucho es mano de obra cara. En este momento de la vida argentina, el gaucho vive un estándar alto en comparación con el pueblo europeo. Está viviendo el final de una edad de oro, y este es el conflicto que se le plantea en la década de 1.870, antes de la capitalización de Buenos Aires.
3)La literatura gauchesca es la realizada por escritores letrados con el objetivo de apelar a un público iletrado que participaba activamente en las luchas militares y el deseo de diferenciarse de la literatura de origen europeo. Se caracteriza por ser una poesía escrita en versos que tienen la medida de los cantos populares que entonaban los habitantes de la campaña; era un poesía trabajada, cuidada, que se interesaba en la vida del gaucho. Consistía en la adopción del personaje del guacho y su registro oral y anónimo; también la misma es una imitación del lenguaje del gaucho. Comenzó así a crearse una expresión que fue signo de una identidad artística y cultural propia del país.
4) José Hernández (1834-1886), poeta y federalista argentino, su gran poema Martín Fierro, considerado un clásico de su país, cantó la independencia, el estoicismo y el coraje del gaucho.
El poeta argentino José Hernández fue un autodidacta que luchó por la autonomía de los gauchos. Curiosamente lo que no consiguió en su actividad política lo obtuvo por medio de la literatura. Su poema épico conocido como Martín Fierro, formado por dos partes: El gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro, se convirtió en la obra capital de la Literatura Argentina y reflejo de la paz, sencillez e independencia de la gente de la Pampa: los gauchos.
VIDA:
No se tienen muchos datos sobre la infancia de Hernández, aunque parece ser que una enfermedad de la adolescencia le obligó a vivir en las pampas. Allí fue donde entró en contacto con el estilo de vida, la lengua y el código del honor de los gauchos.
Autodidacta, adquirió una sólida ideología política a través de sus numerosas lecturas. Su postura federal y reformista le llevó a enfrentarse con Sarmiento. Entre 1852 y 1872, durante una época de gran agitación política, defendió la idea de que las provincias no debían permanecer ligadas a las autoridades centrales, establecidas en Buenos Aires. Participó en la última rebelión gaucha, la del general Ricardo López Jordán, un desdichado movimiento que finalizó en 1871 con la derrota de los gauchos y el exilio de Hernández a Brasil. Con la victoria de Nicolás Avellaneda, pudo regresar a Argentina en 1874. Vivió en Buenos Aires y continuó su lucha por otros medios: fundó el periódico Revista del Río de la Plata, en el que defendió posturas federalistas, y desempeñó los cargos de diputado y senador de la provincia de Buenos Aires.
José Hernández se había criado y educado en el campo, en las estancias de Piñero, Vela, Llavallol, Casares y otras, luchando junto con los indios en las fronteras, y conociendo la vida terrible de los fortines. Educado en el ambiente viril de la campaña, practicaba las faenas rurales con la habilidad del gaucho más experto. Y estaba también familiarizado con sus costumbres, su lenguaje pintoresco, sus vicios y virtudes. Hernández quería a los gauchos; conocía el rigor injusto con que se los trataba, la vida miserable a que se los tenía condenados, y había resuelto valerse de su posición social y de su cultura para ayudarlos.
Finalmente, en la primera parte Hernández “pinta” a Fierro como una persona revelada en contra de la política del gobierno, en la segunda parte el gaucho se debe adaptar a ese sistema que lo está dejando de lado. Esta adaptación de Martín Fierro está muy relacionada con el puesto político que José Hernández tenía en el gobierno, en ese entonces.
OBRA:
Sin embargo, fue a través de su poesía como José Hernández consiguió un gran eco para sus propuestas y contribuyó de la forma más valiosa a la causa de los gauchos. Con un total de 7.210 versos, Martín Fierro es un poema épico popular que está considerado como una de las grandes obras de la literatura argentina. Fierro narra su vida y lleva a cabo un retrato de la sencillez rural, la independencia y la paz de su espíritu. En su primera parte, El gaucho Martín Fierro (1872), el poema recorre la inicial felicidad del protagonista en las planicies rodeado de su familia, hasta que es obligado a alistarse en el Ejército. Su odio a la vida militar le lleva a rebelarse y desertar. A su regreso, descubre que su casa ha sido destruida y su familia se ha marchado, y la desesperación le empuja a unirse a los indios del desierto y convertirse en un hombre fuera de la ley. En la segunda parte del poema, La vuelta de Martín Fierro (1879), sus sentimientos e ideas han cambiado. Fierro decide volver y reunirse por fin con los suyos. Incorporado de nuevo a la sociedad, ha de sacrificar gran parte de su preciosa independencia.
El gran mérito del autor del Martín Fierro fue llevar a la literatura la vida de un gaucho, contándola en primera persona, con sus propias palabras e imbuido de su espíritu. En él descubrió la encarnación del coraje y la integridad propia de una vida independiente. Para José Hernández, el gaucho era el verdadero representante del carácter argentino, idea que le situó en directa oposición con el curso de los acontecimientos y los poderosos intereses políticos de su época.
5) a) Martín Fierro narra su relato con el objetivo de contar sus penas y las de todos los gauchos en ese contexto en el que se veía excluido y sometido a tal punto en que con el solo hecho de deambular por las calles se convertía en vago, ladrón y desertor. Como buen cristiano que es, se encomienda luego a los santos pidiéndoles “que refresquen su memoria y aclaren su entendimiento”, a fin de no olvidar nada y que su canto le resulte fácil y florido.
Cantando en el lenguaje de los gauchos, que con frecuencia deforman las palabras, pero que en cambio dicen cosas agudas, llenas de intención y gracia, prosigue hablando de sí mismo. Se reconoce valiente aunque no “un gaucho malo”, como dan en decir los que persiguen a los gauchos. Él, como los otros gauchos, antes que nada quiere se libre; ama la libertad. Es muy difícil ser libre en la tierra donde viven los gauchos, el que quiere serlo, muchas veces tiene que conquistar la libertad peleando, como les ocurre a las fieras perseguidas. Pero Martín Fierro es un hombre honrado y no quiere que lo confundan; por eso, antes de seguir adelante dice:
“Aquí me pongo a cantar
Al compas de la vigüela,
Que el hombre que lo desvela
Una pena extraordinaria
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela”
“Y sepan cuantos escuchan
De mis penas el relato
Que nunca peleo ni mato
Sino por necesidá;
Y que a tanta alversidá
Sólo me arrojó el mal trato.”
b) La situación en que se encuentra Fierro se trata de las persecuciones y los problemas que debían enfrentar por el solo hecho de ser gauchos, eran tratados por bandidos y ladrones sin siquiera haber cometido delitos. Despojados de sus hijos, mujeres, madres, casas, pertenencias, eran como hojas que no podían ir a otro lugar que no fuera el destino que le deparaba ese viento tormentoso y despiadado, ambicioso y corrupto, dueño y señor.
“Y atiendan la relación
Que hace un gaucho perseguido,
Que padre y marido ha sido
Empeñoso y diligente,
Y sin embargo la gente
Lo tiene por un bandido.”
c) En el presente de su relato, Fierro sigue siendo un bandido y un prófugo para la justicia como lo fue durante casi toda su vida.
Y sepan cuantos escuchan
de mis penas el relato
que nunca peleo ni mato
sino por necesidá
y que a tanta alversidá
sólo me arrojó el mal trato.
Y atiendan la relación
que hace un gaucho perseguido,
que padre y marido ha sido
empeñoso y diligente,
y sin embargo la gente
lo tiene por un bandido.
d) Martín Fierro fue reclutado hacia la frontera por la Autoridad con el motivo de defender la frontera de los indios, sin embargo no hacían más que trabajar en grandes estancias de terratenientes vinculados con el Gobierno, que solo querían “disfrazar” la lenta desaparición del gaucho.
“Aquello no era servicio
Ni defender la frontera;
Aquello era ratonera
En que solo gana el juerte;
Era jugar a la suerte
Con una taba culera”.
“Allí tuito va al revés:
Los milicos se hacen piones
Y andan por la poblaciones
Emprestaos pa trabajar:
Los rejuntan pa peliar
Cuando entran indios ladrones”.
“ Yo he visto en esa milonga
Muchos jefes con estancias,
Y piones en abundancia,
Y majadas y rodeos;
He visto negocios feos
A pesar de mi inorancia”.
e) Al cabo de tres años de sufrimientos vuelve el gaucho a su rancho. ¿Su rancho? No en vano dice el refrán que “el ojo del amo engorda el ganado”.
Cosas muy tristes habían ocurrido desde la ausencia de Fierro. Solamente oyó en la tapera los maullidos de un gato.
¿Dónde estaba la promesa del Juez de paz de que él volvería pronto y que entretanto su mujer cuidaría los bienes? Por un vecino se enteró Fierro de que le habían quitado el campo y vendido la hacienda para pagar los arrendamientos. Mentiras, invasiones para dejar a la mujer desamparada y a sus hijos en la miseria. Los muchachos se habrían conchabado como peones ..., vaya a saber en qué estancia. Y la esposa, acosada por el hambre, había desaparecido. Y el gaucho exclama:
¡Tal vez no te vuelva a ver,
Prenda de mi corazón!
Dios te dé su protección
Ya que no me la dio a mí
Y a mis hijos dende aquí
Les hecho mi bendición.
Piensa en los hijos que andarán por ahí sin protección, huérfanos de cariño, sin ropa, tal vez sin rincón donde meterse “ni poncho con que taparse”, echados de los fogones “para que no estorben”...
Con estos pensamientos el gaucho siente que se le aviva el odio contra los causantes de su desgracia. ¿Y quienes son? La autoridad, esa autoridad falta de justicia y honradez que está en manos de mandones sin alma, que aprovechan su situación para robar y desahogar sus instintos de penas.
Y ahora ...¡ cuidado!! Martín Fierro es valiente, matrero, ágil, inteligente y diestro. Y a más de todo eso lleva el odio en el corazón.
6) Fierro propone el oficio de cantar como algo que lleva en la sangre, no para obtener fama ni gloria, sino por el afán de catar. Critica los cantores letrados, porque dice que cuando cantan no tratan sus sentimientos, sino que cantores artificiales.
7) En la ida el cambio de narrador se produce cuando habla Cruz (en el canto diez), en la vuelta existen varios narradores en primera persona que son: los dos hijos de Martín Fierro, el Moreno Y Picardía. Al final de la obra aparece un narrador en tercera persona que se podría decir que se trata del autor, que concluye esta travesía literaria.
EL GAUCHO MARTÍN FIERRO
MARTÍN FIERRO
Ninguno me hable de penas,
porque yo penado vivo,
y naides se muestre altivo
aunque en el estribo esté,
que suele quedarse a pie
el gaucho mas alvertido.
Junta esperencia en la vida
hasta pa dar y prestar
quien la tiene que pasar
entre sufrimiento y llanto;
porque nada enseña tanto
como el sufrir y el llorar.
Viene el hombre ciego al mundo,
cuartiándolo la esperanza,
y a poco andar ya lo alcanzan
las desgracias a empujones;
! la pucha, que trae liciones
el tiempo con sus mudanzas!
CRUZ
-Amigazo, pa sufrir
an nacido los varones;
estas son las ocasiones
de mostrarse un hombre juerte,
hasta que venga la muerte
y lo agarre a coscorrones.
El andar tan despilchao
ningun mérito me quita;
sin ser un alma bendita
me duelo del mal ajeno:
soy un pastel con relleno
que parece torta frita.
Tampoco me faltan males
y desgracias, le prevengo;
también mis desdichas tengo,
aunque esto poco me aflige:
yo se hacerme el chango rengo
cuando la cosa lo esige.
LA VUELTA DE MARTÍN FIERRO
EL HIJO MAYOR DE MARTIN FIERRO
LA PENITENCIARIA
Aunque el gajo se parece
Al árbol de donde sale,
Solía decirlo mi madre,
Y en su razón estoy fijo:
"Jamás puede hablar el hijo
Con la autoridad del padre".
Recordarán que quedamos
Sin tener donde abrigarnos,
Ni ramada ande ganarnos,
Ni rincón ande meternos,
Ni camisa que ponernos.
Ni poncho con que taparnos.
Dichoso aquel que no sabe
Lo que es vivir sin amparo;
Yo con verdá les declaro,
Aunque es por demás sabido,
Dende chiquito he vivido
En el mayor desmparo.
EL HIJO SEGUNDO DE MARTIN FIERRO
Lo que les voy adecir
Ninguno lo ponga en duda:
Y aunque la cosa es peluda,
Hare la resolución;
Es ladino el corazón,
Pero la lengua no ayuda.
El rigor de las desdichas
Hemos soportado diez años,
Pelegrinando entre estraños,
Sin tener donde vivir,
Y obligados a sufrir
Una máquina de daños.
El que vive de ese modo
De todos es tributario;
Falta la cabeza primario
Y los hijos que él sustenta
Se dispersan como cuentas
Cuando se corta el rasario.
PICARDIA
Voy a contarles mi historia
(Perdónenme tanta charla),
y les diré al principiarla,
Aunque es triste hacerlo ansí:
A mi madre la perdí
Antes de saber llorarla.
Me quedé en el desamparo,
Y al hombre que me dió el ser
No lo pude conocer;
Ansí, pues, dende chiquito,
Volé como el pajarito
En busca de qué comer.
Que tanta gente destierra,
O por causa de la guerra,
Que es causa bastante seria,
Los hijos de la miseria
Son muchos en esta tierra.
EL MORENO
Yo no soy, señores míos,
Sino un pobre guitarrero,
Pero doy gracias al Cielo
Porque puedo, en la ocasión,
Toparme con un cantor
Que esperimente a este negro.
Yo también tengo algo blanco,
Pues tengo blancos los dientes;
Sé vivir entre las gentes
Sin que me tengan en menos:
Quien anda en pagos ajenos
Debe ser manso y prudente.
Mi madre tuvo diez hijos,
Los nueve muy regulares;
Tal vez por eso me ampare
La Providencia divina:
En los güevos de gallina
El décimo es el mas grande.
NARRADOR EN TERCERA PERSONA
Después a los cuatro vientos
Los cuatro se dirigieron;
Una promesa se hicieron
Que todos debían cumplir;
Mas no la puedo decir
Pues secreto prometieron.
Les alvierto solamente
-Y esto a ninguno le asombre,
Pues muchas veces el hombre
Tiene que hacer de ese modo-;
Convinieron entre todos
En mudar allí de nombre.
Sin ninguna intención mala
Lo hicieron, no tengo duda;
Pero es la verdá desnuda
--Siempre suele suceder--:
Aquel que su nombre muda
Tiene culpas que esconder.
8-
”No tiene hijos ni mujer,
ni amigos ni protetores,
pues todos son sus señores
sin que ninguno lo ampare:
tiene la suerte del güey,
y donde irá el güey que no are?”
“Para el son los calabozos,
para el las duras prisiones,
en su boca no hay razones
aunque la razon le sobre;
que son campanas de palo
las razones de los pobres.”
“Bala el tierno corderito
al lao de la blanca oveja,
y a la vaca que se aleja
llama el ternero amarrao;
pero el gaucho desgraciao
no tiene a quien dar su oveja.”
“En medio de mi inorancia
conozco que nada valgo:
soy la liebre o soy el galgo
asigún los tiempos andan;
pero también los que mandan
debieran cuidarnos algo.”
“Ricuerdo !qué maravilla!
cómo andaba la gauchada
siempre alegre y bien montada
y dispuesta pa el trabajo...
pero hoy en día...!barajo!
no se la ve de aporriada.”
9) La enseñanza que Vizcacha ofrecía al hijo menor de Martín Fierro consistía en como debía comportarse en la calle, con quien debía estar y hacerse amigos, también le habla a cerca de las mujeres diciéndole que no debe confiar en ninguna, que debe ser envidioso y que debe vivir tranquilo.
Estos consejos, si bien no son buenos, son justificables en el contexto que se dan ya que son viables y de mucha utilidad en la situación que atraviesa el hijo menor de Fierro, por que se encuentra solo y pude quedar en la calle.
10) Oraciones unimembres que expresan el contenido de cada sextina, de los consejos que Fierro da a sus hijos y a Picardía:
“Precavido frente a la presencia del enemigo”
“Ignora el que no aprendió nada”
“Aprender lo bueno”
“Descubrir el enojo del otro”
“La prudencia en las confidencias”
“No es bueno juzgar a los demás”
“Fidelidad en la amistad”
“No codiciar lo de los demás”
“Ser prudente: cauteloso y moderado”
“Trabajar y evitar limosnas”
“Trabajo y dignidad”
“En boca d mentiroso lo cierto se hace dudoso”
“Amenaza en vano”
“La confianza en uno mismo el mejor arma”
“Astucia arma de doble filo”
“Saber aprovechar las oportunidades”
“Que no se pierdan los valores”
“La unión para ser destruidos”
“Respeto de los ancianos”
“El cuidado de nuestra imagen”
“El cuidado de los ancianos”
“El ofensor es peligroso”
“No hagas lo que no te gusta que te hagan”
“El vicio no tiene buen puerto”
“Es peor robar que ser pobre”
“La sabiduría del prudente”
“Alcohol: un peligroso enemigo”
“Ofender embriagado, imperdonable”
“Mantener un perfil bajo”
“Mujer ofendida nunca olvida”
“Cantar con argumentos”
“La sabiduría de la vejes”
11) a) En la primera parte de la obra Martín Fierro trata al Moreno como retobado, malo y lo discrimina por ser negro, y les dice que a los negros los hizo el diablo para tizón del infierno.
A los blancos hizo Dios,
a los mulatos San Pedro,
a los negros hizo el diablo
para tizón del infierno.“
En cambio en la segunda parte, Fierro ya no lo discrimina, dice que ante Dios somos todos iguales y trata al negro como una persona sabia, buena y que posee muchos conocimientos. También habla del negro y del blanco en igualdad de condiciones.
“Dios hizo al blanco y al negro
Sin declarar los mejores;
Les mandó iguales dolores
Bajo de una mesma cruz;
Mas también hizo la luz
Pa distinguir los colores.”
“Ansi, ninguno se agravie;
No se trata de ofender,
A todo se ha de poner
El nombre con que se llama,
Y a naides le quita fama
Lo que recibio al nacer.”
“Y ansí me gusta un cantor
Que no se turba ni yerra;
Y si en tu saber se encierra
El de los sabios projundos;
Decíme cual en el mundo
Es el canto de la tierra.”
“Y aura te voy a decir;
Porque en mi deber está
(Y hace honor a la verdá
Quien a la verdá se duebla)
Que sos por juera tinieblas
Y por dentro claridá.”
b) PRIMER DUELO: la primer muerte se da cuando Martín Fierro se encuentra en un baile, y a causa de su ebriedad éste provoca al negro, generando en el Moreno mucha bronca. Esto lo lleva a la pelea; en un momento de la pelea el Moreno corta a Fierro, el cual se enfurece y decide terminar con la vida de aquel cantor. Debido a esto, este duelo se caracteriza por ser un enfrentamiento de agilidad física y fuerza bruta, con armas de por medio.
“Me hirvió la sangre en las venas
y me le afirmé al moreno,
dándole de punta y hacha
pa dejar un diablo menos.
Por fin en una topada
en el cuchillo lo alcé,
y como un saco de güesos
contra un cerco lo largué.
Tiró unas cuantas patadas
y ya cantó pal carnero:
nunca me puedo olvidar
de la agonía de aquel negro.
En esto la negra vino
con los ojos como ají
y empezó la pobre allí
a bramar como una loba.
yo quise darle una soba
a ver si la hacía callar,
mas pude reflesionar
que era malo en aquel punto,
y por respeto al dijunto
no la quise castigar.
Limpié el facón en los pastos,
desate mi redomón,
monté despacio y salí
al tranco pa el ca˜nadon.
Después supe que al finao
ni siquiera lo velaron,
y retobao en un cuero,
sin rezarle lo enterraron.”
SEGUNDO DUELO: se da en la payada con el hermano del Moreno (asesinado por Fierro) donde comienzan una payada de contrapunto. Luego de varias estrofas el negro saca el tema de la muerte de su hermano para intentar vengarse. Debido a esto, este duelo se caracteriza como un duelo de payada en el que solo servía una buena destreza como cantor. Las “armas” utilizadas eran dos guitarras.
MARTIN FIERRO
!Ah, negro!, si sos tan sabio
No tengás ningun recelo
Pero has tragao el anzuelo
Y al compás del estrumento
Has de decirme al momento
Cuál es el canto del cielo.
EL MORENO
Cuentan que de mi color
Dios hizo al hombre primero,
Más los blancos altaneros,
Los mesmos que lo convidan,
Hasta de nombrarlo olvidan
Y sólo le llaman negro.
12) Martín Fierro nos cuenta lo que era el campo en los tiempos en que no se perseguía a los gauchos. El paisano vivía tranquilamente en su rancho con su mujer y sus hijos.
De madrugada, cuando brillaba el lucero y los gallos comenzaban a anunciar la llegada del día, se levantaba y se encaminaba hacia el fogón. Allí, tomando mate amargo esperaba que la madrugada “empezara a colorear” para encaminarse a su trabajo. En todos los ranchos la escena era igual. La gente andaba siempre lista, alegre y dispuesta para la tarea.
Cuenta las domas de potros, el repunte de la hacienda...Aquello no era trabajo. Era “como una función”, como pasa siempre que se trabaja con alegría. Al caer la noche regresaban todos a “las casas” comentando las ocurrencias de la jornada; comían con buen apetito, y en seguida a la cama, para continuar haciendo lo mismo al día siguiente. ¿Y cuando llegaban las yerras?
Esa era la gran fiesta de la campaña. A enlazar y pialar para marcar los animales; y al terminar la faena, juego, caña, baile y comilonas, en las que abundaban los pasteles, la carne con cuero, la carbonada, el buen vino y la mazamorra. Y se lamenta:
Pero ha querido el destino
Que todo aquello acabara.
Estaba el gaucho en su pago
Con toda seguridá.
Pero aura...¡barbaridá!
La cosa anda tan fruncida,
Que gasta el pobre la vida
En juir de la autoridá.
Y al punto dése por muerto
Si el alcalde lo bolea,
Pues ahí nomás se le apea
Con una felpa de palos,
Y después dicen que es malo
El gaucho si los pelea.
Y el lomo le hinchan a golpes
Y le rompen la cabeza,
y luego con ligereza,
ansí lastimao y todo,
lo amarran codo con codo
y pal cepo lo enderiezan.
Ahí comienzan sus desgracias,
Ahí principia el pericón;
Porque ya no hay salvación,
Y que usté quiera o no quiera
Lo mandan a la frontera
O lo echan a un batallón.
Eso mismo, eso que ahora cuenta cantando, para consolarse, le pasó a él, a Martín Fierro. Sin embargo, en el fortín las tareas eran totalmente diferentes, eran trabajos pesados en los que permanecían varias horas sin comer y tomar un trago de agua. Fierro luchó contra los indios al cabo de dos años, trabajó para los jefes y sus amigos, “lo prestaban como peón” y no le pagaron un solo centavo, ¡qué injusticia!!! Debido a esto Fierro en lo único que pensaba era en regresar a su rancho.
La vida en el fortín era durísima. Al gaucho solía faltarle hasta los más indispensable, en tanto arreciaban, por la menor indisciplina cometida, tormentos tales como azotes, cepos y estaqueadas. Ante la soledad del desierto, en la incertidumbre de cada día, el “gaucho-soldado” estaba obligado a dar todo de sí a cambio de nada. Ni honores, ni tierra, ni vivienda digna, ni paga, ni ropa, ni alimento. Nada. “El gaucho creía que el gobierno era una cosa que alguien (no importa quién ni cómo) imponía a la fuerza para su mal…”. Así, el servicio de frontera era entendido como un castigo inexplicable, jamás como un servicio patriótico.
13) PRIMERA PARTE:
“Yo he sido manso primero,
y seré gaucho matrero;
en mi triste circunstancia,
aunque es mi mal tan projundo,
nací y me he criado en estancia.
pero ya conozco el mundo.
Ya les conozco sus mañas,
le conozco sus cucañas;
sé como hacen la partida,
la enriedan y la manejan;
deshaceré la madeja
aunque me cueste la vida.
Y aguante el que no se anime
a meterse en tanto engorro
o si no aprétese el gorro
y para otra tierra emigre;
pero yo ando como el tigre
que le roban los cachorros.”
SEGUNDA PARTE
“Aprovecha la ocasión
El hombre que es diligente;
Y, tenganló bien presente:
Si al compararla no yerro,
La ocasión es como el fierro:
Se ha de machacar caliente.”
14) Los puntos que tienen en común la vida de Martín Fierro y la de Cruz, es que el primero era valiente, arrogante y sufrido, expertísimo para las faenas del campo, sobre todo para la doma y el adiestramiento del caballo y el cuidado de la hacienda. El Martín Fierro, siempre se encuentra altivo, seguro de su fuerza, dispuesto a vivir: “yo abriré con mi cuchillo/un camino pa seguir”. Sufre, pero el orgullo lo mantiene de pie: por orgullo se lanza al infierno de las tolderías.
Cruz como Fierro es un gauho fuerte, arrogante, seguro. Más vanidoso: “soy un pastel con relleno”; más dúctil: “yo se hacerme el chancho rengo”. También había tenido su rancho y su china como Fierro. También lo que tienen en común es que los dos son atacados por los indios y logran salvarse gracias a un cacique quien a su vez los convierte en cautivos.
Después de una relación concisa que hace Martín Fierro de sus desgracias, Cruz relata u propia historia, que trata de asimilar a la del protagonista, siendo, en cambio, sustancialmente distinta: también Cruz ha matado, pero sus crímenes no son producto de la desesperación, como en el caso de Fierro. Cruz es un hombre de sangre fría, su historia es una historia de traiciones: traiciona el “orden” encarnado en su superior, el comandante y asesina a un inocente que cumple con su deber: es, como Fierro (pero por razones distintas), un prófugo de la justicia.
15) Es altamente significativa la referencia de Martín Fierro, al iniciarse la vuelta, a sus habilidades en el manejo de la mansera y el pial, a su capacidad ara desempeñarse en rodeos o en el trabajo de los corrales: vuelve par ver “si puedo vivir/y me dejan trabajar”. Porque el Martín Fierro de la vuelta ha cambiado respecto del de la ida, pero Hernandez no hizo regresar a “otro” personaje en el cual resulte casi imposible reconocer los rasgos del primero.
El gaucho vuelve dispuesto a integrarse en la sociedad que lo había expulsado. En él se ha operado un cambio derivado de su experiencia entre los indios.
16) La visión que tiene Martín Fierro del:
-El gaucho:
Este personaje en el nuevo orden del país es desplazado y perseguido.
-
“Y atiendan la relación
Que hace un gaucho perseguido”
Esta situación lo hace sentir como un delincuente.
-
“El ser gaucho es un delito”
Sólo es buscado con interés en los comicios.
-
“Porque el gaucho en esta tierra
Solo sirve pa' votar”
Lamenta este estado, porque considera que es injusto y lo obliga a renegar de su origen.
-
De todo el que nació gaucho
Esta es la suerte maldita”
Además su voluntad no está representada, así lo entiende y lo expresa con dolor.
-
“Porque el gaucho desgraciao
No tiene a quién dar su queja”.
-
El Gringo:
El gaucho en todo momento desvaloriza al gringo porque considera que invade su territorio.
En algunos casos es irónico por la manera en que se expresa.
-
“Hasta un inglés sanjiador
Que decía en la última guerra
Que él era de Inca - la - perra”
Se burla de su apariencia física y su cobardía.
* ¡Tan grande el gringo y tan feo !
Lo viera cómo lloraba”
Destaca además la poca destreza que posee en las tareas específicas de campo.
-
“Gringada que ni siquiera
Se sabe atracar un pingo”
-
“No sirven ni pa' carnear”
También critica sus costumbres y su avaricia.
-
“Y eso sí, en lo delicaos
Parecen hijos de rico”
-
“Si usté no les da, no pitan
Pa' no gastar en tabaco”
Finalmente reflexiona que este personaje no puede vivir junto al gaucho valiente y aguerrido.
-
“Que diablos - sólo son güenos
pa' vivir entre maricas”.
El gringo es un inadaptado, sin lugar a duda, dentro del Universo de Martín Fierro. El gringo es un habitante marginal y extraño en ese orbe que lo vapulea sin compasión y con su miseria y su rigor.
-
El indio:
En el poema, el autor presenta la visión del indio, a través de la voz del protagonista y sus vivencias personales.
Considera que la indiada en general es indómita y no incorpora los elementos de la primitiva civilización.
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“En los caballos en pelo
Se vienen medio desnudos”
Que se caracteriza por sus hábitos grupales violentos.
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“El indio - por donde dentra
Roba y mata cuanto encuentra”
-
“La indiada todita entera
Dando alaridos cargó”
Que su conducta es irracional e impetuosa.
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“Que el indio lo arregla todo
Con la lanza y con los gritos”
Es habitual el ejercicio de la crueldad para con los más desvalidos.
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“Le descarnaban los pieces
A las pobrecitas vivas”
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“Es guerra cruel la del indio
Porque viene como fiera”
Por último manifiesta un profundo rechazo y desagrado al recordar un estilo de vida diferente y los padecimientos que sufrió por esta gente.
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“Estos indios vagabundos
Con repunancia me acuerdo”
El indio para Martín Fierro, era ladrón, indomable, implacable y traidor para la guerra.
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La autoridad:
Señala que el poder representado por la autoridad es arbitrario e injusto. Que persigue al gaucho y lo trata con rigor.
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“Que gasta la pobre vida
En juir de la autoridá”
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“Hizo una arriada en montón”
Que utiliza al gaucho con fines políticos.
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“A mí el Juez me tomó entre ojos
En la última votación”
Que con la intención de extender la frontera lo obliga a integrar los fortines donde es tratado brutalmente.
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“En la lista de la tarde
El Gefe nos cantó el punto”
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“Con un estrutor que... bruta !
Que nunca sabía su oficio”
El poder y la ley actúan del mismo modo. No hay justicia.
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“Yo no sé por qué el Gobierno
Nos manda aquí a la frontera”
-
“Es la ley como la lluvia,
Nunca puede ser pareja”.
17) Visiones de la mujer:
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Martín Fierro: es un personaje aguerrido y duro que desafía un sinnúmero de adversidades pero que se revierte al mencionar a la mujer. Evidencia hacia ella una profunda admiración y ternura porque ante todo es madre, es soporte de la familia y luego es la gran compañera en la vida.
-
“Como hijitos de la cuna
Andarán por ahí sin madre”
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“Sino porque a todas ellas
Les dio un corazón de madre”
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“Tal vez no te vuelva a ver,
Prenda de mi corazón”
Reconoce en la naturaleza femenina rasgos de una sensibilidad especial, menos apta para el sufrimiento.
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“Puedo asegurar que el llanto
Como una mujer largué”
-
“Y la pobre mi mujer
Quién sabe cuánto sufrió”
Menosprecia a los hombres que ejercen violencia contra ellas sometiéndolas por la rudeza de su condición varonil más fuerte.
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“Sólo los cobardes son
Valientes con las mujeres”
Es generoso y comprensivo al juzgarla por su conducta.
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“Que más iba a ser la pobre
Para no morirse de hambre”
Siente que la protección y, la contención es tarea específica del hombre, quien debe velar por sus necesidades.
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“Sin duda a buscar el pan
Que no podía darle yo”
-
Cruz: su opinión acerca de la mujer es muy parecida a la de Martín Fierro. Es la compañera ideal del gaucho. Su presencia produce alegría y placer.
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“Es la mejor compañera
Que el hombre pueda tener”
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“Lo asiste con su cuidado
Y con afán cariñoso”
La pérdida de su amor también le provoca nostalgia de un tiempo que ya no volverá.
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“¡Amigo, que tiempo aquel!
La pucha que la quería”
Por circunstancias que le tocó vivir juzga a la mujer con cierta ironía.
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“Las mujeres no son lerdas
Y todo gaucho es dotor”
-
Vizcacha: la opinión de éste sobre la mujer es totalmente diferente. La naturaleza femenina es objeto de absoluta desconfianza.
-
“Que el hombre no debe creer
En lágrimas de mujer
Ni en la renguera del perro”
También pone en duda su fidelidad.
-
“Que es muy difícil guardar
Prendas que otros codician”
Considera a la naturaleza femenina como frívola, interesada, egoísta y que es dueña de un corazón muy duro.
-
“Siempre quiere al hombre guapo
Más fijate en la elección
Porque tiene el corazón
Como barriga de sapo”
18) Trata de justificar la muerte del Moreno y del gaucho matrero diciendo que ellos tuvieron la culpa, que los dos comenzaron las disputas agrediéndolo a él. Dice que el moreno en la pelea le cortó la cara y por eso decide terminar con la vida de este cantor. Demuestra la muerte del gaucho en la pulpería diciendo que era muy engreído y que si se confiaba un poco Fierro hubiera sido violentamente asesinado.
Me dijo, a más, ese amigo
Que anduviera sin recelo,
Que todo estaba tranquilo,
Que no perseguía el Gobierno,
Que ya naides se acordaba
De la muerte del moreno,
Aunque si yo lo maté
Mucha culpa tuvo el negro.
Estuve un poco imprudente,
Puede ser, yo lo confieso,
Pero el me precipitó,
Porque me cortó primero,
Y a más me cortó la cara,
Que es un asunto muy serio.
Me asiguró el mesmo amigo
Que ya no había ni el recuerdo
De aquel que en la pulpería
Lo dejé mostrando el sebo.
El de engreido, me buscó:
Yo ninguna culpa tengo;
El mismo vino a peliarme,
Y tal vez me hubiera muerto
Si le tengo más confianza
O soy un poco más lerdo.
Fue suya toda la culpa
Porque ocasionó el suceso.
Que ya no hablaban tampoco,
Me lo dijo muy de cierto,
De cuando con la partida
Llegué a tener el encuentro.
Esa vez me defendí
Como estaba en mi derecho,
Porque fueron a prenderme
De noche y en campo abierto:
Se me acercaron con armas,
Y, sin darme voz de preso,
Me amenazaron a gritos
De un modo que daba miedo,
Que iban a arreglar mis cuentas,
Tratándome de matrero:
Y no era el jefe el que hablaba
Sino un cualquiera de entre ellos,
Y ése, me parece a mí
No es modo de hacer arreglos,
Ni con el que es inocente,
Ni con el culpable menos.
Con semejantes noticias
Yo me puse muy contento
Y me presenté ande quiera
19) Penas, quejas y elementos comunes entre Martín Fierro, hijo mayor y el hijo segundo:
Martín Fierro | Hijo Mayor | Hijo Segundo | ||
Sufre la pérdida de: |
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PENURIAS |
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QUEJAS |
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ELEMENTOS COMUNES |
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20) Los elementos que agrega Picardía para configurar la semblanza del gaucho poseen prácticamente las mismas características comunes a todos los gauchos. Explica el lamentable estado de pobreza en que vivían los habitantes autóctonos de la Pampa.
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“Los hijos de la miseria
Son muchos en esta tierra”
Como todos, su vida transcurría al aire libre, en contacto con la naturaleza donde realizaba sus tareas pastoriles.
-
“Dende el Alba hasta la Noche
En el campo me tenía”
Por sus carencias afectivas y su desarraigo no tenía un lugar adecuado para vivir.
-
“Ansí me encontré de nuevo
Sin saber dónde meterme”
Como elemento diferente, debió recurrir a la astucia y a la trampa para sobrevivir y se transformó en un jugador empedernido.
-
“El juego era mi carrera”
También presenció la corrupción del poder, la persecución y la tortura.
-
“Este ñato perdulario
Ha resucitao el diezmo”
-
“Pero él me ganaba a mí
Fundao en la autoridá”
-
“Fí a jinetear en el cepo
Por cuestión de candidatos”
Se produce un cambio fundamental en su vida al conocer la identidad de su padre. Se enorgullece de la valentía que había tenido, virtud que para el gaucho es una de las más nobles y entonces decide corregir sus hábitos viciosos e imitar al autor de sus días. Pero comprueba que es difícil cambiar la fama.
-
“Sabía que Cruz bravamente”
Había jugado su vida
Por defender a un valiente”
-
“El que sabe ser buen hijo
A los suyos se parece”
También padece la explotación de la vida en el fortín.
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“Es siempre el mesmo servicio
Y el mesmo nunca a pagar”
Agrega la rebelión natural por la injusticia una protesta que tiene mayor fuerza de reclamo por los derechos cívicos del gaucho.
-
“Si el gobierno quiere gente
Que la pague y se acabó”
Además hace un diagnóstico social de las causas de la corrupción y propone un cambio de pensamiento con respecto a la Patria y su dirigencia.
-
“Y es justo que han de dejar
Otro tanto de ganancia”
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“Que no tiene patriotismo
Quien no cuida al compatriota”
Las actitudes de Picardía que justifican su nombre son varias:
Comienza su canto jugando con las significaciones opuestas del nombre de su madre y su apelativo.
-
“Siendo mi madre Inocencia
Me llamaban Picardía”
Luego manifiesta su distracción en la oración por la presencia de una negra.
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“Pícara y era la parda
La que me tentaba así”
Al mezclar el texto de la frase cambia graciosamente su significado.
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“Miré a la parda y le dije
Artículos de Santa Fe”
Con sinceridad, el gaucho manifiesta su cansancio por el exceso de religiosidad en que lo hacían vivir.
-
“Yo las mandaba al infierno
Con oraciones y todo”
Con respecto al modo de hacer dinero, explica detalladamente sus recursos tramposos.
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“Porque uno muestra una carta
Y tiene otra prevenida”
-
“Más yo no me comprometo
Porque sé hacerlo con arte”
Tiene plena conciencia que el hombre, que se ha ganado la fama por algún motivo por más que revierta su conducta es difícil de creer.
-
“Pero por desgracia mía
El nombre de Picardía
No me lo pude quitar”
Propone una actitud cínica y burlona para no tener conflictos.
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“Es decir a todo amén
Y jugarle risa a todo”.
SEGUNDA PARTE:
-
Lectura y Producción:
“LA USURPACIÓN DE LA VOLUNTAD POPULAR”
Este artículo nos da una referencia del gaucho dentro del proyecto del ´80. El gaucho no tiene lugar, no ingresa en este proyecto, por eso se vuelve matrero, y enfrenta el sistema nuevo. Luego como no puede modificarlo por vía de rebelión, acepta integrarse a la vida nacional.
El gaucho está viviendo el final de una edad de oro; y este es el conflicto que se plantea en la década de 1.860 y en la década de 1.870, antes de la capitalización de Buenos Aires.
Esta etapa es vivida por Hernández políticamente, y la problemática central que vive es la del hito entre dos países, el viejo de los criollos y el nuevo de la inmigración.
Por otra parte el propio Hernández es un hombre bonaerense casi porteño. Por eso refleja sus propias vivencias en las de su personaje, que es un gaucho matrero, es decir, es un hombre que a cometido delitos políticos, un hombre que está en la abstracción electoral, que no quiere ir a votar porque su voto es burlado en los comicios.
Toda la problemática central del “Martín Fierro” tiene como eje esta usurpación de la voluntad popular y lo explica en la primera parte: “A mi el juez me tomó entre/ ojos en la última votación/ yo me hice el remolón/ y no me arrimé ese día/ y él dijo que yo servía/ a los de la oposición.
Nosotros rescatamos permanentemente de este poema el contenido político y social, que curiosamente se soslaya en nuestras escuelas; curiosamente allí se presta atención a los aspectos formales del Martín Fierro, como una obra que culmina el estilo gauchesco.
“EL VIEJO VIZCACHA, UN MODELO VIGENTE”
Una travesura literaria
Este artículo nos da a conocer la ambigüedad que se torna al aparecer en la vuelta del Martín Fierro, la figura del Viejo Vizcacha, que nos atrae y nos repele con fuerza. ¡Quién le dijera al poeta que tantos argentinos del futuro lo tomarían por modelo!
Es torpe, entonces identificar a Hernández con su gaucho matrero.
Lo ama, sí, porque es un compatriota sufriente y porque los gobernantes, convencidos de las bondades de unas teorías que estimaban buenas para todo tiempo y lugar, en vez de ampararlo durante la inevitable transición de un sistema económico a otro, lo condenaron a una “solución final”.
Transmutación de la palabra gaucho
La palabra gaucho nos sirve para expresar todo lo bueno, lo noble, la amistad, la lealtad, el coraje, el desprendimiento. Hernández nunca la usó con ese propósito. Fierro no es nada de todo eso: a menudo es lo contrario.
Fierro no es un héroe ni un desalmado, ni el poeta un panegirista ni un detractor de ese tipo humano y de su forma de vida.
Lo que hace Hernández es demostrarnos sus penurias y sus defectos, su incapacidad para ganarse una vida holgada y su índole montaraz.
Muetra también las causas de esa “barbarie”, engendrada por una “civilización” que, en vez de civilizar, perseguía y aniquilaba.
La justicia tiene que condenarlo, ¿pero qué ley es ésa?, pensamos. Hernández no lo dice: se limita a narrar. Habla por la voz de otro, pero le vemos la intención.
La vejez de Matraca
Se observa claramente en la vuelta de Martín Fierro un cambio político en el pensamiento y los actos del gaucho. Éstos están claramente vinculados con la situación social de Jose Hernández. “Ahora es diputado oficialista en la legislatura de Bs. As.; poco después pasará al Senado. Compra y vende campos. Tiene estancias y un millar de novillos.
Casado con una señorita de buena familia, le han nacido siete hijos. Habita una espléndida quinta en Belgrano. En una palabra: Matraca, llegando a los cincuenta años, ya no quiere pelear. La paz, la abundancia, lo han vencido.”
FINAL DEL MARTÍN FIERRO
Fue tal su infortunio
Que al decirlo de este modo
Ni al cambiarse de apodo
Asiguró su porvenir
Estaba su suerte echada
Sólo pa´ llorar y sufrir.
Como gato en jauría e´ perros
Enfrentando tamaña malicia
Escapar de la justicia
No logró conseguir
Como naide en este mundo
Le puede escapar al “morir”.
Otra vez la autoridá
Sometiendo al pobre gaucho
Esta vez para encerrarlo
Apretándolo más juerte;
La única forma de salir
Ahora es la muerte.
La voz de aquel gaucho
Quedó detrás del horizonte
Como lo hace el sol en el monte
Para al otro día salir
Esta vez no hay otro día
Sino un oscuro porvenir.
23) En el cuento “El fin” de Borges propone un cierre para la vida de Martín Fierro, no coincidimos con éste ya que observamos en la obra que la decisión de Fierro de no pelear más y realizar sus duelos con solamente una “vigüela” como arma fue muy buena.
Se muestra a un gaucho violento, malo y matrero que opta, al final, por la no violencia para evitar muchas atrocidades de las que él también fue víctima. Por esta razón nos parece más viable el final que propone José Hernández.
24) El gaucho Martín Fierro es un ser honrado, pobre y trabajador. Tiene mujer, hijos y una “puntita de hacienda”. Su vida transcurre en la pampa bonaerense y su historia es una cadena de desgracias y tristezas que parecen infinitas. Víctima de abusos e injusticias por parte de las autoridades, se verá condenado a la miseria, al crimen, a la persecución, a la soledad.
Cabe preguntarse si existió realmente un hombre como él, más allá del personaje literario, y la respuesta es afirmativa. Sí, Martín Fierro es reflejo de muchos hombres que sufrieron casi todas las penurias que cuenta el personaje. Éste no es un héroe épico ya que no realiza ningún tipo de venturas, no es por decisión suya que decidió enfrentar esos obstáculos sino que la vida, el país, la corrupción, la justicia y su situación como gaucho lo llevaron a ser un héroe nacional.
Texto de opinión
Eran tiempos aquellos
De los que naides se puede olvidar
Era difícil penar
En esa vida tan buena
Nada nos faltaba
Y el espeto era de sobrar.
No carecíamos de plata
De salud y de amistad
Éramos los sabios
Naides lo puede negar;
Habíamos recorrido el camino
Nuestro deber era aconsejar.
Ahora todo ha cambiado
Es raro y confuso
No se quien lo propuso
Pero a desafiarlo me atrevo
No puede ser que en este ego
Seamos cuero en desuso.
Hoy lo más importante
Es chatiar y la pesé
Ansí como el mundo lo ve
No cabemos en ese formato
Es triste este relato
Y el final no se cual es.
Si hablamos de penurias
Siempre estamos reniegando
Que la plata hasta cuando,
El remedio o el pan
Más te sacan que te dan
Y ansí vivimos peliando.
Y sigue triste esta historia
Pero solo nuestros ojos
De cambiar no hay antojo
Se vislumbra un gran sunami
Para cerrar bien el cerrojo
Concluyo con el pami.
26) En la biografía de Tadeo Isidoro Cruz, nos cuenta que éste visita Buenos Aires con una tropa. Allí, se torna receloso y taciturno porque comprende que la ciudad no es su hábitat. Al regreso, mata de una puñalada a un peón luego de una rencilla. Huye. Es perseguido por una partida. Ofreció pelea y fue herido. Combatió con valentía. Fue llevado a un fortín de la Frontera.
Como soldado combatió en las guerras civiles. En Laguna de Cardozo peleó bravamente en lucha despareja con los indios.
Recibió una herida de lanza. En 1868 aparece en Pergamino.
Se casa, tiene un hijo y posee una fracción de campo.
Luego es nombrado Sargento de la Policía rural. Recibió la orden de apresar a un malevo que debía dos muertes a la justicia.
Participa de su búsqueda. En el enfrentamiento, se conmueve por el valor del desertor, se siente identificado y lucha a favor de Fierro.
La relación de intertextualidad con el Martín Fierro, es que ambos eran asesinos, matreros, perseguidos por la policía, y, acosados por la parida. También lo que tienen en común, que fueron derivados al fortín de la frontera a luchar contra las tropas indígenas.
SÍNTESIS DE LOS CONTENIDOS PARA LA LECTURA
El gaucho
Es indudable que el término gaucho resulta hoy completamente familiar para cualquier habitante de la argentina y la República Oriental del Uruguay, aún para los del Brasil. Sin embargo, a poco que intentemos delimitar con cierta precisión el significado de ese término es probable que aparezcan muchas dudas.
Ahora bien, un asunto mas complejo es explicar cómo nació el guacho; esos gauchos, de los que, en una época muy posterior, Martín Fierro será reflejo y un símbolo a la vez.
Podríamos describirlo en sus orígenes como un ser libre y errante, sin sujeción a autoridad alguna; dueño tan solo de su caballo y de su pobre indumentaria; no tenía entonces, ni tuvo nunca, tierras ni ganado propios.
El andar libremente por la pampa, sin residencia fija, alimentándose como podía, o colocaba al margen del orden social y económica impuesto desde la ciudad. Pero el gaucho no eligió por si mismo su destino; fue marginado, precisamente, por una sociedad que no tenía cabida para él.
Durante los siglos XVII y XVII, se inician las vaquerías o cacerías de vacunos cimarrón. Éstas proliferaron de un modo impresionante. Las hubo legales y clandestinas, que al parecer todo valía para abastecer los embarques de cueros.
Finalmente, la expansión de la estancia colonial, con la cría y explotación racional del ganado, declinó las vaquerías.
El gaucho al servicio de la milicia
Durante el siglo XIX la historia de los gauchos argentinos, como la historia misma del país, tiene una constante: la guerra. Los gauchos participaron heroicamente en los combates por la Independencia, siguieron a uno u otro caudillo en las prolongadas luchas civiles, pelearon contra el Brasil y el Paraguay. Y en la frontera sur, ante el desierto, fueron soldados en lo fortines, rechazando los continuos ataques indígenas.
Había pequeñas poblaciones en torno de esos fortines, pero los únicos establecimientos orgánicos de la campaña, base exclusiva de la economía de exportación, eran las grandes estancias.
Al servicio de los estancieros trabajan peones, pastores de ganado que se encargaban del cotidiano rodeo de las manadas, de buscar animales extraviados, cercar y desarrollar vacunos, domar caballos y otras tantas faenas propias de la vida campera.
No hay que olvidar que, desde el principio del siglo XIX, el litoral ganadero prospera a pasos agigantados, mientras las provincias interiores van sumiéndose en la pobreza.
Era preciso, en fin, asegurar la propiedad territorial y los ganados contra la amenaza que representaban los indios ladrones y los “vagos” cuatreros.
Comportarse como un gaucho no significaba necesariamente representar o elevar o salvar al gaucho. Rosas era un estanciero poderoso, dueño de saladeros, y permaneció siempre fiel a sus propios intereses.
El gaucho rumbo a la frontera
Entre 1865 y 1870, el país estuvo comprometido en la llamada guerra de la Triple Alianza (Argentina, Uruguay y Brasil contra Paraguay). Estas circunstancia motivó la intensificación de las levas forzosas por parte d las autoridades civiles de la campaña.
Podría pensarse que los reclutamientos solo iban dirigidos hacia aquellos que vivían lisa y llanamente fuera de la Ley, o que no trabajaban, como un modo de imponer cierto orden, contener la delincuencia y a la vez responder a las necesidades militares.
En la campaña, los jueces de paz ejercían por lo general un poder abusivo. La ley, de suyo arbitraria en muchos casos era aplicada por ellos según conveniencias personales.
Por rencores personales, por no haber sido acompañado en las votaciones a favor de una determinada lista de candidatos, cuando no por codiciarle la mujer un juez declaraba vago a quien se le antojara y el hombre debía marchar al servicio de fronteras, sin posibilidad de apelación alguna.
Sin embargo, el ser gaucho dependía más bien de una determinada mentalidad, de una visión del mundo, de una herencia de costumbres, sentimientos, virtudes y vicios. Como cualquier ser humano, el gaucho no configuraba un modelo de virtudes. Por lo general muy atraído a la pendencia, sobre todo si bebía de más podía llagar a matar.
Por otro lado, el raterismo, el abigeato y el cuatrerismo fueron costumbres generalizadas entre el gauchaje. Sentían, además, no obstante parecérseles mucho en su condición de marinados, un temor profundo por el indio “salvaje e infiel”, a quien consideraban inferior y semejantes a las bestias, por no ser cristiano.
De cualquier modo las tolderías, significaron muchas veces la única posibilidad de sobrevivir para el gaucho desertor de los fortines, porque ahí no llegaba la “autoridad”. Sin embargo, el servicio de frontera era entendido como un castigo inexplicable, jamás como un servicio patriótico.
27) a) El segundo hijo de Martín Fierro fue encomendado por el juez a un tutor, el viejo Viscacha. Al poco tiempo andaba con el poncho rotoso, el chiripa hecho un andrajo y sin un trapo para abrigarse.
El encargado del destino del hijo menor de Fierro no trataba con todo los honores a éste, solía llegar ebrio y darle unas palizas infernales por causas insignificantes. Si bien los malos tratos fueron muchos, Viscacha, también le brindó consejos que quizás no son buenos pero en el contexto que él se los dio son justificables.
Debido a la muerte del viejo, el descendiente de Fierro anduvo de un lugar a otro sin rumbo tratando de encontrar otro lugar donde vivir.
Me llevó consigo un viejo
Que pronto mostró la hilacha,
Dejaba ver por la facha
Que era medio cimarrón,
Muy renegao, muy ladrón,
Y le llamaban Vizcacha.
Lo que el Juez iba buscando
Sospecho, y no me equivoco;
Pero este punto no toco
Ni su secreto aviriguo;
Mi tutor era un antiguo
De los que ya quedan pocos;
Viejo lleno de camándulas,
Con un empaque a lo toro,
Andaba siempre en un moro
Metido no sé en qué enriedos,
Con las patas como loro
De estribar entre los dedos.
Andaba rodiao de perros
Que eran todo su placer,
Jamas dejó de tener
Menos de media docena,
Mataba vacas ajenas
Para darles de comer.
La intertextualidad que existe entre esta parte de la obra y la novela: “El Lazarillo de Tormes” se basa en la vida social de un niño pobre que tiene que intentar sobrevivir a base de estafas. La vida le va enseñando.
La novela tiene un tono realista a la vez que humorístico o cómico. En ésta también el protagonista es adoptado por un clérigo y aún lo pasa peor que con su anterior amo, ya que la avaricia del sacerdote era suprema. Lázaro vive muchas desventuras en este lugar hasta que el clérigo lo saca y lo manda a que busque otra persona a la que servir porque ya no lo quiere para él.
“…Finalmente, el clérigo me recibió por suyo. Escapé del
trueno y di en el relámpago, porque era el ciego para con éste un Alejandro Magno, con ser la mesma avaricia, como he contado. No digo mas sino que toda la laceria del mundo estaba encerrada en éste. No sé si de su cosecha era, o lo había anexado con el hábito de clerecía…”
“…Él tenía un arcaz viejo y cerrado con su llave, la cual traía atada con un agujeta del paletoque, y en viniendo el bodigo de la iglesia, por su mano era luego allí lanzado, y tornada a cerrar el arca. Y en toda la casa no había ninguna cosa de comer, como suele estar en otras; algún tocino colgado al humero, algún queso puesto en alguna tabla o en el armario, algún canastillo con algunos pedazos de pan que de la mesa sobran; que me parece a mí que aunque dello no me aprovechara, con la vista dello me consolara. Solamente había una horca de cebollas, y tras la llave en una cámara en lo alto
de la casa. Destas tenía yo de ración una para cada cuatro días; y cuando le pedía la llave para ir por ella, si alguno estaba presente, echaba mano al falsopeto y con gran continencia la desataba y me la daba diciendo: “Toma, y vuélvela luego, y no hagáis sino golosinar”, como si debajo della estuvieran todas las conservas de Valencia, con no haber en la dicha cámara, como dije, maldita la otra cosa que las cebollas colgadas de un clavo, las cuales él tenía tan bien por cuenta, que si por malos de mis pecados me desmandara a más de mi tasa, me costara caro. Finalmente, yo me finaba de hambre…”
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Enviado por: | Cabeza |
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