Química
Marie Curie
MADAME CURIE
O conocida también con el nombre de Marie Curie
Marya Salomee Sklodowska nació en Varsovia, Polonia, el 7 de noviembre de 1867 a las 8:44:17 PM, hace 135 años. Fue la más pequeña de su familia, tenía cuatro hermanas y un hermano mayor. Sus padres, Vladyslav y Bronislawa, eran maestros. Su madre era directora de un pensionado de señorita(S). Durante el embarazo de Marya, enfermó de tuberculosis. Esa enfermedad entonces incurable obligó a su madre a evitar cualquier contacto físico con ellos, lo que se tradujo en la carencia de manifestaciones de ternura y cariño. Marya creció sin las caricias de su madre y, probablemente, sin comprender esto.
Bronya, sería su hermana más querida, que con su carácter maternal supo arropar la infancia de Marya. Sólo ante ella era capaz de mostrar sus sentimientos. El amor sin límites entre las dos hermanas duró hasta el fin de sus días.
Marya nació con grandes aptitudes: tenía memoria, una excelente capacidad de concentración y el deseo imperioso de aprender, con solo cuatro años de edad comenzó a leer perfectamente.
La escuela privada en la que fue admitida no fue fácil para Marie, ya que tenía dos planes de estudio, el polaco y el oficial, que incluía materias aprobadas por los rusos, las cuales simulaban estudiar cuando la visitaban los inspectores. Además Marie, con frecuencia era escogida para recitar algún pasaje en ruso para el inspector.
A los diez años, fue transferida a una escuela pública, donde sólo se hablaba en ruso.
En 1876, sus hermanas Bronia y Sofie enfermaron de tifus. Sofie, la mayor no pudo resistir la enfermedad y falleció a los catorce años, cuando Marie tenía 9 años. Dos años más tarde, sufrió la muerte de su madre, víctima de la tuberculosis. Esta segunda tragedia unió mucho a la familia.
Marie se graduó a los 15 años con la medalla de oro, pero con mala salud, debido a la fatiga y los problemas nerviosos.
Su hermano Joseph pudo entrar a la escuela de Medicina de la Universidad de Varsovia, pero Marie y su hermana Bronya no, ya que a las mujeres no les estaba permitido. Las hermanas recibieron clases en una escuela nocturna ilegal, pero deseaban estudiar en París. Sabían que su padre no podía pagárselo por eso, planearon que Marie trabajaría como institutriz y ayudaría a Bronya a pagar sus estudios de Medicina en París; y que, cuando Bronya se graduara, pagaría los estudios de Marie. Aunque ésta no podría empezar sus estudios hasta que tuviera 24 años, decidió seguir adelante.
Encontró trabajo con la familia de un agricultor rico. En sus ratos libres, enseñaba a leer a los hijos de los campesinos pobres, a pesar de que estaba prohibido por las autoridades zaristas, y podía ser encarcelada y hasta deportada a Siberia por hacerlo. Sin embargo, sus patrones permitían que su hija la ayudara en su tarea.
Marie se enamoró del hijo mayor de sus patrones, Kazimierz, quien le propuso matrimonio. Pero los padres la rechazaron y los obligaron a romper su compromiso. Marie continuó otro año trabajando, ya que no iba a romper el trato con su hermana Bronya. Finalmente renunció y regresó a Varsovia, para seguir trabajando y estudiando por su cuenta, bajo la supervisión de su padre.
Mientras tanto, Bronya se casó con un patriota polaco que conoció en la Escuela de Medicina, e invitó a Marie a vivir con ellos en París. El padre consiguió otro empleo, como director de un reformatorio y pudo ayudarla económicamente para inscribirse en la famosa Universidad de la Sorbonne en París.
La universidad quedaba bastante lejos de la casa de su hermana y decidió mudarse al barrio latino donde vivían estudiantes y artistas.
Se concentraba en los estudios, esforzándose por dominar el francés técnico. Cuatro años después de su llegada, obtuvo la Maestría en Física y, un año después, la de Matemáticas.
Las dificultades económicas fueron solucionadas por algunos científicos franceses, quienes movieron sus influencias para apoyar a la brillante estudiante polaca con una beca y un trabajo relacionado con experimentos sobre las propiedades magnéticas de los metales, para lo cual Marie necesitaba encontrar un laboratorio.
Un físico polaco le presentó al jefe del laboratorio de la Escuela Municipal de Industrias Físicas y Químicas en París. Él era 15 años mayor que ella y seguía soltero, porque no había conocido a ninguna mujer que compartiera su pasión por la ciencia. Después de unas vacaciones en Polonia, en las que recibió cartas de Pierre, animándola a sacar su doctorado, Marie regresó a París, con la condición de que él también obtuviera el suyo, ya que pese a sus importantes investigaciones científicas, él no contaba con su título. Lo obtuvo consiguiendo además un ascenso.
Se casaron en una sencilla ceremonia civil. Ninguno quiso una ceremonia religiosa y tampoco intercambiaron anillos. En vez de un vestido de novia, Marie se puso uno azul marino, que años después siguió usando para trabajar en el laboratorio. Además, Marie se convirtió en ciudadana francesa.
Marie continuó con sus estudios e investigaciones, recibiendo el apoyo de varias firmas metalúrgicas, a manera de patrocinio, para su trabajo con metales. Al recibir su pago, usó parte del dinero en devolver la beca que había recibido cuatro años antes. No tenía que hacerlo, por supuesto, pero quería contribuir a la educación de otro estudiante polaco que la mereciera.
Cuando Marie tenía 30 años, nació su primera hija, Irene. El padre de Pierre, un médico, se encargó del parto del bebé.
Marie empezó a encargarse del cuidado de su hija, anotando todas las etapas de su desarrollo con la misma meticulosidad que lo hacía en su trabajo experimental.
Marie estaba lista para escoger el tema de su tesis doctoral. Una mujer alemana estaba preparando su tesis sobre electroquímica, pero ninguna mujer había recibido todavía un Doctorado en Ciencias. Su elección se basó en los recientes descubrimientos de otros dos científicos, Roetgen y Becquerel.
El físico alemán Wilhelm Roetgen había descubierto unos misteriosos rayos que podían viajar a través de la materia sólida e incluso de la carne, produciendo fotografías de los huesos de personas vivas. Los llamó "Rayos X", ya que eran una incógnita. Por su descubrimiento, Roetgen fue el primer ganador del Nóbel de Física, en 1901. El físico francés Henri Becquerel descubrió accidentalmente que los compuestos de uranio, aún en la oscuridad, emitían rayos que podían velar una placa fotográfica. La comunidad científica, fascinada con los Rayos X, no le hizo mucho caso a los rayos de uranio, que sin embargo llamaron la atención de Marie Curie.
A Marie le interesaron porque no tendría que consultar una larga bibliografía, ya que había muy poco qué leer y así podría empezar de inmediato con el trabajo experimental. Consiguió que le prestaran como laboratorio el almacén de la escuela donde trabajaba Pierre.
Usó un nuevo tipo de electrómetro, inventado por Pierre Curie y su hermano Jacques, para medir corrientes eléctricas extremadamente bajas. Marie lo usó para medir las pequeñas cargas eléctricas de los rayos de uranio en el húmedo ambiente del almacén, que tendía a disiparlas.
Con numerosos experimentos, confirmó las observaciones de Becquerel sobre los efectos eléctricos de los rayos de uranio. Pero, además formuló la hipótesis de que la emisión de rayos de los compuestos de uranio podría ser una propiedad atómica del elemento, algo dentro de la misma estructura de los átomos.
La hipótesis de Marie fue revolucionaria. En esa época, los científicos veían al átomo como la partícula más elemental y, por lo tanto, indivisible. Simultáneamente, otros científicos descubrieron el electrón, un componente del átomo, pero nadie adivinaba aún la compleja estructura de los átomos y la inmensa energía que guardaban.
Marie probó todos los elementos conocidos para determinar si había otros que pudieran conducir la electricidad como el uranio. Su investigación reveló que otros compuestos también emitían rayos Becquerel y que la emisión parecía ser una propiedad atómica. Para describirla, Marie Curie inventó la palabra "radioactividad", basada en el vocablo latino que significa "rayo".
Pierre Curie se le unió en sus investigaciones sobre los rayos de uranio, dejando pendiente su propio trabajo. Los Curie observaron que algunos compuestos minerales tenían más radioactividad que el uranio y concluyeron que debían contener otros elementos radioactivos, aún no descubiertos. Trabajando en equipo, desarrollaron nuevos procesos químicos para aislar las substancias. Lograron descubrir dos nuevos elementos. El primero requirió minuciosos análisis de grandes cantidades de pecblenda de la que lograron aislar el elemento que fue llamado "Polonio", en honor de la patria de Marie. El segundo fue descubierto mediante numerosos fraccionamientos de cloruro bárico le llamaron "radio”, también derivado de la palabra latina "rayo", como la Radioactividad.
Tras cuatro años de esforzados trabajos consiguieron aislar un gramo de sal de radio pura y pudieron determinar los pesos atómicos del polonio y del radio. Mientras Marie continúo con sus investigaciones sobre el cloruro de radio, su esposo se dedicó a estudiar las propiedades físicas de los rayos emitidos por la nueva sustancia, llegando a convencerse de su valor terapéutico.
Presentaron sus descubrimientos en la Primera Conferencia Internacional de Física en París, en 1900.
Entre los efectos del Radio, Pierre descubrió que podía dañar los tejidos, lo que se usó para combatir el cáncer y otras enfermedades. El matrimonio se asoció con otros científicos e industriales pero no se hicieron ricos y sus gastos aumentaban. Los llamaron de Suiza, las autoridades académicas de Francia, ofreciéndole a Pierre una cátedra de Física en la Sorbonne. Y Marie fue invitada a dar conferencias, también de Física, en un instituto de capacitación para maestras.
La salud de los Curie empezó a deteriorarse, pero pensaban que era debido al exceso de trabajo. No se les ocurrió relacionarlo con su intensa exposición a las radiaciones. Pierre sufría de agudos dolores, Marie bajó 9 Kilos mientras hacía su tesis y ambos tenían daño permanente en sus dedos, por manipular los materiales radioactivos.
Otros países honraron a los Curie antes que Francia. Fueron invitados al Real Instituto de Londres, donde Pierre dio un discurso a nombre de los dos, porque las mujeres no podían hacerlo. Sin embargo, el gran científico Lord Kelvin se sentó junto a Marie, como muestra de respeto.
En junio de 1903, Marie Curie recibió su Doctorado en Física. Estrenó un vestido negro que, como el azul de su boda, utilizó después para trabajar en el laboratorio.
En 1901, la Academia de Ciencias de Francia nominó a Henri Becquerel y Pierre Curie para el Premio Nóbel de Física, pero no a Marie. El matemático sueco Magnus Goesta Mittag-Leffler, un defensor de las mujeres científicas, intervino a favor de Marie. Pierre estuvo de acuerdo en que sería una injusticia no incluirla.
Por fin, en 1903, tanto Becquerel como Pierre y Marie Curie, recibieron el Premio Nóbel de Física por sus trabajos con los rayos de uranio. Los Curie no asistieron a la ceremonia en Estocolmo, ya que estaban demasiado enfermos para viajar. En cambio dos años después, realizaron el viaje para ofrecer la tradicional conferencia, en la que Pierre mencionó los posibles peligros de la radioactividad, siendo optimista y pensando que sus descubrimientos traerían más beneficios que daños a la Humanidad.
El Premio Nóbel les permitió salir de deudas, contar con un laboratorio bien equipado, y ser reconocidos por fin en Francia. Perdieron su vida privada, aunque Marie trató de encontrar tiempo para atender a los periodistas, ya que consideraba importante explicar al público sus descubrimientos.
Los Curie tuvieron otra hija, Eva, y al año y medio Pierre murió en un accidente, atropellado en las calles de París.
El gobierno francés le ofreció a Marie una pensión, que ella rechazó, insistiendo en que era capaz de mantener sola a su familia. Lo que sí aceptó fue el puesto de Pierre en la universidad, con el deseo de instalar un laboratorio de primera en su memoria, lo que él siempre había soñado. Madame Curie fue la primera profesora en la Sorbonne.
La controversia sobre los elementos radioactivos continuaba y hasta su admirador Lord Kelvin declaró que el Radio no era un elemento, sino un compuesto de Plomo y Helio. Marie logró comprobar la existencia del Radio, y éste fue incluido en la Tabla Periódica de Elementos.
Sus procedimientos y mediciones se convirtieron en un estándar para la comunidad científica mundial: un Curie es una unidad de radioactividad.
Madame Curie utilizó su fama y contactos para fundar el Instituto del Radio, en honor a Pierre y creó un círculo de estudios para niños, en el que participaba su hija Irene.
En 1910, Marie Curie se propuso como candidata para ocupar un asiento vacante para un físico en la Academia Francesa de Ciencias. Su rival era el físico de 66 años Edouard Branly, quien había contribuido al desarrollo de la telegrafía inalámbrica. En ese momento, Madame Curie dejó de ser la heroína de la prensa, para convertirse en víctima de una campaña de desprestigio orquestada por Branly y sus seguidores.
Se le acusó de no ser verdaderamente francesa y se le señaló como amiga de liberales, mientras que Branly era un católico, reconocido por el Papa. Branly ganó la elección por dos votos y Madame Curie continuó trabajando.
Al año siguiente, surgió otro escándalo: Marie, viuda con 38 años, se enamoró de un colega y ex-alumno de Pierre, el físico Paul Langevin. Él estaba separado de su esposa, pero no divorciado. La prensa publicó toda clase de chismes e incluso llegaron a atosigar a sus hijas.
En medio del escándalo, Marie recibió un telegrama avisándole que se le había otorgado un segundo Premio Nóbel, esta vez el de Química, por el descubrimiento de los dos nuevos elementos. Había revolucionado el conocimiento del átomo y abierto nuevas áreas de la Medicina.
El estrés le provocó una severa depresión y además fue operada del riñón. Se internó en una clínica como Madame Sklodowska, su nombre de soltera y prohibió que se le enviaran cartas como Madame Curie, buscando esconderse de la prensa.
Luego pasó una temporada en Inglaterra con una amiga y después regresó a Francia, cuando el escándalo terminó. Se habían divorciado discretamente y el mundo académico estaba listo para darle la bienvenida a la única persona a quien fue concedido dos veces el Premio Nóbel.
Marie Curie dedicó sus esfuerzos al Instituto del Radio, cuyo edificio quedó terminado en 1914, en la recién nombrada calle Pierre Curie. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Marie estuvo a cargo de los primeros centros radiológicos militares, donde los médicos pudieron salvar muchas vidas gracias a los Rayos X. Ella y su hija Irene viajaron a los campos de batalla para supervisar su uso y capacitar al personal.
Irene recibió una medalla militar por su valioso trabajo, pero no a su madre. Aún así cuando el gobierno pidió que la gente donara oro y plata, ella ofreció sus dos medallas Nóbel, entre muchas otras que había recibido. El Banco de Francia declinó la oferta, pero sí aceptó el dinero del premio.
Al terminar el conflicto Marie se dedicó a promover las terapias radiológicas en otros países, consiguiendo donativos para crear la Fundación Curie, dedicada al tratamiento del cáncer.
Colaboró con la Liga de las Naciones viajando, pero con serios problemas de salud, debidos a la exposición a las radiaciones. Fue operada cuatro veces de cataratas oculares y enfermó de leucemia (aunque ningún médico supo diagnosticarla)
En el año 1933, traspasó a su hija Irene la dirección científica del Instituto del Radio. Sabía ya que no podían quedarle muchos años más de vida y la suerte del Instituto le preocupaba. Seguía creyendo en esa nueva generación que crecía e infundiéndose esperanza.
A los 67 años, en 1934 Madame Curie falleció.
No estuvo presente cuando al año siguiente su hija Irene y su yerno Frédéric Joliot recibieron, el Premio Nóbel de Química por su descubrimiento de la radioactividad artificial.
Marie Curie fue la primera persona en ganar dos premios Nóbel y la primera madre con el premio Nóbel cuya hija recibe también el premio.
Madame Curie fue enterrada en la tumba familiar. Pero sesenta años después, los restos de Pierre y Marie Curie fueron trasladados al mausoleo nacional de Francia, llamado el Panthéon, en París. Fue la primera mujer que consiguió gracias a sus méritos descansar con los hombres más importantes de Francia
BIBLIOGRAFÍA:
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http://www.spicasc.net
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http://www.radioredam.com
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