Biografía
Mariano José de Larra
MARIANO JOSÉ de LARRA
Datos biográficos
Mariano José de Larra nació en Madrid, el 24 de marzo de 1809, en la popular calle de Segovia.
La familia de Larra se traslada a Francia siguiendo las filas de José Bonaparte y sirviendo el padre de Fígaro como médico castrense el hospital de Burdeos. A raíz de una amplia amnistía que Fernando VII concedió en 1818 a los exiliados, la familia Larra decide regresar a Madrid.
Larra inicia, a los nueve años sus estudios en España, incidiendo en su formación esta intransigencia social, dado que después de la guerra, la palabra afrancesado tenía connotaciones negativas.
Su articulo “El café” escrito a los diecinueve años es una prueba evidente de agudeza y madurez intelectual que nos asombra y admira a un mismo tiempo. /
Larra comienza los estudios universitarios en Valladolid. En el año que cursaba leyes (1825), Larra debió enamorarse de una bella mujer de mayor edad, la idealizó y la tomó como el perfecto modelo de mujer, y Larra descubrió que la tal dama era la amante de su padre. Tras una corta estancia Valladolid - Larra no finaliza sus estudios -, decide marcharse a Valencia a cursar Medicina, con el mismo resultado que el anterior, pues a partir del 1827 se encuentra en Madrid frecuentando tertulias literarias. Fígaro abandona la poesía para entregarse de lleno al periodismo.
A los veinte años de edad (agosto de 1829) decide casarse con Pepita Wetoret y Velasco, pero en 1834 Larra rompe definitivamente con su mujer. Hecho comentado por la crítica e identificado con el artículo “El casarse pronto y mal”, publicado el 30 de noviembre de 1832 en El Pobrecito Hablador.
Otro episodio sentimental, fue Dolores Arrnijo, fémina dotada de una gran belleza y casada con José Cambronero. Las relaciones debieron iniciarse hacia 1832 continuándose de forma azarosa hasta en los umbrales del suicidio de Larra.
Durante su ausencia de España Mendizába1había subido al poder. Si en un primer momento Larra es partidario del jefe del partido progresista, pronto se inclinó por el partido moderado de Istúriz. Cuando llegó al poder Istúriz, Larra sale elegido diputado por Ávila en las elecciones de agosto de 1836; sin embargo, el Motín de la Granja dejó sin efecto las elecciones, con lo cual Fígaro nunca pudo sentarse en el Parlamento. El desaliento cunde en el ánimo de Fígaro; intenta reconciliarse con Dolores Armijo pero lo que podía significar una reconciliación no fue sino un adiós definitivo. Dolores Armijo sólo quería recuperar unas cartas tan significativas como delatoras para el resto de sus días. Larra decide quitarse la vida. Su hija Adela, de seis años de edad, cuando se disponía a dar las buenas noches a su padre, encontró el cuerpo inerte de Larra.
EI Marqués de Molins da noticia cumplida del suicidio de Lana entre lágrimas de dolor, calificándolo de “terrible catástrofe”. En general, es destacable que la prensa del momento no dedicó gran atención al suicidio de Larra.
La iglesia se vio oprimida por la corriente libera1 del gobierno, permitiendo por primera vez el entierro de un suicida “en sagrado”.
Temperamento e ideas. Larra y el Romanticismo
Larra parece la encarnación del hombre romántico.
Su personalidad se define tanto por su inteligencia penetrante como por su vulnerable sensibilidad.
En cuanto a sus ideas políticas, le movía un patriotismo crítico; desde su ideal de progreso combatía el atraso de España. Sus decepciones en este tema son parte central de su profundo desengaño.
Él encarna plenamente ese choque entre el ideal y la realidad que es la médula de la angustia del momento. De ahí saldrá una concepción desengañada y trágica de la vida.
Larra, escritor
Se había educado en el gusto neoclásico. En 1834 publica una novela histórica (el doncel de don Enrique el Doliente) y estrena el drama Macías, que, aunque respeta la regla de las tres unidades, es romántico por el contenido.
También era romántica su postura contra cualquier dogma literario y a favor de la libertad creadora, del talento individual. Él rechaza una “literatura reducida a las galas del decir” (Que sea bonita, pero sin fijarse del contenido). Rechaza el culteranismo.
La critica de Larra. Artículos literarios y políticos.
En este terreno, sólo tiene como predecesores a Quevedo en el s. XVII o a Feijoo, Cadalso y Jovellanos en el s. XVIII. Larra crea un nuevo periodismo.
Sus artículos se han dividido en tres grupos: de crítica literaria, políticos y "de costumbres".
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Los artículos de crítica literaria interesan sobre todo como testimonios de las letras del momento y de la evolución de los gustos del autor.
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En los artículos políticos, fustigó el absolutismo y a los carlistas. Dejó constancia de su desacuerdo con cierta política liberal (desamortización de Mendizábal).
Los artículos de costumbres
Lana dota a sus visiones una fuerte carga crítica.
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En la sociedad española, en general, fustiga el atraso, la ignorancia, la ramplonería y rechaza un burdo casticismo. También critica la lentitud o ineficacia de la Administración.
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Muchos artículos se ocupan de aspectos concretos de la vida española.
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Ciertos artículos se alzan a un plano existencial y expresan su concepción desengañada y trágica de la vida.
El estilo de Larra
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La primera impresión que nos produce la lengua de Larra en la de modernidad: rompió con tendencias de moda: desechó las galas de decir. El estilo recargado de los últimos neoclásicos; por otra, se apartó de la retórica arcaizante de ciertos románticos. Al igual que en las costumbres, rechazó el casticismo en el estilo. Y con su sentido progresista se opuso al purismo lingüístico. El idioma debe evolucionar al compás del tiempo y responder a las necesidades de la comunidad moderna. Tenía un estilo personal caracterizado por el vigor, enérgico, contundente.
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Su lengua se adapta fácilmente a los diversos tonos.
Significación de Larra
Es el primer escritor que puede considerarse como rigurosamente moderno, además de por su estilo, por su actitud personal independiente (es probablemente el primer autor que escriba fuera del régimen del mecenazgo y que se ganaba la vida con su pluma).
Con él, la prosa, y con Bécquer y Rosalía en el verso comienza propiamente la literatura contemporánea española.
La estética romántica. Líneas generales.
Las tendencias estéticas eran opuestas a las del Neoclasicismo.
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La estética romántica mostrará formas inquietas, dinámicas, y hasta distorsionadas y gesticulantes. Es una estética basada en el dramatismo y en la intensidad.
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Se rechazan los cánones y reglas. No se admiten límites para la inspiración o la expresión.
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Los románticos vuelven los ojos a autores despreciados de etapa anterior: ensalzan a los primitivos (Romero) o a los medievales ( cantares de gesta) y rehabilitan a los barrocos (Lope).
Temas y formas en la poesía romántica
La exaltación del “yo”, el intimismo y el desbordamiento afectivo encuentran su máxima realización en el lirismo.
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Las decepciones son abundantes y los sentimientos encuentran marco adecuado en la noche, los lugares apartados, los cementerios, . . .
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Adquiere especial desarrollo la poesía narrativa, inspirada en temas históricos, legendarios o exóticos.
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En lo formal, se endiosa la “inspiración”, la espontaneidad.
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En la versificación, los románticos realizaron una notabilísima ampliación de formas: rehabilitaron formas casi olvidadas (romance) y crearon muchas otras.
La prosa romántica. Tendencias
Dos direcciones temáticas: la evocación histórica v la pintura de costumbres.
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A la primera le corresponde la novela histórica. Su desarrollo está marcado por la influencia de Walter Scott. Salvo excepciones, nuestra novela histórica está inspirada por actitudes tradicionalistas, que oponen a los tiempos modernos los valores de un pasado “noble”.
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El costumbrismo responde a motivos similares. Ante todo se debe al gusto por lo peculiar: los “cuadros de costumbres” recogen modos de vivir, costumbres populares o tipos representativos. Y también se caracterizan por la alabanza de lo tradicional y lo castizo.
Temas y formas del drama romántico
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Temas:
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Los asuntos se componen de amores imposibles, pasiones ilícitas, rebeldías políticas o morales, venganzas, … y todo ello marcado por un destino trágico, por “la fuerza del sino”.
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Los personajes presentan rasgos extraños y singulares.
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Los ambientes excepcionales: castillos, conventos, cementerios, . . .
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Se observa preferencia por lo histórico o por lo legendario y novelesco.
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Las formas son opuestas a las del teatro neoclásico:
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Se borra la separación entre la tragedia y la comedia. Es el drama.
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La división de actos no responde a un criterio uniforme
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Se conculca la regla de las tres unidades: el argumento puede presentar acciones diversas que se entrecruzan; no se conocen límites de tiempo; la escena cambia con frecuencia de lugar.
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Conviven el estilo “sublime” y el estilo “bajo” o llano.
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La prosa y el verso pueden mezclarse en una misma obra.
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Los recursos escenográficos adquieren gran importancia.
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El drama romántico ensalza con las características de nuestro teatro del siglo de Oro. Fue un retorno hacia hábitos teatrales muy arraigados en el gusto español.
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Enviado por: | Joss |
Idioma: | castellano |
País: | España |