Literatura


Marianela; Benito Pérez Galdos


Marianela

DATOS DEL LIBRO.

TÍTULO: MARIANELA.

AUTOR: BENITO PÉREZ GALDÓS.

EDITORIAL: ANAYA.

ORIGINAL: 1878.

AÑO:

EDICIÓN: 2001.

CIUDAD: FUENLABRADA (MADRID)

ÍNDICE.

PÁG. 4 Resumen de la novela

PÁG. 5 Resumen de la novela (II).

PÁG. 6 Caracterización de los protagonistas.

PÁG. 7 Caracterización de los protagonistas (II).

PÁG. 8 Reproducción de una descripción paisajística.

PÁG. 9 Reproducción de una descripción paisajística (II).

PÁG. 10 Comentario de la sociedad de la novela.

PÁG. 11 Final alternativo.

PÁG. 12 Final alternativo (II).

PÁG. 13 Final alternativo (III).

PÁG. 14 Final alternativo.

PÁG. 15 Vocabulario.

PÁG. 16 Opinión personal.

PÁG. 17 Viñetas representativas de la novela.

PÁG. 18 Collage.

1.- RESUMEN DE LA NOVELA.

Esta novela, escrita por Galdós hace más o menos un siglo y medio, narra los últimos meses de vida de la “Nela” una pobre chica con cuerpo de niña y edad de mujer. Esta desgraciada, cuya madre se suicidó cuando era muy pequeña, llevaba trabajando durante cerca de un año y medio como lazarillo del señorito Pablo Penáguilas, un joven de familia acomodada que nació sin vista.

Sin embargo; toda esta tranquilidad se rompe con la llegada a las minas de Socartes, donde se desarrolla la acción, del médico oftalmólogo Teodoro Golfín, quien aunque en un principio vaya a hacer una visita de cortesía a su hermano, llamado Carlos e ingeniero de minas de profesión, y a su cuñada Sofía que se dedica a hacer obras de caridad, acabará practicando una operación a Pablo para que éste reciba el don de la vista que le fue negado al nacer.

Pero antes de esta intervención, el autor nos cuenta lo que ocurre a Pablo y Nela (así es llamada la protagonista femenina durante la novela) como tema central, mezclado en ocasiones con las aventuras de la familia Penáguilas, con lo que ocurre en el hogar de los Golfín y con la vida de los señores Centeno (la Señana y su esposo) y de sus cuatro hijos; sobre todo Celipín que es ayudado por Marianela para viajar a Madrid y hacerse un hombre respetable.

En el anteriormente citado tema central de la novela, poco a poco va surgiendo el amor entre los jóvenes protagonistas con una figura de Marianela idealizada por el joven ciego que se la imagina hermosa, basándose en la belleza espiritual que ésta tiene, y que por otra parte es la única que Pablo puede apreciar. Sin embargo; la aventura de esta joven pareja que llega a prometerse amor eterno se empieza a tambalear con la llegada al pueblo de Florentina, una bella prima del joven Penáguilas y con quien le pretende emparejar su padre. Como ejemplo de la belleza de la chica, se puede utilizar el relato del momento en que Marianela la conoce y la confunde con la mismísima Virgen María; por eso cuando Pablo cuenta a su lazarillo las intenciones de su padre y las probabilidades de éxito que tiene su operación, la pobre Nela, entristece hasta tal punto que cuando su amo es operado y recupera la vista, ella se niega a visitarlo atacada por una fuerte vergüenza y un insuperable miedo, estas dos cosas la llevan a estar a punto de irse con su amigo Celipín, que había conseguido reunir suficiente dinero para su causa, a Madrid.

Sin embargo; finalmente es encontrada por el doctor Golfín, que la lleva a la casa de los Penáguilas, donde muere trágicamente víctima de una mezcla de vergüenza, pavor y pena. Fue enterrada y tuvo un sepulcro que fue la envidia de todo el pueblo, Socartes.

2.- CARACTERIZACIÓN DE LOS DOS PROTAGONISTAS.

MARIANELA: físicamente, la protagonista femenina de la novela, tal y como la describe Galdós, es una muchacha con imagen mezquina, ojos negros, tez pecosa, nariz picuda, cabello escaso y posee la movible fisonomía del pájaro, (Pág. 65) de esta breve pero concisa descripción, se puede deducir el significado de muchas frases que aparecen a lo largo de la obra como “era una mujer vista con vidrios de disminución” o “era una mujer en un cuerpo de niña”, y eso sólo por poner algunos ejemplos, en clara alusión a su retraso en el crecimiento.

Psicológicamente, la Nela es una joven que empezó a sufrir las consecuencias del infortunio desde bien pequeña, cuando tuvo que afrontar el suicidio de su madre. Además su mente vive atormentada y claramente marcada por su desgraciada apariencia física, que hace de ella una persona insegura y tímida, aunque también ese cúmulo de desgraciadas circunstancias, la convierten en una mujer, amable y buena de corazón. Estas características sólo son descubiertas por aquellas personas que verdaderamente la conocen ya que en ocasiones a personas que apenas saben de ella les ocurre lo que a la pobre Florentina, que incapaz de comprender el comportamiento de Marianela, cree que es una muchacha desagradecida.

PABLO PENÁGUILAS: en este caso, hablamos del personaje principal masculino del libro, un pobre muchacho ciego que nunca ha podido conocer nada del mundo, excepto por las lecturas de su padre. Este desdichado joven fue premiado con una gran capacidad intelectual estimulada por las citadas clases de su padre, quien le leía algunos de los avances mas recientes del ser humano. En ese mundo a oscuras en el que vive este joven, todo es imaginado por él, incluso la figura de Marianela, de la que está enamorado.

Cuando recupera la vista, una serie de sensaciones nuevas se acumulan en su interior, y empieza a disfrutar una nueva vida que intenta aprovechar al máximo gozando de los mínimos detalles que ésta otorga y que a casi todo el mundo se nos

escapan. Entre esas nuevas sensaciones, destaca la de poder apreciar la belleza física, que ocupa un lugar destacado con la figura de su prima Florentina.

3.- REPRODUCCIÓN DE UNA DESCRIPCIÓN PAISAJÍSTICA.

La topografía elegida para reproducir en esta sección, se encuentra en la página 14, cuando el doctor Golfín esta siendo guiado por Pablo Penáguilas. Se produce a la entrada de una caverna, continúa tres páginas más adelante, en la 17, una vez atravesada dicha gruta:

“..El viajero, que había andado algunos pasos junto a su guía, se detuvo asombradote la fantástica perspectiva que se ofrecía ante sus ojos. Hallábase en un lugar hondo, semejante al cráter de un volcán, de suelo irregular, de parede4s más irregulares aún. En los bordes y en el centro de la enorme caldera, cuya magnitud era aumentada por el engañoso claroscuro de la noche, se elevaban figuras colosales, hombres disformes, monstruos volcados y patas arriba, brazos inmensos desperezándose, pies truncados, desparramadas figuras semejantes a las que forma el caprichoso andar de las nubes en el cielo; pero quietas, inmobles, endurecidas. Era su color el de las momias, un color terroso tirando a rojo; su actitud, la del movimiento febril sorprendido y atajado por la muerte. Parecía la petrificación de una orgía de gigantescos demonios; y sus manotadas, los burlones movimientos de sus desproporcionadas cabezas habían quedado fijos como inalterables actitudes de la escultura. El silencio que llenaba el ámbito del supuesto cráter era un silencio que daba miedo. Creeríase que mil voces y aullidos habían quedado también hechos piedra […]

El túnel les había conducido a un segundo espacio más singular que el anterior. Era una profunda grieta abierta en el terreno, a semejanza de las que resultan de un cataclismo; pero no había sido abierta por las palpitaciones fogosas del planeta, sino por el laborioso azadón minero. Parecía el interior de un gran buque náufrago, tendido sobre la playa, y a quien las olas hubieran quebrado por la mitad, doblándole en un ángulo obtuso. Hasta se podían verse descarnados costillajes, cuyas puntas coronaban en desigual fila una de las alturas. En la concavidad panzuda distinguíanse grandes piedras, como restos de carga maltratados por las olas; y era tal la fuerza pictórica del claroscuro de la luna, que Golfín creyó ver, entre mil despojos de cosas náuticas, cadáveres medio devorados por los peces, momias, esqueletos, todo muerto, dormido, semidescompuesto y profundamente tranquilo, cual si por mucho tiempo morase en la inmensa sepultura del mar.

La ilusión fue completa cuando sintió rumor de agua, un chasquido semejante al de las olas mansas cuando juegan en los huecos de una peña o azotan el esqueleto de un buque náufrago…”

4.- COMENTARIO DEL TIPO DE SOCIEDAD QUE APARECE EN LA NOVELA:

En esta novela, Benito Pérez Galdós, describe perfectamente la sociedad de la época con unas acentuadas diferencias entre burgueses y proletarios, entre ricos y pobres.

Por un lado tenemos a la familia Golfín como ejemplo de la burguesía de la época, con unas características determinadas que se juntan en la mujer de la familia, Sofía, que dedica toda su vida a “obras de beneficencia” reflejadas en grandes fiestas y celebraciones con mucho boato que, a buen seguro serían más útiles si ese dinero se destinara a esas obras de caridad de las que tanto se presume. Además, otro ejemplo de la vida que llevaba esta mujer lo encontramos en el piano, que tradicionalmente ha sido símbolo de las clases más acomodadas de la sociedad,

En el polo opuesto encontramos a la familia Centeno, con quienes vive la joven Nela y que son un claro ejemplo del proletariado, esa clase trabajadora sobre la que se sustentaba el pueblo y, por tanto su actividad minera. En este punto encontramos muchos más detalles a lo largo de la novela que en el anterior. Por ejemplo, una detallada descripción de la casa de esta familia (Pág. 32). Este edificio era de techo bajo y en él apenas podían dormir los Centeno, no se debe olvidar que Marianela, “hija adoptiva” de la familia dormía en la cocina de la casa entre dos cestas, igual que uno de los hijos, Celipín.

También magnífica es la descripción del trabajo en las minas, símbolo del proletariado y base de la economía del pueblo, además, sólo con reflexionar un poco acerca del funcionamiento diario de las minas, se ve claramente la sociedad de la época: un grupo de proletarios, trabaja duramente bajo las órdenes de un burgués (Carlos Golfín) cuya mujer se dedica a hacer obras de caridad y a asistir a actos sociales.

5.- FINAL ALTERNATIVO AL DE LA NOVELA.

Finalmente, y tras haberle estado dando vueltas a la cabeza durante toda la noche, la Nela se decidió a visitar a Pablo, así, tan pronto como salió el Sol se puso en camino y después de dar un paseo por el campo se dirigió a casa de los Penáguilas.

Allí fue recibida por Teodoro Golfín, Don Francisco Penáguilas y la hermosa Florentina ante la sorpresa de todos, debido a lo reacia que se había mostrado en jornadas anteriores para visitar al que había sido su amo. Marianela dijo:

-Buenos días, me gustaría, si no fuera molestia para los señores, visitar a Don Pablo.

-Por supuesto, Nela, ¿cómo nos iba a molestar?, además, estoy seguro de que Pablito se pondrá muy contento de verte, yo no tengo ningún problema, así que si el doctor lo permite…-dijo el Señor Penáguilas-.

-Por favor, todo lo contrario le vendrá muy bien recibirte -añadió con tono amable y tranquilizador Teodoro Golfín a la vez que asentía con la cabeza.

Adelantándose a su tío, Florentina, ofreciose a acompañar a la joven, subiendo hacia los aposentos del sanado muchacho, la hermosa doncella, ratificó su promesa a Nela y le sugirió que fuese preparando todo para irse junto al que iba a ser su marido, en esto y con la pobre lazarilla casi tan asustada como nerviosa, llegaron ante la puerta de la habitación de Pablo. En ese mismo momento, unas enormes ganas de gritar y correr desesperadamente hacia la casa de los señores Centeno, recorrieron todo el cuerpo de la pequeña mujer; sin embargo, no retrocedió un paso y, manteniéndose firme en sus intenciones pidió a Florentina unos segundos de intimidad con su amo. La muchacha, con su rubia melena al viento, más hermosa y brillante que nunca, no supo como responder, pero tras unos instantes y ante la sorpresa de la propia Marianela, accedió a su petición, mas pidiéndole que no alterara mucho al chico.

El pomo de la puerta giró lentamente y ésta poco a poco fue abriéndose a la vez que Mariquilla asomaba sus ojillos negros con una timidez asombrosa, pero igualmente lógica y comprensible. Al otro lado yacía en su lecho el joven muchacho, quien nada más oír la voz de la muchacha gritó:

-¡Nelaaaa! ¡Ven aquí mi Nela! ¡Dame un abrazo! ¡Gracias Señor mío, y gracias también a usted señor Golfín por permitirme ver tantas cosas bellas!

En ese momento y ante la sorprendente reacción del joven, la muchacha empalideció, y como llevada por algo externo a ella, fue acelerando el paso hasta caer en los brazos de su amigo, en ese instante rompió a llorar inconsolablemente. Tras ese momento en que ambos quedaron fundidos en un fuerte abrazo, hablaron acerca de los planes que habían hecho antes de que el muchacho fuese operado. El primero en tomar la palabra fue Pablo Penáguilas.

-Nela...mi Nela, te amo. Te quiero más que a nada en este mundo. Te deseo más que a mis ojos, prefiero estar ciego y verte cerca que tener vista y no verte. ¡Casémonos! -gritó llevado por la euforia el muchacho- Nela, te necesito.

-Pero…Pablo…yo…-Marianela no fue capaz de articular dos palabras durante mucho tiempo, finalmente acertó a decir- ¿Y tu prima que será de la señorita Florentina?.

-Ohhhh…qué modesta eres, Nela no te preocupes por ella, yo hablaré con mi padre y seguro que él lo entiende, no te preocupes…

En ese momento la puerta se abrió de pronto y apareció la amable figura de aquel hombre que había dado el don de la vista a Pablo, que invitó a Marianela a abandonar la sala pues era preciso vendar los ojos al joven para que descansara un poco. Tras una despedida breve y con el señor Golfín presente en todo momento, la otrora desgraciada lazarilla abandonó la casa de la familia Penáguilas, con una inmensa alegría en su interior y unas ganas enormes de correr y correr por el monte.

Pasaron los días, hasta que el señorito Penáguilas bastante más recuperado de su operación, decidió hablar con su padre y confesarle lo que sentía hacia la muchacha con la que había pasado más de la mitad del último año y medio.

-Padre, tengo que hablar con usted- dijo Pablo Penáguilas en respetuoso tono inusual en él-

-Dime, hijo mío, dime lo que quieras -el paternal y protector tono de su progenitor hacía suponer que, al menos por el momento éste estaba de buen humor-

-Verás…es sobre mi prima Florentina…yo…

-De pronto, con una rápida intervención, don Francisco, cortó el discurso de su hijo- ¿Es guapa verdad? ¿Qué ocurre te has enamorado de ella? No te preocupes hijo mío, ¿a qué te crees que se debe su presencia? Mira, tu tío y yo hemos pensado que si los dos os juntáis en matrimonio podréis disfrutar completa toda la herencia familiar.

-No, padre -dijo decidido Pablo- No es eso, es que me enamorado de la Nela, padre quiero casarme con ella.

Tan pronto como antes había interrumpido a su primogénito, el señor Penáguilas, dio una fuerte bofetada a su hijo, que resonó por todas las minas de Socartes, como si se tratara de un trueno. Pablo quedo inmóvil durante unos segundos, después reaccionó y salió corriendo al encuentro de su amada. Hallola en el campo y habló con ella durante largo tiempo sobre lo ocurrido apenas unos minutos atrás, después de tan larga conversación, Marianela dijo:

-Mira Pablito, yo te quiero, te amo como no he querido a nadie, pero creo que lo mejor es que te cases con la señorita Florentina, yo no importo a nadie, quizá tu padre tenga razón, qué futuro puedes tener a mi lado; sin embargo, tu prima es como la señora Sofía un mujer fina y con modales…

-Ni hablar, mira Nela si de algo estoy seguro es que me voy a casar contigo, no quiero a nadie más ni a mi prima ni a nadie así que si mi padre no quiere que seas mi esposa, se quedará sin descendencia.

Alertados por el Sol, que empezaba a apagarse en el horizonte, los dos jóvenes se pusieron en el camino de vuelta a casa.

Pasó esa noche y a la mañana siguiente tal y como siendo habitual desde la operación del muchacho, el doctor Golfín se presentó con puntualidad en casa de los Penáguilas; sin embargo aquella mañana algo no fue como debía ser, al abrir la puerta del dormitorio de Pablo, el doctor y don Francisco se encontraron una cama intacta, como había quedado la tarde anterior y encima de la almohada dos flores cruzadas. Los dos hombres alertados por el testimonio del señor Penáguilas, acerca de la discusión mantenida entre ambos la tarde anterior salieron a buscar a la joven pareja, tras mucho tiempo de búsqueda y cuando las piernas de ambos empezaban a doblarse fruto del cansancio, Teodoro recordó el lugar en el que había encontrado a Marianela hablando con su madre, conducidos por la histeria se dirigieron a toda prisa a aquel lugar; mas cuando llegaron encontraron lo que nadie en Socartes deseaba, Pablo y la Nela, fundidos en un romántico abrazo yacían muertos junto al lugar en que ella hablaba con su madre, junto a ellos y entre las zarzas también encontraron muerto a Choto, fiel perro de Pablo Penáguilas.

Los dos enamorados recibieron sepultura juntos en el camposanto de Socartes, y durante semanas en todas las iglesias de la región solo se oyeron misas y misas por la joven pareja muertos, víctima de la avaricia de la familia Penáguilas y la mentalidad de la sociedad de su época.

6.- VOCABULARIO.

ABIGARRADO: de varios colores, mal combinados.

ALCOBA: aposento destinado para dormir.

SEMPITERNO: que durará siempre.

DESVARÍO: dicho o hecho fuera de concierto

CREPÚSCULO: claridad que hay desde que raya el día hasta que sale el Sol, y desde que este se pone hasta que es de noche.

FERRUGINOSO: dícese del mineral que contiene visiblemente aplicase a las aguas minerales en cuya formación interviene alguna sal de hierro.

PARAMENTADO: adornada o ataviada una cosa.

Piélago: lo que por su abundancia y copia es dificultoso de enumerar.

SIMA: cavidad grande y muy profunda en la tierra.

VARA: medida de longitud equivalente a 835 milímetros y 9 décimas.

7.- OPINIÓN PERSONAL.

Este libro, aunque tengo que reconocer que ya lo empecé a leer pensando que no me iba a gustar, me ha aburrido bastante.

En primer lugar, la forma de contar las cosas no me gustó mucho y sobre todo la historia de la novela me pareció sosa y bastante absurda, como se suele decir, sin pies ni cabeza. Para terminar, el final tampoco es, que digamos verosímil.

Todo este cúmulo de circunstancias hizo que en momentos de la lectura tuviera que hacer verdaderos esfuerzos para mantenerme despierto y autoconvencerme de que sacaría algo provechoso.

Finalmente, algo he aprendido, porque de todo sacamos algo en limpio, así que por lo menos no se puede decir que haya perdido tanto tiempo, por ejemplo, están muy bien descritos los paisajes en la primera parte de la novela y durante todo el libro se presenta la sociedad de la época con ejemplos y los contrastes de la época; algo que me imagino que será útil para las clases de historia.

Por último y para rematar este trabajo y resumir mi opinión personal, calificaría, en una escala del uno al diez, este libro con un cuatro, por aquello de que es una de las novelas de nuestra literatura y más concretamente de Benito Pérez Galdós y por algunos detalles, como los citados anteriormente que se salvan, pero no la recomendaría nadie.




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Enviado por:Lñjklñkj
Idioma: castellano
País: España

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