Literatura


María; Jorge Isaacs


  • Tema

  • Maria fue publicada en 1867 en la cual hace canto a la naturaleza y al paisaje del valle del cauca como escenario de amor.

    Para realizar Maria, Jorge Isaacs se inspiro en un hecho real. Maria existió de verdad. Era una niña llamada Esther, que ala muerte de su madre fue traída desde jamaica al hogar del padre del poeta en la hacienda El paraíso. Desde muy niño, Jorge Isaacs se impresiono por la belleza de la joven y poco a poco se fue enamorando de ella. La vida de Maria fue breve ya que sufría de epilepsia, y tras su muerte el joven poeta fue idealizando su amor frustrado: con su imaginación embelleció el paisaje, eternizo la memoria de su amada Maria y quedo para siempre el autor de la novela bajo el nombre de Efraín.

  • Argumento

  • Capitulo 1

    Era yo un chiquillo cuando mis padre mandaron para el colegio mas famoso de toda la replúbica. Logre dormir la víspera del viaje tenia un presentimiento de los muchos que habría de después.

    La mañana siguientes todos mis familiares esperaban ansiosos decirme adiós, Maria paciente y humilde aguardaba su turno con la manos unidas.

    Capitulo 2

    Seis años, los últimos de un lujoso agosto me recibieron al regresar al nativo valle. Mi corazón rebosaba de amor patrio. Era la ultima jornada de viaje y yo gozaba de la mas perfumada mañana de verano... Estaba mudo ante tanta belleza, cuyo recuerdo había querido conservar en la memoria por que alguna de mis estrofas, admiradas por mis condiscípulos, tenían ella pálidas tintas... Así el cielo, los horizontes las pampas y los cumbres del cauca hacen enmudecer a quien las contempla. Las grandes bellezas de la creación no pueden aun tiempo ser vistas y contadas: es necesario que vuelvan al alma; empalidecidas por la memoria fiel.

    Capitulo 3

    Sentado entre mis padres a la cabecera de la mesa, las mujeres se empeñaban en hacerme probar su colaciones y cremas, sonrojándose aquella a quien yo dirigiera palabra de complacencia o admiración.

    Maria me ocultaba tenazmente sus ojos mas puede admirar en ellos la hermosura de las jóvenes de su raza lo mismo que aquellos labios rojos, húmedos y graciosamente interactivos que me hicieron ver en algún instante el arco simétrico de una bellísima dentadura.

    Capitulo 4

    Aquella noche soñé que Maria entraba a renovar las flores de mi mesa y que al salir había rozado la cortinas de mi lecho con su vaporosa falda de muselina.

    Y fue al despertar cuando su voz llego a mis oídos, pura y dulce la misma de antaño pero mas grave y con amplitud para prestarse a todas las modulación de la ternura y la pasión.

    Luego que me hube arreglado la divise a través de la ventana en una de las calles del jardín acompañada de Emma.

    Capitulo 5

    Tres días mas tarde había de salir con mi padre a visitar sus haciendas cuyo funcionamiento me inspiraba viva curiosidad e interés.

    Como el viaje nos ocuparía varias fechas entristecieronse un tanto mis hermanas y me rogaron mas de lo estrictamente necesario. Maria no me suplico pero la vi seguir con los ojos todos mis preparativos de marcha.

    Las pertenencias de mi padre habían mejorado mucho en los últimos años: Una costosa fabrica de azúcar, muchas fanegas de caña para abastecerla, dehesas con ganado vacuno y caballar, buenos cebaderos y un hermoso edificio-habitación señalaban lo mas notable de la hacienda en ``tierra caliente ´´.

    Los esclavos bien vestidos y contentos hasta donde es posible estarlo en la servidumbre eran sumisos y cariñosos para con su amo.

    Encontré a muchos de los que, siendo niños me enseñaban a poner trampas a las perdices y guatines en la espesedura de los bosques; todos me reconocieron con inequívocas señales de agrado.

    Capitulo 6

    La visita a la hacienda me ocupo cuatro jornadas. Al regreso estaba colocando Maria una lámpara en una de la mesa del salón, cuando me acerque a saludarla.

    Pareciome ligeramente pálida y alrededor de sus ojos había una leve sombra,. Imperceptible para quien la mirara con menos entrega que yo.

    Volvía a ella el rostro hacia mi padre que llegaba entonces y pude ver que en el nacimiento de una trenza conservaba un clavel agostado; acaso el mismo que yo le diera la víspera de mi salida hacia el valle.

    Capitulo 7

    Cuando mi padre visito en su ultimo viaje a las antillas, su primo Salomón acababa de perder su esposa.

    Los dos hombres habían venido juntos a Sudamérica donde mi padre se enamoro de la hija de un español intrépido capitán de navío luchador por la causa de España y que murió fusilado en Majagual el 20 de mayo de 1820.

    Capitulo 8

    Al reunirse para la cena faltaba Maria imagine que sus ocupaciones la habían demorado mas de lo de costumbre.

    Emma la disculpo diciendo que desde la tarde padecía dolor de cabeza y en ese momento parecía dormir.

    Yo disimule mis impresiones hablando de las mejoras que encontraba en la finca, pero la sobremesa duro poco tiempo.

    Capitulo 9

    Trate al día siguiente de apaciguar dedicándome ala caza en la que mi fiel``Mayo ´´ el perro mas inteligente del lugar me entretuvo espantando garzas de sus dormideros loros que salían delo guadales y diostedés en el corazón de la sierra.

    Capitulo 10

    Hice mil esfuerzos para mostrarme jovial aquel día. Durante la comida Hable con entusiasmo de las hermosas mujeres de Bogota ponderando intencionadamente las gracias y el ingenio de NN... Mi padre gozaba oyéndome, Emma hubiera prolongado la sobre mesa y Maria se mantuvo en silencio Aunque sus mejillas palidecieron de una vez.

    Capitulo 11

    Nunca las auroras de julio en el cauca fueron tan bellas como Maria cuando se me presento ala mañana siguiente momentos después del baño: sus cabellos de carey sombreado, sueltos a medio rizar la mejillas de color de rosa suavemente desvanecido y en instantes avivado por el rubor jugando en sus labios aquella sonrisa que en mujeres como Maria revela una felicidad que no puede ocultar.

    Capitulo 12

    Una tarde al regreso de mi habitual caminata me pareció notar signos de preocupación en los criados con quienes tropecé al llegar a casa.

    Por Emma tuve la noticia de que Maria había sufrido un ataque nervioso que le hizo perder el conocimiento.

    Corrí a la alcoba de la enferma y dominando las ansias que me impelían a estrecharla contra mi corazón para volverla a la vida pare desconcertado al pie del lecho. Allí estaba mi padre volviendo sus ojos de mi a ella varias veces con gesto de muda reconvención.

    Capitulo 13

    Acababan de sonar las doce en el reloj del salón sentí pasos cerca de mi puerta y la voz de mi padre que me llamaba:

    -levántate, Maria sigue mal. Conviene llamar al doctor.

    El acceso se había repetido apenas tarde unos minutos en disponerme a salir.

    Capitulo 14

    Aquella noche a la hora del refresco estaba con mis hermanas en el comedor esperando a mis padres que tardaban mas tiempo que el de costumbre.

    Cuando ambos se personaron en la noble fisonomía de el y en la pequeña arruga perpendicular que les surcaba en la frente entendí que alguna grave cuestión le tenia alterado. Mi Madre estaba pálida y sin hacer el menor esfuerzo por mostrarse tranquila me dijo al llegar a la mesa:

    • Olvidaba que José estuvo esta mañana a convidarte a una cacería, pero al saber lo de la enferma prometió volver mañana temprano.

    • Si, ha organizado una batida de osos, dijo distraído

    • ¿de osos? ¡tu cazas osos!

    • Por que no, es un ejercicio muy agradable, ya lo he practicado con el alguna veces.

    • Tu madre y yo tenemos que hablar contigo. Ven luego a nuestro cuarto

    Obedecí la orden.

    Capitulo 15

    Diez días habían trascurrido de aquella penosa conversación con mis padres no me sentía capaz de cumplir tanta exigencia respecto de la infeliz muchacha y menos aun al conocerla propuesta de matrimonio de mi amigo Carlos.

    Capitulo 16

    Estaba yo en plan de marcha cuando Emma llego a mi cuarto se extraño de verme con aire de satisfacción

    ¿adonde vas tan contento?

    -Preferiría no tener que ir a ninguna parte -conteste- pero he de ver a Emigdio que se queja de inconstancia.

    ¡ que injusto ¡ exclamo entre risas mi hermana. ¡ como va a ser tu inconstante ¡

    -¿ de que te ríes?

    -de eso de lo injusto que es tu amigo. ¡ Pobrecillo!

    -No Emma tu te ríes de otra cosa

    -No seas pesado, ven déjame que te peine y te arregle un poco.

    Capitulo 17

    Camino de la casita de Emigdio atravesé un corto llano en el que la zarza y el rabo de lobo sobre los gramales humillados y pantanosos. Allí ramoneaban algunos caballejos rapados de crin y de las cargas y la crueldad de los arrieros que Bufón se hubiese visto perplejo al catalogarlo entre los cuadrúpedos...

    Capitulo 18

    No tarde en acudir al comedor pensando en encontrar allí a Maria pero me engañaba. Al preguntar por ella a mi madre me respondió:

    Como esos señores vienen mañana las muchachas están aviando los dulces. Deben haber terminado ya.

    Iba a levantarme de la mesa cuando José que subía la montaña arreando dos mulas cargadas de caña brava se paro en el altico desde que se divisaba el interior y grito:

    Buenas tardes no pudo detenerme porque llevo una cuchaca y se me hace de noche. Allí dejo un recado con las niñas madrugue mañana porque la cosa esta segura.

    Capitulo 19

    Al amanecer del día siguiente emprendí camino ala montaña acompañado de Juan Ángel portador de varios regalos para mi madre para luisa y su familia. Nos seguía mi fiel `` Mayo ´´ que viejo y acachoso no me abandonaba nunca.

    Pasado el puente del río encontraremos a José y a su sobrino Braulio que venían ya a buscarme.

    Aquel me hablo de su proyecto de caza reducido a intentar un golpe certero contra un famoso tigre que le mato alguno corderos. Había seguido el rastro del animal y descubierto algunas de sus guaridas en el nacimiento del río a media legua de la finca.

    Capitulo 20

    La insistencia de los montañeses me hizo permanecer con ello hasta las cuatro de la tarde hora en que me puse en camino con Braulio que se empeño en acompañarme.

    Cerca ya de mi casa me despedí del valiente cazador y nos separamos hasta la siguiente oportunidad.

    Mi familia estaba aun en el comedor e inferí que Carlos y su padre habían llegado ya. Desvíe ala derecha salte al huerto y alcance mi dormitorio sin que me vieran.

    Mientras colgaba el saco de caza y la escopeta percibí en el comedor un desacostumbrado ruido de voces. En aquel momento vino de Mi madre.

    Capitulo 21

    En el comedor los asientos estaban distribuidos de la siguiente forma: Mi padre en la presidencia de la mesa; a su izquierda, mamá; a la derecha, Don Jerónimo sin interrumpir su pesada historia por linderos con Don Ignacio; frente a frente Maria y Emma; después lo niños.

    Capitulo 22

    Al levantarse en las primeras horas del día siguiente fui en busca de los aires de nuestro jardín.

    Al cruzar frente a una ventana oí que hablaban, interrumpiéndose para reír, mi hermana y Maria. Eran voces especialmente la de esta algo parecido al murmullo de las palomas al despertar entre los naranjos del huerto.

    También Don Jerónimo y su hijo conversaban paseando por el corredor de sus cuartos.

    Capitulo 23

    Advertida mi madre de nuestro proyecto de caza para el día siguiente dispuso que a primera hora se nos sirviera el almuerzo a Carlos, a Braulio y a mi.

    Como es natural nosotros hablamos de la partida y decía Carlos: Braulio me garantiza que la carga de mi escopeta esta perfectamente graduada pero insiste que el arma no es tan buena como la tuya aunque sea de la misma fabrica.

    Capitulo 24

    Por el momento Carlos no me había hecho ninguna confidencia sobre los motivos que en mala hora le trajeron a mi casa y no queriéndome verme en peligro de que me hablara de ellos me encamine al aposento de mi madre. Maria se hallaba en el costurero sentada en una silla de cenchas de la cual caía como espuma su falda de muselina blanca. Sobre la alfombra avíese quedado dormido Juan rodeado de sus juguetes. Ella con la cabeza ligeramente echada hacia atrás parecido estar contemplado al niño.

    Capitulo 25

    Aquella tarde...

    Por el aspecto preocupado de Carlos adivine que llegaba el momento de afinar los oídos en velada escucha de su dialogo con Maria. Y así capte de ella estas frases:

    Habría sido mejor que usted hablara con ellos solamente... Estimo en cuanto vale el honor que usted.. Comprenda que esta negativa...

    Capitulo 26

    Sobre la once de la mañana terminado mi trabajo en la oficina de papá me había puesto de codos en el balcón y contemplaba la obra de la naturaleza.

    Sobre el negro y tortuoso camino de lomas divise a Transito y a su padre quien llegaba a cumplir compromiso con Maria.

    Capitulo 27

    Por la mañana siguiente tuve que hacer un gran esfuerzo para que mi padre no adivinara lo penoso que me era acompañarle a las haciendas de abajo.

    Capitulo 28

    Una noche mi padre recostado en un catre seguía dictándome luego de bastantes horas de trabajo. Hasta que el sueño y la fatiga le vencieron.

    Entonces disminuí la luz del cuarto cerré ventanas y puertas y aguarde a que despertara paseándome por el corredor que daba al escritorio.

    Capitulo 29

    Algunas cuadras antes de llegar las puerta del patio a nuestra derecha y sobre una de las grandes piedras que dominaba el valle.

    Estaba en pie Maria, Emma la animaba para que bajase. Nos acercábamos, la cabellera de Maria suelta en largos y lucientes rizos.

    Capitulo 30

    Al día siguiente tuvo lugar el matrimonio de Transito

    Capitulo 31

    Habíamos llegado. Extrañe ver cerradas las ventanas del aposento de mi madre. Salió a recibirnos Eloisa. Pidiéndonos que no hiciésemos ruido.

    -Papá- dijo- se ha acostado por que esta enfermo.

    Solamente Maria y podíamos sospechar los motivos. Al advertir el nuestra alarma quiso tranquilizarnos.

    Capitulo 32

    Tres días mas tarde la fiebre seguía resistiendo a todos nuestros esfuerzos por combatirla, los síntomas eran tan alarmantes que el mismo doctor se veía con dificultades para combatirla.

    Capitulo 33

    Una semana después Mi padre estaba convaleciente y la alegría había vuelto a nuestra casa.

    Capitulo 34

    Entro Mamá en mi cuarto.

    -¿ es posible - me dijo - que te dejes dominar por la pesadumbre? ¡ se fuerte como siempre lo has sido! Y no solo por tu padre si no porque además tu eres llamado a conformar a: Maria.

    Capitulo 35

    Cuando llegue por la mañana a las haciendas el doctor que remplazaba a Mayn estaba atendiendo a Feliciana. Me hizo saber que había perdido toda esperanza de salvarla.

    Capitulo 36

    Dos semanas habrían trascurrido desde la llegada del sacerdote al país de los Kombu-Manez. Sea porque solamente sinar podía entenderle o porque este gustara del traro del europeo paseaban juntos diariamente mientras Nay veía regresar al amado preocupado y melancólico.

    Capitulo 37

    Al amanecer del día en que iba a celebrarse el desposorio de sinar este con Nay y el misionero bajaron silenciosamente a las riberas del gambina y el sacerdote les hablo:

    -el Dios que os he hecho amar, el Dios que adoraran vuestros hijos nos desdeña por templo los pabellones de palmeras que nos cobijan.

    Capitulo 38

    Por aquel tiempo se explotaban muchas minas de oro en el choco; y bien merece ser elogiada su producción si se tiene en cuenta el rustico sistema utilizado para el trabajo. Este lo atendían cuadrillas de esclavos.

    Capitulo 39

    El cura había administrado los sacramentos de la enferma.

    Al día siguiente, sábado, a las tres de la tarde el medico entro en mi cuarto diciéndome:

    -Morirá hoy. ¿cómo se llama el marido de la enferma?

    -Sinar- le respondí

    Capitulo 40

    Mi padre había resuelto ir a la ciudad antes de mi partida tanto por sus negocios como por arreglar mi viaje.

    A las 7 de la mañana del 15 de enero papá y yo tomábamos el café en traje de camino. Debía acompañarle hasta cerca de la hacienda de los señores M... de lo cuales iba yo a despedirme que de los otros vecinos.

    Capitulo 41

    El 28 de enero ante víspera de mi viaje subí a la montaña muy temprano. Braulio enviado por José había venido a llevarme para que y me despidiera de aquella familia.

    Capitulo 42

    Lentamente descendí al fondo de la cañada. Solo el canto lejano le las gurríes y el rumor del río turbaban el silencio de la selva.

    Capitulo 43

    A las 11 de noche del día 29 estuve velando en mi cuarto hasta que sonó la una de la madrugada. A esta hora empezaba la fecha señalada para mi partida.

    Capitulo 44

    A las dos semanas de mi arribo a Londres vinieron las primeras cartas de la familia.

    Con temblorosa mano las fui abriendo.

    Una era de Maria.

    Capitulo 45

    Cada dos meses me llegaba carta de Maria y así las fui recibiendo a lo largo de todo el año.

    Pero las ultimas reflejaban una melancolía que en vano trate de reanimar con mis escritos temiendo que la congoja dañara su salud.

    Capitulo 46

    En Panamá recibí carta de Maria:

    “La noticia de tu regreso ha bastado para volverme las fuerzas ya puedo contar los días y se que cada uno de los que trascurren te acerca mas a mi”.

    “Aprovechando la hermosa mañana de hoy, he pedido a Emma que me llevara al huerto. En la visita a sus rincones mas queridos me sentía casi restablecida. Si esto me ocurre ahora ¿cómo no habrá de alentarme cuando vuelva a recorrerlos en tu compañía?”

    Los últimos renglones eran casi ilegibles.

    Capitulo 47

    A las cuatro llamo a mi puerta hacia una hora que yo le esperaba, listo para marchar.

    La luna grande en su plenitud descendía el ocaso; y al aparecer abajo las negras nubes que la habían ocultado, baño las selvas distantes los manglares de la ribera y la mar tersa y callada con sus resplandores trémulos y rojizos como los que esparcen los blandones de un féretro sobre el pavimento de mármol y los muros de una sala mortuoria.

    Capitulo 48

    A las tres de la madrugada me despertó Lorenzo: y a las cuatro encomendados ala virgen en las despedidas de Bibiano y su hija, nos embarcamos.

    Capitulo 49

    Al sentarnos ala mesa hice notar a D... mi propósito de seguir viaje aquella misma tarde, si era posible regándole que allanara todos los inconvenientes.

    El pareció consultar a Lorenzo el cual informo que las bestias estaban en el pueblo y que la noche era de luna.

    Poco después estábamos en camino.

    Capitulo 50

    Al día siguiente sobre las cuatro de la tarde llegue al alto de las cruces. Y me apeé para pisar aquel suelo desde, que el para mi mal había dicho adiós a mi tierra nativa.

    Volvía a ver el valle del cauca tan hermoso que al tenerlo adelante con toda su esplendidez miraba yo a mi alrededor para convencerme de que no era juguete de un sueño.

    Capitulo 51

    En vano intentaba reconstruir lo pasado cuando de noche desperté en un lecho rodeado de personas y objetos que apenas podía distinguir.

    Una velada lámpara cuya luz hacia mas opacas las cortinas de la cama difundía su indecisa llama, llame, sentí que me estrechaban una de mis manos; torne a llamar y el nombre que débilmente pronunciaba tuvo por respuesta un sollozo.

    Volví me hacia el lado de donde este había salido y reconocí a mi madre cuya mirada anhelante y con voz suave me hizo muchas preguntas para cerciorarse de que yo estaba recobrando su lucidez.

    Capitulo 52

    Aconsejadas por el medico y excusando su tenacidad en el mal estado de mi salud, Mamá y Emma supieron retenerme junto a ellas durante tres semanas interrumpidas.

    Capitulo 53

    Dos meses mas tarde el 10 de septiembre era cuando yo escuchaba de labios de Emma aquella relación.

    Había anochecido y Juan dormía sobre mis rodillas, según costumbre por el adquirida desde mi regreso, quizá adivinando que yo pudiera remplazar en parte los amorosos y maternales cuidados que Maria le prodigaba.

    Emma me entrego la llave del armario que en la casita de la sierra guardaba los vestidos de Maria y todo lo que ella pidió que conservara para mi.

    Capitulo 54

    La media noche me encontró levantado en mi cuarto.

    Entre mis manos las trenzas de Maria y recostado en el sofá en el que Emma le había oído sus ultimas confidencias sonaron las dos en mi reloj.

    El había medido las horas de aquella noche angustiosa víspera de mi viaje; el debía medir las ultimas que habría de pasar en la morada de mis mayores.

    Capitulo 55

    Por la tarde había de ir a la ciudad pasando por el cementerio que guardaba la tumba de Maria.

    Juan Ángel y Braulio se habían adelantado a esperarme en la parroquia y José su mujer y sus hijas me rodeaban ya para despedirnos.

    Invitados por mi siguieron al oratorio y todos de rodillas rezamos por el alma de aquella que tanto amor nos inspiro en la vida.

  • Espacio

  • El espacio de la obra La Maria son:

    • Hacienda El Paraíso

    • El valle del cauca

    • Londres

    • Panamá

  • Tiempo

  • Cronológico:

    El tiempo cronológico de La Maria fue de 10 años 7 meses 4 días.

    Atmosférico:

    El clima en la novela La Maria fue un clima Calido.

    Subjetivo:

    Maria: El tiempo para este personaje fue corto debido a la enfermedad que sufría.

    Efraín: El tiempo para este personaje fue largo debido a que se fue a estudiar por fuera del valle del cauca y tuvo que esperar que pasaran sus estudios para volver a ver a Maria y luego cuando vuelve tiene que volver a salir a Londres a estudiar y cuando vuelve se encuentra la noticia que Maria había muerto.

  • Personajes:

  • --Principales o protagonistas:

    -Maria

    -Efraín

    --Secundarios o antagonistas:

    -Padre de Efraín

    -Madre de Efraín

    -Emma

    -Higinio

    -Bruno

    -Ña Dolores

    -Ñor Anselmo

    -Remigia

    -Salomón

    -José

    -Mayn

    -Braulio

    -Carlos

    -Emigdio

    -Hilario

    -Micaelina

    -Don Ignacio

    -Juan Ángel

    -Luisa

    -Lucas

    -Tiburcio

    -Marta

    -Don Jerónimo

    -Eloisa

    -Feliciana

    -Magmahu

    -Sinar

    -Esther

    -Lorenzo

    -Bibiano

    --No personas:

    -Caballo

    -El valle

    -La selva

    -“Mayo” el perro de Efraín

  • Acción

  • Iniciación:

    La iniciación de esta novela es cuando a Efraín lo mandan a estudiar en el colegio “x” de Bogota el mas famoso de toda la republica, hasta cuando el protagonista se va para el choco.

    Nudo:

    Al regresar del choco donde ha estado buscando yacimientos de oro, Efraín se entera que Maria ha muerto victima de una enfermedad pulmonar.

    Efraín queda destrozado y sin ninguna ilusion de la vida apenas desea morir como su amada y jura no volver a querer a ninguna mujer.

    Desenlace:

    El desenlace de la novela es cuando Efraín se esta preparando para irse se la casa de sus padres pero antes va a pasar por la tumba de Maria.

    Índice

    Tema 3

    Argumento 4

    Espacio 23

    Tiempo 23

    Personaje 24

    Acción 25

    Índice 26




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    Enviado por:Armando Lozada
    Idioma: castellano
    País: Colombia

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