Sociología y Trabajo Social


Mar: Fuente de recursos


1. INTRODUCCIÓN

Desde la antigüedad más remota, el hombre obtuvo una parte importante de su alimento de los productos ofrecidos por los lagos, ríos, costas y otros ambientes acuáticos próximos al lugar donde vivía, de forma que la pesca ha constituido a lo largo de la historia de la humanidad una de las actividades primordiales de cara a su subsistencia. A medida que la civilización se desarrolló y los pueblos aprendieron los secretos de la construcción de embarcaciones y de la navegación, los mares y océanos fueron surcados en todas las direcciones cada vez más y más lejos, en busca de su preciada cosecha.

La pesca es el conjunto de procedimientos, técnicas y sistemas utilizados para la captura de los organismos acuáticos, tanto de agua dulce como marinos, empleados por el hombre como alimento o por los productos de ellos obtenidos. Tales organismos pertenecen a los más variados grupos zoológicos, desde los crustáceos (gambas, cangrejos, camarones, langostas...), los moluscos (ostras, almejas, mejillones...), o los equinodermos (erizos de mar...), a los vertebrados (peces y tortugas) y mamíferos cetáceos como las ballenas y las focas, aunque en el caso de mamíferos se suele hablar de caza, no de pesca. Otros muchos seres vivos acuáticos, como los corales o las esponjas, son objeto así mismo de una intensa búsqueda por sus aplicaciones prácticas o como materia para la fabricación de artículos ornamentales o piezas artísticas.

2. DIFERENTES RECURSOS Y TÉCNICAS, SEGÚN ESPECIES Y LUGAR

Las artes o dispositivos requeridos para la pesca varían en función de que ésta sea de bajura, practicada por embarcaciones pequeñas cerca de la costa, o de altura, en mar abierto y destinada a obtener especies que se mueven por lo general a cierta profundidad fluvial o marítima, submarina o de superficie, etc.

En la pesca se emplean una serie de elementos básicos como son las redes, que pueden ser de muchos tipos y presentar múltiples variantes, los anzuelos, los arpones y diversas artes menores, trampas, cercos, etc. Las redes, hechas de cáñamo, lino o fibras artificiales, se componen de una serie de mallas cuyo tamaño depende del de las especies que se vayan a capturar. Sus bordes se hayan sujetos por medios de cordajes denominados relingas. Pueden ser:

1º) Palangre: los anzuelos cebados, atados a líneas que a menudo miden varios kilómetros, atraen a los peces. El cebo y el tamaño del anzuelo varían de acuerdo con las especies.

2º) El Arrastre de Fondo: una red en forma de bolsa, lastrada con cadenas, es arrastrada por el fondo del mar.

3º) El Trasmallo: tres paños de mallas de diferentes amplitudes enredan a los peces.

4º) El Cerco: se rodea el banco de peces con una larga red, que después se va cerrando y recogiendo.

5º) La Red de Deriva: se coloca un muro de red en una zona donde se desplacen los peces, ya sea en el fondo, a media agua, o en la superficie. La red o el grupo de redes suele medir varios kilómetros de longitud y hasta treinta metros de profundidad, y simplemente se dejan suspendidas en el agua. El tamaño de la malla varía en función del tamaño de las especies que se pretende capturar, en su mayor parte peces espada o albacoras y bonitos.

6º) Jábega: se cobra desde tierra para lo cual se tira de la red, desde la costa, a menudo por medio de animales de tiro.

Los anzuelos, piezas de metal hechas de acero o de alambre de hierro galvanizado y provistas de puntas en las que los peces quedan enganchados, se suelen disponer en cordeles agrupados para hacer más efectiva la captura. En su forma más simple, de un cordel maestro parten otros menores que cuelgan del anterior y en los que se sitúan los anzuelos. La técnica conocida como palangre consiste en el tendido de un cordel grueso y de gran longitud en la superficie, donde flota merced a diferentes bollas y corchos colocados a lo largo de él. De tal cordel cuelgan otros más delgados con anzuelos. Este sistema se destina a la captura de especies piscícolas que suelen habitar a gran profundidad.

Para pescar crustáceos y determinadas especies de peces se emplean nasas, cestillas enrejadas con una abertura similar a un embudo por donde el animal puede entrar con facilidad pero no salir. Un arte muy espectacular es el de la almadraba, usada en el Mediterráneo para la pesca del atún, mediante el cual se rodea el banco de peces con una gran red gracias al concurso de numerosas embarcaciones, desde las que se procede a la matanza de los animales utilizando para ello instrumentos punzantes. Otro tipo de procedimiento es el que emplean los buques balleneros dotados de cañones para lanzar los arpones que se clavan en el cuerpo de los cetáceos, operación realizada durante siglos a mano por arponeros que tenían que llegar a escasa distancia del animal.

Actualmente, junto a las embarcaciones ligeras utilizadas en la pesca de bajura, se dispone de diferentes tipos de navíos, dotados de los más modernos medios de navegación, sondeo y captura, alguno de los cuales, como los buques factoría (con instalaciones frigoríficas y dispositivos para transformar el pescado) o los grandes balleneros, son en realidad auténticas fábricas flotantes.

En la prospección de la pesca se usan también los más notables avances de la ciencia y la técnica han equipado al hombre, entre ellos las ecosondas, basadas en la emisión de ultrasonidos y en la posterior detección del eco que producen cuando los mismos chocan con un obstáculo. Si éste es móvil y presenta ciertas características se trata de un banco de peces, cuya velocidad, posición y configuración se pueden determinar con facilidad.

3. LA CONTAMINACIÓN DEL MAR.

Incorporar al agua de materias extrañas, como microorganismos, productos químicos, residuos industriales y de otros tipos, o aguas residuales. Estas materias deterioran la calidad del agua y la hacen inútil para los usos pretendidos.

Principales contaminantes

Los principales contaminantes del agua son los siguientes:

Aguas residuales y otros residuos que demandan oxígeno (en su mayor parte materia orgánica, cuya descomposición produce la desoxigenación del agua).

Agentes infecciosos.

Nutrientes vegetales que pueden estimular el crecimiento de las plantas acuáticas. Éstas, a su vez, interfieren con los usos a los que se destina el agua y, al descomponerse, agotan el oxígeno disuelto y producen olores desagradables.

Productos químicos, incluyendo los pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias tensioactivas contenidas en los detergentes, y los productos de la descomposición de otros compuestos orgánicos.

Petróleo, especialmente el procedente de los vertidos accidentales.

Minerales inorgánicos y compuestos químicos.

Sedimentos formados por partículas del suelo y minerales arrastrados por las tormentas y escorrentías desde las tierras de cultivo, los suelos sin protección, las explotaciones mineras, las carreteras y los derribos urbanos.

Sustancias radiactivas procedentes de los residuos producidos por la minería y el refinado del uranio y el torio, las centrales nucleares y el uso industrial, médico y científico de materiales radiactivos.

El calor también puede ser considerado un contaminante cuando el vertido del agua empleada para la refrigeración de las fábricas y las centrales energéticas hace subir la temperatura del agua de la que se abastecen.

Efectos de la contaminación del agua
Los efectos de la contaminación del agua incluyen los que afectan a la salud humana. La presencia de nitratos (sales del ácido nítrico) en el agua potable puede producir una enfermedad infantil que en ocasiones es mortal. El cadmio presente en los fertilizantes derivados del cieno o lodo puede ser absorbido por las cosechas; de ser ingerido en cantidad suficiente, el metal puede producir un trastorno diarreico agudo, así como lesiones en el hígado y los riñones. Hace tiempo que se conoce o se sospecha de la peligrosidad de sustancias inorgánicas, como el mercurio, el arsénico y el plomo.

Los lagos son especialmente vulnerables a la contaminación. Hay un problema, la eutrofización, que se produce cuando el agua se enriquece de modo artificial con nutrientes, lo que produce un crecimiento anormal de las plantas. Los fertilizantes químicos arrastrados por el agua desde los campos de cultivo pueden ser los responsables. El proceso de eutrofización puede ocasionar problemas estéticos, como mal sabor y olor, y un cúmulo de algas o verdín desagradable a la vista, así como un crecimiento denso de las plantas con raíces, el agotamiento del oxígeno en las aguas más profundas y la acumulación de sedimentos en el fondo de los lagos, así como otros cambios químicos, tales como la precipitación del carbonato de calcio en las aguas duras. Otro problema cada vez más preocupante es la lluvia ácida, que ha dejado muchos lagos del norte y el este de Europa y del noreste de Norteamérica totalmente desprovistos de vida.


Fuentes y control  
Las principales fuentes de contaminación acuática pueden clasificarse como urbanas, industriales y agrícolas.

La contaminación urbana está formada por las aguas residuales de los hogares y los establecimientos comerciales. Durante muchos años, el principal objetivo de la eliminación de residuos urbanos fue tan sólo reducir su contenido en materias que demandan oxígeno, sólidos en suspensión, compuestos inorgánicos disueltos (en especial compuestos de fósforo y nitrógeno) y bacterias dañinas. En los últimos años, por el contrario, se ha hecho más hincapié en mejorar los medios de eliminación de los residuos sólidos producidos por los procesos de depuración. Los principales métodos de tratamiento de las aguas residuales urbanas tienen tres fases: el tratamiento primario, que incluye la eliminación de arenillas, la filtración, el molido, la floculación (agregación de los sólidos) y la sedimentación; el tratamiento secundario, que implica la oxidación de la materia orgánica disuelta por medio de lodo biológicamente activo, que seguidamente es filtrado; y el tratamiento terciario, en el que se emplean métodos biológicos avanzados para la eliminación del nitrógeno, y métodos físicos y químicos, tales como la filtración granular y la adsorción por carbono activado. La manipulación y eliminación de los residuos sólidos representa entre un 25 y un 50% del capital y los costes operativos de una planta depuradora.

Las características de las aguas residuales industriales pueden diferir mucho tanto dentro como entre las empresas. El impacto de los vertidos industriales depende no sólo de sus características comunes, como la demanda bioquímica de oxígeno, sino también de su contenido en sustancias orgánicas e inorgánicas específicas. Hay tres opciones (que no son mutuamente excluyentes) para controlar los vertidos industriales. El control puede tener lugar allí donde se generan dentro de la planta; las aguas pueden tratarse previamente y descargarse en el sistema de depuración urbana; o pueden depurarse por completo en la planta y ser reutilizadas o vertidas sin más en corrientes o masas de agua.

La agricultura, la ganadería comercial y las granjas avícolas, son la fuente de muchos contaminantes orgánicos e inorgánicos de las aguas superficiales y subterráneas. Estos contaminantes incluyen tanto sedimentos procedentes de la erosión de las tierras de cultivo como compuestos de fósforo y nitrógeno que, en parte, proceden de los residuos animales y los fertilizantes comerciales. Los residuos animales tienen un alto contenido en nitrógeno, fósforo y materia consumidora de oxígeno, y a menudo albergan organismos patógenos. Los residuos de los criaderos industriales se eliminan en tierra por contención, por lo que el principal peligro que representan es el de la filtración y las escorrentías. Las medidas de control pueden incluir el uso de depósitos de sedimentación para líquidos, el tratamiento biológico limitado en lagunas aeróbicas o anaeróbicas, y toda una serie de métodos adicionales.

Contaminación Marina  

Los vertidos que llegan directamente al mar contienen sustancias tóxicas que los organismos marinos absorben de forma inmediata. Además forman importantes depósitos en los ríos que suponen a su vez un desarrollo enorme de nuevos elementos contaminantes y un crecimiento excesivo de organismos indeseables. Estos depósitos proceden de las estaciones depuradoras, de los residuos de dragados (especialmente en los puertos y estuarios), de las graveras, de los áridos, así como de una gran variedad de sustancias tóxicas orgánicas y químicas.

Vertidos de petróleo (Mareas Negras)  

Las descargas accidentales y a gran escala de petróleo líquido son una importante causa de contaminación de las costas. Los casos más espectaculares de contaminación por crudos suelen estar a cargo de los superpetroleros empleados para transportarlos, pero hay otros muchos barcos que vierten también petróleo, y la explotación de las plataformas petrolíferas marinas supone también una importante aportación de vertidos. Se estima que de cada millón de toneladas de crudo embarcadas se vierte una tonelada. Entre las mayores mareas negras registradas hasta el momento se encuentran la producida por el petrolero Amoco Cádiz frente a las costas francesas en 1978 (1,6 millones de barriles de crudo) y la producida por el pozo petrolífero Ixtoc I en el golfo de México en 1979 (3,3 millones de barriles). El vertido de 240.000 barriles por el petrolero Exxon Valdez en el Prince William Sound, en el golfo de Alaska, en marzo de 1989, produjo, en el plazo de una semana, una marea negra de 6.700 km2, que puso en peligro la vida silvestre y las pesquerías de toda el área. Por el contrario, los 680.000 barriles vertidos por el Braer frente a la costa de las islas Shetland en enero de 1993 se dispersaron en pocos días por acción de las olas propias de unas tormentas excepcionalmente fuertes.


Los vertidos de petróleo acaecidos en el golfo Pérsico en 1983, durante el conflicto Irán-Irak, y en 1991, durante la Guerra del Golfo, en los que se liberaron hasta 8 millones de barriles de crudo, produjeron enormes daños en toda la zona, sobre todo por lo que se refiere a la vida marina.

4. LUGARES DEL MUNDO RICOS EN PESCA

Groenlandia, Africa, Islandia, Canadá, Estados Unidos, Portugal, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Grecia, España, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Austria, Finlandia, Suecia, Reino Unido, Chile, China, Japón, Perú...

5. LA POLÍTICA PESQUERA DE LA UNIÓN EUROPEA

La Política Pesquera Común: pescar la cantidad correcta, el tamaño correcto y de la manera correcta.

Los recursos pesqueros forman parte de nuestra herencia común. Se precisan normas que impidan que unos pocos pesquen de forma excesiva en detrimento de todos. La Unión Europea aplica una Política Pesquera Común para gestionar la pesca en beneficio tanto de los pescadores como de los consumidores.

Las áreas más importantes en las que se adoptan medidas comunes son cuatro:

  • Conservación - proteger los recursos pesqueros regulando las cantidades que se pueden pescar, permitiendo que los juveniles se reproduzcan, y garantizando la observancia de las medidas;

  • Estructuras - ayudar a la industria pesquera y acuícuola a adaptar los medios que utiliza y su organización a los condicionantes que imponen la escasez de recursos y el mercado;

  • Mercados - mantener una organización común del mercado de los productos pesqueros y ajustar la oferta a la demanda en interés tanto de los productores como de los consumidores;

  • Relaciones con el mundo exterior - firmar acuerdos de pesca y negociar a nivel internacional dentro de las organizaciones regionales e internacionales de pesca con vistas a establecer medidas de conservación en los caladeros de alta mar.

La política pesquera común

A medida que nos acercamos al siglo XXI, somos más conscientes de nuestra dependencia de los recursos naturales de la Tierra. La pesca y la acuicultura son dos de las principales utilizaciones que hacemos del mar. Además de constituir una fuente de alimentos saludable y placentera, estas dos actividades crean puestos de trabajo indispensables en las zonas costeras y promueven el bienestar económico y social de las zonas pesqueras de la Unión Europea.

Los peces del mar son recursos naturales, renovables y móviles, cuya reproducción y desplazamientos escapan a nuestro control. Los recursos pesqueros son parte de nuestro patrimonio común. Las poblaciones de peces sanas pueden soportar un esfuerzo de pesca razonable pero necesitan un entorno marino saludable. Las actividades de la pesca y de la acuicultura deben regularse mediante la cooperación internacional con el fin de permitir una renovación continua de las poblaciones y la protección de los ecosistemas marinos.

El propósito de este documento informativo es doble. Por un lado, pretende ofrecer materia de reflexión sobre la compleja tarea de garantizar una pesca compatible con el medio ambiente y, por otro, quiere dar a conocer al lector el compromiso de la Unión Europea de garantizar una pesca y una acuicultura responsables y de contribuir al futuro de su industria pesquera a través de la política pesquera común.

¿Por qué hay que gestionar la pesca?

Patrimonio común

Las poblaciones de peces se desplazan libremente siguiendo el impulso de sus instintos naturales en los espacios abiertos constituidos por los océanos. Los Gobiernos acordaron que las zonas económicas exclusivas se debían ampliar a 200 millas marinas medidas a partir de sus costas. Este acuerdo permitió la explotación de recursos naturales tales como el petróleo y el gas en los yacimientos encontrados. No obstante, dada la naturaleza de los recursos pesqueros, la gestión de los caladeros siempre ha sido una cuestión mucho más difícil de resolver.

Los peces constituyen un recurso natural, biológico, móvil y renovable. Su reproducción no requiere la intervención humana ni implica ningún coste. Sin embargo, su inconveniente reside en el hecho de que las poblaciones se desplazan sin control y, en algunos casos, emigran a grandes distancias. Por otra parte, no es posible apoderarse de un pez si no se ha capturado previamente y, de la misma forma, cada pez capturado deja de estar disponible para el resto de los pescadores, con lo que cada pescador se ve afectado por la actividad de los demás.

Esta dependencia y vulnerabilidad respecto de las actividades de los demás es inevitable. Las poblaciones de peces siguen considerándose un recurso común, que forma parte de un patrimonio común que debe gestionarse colectivamente.

Para garantizar una pesca compatible con el medio ambiente hay que tener en cuenta no sólo las cantidades de peces capturados, sino también sus especies y tamaños y, por supuesto, las técnicas de captura utilizadas y las zonas en las que se ejerce la pesca.

Por consiguiente, si queremos trasmitir esta herencia a las generaciones futuras hay que concebir las políticas de forma que regulen el volumen de pesca y los tipos de técnicas y artes de pesca utilizados para la captura de los peces.

Gestión común

Por lo general, y a pesar de haber estado en ocasiones marcada por conflictos, la historia de la pesca se ha caracterizado por la cooperación para la búsqueda de soluciones a problemas comunes. La pesca y la acuicultura constituyen actividades importantes en la medida en que son una fuente de alimentos y de creación de empleo en las zonas costeras y rurales. No obstante, el éxito de estas dos actividades depende de la conservación de los ecosistemas marinos en que se ejercen. Las principales amenazas actuales son la sobreexplotación y la contaminación, cuyos efectos no conocen fronteras por lo que deben combatirse con acciones colectivas.

La pesca, la acuicultura y la Comunidad

En la Unión Europea existe otro motivo para la gestión común del sector pesquero. Cuando se elaboraron las normas relativas a las obligaciones de la Comunidad, tal como se constituyó en su origen, se decidió que el sector pesquero, así como el agrícola, serían responsabilidad de la Comunidad, con el fin de garantizar el abastecimiento de alimentos.

La Comunidad se creó para garantizar la paz y promover la prosperidad en Europa. Entre las políticas instituidas para alcanzar estos objetivos, se encuentra la promoción del desarrollo económico de las regiones que se enfrentan a una falta de empleos y de oportunidades. La pesca y la acuicultura desempeñan un importante papel en esta tarea de cohesión económica y social.

Así pues, una política pesquera común (PPC) es esencial para la Unión Europea y debe abarcar una dimensión biológica, económica y social de la pesca. La PPC tiene cuatro componentes principales, a saber, una política de conservación y control, una política estructural, una política comercial y una política exterior.

El sector pesquero en la Unión Europea

Una importante actividad económica

La pesca y la acuicultura constituyen importantes actividades económicas de la Unión Europea. A pesar de que la contribución del sector pesquero al producto nacional bruto de los Estados miembros se cifra, por lo general, en menos de un uno por ciento, su repercusión es muy significativa en términos de creación de empleo en regiones en las que existen con frecuencia pocas alternativas. Asimismo, el sector contribuye al abastecimiento del mercado de la UE de productos de la pesca, uno de los más importantes del mundo.

Con una producción de más de ocho millones de toneladas de pescado en 1995, procedentes de la pesca y de la acuicultura, la Unión Europea es la tercera potencia pesquera después de China y de Perú. No obstante, a pesar de haber exportado 1,6 millones de toneladas de productos de la pesca, hubo que importar 4,3 millones para satisfacer las necesidades de la Unión Europea. Este desequilibrio entre importaciones y exportaciones provocó un déficit de más de 6 500 millones de ecus en 1995.

La flota pesquera de la Unión Europea

La flota pesquera de la Unión Europea cuenta con más de 97 000 buques, cuyas dimensiones y capacidad de pesca o capacidad potencial de captura varían considerablemente. En los últimos años, ha disminuido la capacidad de la flota ya que era demasiado grande para los peces disponibles y poco rentable. La Unión Europea ha facilitado la transición hacia un mayor equilibrio entre la flota y las poblaciones de peces, pero siguen siendo necesarias más medidas. Asimismo, continuará la modernización de la flota con el fin de asegurar su competitividad en un mercado global.

Zonas dependientes de la pesca

Los empleos proporcionados por la pesca son variados. El número de pescadores comunitarios tiende a disminuir a lo largo de los años. Actualmente, están directamente ocupados en el sector de la captura cerca de 260 000 pescadores, bien a tiempo completo o parcial. Sus actividades generan otros empleos en la industria de la transformación, del envasado, del transporte y la comercialización, en lo que se refiere al sector de la producción, y en astilleros, fabricación de artes de pesca, empresas de abastecimiento y de mantenimiento, en el sector de servicios.

Estos empleos constituyen la espina dorsal de un gran número de zonas periféricas costeras de la Unión Europea. En estudios realizados hace algunos años, se delimitaron cerca de 300 zonas costeras en la Unión Europea y se demostró que el empleo en el sector de la pesca en estas zonas representaba apenas un pequeño porcentaje del conjunto de los empleos (entre el 1 % y el 1,5 %). No obstante, este porcentaje aumentaba hasta el 10 % en veinte zonas, como la costa atlántica española, la costa oriental italiana y la costa escocesa. En otras 82 zonas, el sector pesquero representaba entre el 2 % y el 10 % del conjunto de los empleos.

Incluso en las zonas en las que el empleo en el sector de la pesca es proporcionalmente bajo, estos empleos desempeñan un papel muy importante. Factores geográficos y económicos, tales como la distancia de los principales centros de actividad, la reducida densidad de población, superficies agrícolas poco fértiles o la crisis industrial, que caracterizan un gran número de zonas costeras, contribuyen a reducir las posibilidades de empleo.

Acuicultura

La acuicultura de la Unión Europea produjo en 1995 más de 1 millón de toneladas de peces, crustáceos y moluscos, por un valor aproximado de 1 900 millones de ecus. La acuicultura proporciona aproximadamente 35 000 empleos a tiempo total y unos 50 000 a tiempo parcial, en particular en las zonas rurales y costeras.

Una pesca compatible con el medio ambiente

El sector pesquero de la UE tiene que enfrentarse a problemas que ya han experimentado la mayor parte de las industrias pesqueras del mundo. El exceso de explotación, que reduce las poblaciones de peces y produce menores desembarques y menos ingresos, constituye la principal amenaza para el futuro de estas poblaciones y de la propia industria pesquera.

La creciente competencia resultante de la globalización del mercado de los productos de la pesca constituye un desafío adicional. El aumento de la competitividad depende de la capacidad de adaptación de la industria para enfrentarse a las limitaciones impuestas por los recursos disponibles y por la demanda del mercado.

La Comunidad ha facilitado ayuda financiera al sector durante su inevitable proceso de reestructuración. Esta ayuda se ajusta a los objetivos de su política de cohesión económica y social dirigida a promover el desarrollo de las zonas menos favorecidas de la UE.

¿Por qué se creó una política pesquera común?

La política pesquera común (PPC) es el instrumento de la Unión Europea para la gestión de la pesca y de la acuicultura. Se creó con el fin de gestionar un recurso común y cumplir las obligaciones establecidas en los Tratados de la Comunidad original. Dado que los peces son un recurso natural y móvil, se consideran propiedad común. Por otra parte, los Tratados que crearon la Comunidad establecían la necesidad de constituir un política común en esta área, con la adopción de normas comunes aplicables en todos los Estados miembros.

Primeras medidas comunes

Todas estas medidas adquirieron su verdadera dimensión en 1976, cuando, siguiendo las normas internacionales, los Estados miembros acordaron ampliar sus derechos a los recursos marinos de 12 a 200 millas, medidas a partir de sus costas. Asimismo, decidieron que la Comunidad constituía un mejor interlocutor que ellos para gestionar los caladeros de las aguas bajo su jurisdicción y para defender sus intereses en las negociaciones internacionales. Tras años de difíciles negociaciones, la PPC vio la luz en 1983.

La política pesquera común de 1983

La PPC tiene que tener en cuenta la dimensión biológica, económica y social de la pesca. Puede dividirse en cuatro áreas principales que se refieren a la conservación de los recursos, a las estructuras (tales como los buques, instalaciones portuarias y de transformación de pescado), la organización común del mercado y una política exterior de pesca, que incluye los acuerdos de pesca con terceros países y las negociaciones en organizaciones internacionales.

Conservación

Las poblaciones de peces tienen que autorrenovarse, ya que los peces mueren debido tanto a causas naturales como a consecuencia de la pesca. Para disponer de peces maduros en cantidad suficiente para renovar las poblaciones hay que dejar a los alevines crecer y reproducirse. La PPC establece las cantidades máximas de peces que pueden capturarse anualmente sin atentar contra el equilibrio de las poblaciones. Sobre la base de estudios científicos acerca de las principales poblaciones, el Consejo de Ministros decide el volumen de pescado que los pescadores de la UE pueden capturar el año siguiente.

La PPC tiene que tener en cuenta la dimensión biológica, económica y social de la pesca.
Estas cantidades máximas, denominadas "totales admisibles de capturas" (TAC), se reparten entre los Estados miembros y el porcentaje que corresponde a cada país constituye su cuota nacional.

Para limitar las capturas de peces pequeños con el fin de que puedan llegar al tamaño adulto, se han adoptado una serie de normas técnicas. Así pues, puede fijarse el tamaño mínimo de las mallas, pueden cerrarse determinadas áreas con el fin de proteger a las poblaciones de peces, puede prohibirse la utilización de algunos artes de pesca y establecerse la obligación de técnicas de pesca más "selectivas", que faciliten el escape de los alevines y limiten las capturas de otras especies, se establecen tamaños mínimos de los peces, por debajo de los cuales son ilegales los desembarques, y las capturas y los desembarques deben registrarse en cuadernos de pesca especiales.

Estructuras

La política estructural de la UE ayuda al sector pesquero a adaptarse a las necesidades actuales. Se financian proyectos relacionados con todos los sectores de la pesca y de la acuicultura, así como referentes a estudios y desarrollo de mercados. Asimismo, se concede financiación para la modernización de las flotas pesqueras y para eliminar el exceso de capacidad pesquera. La reestructuración de la flota se enmarca en cada Estado miembro en programas de orientación plurianuales en los que se establecen los objetivos perseguidos y los medios previstos para alcanzarlos.

La organización común de mercado

Esta política formaba parte de la primera serie de medidas comunes. Su objetivo era crear un mercado común dentro de la Comunidad y ajustar la producción a la demanda en beneficio tanto de los productores como de los consumidores. Estos objetivos originales se complementaron mediante la creación del mercado único y la apertura gradual al comercio mundial.

Relaciones con terceros países

A nivel bilateral y multilateral, los acuerdos de pesca fueron necesarios cuando buques pesqueros comunitarios que faenaban a grandes distancias perdieron el acceso a sus zonas de pesca tradicionales a consecuencia de la ampliación de las zonas de pesca. Los derechos de pesca de estos buques se negociaron con muchos países extracomunitarios a cambio de compensaciones de diversa índole, cuya naturaleza depende de los intereses del tercer país en cuestión. La Comunidad también lleva a cabo negociaciones con organizaciones internacionales y organismos pesqueros regionales para garantizar una explotación racional de los recursos.

Control

Las autoridades de los Estados miembros son responsables del cumplimiento de las normas de la PPC. Existe un servicio de inspección comunitario que cuenta con veinticinco inspectores, cuya función es comprobar que todas las autoridades nacionales de control aplican las mismas normas de calidad y la imparcialidad de trato.

Las revisiones de la PPC de 1992 y de 2002

La primera revisión de la PPC, efectuada en 1992, puso de manifiesto que, cuando existen demasiados buques para los recursos disponibles, las medidas técnicas y de control por sí solas no pueden evitar la explotación excesiva. Hay que regular tambien el volumen de pesca. Con el fin de aumentar la eficacia de la política pesquera común, se reforzó la integración de sus distintos elementos y se establecieron medidas de control para garantizar el cumplimiento de las normas en todo el sector. En la actualidad, se están utilizando nuevas tecnologías para transmitir datos a las autoridades competentes y controlar los buques de mayor tamaño a través de sistemas de seguimiento por satélite.

En 2002 se llevará a cabo una segunda revisión. Hasta ese momento, se adaptarán las medidas de control y de comercialización y se entablará un proceso de consulta sobre el futuro de la PPC después de 2002.

6. LA PESCA EN CANARIAS

La pesca es un sector que produce una apreciable fuente de ingresos, aunque ha sufrido las vicisitudes de las políticas restrictivas del gobierno marroquí en las aguas territoriales de este país. Pese a todo, es la segunda región pesquera española, con capturas que rondan las 100.000 t anuales. A partir de la pesca se han desarrollado industrias conserveras, harineras y de congelados.

7. CONCLUSIÓN Y OPINIÓN PERSONAL

El mar contiene el mejor recurso alimenticio para el hombre así que deberíamos cuidarlo más.

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Enviado por:Yanira Méndez Mendoza
Idioma: castellano
País: España

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